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VIERNES, 29 DE MAYO DE 2009 ❙ ÚLTIMAS NOTICIAS
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Maestros que tienen cero en la boleta
La escuela debe enseñar a resolver problemas reales MARTHA RODRÍGUEZ
Caracas. Seguro que más de uno brincó por el titular y arrancó a leer con la expectativa de conocer el criterio que se utilizaría en este artículo para decir que un docente es malo, porque básicamente una nota da a entender eso: el estudiante es bueno en matemática, pero regular en castellano y muy deficiente en historia, por ejemplo. La verdad es que no es la intención del presente trabajo, porque si algo tienen los docentes venezolanos es que “se caracterizan por ser muy preparados, están muy pendientes de cualquier actividad académica que surja para hacerla”, expresó la docente universitaria Haydée Toro. Pero “la escuela dejó de ser un espacio donde estaban las innovaciones informativas”, más claro no canta un gallo. La docente universitaria expresa esto al referirse al cambio actitudinal que deben emprender los docentes, en reconocimiento de su verdadero rol: el de mediador.
En tal sentido, advierte que “seguimos en la tercera generación de la evaluación (…) el maestro, la maestra, se queda estatizado en el paradigma positivista, hace lo mismo desde hace veinte años y tenemos que formar aprendices del siglo XXI, aprendices estratégicos metagognitivamente efectivos”. Cierra la idea indicando que uno de los grandes problemas es que “algunos docentes no saben transferir la teoría a la praxis, los contenidos que se imparten tienen que contextualizarse a la realidad del estudiante”. Valorar aprendizajes. Hace un buen tiempo se viene manejando el término de valoración de los aprendizajes en sustitución de evaluación y esto implica que el docente haga metacognición y se de cuenta que debe servir para andamiar los aprendizajes. Haydée Toro hace énfasis en que el docente no lleva la batuta y esto no tiene porque verse como algo perjudicial para la imagen del maestro, sino todo lo contrario, un docente debe ser capaz de orientar a sus estudiantes de forma tal que ellos se involucren en su proce-
El cambio es actitudinal y debe partir del docente.
gantes con una práctica dialógica y principalmente afectiva, la evaluación tendrá sentido porque no se enfocará en una clasificación excelente, deficiente o mala, sino que logrará que el estudiante se responsabilice por su progreso con las distintas herramientas y estrategias que le resultan más apropiadas y buscará –con orientación del docente- el valor de los conocimientos adquiridos según su realidad.
ARCHIVO
ESTA CONCEPCIÓN DEBE CAMBIAR ■ El
docente no es el ente
único del saber dentro de las escuelas. ■ Los
maestros y maestras
no tienen los criterios exclusivos para decidir quién pasa y quién no, quién sabe y quién no, el niñ@ debe estar so de aprendizaje. “Es necesario que el docente conozca técnicas y estrategias que puedan ser transferidas o adaptadas no sólo a situaciones de aprendizaje, sino a la vida cotidiana y que en un momento de conflicto tenga la capacidad no sólo de apropiarse de esas estrategias para resolver problemas y tomar decisiones sino tam-
en capacidad de evaluarse. ■
El error es satanizado
Cualquiera tiene derecho a equivocarse y es importante que se oriente al alumno para que reflexione sobre sus fallas y busque rectificar aprendiendo. bién valorar sus resultados”. De qué sirve cursar una materia de inglés si no se sale bilingüe, cómo las matemáticas ayudan a resolver problemas de la cotidianidad, qué tan útil puede ser conocer el sistema circulatorio o por qué se debe leer Cien Años de Soledad. En la medida en que el docente responda estas interro-
Pedagogía del afecto. Sumándose a la discusión del tema de las evaluaciones centradas en los resultados, la también docente universitaria, Susana Ballesteros, concuerda con Haydée Toro en la importancia que tiene para el maestro y la maestra conocer los procesos cognitivos para que el estudiante tenga una mayor disposición a aprehender la información que se aporta en clase, además de lo que ya se explicó en los párrafos anteriores. Al respecto señalaron que teniendo estos conocimientos se puede trabajar efectivamente con todo el grupo, independientemente de la inclinación que tengan con respecto a su sistema de representación (visual, auditiva, quinestésica).■