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Quesos de Asturias para no perdérselos

Asturias, una tierra singular y deseada por muchos, destaca no solo por la amplia variedad de quesos artesanales, que supera los cuarenta, sino también por su calidad excepcional y creatividad inigualable.

Los quesos de Asturias son verdaderamente versátiles y pueden ser disfrutados como entrantes, postres o platos principales. Además, maridan perfectamente con carnes, pescados, frutas, verduras, sidra, vino, cerveza... Son capaces de realzar cualquier plato y satisfacer la imaginación tanto del chef como del comensal.

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Estos quesos asturianos son ideales para ser degustados en tablas o como tapas, una experiencia gastronómica que no solo deleita el paladar, sino también fomenta la socialización, especialmente cuando se acompaña de la sidra asturiana, convirtiendo cualquier ocasión en una auténtica fiesta.

Por supuesto, los lugares donde se producen estos quesos asturianos destacan por su belleza y personalidad arrolladora.

El entorno paisajístico y humano se vuelve irresistiblemente atractivo, brindando una experiencia completa.

Recorrer las queserías de Asturias es una ruta paisajística y cultural realmente cautivadora. Podrás presenciar de primera mano todo el proceso de elaboración de estos suculentos productos, saboreando tradiciones milenarias.

Asturias cuenta con un distinguido elenco de quesos con Denominación de Origen Protegida (DOP) e Indicación Geográfica Protegida (IGP). Son cinco en total: Cabrales, Gamonéu, Afuega'l pitu, Casín y Beyos (este último con IGP).

En este paraíso quesero, hay numerosas variedades para disfrutar al máximo, pero sin duda, debes probar este quinteto de quesos... ¡Aquí te presentamos una ruta imperdible para explorar estos cinco quesos esenciales de Asturias!

Cabrales y la majestuosidad del Picu Urriellu

Quizá no haya en el mundo otro queso asociado a un icono natural tan magnífico y visualmente impactante como el Picu Urriellu, también conocido como Naranjo de Bulnes. Este queso de pasta azul, elaborado de forma artesanal por los ganaderos con leche cruda de vaca, oveja o cabra, o incluso con una combinación de dos o tres tipos de leche, es sin duda el más famoso de todos los quesos asturianos y un verdadero emblema gastronómico de los Picos de Europa.

El Cabrales, que toma su nombre del concejo de Cabrales donde se produce, se elabora en pleno corazón de los Picos de Europa. Como si fuera un ser vivo, este queso madura en cuevas naturales, las mismas que durante miles de años han servido de refugio para la flora, la fauna, los seres humanos y los ríos que han tallado estas majestuosas montañas.

El Cabrales es un queso de carácter fuerte, como la tierra que lo vio nacer, con un ligero toque ácido y picante que lo hace único y de una personalidad inconfundible, despertando pasiones. Junto con la fabada y la sidra, podría considerarse una de las tres joyas inconfundibles de la gastronomía asturiana.

Si deseas adentrarte en la vida de este queso tan especial, algunas rutas turísticas por el concejo de Cabrales te permitirán conocer de cerca su proceso de elaboración. Además, podrás visitar un museo en Arenas de Cabrales, didáctico y entretenido, donde descubrirás por qué este es uno de los mejores quesos azules del mundo.

Gamonéu, la joya gastronómica de los Picos de Europa

Si hay un queso en el mundo que se entrelaza con la vida de los pastores de los Picos de Europa, ese es el Gamonéu. Este exquisito manjar, fruto de una tradición milenaria y del esfuerzo colectivo y anónimo, refleja una cultura única basada en la artesanía, el cuidado meticuloso del ganado y el inigualable entorno de los Picos de Europa.

Desde tiempos remotos, los pastores de los Picos de Europa han trabajado en silencio y humildad en un entorno tan desafiante como impresionante. Entre paisajes abruptos y montañosos se encuentran las majadas y vegas de los puertos de la Montaña de Covadonga y los Puertos de Onís, donde se elabora el queso Gamonéu.

Así pues, la cuna de este renombrado queso se encuentra en el macizo occidental de los Picos de Europa, particularmente en las cumbres, peñas y pra- derías que pertenecen a los concejos de Onís y Cangas de Onís. En estos lugares se encuentran los pueblos de Gamonéu de Cangas y Gamonéu de Onís, dos auténticas joyas llenas de belleza y colorido.

Debido a la singularidad de su entorno de producción, el Gamonéu se distingue en dos variedades: el Gamonéu del puerto, elaborado en las cabañas de los puertos de montaña, y el Gamonéu del Valle, producido en las queserías de los valles.

El resultado de este prodigio creativo es un queso graso y madurado, con corteza natural, elaborado con leche de vaca, oveja y/o cabra. Presenta un ligero ahumado y delicadas afloraciones de penicillium en los bordes.

El Gamonéu es tan peculiar que se reconoce a simple vista, y para comprobarlo, basta con visitar alguno de los mercados de la comarca de los Picos de Europa, como el mercado dominical en Cangues D'Onís/Cangas de Onís. ¡Mucho más que una experiencia gastronómica!

Casín, antiguas costumbres

El queso Casín respira antigüedad, y al probarlo, tú también respirarás ese aire ancestral. Su origen, aunque no se conoce completamente, apunta a que estás frente a uno de los quesos más antiguos de España y del mundo. No solo se basa en referencias documentales, sino también en la inusual técnica de amasar la cuajada.

Los expertos dicen que el queso Casín, por su forma de elaboración y los rudimentarios utensilios utilizados, forma parte de ese grupo de quesos elaborados en la Cordillera Cantábrica que se remontan directamente al Neolítico y a los primeros pobladores de esta parte de la Península Ibérica. Incluso se plantea la posibilidad de su origen romano.

No es de extrañar que el Casín sea protagonista de una hermosa leyenda: cuentan que en los primeros años del siglo VIII, los habitantes del concejo de Caso regalaron al rey Don Pelayo, después de la batalla de Covadonga, un queso tan grande que tuvo que ser transportado en un carro del país...

Esta leyenda refleja el amor por el traba jo de los casinos, quienes ya en el siglo XIV utilizaban el queso como forma de pago en los señoríos medievales, así como su amor por la tierra a la que pertenecían y su sentido de hospitalidad.

El queso Casín, que recibe su nombre del concejo de Caso, surge en uno de los entornos naturales y culturales más hermosos e interesantes de toda Asturias: el Parque Natural de Redes, que abarca también el concejo de Sobrescobio. Incluso se elabora en Piloña.

Además, una de las características distintivas del Casín es que se elabora con leche de la vaca casina, una raza autóctona de excepcional calidad que aporta autenticidad a las aldeas y parajes naturales de Redes.

Su sabor fuerte y ligeramente picante, junto con el rústico aroma de la mantequilla muy curada, le otorgan un ligero toque amargo. Degustar el Casín es mucho más que probar un queso casi prehistórico. Es sumergirse en una experiencia que evoca la historia y la esencia de tiempos pasados.

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