De la venta Pepe Gallardo a Elviria
(LA CIUDAD SINDICAL Y EL COLEGIO ECOS) EXTRACTO DEL LIBRO “MARBELLA LOS AÑOS DEL TURISMO (I). EL PRINCIPIO DE UNA LARGA MARCHA” DEL CRONISTA FERNANDO ALCALÁ MARÍN. En la parte oriental del término municipal de Marbella, especialmente allende “Los Monteros”, zona conocida genéricamente por “Las Chapas”, “La Vívora” y “Artola”, empezó un proceso de cambio de destino agrícola por el residencial, donde predominaban grandes fincas de secano (Hacienda San Manuel o de Rosado, Coto de los Dolores, Coto Correa…), con hermosos pinares y espléndidas playas de arena blanca y fina. Dentro del municipio la zona de Las Chapas tuvo siempre carácter diferenciado y desde antiguo alcalde pedáneo. En 1931, cuando se proclamó la República, a don José Gallardo Moreno lo designaron alcalde pedáneo de Las Chapas, cargo que siguió ostentando después de la Guerra Civil y por muchos años más. Al comenzar la década de los cincuenta don José empezó a recibir en su ventorro, donde su mujer doña María, excelente cocinera, preparaba la comida a los cazadores, un nuevo tipo de clientes. Se trababa de españoles y extranjeros, que al término de la comida, después de elogiarla y pagar su importe, dejaban caer con cierta timidez y aire inocente que les gustaría comprar una tierras, parcela o finquita que
no fuera demasiado cara… y así, don José un buen día, le recomendó a un amigo de Isabel Horcher, que comprara una finca de cincuenta hectáreas por un millón a su propio cuñado don Andrés Cuevas Gallardo, en “La Vívora”, junto a la vieja torre almenara del “Real de Zaragoza”. El comprador resultó ser el hotelero belga don Juan Hammerel, quien meses después vendió la finca por el triple, cifras tentadoras para los años cincuenta. Un negocio redondo. Las transacciones continuaron y, a fin de aprovechar la coyuntura y promocionar sus tierras, los propietarios de las grandes fincas del oriente de Marbella se lanzaron al mundo de la hostelería siguiendo el ejemplo de Ivanrey y Hohonlohe. Para empezar, en 1954, don Jorge Rein Segura, dueño del “Coto de Correa” o “de Artola”, inauguró, junto a la carretera, un pequeño hostal con servicio de comida y tres habitaciones, que poco después serían diez, y más adelante, en 1961, treinta y dos. Había nacido el “Hotel Artola”, con el añadido de un pequeño campo de golf, gran atractivo para su clientela inglesa.
16 | Las Chapas Feria