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Moteros que cambian el mundo
La IV Kedada Benéfica Moto-Rock Raposos en Polvorosa de Valdavia volverá a luchar contra el cáncer Los organizadores del encuentro de moteros de Polvorosa de Valdavia (una pequeña pedanía de Buenavista de Valdavia), sabían que su evento podía hacerse grande si lo preparaban con cariño y tesón. Lo que no esperaban, a buen seguro, era tener un éxito tan importante en tan solo tres ediciones. Acertaron con la fórmula: unir el amor por la moto y por la música con el corazón solidario y altruista del que hacen gala los moteros. El sábado 27 de julio, coinciciendo con la fiesta de esta pequeña localidad, volverán a encontrarse en su IV Kedada Benéfica Moto-Rock Raposos, con un programa que se inicia a las 10:00 horas con la apertura de inscripciones y entrega de regalos a los participantes, para continuar a las 11:15 horas con una ruta por esta bonita comarca de la mitad norte de la provincia. A las 15:00 horas será la comida popular, y a las 16:30 está prevista una exhibición sorpresa, tras la cual actuará el grupo palentino The White Oaks. La jornada concluirá con una cena popular con, seguro, una larga sobremesa. Pero lo más reseñable de este evento no es su programa, sino su fin: recaudar fondos a favor de la Asociación Española Contra el Cáncer. La organización se sorprendió el pasado año cuando superó la cifra de los 300 inscritos, que entre todos reunieron la nada desdeñable cifra de 2.000 euros para luchar contra el cáncer. A ellos se suman los 2.400 recaudados en las ediciones anteriores. Muchos de los participantes lle-
garon expresamente desde Cantabria, Euskadi, Asturias, León, Burgos e incluso Cataluña y Jerez de la Frontera. Y, curiosamente, la mitad de los participantes ni siquiera tenía moto: tan solo buscaban disfrutar de un día de solidaridad con buena música en un territorio especialmente castigado por la falta de actividad cultural y de ocio durante todo el año. Inscritos que rápidamente arriman el hombro «y ayudan en lo que haga falta en el evento: a los cocineros, preparando juegos o lo que sea necesario», nos cuenta Alberto Martínez, uno de los promotores de esta fiesta. «La suma de casi 2.000 euros del año pasado no es gran cosa, pero repercute aunque sea de alguna manera en que la AECC pueda seguir ofreciendo su ayuda sobre todo al mundo rural, transportando a personas con cáncer a recibir tratamientos, y es algo de lo que estamos muy orgullosos».