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FUNDACIÓN RODOLFO BENITO SAMANIEGO

LA UNIVERSIDAD DE ALCALÁ CONDECORA A LA FUNDACIÓN

El Consejo de Gobierno de la Universidad de Alcalá acordó, en sesión ordinaria del 21 de julio, conceder la Medalla Honorífica de Plata a la Fundación Rodolfo Benito Samaniego. Esta condecoración, conforme al Reglamento de 22 de julio de 2010, se confiere a “aquellas personas o entidades que se hayan distinguido en los servicios prestados a la Universidad de Alcalá”. En concreto, a quienes “dentro o fuera de la comunidad universitaria se hayan distinguido en labores de docencia, investigación, gestión o colaboración en los fines propios de la Universidad”. La distinción fue entregada el 7 de septiembre, en la ceremonia de apertura del curso académico 2022-23, realizada en el Paraninfo. El acto estuvo presidido por el rector, José Vicente Saz, quien reconoció a la Fundación por “ayudarnos a mantener en la memoria a las víctimas del brutal atentado del 11 de marzo de 2004 y extenderla, a través del impulso de valores como la paz, la libertad y la democracia; por apoyar los trabajos de investigación, innovación y desarrollo que fortalecen los valores de convivencia y tolerancia en la sociedad; y por premiar a los jóvenes ingenieros cuyos proyectos de fin de carrera ofrecen aplicaciones sociales relevantes”. La medalla fue recogida por la presidenta de la Fundación, Ana Isabel Hidalgo. Al acto asistieron también Juan Benito y José Ignacio Martínez, miembros del Patronato. La relación de la Universidad con la Fundación se remonta a 2004. Precisamente, el 24 de junio de ese año, en el Salón de Conferencias Internacionales, se realizó la presentación oficial de la Fundación y se proclamaron los dos pilares esenciales de su homenaje a Rodolfo y a todas las víctimas del 11M: la defensa de los valores de convivencia, tolerancia y libertad y el impulso a la investigación científico-tecnológica puesta al servicio de la sociedad.

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La Universidad, con su entonces rector, Virgilio Zapatero, firmó un convenio para la organización y desarrollo de las actividades de la Fundación. La colaboración se ha mantenido con sus sucesores, Fernando Galván y José Vicente Saz, sus respectivos equipos de gobierno y el personal académico y administrativo. Gracias a ese convenio, tienen lugar cada año la entrega de los Premios Anuales, el ciclo de conferencias sobre convivencia y tolerancia en la sociedad actual, los actos “Toma mi mano. Encuentro de convivencia” y los cursos de formación. Precisamente estos cursos, que llegan ya a su décima edición, son una apuesta por divulgar la cultura de los derechos humanos y promover los valores de convivencia y tolerancia, así como diseñar propuestas de políticas que favorezcan a los grupos más vulnerables y sirvan para afrontar los nuevos retos generados por la violencia en cualquiera de sus formas.

Los cursos han sido reconocidos por la Universidad con créditos docentes, lo cual representa un respaldo a la labor de formación en valores que realizamos. Han contado con la dirección de las catedráticas Nazareth Pérez y María Marcos. En las relaciones entre la Fundación y la Universidad, siempre debemos destacar —por su trabajo— al Servicio de Protocolo y a la Oficina Tecnológica.

La gratitud de la Fundación con la Universidad está ampliamente avalada. Tal es así, que fue merecedora del Premio Extraordinario X Aniversario y de varias Palomas (galardón individual que se concede a colaboradores y voluntarios destacados).

Ahora llega un reconocimiento por la aportación que la Fundación hace a la Universidad. Una condecoración que la Fundación nunca imaginó recibir y que ha aceptado, con emoción y responsabilidad, por el inmenso reto que representa en su trabajo. También es otro hermoso homenaje a Rodolfo, pues la docencia —junto a la ingeniería— fue una de sus grandes pasiones. •

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