Nuestra Historia
UNA DE TORMENTAS > La
campanilla espantanubes de Marta y María, los cohetes antigranizo, las bestias ahogadas y otras historias de las temidas ‘nubes’ de verano
Paulino Sánchez Delgado (Cronista Oficial de la Villa)
A
unque en la archiconocida pieza de música clásica “Las cuatro estaciones”, de Antonio Vivaldi, se asocian las tormentas con el verano, la verdad es que este fenómeno atmosférico suele hacer acto de presencia en cualquier época del año. Pero es en primavera y en verano cuando su presencia aumenta y sus efectos suelen ser más devastadores para las cosechas agrícolas en estas tierras de La Mancha, cuando cultivos como los cereales están a punto de ser cortados. Recuperamos aquí un dato sobre la aparición de tormentas en primavera de hace casi tres siglos, en concreto del año 1747. Un artículo firmado por A.I.G.C. en la revista de feria del año 1971 titulaba “Pequeñas efemérides solaneras de los siglos XVI, XVII y XVIII”, y dice lo siguiente: “El 8 de abril de 1747, lunes, llovió por la mañana. Martes, fresco y nubes. Miércoles, llovizna y nubes. Jueves, nubes y día pardo……..”.
TORMENTA DE 1934
La primavera del año 1934 resultó tormentosa, tal vez avisando de la llegada de un verano y un otoño bastante conflictivo en lo político y lo social. Las tormentas de finales de mayo dejaron considerables pérdidas de las que tenemos constancia por la prensa de la época y por las actas municipales. El diario El Pueblo Manchego se hacía eco de una gran tormenta el 26 de mayo, con graves daños causados por el pedrisco, aparte de muchas pérdidas en las cosechas. Aquella tormenta dejó un saldo de “ocho bestias ahogadas”, así como numerosas reses de ganado igualmente muertas. La sesión del pleno del Ayuntamiento del 28 de mayo de 1934 debatió esa perjudicial tormenta. El concejal Patricio del Olmo manifestó que “la nube de agua que descargó sobre la población el sábado anterior ha dejado el abrevadero del Pilar completamente lleno de cieno”. El edil pidió que se acometiera la limpieza del mismo, así como el arreglo de la boca de salida del desagüe, para cuyas obras ya tenía autorización la presidencia. Por su parte, el concejal Juan Nieto añadió otras indicaciones. Señaló que la salida de la boca del desagüe “se hizo para favorecer la huerta que aprovecha las aguas residuales del abrevadero, por lo que sólo se deben realizar gastos en lo que esté verdaderamente dentro del Pilar.” También manifestó su opinión referente a que el alcalde prohibiera reedificar las murallas de la llamada ‘Huerta del Convento’, arrasadas por la corriente de agua durante aquella ‘nube’. Dijo que sólo debía permitirse “colocar verjas de hierro que en todo momento dieran salida al agua”, a fin de evitar las desgracias personales que en cualquier temporal se pueden ocasionar al inundarse las casas colindantes a dichas murallas con el agua que se remansa por no tener salida.
COSECHAS PERDIDAS
Parque La Moheda el 26 de junio de 2016, tras una fuerte tormenta Foto La Solana Digital
RAYO EN LA TORRE
En el libro “De la fortaleza al templo”, de Pilar Molina Chamizo, (Biblioteca de Autores Manchegos de la Diputación de Ciudad Real-2006), en su página 63 encontramos los efectos de una tormenta en la torre de Santa Catalina. La historiadora señala: “En 1796, en el transcurso de una tormenta de verano, un rayo cayó sobre el chapitel de la torre, causando algunos destrozos, pero sin afectar demasiado a la estructura, reparada por el maestro cantero Benito Membrillo, vecino de La Solana.” 92
En la sesión del Ayuntamiento del 4 de junio el alcalde leyó una moción donde manifestaba “los gravísimos perjuicios que la nube de agua y granizo descargada sobre el término municipal el día 26 de mayo ocasionó sobre algunos terrenos con cosecha de cereal pendiente de recolección”. En su informe, el regidor se refería a los muchos viñedos dañados por la tormenta, cuya cosecha se puede considerar completamente perdida, siendo los damnificados familiares pobres. Propuso que el Ayuntamiento se dirigiera a los poderes públicos, solicitando la concesión de socorro a los labradores afectados, al considerar una verdadera calamidad pública todo ello. Se aprobó por unanimidad. Al día siguiente, 5 de junio, el libro de Registro de Salidas del Ayuntamiento refleja la petición al Gobernador Civil de la provincia, para que a su vez traslade lo acordado al Gobierno de la nación. Y como no habían sido solamente afectadas las cosechas, sino también los caminos rurales, en la sesión del 2 de julio Gaceta de La Solana