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Asturica Augusta, capital del oro romano

La actual Astorga, la Asturica Augusta del Imperio Romano, fue fundada por lo romanos en los albores del siglo I de nuestra era eligiendo para el asentamiento de esta ciudad un lugar estratégico en las proximidades de la vega de un río sin perder de vista el majestuoso Teleno, de 2185 m de altitud, montaña de carácter sagrado para los pobladores astures, que marcaría irreversiblemente los nuevos destinos de un extenso territorio.

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Atraídos por el oro Astur, en todo el espacio físico que rodea Astorga hacia el Teleno y mucho más allá, los ingenieros romanos pusieron en práctica un amplio abanico de tecnología minera para extraer el preciado metal, a una escala jamás vista, tanto de los márgenes de los ríos como de las propias entrañas del terreno, en los filones de cuarzo, llegando con sus trabajos hasta la propia cumbre de la montaña sagrada, definitivamente profanada por la codicia, en lo que podemos calificar como un episodio más de la primera gran “fiebre del oro” de la Humanidad, desarrollada en todo el Noroeste Ibérico por la excepcional abundancia de yacimientos auríferos, cuya explotación sirvió para financiar la expansión del Imperio Romano.

Astorga, calificada como urbs magnifica por el propio Plinio El Viejo en su Historia Natural, que fue el Procurator Metallorum de la provincia Tarraconense, creció al ritmo de las explotaciones auríferas del entorno, donde tuvo lugar la “mayor concentración mundial de minería aurífera romana”, como ha sugerido hace años el investigador francés Claude Domergue. Ninguna ciudad romana se encuentra tan vinculada geográficamente a la minería del oro.

Todos los ríos que drenan la Sierra del Teleno y su prolongación hacia el oeste, los Montes Aquilianos, tienen un carácter aurífero debido a la meteorización natural de cientos de filones de cuarzo con oro emplazados hace 300 millones de años en unas rocas que la actividad

tectónica ha puesto al descubierto y elevado, dando lugar a las montañas actuales. El oro, inalterable y muy pesado, se ha concentrado de forma natural en los sedimentos de ríos y arroyos, a veces en cantidades considerables. Este hecho no pasó desapercibido para los prospectores romanos que localizaron y pusieron en explotación la totalidad de los yacimientos auríferos de este territorio.

En el espacio geográfico comprendido entre Las Médulas y el Teleno se encuentran inventariadas en la actualidad hasta 250 explotaciones auríferas romanas, algunas de gran envergadura, como las propias Médulas, o el margen derecho del río Duerna, con más de 20 km ininterrumpidos de explotación. Destacan también otras minas como la explotación en peines de Las Murias-Los Tallares, en el río Eria, los yacimientos primarios del área de Prada-Andiñuela o el complejo de minería aurífera romana de Llamas de Cabrera. Casi el 10 % de la superficie de un territorio de 2500 km2 ha sido trabajado por los romanos para la extracción del oro. Abruma por su excepcionalidad la enorme envergadura de las redes de canales de abastecimiento de agua que los ingenieros romanos construyeron para la explotación de estas minas, ya que el agua es un elemento imprescindible para poder realizar la concentración del oro. Se encuentran cartografiados actualmente en esta área más de 1250 km de canales de conducción de agua, casi 700 de ellos sólo para Las Médulas, que cuentan con un canal de 150 km de recorrido, la segunda conducción de agua más larga de la Antigüedad. La ingeniería hidráulica aplicada para su construcción es excepcional, teniendo un control absoluto de las pendientes y los trazados. Sólo en esta zona se registran 5 trasvases de cuencas hidrográficas para garantizar el abastecimiento de agua a las minas. Sorprendentemente, cuando la altitud de la montaña reducía las posibilidades de captación de agua, como en el caso de las zonas de cumbre del Teleno, situadas por encima de los 2000 m, se aprovechaba el agua de deshielo de los neveros para llenar grandes estanques, que todavía hoy se conservan. Todo un prodigio de ingeniería. Las minas romanas se encuentran jalonadas de diversos restos arqueológicos como castros y villas romanas cuya excavación sistemática aportaría interesantes datos de una etapa histórica no suficientemente conocida. Destaca el hecho curioso de la existencia de un completo establecimiento termal romano situado a 1700 m de altitud en la vertiente sur del Teleno, en el paraje de Las Rubias, excavado por Claude Domergue en los años 80 del siglo XX.

Los romanos abandonaron la explotación de estas minas tras agotar los yacimientos, llevando hasta el límite su avanzada tecnología. No obstante, los cauces de los ríos seguían conteniendo pepitas de oro que dieron lugar durante muchos siglos a un aprovechamiento estacional de este importante recurso económico, destinado principalmente a joyeros y dentistas. A pesar de que es escasa la documentación al respecto, se tienen noticias del hallazgo de pepitas de oro de cierto tamaño, destacando la localizada en 1850 en el río Espino de Boisán con un peso de 33,1 gr.

Ha habido también diversos e ingeniosos intentos de explotación, especialmente desde mediados del siglo XIX, incluso hasta fechas recientes, que en ningún caso han tenido éxito, por el momento. Esto muestra la exhaustividad alcanzada por los métodos de trabajo romanos que, sin apenas medios mecánicos, simplemente utilizando el agua, realizaron una explotación integral de los recursos auríferos de toda la zona. Las prospecciones modernas han permitido localizar algunas zonas de interés, tanto en yacimientos aluvionares como en roca, pero debido a condicionantes ambientales y a las oscilaciones del precio del oro no ha sido posible su explotación.

En la actualidad, abandonada ya hace tiempo la secular recogida estacional de pepitas de oro por los naturales de la zona, diversos puntos de estos ríos auríferos se han convertido en lugar de encuentro de bateadores aficionados que se desplazan desde toda la geografía española para disfrutar de la búsqueda del oro.

Tras casi 2000 años y a pesar del tiempo trascurrido, los restos de las minas de oro romanas del sector Médulas-Teleno, que atesora el mayor conjunto de minería aurífera romana conocido, se encuentran en un excepcional estado de conservación. Desde hace varias décadas se está impulsando por diversas instituciones, tanto locales, provinciales, como autonómicas, el aprovechamiento turístico de los restos de las minas de oro romanas y los canales de abastecimiento. Así, se han abierto kilómetros de rutas de senderismo que ofrecen un atractivo recorrido cultural y de naturaleza aprovechando el espectacular legado romano.

Desde el Instituto de Estudios Cabreireses y con el apoyo financiero de la Diputación Provincial de León se está impulsando la creación de un Geoparque, figura avalada por la UNESCO que otorga un marchamo de calidad a un territorio donde confluyen una serie de valores, no sólo geológicos, sino también históricos, arqueológicos, etnológicos, etc, como instrumento de desarrollo de esta zona basado en un turismo sostenible. El Geoparque Médulas-Teleno sería el Geoparque de la Minería del Oro Romano.

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