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La Vida tiene “Vida”

Es inútil que madruguéis, que veléis hasta muy tarde, que comáis el pan de vuestros sudores: ¡Dios da a sus amigos mientras duermen! Salmo 126

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Desde que el hombre existe, no ha dejado de evolucionar y crear. Yo diría que es hiperactivo, y en toda manifestación y desde que pisó la tierra, crea y crea sin cesar. Es algo que trae en sí mismo y hace de su vida un mosaico magnífi co que tiene color, valentía y variedad. No a todos gusta lo mismo, pero hago énfasis en su inagotable creatividad. Yo soy una admiradora del ser humano y valoro cuanto de innovación provoca con su mente inquieta, prodigiosa e insatisfecha. Eso lo mantiene con energía y es un incentivo que lo anima a seguir y progresar en su cada día. Cuando algo nace del pueblo, de la maestra por excelencia que es la calle, ya en principio y para mí, es digno de admiración. En esta ocasión me refi ero a un amplio espectro de la música, al baile, la canción. Observar su trayectoria es curiosamente espectacular. Mis abuelos bailaban entre otros, el rigodón y la mazurca… Mis padres el vals y el charlestón… Mi generación el pasodoble y el fox … Pero lo que es hijo del pueblo, de la calle, de la espontaneidad, y tiene sus peculiaridades, cada día me parece más expresivo, original y digno de admirar. Me refi ero en esta ocasión al hip hop, a ese movimiento artístico que engloba entre otras manifestaciones el rap, y que tiene su origen en el Bronx y Harlem como creación afroamericana. Se canta a capela, es como un recitado rítmico que se apoya siempre en una sencilla melodía de fondo. Cuando lo escuché por primera vez, casi lo rechacé. Así reaccionamos con frecuencia muchas personas cuando no conocemos algo, pero ahora, le voy “tomando el gusto” y dándole su espacio dentro de la música moderna con un matiz de protesta. Ya Gloria Fuertes dijo en estilo rap: Lo primero la bondad, lo segundo el talento, y aquí termina el cuento. Admiro al pueblo negro que tantas penalidades sufrió años atrás cuando a millones y sin ellos solicitarlo, los trasladaron de su África natal para ser esclavos en América.

Ya no soy joven, me dije un día, para un móvil manejar, pero el deseo de con él poderme comunicar, me impulsó con vehemencia a comprarlo, arriesgarme y probar.

Siempre he sido valiente, tenaz y de fuerte personalidad. ¿Va a poder conmigo ese pequeño artefacto?

Ni hablar.

Pensé aquel día con fuerza y ansias de poderlo utilizar.

No hay nada que una mujer madura no pueda manejar si es el corazón el que la impulsa a obrar.

Adoro a los pueblos que otros quieren por la fuerza dominar, y fi ngiendo ayudarles, les dan cachitos de pan.

Pero el bien y la verdad siempre vencen, porque no hay fuerza que pueda más que un corazón sensible con gran dosis de bondad y el apoyo incondicional de la energía universal respaldada por Aquel que a todos vino a amar. Espero que mis pinitos en el rap, os animen a leer éstos, dedicados con cariño al pueblo negro que respeto, comprendo y admiro de verdad. Ana Sola Loja

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