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A ti tórtola, a ti tórtolo JOSÉ MEDINA CABEZA

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JULIA AROCA CABEZA

JULIA AROCA CABEZA

Texto: José Medina Cabeza

A TI TÓRTOLA, A TI TÓRTOLO

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Cosas sentidas VIII

A Carmen, Marta y José David, mis nietos, y a todos los niños y niñas, con la esperanza de dejarles una NATURALEZA viva en un Planeta acogedor.

A primeros de mayo la Sociedad Española de Ornitología, SEO/ BirdLife, nombró a la tórtola común o europea (Streptopelia turtur) especie del año a la vez que solicitaba al MAGRAMA que se incluyese en el catálogo de especies amenazadas como Vulnerable y que se aplicase una moratoria a su caza.

Desde el Sáhara, migrante, Para poder procrear, No olvidabas regresar Todos los años en el estío, A tus queridos lugares: Acogedores olivares, Alamedas y carrascales, Ricos trigales y cebadales. Adornados de amapolas De belleza cautivadora.

Tu tur, tuur, tuur, tuur…esperado Suave arrullo en nuestros veranos, Nos acompañaba en nuestro vagar Por los campos en rastrojal;

Mecía nuestras correrías Por nuestra suave serranía. Era nuestra aventura En las tardes de calura.

Siguiendo tus juegos, Tus mimos, tus escarceos, Tu constante picoteo, Tus idas y regresos, Tu lugar elegido para anidar Intentábamos localizar.

Después de mucho mirar, ¡Ahí está! Tu sencillo hogar. Los ordenados pequeños palitos: Cuna aireada para los tortolitos. Tu compañero está incubando. Tú, en busca del grano.

¡Quieto! Lo dejaremos en paz Para el aborrecimiento evitar.

Otras veces un vecino o un familiar Nos indicaba el escondido lar. Mi padrino1, aquel nido En el enorme lechino Junto al arroyo del zarzal En el límite del Urrial Con el camino del Retamar. Mi vecino Bernabé2, el de Teresa, Nos orientó hacia la presa: Entre Los Remedios y El Castillejo Frente a su usado ranchejo, Como guarda del lugar. ¡Allí está! ¡En el gordal!

Tus tortolitos, nuestros juguetes Arrullaban la pobre casa, Servían de decoración, De obra de arte viviente. Le dábamos de comer Le dábamos de beber Y ellos aleteaban De alegría y placer.

Siento amargamente esa cautividad. ¡Qué burla de la realidad! Cuando su ser era la libertad.

Transformados en tórtolos, Cuando estaban bombón, Muchos terminaban en arroz. (La voz de la conciencia y de honor es bien débil cuando gritan las tripas. Denis Diderot.)

Otros llegaban a la jubilación. Algunos ganaban la libertad, Y… a volar, volar, volar.

Ya no acunas los olivares No vemos tus cortejos amorosos Olvidaremos el lindo dicho (Son como dos tortolitos: De la mano cogidito, Dándose besitos).

Tú, tórtola, otra más en extinción Y las culpas al gorrión Y no al intrigante ca… Y no al cambio climático, A la mala gestión, Al cambio del hábitat: A la reducción de semillas, De arroyos y de charcas, A utilización de herbicidas, De labores intensivas Que no deja espacio a la vida, Que nos llena de dolor. Que nos llevará a la extinción Si no ocurre un milagro de comprensión.

En Líjar, a la sombra del limonero, Miguel desde su nombrado “otero” Oteaba con amor el terreno: La tórtola no volaba. El oído ponía Su arrullo no oía. El eco soltó su dolor En esta triste composición:

Se extinguieron los gorriones de costa oscura, y no dijimos nada, porque no éramos gorriones de costa oscura.

Luego se extinguieron los tigres de Java, y no dijimos nada, porque no éramos tigres de Java.

Luego se extinguieron las cabras de los

Pirineos, y no dijimos nada, porque no éramos cabras de los Pirineos.

Luego nos tocó a los hombres, y no quedó nadie para hablar por nosotros3.»

Adiós añorada compañera Perdón en nombre del hombre. Ojalá veamos tu mirada flamenca Despedir la trágica condena. A los lejos aulló un perro. “Curro4” contesto lastimero. Olían la maldición del cielo.

Lovillo Giráldez. 2. Bernabé - Bernabé Troya Párraga, casado con Teresa

Párraga Candil. 3. Adaptación de «Primero vinieron...»: Primero vinieron por los socialistas, y yo no dije nada, porque yo no era socialista. Luego vinieron por los sindicalistas, y yo no dije nada, porque yo no era sindicalista. Luego vinieron por los judíos, y yo no dije nada, porque yo no era judío. Luego vinieron por mí, y no quedó nadie para hablar por mí.

Poema escrito por el pastor luterano alemán Martín

Niemöller (1892-1984). 4. “Curro” el compañero perruno leal e inseparable, en

Líjar, de Miguel Otero, su dueño.

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