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SONETO A EL SALVADOR

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SONETO A LA REINA

SONETO A LA REINA

CUANDO La Tarde

(SONETO A EL SALVADOR, DONDE EL POETA ECHA CUENTAS DE SÍ)

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No hay un sitio en mi vida que no guarde algún fulgor de Ti, lo que termina siendo lumbre tardía, vespertina luz que queda detrás de lo que arde.

Esto pienso, Señor, cuando la tarde acantila más sombras, más se hacina en la sombra que soy, que determina un último alumbrar, como de alarde.

Pero Tú sabes bien que no hay frontera o alud que nos separe, ni barrera que detenga la noche cuando empiece.

Cuando empiece, Señor, esto que soy a dar de mí aún más de lo que doy, tendrá mi alma un soneto que fl orece.

Manuel Cortijo Rodríguez

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