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Homenaje al Hermano Nazareno
Quisiera rendir con mis palabras un homenaje sincero de admiración, reconocimiento, y cariño, hacia esos Hermanos nuestros que también forman parte de los Cortejos Procesionales de nuestras queridas Hermandades y Cofradías.
El hermano Nazareno también existe, ellos realizan su particular y devota Estación de Penitencia, acompañando a sus queridos Titulares por las calles de nuestras ciudad, cada Semana Santa.
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Son a veces los eternos olvidados, tal vez y en ocasiones los menos valorados, a pesar de que su trabajo es duro, lleno de incomodidades, sacrificado, y a veces agotador.
Ellos con su presencia y participación, engrandece el discurrir de su Hermandad por su Itinerario Procesional.
Es digno de resaltar su exquisito comportamiento, a pesar de las muchas horas transcurridas, intentan ser fieles a las normas que su Hermandad tiene asignadas a su Estación de Penitencia,y las acepta sabiendo que es para el bien de su querida Corporación Nazarena.
Ellos, esos ilustres personajes de largos capirotes, que bajo el anonimato de su antifaz van rezando a su Cristo o a su Virgen, con la mayor de las devociones.
¿Cómo será esa oración callada y sentida a lo largo de todo el camino? , con la sola compañía de ese cirio que lo va iluminando, y de ese rosario que lleven para rezarlo las veces que hagan falta.
¿Cómo será ese su diálogo?, que puede ser duro y triste, porque su situación en el cortejo no les permite ver a sus Sagrados y Benditos Titulares a los que tanto quiere, pero en sus corazones los tiene muy cerca, son diálogos de amor, de oración, y de suplicas, diálogos en definitiva de agradecimiento y sobretodo de mucha fe.
Yo he visto en los ojos de mis Hermanos Nazarenos, lágrimas de una emoción enorme, y sobretodo he tenido la ocasión de contemplarlas en el interior del Templo, en esas horas de angustiosas esperas, a la hora de la verdad, la hora donde se abren de par en par las puertas de la Parroquia, y empiezan a salir la Cruz de Guía de la Hermandad, y tras ella, ELLOS, los Hermanos Nazarenos.
Los ojos de esos mis Hermanos buscan emocionados los benditos y misericordiosos ojos del Señor y su Madre Santísima, situados allí en sus andas procesionales, dispuestos una primavera más a bendecir a su Pueblo.
Reciban todos mi agradecimiento como cofrade, mis respetos y mi admiración, y que sepáis que sois muy importante.
Hermano Nazareno, un orgullo para su Hermandad, así debe ser, así lo deseo. Reciban todos mi abrazo cofrade, y mis deseos de una feliz y sentida Estación de Penitencia.
Un año más, una primavera más.