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Pregó Festes d’Agost 2017 Diana Palazón
from Elche Fiestas 2018
by editorialmic
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Ilicitanas, ilicitanos, Autoridades, Reinas y Damas, Vecinos, familiares, amigos y visitantes. Hoy tengo el contento subido pues se me ha otorgado el gran honor de dar el pregón que dará comienzo a estas fi estas.
En seguida empecé a darme cuenta del momento tan especial que iba a compartir con todos vosotros en nuestra Plaça de Baix.
Gracias por invitarme a estar aquí.
Nada más conocer la noticia vinieron a mi mente mil recuerdos desde mi infancia hasta ahora. Se me aparecieron con total viveza cientos de imágenes, situaciones, frases, canciones. Desde mi casa de Altábix (que aún sigue siendo la misma) que cuando yo era pequeña era casi el fi nal de la ciudad, pero no de Elche. Y digo que no de Elche, porque Elche es mucho más que sus barrios. Es más que Altábix, que El Rabal, El Salvador, El Plà, Puertas Coloradas, Carrús, El Centre, Candalix, Poble Vell. Elx es també el camp i la platja. Elx es també Matola, Alzabares, Asprelles, L’Altet, La Folla, La Marina, Les Baies, Els Arenals de Sol, Torrellano, Valverde, Perleta, Juvalcoy, El Derramador.
Jo sòc d’Altàbix de tota la vida y del colegio Jaime Balmes de Carrús, on era mestra ma mare. Y donde con 8 años empecé a recibir clases de teatro y ya nunca las solté. Después del Instituto de la Asunción. Y ya después a estudiar y trabajar. A Valencia, Barcelona y Madrid. Pero el primer teatro al que me subí, fue aquí, en Elche, en nuestro hermoso Gran Teatro.
Vinieron a mi memoria los días de fi esta con mi familia. Los días que nos mudábamos para ira a la Glorieta y tomar algo en el Marfi l, o para dar una vuelta por el Parque Municipal, para darle de comer a los patos. O si no ir “en defora”, al camp a mejar coca de molletes y sardines, y fabes. Porque sí, solo aquí se puede comer coca de molletes, o arrós en costra, o tarongetes, o pelotas como también se llaman, o tarta de Elche, la preferida de mi iaio, que jo soc neta d’Oliver, o dàtils, y por supuesto un bon “nugolet”.
Y es que hay cosas que solo se pueden hacer en Elche; como chollar-se, sullar-se la roba, llimpiar-se la bosera, menjar companatge, tenir arritrancos, estar desfi ciós, anar en defora, ser un mostrenco, un charamita, un fardacho, un dotor, un gomioso.
Y aquí también, como en mi pregón, hablamos dos lenguas; Castellà y Valencià. En una mateixa taula parlem les dues llengues sense problema. En ma mare en valencià, con mi padre en castellano. En la iaia en valencià, con la abuela en castellano. I a mi a vegades m´han preguntat, ¿Pero os aclarais?. Si, ja o crec que mos aclarem. I no, no només mos aclarem, sino que pense que es una riquesa cultural única. Y yo orgullosa de ser fi lla d’Elx y de todas sus peculiaridades.
Vicente me rescató de una tarde de aburrimiento y me llevó con él a pegar el cartel de Les Festes d’Agost, y pude ver la alegría con la que nos recibían en todos los lugares. Esto lo podemos contar, pero solo los que somos de aquí conocemos esa emoción que se siente y que va aumentando según se acercan las fi estas.
Y es que podemos explicar a los demás como es el Misteri d’Elx, como desde los cielos baja un mangrana gigante que se convierte en una imponente palmera dorada para recoger el alma de la virgen en su Ascensión. Podemos contar a los que jamás lo han visto, como los cantos angelicales y los de los apóstoles llenan con su vibración toda Santa Maria. Pero nada es comparable a la experiencia de vivirlo, de sentir el “oropell” cayendo de los cielos y poder recogerlo después del suelo como niños maravillados.
Podemos explicar a los que nunca lo han visto cómo es estar la Nit de l’Albà bajo un manto de palmeras, esta vez de fuego, sin descanso de colores, de ruidos y de olor a pólvora. Pero nada es comparable a la experiencia de vivirlo, de estar a oscuras, con toda la ciudad en silencio, expectante, aguantando la respiración por ver cuánto de alto subirá y cuanto abrirá este año la palmera de la virgen y como es después comer el meló d’aigua en las terrazas, balcones, campos. Podemos explicar como es la ofrenda de fl ores a la virgen, pero nadie mejor que nosotros sabe que no es una virgen cualquiera. Que la nuestra es Morena y que vino por el mar, con un cartel que ponía “Sòc per a Elx” y que nuestro Cantó vino galopando por las calles desde la playa para anunciar su llegada.
Nadie mejor que nosotros sabe que hay que parar y coger fuerzas y descansar, lo que se pueda, porque en fi estas no se para. Tenemos que aguantar la Nit de la Roà todo lo que podamos, de Barraca en Barraca, o passejant amb el Ciri, velando la virgen, y tomar un chocolate con churros al amanecer. Y ver la salida de los Moros, y la salida de los Cristianos. Y disfrutar de sus colores, de su ambiente, de la alegría de su Hermandad. Y participar en la gran Xaranga. Y ver la representaciones dels Pobladors para ver quienes éramos entonces.
Las fi estas, queridos Ilicitanos, son para celebrar. Para celebrar que estamos vivos, que estamos juntos y que podemos compartirlo. Y también para dar las gracias a esta hermosa ciudad por acogernos y darnos una buena vida, porque aquí, por si los de fuera no lo saben, aquí se vive de lujo.
Elche contiene mucha belleza, que se te llenan los ojos de tanto verde en los cielos y en los parques. Que tantos huertos de Palmeras juntos es algo inigualable. Contiene la belleza de tantas culturas juntas. Que vas caminando por sus calles y lo mismo te encuentras una Palmera Imperial que plantó un Cura viajero en su Huerto, que te encuentras un Palacio, llamado de Altamira, en la que mucha gente notable tuvo el gusto de vivir y que ahora podemos disfrutar todos, pues alberga nuestra historia. Lo mismo te encuentras una torre de vigilancia almohade, la de Calahorra, que cruzas un Puente custodiado por una Virgen y un Santo.
Elche es única, totalmente única. Dos veces patrimonio de la humanidad no es cualquier cosa. Y eso que nosotros sabemos que tenemos un tercer patrimonio, al que últimamente he visto por Madrid dentro de una urna.
Y que por cierto, me ha dicho que tiene ganas de volver a nuestra Ciudad, que para ella es su pueblo. Y yo espero que nuestra Dama esté de vuelta pronto, para que pueda ver las fi estas por sus propios ojos de piedra caliza.
Yo empiezo a sentir como unos nervios por dentro. ¿Y vosotros? ¿Ya vais sintiendo la emoción de vore que venen Les Festes d’Agost? Pues solo me queda desearos que estas fi estas os dejen muy buen sabor de boca y de corazón, desearos que muchas veces podáis decir:
Xé, que a gust, xé que a gust, xé que a gust, el ratet que estem passant. Xé que a gust, xe que a gust, xe que a gust, que me esteu matant a fam.
¡Visca la Mare de Déu de l’Assumpció!