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Versos para Marta

Jose Sánchez Ureña

Quiero escribir para ti un poema que se refleje en tu sonrisa. Quiero versos que abracen nuestro corazón con suaves caricias. Quiero atrapar la emoción en la palabra. Quiero versos que, plagados de ilusiones, contagien sentimientos y se queden a vivir en tu recuerdo, en los tejidos que te visten o en el aire que te envuelve y respiras.

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Quiero versos que derramen luces y arranquen de la piel nuestras heridas. Quiero que la emoción rasgue los silencios. Quiero palabras que narren lo que uno siente palabras que atrapen la belleza del instante palabras que se griten emocionadas y quiebren los muros que nos separan.

Marta, quiero versos de colores, pero hay colores que no se escriben, no se dejan atrapar en un poema: los brillos dorados del moscatel madurando al sol, el color fuego del cielo al amanecer, el marrón tierra de tus ojos. Quiero palabras y no las encuentro, palabras con tantos matices. No hay adjetivos para esa falda que abrazada a tu cintura te acompañará estas fiestas; no hay palabras para esos bordados ni para esas manos que los tejieron con hilos de ilusiones.

Quiero versos llenos de música, pero hay músicas que no entienden de partituras, no caben en los estrechos pentagramas: el castillo de fuegos artificiales retumbando en el cielo, las tracas despertando las calles dormidas; el rápido trepitar de nuestros corazones. Hay músicas que se escuchan con la piel, son ajenas a la razón, viven en el alma y no se pueden grabar en papel: tu voz, tu risa, los gritos de alegría, el pájaro que canta al despertar del día.

Quiero versos para nuestra reina, pero el poeta discute consigo mismo tropieza con el folio en blanco, escribe y borra, se enreda en las líneas. Marta, lo siento, no hay poema para tanta belleza, no hay versos para esa sonrisa, envidia de la luna llena. Marta, no hay poema para este instante, no hay palabras que lo atrapen y lo guarden.

Marta, camina que te seguimos, que tus pasos serán los versos; la música, la rima y los colores que vuelan y se posan en las flores, serán las estrofas mejor escritas. Eres tú la primera estrofa de este poema, estrofa llena de luz, sueños, magia y alegría, estrofa que comienza con tu nombre: Marta Ruiz Martínez, reina de la Vendimia.

Quiero versos para este instante, para este preciso instante. Quiero palabras que lo atrapen y lo guarden. Quiero versos de música y colores que comiencen con tu nombre y terminen con este aplauso para ti Marta, reina de las fiestas de la Vendimia, de la Vendimia de este tu pueblo, pueblo que te quiere y te admira, pueblo de Cheste.

Corte de Honor

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