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Alineadores invisibles vs. negocios opacos
from Impresiones nº98
by editorialmic
en periodoncia, cirugía, materiales, medicina regenerativa, implantología oral u ortodoncia. Prácticamente se abarcan todos los campos. ¿En qué investigaciones está inmersa en este momento? ¿Y cuál de las que ya ha concluido cree que ha supuesto una aportación de más calado en el conocimiento de la disciplina o en la práctica clínica? En el contexto del trabajo del grupo, trabajamos la actualización del conocimiento los desórdenes orales potencialmente malignos y diagnóstico precoz del cáncer oral Así mismo, estamos analizando en profundidad una serie de marcadores a nivel de la saliva; quizá puedan explicar los fenómenos que acontecen durante algunas patologías orales. ¿Cuáles cree que serán las innovaciones o avances más significativos en un futuro próximo en la forma de ejercer la odontología? Los avances vienen sobre todo de la incorporación de las nuevas tecnologías al mundo de la Odontología; pero cualquier implementación debe estar basada siempre en la evidencia científica, lo que supone una verdadera mejora para los clínicos y para los pacientes.
Paulo López-Alcázar López-Higuera, gerente del Colegio.
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El sector de la odontología es, sin duda, uno de los sectores sanitarios que evoluciona más y lo hace de forma más rápida, y no solo lo hace científicamente sino también en los modelos de negocio y en las formas del ejercicio profesional. Es también el ámbito profesional, junto a la medicina estética, el más afectado por las campañas de publicidad, que tantos problemas generan tanto a los profesionales como a los propios pacientes, precisamente porque suelen ser de muy discutible legalidad y, en todo caso, de una agresividad desconocida en otros sectores sanitarios.
Como decía, la evolución de la odontología es constante, y en este orden lo último en desarrollarse han sido modelos de negocio hasta hace poco desconocidos, como lo son los tratamientos de ortodoncia invisible.
En este campo han aparecido innumerables empresas, muchas de ellas propiedad de grandes multinacionales o incluso de fondos de inversión, que ofrecen a los pacientes tratamientos de ortodoncia con férulas invisibles, a través de páginas web algunas de ellas.
La estructura de comercialización y venta de los productos sanitarios de estas empresas no es idéntica, aunque todas se contratan a través de su página web. Unas venden directamente al paciente las prótesis, para que el paciente se las vaya colocando, y los exámenes de profesionales brillan por su ausencia, bastando que el paciente remita fotografías periódicas a la empresa. En otros casos, la empresa cuenta con clínicas asociadas a las que previa cita acude el paciente, siendo el dentista quien toma los registros de la dentadura y quien los remite a la entidad, quien elabora los alineadores y los entrega directamente. En unos casos el profesional sanitario no tiene más intervención y en otros sí hay un seguimiento periódico por el dentista.
Es obvio que este modelo de negocio, importado en la mayor parte de los casos de otros países en los que los fabricantes de productos sanitarios pueden venderlos a los pacientes, presenta diferentes lagunas y problemas en nuestra nación, en la que la “Ley Sobre Garantías y Uso racional de medicamentos y productos sanitarios” prohíbe expresamente la venta directa al público de productos sanitarios a medida, siendo necesaria la intervención de un facultativo para prescribir el tratamiento, tomar los registros necesarios y adaptar los alineadores al paciente, así como asumir el seguimiento de todo el tratamiento hasta su conclusión.
Por ello, la venta directa al paciente de alineadores puede incluso llegar a constituir verdaderos delitos de usurpación de funciones, pues dejando al margen la toma inicial de medidas por el profesional, el resto de las fases de fabricación y venta se hacen sin intervención directa de un facultativo.
Así mismo, dichos productos se suministran en algunos casos con blanqueadores dentales que mantienen proporciones de peróxido de nitrógeno superiores a los blanqueadores cosméticos, lo que exige que sean utilizados única y exclusivamente por profesionales sanitarios en centros sanitarios.
Por otra parte, estas prácticas en los casos más extremos pueden suponer un verdadero fraude para los pacientes, pues la eficacia y seguridad de los mismos es más que dudosa.
En este tipo de negocios los profesionales sanitarios han de ser muy cautos para evitar que algunos empresarios con pocos escrúpulos -o al menos con una mentalidad basada en otro tipo de legislaciones- puedan aprovechar la buena fe de aquellos para hacer un negocio. En algunos casos, dicho negocio resulta redondo, pues no contando apenas con la infraestructura mínima pueden tener acceso a un número importante de pacientes. Bien es cierto que los recursos publicitarios con los que cuentan son enormes, y llegan a copar espacios televisivos de gran audiencia, lo que supone una prueba más de las posibilidades económicas que presentan.
Desde la Organización colegial se han tomado, tanto en el nivel nacional como regional, diferentes iniciativas con el objeto de tratar de poner coto a la expansión de ciertos modelos de negocio incompatibles con la legalidad vigente, sin que, al menos hasta la fecha, se haya podido contar con la intervención de la Agencias Española del Medicamento, aunque sí con la Administración regional, que ha advertido de los riesgos para los pacientes de algunos de estos tipos de negocios, habiéndose incluso llegado a no permitir la apertura de una clínica dental de una de estas compañías.
Hasta el momento no han llegado nada más de dos quejas de pacientes de este tipo de empresas, aunque sin duda en un futuro próximo aumentarán sin ningún género de dudas. IMPRESIONES