De tanto ir a tu encuentro

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Linda Cristina Lรณpez Ortega

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DE TANTO IR A TU ENCUENTRO © Linda Cristina López Ortega Colección El libro hecho en casa. Serie poema © Para esta edición: Fundación Editorial El perro y la rana Sistema Nacional de Imprentas Red Nacional de Escritores de Venezuela

De tanto ir a tu encuentro

Depósito Legal:40220108002736 ISBN: 978-980-14-1543-5

Plataforma del Libro y la Lectura Jairo Brijaldo Diagramación: Jesús Castillo Impresión Frank Torre

Correo electrónico: sistemadeimprentasyaracuy@gmail.com


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El Sistema Nacional de Imprentas es un proyecto impulsado por el Ministerio del Poder Popular para la Cultura a través de la Fundación Editorial El perro y la rana, con el apoyo y la participación de la Red Nacional de Escritores de Venezuela. Tiene como objeto fundamental brindar una herramienta esencial en la construcción de las ideas: el libro. Este sistema se ramifica por todos los estados del país, donde funciona una pequeña imprenta que le da paso a la publicación de autores, principalmente inéditos.


DE TANTO IR A TU ENCUENTRO, POEMARIO DE LINDA LÓPEZ ORTEGA

YONY G. OSORIO G. “Hoy te pienso existes en cada acorde de mi cuerpo” (López L., 2009: “Notas de hoy y el mañana”) De tanto ir a tu encuentro es un libro de tejido sensible en el que mediante tratamiento intimista se abordan los más sutiles estados de ánimo como las contingencias de la existencia, momentos que se constituyen en este nuevo poemario de Linda Cristina López Ortega. Pues en éste el panorama poético se torna tierno, enérgico, nostálgico, humorístico e irónico, al contrario de Calendario del deseo, libro anterior con el que nos habíamos acostumbrado a instalarnos en una lectura del sosiego; por cierto, obra que fue justamente premiada en el Concurso Rafael Zárraga de esta entidad regional. Ahora bien, en el discurso poético del libro De tanto ir a tu encuentro se conjugan elementos como los siguientes: intimismo, coloquialismo, experiencia vital, lo autobiográfico, la confesión, el humor, el amor al amado, a los hijos y la angustia ante la inminencia de la muerte; además, su estructura de construcción cuenta con algunos trazos narrativos, configuradores de ese paisaje interior que nos entrega Linda Cristina López Ortega. Esta obra está organizado en seis partes, de acuerdo a los subtítulos siguientes: (1) “La poesía y la muerte andan de paseo por las veredas de la vida”, (2) “Duele tanta ausencia

de ti, de mí, de nosotros, (3) “El hombre amado entre encuentros y desencuentros amorosos”, (4) “Notas de mujer, aves y silencios”, (5) “Con hilos del pasado” y (6) “Poemas a los hijos”. La figura de Eros, como centro de esta arquitectura verbal, transita la casa del deseo en donde el habla profunda jadea toda una historia de vida entrecortada orientada hacia la búsqueda de ese amor hecho de distancia/aproximación; pero que al final ha significado lo inasible, sólo la brevedad, lo efímero o el simple aliento que depara un chispazo, eso es lo que sobrevive. Quizás, pudiéramos coincidir con lo que denomina el escritor Milan Kundera como “la memoria poética” en su libro La insoportable levedad del ser, es decir, aquello que únicamente tiene peso en la vida para un ser será lo que merece adquirir significado, por lo tanto ello es lo sustancial. En tal sentido, si es el amor lo predominante en este contexto poetizado por la autora, aunque volátil, ha de ser entonces lo trascendental. La experiencia del viaje como traslado físico o psíquico es una especie de escape o vuelo que conduce al encuentro/ desencuentro, ya que la angustia de saberse que la nada es un asecho perenne evidencia el desasosiego, y es el humor la fórmula que se emplea como antídoto ante la ausencia, que también es objeto de la ironía de la vida: tanto encanto, recuerdos y amores para llegar y aceptar con honorable resistencia la inminente noche absoluta. Tras una sucesión de enunciados y a través del recurso anafórico se establece una relación de semejanza y contraste, como por ejemplo, en el poema “La poesía y la muerte”, que nos aproxima a una definición personalísima de la poesía, texto a través del cual se inicia un recorrido lírico en donde los dos hechos colocan al ser en medio de la cuerda floja, y tiene éste que representar a veces un poco el papel de equilibrista: en el hilo de un destino, la caída, el reposo, la noche, la luz y la unidad de contrarios:


“La poesía y la muerte son aves de lluvia columpiándose en espacios invisibles”

……………………………………………………………. “La muerte va de paseo volando vestida de quietud”

…………………………………………………………… “La poesía y la muerte son hilos invisibles que nos columpian” Pero una y otra son náufragas en las precipitadas aguas que van a dar a la mar a un destino incierto: “La muerte nació una tarde de lluvia” …………………………………………………………. “La poesía nació una mañana de lluvia”

de la decisión del vivir, a pesar de todo el maquillaje social antes del morir. No obstante, es aceptable esta condición de finitud: “y yo recuerdo mi muerte que no llega todavía Si no hubiese conocido el granizo y la lluvia el olor a tierra mojada, el mar, las flores y las aves Si no hubiese transitado entre encuentros y desencuentros Si las sábanas de mi cama y mis piernas no se hubiesen entrelazado en mil noches amorosas y mis sentidos no se hubiesen apoderado de las tristezas el amor… la desesperanza… el terror a la muerte Si mi hombre no hubiese llorado como un niño al borde de la cama ni me deleitó un poema, un breve bolero y un viejo recuerdo Si no me hubiese equivocado mil veces … no sería perfecta mi muerte…”

(López L., 2009: “La poesía y la muerte”) (Ibídem: “Y no sería perfecta mi muerte”)

Sueños/ensueños, prisioneros anticipados en la casa, que es para Linda Cristina López Ortega, morada cargada de recuerdos, conectada al espacio abierto con una mirada al techo del cielo, evocada a través del café cerrero, casa de raíces profundas enraizadas en la tierra, abonada-fecundada de cuerpo en el eterno retorno, lecho de la noche absoluta: “Quiero continuar andando por la casa de los sueños de corredores, helechos, verde y cielo, perfumarme con café recién hecho en las tardes danzar sobre ese poema de amor con sólo mi nombre ser abono para los lirios nuevos que adornen mi patio y polvo en los nidos de las aves que visitan la casa”

(Ibídem: “Cuando muera”)

En el transcurrir de la vida plena como justificación de un sentido: la existencia es acontecer con todas las limitaciones, como una elección, aunque el sentimiento trágico de la misma se expresa el vivir con toda la circunstancialidad que ello implica, pero para que la muerte sea perfecta un sí condicionante y reiterativo enfatiza la contundencia

Por otro lado: “El cuerpo en danza carece de límites, aflojar la libertad de ser, liberar todo ejercicio de iniciación, toda fatiga temporal. Ser en la duración poética, no en el poema, ser arte, no obra de arte, ser centro no búsqueda del centro, ser origen y no expresión de un origen es esto el límite sobrepasado en la danza por el cuerpo en la embriaguez”. (Ossott, Hanni, 1979: 42). En tal sentido. “Quiero continuar andando por la casa de los sueños …………………………………………………………… danzar sobre ese poema de amor con sólo mi nombre, …………………………………………………………… déjame libre, correr en el viento, ……………………………………………………… cabalgar sobre nubes convertida en lluvia …………………………………………………………………… Piénsame faro para guiar tu buque a esta época imperturbable de mar sosegado mientras tú continuas bebiendo la vida Suéñame aguardándote como siempre: ola burbujeante, beso sediento, torbellino


para continuar amándonos en estos tiempos”.

(Ibídem: “Cuando muera”)

Otro recurso que adquiere singular importancia es el apóstrofe, que consiste en dirigirse a una persona, animal o cosa personificados. Es decir, el escritor o escritora se dirige a una persona o ser inanimado sin intención de obtener respuesta. Para mayor ilustración consideremos el siguiente texto que nos ilumina en cuanto al recurso utilizado también por Linda Cristina López Ortega, lo que nos facilita para establecer las comparaciones que nos proponemos a fin de subrayar en lo planteado: “En lo abierto, desde lo unánime, ¿qué habla? Ni un yo, ni una tercera persona. ¿Habla el desierto? ¿Habla la ausencia? ¿Habla acaso la unanimidad de ser que se precipita en el no ser? ¿Habla la disposición del dominio, la muerte en el deseo, la fertilidad alcanzada y tocada por la extrema quietud? ¿Habla acaso aquello que Rilke llama “el no-lugar sin negación: la claridad incontrolada, esa que se respira y se “sabe” infinita y no se desea”? (Ossott: 123). Por ello: “Quien armó de hoz tus manos Y no de rosas doradas Quién visitó tu rostro de fealdad Y no de mujer hermosa de tez rosada y rojos labios Quién dijo ayer que transitas por espacios oscuros Y no te perfumas con algas marinas a la luz del sol Quién, muerte, quién? Quién asegura que persigues a los hombres Y no que ellos se extasían en tus dulces abrazos Quién dispuso tu nombre para asustar a los niños Y no dijo que jugabas con las gotas de lluvia. ¿Quién, muerte, quién? …………………………………………………………… Te llama ausencia… silencio Y no vida…”

(Ibídem: “Quién te nombró muerte”)

Inundado se encuentra este poema ante la aproximación a la muerte, la muerte de los suyos: la del padre, el primo, la tía y la esperada, que es objeto de una ansiada evocación: “Aquella, la mía, la que no llega todavía” …………………………………………………………… “Y esa muerte que me persigue todos los días” en espera de que me ames –infinitamenteantes de mi verdadera muerte para llevarme el sabor de este morir infinito y sin tiempos que llevo años inventándome, Inventándotelo, Inventándoselas”.

(Ibídem: “la muerte me persigue”)

La relación anafórica, mediante el uso de la frase “De tanto”, es un medio que enfatiza el tema de la ausencia y vislumbra la insistencia en la espera que deriva en la nada. Por lo que la repetición suele ser una forma que determina la estructura de un texto según el número de frecuencia que pudiéramos detectar. Por ejemplo, en el siguiente poema podemos apreciar lo antes afirmado: “De tanto ir a tu encuentro habito espacios deshabitados y mi cuerpo: desierto inhóspito …………………………………………………….. De tanto olvido me quedé sin rostro: no existo ………………………………………………………. Y de tanto y tanto amarte quizás, me ausente… me evoques de súbito y cabalgues sobre los senderos de mi ausencia”

(Ibídem: “De tanto y tanto”)


La angustia, desesperanza, ahogo de un transitar roto precipita un estado de incertidumbre: “Tanto grito callado Tanta angustia a mi paso Tanta armadura sobre mi cuerpo -pesándome-

………………………………………………………. Tanto romperse a pedazo -en los más leves tropiezosTanto cuerpo: cristal desparramado… tanto abismo Tanto tiempo que se acorta… y yo sin decirte nada”

(Ibídem: “Tanto”)

Muchos de los recursos esgrimidos para crear efectos estéticos y determinar la estructura del libro que comentamos, lo podemos condensar en lo denominado como “La apoyatura temática” que consiste en que “es una expresión que se repite, en general, al comienzo de una nueva estrofa o una nueva variación poética. La repetición de elementos reitera el tema central del poema, permitiendo retomar el hilo con cada nueva variación, como recordábamos aquello de lo que estamos hablando, por eso es temática. Su repetición crea también períodos que se cierran y se abren; por eso es rítmica”. (Calzadilla Juan, 2007:196). Algunas de dichas repeticiones las encontramos en: “Temores”, “Sólo soy”, “Notas de hoy y el mañana”, “Tanto” (Tanto, tanta), “De tanto y tanto”, “Quién te nombró muerte” (si), y en “La poesía y la muerte” (Contraste, conjunción y semejanzas). Finalmente, este hermoso e intenso trabajo elaborado, macerado, corregido y añejado por espacio de 10 años, según la autora, tuvo que resistir las pruebas del tiempo para que pudiera salir a la luz pública. Así que de esta manera, la propuesta poética a la cual nos aproximamos cierra su disposición cíclica con la evocación a una infancia cercana:

los hijos; puesto que en un tono tierno, amoroso y de alta calidad lírica, Linda Cristina López Ortega retoma el curso de la escritura y nos cede su vibración existencial contenida en su nuevo poemario De tanto ir a tu encuentro. Referencias: Calzadilla, Juan, Calzadilla, Juan Antonio Areaza y Bernal, Luis D. (2007). Módulos de promoción de lectura y la escritura. Caracas-Venezuela: Biblioteca Popular para los Consejos Comunales, serie Manuales, Fundación Editorial El perro y la rana. Ossott, Hanni. (1979). Memoria en ausencia de imagen, memoria del cuerpo. Caracas-Venezuela: Fundación para la Cultura y las Artes del Distrito Federal (Fundarte). López, Linda C. (2009). De tanto ir a tu encuentro. San Felipe, Estado Yaracuy: Sistema Regional De Imprenta/ Fundación Editorial El perro y la rana.


“Voces que desamarran los ayeres en universos poblados de quimeras� David Figueroa Figueroa

Llueve y toda mi soledad se inunda de memorias. Yony Osorio


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La poesĂ­a y la muerte andan de paseo por las veredas de mi vida

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RETRATO

La poesía y la muerte

Ese retrato en blanco y negro colgado en la pared del recibo de mí casa me observa mudo… conoce de mis desafueros amorosos del horror y mi miedo del sonido de mi risa a cantaros…desbordada de mi religiosidad nocturna frente a él…hincada: biblia en mano…plegaria en los labios y hasta sabe de mi desnudez de las recetas de cocina y de mi alergia a la pimienta Ese retrato montado en cañuela de madera viaja con mis trastes….conmigo… sin conseguir nunca sosiego. Me mira ..mudo… no aparta sus ojos posados en mi… me sigue … a veces su mirada me desaprueba a veces se apiada de mi a veces permanece incólume indiferente.

I La poesía es una gota de lluvia columpiándose en una hoja de almendrón. La muerte una gota de lluvia suspendida en el espacio por hilos invisibles. La muerte nació una tarde de lluvia. La poesía nació una mañana de lluvia. La poesía es un ave con alas extendidas. La muerte un ave de vuelo en picada. La poesía y la muerte son aves de lluvia columpiándose en espacios invisibles. La poesía y la muerte son hilos invisibles que nos columpian. Yo nací una tarde de lluvia. Un niño se columpia en una rama de almendrón una mañana de lluvia. Entonces un niño es un poema andando en bicicleta

Cuando anuncien mi último viaje algunos vecinos o parientes consideren prudente hacerme acompañar del retrato en blanco y negro montado sobre cañuela de madera como la madera de mi última nave y allí solos… en perfecto silencio él continuará mirándome mudo ….yo lo mirare muda… nos miraremos enmudecidos para siempre… ¡erguidos para siempre!

II La muerte es un poema oscuro detenido en mi cuerpo. La poesía es tu pez que come caramelos en el fondo del mar. La muerte es una golondrina herida suspirando a mis pies. La poesía es un atardecer en tus brazos. La muerte amanecer sin el sabor a tu piel en mi piel. La poesía es el canto de las aves en el patio de mi casa La muerte es salir de mi casa como ave solitaria. La poesía es continuar amándote sin tiempos ni lunas. La muerte ir de paseo volando vestida de quietud.

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Y no seria perfecta mi muerte

De tanto ir a tu encuentro

Quién te nombró muerte A cada instante veo mi muerte en un rincón temblando YonyOsosrio

Llueve granizo esta tarde, tic-tac sobre el toldo de mi casa, mi madre lee el periódico como siempre y yo recuerdo mi muerte que no llega todavía. Si no hubiese conocido el granizo y la lluvia, el olor a tierra mojada, el mar, las flores y las aves. Si mis oídos no hubiesen escuchado el murmullo de las palmeras ni el toque de los valses del río ni me deleitó un poema, un breve bolero y un viejo recuerdo. …no sería perfecta mi muerte… Si no me hubiese equivocado mil veces transitando entre encuentros y desencuentros y mis sentidos no se hubieran apoderado de las tristezas el amor…la desesperanza… el terror a la muerte. ...menos aún sería perfecta mi muerte…. Si no hubiese visto nacer ojos de mis ojos, boca de mi boca, piel de mi piel para continuar viviendo en ellos y no hubiese cruzado el mar en un viejo barco para ir a las tierras de mi padre y bailar con castañuelas …jamás sería perfecta mi muerte Si las sábanas de mi cama y mis piernas no se hubiesen entrelazado en mil noches amorosas. Si mi hombre no hubiese llorado como un niño al borde de mi cama y yo no le hubiese amado bajo el manto de la luna tan desnuda…desnuda como el día de lluvia en que nací ….no sería, en verdad, perfecta mi muerte…

¿Quién armó de hoz tus manos y no de rosas doradas? ?Quién vistió tu rostro de fealdad y no de mujer hermosa de tez rosada y rojos labios? ?Quien dijo ayer que transitas por espacios oscuros y no te perfumas con algas marinas a la luz del sol? ¿Quién, muerte, quién? ?Quién asegura que persigues a los hombres y no que ellos se extasían en tus dulces abrazos¿ ?Quién dispuso tu nombre para asustar a los niños y no dijo que jugabas “metras” con las gotas de lluvia? ¿Quién, muerte, quién? ?Quién diría que no eres una mujer apasionada y que tus senos saltan como cabras montescas al roce de las manos del amado? ¿Quién, muerte, quién? ¿Te llama ausencia…silencio y no vida…?

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AMANDONOS EN ESOS NUEVOS TIEMPOS

De tanto ir a tu encuentro

Quisiera enterrar el amor

A mi tía Josefina y José Manuel Cuando muera… quiero continuar andando por la casa de los sueños de corredores, helechos, verde y cielo, perfumarme con café recién hecho en las tardes, danzar sobre ese poema de amor con sólo mi nombre, ser abono para los lirios que adornen mi patio y polvo en los nidos de las aves que visiten la casa. Cuando muera… No me enclaustres tras las rejas de un cementerio riégame en mi tierra, déjame libre, correr en el viento, atrapar en mis manos resplandores de luna, cabalgar sobre nubes convertida en lluvia. Cuando muera… Piénsame faro para guiar tu buque a éste mar sosegado mientras tú continúas bebiéndote la vida. Cuando muera… Suéñame aguardándote como siempre: ola burbujeante, beso sediento, torbellino para continuar amándonos en esos nuevos tiempos.

Quisiera enterrarte allí en los cementerios de mis sueños, comenzar a desconocerte en mis noches y en mis duelos de tristezas Quisiera…tan sólo quisiera en el epitafio: “toujours fidéle” -esa mentira amorosa-

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La muerte me persigue La de aquel muchacho que tomaba prestado y sin permiso, monederos en la playa, quién buscó desesperadamente en su pecho el último suspiro desabrochándo la hebilla del cinturón de cuero con sus dedos de guitarra que tocaron los acordes del amor y el delito. Bajo su última mirada yo recogía los niños en el mar, una lata de arena con chipi chipis y sus ojos negros vivos todavía, ante la huida de todos los que lo apalearon. En un día de fiesta patronal, la muerte del joven en la plaza de un pequeño pueblo con olor a cobre, bajo una leve lluvia, cruzado por un rayo aterciopelado venido de la nada, que lo convirtió para siempre en un pararrayo. Sólo sé que no danzó esa noche con las muchachas del valle abrazado de montañas, ni saboreo un besó con sus labios hambrientos y que aún hoy anda transitando las esquinas de mis recuerdos. La de la niña que murió bajo las ruedas de un camión alas siete de una mañana brillante y juguetona… sus piernas de un lado…la bolsa con pan entre sus manos chispeadas de un rojo intenso. Al borde de la carretera una madre sostenía una muñeca que lloraba. y la poblada corría detrás del hombre del camión… La de mi padre que partió con sabor a naranja del patio de nuestra casa, en sus labios, esperando un queso, un pijama nuevo, el amanecer que le traería su hija de regreso de un viaje al mar. La del día del funeral del primo, y ese retrato de todas las primas como en un día de fiesta… Se fue a su verdadera tierra… silenciosamente… sin un grito de corazón herido. Tendido en el piso de la sala, sin apresuramientos, espero un beso y el abrazo eterno. No dejó nada: ni un hijo…ni sueños…

Leonor su hermana, mi prima, una tarde nos dijo: “Fue tan solo un ángel que anduvo jugando a vivir en la tierra de los hombres…” La de mi tía con su cola de corona de cabellos canosos para su último reinado, vestida de flores alegres moradas y verdes y con las uñas limadas y pintadas de brillo, por mí, minutos antes de sus taconeos fuertes para el viaje al azul. Aquella, la mía, la que no llega todavía que yo espero…imaginándomela de muchas maneras, ahorcada, envenenada, acuchillada, y que acostumbro a detenerla, cuando me asalta un beso de mi hijo en la mejilla. Y esa muerte que me persigue todos los días en espera de que me ames…infinitamente… antes de mi verdadera muerte para llevarme el sabor de este amor infinito y sin tiempos que llevo años inventándome, inventándotelo, inventándoselos.


De tanto ir a tu encuentro

La cuidad de los espejos I Cuando me visites en el mundo de los espejos mírame: flor….mujer…. crepúsculo….animal sueño…miedo…deseo ámame, desde allí, tuya siempre II Ven conmigo que el viejo circo esta de visita en mi pueblo, apresúrate que abrieron la casa de los espejos y mírame: gorda…fea…delgada alta …baja … deforme….joven o vieja y ámame también eterna desde esa ciudad de los espejos.

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De tanto ir a tu encuentro

De tanto y tanto De tanto y tanto soñarte me volví luna de otras tierras. De tanto ir a tu encuentro habito espacios deshabitados y mi cuerpo: desierto inhóspito. De tanto esperarte se me perdieron los ojos tras las gaviotas y vuelo cielos intransitables. De tanto olvido me quedé sin rostro: no existo.

Duele tanta ausencia de ti, de mí, de nosotros

De tanta lejanía...amor…. horizonte solitario….azul lejano. De tanto buscarte me extravié en las bocas inmensas de las montañas inundando con lágrimas los caminos a mí paso. De tanto llamarte a gritos: mudo eco… ruiseñor herido….último canto. De tanta urgencia de ti y tu cuerpo desnudo hoy: sosiego, lago manso. De tantas horas vividas... se me olvidó el olor a las no vividas De tantas mañanas hoy, veo por fin caer la tarde… Y de tanto y tanto amarte quizás, me ausente… me evoques de súbito y cabalgues sobre los senderos de mi ausencia.

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De tanto ir a tu encuentro

Tanto

Quizás….tanto

Tanto grito callado Tanta angustia a mi paso Tanta armadura sobre mi cuerpo -pesándomeTanta suplica agotada Tanta pintura en el temblor de mis labios Tanta palabra inconclusa Tanto miedo disfrazado Tanto silencio atrapando -los sueñosTanta luna lejana Tanto sol eclipsado Tanto romperme a pedazos -en los más leves tropiezosTanto cuerpo: cristal desparramado…tanto abismo Tanto tiempo que se acorta… y yo sin decirte nada.

Quizás algún día, ya no te ame tanto y la soledad se vaya de paseo. Te espere tanto y la urgencia de ti se aminore. Te sueñe tanto y el dolor no hiera Quizás algún día, amor, te toquen las tristezas solitarias y me entiendas… Quizás, algún día….

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El hombre amado entre encuentros y desencuentros amorosos

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INTACTA

No me ames otra…. la hecha a la medida del caminar lánguido de tu cuerpo a la figura detenida en el álbum de fotos de familia, la inmovilizada en el espejo de tus recuerdos o dibujada por tus manos con amores archivados en tu memoria. No me ames otra: quebrada, desdibujada, sin corazón centellante, sin dolor de grito de animal herida. No me ames otra…solo… yo yo yo a veces…. oda al silencio mástil roto a la deriva quietud de muerte tormenta naciente en el fondo de mar piel enardecida… yo yo yo dualidad zodiacal despeinada desaliñada escondida, pintarrajada vestida, atormentada, indisciplinada, maratonista de hogar… amanecer en la casa desemejante al día de ayer… No me ames otra...

De tanto ir a tu encuentro

la que desconoce las danzas bajo la lluvia entre aromas de naranjas y mandarinas… desnuda y nocturna, la que no se mece orando en columpios de pasados y almendrones el salmo 51 fiel, en su vasija de piel y corazón creyente: “…………………………………… Tú ves que malo soy de nacimiento, pecador desde el seno de mi madre mastu quieres rectitud de corazón y me enseñas en secreto lo que es sabio. Rocíame con agua y quedare limpio: lávame y quedare más blanco que la nieve. Haz que sienta otra vez jubilo y gozo y que bailen los huesos que moliste…. “

No me ames otra… que no sea está que aún conserva en su cuarto una muñeca negra de trapo a la que teje vestidos con delgados hilos de tristeza. La que acaricia un libro desde la última pagina …para saborear primero el final…. La que no te aguarda con un beso amoroso en la puerta sino atragantada de palabras y reclamos salobres y amargos. No me ames otra… la que pudo haber nacido el mismo día y hora de una tarde lluviosa de junio de 1958 o pudo llamarse como yo o tener mi rostro o mis piernas o mi voz... Ámame hasta el final de los días y más lejos del más allá yo yo yo intacta…

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FUGACIDAD

fugaz fugaz fugaz encuentro a medio beber el vino tinto tallando dos copas la sobremesa deseos lloviendo a cantaros en un lugar ella te espera entre sabanas tejidas con olor de tu cuerpo permanezcoa trasluz aquí ahora friego los platosy tu imagen abandonada en la cocina cepillo mis cabellos y el piso de la sala aliso la cama desmadejada el ajuar interior retorna al cesto de la ropa sucia la nostalgia incólume tras la puerta la calle encendida de sol te saluda ¡buenas tardes!... regresa el orden el orden el orden la casa ordenada cabalmente ordenada… solo el desorden eldesorden el desorden en mi alma ¡llora tu huella!…

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EL HOMBRE QUE ME AMA Y ME ODIA SIN TIEMPOS El hombre que me ama y me odia sin tiempos, ayer lo vi aullar en silencio, detrás de las rejas blancas de mi casa …que lo apresan.., miraba las montañas distantes y las figuras de nubes que anunciaban lluvias torrenciales desde Marimón. Con su odio callado, inventaba la forma de librarse de mí, una vez más. Sus ojos se convertían en gritos de libertad. ¡pobre animal enfurecido! Lobo de Gubbia, apedreado en ausencia de San Francisco de Asís. A veces abona terrenos para una nueva siembra y yo le permito fugarse a esas otras tierras. Sustento su odio con migajas de panes amasados con gotas de desprecio, palabras, saetas: inútiles…hirientes para que atesore su deseo de huir. Parte… descansa.... huye… regresa… sucio animal callejero…. sumiso, apaleado de soledades, amanecido de distancias, trasnochado de idas y regresos, oloroso a noches insomnes, hambriento y sediento… Abro mi prisión de rejas blancas, de nido recién hecho, de mesa vestida con mantel floreado de mar …comida caliente… agua fresca para que la beba de la vasija que son mis manos y sacie su sed. ¡Porque yo soy el único lugar donde su cuerpo y sus odios no se extravían!…


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De tanto ir a tu encuentro

El ave del silencio

Notas de mujer, aves y silencios

Huele a silencio Sabe a silencio Toco silencio Veo silencio Escucho silencios Silencios absolutos rondan mis sentidos. Enciende la hoguera… Tengo frio… de ausencia.

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Linda Cristina López Ortega

SILENCIO I

SILENCIO II

Este silencio anda por allí sosegado… envejecido… Este silencio conservacorazón de página en blanco. Este silencio florece bajo la estación de un abril incendiado. Este silencio posee silencio de rocas milenarias… Este silencio suena a estallido de voces volcánicas en erupción… Este silencio, grito de garganta de siglos silenciada … este silencio…tiene suspiro de amores antiguos en la copa de mi memoria, abrazode los muertos de tu familia danzando en mi cuarto, beso de tus pasos extraviados en el camino a mi casa, ….este silencio…silencio…silencio es una… bocanada del último cigarrillo nocturno que aspiro… con el que despido la noche y mi vida….

Silencios que me alejan de ti… el silencio del vuelo del ave y el aleteo libre del viento detenido en la jaula. El silencio de la mesa en la cocina de tu casaservida con la cena, los ojos de la noche asomados a la ventana y la luna atrapada entre las cuerdas de la guitarra. El silencio de la piel heredada de tus hijos y una lágrima sorteando caminos por las arrugas de mi rostro. El silencio de tus sueños hundidos en las bocas de las montañas y el filo del infierno que a veces soy. El silencio de amarteen silencio y este miedo silencioso a que un día, así sin más…alces vuelo…. en silencio….


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Linda Cristina López Ortega

Saborear el nacimiento de los siglos en tu espalda Déjame transitar con mi lengua las ciudades de tu espalda, recorrer con mis dedos el continente de tu espina desnudo - bendito por la única estrella que te alumbra bajo este cielo inmenso y oscuro tendido sobre la tierra con esta mujer que te descubre, te canta, te ama y saborea el nacimiento de los siglos…

De tanto ir a tu encuentro

Amanece: Mujer sol, ave Mujer luna, mar, arena Mujer azucena, sueño, lluvia. Mujer tierra… Mujer cielo… Amanece: Mujer noche eterna Mujer costilla de tu costilla Hoy….me ofrezco a ti, D de E A S M N O U R D E A S ¡Hombre creador!

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Linda Cristina Lรณpez Ortega

De tanto ir a tu encuentro

Hombre rozas mi cuerpo izas las velas amanece horizonte de algas viras el timรณn de rumbo seguro a puerto ajeno y antiguo

Mi alma alocada, intranquila y desobediente en este amanecer septembrino abandona mi cuerpo que la acuna cabalga sobre los vientos alisios hasta tu ciudad calurosa entra -eros juguetonapor la rendija de la ventana de tu cuarto a despeinarte los deseos

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Linda Cristina LĂłpez Ortega

Sobre las cadenetas de tu vida forjadas con agujas de dolor silencioso y extraĂąo tejo puntos altos, medio puntos, puntos bajos, nido de brujas, bordo puntos de sombra para entrelazarme en ella.

De tanto ir a tu encuentro

Amo ese hombre creado por las manos de mi memoria odio el hombre que realmente eres. No existe hilo tejido entre ambos hombres capaz de anudarme a la sombra de sus pies

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Linda Cristina López Ortega

De tanto ir a tu encuentro

He Has Hemos levantado vuelo convirtiéndonos en brisa Abona el rosal que aún soy en el jardín de mi casa antes de este invierno predecible

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Linda Cristina Lรณpez Ortega

He debido amarte antes del comienzo de la lluvia en mis tiempos

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Tejido con hilos del pasado (1970 – 1980)


De tanto ir a tu encuentro

Notas de hoy y el mañana 1 Hoy he visto la angustia vestirse de negro cual diosa nefasta cubrirme los sueños y el cuerpo. 2 Hoy, he amanecido con la tristeza rondándome y el amargo persiguiendo mis zarcillos y mis cabellos 3 Hoy, corren mis manos locas llenas de lluvia y pájaros que emigran buscando el sonido de tu cuerpo perdido en las noches oscuras de mi pueblo 4 Hoy he tenido la necesidad imperiosa de quebrar tu nombre, borrarte el rostro e irme a volar al mundo azul de las gaviotas 5 Hoy, te pienso… existes en cada acorde de mi cuerpo. 6 Hoy, ¿como dejar de pensarte? si te llevo colgado en mis zarcillos y en mis tristezas si me llevas dibujada en la herida de tu brazo izquierdo, ... danzando sobre tu barba lunosa. 7 Mañana calmare los volcanes de mi tierra y vendrán aguas de lluvia aplacar el fuego.

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Al poeta Manuel Barreto Oh! Poeta noctabundo de las calles mágicas de mi pueblo viajante inagotable, cósmico, enamorado eterno de mujeres desconocidas, telefónicas, imaginables, lectoras empedernidas de la “Poesía Marginal”. Al cantante de los poetas desaparecidos, al palabrero que llega al centro de los senos femeninos, a ti, quien cobijas bajo tus alas marinas mis eternos enamorados: absolutos, trágicos, perseguidos por ese “yo no he visto a Linda”. Y en nuestro cada tropiezo y descanso: Oh! ineluctable amistad de mañanas cocoroteñas, de ventanas olorosas a historias de esta contínua pertenencia que nos persigue en mis noches de terror a muerte desde el entierro de tu abuelo y el teléfono para conversar con él en su tumba hasta la guerra del Golfo Pérsico. Ineluctable amistad, con procesión de poemas a cuestas y sueños rotos con tus amores y los míos y ese solitario verso escrito para mí que no amanece atado a tus libros si no que vuela libre en las esquinas pobladas de estrellas y caminadoras de la plaza.


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Linda Cristina López Ortega

De tanto ir a tu encuentro

Recuerdo ambiguo de tu eternidad…1984 Que más podría pedirte si tengo las noches siderales - como las llamarías tú-, las conversaciones con tu amigo el pájaro carpintero, los verdes distintos de mi tierra, los grises que nos envuelven en este restaurant. Y el despertar de trinos en tu cama ubicada en el sitio preciso. Las extrañas conversaciones anteponiéndome límites -tú que no comulgas con ellos-, por que eres como los ríos y que yo asumo a cada instante -sin saberlo-. Que más podría pedirte…. si en un leve entendimiento adoptas mi silencio ante mi depresión, sin causa, ante la lluvia. Si me inventas distinta, dentro de mi vida común: salvaje, pueblerina, prejuiciosa, madre Como la leyenda de María Leonza quizás con un trasfondo de verdad, los jiraharas místicos del cerro. Como al Indio Yaracuy por la necesidad que tuvo alguien, alguna vez de hacerlo. Y tengo el olor a noche, sudor, sabor a beso violento abrazos y sobresaltos nocturnos - llenos de compas, música y rito exactamente acordado y acopladoY el devoramiento de esta pertenencia - inexactamente llamada pertenenciadesde el día en que te conocí y sonrió comiéndome la luz del sol.

Te he buscado en “Jaime” en los basureros donde el hambre ladra, en noches de miradas unidireccionales en el tiempo que juega con mis zarcillos y tu silencio.

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Linda Cristina López Ortega

Sólo soy

De tanto ir a tu encuentro

Alegría Para A.J. hoy que andas jugando a ser nubes

Sólo soy ahora que te has marchado sombra que vaga tras tus pasos Sólo soy una ola en tu vida porque toco tu puerta y emprendo la partida Sólo soy un espejo sin imagen que es ser un rico sin traje Sólo soy una mujer muda, ciega y sorda como ser un libro sin portada y sin escrito Sólo soy tras de ti, letanía porque digo y siento lo que digas Sólo soy tranvía, que ignora su destino…porque sólo soy algo: ¡si vives, cantas lloras o sonríes!

Hoy toda yo una canción de alegría tras tus pasos voy dejando. Alegría de que tu ausencia aún lado vaya quedando ¿es que no la vez? No ves que hasta en el caminar alegría voy regando, es como si en los pies alas tuviera para así ni la tierra ir pisando. ¿no la sientes? Si es que con la alegría mis ojos te están besando. ¿no la percibes? Hasta en mis ademanes alegría esta brotando. Todo, todo a ti te lo debo: unas veces alegrías tristezas casi siempre. Pero, hoy, la alegría esta presente, como si de pronto en la oscura soledad de la noche la luna y las estrellas, claridad te estén regalando Es como si de pronto te sintieras solo, triste y temeroso y el trino de un pájaro alegría te este obsequiando Y es como si de pronto por un desierto, a solas, caminas y un oasis ofreciéndote el agua para la sed ir calmando. Hoy para mí esa alegría no tiene límites no hay muralla que no salte,

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guardián que la detenga, ni puñal para que la maten… Es un sinfín de caminos sin vallas, guerreros, límites, ni horizontes. Y al final de todo esto tu a veces olvidas que sin ti mi alegría como las rosas hermosas, en rosas marchitas han de tornarse.

De tanto ir a tu encuentro

Olvido e indiferencia Máscaras frías como el invierno las leves gotas del roció, máscaras que sin ser carnaval usos tienes: La una, la del olvido para con ella decir que en un cofre todo lo pasado has metido La otra, la indiferencia Lágrimas y sonrisas truncadas en el camino decir que con ella has tirado al fondo del mar, la llave que cierra el cofre del olvido que encierra mi destino.

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Linda Cristina López Ortega

Días Lentamente transcurren los días como hombres cansados de caminar por la vida, como mujeres marchitas que no esperan ya hermosas palabras. Y son días monótonos cargados de rutina porque son hombres que van de la esquina a la casa De la casa a la esquina ¡Días!, tranvía lento que observa desde lejos, el panorama de la vida. ¡Días!, laberinto angustioso del mañana. ¡Días!, escaleras largas y anchas para que miles de hombres pasen por ellas ¡Oh días! y saber que tu compones la vida ,,.,acaso…¿no te cansas?....¿no te angustias?... Son tristes y largas las noches sin luz de luna en la ventana, las tardes: rosas de nubes y crepúsculos de corta vida y las mañanas: gemelos con la identidad del ayer y del hoy. Dime…contéstame día, milenario árbol, de las miles hojas que son las horas, ¿has visto tu en tu larga vida el día de la alegría?

De tanto ir a tu encuentro

Temores La esencia de mi vida quizás son los temores quimeras que se truncan en la ansiedad de la espera. Temores que son cruces que pueblan el cementerio Temores: surcos de espinas con vallas muy altas Temores a tu olvido a tu marcha, a mi espera Temores que son todos tuyos porque tú eres entre todos ¡El mayor de mis temores! Temores que no lloran ni hablan, ni cantan porque son hombres que nacieron sin el don de la palabra Temores sin presencia ante la gente porque sólo están presentes en un rincón de mi alma

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Gracias Son tantas las gracias por las cosas que aprendí contigo que solo puedo decirte: ¡Gracias, querido mío, salvador de náufragos! porque al encontrarme hundiéndome en tristeza, más dolorosa que el dolor de un moribundo, me enseñaste con sonrisa, fe y amor que la vida es larga y hermosa que hay horizontes buenos y senderos malos, pero en ellos siempre lo bueno en lo malo lo malo en lo bueno… Gracias…por ser un puerto en cada mar que cruzo ¡Gracias por las cosas que aprendí contigo!

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Linda Cristina López Ortega

De tanto ir a tu encuentro

A Luis Vicente, mi hijo pequeño

Poemas a los hijos

Has comenzado aprender el abecedario y comienzas con las vocales a jugar la rueda - rueda y el ale limón Descifras M con A suena MA M con A suena MA Exclamas: ¡Dice MAMÁ! Entonces…. lágrimas de alegría se agolpan en mi pequeño cuerpo y comienzo a convertirme en un lago para que navegues con tus descubrimientos

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A mi hijo grande, el día de sus 5 años

A mi hijo

1 Era mejor –me dijistecuando todos nosotros éramos indios, -eramos libresy el descubrimiento de América se te hizo inentendible y cruel

Aún siendo parte de mi cuerpo en un inviolable secreto lo llamo como tú con tu nombre de santo mediocre o emperador romano… y en silencio para no echar a volar mis sueños al viento….

2 Hoy cumples cinco años y todos los azules visten el cielo Las chicharras te dedican su mejor canción y las velas de luciérnagas brillan para ti 3 Todos los septiembres te amo con las profundidades del océano y el universo en mis manos para ofrendártelos 4 9:06 de la noche Tu grito suena anunciando vida Y alargo mis brazos de mundo para cobijarte 5 18 de septiembre Solos tú y yo nuestro mundo y este compromiso de amor solitario


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Un cuento marítimo para Ana Teresa -A la hija de mi amigo Pablo Leisse ¿Cómo comenzar un bello cuento marítimo para Ana Teresa? Como sino: Había una vez una vez una pequeña mujer llamada Ana Teresa, tenia la edad de la claridad, el brillo en los ojos marinos, el andar revoltoso y la incertidumbre del azul. Puedes verla, allí….a lo lejos…transparente… Ana T. va corriendo…corriendo… diríamos volando, cuando de pronto, una voz profunda le pregunta: ¿Por qué corres Ana Teresa? ¿Qué buscas? Era un viejo marino, grande, arenoso, milenario. Ana T. se detiene. Se sienta frente a el, sin importarle el blanco vestido largo y el lazo azul de sueño de niña… La pequeña Ana T, le murmura: Señor marino, hoy cumplo quince años ando en busca de lo que cambiara. Y el viejo marino, grande, arenoso y milenario, le dice, con voz profunda de mar: Ana T., hoy cumples 15 años infinitos, inolvidables hay olor a rosado, a blanco, a fiesta y a sueños marinos de estrellas de mar. La lámpara maravillosa de Simbad el Marino se dormirá en el bosque de tu almohada,

De tanto ir a tu encuentro

se arrinconaran las eternas y silenciosas compañeras muñecas, guardándote los secretos en el barco de sus memorias… Un día cualquiera, de improviso, vendrá el amor, y por vez primera veras el mar y perderás los ojos tras él, soñaras con andar en tu propio barco sentirás el calor de vivir y fundar tu propio puerto… Otras veces…muchas veces… como los peces bostezaras a la orilla del mar… y en ese momento solo la imaginación Ana T. podrá convertir la lámpara maravillosa en una lámpara de barro y un jirihara de tu pueblo, llamarse Aladino. Porque todo Ana T. es parte de la imaginación, como que existe una zona de la mar “donde vive la noche de dos lunas una femenina y otra masculina de allí el nacimiento de la mar” -dice un amigo poeta de las aguas marinas: ManuelHabrán días en que se te atraviese el mundo lo golpearas con olas enfurecidas y luego te sentaras al borde de él a conversar como viejos amigos y en un pequeño monologo de disculpas comenzaran los peces a reír de nuevo.... Quizás una mañana cualquiera, despiertes llorando, impregnada de tristezas gritando al horizonte y volverán las noches de siempre marchando rumbo a puerto desconocido. Ana T. las gotas de alegría, saboréalas: ánclalas en tu puerto. A veces,,,, muchas veces, volverás a ser pequeña de nuevo hundiéndote en la edad alargándole los brazos a Pablo y Valentina como una despedida para nunca. Ana T. se hace tarde para la fiesta.., te esperan.

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Linda Cristina López Ortega

Ana T, se aleja…vestida de música y luna y la misma voz marina la despide: Para ti que un caballo de alas doradas le de a tu vida encantos, amor y felicidad y un sin fin de bellos años que sospechados de hermosura los vivas a plenitud.. y una gran travesía desde Luz Marina…hasta Puerto Alegre…

Se terminó de imprimir en mayo del 2011 en el Sistema Nacional de Imprentas San Felipe estado Yaracuy República Bolivariana de Venezuela La edición costa de 500 ejemplares



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