ARTÍCULO
10 | SUPPLY.NET | ENERO 2020
Beneficio del euro para la logística en Catalunya Sin la estabilidad monetaria y cambiaria que el euro ha facilitado, no habría sido posible el ciclo económico expansivo de los últimos años en Catalunya, ni se habrían recibido tantas inversiones multinacionales ni nuestras PIMEs hubieran podido crecer, invertir y exportar como la han hecho.
Ramon Tremosa i Balcells Profesor de Economia en la UB y diputado en el Parlamento Europeo (2009-2019)
Desde 2008 hasta 2014 la zona euro ha vivido dos crisis devastadoras, la de las subprime (2008-2010) y la crisis de deuda soberana, ésta especialmente intensa en el sur de Europa. Podemos hacer el ejercicio de imaginar cuales habrían sido las consecuencias de no haber tenido el euro, especialmente en los últimos diez años. Con la peseta y bajo la dirección del Banco de España, probablemente la inflación se habría disparado por encima de los dos dígitos de crecimiento anual y también, por tanto, los tipos de interés de la peseta habrían superado el 10% (eran en España del 15% en 1990): para mantener el poder adquisitivo del dinero los tipos de interés tienen que ser superiores a la inflación. Una alta inflación es equivalente a un gran impuesto a los más pobres y, si se produce durante unos cuantos años, se arruinan las clases populares y medias. También con la peseta la crisis de les cajas de ahorro, por su gran exposición al sector inmobiliario, probablemente se habría extendido al conjunto del sistema financiero español. El BCE, en cambio, ha sabido mantener la inflación baja y ha conseguido generado estabilidad de precios. El euro ha sido una moneda fuerte en los mercados de divisas, lo que ha permitido absorber grandes incrementos de precios de materias primas sin generar inflación. El BCE també ha hecho frente con éxito a las especulaciones financieras: en 2012 Mario Draghi generó grandes pérdidas a los especuladores que apostaban contra el euro con su famoso whatever it takes. La política monetaria del euro, inspirada en la que seguía el Bundesbank alemán, es independiente de los gobiernos.
Por primera vez en la historia, pues, en el sur de Europa una durísima crisis financiera y económica se ha podido afrontar con los beneficios que aporta una estabilidad monetaria y cambiaria como la que ha aportado el euro todos estos años. En Catalunya los resultados del euro son evidentes y han contribuido desde 2013 a una clara mejora económica, favoreciendo los intercambios comerciales y las inversiones internacionales. El 1998 Catalunya exportó por valor de 32.000 M€ (equivalente al 23% del PIB catalán de 1998) y en 2018 ha exportado por valor de 71.000 M€, equivalente al 33% del PIB catalán de 2018, alcanzando máximos históricos (y eso sin contar todavía con el corredor mediterráneo). El aeropuerto de Barcelona superó en 2018 los 50 millones de pasajeros (por 16 millones 1998 en y 27 millones en 2009) y ya es el sexto de Europa en tráfico, con un crecimiento del 10% anual en vuelos intercontinentales desde 2010. El puerto de Barcelona en 2018 alcanzó las 65 millones de toneladas y 3,5 millones de contenedores TEU (en 1998 fueron dichos tráficos de 24 y 1,1 millones respectivamente). En inversiones internacionales Catalunya ya es uno de los principales países europeos receptores: al 2019 hay contabilizadas unas 8.600 multinacionales, el doble que hace cinco años. Para el periódico más influyente de Europa, el Financial Times, Catalunya ha sido la mejor región europea del sur del continente para invertir en los años 2016 y 2018. Gracias a la internacionalización creciente de Catalunya, Barcelona ya figura en el Top-10 en muchos ránkings mundiales (la quinta mejor ciudad del mundo para The Spectator Index, del grupo de The Economist, el semanario económico más influyente del mundo).