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KUROZUKA

SHUTEN DŌJI

Hay pocos monstruos que se pueden considerar entre los grandes y más temibles yōkai del folklore japonés. El temible rey de los Oni, Shuten dōji, es uno de ellos.

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Shuten dōji no nació siendo Oni. Muchas de las historias cuentan que era originalmente un niño humano que nació hace miles de años. Si madre era una mujer humana y su padre era el gran dragón Yamata-no-Orochi.

Poseía una fuerza sobrenatural y era anormalmente inteligente para su edad. Todos a su alrededor lo molestaban constantemente diciendo que era un niño demonio debido a su fuerza e ingenio, y eventualmente se alejaban de él, incluyendo su madre, quien lo abandonó a temprana edad. Creció para convertirse en alguien totalmente antisocial y con muchos resentimientos.

Se convirtió en aprendiz en el Monte Hiei en Kyoto, siendo el menor y el más fuerte de los jóvenes acólitos, hacia quienes también desarrolló resentimientos. Debido a esto descuidó sus estudios y se metía cada vez más en peleas, cayendo además en el alcoholismo, ganándose el nombre de Shuten dōji, “el pequeño borracho”

Un día de fiesta, Shuten dōji llegó altamente alcoholizado al templo, se puso una máscara de oni y empezó a gastar bromas a sus compañeros. Al finalizar la noche, trato de quítese la máscara, pero descubrió con horror que se había fusionado con su piel. Asustado y avergonzado por los regaños de sus maestros, huyó a las montañas, donde no tendría más interacciones con otros humanos. Vivió en las afueras de Kyōto durante muchos años, robando comida y alcohol de los ciudadanos. Al vivir en el exilio, el poder y conocimiento de Shuten dōji crecieron, llevándolo a dominar la magia oscura con gran destreza. Su reputación atrajo a grupos de bandidos y criminales que eventualmente llegaron a formar una pandilla leal hacia él, a quien enseñó también sus conocimientos en magia. Al pasar el tiempo, el joven y sus seguidores se

transformaron en oni, y eventualmente consiguió un numeroso clan de yokai y oni que aterrorizaban a la gente de Kyōto. Se asentaron en un castillo en el Monte Ōe, desde donde planeaban conquistar la capital para proclamar a Shuten dōji como emperador.

Finalmente, un grupo de héroes guiados por el legendario guerrero Minamoto no Yorimitsu lograron penetrar en el castillo del Oni, y con ayuda de un veneno mágico, pudieron vencer a la banda de oni durante un desafío de beber alcohol. Cortaron la cabeza del borracho Shuten dōji y la enterraron en las afueras de la ciudad, en una montaña llamada Oinosaka. Se dice que la copa y la botella de veneno que Minamoto no Yorimitsu utilizó se guardan en el templo Nariai-ji en Kyōto.

KUROZUKA

Kurozuka (también conocida como Adachigahara) es la mujer demonio más famosa en el folklore japonés, y un modelo popular en el arte. Tiene varios nombres; Kurozuka o “La mujer de los montes negros” es el más famoso, pero también se le conoce como el demonio de Adachigahara, o solamente como Onibaba, “La bruja demonio”.

Su historia se ha transformado a través de los años y tiene varias adaptaciones, pero una de las más populares es la que cuenta que una pareja noble y adinerada tenía una hija enferma a la que amaban mucho. Debido a su enfermedad, la niña pasó sus primeros cinco años sin pronunciar ni una palabra. Sus padres, preocupados, consultaron monjes y doctores durante años, hasta dar con un doctor que les reveló que la única manera de curar a su hija era alimentandola con el hígado fresco de un feto nonato.

Mandaron llamar a la niñera y le dieron la tarea de traer el hígado para la niña. Esperando que tomara un largo tiempo encontrar a alguien que diera voluntariamente el hígado de su bebé, la niñera se preparó para un largo camino. Dio a la niña un amuleto de protección y prometió no regresar sin un hígado para ella.

Los días se volvieron meses, y estos, años, sin encontrar ni una familia que voluntariamente diera la vida de su hijo. Finalmente, el camino la llevó Adachigahara, en Fukushima. Desalentada, decidió que tendría que tomar a la fuerza lo que buscaba, así que acampó en una caverna a un lado del camino y esperó a que una mujer embarazada pasara por ahí.

Pasaron muchos años más hasta que finalmente una solitaria mujer embarazada caminara por aquella vereda. Al verla, la niñera saltó de su escondite y la atacó con su cuchillo, cortando su vientre, matando al feto y tomando su hígado. Solo cuando completó su tarea, la niñera miró a su víctima y notó que la muchacha tenía consigo un amuleto muy viejo pero muy familiar: el mismo que ella había dado a la niña

años atrás. La culpa de saber que había asesinado a su protegida fue tanto que la mujer se volvió loca y se transformó en un yokai.

Permaneció en Adachigahara, donde desarrolló poderes temibles y aprendió a usarlos para atraer a los viajeros a su escondite a pasar la noche y asesinarlos en su sueño.

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