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Mi apuesta por lo rural por Jorge González Castelló

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Datos Útiles

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MI APUESTA POR LO RURAL

Cada vez con más frecuencia se habla de cómo los pueblos han ido perdiendo habitantes debido al éxodo rural, provocado principalmente por la falta de oportunidades de trabajo para la gente joven.

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Pero afortunadamente de vez en cuando encontramos casos de gente que ha decidido emprender un proyecto en su pueblo, poniendo en marcha su propio negocio. Y dentro de este grupo de gente me encontraría yo.

Me llamo Jorge y hace ya seis años que tomé una de las decisiones más importantes de mi vida: dejar mi trabajo fijo en Madrid, donde ya llevaba tres años, y volver a mi pueblo para emprender un proyecto totalmente nuevo para mí. Dejaba un trabajo seguro y me embarcaba en una nueva vida. Decidirme a dar este paso no fue nada fácil y me llevó muchos meses hacerlo, sopesando los pros y contras de esta aventura. Y finalmente aposté por ese cambio de vida, por volver a mi pueblo, Cebreros, donde quería trabajar y vivir. A día de hoy, puedo decir que me siento feliz y satisfecho de haberlo hecho.

El proyecto que quería emprender consistía en crear mi propia ganadería, en la rama de carne de vacuno. No hay antecedentes en mi familia de dedicación a esta profesión, y por lo tanto era un sector totalmente nuevo y desconocido para mí.

Sabía que no iba a ser fácil emprender esta nueva vida, pero había varias razones que me dieron fuerza para empezar. La principal era que estaba totalmente convencido de que eso era lo que yo quería hacer, que tenía ganas, ilusión y motivación y que esa era la vida que yo quería tener y que Cebreros era el sitio que queríamos para mí y mi familia. Por otra parte, tenía a mi favor mi pasión de siempre por el entorno natural y los animales.

Así que me apliqué el dicho de que el ganadero nace, pero el ganadero profesional se hace, y comencé con este proyecto de vida.

El día 29 de octubre de 2013 llegaron a Cebreros nuestras primeras 40 vacas, de la raza Asturiana de los Valles, procedentes de la provincia de Salamanca. Son unas vacas mansas que se adaptan muy bien a terrenos como los de Cebreros, que además soportan perfectamente temperaturas extremas y que tienen una gran capacidad de cría de terneros. Los comienzos, en plena crisis económica, fueron duros y difíciles. Al hecho de no tener ningún antecedente ganadero, y no tener ayuda de nadie en las tareas diarias, se añadía el importante desembolso económico que supuso no solo la compra del ganado, sino también la inversión en instalaciones. Y había una dificultad añadida, la falta de pastos en la zona, lo que conllevó una continua e importante inversión económica en pienso y forrajes para el mantenimiento y productividad de la ganadería. Y ya no hablemos del problema de la falta de agua.

Pero poco a poco, y trabajando con mucho sacrificio, he ido sorteando algunas de esas dificultades que yo sabía que tendría este reto que me propuse y actualmente la ganadería tiene ya cien vacas y dos toros limusin, una raza de toro fértil y prolífico con una vida productiva superior a la mayoría de las razas.

Una parte muy importante de mi día a día está dedicado a su cuidado y mantenimiento. Como cualquier otro animal, las vacas y los toros deben tener todas sus necesidades bien cubiertas y para ello son esenciales la constancia y el trabajo diario. Y…hay que estar en el campo.

Me ocupo de observar permanentemente el estado general de los animales, de cuidar de su salud y de tomar las medidas necesarias

si requieren asistencia veterinaria, llegando a veces incluso a tener que ayudar a alguna de las vacas durante su parto. Cuanto mayor sea su bienestar mejor será su calidad de vida y la calidad de su carne.

Además de esos cuidados, propios de ganaderos, en mi día a día realizo también otras tareas que también son necesarias para lograr el objetivo de que la explotación sea segura, rentable y sostenible y que formarían parte del aspecto empresarial del ganadero.

Controlo el manejo de la ganadería, con el fin de optimizar su producción, dividiendo a las vacas en varios lotes, separando en uno de ellos a las novillas, donde permanecerán durante sus primeros dos años de vida. De esta forma, pasado este periodo de tiempo ya estarán lo suficientemente formadas y preparadas para ser cubiertas por los toros y tener el menor problema posible durante los partos, que se producirán normalmente cuando la vaca tenga ya tres años. Los toros habrán estado cerrados desde agosto hasta enero, con el fin de que la paridera se produzca en los meses de otoño e invierno; parte de los terneros que nacen son destinados a la venta cuando alcanzan los cinco o seis meses.

Otras tareas de forma regular las constituyen los numerosos trámites burocráticos y los controles sanitarios, lo que se denomina Campaña de Saneamiento. El momento del Saneamiento es clave en el desarrollo de esta actividad, ya que en este proceso se determina la salud del animal. El no pasar correctamente este trámite supone para el ganadero uno de los problemas más grandes, junto con el de los ataques a las reses por parte de los lobos, lo que supone un importante daño para la explotación ganadera.

Durante todo este tiempo he puesto todo mi empeño y mi esfuerzo en el buen cuidado de la ganadería, en formarme y evolucionar y en aceptar las cosas nuevas. Gracias a todo ello he podido no solo aumentar el número de vacas, sino también mejorar la actividad con nuevas instalaciones y nuevas fincas.

Es un trabajo muy especial y sacrificado, no hay domingos, a veces se extiende el horario hasta la noche, a veces hay que hacerlo haga calor, frío o llueva. Un trabajo que se aprende practicando y equivocándote muchas veces. Para mi es mucho más que un trabajo, es una forma de vida y, me atrevo a decir que creo que es una vocación. Una vocación que a veces puedo compartir con algunas otras personas que se dedican también a esto y con las que en algunas ocasiones he compartido tareas ayudándonos mutuamente.

De todo el territorio español el 80% es rural, es donde están todos los recursos naturales de los que nos beneficiamos todos. El emprendimiento en zonas rurales es una muy buena alternativa para los jóvenes, aparte de un modo de vida más tranquilo y saludable. Desde aquí animo a todos aquellos que hayan pensado o estén pensando en un cambio en su vida o en cumplir su sueño. Yo ya lo he hecho y lo recomiendo. Solamente hacen falta ganas de trabajar, ilusión y motivación.

¡Apuesta por lo rural!

Jorge González Castelló

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