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Nuestra memoria
Portones claveteados agosto de madrugada vestidos de medio luto llevan mujeres calladas pañuelo negro las viejas que en la barbilla anudaban.
Esa madre que lloraba sin consuelo día y noche porque él dijo que tenía tenía que echarse al monte. Revocado viene el aire que en las esquinas bramaba pasan camisas azules los paredones se callan.
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De la monda de la papa mi abuelo se alimentaba callado siempre callado agosto de madrugada.
Sutil como la paloma que al viento bate sus alas bromas al amanecer casi siempre rechazadas con voces blancas del pueblo que el poeta nos cantara Andalucía es la vida naranjas dulces y amargas.
Quiero acabar el poema y no encuentro las palabras si sobrevivo a la noche quizás lo acabe mañana.
José Quijada