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FEDERICO FAJARDO

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JULIA AROCA CABEZA

JULIA AROCA CABEZA

Texto: Federico Fajardo

D E S E M P A T E

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¿Qué pasa cuando partidos o eliminatorias que no pueden terminar en empates terminan en empates? La respuesta es obvia: que hay que desempatar ¿Pero cómo? La manera de hacerlo ha variado a lo largo de la historia. Para el Mundial de fútbol de 1954 en Suiza, España había de eliminarse a doble partido contra Turquía. En el primer partido jugado en España, ganó España por 4 a 1. En el partido de vuelta jugado en Turquía ganó Turquía por 1 a 0. Aunque a algunos les cueste creerlo en aquel tiempo se consideraba que la eliminatoria estaba empatada y que habría que desempatarla en terreno neutral. El partido de desempate se jugó en Roma y terminó en empate 2-2 y hubo de jugarse una prórroga que en la que no hubo goles ¿Qué hacer? Se echó a suertes y la fortuna sonrió a Turquía. Años después se repitió la situación entre España e Irlanda con idénticos resultados y el desempate se jugó en París con victoria de España por 1-0. Poco después se modificó el reglamento considerando que un 4-1 valía más que un 1-0. Otro paso adelante fue dar doble valor a los goles en campo contrario en caso de empate en el global de la eliminatoria: Equipo A 2 – Equipo B 0; Equipo B 3 – Equipo A 1, se clasifica el Equipo A. En las ligas o liguillas los desempates se deshacían a favor del equipo con mejor diferencia de goles y en caso de igual diferencia el que más goles hubiese marcado, arrinconando el sistema español de cociente de goles a favor y en contra que favorecía las defensas frente a los ataques. ¿Pero qué hacer en caso de partido único como una final de torneo por ejemplo? La solución la dio un periodista gaditano para el Trofeo Carranza: tirar penaltis hasta deshacer la igualdad previa una tanda de 5. Este sistema todavía prevalece para partidos únicos pero no para liguillas en donde después de proponer contar los córners o córneres se decidió para el Mundial de Rusia en 2018 dar la clasificación al equipo menos sancionado con tarjetas amarillas y rojas. Un premio a la deportividad que en la primera ocasión en que hubo de aplicarse favoreció a Japón gracias a una acción antideportiva del equipo japonés y de su rival Polonia. Sabiendo los japoneses que lo de las tarjetas les favorecía y que se clasificarían aun perdiendo por 1-0 no hicieron nada por ganar. No sé si con este precedente se mantendrá este sistema. Lo del desempate por penaltis es evidentemente mucho mejor que el sorteo, pero para a mí, y creo que a muchos más no acaba de convencernos porque da lugar a que los equipos inferiores jueguen a no jugar porque así tienen más probabilidades de clasificarse por el albur de los penaltis. Lo del gol de oro, es decir, que se clasificara el equipo que marcara gol en la prórroga se ensayó y fue un fracaso pues los equipos jugaban con el freno de mano echado. Mi propuesta es que la prórroga se juegue con solo 5 jugadores por equipo, sin fuera de juego y con cambios al estilo de balonmano. En un campo tan grande y con tan pocos jugadores se marcarían muchos goles y al cabo de media hora serían improbabilísimos los empates. ¿Qué cuesta ensayarlo?

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