María en la Literatura Medieval > En las puertas del otoño, vuelve a reverdecer la devoción por la Virgen María, en esa hermosa advocación del ROSARIO, después de todo un periplo mariano, que en Isla Cristina –siempre en el corazón-, se ha venerado como Carmen, Mar, Rocío, Dolores y otros nombres, que componen ese rosario mariano de bellas cuentas, engarzadas en honor de la Madre de Dios y nuestra.
U
n venero poético es el constituido por la lírica tradicional y oral, germen de toda la literatura europea y, por supuesto, la de lengua española. Es una mina literaria, para acarrear unos azacanes llenos de alabanzas a Santa María. En esta ocasión, sólo ofrecemos unas muestras, que nos permitan vislumbrar la extensión e intensidad de la literatura de tipo marial, que tendrá una hermosa floración durante la Edad Media y que también ocupa buena parte del repertorio de nuestras letras españolas, a los largo de todas las épocas. Sin embargo, empecemos tal como se acostumbraba en nuestras casas, cuando se bañaban a los niños y recitaban nuestras madres y abuelas aquella famosa estrofa, compuesta por el rondeño Vicente Espinel (1550 – 1624), una décima, que dice: Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea, en tan graciosa belleza. A Ti celestial princesa, Virgen Sagrada María, Yo Te ofrezco en este día, alma, vida y corazón. Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía... [hasta morir en tu amor, hermosísima María... por tu Pura Concepción...] [por tu pura compasión...] Amén A Gonzalo de Berceo, un monje riojano que vivió durante el siglo XIII, en el monasterio de San Millán de la Cogolla,
cumplido y de tristura, venme a librar y a consolar, Señora de la altura. Terminamos este sucinto repaso por la literatura medieval mariana, con una de las más hermosas composiciones, dedicadas a la Virgen, por el poeta y músico Juan de la Encina (1469-1529), discípulo de Elio Antonio de Nebrija:
se le considera un juglar a lo divino, ya que canta más que escribe, reza más que compone, sobre la Virgen María, en obras como Loores de Nuestra Señora, El Duelo de la Virgen María, Milagros de Nuestra Señora, etc. Ya en esta época temprana, se suceden las noticias en torno a las romerías más antiguas de la península, como son las de Santa María de la Cabeza y Santa María de La Rocina. Y, asimismo, ya prefiguraba el patrocinio carmelitano sobre la mar: Esta bendita Virgen es estrella llamada, estrella de los mares y guía muy deseada; es de los marineros en la cuita implorada, porque cuando la ven, la nave va guiada. Alfonso X, el Sabio (Toledo, 1221- Sevilla, 1284). Hombre de letras, su batalla fue más el convencer que el vencer; su lucha se basó más en la fuerza de la razón que en la razón de la fuerza. Muy devoto de la Virgen, le dedicó bellas composiciones. En sus Cantigas a Santa María, recrea una advocación mariana desacostumbrada, como es la de Virgen del Gran Poder. En el siglo XIV, el Arcipreste de Hita, Juan Ruiz de Cisneros, nacido en Alcalá la Real (Jaén), en su Libro de Buen Amor, canta unos Gozos de Santa María (estrofas 20-43), lo mismo que hace, al finalizar su obra maestra (estrofas 1661-1689): Estrella del mar, puerto de holgura, de dolor
¿A quién debo yo llamar vida mía, sino a ti, Virgen María? Todos te deben servir, Virgen y Madre de Dios, que siempre ruegas por nos y Tú nos haces vivir. Nunca me verán decir vida mía, sino a ti, Virgen María. Duélete, Virgen, de mí, mira bien nuestro dolor, que este mundo pecador no puede vivir sin ti. No llamo desde que nací vida mía, sino a ti, Virgen María. Tanta fue tu perfección y de tanto merecer, que de ti quiso nacer quien fue nuestra redención. No hay otra consolación, vida mía, sino a ti, Virgen María. El tesoro divinal en tu vientre se encerró, tan precioso que libró todo el linaje humanal. ¿A quién quejaré mi mal, vida mía, sino a ti, Virgen María? Tú sellaste nuestra fe con el sello de la cruz; Tú pariste nuestra luz, Dios de ti nacido fue. Nunca, jamás llamaré vida mía, sino a ti, Virgen María. ¡Oh clara virginidad fuente de toda virtud, no ceses de dar salud a toda la cristiandad! MANUEL ZURITA CHACÓN. Catedrático emérito.
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FIESTAS DEL ROSARIO
Isla Cristina | del 5 al 8 de octubre de 2017
