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Un movimiento inteligente tras la Quema de Medina
UN MOVIMIENTO INTELIGENTE
TRAS LA QUEMA DE MEDINA
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Una vez apagados los fuegos tras la quema de Medina del Campo en 1520 y conseguida la retirada del ejército imperial sin conseguir los ansiados cañones medinenses, lo siguiente a lo que la villa tuvo que hacer frente durante los meses venideros fueron las obligaciones pecuniarias interpuestas por la corona a todas aquellas aldeas, villas o ciudades que hubieran tenido algo que ver con la revuelta comunera.
Aquí es donde, de nuevo, Medina se tuvo que enfrentar a un nuevo reto de gran magnitud que no era otro que afrontar una elevada multa de medio millón de maravedíes. Sin embargo, un rápido movimiento llevado a cabo por los ávidos procuradores medinenses, otrora favorables a la causa comunera, pero ahora ya con otro aire más benevolente hacia la corona, consiguió dar la vuelta a una situación que, sin lugar a dudas, hubiera lastrado económicamente por varios años a la Villa de Ferias.
De esta manera, desde Medina proponen la ayuda militar al ejército imperial en un momento trascendental, pues tropas francesas estaban a punto de cruzar el río Ebro con la intención de tomar Logroño. Así, consiguieron enviar a Navarra y con el objetivo de detener el avance francés, a 500 escopeteros salidos de la propia villa y de las Tierras de Medina. Este movimiento fue entendido por la corona como un gesto desinteresado, lo que le sirvió a Medina para recuperar el favor imperial perdido tras la revuelta comunera.
Sin embargo, este gesto medinense traía escondida tras de sí una maniobra muy inteligente, pues detrás del mismo se logró esconder un claro objetivo de detener las sanciones imperiales para que Medina no sufriera económicamente más tras su quema y posterior reconstrucción. De esta forma, los procuradores, buscando cómo paliar la necesidad de la villa y apoyándose en este contingente de escopeteros, no sólo lograron servir de apoyo en Navarra al ejército imperial, sino que también éstos fueran sustentados por el Tesoro Público, ya que éste tuvo que hacer frente a las soldadas de dichos hombres.
Con lo cual, un rápido movimiento estratégico sirvió para que, en apenas seis meses, Medina volviera a recuperar la confianza de la Corona acosta de medio millar de soldados a los que, seguramente, mucho le costaría sustentar.