1 minute read

Recuperando los oficios perdidos: El carbón

Next Article
Programación

Programación

Aprovechando la oportunidad que me brinda el Ayuntamiento de Mazarrón para colaborar en el libro de las Fiestas Patronales de Mazarrón, en esta ocasión me detengo a recordar el proceso de la fabricación del carbón, otro de los oficios perdidos con el paso de los años.

Advertisement

Recuerdo que de pequeño solía acompañar a uno de los últimos maestros carboneros de Mazarrón. Me interesaba mucho su labor y no perdía detalle de todo el proceso. Para fabricar el carbón se utilizaban carboneras, que en Mazarrón normalmente se realizaban en la zona de La Cañadica o en la finca de Luciano.

Paso ahora a describir el complejo proceso para conseguir el carbón. Lo primero que había que hacer era cortar la leña, que normalmente era de olivera. A continuación, se realizaban montones de leña de unos cuatro o cinco metros de diámetro, donde los troncos más grandes se situaban en la parte inferior y el resto de menor tamaño se iban colocando hacia arriba, hasta llegar a la parte superior donde se situaban las ramas.

Tras realizar los montones, lo siguiente era construir las chimeneas. Para ello, se cercaban dichos montones con tierra dejando libres espacios en la parte superior en forma de chimenea. Esta parte del proceso es fundamental para conseguir cocer la leña sin quemarla.

Posteriormente, se encendía la chimenea por la parte superior. Conforme se iba consumiendo la leña, ésta iba cociéndose hacia abajo. Este proceso se repetía durante unos nueve o días diez, debiendo ser revisado diariamente para comprobar que seguía su curso.

Después se dejaba enfriar tres o cuatro días y seguidamente se sacaba el carbón que se almacenaba en “jabegones”. El precio de cada uno de estos “jabegones” solía ser unas 100 pesetas, que normalmente la mitad era para el dueño de la leña y la otra mitad para el carbonero.

Uno de los últimos puestos de venta de carbón en el municipio de Mazarrón pertenecía al maestro Ignacio y estaba situado en la calle Juan de la Cierva.

Antonio Paredes Navarro

This article is from: