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Pregón 2019

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Alcalde de La Roda

Alcalde de La Roda

PREGÓN FIESTAS PATRONALES LA RODA 2019

Estimados vecinos, amigos y amigas de La Roda: Buenas noches a todos,

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En primer lugar quiero expresar mi agradecimiento al Ayuntamiento y a su actual Corporación Municipal por haber pensado en mí, una rodense más, y concederme el privilegio de pregonar este año las Fiestas de La Roda en honor a nuestro patrón El Salvador en esta noche tan especial.

Esta circunstancia, como es lógico, me llena de orgullo, pero os confieso que también me habéis puesto en un apuro. Los que me conocéis sabéis que soy una persona de pocas palabras, discreta y que me gusta pasar desapercibida. Y mira por dónde… ¡qué papelón me ha tocado esta noche! Sin embargo, también sabéis que no me asusto fácilmente, no soy una mujer de banquillo, que me gustan los retos, así que aquí estoy, delante de vosotros, con todo mi cariño, dispuesta a afrontar esta tarea de la mejor forma que pueda. He pedido consejo a personas de confianza acerca de cómo hacer este pregón y todo el mundo me ha dicho lo mismo: hazlo con el corazón.

Quiero agradecer especialmente a nuestro Alcalde, Juan Ramón, por todo lo bueno que transmites, por tu coraje, por tu lucha. Eres nuestro “Capitán Optimista” de La Roda, un gran ejemplo para todos. Qué sabias palabras las tuyas: “que la vida no nos tenga que dar un golpe tan duro para empezar a disfrutarla”.

También quiero agradecer a mi familia y amigos, que me consta que os habéis alegrado tanto de que hoy esté aquí arriba, porque me queréis como soy y me apreciáis, a los que os sentís orgullosos de mí…

Cuando te enfrentas como yo a situaciones difíciles todos los días, cuando eres consciente de que en cualquier momento tu vida puede cambiar por un diagnóstico fatal, por una enfermedad, cuando ves truncarse el proyecto vital de algunas personas que nunca se lo esperan, entonces te das cuenta de la importancia de vivir el momento, del presente, porque es lo único que realmente tenemos cierto, porque mañana no sabemos lo que ocurrirá. Las prioridades se ponen en orden y para mí, éstas son sin duda, la SALUD y la FAMILIA.

Nací en el año 1977, con la llegada de la democracia, estrenando nuestra vigente Constitución Española, hace 41 años, cuando la transformación política, social y económica de nuestro país arrancó y finalmente se puso en marcha y ya sin pausa hasta el día de hoy.

En estos más de 40 años de estabilidad democrática que coinciden con mi existencia, España ha vivido progresivamente una profunda evolución económica, social y tecnológica que ha permitido un considerable aumento del bienestar de nuestra población. De este hecho objetivo nos pueden hablar nuestros abuelos, testigos de primera mano. Ellos vivieron los duros tiempos de la postguerra y ahora disfrutan como nosotros del progreso y bienestar actuales.

Los tiempos han cambiado, dicen ellos, y más que tienen que cambiar, digo yo…

Conservo en mi memoria con cariño mis años del colegio, fui alumna del Colegio Tomás Navarro durante párvulos y luego del Colegio José Antonio, donde hice la EGB (que es como se llamaba entonces). Recuerdo con mucho respeto a mis maestros y con emoción a todos los amigos de entonces, muchos de ellos han seguido siendo y serán, amigos para siempre.

Las amistades son trocitos de tiempo que vivimos con cada persona. Lo que importa no es la cantidad de tiempo que pasamos con cada amigo, sino su calidad. Algunas amistades están hechas de risas y llantos compartidos; otras, de horas de escuela, de estudio; otras de salidas, cines, diversiones, de viajes, y algunas hay también que nacen sin que sepamos muy bien cómo ni porqué. Pueden ser de silencios comprendidos o de simpatía mutua sin explicación. Aprendemos a querer a las personas sin juzgar por su apariencia, sin etiquetarlas.

Recuerdo con nostalgia mi infancia y adolescencia y me vienen a la mente imágenes: los juegos en la calle con mis primas y vecinos, los pasteles de barro que hacía en el corral de mi chacha María, las romerías de la Virgen de los Remedios, esos días que pasábamos en el campo con la familia y los amigos, yo siempre aparecía jugando al balón…

Los domingos íbamos a misa de niños, aunque algunos días nos escaqueábamos y nos íbamos a los recreativos de Manolo, a sentarnos en un banco del paseo a comer chucherías…o al cine Rialto que ponían una película los domingos por la mañana. Acordaos que en aquellos tiempos teníamos tres cines en La Roda (en eso sí hemos retrocedido), por las tardes íbamos al oratorio… es lo que había entonces.

Aquellas tardes de verano en las que me iba a jugar al tenis con mi amiga Mª Isabel, las rutas en bici por los caminos de La Roda o a los pueblos vecinos y las temidas pájaras que me daban cuando venían rachas de aire y no tenía fuerzas para avanzar. Desde bien pequeña me ha gustado mucho el deporte, he practicado todo tipo de disciplinas y tengo que reconocer que “se me daba bien”.

Los valores que transmite el deporte han marcado profundamente mi forma de ser y mi filosofía de vida: esfuerzo, superación, perseverancia, igualdad de trato, respeto hacia los demás, deportividad, autocontrol, disciplina, solidaridad, trabajo en equipo y compañerismo, ejemplaridad, pasión y emoción.

Desde la escuela de tenis (he visto dar sus primeros raquetazos a Guillermo García López, nuestro gran tenista de La Roda, su padre era nuestro profesor), pasando por la escuela de baloncesto, y por supuesto el fútbol, mi gran pasión.

Tanto me gustaba, que recuerdo que el año que tomé la Primera Comunión se celebraba el mundial de Méjico, en 1986, para disgusto de mi madre, porque resulta que coincidió la procesión de la Virgen de los Remedios, en las que salían vestidos los niños de comunión, con el partido de España-Bélgica que daba el pase a semifinales….y que, por supuesto, yo no me podía perder de ninguna forma.

Por entonces, era asidua seguidora del C.D La Roda, que militaba en 3ª división, pues iba todos los domingos al campo (al campo de tierra) con mi abuelo Paco, gran aficionado al futbol de nuestro pueblo. Aunque cayeran chuzos de punta, allí estábamos nosotros, 2 horas antes del partido, para coger nuestro sitio habitual en la grada. Aún recuerdo los nombres de los jugadores, la mayoría por entonces eran del pueblo y por supuesto no eran jugadores profesionales, tenían sus oficios fuera del fútbol, igualico que ahora, ¿verdad?.

En aquellos años 80 no había escuelas de futbol femenino, me tenía que conformar jugando en el patio del colegio con mis compañeros. Así que tuvo que ser de más mayor, siendo ya médico residente, cuando pude por fin quitarme la espina y conseguí jugar 2 años en el equipo regional del Albacete Balompié, disfrutándolo muchísimo.

Ya viviendo en Albacete me pasé al pádel, deporte que me ha permitido hacer muchísimas amistades y ampliar mi vida social en la ciudad.

He conocido a personas magníficas: hombres y mujeres de todas las edades, he hecho grandes amigas, polifacéticas, deportistas, artistas, grandes luchadoras y trabajadoras, que cuadran como un tetris su agenda para poder compatibilizar el trabajo, las tareas domésticas, sus hijos y así poder seguir disfrutando de los partidos de pádel y de la caña de después…todo en el mismo día.

De 1991 a 1995 pasé por el instituto, para hacer el BUP y COU en el Dr Alarcón Santón.

Recuerdo durante las horas de llegada y salida cómo se agolpaban los autobuses con compañeros que venían de otros pueblos: de Fuensanta, de Barrax, de Munera, de Tarazona, de Villalgordo, de Minaya… Ahora, muchos de ellos ya tienen centros de educación secundaria en sus poblaciones y no tienen que desplazarse.

Aprovecho desde aquí, para invitar a la gente de los pueblos de nuestra comarca a que vengan a visitarnos estas fiestas…

En el año 1995, con 18 años, salí del pueblo para iniciar mis estudios de Medicina en la ciudad de Murcia. Fueron años duros, basados en el esfuerzo y la dedicación plena al estudio. Echando la vista atrás, pienso qué difícil, con esas edades, mantener la cabeza concentrada en los estudios, sin descarriarse, sin desencaminarse.

Nunca he perdido el pueblo ni nuestra torre de vista, en esta época universitaria, venía al pueblo cuando se podía, al terminar los exámenes, en los puentes festivos, Navidades, Carnaval, Semana Santa, Romería… celebrando y participando de nuestras tradiciones. Los veranos en el pueblo, descansando y tomando fuerzas para el siguiente curso…

Y en nuestras fiestas de agosto… como sabéis los que me conocéis, siempre me ha gustado más la “fiesta de día” que la “fiesta de noche” de bares y discotecas… Participar en el concurso de gazpachos, de paellas, la carpa de día, de algún evento deportivo, y como siempre en cualquier celebración que se precie, acompañados de buenas comidas y bebidas de nuestra tierra…

Como veis, La Roda siempre ha sido y sigue siendo el epicentro de mi vida, mi raíz y el punto de encuentro con la familia y mis amigos de toda la vida.

Allá por dónde voy presumo de mi pueblo y de mis amigos. Un recuerdo emocionado para los que hoy no han podido venir y en especial, para Ángel y Luisa que están en Ucrania con su hija, todos esperamos que podáis volver pronto al pueblo.

Después de las fiestas se acababa el descanso y había que ponerse a preparar alguna asignatura que me había dejado para septiembre.

Y después, ¡la vendimia!, ¡madremía!. Durante muchos años he ayudado a mi familia en esta labor. ¡Qué duro es el trabajo del campo!, y ¡qué bendición llegar de nuevo a las aulas y darme cuenta de lo afortunada qué era de poder volver a seguir estudiando!.

Al acabar la carrera, después de 6 años de licenciatura, los médicos prácticamente “no somos nada”… había que enfrentarse al MIR y sacar una buena puntuación para poder elegir la especialidad deseada.

Durante un año estuve preparándolo en la academia de Oviedo, un año de enorme esfuerzo, con dedicación exclusiva al estudio. Sólo librábamos los domingos, haciendo honor al sentido cristiano del descanso dominical, dedicándolo a realizar excursiones por la zona que me permitió conocer una región fabulosa, preciosa, acogedora, hospitalaria, con un clima espléndido, el Principado de Asturias.

Y ahí terminó una carrera de fondo, con el sprint final del examen MIR. Empezaba otra nueva etapa, otro nuevo reto, mi vida profesional.

En la vida tenemos que tomar decisiones, unas veces acertadas y otras erróneas, dedicarme a la medicina ha sido sin duda una decisión acertada.

¿Qué hubiera sido de mí si no hubiese elegido esta carrera? La verdad es que no encuentro respuesta a esta pregunta y tampoco me lo quiero plantear ya que me encuentro feliz por esta decisión.

Reconozco que tengo una profesión apasionante y que me llena plenamente. Voy a trabajar cada mañana con ilusión y motivación, sin pereza.

Ser médico conlleva mucho esfuerzo, mucho sacrificio personal, mucho compromiso, sufrimiento a veces, agobio, cansancio… pero esto se ve compensado por el enorme privilegio que supone poder ayudar a otras personas. Existen pocas ocupaciones donde la satisfacción personal puede superar cualquier otra cosa. Es una profesión noble y hermosa.

Elegí la especialidad de Urología siendo consciente de que era un campo con presencia minoritaria de las mujeres. Es una especialidad muy bonita y completa, con parte médica y quirúrgica, con una gran variedad de técnicas quirúrgicas y diagnósticas. Y aclarando conceptos, no solo nos dedicamos al aparato genital masculino, como mucha gente piensa. Nuestros pacientes son tanto hombres como mujeres, puesto que también tratamos las enfermedades del riñón y las vías urinarias: diferentes tumores, piedras del riñón, los temidos cólicos nefríticos (lo he sufrido en mis propias carnes y dicen que ese dolor es peor que parir), infecciones de orina, etc, etc.

Fui la primera mujer uróloga del Hospital de Albacete, llegué a un “servicio de hombres” que me recibió con mucha expectación. Desde el principio me he ganado mi sitio y su respeto, siendo un miembro más del equipo, sin discriminaciones de ningún tipo, ni positivas ni negativas, como debe ser. Detrás de mí han venido muchas más compañeras que han hecho la especialidad en nuestro hospital y hoy en día hay mujeres urólogas en todos los hospitales de España y del mundo de forma generalizada.

La existencia de grupos mixtos de trabajo, con hombres y mujeres que trabajan en equipo y se complementan, es algo natural, enriquecedor y sano, aportando cada uno diferentes enfoques, habilidades y capacidades tanto profesionales como personales.

En estos casi 20 años desde que empecé, he visto una gran transformación en el mundo de la medicina, las mujeres han llegado donde antes era casi imposible verlas: cirujanas, anestesistas, traumatólogas…y eso es algo que me llena de orgullo y satisfacción, y al mismo tiempo, me alienta para seguir luchando por la igualdad de oportunidades, por la libertad de poder elegir el rumbo de la propia vida sin limitaciones sociales y culturales impuestas, para todos y para todas.

La igualdad es un derecho fundamental y un patrimonio social y quien no lo considere así se excluye, se inhabilita. Los consensos entre hombres y mujeres de bien, han sido siempre fructíferos.

Tenemos que educar, no solo a la infancia sino también a la sociedad, en valores, igualdad de trato, en pos de una convivencia respetuosa y pacífica.

En la historia de la Medicina existen muchos referentes, mujeres que lucharon por romper el techo de cristal y ahora, más que nunca, las mujeres saltamos todas las barreras y techos que se encuentran en nuestro camino. Es más, algunas lo hemos convertido en fuente de motivación para hacer visible nuestro talento y plantar cara ante quien quiera obviar nuestra capacidad.

La Medicina de hoy se está feminizando, es un hecho constatable. Las médicas suponen el 50% de los profesionales en ejercicio en España y el 75% de los estudiantes de Medicina son mujeres. Los datos son aplastantes.

“Ir al médico” será pronto una expresión antigua, porque en la consulta, en el quirófano o en la puerta de urgencias, habrá muchas más posibilidades de encontrarse a una médica o a todo un equipo femenino con quizás algún hombre.

La feminización de la Medicina es un fenómeno sometido a estudio desde hace unos años. Y entre las conclusiones de esos múltiples estudios, muchas son favorables.

Por ejemplo, en el ámbito asistencial, las médicas están más valoradas que sus compañeros porque sus consultas duran más tiempo, son más cuidadosas en el trato, tienen un estilo de comunicación más llano, cálido y afable, están más atentas a considerar aspectos emocionales y socioculturales de sus pacientes...

Los valores que abundan en las mujeres, como el tesón, la capacidad organizativa o las habilidades sociales, van a ser el motor que cambie la sanidad actual. Todo ello sin ánimo de menospreciar los talentos propiamente masculinos, también necesarios, por supuesto.

Romper los techos de cristal es algo que sin embargo todavía no se ha logrado plenamente. En lo que respecta a puestos de responsabilidad, puestos directivos y jefaturas de servicio y sección, estos cargos siguen estando mayoritariamente ocupados por hombres, cuestión todavía más chocante teniendo en cuenta la proporción, el número total de mujeres que trabajan en los hospitales y centros de Atención Primaria, como ya os he mencionado.

Pienso que la grandeza de las personas está en su sencillez, en el trato diario, siempre con respeto y educación. En adaptarse al nivel cultural de cada persona para que te pueda entender con palabras sencillas, para transmitir seriedad y rigor a la par que empatía y esperanza. Expresiones como “la operación se ha dado bien”, “lo hemos limpiado bien”, siempre ayudan y tranquilizan.

La enfermedad siempre destapa la parte vulnerable y temerosa que todos tenemos. En esas circunstancias los pacientes confían plenamente en el equipo médico que le atiende y debemos esforzarnos por mostrar nuestra mejor versión, dedicándole a cada paciente el tiempo que necesita, transmitiendo confianza.

Con el tiempo os aseguro que se aprende también algo de psicología, a ver el perfil de la persona con la que estás tratando, porque todos somos únicos y diferentes y merecemos que se nos tenga en cuenta en nuestra diversidad.

Al mismo tiempo que yo comenzaba mi especialidad en 2002, con el traspaso de las competencias en Sanidad a la Comunidad Autónoma, llegó la acreditación para el inicio del programa de trasplante renal al Hospital de Albacete. Por tanto, es algo que he vivido desde el principio, desde su nacimiento, y de lo que todo el equipo que formamos parte de él, nos sentimos muy orgullosos. A fecha de hoy llevamos más de 500 pacientes trasplantados, con una tasa de éxito similar a la media nacional. Esta actividad es el fiel reflejo, el máximo exponente del trabajo en equipo, un trabajo coordinado en el que intervenimos diferentes profesionales con un objetivo común, la mejor asistencia posible al paciente. En la diversidad de las personas que trabajan en un proyecto, estará el triunfo del mismo.

Gracias al trabajo en equipo, a la convergencia de habilidades y talentos, a la coordinación y la cooperación, se permite el logro de objetivos comunes.

Desde mi posición privilegiada como “médico de la casa” he tenido la suerte de ver nacer a la mayoría de los hijos de mis amigas, de mis primas, a mis queridos sobrinos (Carmen y Manuel). En aquella memorable Semana Santa de 2013, en la que el Jueves Santo nació mi Isabelita y el Domingo de Resurrección nuestro querido amigo y vecino Ángel. Me decían que les daba mucha tranquilidad que las acompañara, pero no saben los nervios que yo pasé en aquellos momentos…

El nacimiento de los hijos es un punto de inflexión en nuestras vidas, es una oportunidad de crecimiento personal, ellos nos hacen mejores personas…Es importante educar en la diversidad, en la tolerancia, en el respeto, en la empatía, en la generosidad y sobre todo, eduquemos a nuestros hijos en el AMOR, sea del color que sea, venga de donde venga.

Bueno, os he contado muchas cosas de mi y os he hablado de los valores que inspiran mi vida y los que creo que deben impulsar a la gente de bien para construir una sociedad mejor…

Pero a mi me han llamado para otra cosa, que es pregonar las fiestas de nuestro querido pueblo…

Como bien sabéis, pregonar quiere decir: • Anunciar, difundir, notificar la buena nueva de fiestas y alegría… • Discurso en el que se anuncia al público la celebración de una festividad y se le incita a participar en ella…en este caso nuestras Fiestas en honor a El Salvador…. Pero me gustaría también pregonar la amistad, la alegría, la diversión y la convivencia.

A la Reina y Damas de Honor: vais a vivir unas fiestas que recordareis para siempre… dejadme que os diga una cosa: representáis mucho más que la belleza de las mujeres de La Roda, representáis a la mujer rodense trabajadora, la rodense valiente, la rodense luchadora, la rodense solidaria ….

Qué bonito sería también ver representados a los hombres de nuestro pueblo y poder integrar su figura dentro de nuestras tradiciones festivas, a la par y de la mano de nuestra Reina y sus Damas de Honor.

Quiero hacer una mención especial a Estela, nuestra Dama Infantil. Las familias que tenemos personas con capacidades diferentes, discapacidades para la sociedad consumista y deshumanizada que vivimos, somos muy conscientes de ello. Ella representa hoy aquí la inclusión real, no solo las palabras bien intencionadas, el postureo… Debemos proteger a estas personas porque son las más vulnerables y desprotegidas de nuestra sociedad y trabajar por su plena integración. Estamos muy orgullosos de tu presencia aquí hoy con nosotros, es un paso adelante, un paso más para seguir avanzando en la dirección que todos queremos.

Un saludo especial a mi hermana Reme, que tanto me quiere y a veces no puedo dedicarte el tiempo que te mereces.

Gracias a las fiestas, los que aquí vivís y trabajáis todo el año, experimentáis que, por unos días, el pueblo se ilumina y, en cierto modo, se rehace.

Y para los que no vivimos aquí, en las fiestas de nuestro pueblo siempre volvemos a encontrar nuestras raíces, las caras amigas, los olores familiares.

La fiesta se convierte así en un espacio para compartir, para el rejuvenecimiento, para la nostalgia y, sobre todo, para las ilusiones que cada año se renuevan, entre todas, la principal: nuestra felicidad.

Un pueblo que sabe divertirse de verdad, a tope, en paz y armonía, es un pueblo próspero y sabio.

Os animo a participar en los actos y actividades programados para estas fiestas… se ha preparado una programación pensando en la participación de todo el pueblo, sin importar la edad y la condición, solo se pide como requisito imprescindible la voluntad de pasárselo bien.

Por lo tanto, a todas las personas que queráis disfrutar al máximo estos días os recomiendo que sigáis el programa de actos que con tanto cariño ha elaborado la Concejalía de Festejos, merece la pena.

¡Disfrutad de vuestras familias y amigos!

¡Que la alegría y el buen humor reinen durante estos días!

¡Y que de estas fiestas se os quede un recuerdo imborrable en vuestro corazón, como también quedará en el mío!

Ahora, sólo me queda desearos unas Felices Fiestas, y brindar por nuestro pueblo:

¡Viva La Roda! ¡Viva El Salvador! Muchas gracias

María José Donate Moreno

Nuestra Reina y Corte de Honor

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