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Gentes y costumbres

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Programación

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Siempre es delicioso recordar las gentes y costumbres de nuestra amada tierra. Como lo es, Mazarrón y su Puerto

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Concepción Sánchez Lorente de niña en el centro de la imagen

Corren los años 50 y los veranos tan tranquilos y dulzones como si no existiera en la vida, nada más que aquel pueblecito costero, tan luminoso, sencillo, alegre, dadivoso, aún sin poseer casi nada éramos amigos de nuestros amigos ¡¡¡pero de verdad!!!

Llegaban de los pueblos murcianos limítrofes, bastante gente; sobre todo, por el mes de agosto. Todos juntos formábamos una gran familia…por eso al llegar esas fechas nos alegrábamos muchísimo el poder compartir nuestras cosas sencillas con ellos.

Deseábamos que llegara el momento de sus regresos. Conocidos de año tras año y más la chiquillería que teníamos montones de amigos y jugábamos a miles de juegos. Todas las tardes marchábamos camino de la glorieta, aquel lugar inolvidable, donde se confundían los ruidos de muchas cosas como los motores de los coches de línea al parar en seco por las desvencijadas calles de tierra y hoyos, por todos los sitios llegaban nuevos pasajeros a pasar unos pocos días en las playas. Aquellas de arenas doradas y suaves con la algarabía que se formaba por la tarde en la plaza de Paco del café, con los bailes del Picús, con las canciones del momento entre risas, alegría sana, saboreando al mismo tiempo los sabrosos cortes de fabricación propia del célebre Paco de aquellos tiempos ¡¡¡ que ricos!!! Ya no los volvimos a comer cuando desapareció. Aquel hombre emprendedor y negociante a la vez que nos alegraba algunos ratos en su plaza… Como acaba todo…D.E. P

Y volviendo a la algarabía, todo se mezclaba con nuestros gritos y juegos de todas las tardes, rebosantes de felicidad por saborear todo aquello en nuestra glorieta llena de bancos y palmeras verdes y sanas donde hacían sombra para los transeúntes que esperaban la llegada de los coches y algún familiar que venía…

Después llegarían los pisos tan horribles. ¡Una mole de cemento donde toda la calle se ensombreció para el resto! dichoso progreso ¡(y puñeta de dinero). Era una cosa emblemática, sin ser nada del otro mundo. La queríamos todos, intentemos olvidar lo que remedio no tiene, al igual que otras muchas cosas que fueron desapareciendo poco a poco, en este pueblo que nunca tuvo remedio.

Todos estos años de mi niñez, en las noches estivales, mi madre me cogía de la mano y nos marchábamos a la casa de mi tía Catalina Lorente, madre de mis primos los Vivancos, del supermercado.

Nos sentábamos en las sillas bajas murcianas por toda la baldosa de piedras abultadas donde no sentaban bien las patas de las mismas. Así, que de malas posturas por el desnivel del suelo se pasaba la noche …la madrina con sus bolillos, mi tía Catalina siempre cosiéndole ropa a los hijos, mi tío Vicente, recién venido de Madrid con sus vacaciones de agosto, siguiendo las conversaciones con la gracia que siempre tuvo. Esto es lo que todo el mundo hacía en aquellos tiempos ¡tomar el fresco en las puertas recién rociadas, con aquellas calles sin luces apenas, pero nunca pasaba nada. Todo era calma absoluta, tan sólo rompía el silencio nocturno el incansable canto de los grillos. Yo, como cría, escuchaba a los mayores sin parpadear. Me encantaba el hacerlo y de vez en cuando, echaba una escapada para dentro de la casa y me encaramaba en la leja de la cocina…a todo esto ¡a oscuras! a llenarme las manos de las olivas en fuentes de najar traídas de la tienda de Juan Vivancos padre, que ya empezaba lentamente a florecer del letargo de la miseria. Cuando quería hacer un pis y me sentaba encima de aquellos wateres que eran como un pollete y un agujero en medio con su tapadera. Pero de pronto, se me paraba una cucaracha como un avión en mi pobre e infantil trasero. Yo gritaba y entonces acudían a ver lo que me había pasado, jojana… aquello, los mayores no le daban importancia y así, noche tras noche, a la reunión y al fresco de la puerta en la bonita, sencilla y a la vez limpia casa de mi buena tía Catalina Lorente Lorente, esposa del más bueno de los hombres…Juan Vivancos Garcia D.E.P.

Esperando que las Fiestas de la Purísima, Patrona de nuestro Mazarrón hermano sigan siendo tan hermosas como todos los años y que todos la veneréis con devoción. Los que vais todavía a los eventos de nuestras tierras ¡muchas gracias una vez más por darme facilidad en mis colaboraciones para la revista de las Fiestas, las que me siguen dando gran ilusión en hacerlas ¡Felices Fiestas de la Purísima 2017!

La fiesta ya va a empezar... ya se escuchan los tambores, con gallardía y honores, hoy queremos disfrutar, de los bailes y el cantar, cubrámosla con amores!!!! llevémosle muchas flores!!!! a nuestra Virgen Purísima que es nuestra Madre Santísima,,, hay que mimarla, señores!!!!!

Conchita Sánchez Lorente, 2017

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