Política
Elena Jaime.
Papá, me acaban de llamar para irme a las Cortes de Castilla-La Mancha…
E
se fue el “buenos días” telefónico que mi padre recibió el pasado 3 de abril. No os voy a contar la historia entera porque es un poco larga. Solo deciros que empezó en las pasadas elecciones autonómicas, cuando mis compañeros confiaron en mí para ir en esas listas. Después, todo fue muy rápido: la toma de posesión, el tener que dejar mi acta de concejal en este maravilloso pueblo (con todo el dolor de mi alma) por incompatibilidad interna de mi partido… En fin, tres semanas después de esa llamada allí estaba yo, en un mundo totalmente nuevo, en el que tenía que ponerme al día porque, además, ya en mi primer Pleno como diputada tenía una intervención (y de la PAC, ni más ni menos). Tres meses después, creo que ya puedo decir que, gracias a mucha gente, a mi familia, a mis amigos, a mi grupo y a muchos compañeros, ya me he acostumbrado a ese ritmo, a veces un poco frenético, que son las Cortes, y más para un grupo parlamentario de solo cuatro diputados que se
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reparten todas las temáticas. En mi caso, puedo decir muy orgullosa -y más siendo de La Solana- que mis competencias están en Agricultura, Desarrollo Sostenible, Bienestar Social e Igualdad. ¿Hecho de menos la política local? Sí, por supuesto. ¿Sigo intentando ayudar a mis vecinos desde las Cortes? Siempre. Hemos pasado un año muy duro y trágico que nos ha robado mucho, pero al igual que nos ha robado, creo que a todos nos ha enseñado algo. En mi caso, hablando de política y en este mundo nuevo que son Las Cortes, con una mayoría aplastante, el diálogo con el contrario tiene que ser un pilar fundamental para que nuestras medidas salgan adelante. Al igual que tiene que ser fundamental una fiscalización dura y el ser exigentes con la transparencia del Gobierno Regional. Estamos en un tiempo de incertidumbre en muchos sentidos. Hace año y medio nadie se esperaba que una pandemia como la COVID-19 nos iba a cambiar la vida como lo ha hecho. Sanitarios, fuerzas de
seguridad, personal esencial (desde agricultores a limpiadores y un largo etcétera), se arremangaron para que la tragedia se amortiguara todo lo posible. Pero, como en todos los túneles, al final hay una luz. Y en este ya podemos verla. Es hora de arrimar el hombro para salir adelante y no tengo duda de que los solaneros lo harán como lo han hecho siempre, con trabajo, fuerza y tesón, que es por lo que se nos conoce en toda Castilla-La Mancha. Así me lo han dicho ya varias personas de distintos sitios. Este año, por fin, aunque con todas las medidas de precaución, podremos volver a disfrutar de nuestras Fiestas de Santiago y Santa Ana. Poco a poco vamos volviendo a la antigua normalidad, esa que tanto echamos de menos, esa con la que podemos ver cómo sonreímos sin que una mascarilla nos tape la cara. Felices Fiestas de Santiago y Santa Ana. Elena Jaime Jareño Diputada Regional de Ciudadanos Gaceta de La Solana