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Problemas ortopédicos…

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Parvovirus Canino

Parvovirus Canino

¿son más frecuentes en perros de talla grande y gigante?

Silvia Viruega Ávalos Médico Veterinario Zootecnista

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IG @drasilviruega

Cuando las personas suelen tener en mente adquirir un ejemplar canino, muchas veces idealizan un perro de talla pequeña con pelo largo que se deje cargar y le guste estar en brazos para llevarlo a todas partes; pero también, a raíz de la apertura de espacios “pet friendly” y del creciente número de hogares “familia multiespecie”, quienes tienen o desean tener un ejemplar canino de talla mediana o grande, pueden hacer realidad salir con él a un restaurante, o llevarlo a jugar al parque con una pelota o un frisbee, ir a correr, andar en bicicleta, llevarlo a hacer senderismo, a la playa, en fin, un sinnúmero de actividades que anhelan hacer o ya realizan al lado de su compañero de cuatro patas.

Hasta este punto todo parece bien, pero… realmente ¿sabemos qué problemas articulares pueden presentar nuestros perros de talla mediana, grande o gigante desde cachorros o cuando lleguen a una edad avanzada y cómo podemos procurarlos?, bueno, por ser un tema muy extenso, hoy sólo hablaremos de los padecimientos en los miembros torácicos o “las patitas de adelante”, como usualmente los identifican los tutores de mis pacientes en la consulta.

Cierto es, que estos problema no aquejan única y exclusivamente a los perros de tallas grandes, pero en la estadística son mucho más frecuentes que en los perros de talla pequeña. En algunas ocasiones, los tutores o quienes buscan un ejemplar, suelen saber que a los Pastor Alemán les afecta la displasia de cadera, que los labradores y los Border Collie también la padecen, que los mestizos comienzan a mostrar signos de lo mismo y así podría seguir relatando lo que me dicen, pero ninguno menciona que en los miembros torácicos también existen problemas articulares de suma importancia para que nuestros ejemplares puedan vivir sin dolor y desplazándose por sí mismos, como la displasia de codo, entesopatía flexora y las enfermedades articulares degenerativas.

Voy a mencionar algo que es muy importante y que idealmente los tutores de ejemplares de talla mediana, grande y gigante deben hacer con su ejemplar cuando éste llegue a la edad adulta: llevarlo a realizar un primer examen ortopédico completo que incluya estudios radiográficos a partir de los 12 meses de edad en pastores alemán, 15 meses en razas medianas y 18 meses en razas grandes y gigantes. Este primer estudio será nuestro punto de referencia para identificar signos de displasia de codo, signos osteoartrósicos leves, moderados o graves, y así hacer un plan de nutrición, medicamentos, cuidados y ejercicios para que a lo largo de la vida de nuestro can realicemos otros estudios de control, a fin de ajustar tratamientos y cuidados que nos ayuden a prevenir dolor y brindarles una máxima calidad de vida.

Pero si nunca nadie nos dijo que lo ideal era hacer un estudio al llegar a la edad adulta nuestro ejemplar y repentinamente a los dos, cuatro o más años nuestro can un día se levanta con dolor sin causa aparente del porqué, cojea o no quiere caminar e incluso deja de comer, deberemos acudir con el médico veterinario para que le realice un examen ortopédico objetivo, el cual debe incluir un examen físico general para descartar cojeras por alteraciones ortopédicas o cojeras por neoplasias, problemas de origen neurológico o por obesidad.

Es muy importante que les haga saber que las cojeras en los perros nunca se componen por sí solas, el ejemplar se acostumbra al dolor y eso hace que al principio camine mal, después que comience a apoyarlo y eso podría parecer que “dejó de cojear”, pero eso es erróneo, por lo que debe ser tratado de forma inmediata.

Dentro de la información que los tutores nos brindan a los médicos tratantes, la más valiosa será: cómo empezó, qué tiempo tiene cojeando, si es a ratos, si ha ido progresando o si dejó de hacerlo y de repente es todo el tiempo, si hay antecedente de trauma, si es un perro de trabajo, si tiene respuesta a medicamentos, qué dieta lleva, entre otras cuestiones.

Una vez que el veterinario tenga toda esa información y haya hecho un análisis físico general, un examen ortopédico de pie, acostado, haya hecho flexión y extensión de ambos miembros torácicos e idealmente un examen neurológico, necesitará estudios de imagen como radiografías y si el problema es más complicado, probablemente requiera hacer resonancia magnética o tomografía, también pueden ser necesarios estudios de líquido sinovial e incluso estudio de artroscopía para llegar a un diagnóstico y tratamiento.

¿Cuáles pueden ser los posibles diagnósticos y qué debo saber de ellos?

Displasia de codo: es la más común y se debe a afecciones por anomalía del desarrollo articular.

Entesopatía flexora: por la anormalidad de músculos flexores y su sitio de unión al hueso del húmero.

Enfermedad Articular Degenerativa: es la segunda causa de afección de miembros torácicos, se debe al deterioro progresivo del cartílago, forma pequeños fragmentos de hueso, genera inflamación y dolor.

Lo que debemos saber de estas afecciones es que: son un problema de herencia, por lo que se debe evitar cruzar a los ejemplares que padezcan algún grado de conformación irregular en los estudios radiográficos son comunes en razas medianas, grandes y gigantes una vez que cojean, los ejemplares tienden a presentar cojera y resistencia al ejercicio en adultos se deberán considerar, a partir de los cuatro años de edad en adelante, signos de enfermedad articular degenerativa.

Tratamiento y calidad de vida Ninguno de estos padecimientos tiene cura, pero una vez diagnosticados, se deberá comenzar bajo la asesoría de un médico veterinario que inicialmente dé un tratamiento en el manejo del dolor e integre, en este orden: sesiones de fisioterapia y rehabilitación, dieta, uso de protectores articulares y rutina de ejercicios.

La finalidad de la fisioterapia y la rehabilitación en estos pacientes es crucial, ayudará a mantener o recuperar la musculatura de nuestro miembro afectado y a liberar el que está teniendo una sobrecarga de trabajo, hará que nuestro paciente recupere su movimiento libre de dolor y aumente su calidad de vida.

Los tratamientos médicos son individuales, ya que por ejemplo, cada paciente varía en la dieta que puede comer por la existencia de problemas metabólicos si hablamos de pacientes adultos-gerontes, sensibilidad alimentaria o alergia a algún ingrediente.

También es diferente la cantidad-calidad de ejercicio que puede hacer un ejemplar porque no es similar la rutina de un paciente de nueve años que presenta enfermedad articular degenerativa, a la rutina de ejercicio de un paciente de cuatro años con displasia de codo en un miembro torácico, por mencionar un ejemplo.

Mi objetivo es que los tutores de ejemplares de razas medianas, grandes y gigantes realicen el estudio radiográfico de codo a sus canes con el mínimo de edad que se mencionó al principio del artículo o cuando lean estas líneas, para conocer en qué estado se encuentra la conformación articular de sus perros y con esa valiosa información procuren la salud articular de sus animales de compañía en una revisión semestral con su médico veterinario, quien elaborará un plan de salud articular, que irá modificando de acuerdo con la edad y actividad física del ejemplar en tratamiento.

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