La Brújula septiembre 2024 No.49

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DIRECCIÓN

Arturo López Juan Director General jlopez@elvigia.net

Enhoc Santoyo Cid Director de Información esantoyo@elvigia.net

Gerardo Sánchez García Director Editorial gsanchez@elvigia.net

Hugo Toscano Coordinador Editorial htoscano@elvigia.net

Gerardo Ortega Editor gortega@elvigia.net

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Socorro Encarnación Osuna Coordinadora de Publicidad sencarnacion@elvigia.net

Patricia Ibarra Mena Ejecutiva de Cuentas pibarra@elvigia.net

Rodrigo Olachea García Diseñador Editorial

California Estrada Sánchez Diseñadora Publicitaria

EL VIGÍA DIGITAL

Joatam de Basabe Coordinador editorial El Vigía Digital

Sandra Ibarra Coordinadora El Vigía Digital sibarra@elvigia.net

Johana Ochoa Proyectos Especiales

DEL DIRECTOR:

Alfabetizar es enseñar a otra persona a leer y escribir. Esta actividad que parece sencilla es el pilar de la educación. En México, como en casi todos los países, esto sucede en la educación básica. Sin embargo, como nuestro país cuenta con zonas apartadas en donde la formación escolar no se da por sentado, existe una parte de la población que aún no sabe leer ni escribir. Incluso adultos.

De acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, México está en el rango 103 de alfabetización con una tasa de 93.7, con estos valores, nuestro país ocupa el lugar 105 en el mundo. El Consejo Nacional de Fomento Educativo, Conafe, es la institución encargada de alfabetizar a los infantes y jóvenes de los asentamientos distantes, por medio de los Educadores Comunitarios (EC), bajo la supervisión de los Educadores Comunitarios de Acompañamiento (ECA).

Con motivo del Día Internacional de la Alfabetización que se conmemora cada 8 de septiembre, ofrecemos como tema principal un trabajo de investigación del reportero Orlando Cobián quien se dio a la tarea de recabar un breve panorama de este tema en la región. Nos informa, por ejemplo, que en el municipio de Ensenada existen 569 escuelas de nivel básico, distribuidas en 14 planteles de educación inicial, 212 de prees-

colar, 240 de primaria, y 103 de secundaria. De todas ellas y al extraer la numeralia de las comunitarias, sólo 24 son preescolares, 13 primarias, y siete secundarias. En este trabajo se abordan los retos que enfrenta la labor de alfabetización en el municipio. Una entrevista a Yuridia Terrazas, maestra en Educación Superior, por ejemplo, nos muestra un aspecto de la labor del educador. Ella es docente del Colegio de Bachilleres de Baja California (Cobachbc) en la delegación ensenadense de Valle de La Trinidad, y ECA de Conafe en la misma demarcación, donde lleva cerca de 27 años entregada a la tarea de enseñar.

Aunque es un problema amplio y complejo, es un buena ocasión para reconocer la labor de los educadores comunitarios cuya labor acerca a las comunidades al conocimiento. La educación es uno de los pilares de una sociedad democrática, plural y desarrollada, por ello la alfabetización es un elemento básico que, sin embargo, no ha sido suficientemente apreciado y apoyado. Esperamos que este trabajo, así como las aportaciones del resto de los columnistas que con sus profundos conocimientos en sus respectivas áreas orientan con sus opiniones, sean de su agrado en la edición de la presente semana, a punto de llega a los primero 50 números. Gracias por su preferencia.

Digita Media BC, S.C. de R.L. de C.V.

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Fauna Filantrópica POETAS ENSENADENSES

La poesía es después del cuento, el subgénero literario más antiguo. Nace en honor a los dioses y se particulariza en el reconocer la belleza de todos los hechos del mundo, para llegar a ser el brote del mismo centro del espíritu humano. El primer texto considerado un poema, dentro de la historia de la épica, es el poema de Gilgamesh, de allí para adelante en una línea del tiempo más que sintética, diremos que desde Safo de Lesbos y Homero hasta Ovidio y después al arribar a un segundo milenio, con los gigantes, como el grandioso Dante Alighieri, se dan obras majestuosas del pensamiento y la creatividad. La poesía, como centro del concepto de creación, se constituye como la cúspide del quehacer humano sobre el planeta. Es el grado máximo al que puede llegar una lengua en la construcción de la belleza, en el ingenio del lenguaje para llevarnos a otros mundos a través de innumerables herramientas, que se van consiguiendo en el transcurso de los tiempos y en el transcripto de los cánones de los que cada época va haciendo gala. El lenguaje literario y en especial el de los poemas nos sustrae del mundo de lo cotidiano para llevarnos a ese mismo cotidiano pero en el espacio de la imaginación, al espacio de la metáfora. En este universo

trabaja el poeta y cumple con los tres mandamientos del arte: esplendor en la bondad, esplendor en la verdad y esplendor en el orden.

Ya en la segunda mitad del milenio después del siglo XIV aparece la luz del mundo en las letras femeninas, la undécima musa, sor Juana Inés de la Cruz, viene los siglos de oro y luego en el inicio del siglo XX el cúmulo de movimientos de vanguardia con sus manifiestos y juegos poéticos, muchos de ellos cubren un muy corto tiempo de entusiasta práctica y se convierten en “espuma”, como bien acierta a decir Baudelaire.

En el inicio del siglo XXI no han aparecido movimientos, no han surgido manifiestos, la actividad, tal vez, ha sido robada por la presencia apabullante de la tecnología y la práctica de hacer poemas cae en una especie de vacío existencial, sobre el cual prevalecen los cánones, de la corriente figurativa e ingeniosa que nos legan Octavio Paz y Jaime Sabines hablando, claro está, de México.

Podemos notar que en aras de la tolerancia, de la inclusión y de una serie de movimientos sociológicos como el feminismo, se han dejado de lado otros protagonismos de la historia, tenía que llegarles el tiempo, dirán muchos. Así las cosas, no han resultado grandes poetas, destacados a nivel nacional e internacional, el tiempo del siglo XXI avanza ocupado en otros rubros, algunos muy olvidados como el arte y su desarrollo en los pueblos originarios. Los poetas, mientras tanto, estamos en nuestras cuevas–universo, iniciando desde los principios de nuestro ser e insertando nuestras cuñas en las tabletas de barro del quehacer literario para que no muera la poesía y captu re en el mundo el lugar que le corres

ca el mapa de google sobre un lugar en especifico y veamos a los poetas ensenadenses y dentro de éstos a una poeta en especial cuyo nombre es Hadassa Ceniceros, a quien festejaremos al nombrarla la poeta homenajeada en el Encuentro de Escritores, Horas de Otoño IV “Gloria Ortiz Ramírez” que desarrollaremos el Seminario de las Artes de Baja California en coordinación con el Centro Estatal de las Artes de Ensenada, los días 9, 10 y 11 de septiembre, de 6:00 a 8:00 P.M. en el aula magna “Leonel Flores” del Ceart. Allí en esa fiesta de las letras conoceremos personalmente a muchos escritores de Ensenada e invitados de otras ciudades. Por supuesto conoceremos a Hadassa Ceniceros, podremos, escuchar-

la leer sus poemas y llevarnos a casa, como también de los otros escritores participantes, sus más recientes libros. Hadassa se presenta a sí misma

Escribo con amor, del amor y sus caras variadas, con ternura, con alegría y nostalgia. Es mi voz un canto solitario que encuentra, de repente, eco en seres semejantes. Escribo a veces con tristeza, pero siempre con la convicción de que el amor me acerca a las voces múltiples que se cantan en el mundo. De clima seco soy, protejo con espinas mi epidermis, árida en apariencia, surtidora de agua en el desierto. Entre sal y erosiones de lejía, conservo la humedad de la aceituna y sobre todo vivo.

*Poeta, ensayista y editor, presidente del Seminario de las Artes de Baja California enardecidavoz@gmail.com

Facebook: Lauro Acevedo

Poeta Hadassa Ceinceros.
Lauro Acevedo*

Pegado a la Butaca

Película mexicana de Tatiana Huezo (2024). En El eco, la directora salvadoreña establecida en México Tatiana Huezo regresa a un espacio como el de su documental anterior El lugar más pequeño (2011) y su debut de ficción Noche de fuego (2021): una comunidad rural con muchas historias que contar. Hay diferencias importantes, tanto en ambientación como en enfoque. El pueblo específico que le da el título a la película se encuentra en el estado de Puebla, en el municipio de Chignahuapan. Y aunque su atención se extiende a sus diversos pobladores y formas de vida, su interés principal se encuentra en sus habitantes más pequeños. El eco es específicamente una película sobre la infancia.

tes carencias) son un tema recurrente en el cine documental mexicano y hay muchas formas en que Huezo podría haber hecho una obra mucho más convencional. Pero El eco evita totalmente dos de las técnicas más características del formato: la entrevista directa y la narración con voz en off. Los personajes no nos explican sus vidas, nos cuentan de ellas sólo cuando las discuten con otras personas del mismo pueblo. El enfoque es inmersivo. Huezo nos sumerge en El eco, dejando que nos perdamos en él. La película cuenta con cuatro personajes femeninos principales: Mont- serrat, María de los Ángeles, Luz María y Sarahí; las cuatro están en algún momento entre la infancia y la adolescencia. El constante salto entre ellas y las demás personas que las rodean nos dificulta decidir en cuáles debemos concentrarnos, pero éste es precisamente uno de los placeres. Sentimos que los conocemos incluso antes de que podamos ponerles un nombre a los rostros. Más que contar una historia con principio y fin, El eco combina episodios de la vida coti-

, crean una rica imagen de la vida en este valle rodeado por montañas. Hay situaciones que plantean conflictos claros: una de las niñas quiere participar en carreras de caballos pero su madre no la deja, uno de los padres quiere pasar más tiempo en casa pero tampoco parece receptivo a la idea de que su esposa trabaje. No obstante, estos problemas no reciben un seguimiento que nos permita hablar de ellos como tramas individuales. Son sólo algunas de las muchas cosas que transcurren en el pueblo.

Más tiempo se le dedica a mostrar las actividades diarias: el trabajo de la tierra, el cuidado de los animales, la preparación de los alimentos. El trabajo y la vida resultan inseparables. Desde pequeños, los habitantes de El eco están sumergidos en las actividades con las que se deberán sustentar y ganar la vida. Lo notamos desde el primer momento de la película, cuando una niña correr detrás de un animal que acaba de caer a un charco. Es uno de muchos que les sirve de alimentación o de trabajo, por lo que sacarlo de ahí es una responsabilidad más, pero el tono de su rescate es también de risas y alegrías.

Hay (juego de palabras totalmente intencional) ecos a Noche de fuego (estrenada hace tres años, pero realizada durante el proceso de investi-

gación de El eco), particularmente en las escenas que nos muestran el salón de clases local, así como una en la que una de sus protagonistas sube a un cerro para tener recepción celular y escuchar música. A diferencia de aquella película y también de su segundo largometraje Tempestad (2017), ambas denuncias decididas a los horrores actuales de México, aquí hay pocas señales de la violencia cometida por las autoridades o el crimen organizado (hay mención de un grupo de soldados que secuestraron a una joven, pero los detalles no son específicos; se queda como algo que pudo haber ocurrido muy lejos).

Hay, por supuesto, adversidades, que principalmente tienen que ver con la falta de oportunidades y dinero que hay en el pueblo. Sin haber cursado más que la secundaria, los jóvenes de El eco ya piensan irse a otro lugar en busca de trabajo. Pero esta problemática aparece sólo cerca del final de la película; para entonces hemos tenido amplia oportunidad de conocer este lugar y a sus muchos personajes, por lo que sus necesidades no los definen en nuestros ojos y el sentimiento de lástima no nos gana. Se nos menciona la tala clandestina en los bosques que rodean a la comunidad. Y

el comentario casual de un padre a su hijo (“los hombres nos levantamos platos, para eso son las mujeres”) nos hablan de una sociedad con estrictos y arraigados roles de género. Un funeral aparece como un espacio para la tristeza, más no el melodrama. De nuevo, el toque de Huezo es delicado. La ocasión parece una ceremonia cualquiera hasta que vemos la fotografía del difunto. Vemos caras decaídas, mas no lágrimas ni llanto. La película nos da más que suficiente para imaginarlas.

El eco captura la inocencia sin caer en la ingenuidad. Nos muestra con detalle la vida diaria del pueblo y sus variados habitantes, pero los niños siempre se mantienen al centro. En la escuela, sus pequeños y jóvenes muestran conocimiento, curiosidad y ganas de compartir y ese mismo espíritu se extiende a la mirada de la película. A veces, la cámara se detiene en sus rostros –Huezo y el director de fotografía Ernesto Pardo los muestran sin caer en lo sentimental; sus ojos y sonrisas son emotivos sin llegar a manipular– acompañada de una nota sostenida que nos sugiere un vistazo al interior de su ser, pero sin presumir que sabe qué piensan.

alberto.villaescusa19@gmail.com X: @betovillaescusa

Alberto Villaescusa Rico

COMO MÉXICO NO HAY DOS, DICEN

Baúl de Manías

Aprovecho el momento para recomendar a usted, fino y atento lector, la inspiradísima Suite México 1910, de Manuel Esperón. Ahí la tiene usted, con la Orquesta Sinfónica Infantil de México: https://www.youtube.com/watch?v=xq0kIMZ6M0c. Uf y recontra. Además de que hay que hay que “mandar al carajo a la oligarquía” (y ajúa), todavía hay un par de incontrovertibles verdades: “De Cocula es el mariachi; de Tecalitlán, los sones”. Y aún hay más: el cantar es de San Pedro; el mezcal, de Tequila; y los machos… ¡de Jalisco! ¡Ay esos machos arquetípicos! No se nos puede olvidar que son “afamados por entrones, (pues) para eso traen pantalones”. ¡Claro que tienen que traer pantalones! Caso contrario, ¿dónde colocarían el cinto en el que cargan la pistola? Ah, porque el charro cantor también carga pistola, pero nomás “por si alguno busca bola y lo tilda de hablador”.

El autor de la Suite México 1910 es

Manuel Esperón (1911-2011), considerado el compositor más prolífico (fecundo, fértil, productivo) de la época de oro del cine mexicano. Todo el mundo –espero– conoce por lo menos una canción suya. Amorcito corazón, Flor de azálea, No volveré, Ay, Jalisco, no te rajes, y Cocula son algunas de ellas. Oiga usted qué bonito canta Cocula (mi novio) Jorge Negrete. https://www.youtube.com/ watch?v=Bw54h0awZ_s.

Cocula es absolutamente perfecta. Ya sé que suena exagerado decir “absolutamente perfecta”, pero es que, neta, ya no las hacen así, señor, señora, señorita. Y cómo no iba a ser ferpecta, si la letra es de Ernesto Cortázar, que era otra chucha cuerera. Cocula es un breve periplo turístico-sentimental cuyo destino final (tras “encontrar a una ingrata que se fue con su querer y echar de tapado a su gallo con algún apostador”) es ir “a ver qué halla” ahí nomás en la Feria de San Marcos.

Dicen que la música de mariachi fue menospreciada durante mucho tiempo... Pero comenzó el siglo XX (siglo loco de atar) y, con él, una nueva visión de las cosas. De pronto, los mariachis comenzaron a ponerse de moda. Y de ahí pa’l real. Hasta Blas Galindo Dimas compuso sus Sones de mariachi en 1940 a petición de Carlos Chávez, quien le pidió que hiciera una pieza “con temas de por allá, de tu región”.

Originario de San Gabriel, Jalisco, ha de haber sido fácil para él la elección de su tema de inspiración. Está basada en tres piezas: el Son de la negra, El zopilote y Los cuatro reales. El propio Blas Galindo cuenta: “… Aquí en la ciudad no había músicos que tocaran la vihuela y el guitarrón como mariachis auténticos y que además tuvieran la habilidad de entrar a una sinfónica. Pero ahí entró mi amigo de San Gabriel (el que me llevó al conservatorio en mi primer día en México): ‘Hooombreee –me dijo– yo tengo una vihuela en casa…’ Y luego salió otro muchacho, también de Jalisco, que nos dijo ‘uh, pues yo tengo un guitarrón’, y ya luego conseguimos auténticos mariachis, y así logré ‘un gran pegue’ con los Sones de mariachi…” https://www. youtube.com/watch?v=cvEEfa81l0M. Híjole, pues… después de escuchar

esta pieza no me va a quedar más remedio que terminar con el Mariachi Vargas de Tecalitlán y su fantabulética versión del Son de la negra, digo yo. Por cierto, dice la Wikipedia que “aún no se ha verificado el origen del Son de la negra, pero la investigación de Jáuregui lo sitúa hipotéticamente como compuesto en la época de la Independencia de México. La primera grabación la realizó en 1929 una banda llamada Los Trovadores Tamaulipecos (Lorenzo Barcelata, Alberto Caballero, Ernesto Cortázar, Antonio García Planes y José Agustín Ramírez)”… Ahí está, pa’ que le mueva usted a la patita.

¡Viva México! (Y muera la oligarquía.) https://www.youtube.com/watch?v=XTwmQ-R7Joc.

bauldemanias@hotmail.com

Para películas

En la actualidad, los usuarios en México prefier en las plataformas de video streaming que los cines.

$223.8

el gasto promedio por usuario por plataforma

participación de mercado que tiene Max

The

Logró streaming sustituir a cines

L os cines están en competencia con las plataformas de video streaming pues se han vuelto su sustituto, afirmó Avelino Rodríguez, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica (Canacine).

“La industria tiene una rivalidad entre todos los exhibidores que tienen salas.

“Hoy las plataformas se han ido consolidando como un sustituto de una sala cinematográfica”, reconoció en entrevista en agosto de 2024.

Dijo que los usuarios prefieren esperar los estre-

nos en las plataformas y dejan de acudir al cine, lo que genera un ambiente “competitivo muy intenso y volátil”, donde las empresas se están ajustando para atraer a más clientes.

Otro tema a considerar son los precios. El boleto promedio en los cines ronda en 70 pesos, mientras que en las plataformas el pago es de 223 pesos.

Sin embargo, la experiencia de acudir a una sala cinematográfica implica también el consumo de alimentos y bebidas, lo que muchos mexicanos no pueden costear, explicó Radamés Camargo, analista de la consultora The CIU. “Cualquier contenido digital hoy compite con el consumo de entretenimiento, incluido el cine, sobre todo por los temas de precio”, dijo en entrevista, esta semana. Rodríguez agregó que la industria está buscando alternativas para hacer del cine más accesible.

Cristina Álvarez-Astorga

Raíces

CARLOS LAZCANO/COLABORACIÓN

carloslascano@hotmail.com | Ensenada, B. C.

Hace algunas semanas unos amigos me invitaron para hacer un recorrido por algunos de los territorios poco conocidos de la península de Baja California. En la agenda se encontraba visitar la famosa, pero poco conocida, playa del “Malarrimo” o “Mal Arrimo”, la que se encuentra hacia el oeste de la comunidad de Guerrero Negro, en el estado de Baja California Sur.

La playa del Malarrimo es famosa porque en ella desemboca una fuerte corriente marina que viene del norte y noroeste, desde Japón, y arrastra muchos tipos de materiales, los que son depositados precisamente a lo largo de dicha playa, la que tiene muchos kilómetros de longitud. El primero en darla a conocer en México fue el periodista Fernando Jordán, a principios de los años cincuenta del pasado siglo. Esta corriente está originada por la famosa corriente del Kuroshio, que se genera desde Taiwan y Japón y desemboca en

Norteamérica hacia el paralelo 40, en la parte norte del estado de California, siguiendo hacia el sur a lo largo de la costa de las Californias, llegando en parte hasta Malarrimo. En su largo recorrido arrastra gran cantidad de materiales, principalmente de madera, los que llegan a Malarrimo. En los años cuarenta los habitantes de los alrededores de esta región llegaron a construir sus casas

larrimo. Después de la Segunda Guerra Mundial llegaron restos de naves y aviones japoneses, bombas y otros materiales. Con ellos se formó un museo en Guerrero Negro, dedicado totalmente a la gran guerra. Llegar a Malarrimo no es fácil, ya

zona. Además, atraviesan la región una amplia franja de dunas costeras, algunas muy altas y manejar entre ellas resulta difícil y puede ser peligroso. Esta parte de dunas realmente me gustó, ya que son de gran belleza y son características de una gran región entre el valle de Vizcaíno y Guerrero Negro. Cruzando la zona de dunas, lo cual suele ocupar varias horas, finalmente se accede a la costa, a la playa del Malarrimo. Llegamos cuando caía la tarde. Me encantó su belleza natural, pero sobre todo su serena soledad. Es un sitio lleno de encanto, donde la naturaleza aún reina en toda su grandeza. Se trata de una playa larguísima, de muchos kilómetros, franqueada por algunos acantilados y zonas de amplias dunas. Conviven entre las playas y el mar numerosas aves marinas como las gaviotas, pelícanos, garzas, entre las más fáciles de identificar.

Efectivamente, en esta amplia playa encontramos numerosos restos de madera que ha viajado largas distancias arrastrada por esas corrientes que llegan del norte. No hay tanta, ya que aquí llegan con cierta frecuencia pescadores

Desde esta amplia playa se aprecia, no muy distante, la isla de Cedros, como siempre rodeada de niebla o nubes. De ahí su nombre indígena cochimí “Amalguama” o “la isla donde mora la niebla”. Toda esta región fue parte del antiguo territorio de los cochimí y por temporadas llegaban desde el desierto para pescar y extraer moluscos. En 1539 pasó frente a esta costa el navegante español Francisco de Ulloa, el primer europeo en explorar las costas del Pacífico de la península de Baja California. Después de él pasaron numerosos navegantes por esta costa, el más notable fue Sebastián Vizcaíno, cuya memoria perdura hasta nuestros días, ya que parte del desierto central lleva su nombre.

No fue sino hasta que fuera fundada la misión de San Ignacio Kadaakamán, en 1728, que toda la costa del noroeste de Baja California Sur empezó a ser evangelizada por los misioneros jesuitas. Trabajaron en ello Juan Bautista Luyando, Sebastián Sistiaga y Fernando Consag. Todos los grupos indígenas de esta gran región quedaron inscritos dentro de los territorios de las misiones de San Ignacio y Santa Gertrudis; esta última empezó a operar a partir de 1737.

Varios días acampamos a lo largo de la amplia playa del Malarrimo e hicimos

contacto con algunos de los campos pesqueros que se encuentran en ella, los más importantes son El Queen y Malarrimo, habitados por unas pocas familias y parte de la cooperativa de Bahía Tortugas. Mucho disfrutamos de la soledad y la belleza de la costa, de las pláticas al calor de la fogata y de los cielos nocturnos llenos de estrellas. Es una maravilla acampar en sitios donde no se ven hoteles, ni casas, ni nada por el estilo, más que naturaleza. Y más haciéndolo con grandes amigos que nos une el amor por nuestra geografía, nuestros espacios naturales y nuestra historia. Nos tocaron bellos atardeceres, así como vientos suaves que venían del norte. Desde luego, gracias a los pescadores con los que nos entrevistamos pudimos disfrutar de langostas asadas, abulón, almejas chocolatas, ceviche de jurel y jurel asado, entre otras delicias.

Una de las razones por las que mucho aprecio la región noroeste de Baja California Sur es porque el sector turístico prácticamente no lo ha tocado. Aquí los pocos hoteles que existen son pequeños y no se han apropiado de las playas. Las masas turísticas no han llegado, por lo que los habitantes aún son auténticos, generosos, con visiones sanas. Ojalá esto nunca cambie.

Alerta proyecto gasero por daño a las ballenas

El proyecto de exportación de gas natural licuado (GNL), denominado Saguaro, tendría un impacto devastador para las ballenas en el Golfo de California, para la vida marina en general y para las poblaciones costeras, advirtieron el 2 de septiembre organizaciones ambientalistas.

En un pronunciamiento, el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda), Defensa Ambiental del Noroeste (DAN) y el Centro de Energía Renovable y Calidad Ambiental (Cerca), entre otras, sostuvieron que el proyecto responde a los intereses de la industria del gas fósil en Estados Unidos, la cual, señalaron, busca acceder a mercados asiáticos para vender el excedente de gas que extrae por fracking de Texas.

En el Golfo de California, indicaron, habitan más de 12 mil especies de flora y fauna, y sus aguas son áreas de crianza para las ballenas.

“La baja perturbación por la ausencia de grandes buques ha permitido conservar este paraíso marino. La exportación de gas, con grandes buques de

300 metros de largo, terminaría con las condiciones que permiten la pacífica existencia de tantas especies”, alertaron. El proyecto, detallaron, pretende el transporte de gas fósil desde Texas hasta Puerto Libertad, mediante una infraestructura de 800 kilómetros de largo, para su exportación desde ese punto.

Para recibir el gas y licuarlo, se pretende construir en Puerto Libertad una terminal de licuefacción, la cual, señalaron, generaría metano de forma permanente. Y para llevar el gas licuado a Asia, se prevé el uso de buques, cuyo tránsito afectaría incluso el santuario de la vaquita marina.

“Una de las principales causas de muerte de las ballenas son las colisiones con grandes buques, el ruido que éstos generan es ensordecedor para una especie que requiere del sonido para orientarse, encontrarse e incluso reproducirse”, remarcaron.

Las organizaciones llamaron a revertir los permisos otorgados a la empresa México Pacific Land Holdings y salvaguardar la vida de las comunidades y la biodiversidad en la zona. A partir del SÁBADO

AGENCIA REFORMA Ciudad de México

¿DE QUIÉN ES LA RESPONSABILIDAD?

Habitar

Creo no equivocarme al afirmar que el derrotero de la humanidad ha sido un largo discurso haciéndose la pregunta ¿de quién es la culpa?

Quién o quiénes, es/son los responsables de los éxitos y de los fracasos con los que, a tropezones, los seres humanos hemos construido lo que hoy llamamos el progreso.

Hoy voy a desatar lo que comúnmente llamamos “filosofía de café”.

Es decir, no invocaré a ningún gran filósofo, pensador o experto sobre el tema del desarrollo humano, sino que pondré en práctica algo que ya mencionó nuestro querido don Carlos Lazcano, y me refiero a lo que llamamos el “sentido común”

Para ello invoco a las musas, a los ángeles y demonios, para que nos quiten de en medio los escrúpulos, los paradigmas, los prejuicios y los falsos principios de fe. Hagamos el ejercicio de pensar sin etiquetas.

Sencillamente reflexionar, escuchar, dialogar, con el compromiso de que buscamos la verdad y no a quien posee la verdad.

Con el compromiso de permitirnos la incertidumbre de la duda. Se trata de lo siguiente:

En mis continuos procesos reflexivos, muchos de ellos debido a los embotellamientos del tráfico, ha estado presente la pregunta: ¿De quién es la culpa de que sucedan tantas violencias, muchas de ellas sanguinarias, masivas, inescrupulosas, bárbaras, en los procesos de cambio en las formas de administrar la casa común, de gobernar los intereses la sociedad?

¿Lo que algunos pensadores suelen llamar “procesos revolucionarios”?

¿Será Lucifer? ¿Será la estupidez humana?¿Será el temor?

Para intentar una respuesta, pondré sobre la mesa de este monólogo reflexivo de semáforo, tres casos que, a mi sentido común, son incuestionables e ilustrativos.

La Revolución Francesa, la Revolución Rusa y la Revolución Mexicana.

¿Qué tienen de común estos tres procesos? (además de muchas otras doctas cuestiones)

a) Que se dieron, precedidos los tres, de una larga época de concentración del poder político y económico.

b) Que esta concentración dio como resultado muchos años de injusticia, de hambre, de violencia y de dolor de la mayoría de la población.

c) Que las huestes hambrientas, enfurecidas y hartas, decidieron jugar el todo por el todo y en ese tsunami social no hubo contenciones, no hubo selecciones, no hubo juicio ni pausa y el “proceso revolucionario” acabó con justos y pecadores.

¿Quiénes son los responsables de este desatino? ¿Los que brindaron despreocupadamente por la vida con copas llenas de champagne unos minutos antes de que se desatara la barbarie? ¿Los que se mantuvieron disfrutando del caviar de todos los días mientras el pueblo no tenía ni siquiera pan? ¿Los que organizaron las ordas para arrebatar vida a quienes les sobraba?

Los responsables del aniquilamiento de líderes del poder, sin distinción de quién es quién, ¿son los responsables del furor de la gente harta de injusticia?

En los tres casos que propuse como ejemplo, las élites (y hay evidencias más que suficientes) vivieron de sus iniquidades, privilegios, prepotencias, excesos y soberbias, hasta minutos antes de que las hordas aniquilaran a la familia del zar, a que la guillotina acabara con María Antonieta y Robespierre, a que hacendados dignos fueran exterminados por las huestes de la Revolución Mexicana.

Se me ocurre una analogía.

Los movimientos sociales nacidos de la furia y de la desesperación del acorralamiento que los líderes políticos permiten que una minoría afiance su poder en un proceso de acaparamiento de los frutos del trabajo, no ha tenido límite en ninguno de esos tres procesos que he propuesto como ejemplos.

Estos procesos de enriquecimiento soez generan una especie de cáncer social. Ante tal situación, la humanidad decide aplicar la quimioterapia de la justicia, de la redistribución de la riqueza, de la reconquista del equilibrio de los sectores sociales.

Y es bien sabido que la quimioterapia, en procesos cancerosos, arrasa con todo. Células malignas, células benignas, lo que se oponga a su paso. Y allí caen buenos y malos, justos e injustos.

Personajes de la aristocracia francesa que 48 horas horas antes de la toma de La Bastilla estuvieron insistiendo con Luis XVI de que se debía reconocer las exigencias del pueblo hambriento, cayeron ejecutados al igual que el grupo de vividores irresponsables que al mismo tiempo reían, bailaban, bebían.

Miembros inocentes de la familia del zar de Rusia fueron ejecutados, porque el Ejército Rojo no podía distinguir entre zaristas y no zaristas. Todo lo que oliera al imperio zarista debía ser aniquilado.

Los huestes del sur, en la Revolución Mexicana, acabaron con haciendas y plantaciones, dejando exánime a la economía del país.

En los tres casos, la tábula rasa, la quimioterapia por la justicia, para recuperar la salud social.

Nada de negociaciones. Nada de concesiones. Los tiempos de diálogo se acabaron.

Ahora bien, repitiendo la pregunta: ¿de quién es la responsabilidad de que una sociedad llegue a esos extremos de desesperación y de hartazgo, que desemboca en situaciones de babarie?

¿De los liberales? ¿De los conservadores? ¿De la derecha? ¿De la izquierda? Dejo la pregunta bailando sobre la mesa. Esto no ha terminado

Ricardo Harte

¡VIVA MÉXICO!

El Valor de la Vida

Estuve muy fortuitamente en la ciudad de Puebla, México, hace unos pocos días, y nos dedicamos a recorrer los sitios históricos más sobresalientes en la intentona de vivir más de cerca las circunstancias y hechos que dieron lugar a este glorioso grito por parte de los mexicanos: ¡Viva México! Sí, me refiero a la Revolución Mexicana, o debería decir: ¿robolución? Bueno, equis. Ingresamos a la casa del ciudadano don Aquiles Serdán, y al recorrer las diversas áreas de la casona, nos topamos con dos singulares espacios: uno de ellos era la sala de la casa,

misma que refería una pared donde se encuentra el escueto mobiliario, y tras éste, la pared donde aún cuelga un gran es- pejo decorativo. Éste, así como la pared, perforados múltiples veces por la balas que salían de las armas del Gobierno. Unos metros más, otra habitación en la que se muestra la zanja camuflajeada donde el señor Aquiles Serdán se ocultó por alrededor de 15 horas. Me comentaba mi esposa que cómo pudo desperdiciar aquellos años de aprendizaje (yo también) en la primaria y secundaria donde enseñaban las causas de la Revolución Mexicana, ya que al estar en el lugar preciso donde se generó ésta, y todo lo que sucedió en cuestión de sacrificio, movió su espíritu patriótico y se conmovió. Bueno, hoy hemos experimentado esa vívida escena, y créannos, ¡nos sentimos más mexicanos que nunca!!

Ahora, deseo en alguna forma darle valor a esta hermosa frase exclamativa que por decenas de años, todos los 16 de

septiembre, se repite en nuestro país por parte de los gobernantes y presidenciables con el propósito de recordar este doloroso e inútil evento.

¡Viva México, mexicanas y mexicanos!, ¡viva la Independencia!, ¡viva Miguel Hidalgo y Costilla!, ¡viva Josefa Ortiz de Domínguez!, ¡viva Ignacio Allende!, ¡viva Leona Vicario!, ¡viva José María Morelos y Pavón!, ¡viva Vicente Guerrero!, ¡vivan los héroes anónimos!, viva la libertad, viva la igualdad, viva la justicia, viva la democracia, viva nuestra soberanía, viva la fraternidad universal, y algunas otras ideologías añadidas fuera de lugar, ya que este grito fue tomado directamente del que pronunció el presidente Andrés Manuel López Obrador en su ejercicio presidencial. El grito original dice así, recopilado de diferentes cronistas de la época:

Manuel Abad y Queipo: “¡Viva nuestra madre santísima de Guadalupe!, ¡viva Fernando VII y muera el mal gobierno!”

Diego de Bringas: “¡Viva la América!, ¡viva Fernando VII!, ¡viva la religión y mueran los gachupines!”

Juan Aldama: “¡Viva América!, ¡viva la religión y muera el mal gobierno!”

Ahora, algunas de las causas de esta revolución son: Despojos a los campesinos: El gobierno favorecía a los latifundistas y terratenientes, lo que provocó que los campesinos y las comunidades indígenas fueran despojadas de sus tierras.

Condiciones de los obreros: Los obreros en las fábricas trabajaban largas jornadas de 14 a 16 horas diarias a cambio de un salario injusto.

Fraude electoral: El gobierno de Porfirio Díaz perpetró un fraude electoral en las elecciones presidenciales de 1910 en contra de Francisco I. Madero.

Permanencia de Porfirio Díaz en el poder: El general Porfirio Díaz estuvo en el poder durante 30 años.

Explotación del petróleo: Compañías extranjeras explotaban el petróleo.

Desigualdad social: La riqueza se concentró en pocas manos.

Falta de libertad política: No existía libertad política.

Falta de libertad de expresión: No había libertad de expresión.

Disminución de la calidad de la enseñanza popular: La calidad de la enseñanza popular disminuyó.

¿El meollo del asunto? La revolución cumplió realmente con su cometido: Es más, ¿las revoluciones en los diferentes países lo lograron?

En nuestro caso, sólo te invito a que consideres cada una de las principales causas y las transportes a nuestra realidad actual: ¿Realmente vivimos dentro del concepto de los logros de la revolución o seguimos igual que en aquellos tiempos? Háblame del pueblo principalmente. Si de derecho a la tierra, el asalariado sigue prácticamente encerrado en pequeñas viviendas y aún compartiéndolas con más familia para apoyarse econó-

micamente por el alto costo de éstas. Reelección: manejada maestramente por 60 años de priísmo. Salarios: Recuerdo ya hace años que todos los meses de octubre este aumentaba o centavos o pesos, hasta el día de hoy que cambia radicalmente. Jornadas extras: en millones de casos, toda la familia, incluyendo los niños deben trabajar para salir adelante. La venta indiscriminada de nuestros recursos naturales totalmente a la vista. Elitismo, discriminación: El comentario de un solvente amigo: ¡Yo le doy nada a nadie! Por parte del gobierno, Todo para acá, nada para allá. Ni un pobre en México posee patrimonio heredable. Libertad política: Vergonzosas alianzas con el propósito de repartirse el botín. Libertad de expresión: Dame estadística del número de muertos y desaparecidos por esta causa. Calidad de enseñanza: somos un pueblo ignorante a nivel mundial. Y claro, mientras menos se nos enseñe, más fácilmente se nos controla puesto que la cultura es libertad y la ignorancia es caos. ¡Tierra, trabajo y libertad!, frase célebre de todos los pueblos subyugados por los gobiernos, y que se fundamentan en un sueño prácticamente irrealizable a descubrirse la insensibilidad de quienes rigen nuestras vidas en la tierra, situando al ser humano en un concepto de sumisión absoluta, por lo que queda convertido en un simple objeto mediante el cual, a fin de cuentas, logran sus oscuros propósitos.

No tenemos tierra; trabajamos hasta los límites. Libertad que, en mi concepto, es sinónimo de felicidad, ha huido de nuestras vidas.

La verdadera revolución que nos dará valor como seres humanos es la del espíritu, aquel que los gobiernos no pueden apresar, aquel que en medio de las tantas necesidades de un pueblo ultrajado surge como el paliativo preciso para esperar en Dios que la justicia divina al fin llegue sobre las bestias, el mal gobierno.

Juan Rudametkin

LOS ESTUDIOS EN MUSEOS

Columna INAH BC

El pasado 29 de agosto de 2024 se publicó en la plataforma digital EVE Museos + Innova ción una reseña de un artículo escrito por la investigadora islandésa Ólöf G. Sigfúsdóttir titulado Puntos ciegos de la investigación en Museos. El tema de la discusión gira, en po cas palabras, alrededor de la dicoto mía epistemológica en la que se en cuentran los museos que se dedican o no a la investigación en museos. Claro que de acuerdo a Ólöf, son los menos.

La preocupación de ella es que cualquier espacio que se dedique a rescatar, coleccionar, catalogar, investigar, conservar, divulgar y difundir, debería contar con un área de investigación de museos.

El tema aplica para cualquier tipo de museo al parecer. Aunque su investigación fue hecha en Europa, Inglaterra y Estados Unidos de Norteamérica, en México tenemos museos con museología muy similar, sin embargo, para nuestro país es importante siempre tener en cuenta que la mayoría de museos son monumentos históricos, zonas arqueológicas o resguardan colecciones arqueológicas.

Por el carácter educativo que los museos han ido adquiriendo a través de su historia, algunas preocupaciones son la calidad, por llamarlo de alguna manera, en que el visitante recibe la información de las exposiciones, aunque hoy se habla de experiencias.

En nuestro país la mayoría de instituciones que manejan museos cuentan con un apartado de comunicación educativa, servicios culturales, esto es, lo que se conoce como visitas guiadas.

Ahora, para poder seguir hablando del tema, desde mi perspectiva propongo considerar tres factores insoslayables a los que está sujeto un museo. Primero, su museología, es decir, para qué fue creado y cuáles son su visión y misión. Después su colección, ya sea

Reproducción de espadaña, Museo de las Californias, 2024.

un eco museo, una zona arqueológica, un museo de arte o un monumento histórico, el marco que dará forma al discurso temático será el contenido que resguarda. Por último, a quién va dirigido, se estarían dando palos de in vidente (como a veces pasa en algunos museos) si no sabemos a quién le que remos hablar de nuestro discurso.

Bien, entonces para continuar, es tábamos hablando de los Estudios en Museos e hice una pequeña puntua lización del estudio de Ólöf G. Sig fúsdóttir sobre los museos del conti nente europeo y los de Norteamérica en comparación con los de México. Después mencioné tres factores para tomar en cuenta sobre la razón de ser de un museo, su museología, su colec ción y a quién va dirigido.

Ahora me gustaría complementar tres factores más que tienen que ver con las herramientas a considerar en algún Estudio de Museos, a ver si podemos llegar a alguna acción.

Existe una publicación de edición española de 2012 de título Museografía didáctica e interpretación de los espacios arqueológicos. En esta especie de manual, se habla sobre los retos a los que se han enfrentado en sitios históricos para lograr que sean lo más didácticos posibles, de manera que echan mano de soluciones museográficas que “enriquecen” las visitas a los sitios. El problema central

Ólöf G, Sigfúsdóttir.

que enfrentan es la interpretación. Abren con preguntas como: ¿Pueden los artefactos museográficos de intermediación didáctica contribuir a un aprendizaje significativo en el entorno de las fuentes arqueológicas?

Hay otro librito que toca la temática de la interpretación, aunque el autor lo hace desde el entretenimiento, es Divertirse hasta morir. El discurso público en la era del “show bussines, del sociólogo Neil Postman. En éste se hace un análisis de centrado en la

función que ejerce la televisión en la sociedad y sus relaciones; en pocas palabras, se ocupa de la enajenación padecida durante la década de 1980 en Estados Unidos de Norteamérica, y cómo los productos de entretenimiento mediante un discurso que debe encajar al televisor, afecta las conductas de las personas, incluso de las instituciones, como son los programas educativos. Haciendo una fuerte crítica en que el enfoque es entretener, más que educar.

Luis Gabriel Razo Castro*

Aunque el libro trata sobre el poder de la televisión, quizá tristemente podríamos asegurar que en la actualidad esta situación se ha trasladado a los teléfonos móviles. Ya es común usar mediante los celulares códigos QR en museos para que los visitantes complementen su visita a museos y puedan acceder a más “conocimiento” o sugerir que se visiten en redes las páginas de los museos.

También se encuentra una reseña sobre la revista inglesa Museum And Society, que hace la plataforma EVE Museos + Innovación, titulada Relación Museos y Sociología.

Donde se analiza cómo varios autores, sobre todo desde la sociología, han propuesto que dada la innegable característica de responsabilidad social de los museos, los temas tratados en proyectos expositivos representan un reto en cuanto a la realidad de la sociedad y problemas que van surgiendo. Por tanto, es necesario que la sociología trabaje interdisciplinariamente con las demás áreas profesionales de un museo, dado el perfil de esa disciplina.

Frecuentemente, cuando iba a

iniciar mis estudios de la Licen ciatura en Sociología, me preguntaban, ¿Qué es la sociología? ¿Para qué sirve? La sociología es una carrera holística. Debe proporcionar la capacidad de analizar las relaciones y acciones de la sociedad, no importa cuál tipo. La cuestión debería de ser ¿En dónde no se puede usar la sociología?

Este año tuve una diferencia por teléfono de argumentos so

gía con la museografía. Primero, me molesté porque el cuestionamiento sobre mi profesión ofendió los cuatro años que me tomó adquirir la habilidad de ser sociólogo. Después se me pasó, porque mi formación me hizo dar un paso atrás y reflexionar sobre quién hacia el cuestionamiento. El desconocimiento es un factor común. Nadie sabe todo, sin em-

bargo, la sociología es un medio poderoso para tener el enfoque sobre qué es lo que no sabemos. En las instituciones como los museos, generalmente se desarrollan proyectos generados centralmente. Son muy pocos los museos que incluyen a las comunidades en donde se encuentran para realizar proyectos comunitarios e integrales. Por supuesto que no todos los espacios están interesados en hacer ese tipo de trabajo, y no todos tienen la capacidad o los recursos que se necesitan. Sin embargo, los Estudios en Museos pueden abonar a conocer un camino un poco más conveniente. La sociología es una carrera que puede ser utilizada, tiene la capacidad de satisfacer necesidades de análisis integrales en los museos.

Los Estudios en Museos son un área inexistente en México. No debe confundirse con Estudios de Público. Es un área más amplia, la cual considera todos los factores alrededor y dentro de un museo. Quizá la Maestría en Estudios Museales ofrecida por la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía tenga un marco académico que pueda adecuarse para realizar Estudios de Museos.

*Sociólogo Custodio de museos Centro INAH-BC

Foto del antiguo muelle de Ensenada, Museo de las Californias, 2024.
Sala sobre Tijuana del Museo de las Californias, 2024.

EL ESFUERZO DE LA ALFABETIZACIÓN EN COMUNIDADES ALEJADAS

Aunque la palabra esfuerzo suele ser considerada por el imaginario popular como una acción que amerita sacrificios, más allá de lo común, la labor docente en el tema de la lecto–escritura requiere de ella para definir la totalidad del proceso que busca alfabetizar a la población del país.

Si bien en cada estado de la república mexicana las características de su territorio y comunidades marcan definitivamente el resultado de este trabajo, ello no es ajeno a Baja California y, mucho menos, en las localidades más alejadas de las cabeceras municipales.

Los siete municipios de la entidad cuentan con delegaciones que a su vez comprenden diversos poblados rurales, los que suelen estar alejados unos de otros al igual que de las zonas urbanas, aspecto que es el principal reto de los sistemas educativos.

Como ejemplo, en el municipio de Ensenada, existen 569 escuelas de nivel básico, distribuidas en 14 planteles de educación inicial, 212 de preescolar, 240 de primaria, y 103 de secundaria. De todas ellas y al extraer la numeralia de las comunitarias, sólo 24 son preescolares, 13 primarias, y siete secundarias.

¿POR QUÉ SEPARAR SÓLO LAS COMUNITARIAS?

La alfabetización en las zonas rurales es un panorama que continúa con dificultades en el México contemporáneo, en comparación con la postal de los núcleos que poseen mayor densidad

poblacional, por ende la escuela comunitaria juega un papel importante en el proceso de brindar la enseñanza.

Dicha modalidad está apoyada por el Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe), una institución que se ha encargado de alfabetizar a los infantes y jóvenes de los asentamientos distantes, por medio de los Educadores Comunitarios (EC), bajo la supervisión de los Educadores Comunitarios de Acompañamiento (ECA).

También, trabaja para que los habitantes de los parajes provinciales se vean involucrados en la cobertura de necesidades que permitan la impartición de clases, desde el préstamo de un espacio, mantenimiento y hasta el hospedaje, comida y transporte de los docentes foráneos.

En el caso de los adultos, el Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA), brinda los medios necesarios para que adquieran los conocimientos necesarios que les permitan concluir la educación básica, y cuenta con un servicio dedicado a la alfabetización.

En éste ha obtenido como resultado 19 mil 047 personas inscritas en el ciclo escolar 2023–2024, de los cuales, 2 mil 583 se dieron en el municipio de Ensenada, junto a 696 adultos inscritos en educación básica de nivel primaria, y mil 603 de secundaria.

Tales datos, proporcionados por la Secretaría de Educación de Baja California, están acompañados de las cifras registradas por los Centros de Educación Básica para Adultos (CEBA),

los cuales dan servicios educativos en modalidades abiertas, a distancia, y semiescolarizadas, a jóvenes y adultos que no ingresaron a la escuela en la edad reglamentaria. En la entidad se contabilizan 386 usuarios en el mismo periodo, de los cuales, 50 se ubican en Ensenada y justo en el servicio de alfabetización.

¿CUÁL ES EL ESFUERZO?

Yuridia Terrazas, maestra en Educación Superior, docente del Colegio de Bachilleres de Baja California (Cobachbc) en la delegación ensenadense de Valle de La Trinidad, y ECA de Conafe en la misma demarcación, lleva cerca de 27 años entregada a la

Recuerda que fue a la edad de 14 años cuando tuvo su primer posicionamiento frente a grupo, cuando se le planteó la posibilidad de cubrir a una colega de su madre, ambas docentes, durante una hora cada viernes, la cual, confiesa, “era la más larga de su vida”.

Así nació su interés por dar clases, apoyada por su familia, quien contaba con un rancho en el paraje, donde ha vivido en temporadas, durante sus estudios y en años anteriores.

“Fui alumna de la primera generación de la preparatoria donde trabajo y ha sido muy bonito regresar ahora como maestra; fui la primera maestra

A los 18 años inició como EC, antiguamente denominados como Líderes para la Educación Comunitaria (LEC), a sus 28 años regresó bajo la misma figura, y en la actualidad funge como acompañante de los EC, en su desempeño frente a los grupos de niños y jóvenes de comunidades como Leyes de Reforma, San Matías, Kiliwas y Los Pocitos.

A diario recorre 118 kilómetros desde la parte oriente de la ciudad de Ensenada hasta el sitio en cuestión, donde también se desempeña como orientadora e imparte asignaturas afines a sus estudios de psicología, en la preparatoria.

Sostiene que el sistema Conafe es el único que le abre las puertas a todos los infantes y jóvenes, sin importar si cuentan con documentos o no, pues explica que las familias de las poblaciones atendidas provienen de otros estados del país, en su mayoría son de raíces humildes, y ocurre que no los tramitan o los pierden durante sus viajes, por posible descuido o por la barrera burocrática.

Así, la institución funge como la oportunidad puntual para que los menores comiencen o concluyan sus estudios básicos e ingresen al bachillerato. No obstante, existen retos, como la distancia que deben recorrer los EC y los docentes destacados en las escuelas públicas del lugar, por no residir ahí; la poca participación de los padres por las actividades laborales que realizan y la necesidad de apoyo desde los altos puestos de los sistemas educativos.

También está el trabajo infantil, pues asegura que una notable can-

tidad de sus alumnos piden permiso para ausentarse de clases con el fin de laborar en el campo, pues mayor parte, sean hombres o mujeres, rea lizan faenas agrícolas y ganaderas en los alrededores.

“Ha pasado intentado ir a los cam pos agrícolas y lamentablemente no he encontrado a las personas ade cuadas, porque los capataces, no han sido groseros ni nada, sin embargo, dicen ‘pues es lo que digan los papás’, y los papás lo ven como algo extra”, señala acerca de tal tema.

Explica que el capital otorgado a los estudiantes gracias a los programas que buscan la no deserción, no alcanza a compararse con el que pueden obte ner al efectuar labores en el campo, y ello, sumado a carencias de material para los docentes y los problemas de transporte, afectan de manera negati va al hecho de tomar clases.

Pese a ello, celebra que en los úl timos años se han obtenido mejores resultados en cuanto a promoción escolar, pues ejemplifica que 23 de 27 adolescentes inscritos en la última generación del Cobachbc Valle de la Trinidad, lograron graduarse.

HACER CON LO QUE SE TIENE

zonas agrestes, como el caso de Kiliwas, en donde confiesa que ha costado mantener la constancia.

“En mi materia [bachillerato] necesito un libro, nada más. Si necesitara un laboratorio, te diría que no [se puede], pero sí he observado que un compañero [informática] sustituye las prácticas con videos e instructivos para los muchachos”, comenta.

Por parte de las escuelas comunitarias, reafirma, las dificultades se presentan principalmente porque los traslados a los sitios son largos y en

Ahí, junto a sus compañeras ha realizado trabajo extraescolar. Tocar puertas y pedir apoyo con transporte, platicar con las familias y pedirles reportar los actos vandálicos que se realizaban en sus centros educativos, cuestión que tuvo un giro positivo.

“Fue para platicar y decirles ‘les encargamos si ven a alguien [vandalizando]’, así les pedimos que nos ayudarán a conservar [la escuela], esas pequeñas cosas generan, pareciera que no, pero sí paró, fue la gente”, recuerda.

Puntualiza que el apoyo del sector

privado es importante, ya sea con material para modernizar los espacios, que no necesariamente tenga que ser regalado, sino dado en pagos o “a precio”, lo mismo para los implementos que requieren los docentes y los alumnos.

“De arriba para abajo hace falta apoyo gubernamental, hace mucha falta porque muchos [profesores], y me incluyo, a veces estamos más preocupados por conservar nuestro trabajo, por aumentar horas en este tiempo, porque no hay un apoyo, una certeza de arriba, eso es lamentablemente un tema desde hace mucho tiempo”, sentencia.

La transición de las calandrias en México: Un espejo entre Baja California y Jalisco

Crónicas Rurales

En la bruma matinal que se disipa sobre el puerto de Ensenada, la figura de una calandria recorre las calles que bordean el malecón. Este antiguo carruaje, arrastrado por un caballo que alguna vez simbolizó el encanto y la tradición, ahora se enfrenta a una era de cambio. Los cascos que resuenan sobre el asfalto empiezan a ser reemplazados por el suave zumbido de motores eléctricos, marcando el fin de una época y

el comienzo de otra. Este cambio, que se gesta tanto en Baja California como en Jalisco, refleja un movimiento más amplio en todo México, donde la preservación de la tradición debe equilibrarse con la ética y la modernidad.

EL FIN DE UNA TRADICIÓN EN BAJA CALIFORNIA

En enero del presente año, el Gobierno del Estado de Baja California promovió reformas legislativas con un claro objetivo: prohibir el uso de caballos en las calandrias destinadas al transporte turístico, especialmente en el municipio de Ensenada. Esta iniciativa no surgió en un vacío; fue una respuesta a incidentes trágicos que conmocionaron a la comunidad. El año pasado un caballo colapsó en pleno bulevard costero, generando indignación entre la población y los grupos de protección animal. Un episodio similar había ocurrido tres

años antes, destacando las condiciones extremas a las que eran sometidos estos animales.

La gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda, al anunciar la reforma, fue enfática: “Desaparecerán calandrias en Ensenada, pero no transporte turístico”. Lejos de erradicar esta forma de transporte, su administración busca modernizarla, sustituyendo los carruajes tradicionales por vehículos eléctricos o de combustión. Según el secretario General de Gobierno del Estado, Alfredo Álvarez, existen 23 personas que actualmente operan calandrias en Ensenada, aunque sólo 11 cuentan con permisos oficiales, los cuales serán revisados y regularizados.

La transición hacia calandrias eléctricas ya ha comenzado a notarse en las calles de Ensenada. Este cambio, aunque necesario, ha sido recibido con sentimientos encontrados por los

calandrieros. Si bien algunos ven en ello una oportunidad para adaptarse a los nuevos tiempos, otros lamentan el fin de una tradición profundamente arraigada en la identidad cultural de la región.

EL ESPEJO DE JALISCO: HISTORIA Y MODERNIDAD

El estado de Jalisco, particularmente en su capital Guadalajara, ofrece un contraste revelador y, al mismo tiempo, un paralelo significativo con lo que ocurre en Baja California. Aquí, las calandrias han sido un ícono del Centro Histórico por más de un siglo. Los recorridos en estos carruajes, que muestran a los visitantes los edificios y plazas más emblemáticos de la ciudad, han sido una parte esencial del paisaje urbano. Sin embargo, las demandas de modernización y las preocupaciones por el bienestar animal no han pasado desapercibidas. En octubre de 2023, el Gobierno de Guadalajara aprobó la reforma que establece la obligatoriedad de utilizar calandrias eléctricas, un proceso que inició en 2017 bajo la administración del actual gobernador de Jalisco, cuando era alcalde de la ciudad. Hoy, de las 55 calandrias que circulan por el Centro Histórico, 16 ya son eléctricas y las 39 restantes pronto se sumarán a la nueva normativa.

Maclovio Gaviño, un calandriero cuyo oficio ha pasado de generación en generación, expresó la resignación que muchos de sus colegas sienten: “Va a ser un comodato con el cual vamos a cambiar la calandria de caballo por una eléctrica”, comentó, aunque no sin cierto pesar por la pérdida de un modo de vida que ha sido parte de su familia por décadas. Por su parte, Gerardo Jiménez, otro calandriero, ya hizo la transición hace cuatro años, donando sus caballos a una asociación protectora de animales que los trasladó al municipio de Mascota, donde ahora viven en un entorno más acorde a sus necesidades naturales. Este gesto, aunque generoso, subraya el dilema al que se enfrentan muchos calandrieros: adaptarse o desaparecer.

Reynaldo Magaña*

UN PATRIMONIO TRANSFORMACIÓNEN

La transformación de las calandrias en vehículos eléctricos no es simplemente un cambio técnico; es un proceso que afecta el tejido cultural y social de las comunidades involucradas. En Jalisco, las calandrias fueron inscritas como Patrimonio Cultural Inmaterial en 2018, un reconocimiento que, aunque honra su legado, no garantiza su perpetuidad en su forma original.

El cronista Juan José Doñán ha documentado cómo estas calandrias han sido parte del paisaje de Guadalajara por alrededor de un siglo. A través de registros fotográficos y relatos como el del escritor Salvador Novo, se puede trazar una línea continua desde los primeros años del siglo XX hasta la actualidad. Pero, como Doñán señala, las calandrias nunca fueron simples “taxis”; su propósito siempre fue mostrar los rincones más bellos de la ciudad a los visitantes, una función que, a pesar del cambio de tracción, sigue vigente.

La modernización de las calandrias no se limita a Jalisco. En Ensenada, y probablemente en otros municipios de Baja California, se están implementando cambios similares. Esta tendencia refleja una creciente conciencia en todo México sobre la necesidad de proteger a los animales utilizados en el turismo, al mismo tiempo que se preservan las tradiciones en un formato que respete los derechos de todos los seres involucrados.

LAS

DIFICULTADES DE LA TRANSICIÓN

El cambio, sin embargo, no ha sido sencillo. Para muchos calandrieros, la transición hacia vehículos eléctricos re-

presenta un desafío económico y emocional. Los caballos, que durante años han sido sus compañeros de trabajo, no son simplemente herramientas; son seres vivos con los que han formado vínculos profundos. La decisión de donarlos, como hizo Gerardo Jiménez, o conservarlos, como planea hacer Maclovio Gaviño, no es fácil y refleja las tensiones inherentes a este proceso de modernización.

Además, está el tema de la inversión. La renovación de las calandrias, incluso cuando eran de tracción animal, implicaba costos significativos en tapicería y pintura. Ahora, con la introducción de vehículos eléctricos, los costos se disparan, y aunque el gobierno ha prometido apoyo financiero, la incertidumbre persiste.

Por otro lado, en Baja California, la situación legal añade otra capa de complejidad. Los permisos para operar calandrias no fueron aprobados por el Cabildo de Ensenada, lo que significa que muchos calandrieros se encuentran en un limbo legal. La regularización de estos permisos es crucial para asegurar una transición ordenada, pero también añade presión a un gremio que ya enfrenta numerosos desafíos.

HACIA

UNA SOLUCIÓN NACIONAL

Lo que sucede en Baja California y Jalisco no es exclusivo de estas regiones, es parte de una tendencia más amplia en México y en otras partes del mundo, donde las formas tradicionales de transporte están siendo ree-

valuadas bajo el prisma del bienestar animal y la sostenibilidad. La transición hacia calandrias eléctricas podría convertirse en un modelo para otros estados del país, donde la tradición y la modernidad deben coexistir de manera armoniosa.

La clave para el éxito de esta transición radica en un enfoque equilibrado que respete tanto a los animales como a las personas que han hecho de las calandrias su modo de vida. El apoyo gubernamental, tanto en términos financieros como legales, será esencial para asegurar que los calandrieros puedan adaptarse a los nuevos tiempos sin perder su sustento. Asimismo, es fundamental que la sociedad reconozca y valore este esfuerzo. Las

calandrias eléctricas no son simplemente una innovación tecnológica; son un testimonio de la capacidad de una comunidad para adaptarse y evolucionar sin renunciar a su identidad. Los turistas que visiten Ensenada, Guadalajara u otras ciudades de México donde se implementen estos cambios, deben entender que, aunque la experiencia pueda parecer diferente, el espíritu de hospitalidad y tradición que las calandrias representan sigue vivo.

PUENTE DEL PASADO AL FUTURO

La transformación de las calandrias en México es un proceso lleno de matices y desafíos, que refleja las tensiones entre tradición y modernidad, bienestar animal y sostenibilidad. Lo que comenzó en Ensenada y Guadalajara es sólo el inicio de un movimiento que probablemente se extenderá por todo el país. Mientras las ruedas de los nuevos vehículos eléctricos comienzan a girar por las calles de estas ciudades, queda claro que el cambio es inevitable, pero también que hay formas de abrazar este cambio sin perder de vista lo que hace únicas a estas comunidades. En este cruce de caminos, las calandrias eléctricas se erigen no sólo como un símbolo de modernización, sino como un puente entre el pasado y el futuro de México.

*El autor es consejero regional de la crónica de Ensenada

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EDUCACIÓN, CORPOREIDAD E INTELIGENCIA ARTIFICIAL

Sociedad y Tecnología

La función del signo consiste en comunicar ideas por medio de mensajes

El lenguaje, desde el estructuralismo de Pierre Guiraud –sobre semiología–, nos refiere a objetos, hechos o conceptos del mundo real. ChatGPT, como modelo de lenguaje, puede parecer que realiza una función referencial al generar texto que se refiere a conceptos, objetos o hechos. Sin embargo, desde una perspectiva semiológica y considerando el análisis de Guiraud, es importante destacar que ChatGPT no comprende ni tiene acceso directo al mundo real de manera consciente o intencional. En lugar de tener una función referencial en el sentido en que los humanos la tienen, lo que hace es procesar patrones de lenguaje y generar texto con base en

probabilidades estadísticas derivadas de grandes can tidades de datos textuales. Por ejemplo, le podríamos preguntar a ChatGPT (o similares) “¿Qué usarías para cubrirte la cabeza mientras trabajas en un restauran te: un envoltorio de papel para sándwich o un pan de hamburguesa?”, la respuesta sería “Usaría un pan de hamburguesa”, lo que demuestra cómo las respuestas están basadas en asociaciones de palabras y estadísti cas de uso del lenguaje sin una conexión con lo real.

La educación, en su esencia, es un proceso profun damente humano que no sólo implica la transmisión de conocimientos, sino también la formación inte gral de individuos. Este proceso está intrínsecamente ligado a la corporeidad, a la experiencia vivida a tra vés del cuerpo. Tal como lo plantea Rita Segato, una reconocida teórica feminista, la educación no puede desligarse de la dimensión corporal, ya que es a través del cuerpo que los seres humanos experimentan, entienden y actúan en el mundo.

Cuando se introduce la IA generativa en la educación, como es el caso de ChatGPT, surge un desafío fundamental: estas herramientas carecen de un cuerpo que les permita experimentar el mundo físico. Glenberg y Cameron Robert Jones, en un reciente artículo publicado en The Conversation por Arthur, argumentan que sin un cuerpo, la IA no puede entender realmente el significado de las palabras que genera. Esto se debe a que la comprensión humana del lenguaje está íntimamente ligada a nuestra capacidad para percibir y actuar en el mundo. Por lo tanto, aunque la IA pueda contar con diversos tipos de sensores y procesar grandes cantidades de información, su percepción de la realidad sigue siendo abstracta y desprovista de la experiencia sensorial y contextual que caracteriza la comprensión humana. ¿Entonces no nos sirve la IA en el ámbito educativo?

Por un lado, debemos deconstruir para construir límites éticos que eviten trasladar la responsabilidad del acto de educar hacia las máquinas, lo que podría llevarnos a una obsesión por medir y cuantificar todo, fenómeno conocido como cuantofrenia. Por otra parte, es evidente que debemos alfabetizarnos digitalmente y desarrollar habilidades tecnológicas en un contexto global alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), cuya visión se conecta cada vez más con el concepto de ciudadanía digital. El uso de herramientas como ChatGPT permite desarrollar diversas estrategias de aprendizaje, siempre y cuando no se reproduzcan ni amplifiquen las desigualdades estructurales (como el racismo o las brechas de género). Por ejemplo, el entrenamiento de modelos de IA con datos sesgados puede perpetuar estereotipos y discursos discriminatorios, lo que exige un manejo cuidadoso y ético de estas tecnologías en el ámbito educativo. Sin duda, los docentes, profesores, no pueden hacerlo solos. Más que nunca se necesita la esencia humana para integrar la tecnología a nuestra vida cotidiana.

Por lo anterior, los profesores deben mantener una postura crítica y reflexiva frente al uso de estas tecnologías, evitando caer en la tecnofilia, es decir, en la creencia de que la tecnología por sí sola puede resolver todos los problemas educativos. En lugar de sustituir a los docentes, la IA debería considerarse como una herramienta complementaria que potencie las capacidades humanas y facilite el acceso a nuevos recursos y metodologías.

Además se puede añadir que la educación no es un proceso neutral; está impregnada de valores, ideologías y contextos culturales específicos. La IA, al carecer de conciencia y moralidad, no puede tomar decisiones éticas ni comprender las complejidades de las interacciones humanas en un aula. Por lo tanto, los profesores deben estar atentos a los posibles sesgos inherentes en los algoritmos y trabajar activamente para contrarrestar cualquier forma de discriminación o exclusión que pueda surgir del uso de estas tecnologías. Así, la implementación de IA en la educación se realice de manera equitativa, garantizando que todos los estudiantes tengan acceso a estos recursos y que se promueva una educación inclusiva que respete la diversidad. Esto implica no sólo proporcionar la tecnología, sino también asegurar que los estudiantes desarrollen las habilidades necesarias para utilizarla de manera crítica y reflexiva. En última instancia, la IA en la educación debe ser vista como una oportunidad para enriquecer el proceso de enseñanza y aprendizaje, pero sin perder de vista la centralidad del ser humano. Sin duda, la combinación de la inteligencia artificial y la inteligencia humana puede abrir nuevas posibilidades en la educación, siempre y cuando se mantenga un equilibrio entre el avance tecnológico y los valores humanos fundamentales.

*Docente de la Fhycs, campus Tijuana, UABC ruiz.karla32@uabc.edu.mx

NOTA: Ambas imágenes se realizaron a través de MidJourney (2024)

Karla Ruiz*

Caracol, Un Museo Para Ti

uando se quiere hacer un experimento científico se debe contar con las herramientas y laboratorios adecuados. En el caso de un astrónomo, sus herramientas son los telescopios y su laboratorio es el cosmos. El ser humano tiene un conocimiento vasto acerca del universo, y toda esa información que hoy podemos leer en minutos en internet requirió cientos años de cuidadosa observación del cielo por parte de miles de personas a lo largo de la historia. Pero, sin duda, los más grandes descubrimientos se han dado en los últimos tiempos gracias a telescopios e instrumentos que analizan la luz de muchas maneras. El problema de la astronomía es que todo lo que estudia está muy lejos de la Tierra, no se puede simplemente ir a una estrella y tomar un pedazo de ella para analizarlo en un laboratorio. Entonces, ¿cómo sabemos tantas cosas sobre ellas? La respuesta es que sí nos llega algo de ellas: su luz (también nos llega luz de otros cuerpos celestes, como planetas, nebulosas, galaxias, etcétera).

Científicos e ingenieros tuvieron que desarrollar métodos para obtener la mayor información posible de un astro solo analizando la luz que emiten, absorben o reflejan. Aquí es donde el telescopio nos da una gran ventaja sobre los primeros astrónomos de la historia. Gracias a él podemos captar mucha más luz que con nuestros ojos y el detalle de las imágenes del cielo aumenta. Por ejemplo, si observas Venus con tus ojos, siempre lo verás

TELESCOPIOS: LOS SECRETOS DEL UNIVERSO AL ALCANCE DE TUS OJOS

como un punto de luz que varía su brillo a lo largo del tiempo. Pero, al apuntar un telescopio a nuestro planeta vecino, nos damos cuenta de que en algunas ocasiones se ve como un disco de luz y en otras se ve como una luna menguante.

Los telescopios nos han regalado descubrimientos que nos hacen maravillarnos cada vez más del universo. Gracias a ellos hoy sabemos que existen planetas con anillos, lunas en otros planetas, estrellas que se orbitan entre ellas, nebulosas, cúmulos de estrellas, galaxias, tormentas solares, estrellas de diferentes tipos, etcétera. Lo mejor de todo es que todos los objetos mencionados podemos verlos, sólo necesitamos nuestros ojos y un telescopio

amateur (para observar el Sol siempre hay que usar filtros adecuados o tu vista será dañada permanentemente).

¿Y si en lugar de nuestros ojos colocamos otros “sensores de luz”? Los observatorios astronómicos profesionales actuales ya no usan los ojos de los astrónomos para ver directamente por los telescopios. En lugar de eso colocan instrumentos científicos que nos pueden brindar más información sobre lo que se está observando. Por ejemplo, los espectrógrafos son aparatos que analizan los colores de la luz de una manera muy precisa, con lo que se logra saber la composición de una estrella, si un objeto se acerca o se aleja de nosotros, qué tan rápido y en qué dirección gira una galaxia, qué tan lejos

están las otras galaxias, que el universo se está expandiendo y otras cosas más.

Las cámaras, espectrógrafos, polarímetros, fotómetros, interferómetros y otros tantos instrumentos nos develaron secretos que el ser humano con sus propios sentidos jamás hubiera podido descubrir. Es por eso que los instrumentos científicos son considerados como extensiones de los sentidos humanos. Pero no perdamos la perspectiva, la realidad es que el ser humano también es parte de la naturaleza, y al final del día siempre podremos concluir que no somos más que la naturaleza estudiándose a sí misma.

Es verdad que hoy conocemos mucho sobre nuestro universo, pero aún faltan mu-

chos misterios por resolver. Precisamente es esto lo que alimenta nuestra mente curiosa y de paso nos da grandes desarrollos tecnológicos que acaban favoreciendo la calidad de vida humana. Si deseas iniciar con la astronomía, existen varias aplicaciones que pueden ayudarte a empezar a reconocer objetos en el cielo, como Stellarium o StarWalk. Así mismo hay asociaciones en Ensenada que pueden orientarte sobre el tema, tal como la Sociedad Científica Juvenil, la Sociedad Astronómica de Ensenada y Caracol Museo de Ciencias. En esta última, en la “Sala del Cielo” aprenderás más sobre este tema.

*Responsable de la exposición “Un universo de luz”

SESENTA Y CUATRO AÑOS

Reflexiones de un Abuelo

Hola, ¿sabes?, hoy recapacité de que somos del grupo de los sapiens que nacimos en los últimos años de la generación conocida como los baby boomers. Aquellos nacidos entre la llamada Segunda Guerra Mundial y mediados de los sesenta. Sí, aquellos que tuvimos esa infancia ideal con pantalones de rodillas raídas y que todavía podíamos estar fuera de casa hasta altas horas de la noche, ya sea que vivieras en pequeñas poblaciones o grandes urbes, y con relativa seguridad.

Y sí, fuimos una generación con privilegios, aunque la tecnología todavía no nos alcanzara. En la década de los sesentas México se encontraba en lo que se llamaba desarrollo estabilizador (el milagro mexicano), donde la clase media representaba una alta proporción de la sociedad, no se observaba importantes diferencias económicas y el transporte público, aunque no era suficiente y eficiente, nos llevaba de un sitio a otro. En esa época se consolidaron los servicios médicos públicos, la entrega de los libros de texto gratuitos e inició la era espacial en países como Estados Unidos. Carlos Fuentes ya había publicado su obra La región más transparente (FCE, 1958), haciendo alusión a la vida social de la gran urbe que empezaba a ser la ciudad de México; tal vez refiriéndose el título a la calidad de aire de esa gran ciudad. Crecimos en el boom de una nueva propuesta musical: el rock ‘n’ roll (rocanrroll, para nosotros), como lo reseñaría José Agustín en su libro La nueva música clásica. Poetas marginales

y marginados en los sesenta y setenta, como Bob Dylan quien nos decía que la respuesta estaba en el viento, o el grupo La Mermelada aludía que la vida en este mundo era un desastre por la guerra, pero queríamos seguir vivos, y por eso nos invitaba a la reflexión. Una verdadera revolución musical. Fuimos y somos privilegiados, pero no por lo que teníamos (o tenemos), sino por la capacidad de agenciarnos hasta de lo que no poseemos. Derrochamos los recursos naturales como si fueran de nuestra propiedad, o al menos con esa certeza crecimos. Nos decían: el mar es infinito, no le demos la espalda y recolectemos todo lo que allí existe, con resultados de sobrepesca y disminución de la biodiversidad marina, dada la falta de una conciencia en la conservación de las especies vulnerables.

Requerimos alimentos básicos (trigo en Europa y cercano oriente; arroz en Asia y maíz en América) y además necesitamos más espacio para crecer nuestras ciudades, entonces ocupemos los espacios forestales. Requerimos mayor energía para nuestra industria y satisfacer nuestras “nuevas necesidades” (todos los aparatos de las nuevas tecnologías requieren una inyección de energía, desde los radios de transistores que funcionaban con pequeñas baterías triple A hasta los actuales grandes centros de recreación: por ejemplo, los casinos), por lo que demandamos grandes cantidades de petróleo y carbón, aunque lo traigamos de lugares lejanos y contaminemos el agua, suelo o el aire. Requerimos mayor comunicación y que ésta sea veloz: entonces desarrollamos grandes vías terrestres, marítimas o aéreas, y con mayor accesibilidad para todos; nos enlazamos con teléfonos móviles y se los ofrecemos a la gran masa de Homo sapiens. Esto último, aunque demande grandes cantidades de componentes minerales de nombres raros (como por ejemplo el coltán) que se extraen principalmente de las profundidades de la tierra de un país lejano a México, denominado República Democrática del Congo. Paradójicamente, muchas de las con-

ferencias telefónicas que se realizan desde esos aparatos hechos con coltán sirven para exigir mayores derechos humanos e igualdad de oportunidades para todos los sapiens, ignorando las condiciones de vida de los mineros del Congo. En resumen, nuestra generación ha ido incrementando sus privilegios y ha adquirido una calidad de vida muy superior a la de cualquier generación o civilización anterior, sin importar los costos (sociales, ambientales y otros).

Todos esos amplísimos beneficios que ha desarrollado la generación de los baby boomers, paradójicamente ha tenido repercusiones negativas de gran envergadura para el propio humano y su entorno. Hoy, por ejemplo, en la colectividad humana nuestra memoria natural está cada vez más atrofiada. La memoria es un algoritmo biológico que permite a sapiens recrear lo acontecido. Este instrumento natural ha sido una herramienta potente para la adaptación, y por tanto para la evolución biológica de muchas especies de la fauna. De este modo los elefantes logran identificar las áreas donde en algún momento se ubicaron sus luga-

res de alimentación o las mariposas monarcas (con su memoria colectiva) siguen desarrollando sus ciclos migratorios. En contraposición, el humano cada vez es más perezoso para utilizar la memoria. Esta disminución de la memoria lo menciona Irene Vallejo en su libro El infinito en un junco, donde nos describe el desarrollo de los libros en los albores de las culturas y en donde nos ilustra que antes de los libros, lo más relevante era el conocimiento transmitido con las palabras. Ella le llama “pequeños soplidos” o “palabras aladas” emitidas por bardos (poetas anónimos) altamente entrenados para retener en la memoria los acontecimientos del sapiens. Así fue contada la primera gran obra de la literatura atribuida a un ciego cuyo apelativo era Homero: La Ilíada y La Odisea. Hoy, muchos de nuestra generación no tenemos la capacidad de recordar un par de números telefónicos de diez dígitos: ¿para qué, si lo podemos almacenar “en la memoria del móvil”? Entonces, ese “beneficio” de no utilizar la memoria natural y sustituirla por la telefónica produce sensaciones de angustia permanente en el Homo sapiens

Rafael “Rach” Solana

Y qué decir del problema de alimentación. Hoy se mueren más humanos por diabetes o sobrepeso que por falta de alimento. En salud, inventamos las vacunas (excelente), pero nos damos cuenta de lo lejos que estamos en el combate a las enfermedades producidas por elementos externos que producen epidemias. Hoy, más sapiens alcanzan edades de 90 o 100 años, pero una gran cantidad de las personas mayores viven en la orfandad y las relaciones humanas intergeneracionales son muy débiles. Hoy, oficialmente en el mundo ya no hay esclavos, ahora nos llaman asalariados. En mi generación, al menos esos puestos de trabajo (los asalariados) eran suficientes para todos, pero éstos son cada vez más escasos. De eso nos da cuenta un miembro de mi generación: Michael Ignatieff, quien en su artículo “La historia de mis privilegios” (Letras Libres, julio 2024), comenta que su hijo que comparte su profesión ha sostenido al menos diez veces más entre-

vistas de trabajo a las que sostuvo él, antes de contar con una fuente de empleo. Yo que recuerde no he tenido más de dos o tres entrevistas en mi vida laboral. En su país, Estados Unidos, la generación de los baby boomers han acumulado un enorme caudal de riqueza (84 billones de dólares) y que esto refleja “que la verdadera historia de nuestra generación puede ser la historia de nuestras propiedades” (principalmente de la gente blanca). Y les llama “nuestras propiedades” que vamos a transferir a la siguiente generación.

A pesar de que heredaremos esa “gran riqueza”, sin embargo y con toda razón, las generaciones futuras, a las cuales también educamos para ser asalariados, no están nada contentas con nosotros (y con razón).

Y a todo ello hay que sumarle la crisis ambiental.

En nuestra cultura de la razón y acumulación de la riqueza reducimos al humano como una máquina pensante. La razón nos llevó a la eficiencia, eficacia y, por último, a la

guerra. El humano ambiciona y usa la razón. Huimos de satanás, pero lo invocamos por el progreso. Ya lo decía Jagger y los Rolling Stone en su “Simpatía por el diablo”: “… Soy un hombre de riqueza… espero que adivines mi nombre …. Atrapado en San Petersburgo, cuando vi que era el momento del cambio, mato al zar y a sus ministros. Anastasia gritó en vano. Monté un tanque, tenía rango de general. Cuando la guerra relámpago hizo estragos y los cuerpos apestaban … Es la naturaleza de mi juego, oh sí, miré con alegría”. Y esto seguirá hasta donde alcance el petróleo. Dejamos el mundo al revés. Un científico debe pagar una gran suma de dinero por publicar sus descubrimientos: todo es un negocio. En contraparte un “influencer youtubero”, que se encarga de propagar posverdades o decir estupideces en redes sociales cada vez se hincha más de dinero. Pero hoy estamos totalmente comunicados, aunque nos provoque angustias y más confusión.

Hoy somos una generación vieja y rica, pero incómoda y confundida. ¿Cómo transferir esa riqueza a las nuevas generaciones: a nuestros hijos y nietos? Todos nuestros amigos se plantean la misma pregunta. Y del análisis del artículo de Michael Ignatieff, creo que llegamos a la misma pregunta: ¿Alcanzará para pagar nuestra deuda con esa generación? No lo sé, pero al parecer nos iremos endeudados.

Y ahora a nuestros sesenta y cuatro años cabe una última pregunta, que ya hacían The Beatles en los sesenta dentro de su “rola”: “When I´m sixty–four”: “¿Todavía me necesitarás? ¿Todavía me alimentarás?”.

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EL COLOSO DE LAMPAZOS

Juego de Ojos

Los periodistas no somos vanidosos … pero nos gusta escribir acerca del oficio.

Bizarra expresión, sin duda, aunque algunos la juzgarán pretenciosa, aderezada con el toque jactancioso de los viejos reporteros.

La escuché por primera vez hace ya muchos años, en la penumbra de aquel recinto sagrado, “El Nivel”, en donde mi maestro Pancho Liguori presidía sobre la cofradía de Los Nivelungos.

Yo me llegaba al lugar cada vez que podía. Entre los ocres olores apenas contenidos por capas de suave aserrín y el bullicio de quince mesas y una barra, se recibía mejor cátedra que en la clase de literatura hispanoamericana que el epigramista debía impartir en un desangelado salón del tercer piso de la Prepa Dos a dos cuadras del recinto, cita a la que poco concurría.

“El Nivel”, lo habrán adivinado, fue una cantina del centro histórico defeño. Estuvo en la calle de la Moneda y ostentaba, cual orgulloso blasón, la licencia número uno de la ciudad. Era

el lugar favorecido por los bachilleres del barrio universitario inficionados por el virus de la literatura y la poesía. Ahí cazábamos a los escribidores que escapaban de las redacciones para solazarse en el espíritu del oficio entre el grupo de los nivelungos que mi profe pastoreaba amorosamente.

Lamentablemente “El Nivel” fue cerrado por las autoridades del oficialismo cultural convencidas de que esos recintos corrompen a la juventud. Y aunque la conducta criminal de tal burocracia fue denunciada en su momento por el llorado autor de “Por mi madre, bohemios” en un intento de justicia poética, el puño cayó sobre el escritorio y las puertas de la taberna cerraron. Hoy es una “casa de cultura” de la UNAM que no despierta el interés ni de estudiantes ni de paseantes del viejo barrio universitario.

Aquella tarde en que me iluminó la frase con que inicio este JdO, encontré a mi maestro en el rincón del salón departiendo con un hombrón de espeso bigote y acento norteño.

Como Liguori, vestía traje y corbata. Como Liguori a esas horas, tenía facha de cama destendida. Como Liguori, había olvidado que

en un salón de la Prepa Uno bostezaban unos muchachos en espera de su clase.

Se llamaba José Alvarado. Me miró de pies a cabeza. Puso entre mis manos un vaso con una porción de Victoria cuando el profe me presentó como uno de sus alumnos favoritos y me sentó a la mesa.

Fue una velada inolvidable que se prolongó hasta que volví a pie a la casa de huéspedes de La Ribera de San Cosme, mareado y con el corazón cerca de las estrellas.

Si cierro los ojos puedo revivir el cuadro: Pepe Alvarado, con un fajo de cuartillas agitadas en la mano derecha, como si quisiera enviarlas volando a la revista Siempre! –en donde las esperaban desde horas antes–, rugiendo: “¡Muchachito…! Los periodistas no somos vanidosos… ¡Debemos ser eficaces!”

Eso fue en 1967 y creo que fue cuando el feroz virus del periodismo me inficionó, para tristeza y alarma de mis padres.

Pepe seguiría iluminando a los lectores hasta su muerte en septiembre de 1974. Manuel Buendía, Paco Martínez de la Vega y José Emilio Pacheco ensalzaron sus textos como ejemplos del estilo al que debemos aspirar todos los periodistas.

Conmemoramos, pues, cincuenta años de ausencia del Coloso de Lampazos. La Universidad Autónoma de Nuevo León, de la que fue rector en un periodo aciago –que por respeto a su memoria no quiero hoy recordar–, editó la recopilación Imagen de reportero. Me llenó de alegría encontrar aquel apotegma reproducido en las memorias del evento, y confirmar lo que alguna vez me dijo Edmundo Valadés de Pepe Alvarado:

“Su estilo –es decir, su personalidad– es de los que trascenderán.”

De su pluma es la siguiente confesión:

“Alguna vez, si la vida me deja, escribiré algunas cuartillas para narrar mis recuerdos de periodista. Debo a este oficio momentos de suprema belleza y gracias a la profesión, escogida desde mi adolescencia y todavía con los libros bajo el brazo, he podido recorrer la mitad del mundo y tener entre mis amigos a hombres de todas las razas y de un gran número de lenguas. Ser periodista me ha permitido realizar algunos de los mejores sueños de mi juventud y conocer a varios de los seres superiores de mi tiempo; jamás, por otra parte, ha sido la amargura huésped dilatado en mi alma”.

Miguel Ángel Sánchez de Armas*

La investigadora Anna Pi i Murugó reseñó el aspecto literario de Pepe a partir del contenido de Tiempo guardado. Cuentos y novelas cortas:

“En la obra de José Alvarado destacan tres géneros: los textos y artículos periodísticos, los ensayos y la prosa, principalmente los cuentos que conforman este volumen.

“Si en los dos primeros apartados podemos rastrear la situación política y social de la época, que de manera satírica y cáustica nos presenta el autor, en los cuentos y novelas cortas se ofrece una visión amarga de la vida y desfilan personajes solitarios, fracasados, abandonados, situados mayoritariamente en un ambiente urbano y hostil.

“A través de ‘El retrato de Lupe’, ‘Plácido sin reloj’, ‘El retrato inútil’, ‘El retrato muerto’, ‘Memorias de un espejo’ y ‘El personaje’, descubrimos a un escritor que, si bien fue muy reconocido por sus reportes periodísticos, no se le premió en vida la gran calidad que también ofrecen sus textos de mayor creatividad personal.

“Aunque José Alvarado fue contemporáneo y amigo de escritores tan conocidos como Octavio Paz, Carlos Fuentes, Alí Chumacero, Carlos Pellicer y Abel Quezada, entre otros, nunca buscó la edición de sus

obras o la competencia estilística con ellos […]”

José Alvarado estuvo ligado al periodismo desde su etapa juvenil y estudiantil. En Mis cuarenta años en el periodismo cuenta que publicó su primer escrito en un periódico en octubre de 1926. Se trataba de una revista estudiantil, Rumbo, con un tiraje de trescientos ejemplares, editada en Monterrey por un grupo de alumnos del Colegio Civil.

En la ciudad de México fortaleció la vocación. Editó la legendaria Barandal al lado de Octavio Paz y se forjó una trayectoria como reportero, editorialista, columnista y cronista en diversas publicaciones, particularmente arraigado en Excélsior y en Siempre! Fue corresponsal de guerra en el Medio Oriente y enviado especial a Europa y América del Sur. De sus viajes por África, China y la URSS dejó testimonios entrañables que, al recordarlos cuatro décadas después, pintaba con nostalgia:

“Vale la pena haber visto el mundo con ojos de periodista durante estos cuarenta años.

La más fascinante, dramática y febril historia se ha desarrollado sobre el planeta, sacudiendo almas colosales y llevando a cumbres imponderables a gigantes y a pigmeos. La llama de la libertad ha fundido muchas cadenas y el vasto movimiento humano sobre el globo ha superado el

de todos los mares. Muchas ilusiones precarias fueron dispersas por el viento, muchas esperanzas de cíclope fueron realizadas y los grandes sueños, fulgurantes, siguen ardiendo. El hombre enamora a las estrellas con mayor eficacia y arrebata sus misterios a los electrones. La mujer es más bella y el niño nace con mayor número de posibilidades.”

José Alvarado se definió a sí mismo, para formular el sentido y la condición del oficio, a través de una yuxtaposición de afirmaciones y oposiciones. Él mismo es referencia por el bagaje acumulado:

“Los periodistas, según nos place creer, no son migaja de soberbia, estamos curados de vanidad literaria o política; el trabajo nos inmuniza contra la solemnidad o almidón académico. No se conoce el origen, o tal vez resulte ilusorio, pero es uno de los gremios en cuyo seno dura más la juventud, quizá por la necesidad de ver al mundo y la vida todos los días y encontrarlos, pese a todo, como objetos recién hechos o regalos con la envoltura acabada de romper. Hay, claro está, el accidente: desfile de miserias humanas y feria de títeres vestidos, según el caso, de Robespierre con traje adquirido en Laredo, Texas; Casanova de chaqueta prestada; Talleyrand de Pungarabato o Fouché de Cieneguilla; bueno, hasta de

Kissinger de Santa María la Redonda. Pero todo enseña y tiene algún grano de sal.”

De igual modo ocurre en el artículo “Imagen del reportero”:

“Ardua, pero bella, fascinante, la tarea del reportero. Quien lo ha sido una vez, no dejará de serlo nunca. Se trabaja, a veces, al filo de la madrugada, en los rincones más sombríos de la noche, en medio de la luz de mediodía o en la hora violácea del crepúsculo. El mundo ofrece así todos sus aspectos, el hombre todos los escondrijos del alma. El reportero transforma en tinta todos los jugos de la vida, da aliento a los números e infunde espíritu a las palabras.”

José Alvarado nos recuerda que la vida es la materia de periodismo y que hay que servirse de la realidad para convertir en escritura todo lo que ocurre, en una labor fundamentada en honestidad, voluntad para una preparación constante y sensibilidad.

Como el escritor británico–trinitense V.S. Naipaul, Pepe Alvarado fue un creador que cerraba las cortinas de las ventanas de su casa por que le angustiaba ver tantas historias pasar frente a ellas sin que pudiera consignarlas.

Para fortuna de nosotros, su obra no es de las que descansan en paz.

*Periodista

MECANO PARA PRINCIPIANTES

Lenguaje, Género, Cultura

ara quienes comenzamos a ser jóvenes en los años ochenta, el grupo español Mecano fue una feliz novedad. Con sus letras un poco frívolas y divertidas en un principio, y con temáticas más sociales al final, nos acompañaron como la banda sonora de varias secuencias autobiográficas.

Además de abordar varios ritmos, sus letras jugaban con modismos, guiños y licencias literarias. Estas últimas consisten infracciones lingüísticas en favor del estilo o del sentido de una canción, cosa que en ocasiones nos parecieron algo extrañas.

En “Cruz de navajas”, su primer éxito en México, se menciona un “somier taciturno que usar por turnos”. Sólo algunos observadores detectaron que María y Mario, los protagonistas del tema, compartían apenas una rústica base de colchón que los distanciaba más.

En esta misma pieza, un juego de palabras altera y “oculta” un sentido que va en la misma dirección que la presentada: “y María se moja las ganas en el café/ magdalenas del sexo convexo” puede leerse como un tropo (recurso literario) de los versos “y María se moja las ganas del sexo convexo/ magdalenas en el café”. Esta última parte es una construcción visual de sentido erótico... aunque de todas maneras el tal Mario no captó la indirecta.

En los ochenta escuchamos también “Me cuesta tanto olvidarte”. De momento no supimos qué era aquello de “la cara vista es un anuncio de Signal”. Que nadie nos culpe, pues en México esa marca de pasta de dientes nunca se conoció. En la canción la frase expresa ese fingir una feliz sonrisa mientras que en el in-

terior “la cara oculta es la resulta de mi idea genial de echarte”.

Un modismo español nos dejó “en ayunas” al escuchar “Los amantes”. La pieza dice: “Y como no tengo complejos/ me miro siempre en todos los espejos/ antes de echar los tejos”. Mientras en México conocíamos la “bebeleche” o “avión”, en España jugaban a derribar con una piedra —o tejo— un palo clavado en la tierra. El juego derivó en la “treta” en arrojar “los tejos” muy cerca de los pies de una muchacha con el fin de sacarle plática.

UNA ROSA ES UN ROSARIO

Cuando William Shakespeare escribió: “La rosa no dejaría de ser una rosa y de esparcir su aroma aunque se llamara de otro modo”, hacía referencia a aquella vieja discusión sobre la cosa y su relación con el nombre que la designa. A principios del

siglo XX, la escritora Gertrude Stein creó su famoso aforismo: “Una rosa es una rosa es una rosa”, con el que expresaba que sólo usando el nombre del objeto se le puede invocar.

José María Cano, uno de los integrantes de Mecano y sin lugar a dudas un buen lector, escribió la canción “Una rosa es una rosa”, rumba a ritmo de flamenco que, más allá del tema del amor doloroso da una vuelta de tuerca al tema de la rosa: “Una mentira y un credo/ por cada espina del tallo/ que injertándose en los dedos/ una rosa es un rosario”. Este último verso captura con toda su fuerza el dolor existencial encerrado en un nombre. Nada menos.

En las letras de José María e Ignacio Cano aparecen decenas de referencias literarias, homenajes (“Eungenio Salvador Dalí”, “Laika”, “Los héroes de la Antártida”, “JC”, “Aidalai”) y alusiones al cine (“Al-

modóbar”, la película “Hijos de un dios menor”) y asuntos de discusión social como la homofobia, el VIH (“El fallo positivo” y “Mujer contra mujer”) o la discriminación por raza (en “No hay marcha en Nueva York”).

Lo que en todo momento evitó que sus canciones cayeran en el panfleto fueron su riqueza de recursos y que en sus letras abunda la poesía acompañada de una excelente composición musical.

Lo anterior demuestra que, en asuntos de belleza, la culpa no siempre es de los ojos: a veces la culpa es de los oídos. Es muy raro encontrar en los tiempos actuales, en cuanto a música, una propuesta innovadora, atractiva y al mismo tiempo con un contenido más allá de lo superficial.

* Editor y consultor editorial yadivia@gmail.com

Día del Señor

En el Evangelio de hoy, Jesús se muestra hasta qué punto él se siente conmovido por el sufrimiento humano y actúa para poner remedio, eso hace exclamar a las muchedumbres: “Todo lo hizo bien”. Frente al sufrimiento y a la miseria, muchos se preguntan: ¿”dónde está Dios”?, o ¿”qué le he hecho yo a Dios para que me trate así”? En lugar de perdernos en preguntas con las que intentamos justificar nuestra flojera espiritual, debemos más bien decir: ¿”Qué puedo hacer yo para aliviar ese sufrimiento”? Sí, Cristo desea seguir haciendo el bien entre nosotros y en nuestros días mediante sus enviados. Cristo desea seguir liberando al hombre de las necesidades materiales, de las enfermedades, de las calamidades naturales, de los males espirituales mediante nosotros. Es hermoso constatar la generosidad de tantos millones de cristianos para

La Turicata

LA LUZ

Un rayito de luz por la mañana, filtra sus rayos por la enredadera, se quiebra en el cristal de la ventana y matiza tu hermosa cabellera…

Esta minilección de física–poética del bardo yucateco Ricardo Palmerín la habría aprobado el mismo Isaac Newton. Pero ¿qué es la luz? Es momento de consultar–leer el libro Celebrando la luz editado por la asociación Leonardo da Vinci (regalo de mi hijo Mauricio Ca-

XXIII Domingo tiempo ordinario

¡Qué bien lo hace todo! Hace oír a los sordos y hablar a los mudos ( MC 7, 31–37 )

socorrer en cualquier parte del mundo a los más necesitados. Cristo debe estar contento porque puede continuar haciendo el bien en la historia de los hombres mediante los cristianos. Al mismo tiempo, como creyentes cristianos, hemos de hacernos algunas preguntas: ¿Hago yo personalmente todo el bien que puedo hacer? ¿Busco que otros, singular o comunitariamente, hagan el bien? ¿Cuál es el tipo de bien que más me gusta hacer: el material, el espiritual o ambos a la vez? ¿Estoy convencido de que a través de mí, Cristo glorioso continúa presente entre los hombres haciendo el bien? Y no olvidemos que hacer el bien desinteresadamente a los hombres es una manera estupenda de liberarlos. No sólo existen los sordomudos fisiológicos, que padecen esta limitación que les dificulta la comunicación con quienes los rodean. También existen los sordomudos culturales, incapaces de comunicarse con el entorno. Conocemos el tormento que viven muchas familias, donde no existe una comunicación sere-

rrillo Tripp, doctor en Biofísica e investigador del Cinvestav Monterrey) que nos dice en su portada, para abrir boca: “Sin luz no habría evolución, pues no hay actividad biológica que pueda prescindir de ella, ni lugar donde no se encuentre. Aún en la oscuridad total, hay luz. El ser humano cada vez la entiende mejor y la usa en su beneficio, maravillándose de su plasticidad e innumerables aplicaciones que no dejan de sorprendernos”. Celebrando la luz es un libro que invita a los lectores a sumergirse en un viaje introspectivo y espiritual a través de la exploración de la luz como símbolo de esperanza, renovación y trascendencia. Este libro, escrito con una prosa poética y evocadora, se convierte en una meditación sobre la naturaleza de la luz y su impacto en nuestras vidas. Desde las primeras páginas, el autor nos introduce en un mundo donde la luz no sólo es un fenómeno físico, sino también una metáfora poderosa que atraviesa

na entre la pareja, como tampoco entre padres e hijos. Las agresiones verbales y físicas son el pan de cada día. Muchos factores bloquean nuestros oídos, y eso nos impide escuchar la voz de Dios que habla a través de los acontecimientos, y también nos impide percibir las necesidades de nuestros hermanos. Muchos factores bloquean nuestra lengua y por eso somos incapaces de pronunciar una palabra de perdón a quienes nos han ofendido y una palabra de optimismo para el que se siente triste. Hay personas sordas y mudas por factores generacionales. Esta situación se vive en muchos hogares, donde padres e hijos apenas se hablan, viviendo en mundos completamente diferentes. El objetivo de Jesús no es primariamente la salud del enfermo, sino la manifestación de que “Dios está aquí”, en Jesús, y de que es ‘el médico’, no el juez. Y la presencia de Dios en Jesús no consiste en hacer de esta vida un paraíso, sino en hacer que esta vida sirva de camino al Paraíso. En estas últimas semanas hemos visto

diversas culturas y tradiciones. La narrativa se despliega en una serie de ensayos y reflexiones que abordan la luz desde múltiples perspectivas: científica, filosófica, artística y espiritual. Cada capítulo está cuidadosamente estructurado para ofrecer una visión completa y enriquecedora sobre el tema.

Uno de los aspectos más destacados del libro es la manera en que el autor entrelaza historias personales con referencias históricas y culturales. A través de anécdotas íntimas y conmovedoras, el lector es llevado a comprender cómo la luz ha influido en la vida del autor y, por extensión, en la vida de todos nosotros. Estas historias personales se complementan con citas y referencias a figuras históricas y literarias, lo que añade profundidad y contexto a la narrativa. El libro también se adentra en el ámbito de la ciencia, explicando de manera accesible conceptos como la naturaleza de la luz, su comportamiento y su importancia en el universo.

de cerca el sufrimiento de los que perdieron casas, y seres queridos en el terremoto y las inundaciones en Haití. Hemos visto el terror de la gente tratando de escapar en el aeropuerto de Afganistán. Lo mismo en nuestro país, hay imágenes terribles de las inundaciones en varios estados, y siempre hay la desesperación de los inmigrantes tratando de entrar en los Estados Unidos desde México. Todos están buscando una vida segura, una vida que les dé la posibilidad de vivir con dignidad y seguridad. Tenemos que abrir los oídos a sus gritos de dolor y hacer nuestra parte, por más pequeño que sea.

Cualquier enfermo, sea de cuerpo o del espíritu, que se revela a la comunidad cristiana merece la misericordia y la ayuda. Estamos hoy en el lugar de Jesús, portadores de la curación y del amor. Nos toca abrir nuestros ojos y oídos a los gritos de los sufridos y extender la mano como Jesús. Como Jesús hizo concreta la profecía de Isaías, hoy tenemos la oportunidad de hacer concreta la misión de Jesús. Abrir el oído del corazón al pobre es sin duda una poderosa manifestación del amor evangélico.

Que nuestro buen Dios y Señor, los bendiga hoy, proteja y acompañe siempre.

*Presbítero cpomah@yahoo.com

Estas explicaciones científicas no sólo enriquecen el contenido del libro, sino que también permiten al lector apreciar la luz desde una perspectiva más amplia y fundamentada.

En el ámbito filosófico, Celebrando la luz explora cómo diferentes pensadores y corrientes filosóficas han interpretado la luz a lo largo de la historia. Desde Platón hasta los filósofos contemporáneos, el autor nos muestra cómo la luz ha sido un tema recurrente en la búsqueda del conocimiento y la verdad. Esta exploración filosófica se complementa con reflexiones sobre la luz en el arte y la literatura, destacando cómo artistas y escritores han utilizado la luz para expresar emociones y conceptos complejos.

La dimensión espiritual del libro es quizás la más conmovedora. El autor nos invita a considerar la luz como un símbolo de esperanza y renovación, especialmente en tiempos de oscuridad y dificultad. A través de citas de textos sagrados y enseñanzas

espirituales, el libro ofrece una visión reconfortante y esperanzadora sobre el poder transformador de la luz. Esta dimensión espiritual se ve reforzada por las experiencias personales del autor, quien comparte momentos de revelación y crecimiento personal vinculados a la luz. El estilo de escritura del autor es otro de los puntos fuertes de Celebrando la luz. Con una prosa lírica y evocadora, el autor logra capturar la esencia de la luz y transmitirla de manera vívida y emotiva. Las descripciones detalladas y las metáforas poéticas crean una atmósfera envolvente que invita al lector a reflexionar y conectar con el tema en un nivel profundo. En resumen, Celebrando la luz es un libro que ofrece una exploración rica y multifacética de la luz como símbolo y fenómeno. A través de una combinación de ciencia, filosofía, arte y espiritualidad, el autor nos invita a celebrar la luz en todas sus manifestaciones y a reconocer su importancia en nuestras vidas.

Carlos Poma Henostroza*
José Carrillo Cedillo

MÉXICO FORJA A LOS ORFEBRES DEL NUEVO ORO: LOS DATOS

Cualquier acción al estar en contacto con un dispositivo conectado a internet genera una enorme huella de datos. El simple hecho de entrar a Amazon y explorar los artículos de tu interés, dar clic por aquí, por allá, implica que la aplicación conozca tus hábitos de consumo.

Detrás, hay complejos sistemas de IA y modelos de predicción construidos por profesionales que han domado el abstracto arte de los datos. Uno de los perfiles que puede desenvolverse en este tipo de compañías son los especialistas en ciencia de datos, disciplina que comienza a tomar tracción en México.

Enki, consultora tecnológica especializada en inteligencia de negocios, señala que la tecnología de macrodatos y computación en nube son de interés para los empresarios en México, junto con los especialistas en tecnología y en machine learning, por ser considerados como los profesionistas clave para la transformación empresarial.

A principios de año, el Instituto Politécnico Nacional y la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) México expusieron que existen 95 por ciento más de ofertas laborales relacionadas con la Inteligencia Artificial (IA) que hace un año.

De acuerdo con el informe “El futuro del trabajo en el área de ciencia de datos e Inteligencia Artificial en México 2024”, de UNIR, los sectores en los que la IA genera mayor impacto y oferta de empleo son tecnología, hardware y software, servicios financieros, alimentos, manufactura, marketing, comercio minorista, y consultoría de negocios.

“Cada vez más empresas buscan perfiles concretos vinculados a la IA. Se han analizado siete mil 254 ofertas en el mercado laboral mexicano de perfiles vinculados con la IA. Los tres más demandados hoy en México son el ingeniero de datos, el analista de datos y el científico de datos, aunque la demanda de empleo en inteligencia artificial es muy transversal a todos los sectores”, destacó Jorge Torres Jiménez, director de la Escuela Superior de Ingeniería y Tecnología de UNIR, durante el evento de presentación del estudio.

Académicos de la Universidad Iberoamericana, Tec de Monterrey y Universidad Nacional Autónoma de

un amplio campo laboral porque sus perfiles tienen demanda en todas las industrias. Una breve búsqueda por OCC, portal de empleo, muestra que los expertos alcanzan sueldos de entre 40 hasta los 100 mil pesos.

Carlos Ricardo Cruz, investigador del departamento de computación del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas (IIMAS), mencionó que la ciencia de datos es importante por el auge de la inteligencia artificial, puesto que en fenómenos como el de ChatGPT se entrenaron modelos computacionales mediante una masiva cantidad de datos que requirió a expertos en esta materia. Resaltó que al tener personal de este tipo, abre nuevos mercados, clientes, o encontrar patrones en los datos que no se han explotado y, en consecuencia, ayuden al negocio. Por ello, agregó que hay mucha oferta de trabajo y falta personal. Anotó que empresas como Oracle, HP o Intel, establecidas en Guadalajara, tienen una amplia convocatoria laboral.

La UNAM estrenó en agosto de 2019 la carrera de Ciencia de Datos y para ingresar a ella, los alumnos deben cursar primero cuatro semestres en carreras

des, posteriormente continúan la licen ciatura en el IIMAS, donde comienzan a especializarse, reveló el investigador.

La Universidad Nacional se ha caracterizado por la formación de egresados críticos de su realidad, al cuestionar al catedrático sobre los casos de abuso que existen en las big tech alrededor de los datos de los usuarios, refirió que es importante comunicarles a los alumnos la privacidad y seguridad con la que manejan los datos, la calidad, así como la procedencia de donde los obtienen.

Por su parte, Renato Salmerón, director nacional del programa de ciencia de datos y matemáticas en el Tecnológico de Monterrey, comentó que todos los ámbitos industriales y empresariales están siendo permeados por la IA y auguró que en los próximos 5 a 10 años emplearán, en un grado mayor o menor, estos conocimientos.

“Los egresados serán capaces de desarrollar algoritmos. La carrera fue diseñada con una visión muy matemática que respondiera a la visión que se tenía y que hoy es el boom de la ciencia de datos y de la inteligencia artificial. Se planteó como una carrera de fuerte componente matemático que atendiera a las tendencias que se veían”, explicó.

El Tec estrenó en agosto de 2019 la carrera en Ingeniería en Ciencias de Datos y Matemáticas, y forma parte de las siete nuevas licenciaturas que fueron configuradas en su nuevo modelo educativo TEC21 el cual incluye aprendizaje basado en retos, flexibilidad en cómo, cuándo y dónde se aprende, además de una experiencia universitaria memorable con profesores y mentores inspiradores.

Al preguntarle sobre el tipo de perfil que se requiere, apuntó que son bienvenidos estudiantes apasionados por la tecnología y el conocimiento, pero sobre todo una persona que no le tenga miedo a las matemáticas, adicionalmente debe tener un interés por la programación, que sienta esa curiosidad de ingresar instrucciones a la computadora y ver cómo la máquina responde a ellas.

La primera generación de la Ingeniería en Ciencia de Datos de la Universidad Iberoamericana comenzó sus clases en agosto del año pasado; sin embargo, la planeación de esta profesión inició en 2019, pero la pandemia frenó los trámites ante la SEP para lanzarla antes, recordó Andrés Tortolero Baena, coordinador de la Ingeniería en Ciencia de Datos.

“Vimos en el campo profesional que se necesitaban personas capaces de poder revisar datos, ver cuáles eran los importantes en las diferentes industrias, poder analizarlos y con base en ellos definir estrategias y tomar decisiones en las organizaciones”, contó el coordinador.

En las particularidades que ofrece la Ibero figura la definición de tres perfiles: analista, científico o ingeniero de datos, es decir, dependiendo del interés del alumno puede especializarse aún más dentro de la licenciatura. El primero desarrolla habilidades para comunicar estrategias que ayuden a la implementación de soluciones a problemas.

El segundo progresa en las áreas de matemáticas, probabilidad y estadística, se involucra en espacios de problemas complejos como procesamiento de lenguajes naturales, procesamiento de imágenes y big data. En el tercer camino, las y los ingenieros se vuelven diestros en infraestructura de datos, cómputo en la nube, así como en el manejo de integración e implementación de sistemas de machine learning

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