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Entrevista al Doctor Eduardo Anitua

Entrevista al Doctor Eduardo Anitua. Fundador y Director Científico de BTI Biotechnology Institute “Nuestras técnicas ya están disponibles para cientos de miles de pacientes cada año, tanto a nivel público como privado””

El doctor Eduardo Anitua reúne en una sola persona diferentes perfiles, como es ser uno de los mayores expertos en implantología del mundo y, además, un investigador pionero. Él ha sido el encargado de que Bisbal luzca una sonrisa perfecta pero también de que Rafa Nadal tenga una rodilla de acero. Todo gracias a su descubrimiento de un plasma que regenera los tejidos humanos. Este plasma rico en factores de crecimiento, se aplica hoy en día en áreas de la medicina como la cirugía oral, la traumatología, la medicina deportiva, la neurología, la cirugía general, la dermatología o la oftalmología. Un hallazgo realizado en su empresa, el BTI Biotechnology Institute. Anitua ha dedicado su vida a buscar las proteínas implicadas en los procesos de regeneración, aislarlas y aplicarlas en el lugar de la lesión. Su empresa está presente en más de 30 países, entre ellos Alemania, EE.UU., Francia, Reino Unido, Italia, Canadá, México, Portugal… y colabora con más de 50 universidades de todo el mundo.

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“En España debe mejorar la protección de la propiedad intelectual”

Realmente, ¿tenemos capacidad para autorregenerarnos?, ¿cómo es posible? Sí, el ser humano tiene capacidad del regenerarse, si no sería imposible la cicatrización de una herida… Pensemos en qué sucede cuando tenemos una fractura ósea o cuando nos cortamos en un dedo, lo difícil ha sido saber cuál es el mecanismo biológico por el que ocurre esa regeneración, y a eso le hemos dedicado 25 años de investigación. Hoy en día sabemos que las proteínas que están implicadas en la regeneración están en nuestra sangre, que las podemos aislar y concentrar, pero lo que es interesante es que todo esto ha nacido en el área de la cirugía oral, intentando mejorar la evolución de un alvéolo post-extracción. De la cirugía oral al resto de especialidades de la Medicina.

Usted estudió Medicina, se especializó en estomatología y más tarde en implantología, ¿cómo nació esa vocación? Más que vocación, yo diría pasión. Yo pensé dedicarme profesionalmente al deporte, pero cuando empecé a estudiar medicina me pareció apasionante y lo que he hecho desde entonces ha sido dedicarle horas a esta pasión.

¿Hace 20 años, ¿cómo se recibe esta noticia en el mundo científico? En su momento la Agencia Antidopaje no estaba muy de acuerdo. El mundo científico es muy amplio. En nuestro campo, el de la cirugía oral, algunos lo recibieron con los brazos abiertos y con mucho interés… otros negaron la mayor. El ser humano por lo general rechaza todo lo que no alcanza a comprender, lo difícil ha sido hacer entender a la comunidad científica la enorme potencialidad que tiene la utilización de las proteínas autólogas. En el mundo del deporte nos encontramos con la paradoja de que mientras unos negaban la eficacia del plasma rico en factores de crecimiento, otros decían que los resultados eran tan espectaculares que a ver si lo que estábamos haciendo era dopar a los deportistas… anécdotas de la vida. Tuvimos que exponer delante de todos los médicos del COI y de la Agencia Antidopaje los efectos biológicos del plasma, lo entendieron y así salió publicado por el COI, y en estos momentos todos los comités olímpicos recomiendan y utilizan esta técnica, y de hecho el Comité Olímpico Español fue pionero en recomendar esta técnica a sus deportistas para la recuperación de lesiones.

Nosotros hemos ganado varios juicios a empresas españolas, como los casos de Mozo-Grau y Proteal, que copiaron algunos de nuestros desarrollos. Esto, si pasa en Estados Unidos, a una empresa le cuesta su viabilidad,

Usted ha dicho que España sabe investigar y patentar pero que el Estado tiene que defender esa propiedad intelectual con una prioridad máxima. En el ámbito de la investigación en el área biosanitaria España estaba muy dormida y no teníamos tradición, salvo algunas excepciones, pero hemos mejorado muchísimo en los últimos años. Efectivamente, lo que debe mejorar es la protección de la propiedad intelectual. Nosotros hemos ganado varios juicios a empresas españolas, como los casos de MozoGrau y Proteal, que copiaron algunos de nuestros desarrollos. Esto, si pasa en Estados Unidos, a una empresa le cuesta su viabilidad, porque no tienen dinero para pagar las enormes multas por violación de patentes… En España tenemos que aprender mucho en todo esto. Igualmente, los médicos tienen que valorar a los equipos y las empresas que son pioneras e invierten en investigación frente a los que copian.

¿Cuál es el futuro de su descubrimiento? ¿Que esté al alcance de cualquiera? Nuestras técnicas ya están disponibles para cientos de miles de pacientes cada año, tanto a nivel público como privado, pero sin duda nos gustaría que todo el mundo pudiera beneficiarse de ellas. Llevamos muchos años intentando que la sanidad pública lo incorpore en distintas áreas de la Medicina. Pero el hecho de que las negociaciones se tengan que hacer individualmente con 17 comunidades autónomas supone una enorme una pérdida de tiempo y de energía. “Todos los comités olímpicos recomiendan y utilizan esta técnica, el Comité Olímpico Español fue pionero en recomendarla para la recuperación de lesiones”

En noviembre organizó una nueva edición de los ‘BTI Day’, las jornadas científicas celebradas en Vitoria y Madrid en las que reunió a más de 1.000 especialistas en implantología oral y medicina regenerativa. ¿Tienen que llegar estas técnicas a todos los profesionales? Una de mis pasiones es la investigación, pero lo fundamental es que esa investigación llegue a todo el mundo, por lo tanto realizamos un gran esfuerzo en divulgar nuestro trabajo, tanto a nivel de publicaciones científicas y clínicas como en conferencias.

“Realizamos un gran esfuerzo en divulgar nuestro trabajo, tanto a nivel de publicaciones científicas y clínicas como en conferencias”

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