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BŌNOPPERA
NOPPERA BŌ
Había una vez un pescador que vivía en una pequeña campiña junto a su esposa. Un día salió decidido a pescar en las charcas imperiales del koi. La charca, que quedaba cerca de un cementerio, era conocida como tierra sagrada; por ello, su esposa le advirtió que no fuera.
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Intentó detenerlo algunas veces, pero fue inútil ya que su esposo partió de todas formas a pescar cerca del palacio de Heiankyo, donde estaban las charcas.
Cuando hubo estado en el lugar, vio a lo lejos a una hermosa mujer, esta se acercó hasta donde estaba el joven y le advirtió que no pescara en ese sitio, pues era sagrado, pero el pescador seguía sin obedecer las indicaciones que le ofrecían.
La mujer comenzó a arrancarse el rostro enfrente de él, el pescador huyó aterrorizado hacia su casa. Cuando entró, le contó asustado a su mujer lo que había sucedido: —¡He visto a Noppera bō! —¿Noppera bō? —preguntó la mujer mientras se arrancaba la cara frente a su esposo.
El joven pescador se desmayó ante tal espanto y cuando despertó, se dio cuenta que estaba en un cementerio, sobre una tumba.
Cuando la divisó de cerca, se dio cuenta que estaba escrito el nombre de su esposa. Así fue como el hombre supo que había estado casado con un fantasma sin rostro.