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“Crónica de tu Maratón” celebra su cuarta edición
“Crónica de tu Maratón” celebra su cuarta edición “Crónica de tu Maratón” celebra la seua quarta edició
La Asociación de la Prensa Deportiva de Castellón colabora con Marató BP Castelló y 10K FACSA Castelló organizando un concurso de relatos para los participantes de ambas carreras
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L’Associació de la Premsa Esportiva de Castelló col•labora amb la Marató BP Castelló i el 10K FACSA Castelló organitzant un concurs de relats per als participants d’ambdues curses
Marató BP Castelló tiene a su alrededor un gran número de actividades complementarias que convierten la carrera en un gran evento deportivo. Una de esas actividades es el concurso de relatos “Crónica de tu Maratón”, organizado por la Asociación de la Prensa Deportiva de Castellón.
El concurso, que celebra este año su cuarta edición, va destinado a aquellos corredores y corredoras inscritos en el décimo aniversario de Marató BP Castelló o en el séptimo 10K FACSA Castelló, y que quieran describir, en clave periodística, sus vivencias y experiencias personales tras correr por las calles de Castelló, en cualquiera de las dos pruebas. La persona ganadora recibirá una inscripción para la próxima edición (de Marató BP Castelló o para el 10K FACSA Castelló) y una sesión de recuperación en un centro fisioterapéutico de Castellón. El segundo clasificado recibirá un vale por una mochila de marca deportiva.
“Crónica de tu Maratón” es una iniciativa que pretende dar visibilidad al periodismo deportivo, así como acercar a los corredores y corredoras a esta disciplina periodística, convirtiéndolos en redactores por un día. El plazo de envío de los trabajos es-
tará abierto desde el 17 de febrero hasta
el 8 de marzo, para todos aquellos participantes que quieran reflejar sobre el papel sus experiencias personales tras correr el 16 de febrero en Castelló.
La ganadora de la pasada edición fue Beatriz Aznar Millán (dorsal 819) con el relato: “Principita” en zapatillas.
Más información en la página oficial de la Asociación de la Prensa Deportiva de Castellón (APDCS). ••• La Marató BP Castelló té al seu voltant un gran nombre d’activitats complementàries que converteixen la cursa en un gran esdeveniment esportiu. Una d’aquestes activitats és el concurs de relats “Crónica de tu Maratón” organitzat per l’Associació de la Premsa Esportiva de Castelló.
El concurs, que aquest any celebra la seua quarta edició, va destinat a aquells corredors i corredores inscrits al desé aniversari de la Marató BP Castelló o al sèptim 10K FACSA Castelló, i que desitgen descriure, en clau periodística, les seues vivències i experiències personals després de córrer pels carrers de Castelló, en qualsevol de les dues proves. La persona guanyadora rebrà una inscripció per a la pròxima edició (de la Marató BP Castelló o per al 10K FACSA Castelló) i una sessió de recuperació en un centre fisioterapèutic de Castelló. El segon classificat rebrà un val per a adquirir una motxilla de marca esportiva.
“Crónica de tu Maratón” és una iniciativa que pretén donar visibilitat al periodisme esportiu, així com apropar als corredors i corredores a aquesta disciplina periodística, convertint-los en redactors per un dia.
El termini per a enviar els treballs estarà
obert entre els dies 17 de febrer i el 8 de març, per a tots aquells participants que vullguen fer constar sobre el paper les experiències personals després de córrer el 16 de febrer a Castelló.
La guanyadora a la passada edició va ser Beatriz Aznar Millán (dorsal 819) amb el relat: “Principita” en zapatillas.
Més informació a la pàgina oficial de l’Associació de la Premsa Esportiva de Castelló (APDCS). •••
RELATO GANADOR DEL III CONCURSO “Crónica de tu Maratón”
AUTORA: BEATRIZ AZNAR MILLÁN DORSAL: 819
“Sólo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible a los ojos”. La mítica frase de El Principito recobra en mi segundo maratón todo su significado. La historia de superación, compromiso y esperanza del escritor francés Antoine de Saint-Exupéry va a ser clave en esta nueva aventura. Castellón está increíble en esta templada mañana de un 24 de febrero nublado y sin viento, ideal para correr. Han pasado cinco años desde que debuté aquí en la distancia de Filípides y verme tras la línea de salida es todo un reto. Y un éxito personal. La preparación se ha dilatado en demasía y no ha estado exenta de zancadillas. Pero eso ya es irrelevante. El pequeño príncipe que abandonó su planeta en un vertiginoso viaje a la Tierra será mi inesperado compañero de trayecto. Él estará en mi cabeza y, a pie de calle, un grupo de compañeros que, conformados al más puro estilo espartano, me acompañará hasta el kilómetro 30 junto al práctico de las 3 horas y 30 minutos. Ambos serán cruciales para el desenlace final. Pero yo aún no lo sé. De momento, son las 9 menos 5 minutos y mi relato aguarda a escribirse desde el cajón de “sub4horas”.
“Eye of the tiger” suena a todo volumen. Doy los últimos saltitos, compruebo que el Garmin funciona y miro al cielo. Ritual concluido. Sólo queda oír el pistoletazo de salida. Los últimos nervios desaparecen con la misma celeridad con que doy los primeros pasos. Ya he cruzado el arco de inicio: arranca el espectáculo. Pronto alcanzo al grupo del práctico de 3 horas y 30 minutos. Quiero acercarme a esa marca así que apuesto por seguir su ritmo. A ver hasta dónde me llevan. Los primeros kilómetros transcurren rápido. La gente está volcada en hacernos sentir como en casa y los numerosos puntos de animación son una gasolina muy efectiva. Busco mi sitio en el grupo, no exenta de una timidez casi pueril. Para cuando llegamos al kilómetro 15 empiezo a sentirme una más: nos repartimos el agua, los geles, no faltan los consejos de los más veteranos... Los prácticos nos regalan confianza y cercanía a partes iguales y eso es oro en un maratón. Casi sin percatarme, estamos ya de regreso del Grao.
Aún con el recuerdo de la impresionante carrera junto al mar -la meteorología nos obsequió con unos rayos de sol justo cuando atravesamos el puerto-, el principito se cuela en mi mente. Es el kilómetro 25. “El tiempo que perdiste con tu rosa hace que tu rosa sea tan importante. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado”. “¿Y esto, por qué me bombardea justo ahora esta lectura de mi juventud?”, me pregunto. Miro alrededor y observo al grupo correr; rítmico, acompasado, con sólo el armónico sonido de los pies golpeando el asfalto como banda sonora de nuestro periplo. De alguna manera, estos corredores se han convertido en mi particular rosa. Da igual las carreras del pasado o las que estén por llegar. Aquí y ahora ellos están construyendo mi maratón y yo también la suya. Me siento orgullosa de estar ahí.
La vuelta al centro de la ciudad desde el distrito marítimo es ilusionante. Pero, aunque el calor del público es impagable, siento que una parte de mi maratón está llegando a su fin. Los kilómetros pasan y cada vez me cuesta más seguir el ritmo. “No te separes, reagrúpate, respira y síguenos”. Mi grupo se da cuenta. Al sobrepasar el kilómetro 32 mi pulso se ha acelerado de forma temeraria y permito que sea mi mente quien tome las riendas. Veo poco a poco el globo del práctico alejarse. Duele. Y no son precisamente mis piernas las que más sufrimiento me infligen.
En plena lucha por derribar el muro, el pequeño delfín extraterrestre se autoinvita a la fiesta. “Vaya, tú otra vez”, me digo a mí misma. El reto de las 3 horas y media se ha desvanecido, pero queda batalla por librar. El centro de Castellón me va empujando hacia mi objetivo; escucho tantas veces mi nombre y palabras de aliento que sé que cruzaré la meta. En la calle Mayor aguarda mi familia, mi hijo aplaude en primera fila. Hay que reservar fuerzas para esbozarles una sonrisa. Se lo merecen: un corredor de fondo no es nadie sin los suyos.
“Sólo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible a los ojos”, me martillea el pequeño infante una y otra vez en mis pensamientos. “No diminuto amigo, no sólo el corazón permite ver lo importante; también es el artífice de los últimos kilómetros del maratón. Quién, sino él, lograría tal hazaña”, le replico. El giro desde la avenida Rey Don Jaime hacia la plaza de la Independencia me inyecta un chute de energía. Sé que ya no es el efecto de ningún gel. Mi padre me grita: “¡400 metros, tira, la meta está ahí!”. Paro el crono en 3:35:53 segundos y una eclosión de emociones me desborda. Mis colegas del práctico se acercan a saludarme. No he mejorado marca, un minuto más que en mi anterior maratón, pero he aprendido tanto... Y, lo más importante, al igual que el principito regresó a su planeta, presiento que ésta no será la última ocasión en que Castellón me haga sentir como una principita en zapatillas.