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CARTA DEL PRESIDENTE
Una tripulación compenetrada
GALA DEL DEPORTE “Somos más que un club”
VELA / REGATAS
PALMAVELA: 10 días de regatas ininterrumpidas
PATRIMONIO NAVAL
La segunda juventud del ‘Rowdy‘
VELA
Jan Palou, un talento precoz
PIRAGÜISMO
Éxito rotundo del primer Ciutat de Palma de Piragüismo
CAMPAÑA
El RCNP recoge adhesiones en el Salón Náutico de Palma
24
HISTORIA
Un año para la historia del RCNP
VELA / REGATAS
Sala Magna, un escenario único para la música 18
CLUB DE LECTURA RNCP
Cuando se unen la pasión por la literatura y el mar
OBSERVACIÓN DE AVES
El RCNP, territorio de águilas
CORAL DEL RCNP
Veinte años cantando juntos
PATRIMONIO
Una puerta a la historia de Palma
ACTIVIDAD SOCIAL
Edita: Real Club Náutico de Palma. Director: José Luis Miró. Redacción: Mariona Forteza, Julio González.
Fotografía de portada: Nico Martínez / Copa del Rey MAPFRE. Contacto: deporte@rcnp.es Publicidad: Editorial
En la pasada asamblea tuve la oportunidad de expresar algo que deseo reiterar en este número de la revista del club: los socios del Real Club Náutico de Palma tenemos motivos más que sobrados para sentirnos profundamente orgullosos de formar parte de esta gran familia. Somos una entidad con prestigio internacional que trabaja con pasión y compromiso por el deporte, la cultura y por nuestro entorno.
A pesar de la incertidumbre sobre nuestra continuidad, esta pasada temporada nos hemos comportado como si contáramos con 20 años más de concesión. Y nuestra intención es seguir haciéndolo en 2025, demostrando a las instituciones y a la sociedad que somos un club náutico comprometido con nuestros deberes estatutarios y con nuestra razón de ser.
Me consta que muchas de las ideas que voy a expresar en esta carta son de vuestro conocimiento y pueden resultar reiterativas, pero nos encontramos en un momento en el que hemos de obstinarnos en la divulgación y difusión de nuestra actividad, y en el que también debemos tomar consciencia de lo que representamos.
PRESIDENTE DEL REAL CLUB NÁUTICO DE PALMA
Como bien sabéis, nuestra labor deportiva -la principal- se desarrolla de manera ininterrumpida en varios frentes. Desde la base, con nuestras escuelas de vela y piragüismo y los equipos de regatas infantiles y juveniles, hasta el apoyo a la tecnificación de los deportistas más talentosos, pasando por la organización de regatas locales, nacionales e internacionales que nos sitúan como referente mundial y a las que me referiré más adelante.
En el ámbito social y cultural, hemos dejado este año pasado muestras más que evidentes de nuestro compromiso. El ciclo de conciertos Piano Mar, las conferencias de valores, los encuentros gastronómicos y la actividad de la Coral del RCNP son ejemplos claros de cómo promovemos la cultura y fortalecemos los lazos entre nuestra comunidad.
Pero si en algo hemos destacado en 2024, ha sido, como os decía, en la organización de regatas. No creo que haya otro club en el mundo con un nivel de actividad comparable al nuestro y dotado de la capacidad profesional para llevar a cabo diez acontecimientos internacionales en una misma temporada. A nuestras competiciones regulares se han sumado dos campeonatos mundiales, un europeo, una regata oceánica y la primera edición del Ciutat de Palma de Piragüismo. El impacto de este esfuerzo ha sido de más de 40 millones de euros, una cifra que nos sitúa como un operador portuario incomparable e imprescindible no sólo en cuanto a nuestra aportación social, sino también en términos de beneficio directo para nuestro entorno. Todo esto ha sido posible gracias al esfuerzo combinado de nuestros socios y trabajadores, a quienes quiero expresar mi más sincero agradecimiento.
La actividad deportiva, social y cultural que nos identifica se lleva a cabo con recursos propios, sin recurrir a subvenciones, y está abierta a la ciudad. Este compromiso refuerza nuestra condición de entidad de utilidad pública, un aspecto crucial en estos momentos decisivos para nuestro futuro.
Os invito a todos a que, desde vuestra posición, en vuestros círculos sociales y profesionales, nos ayudéis a difundir este mensaje: el Real Club Náutico de Palma es una institución única, ejemplar e insustituible.
Aprovecho la ocasión para, en mi nombre y en el de la Junta Directiva que me honro en presidir, desearos una feliz Navidad y un próspero año 2025, lleno de buenos vientos.
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“En 60 años nunca ha habido peleas en el club, no es fácil tener una trayectoria tan sana”
Miguel Matheu Cervera (Mallorca, 1934) es uno de los socios más verteranos del Real Club Náutico de Palma. Es caballero de la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén y miembro de la Sacra y Militar Orden Constantiniana de San Jorge. Atesora recuerdos y anécdotas, de los que hace gala en esta entrevista. Reivindica el club como un lugar de unión, de tertulia y de buen ambiente. Donde siempre ha reinado la concordia.
Laura G. Guerra
¿Cuándo empieza su relación con el club?
Me hice socio en 1962. En esa época se pasó del Club de Regatas al Club Náutico. He visto pasar a casi todos estos señores presidentes [señala los cuadros de la sala de presidencia, donde se celebra la entrevista]. A todos menos a dos.
¿Y qué recuerda de aquella primera época?
Se hacían las cosas como ahora, bien hechas. Este club, si puede presumir de una cosa, es de eso. Durante mi trayectoria de socio de más de 60 años nunca ha habido problemas graves; ni peleas de personal, de presidentes, ni de nadie. Y sigue igual. El club no hace daño a nadie. No es fácil en tantos años tener una trayectoria tan sana. Además, los socios somos gente normal, con afición al mar.
En su caso, ¿cómo se concreta esa afición al mar?
Yo en mi historia he tenido diversas lanchas, llamadas Camaleón I, Camaleón II y Camaleón III. También me animó mucho la parte social. Teníamos un par de amigos que venían por aquí. Y eso siempre me ha interesado. Por aquí he visto desfilar personajes muy interesantes.
¿Por ejemplo?
Errol Flynn, gente importante de la vela... De quien más me acuerdo es de Don Juan de Borbón, que tenía su barco, el Giralda, amarrado aquí, en la placita, en el surtidor de gasolina, empopado hacia tierra. El Zaca, de Errol Flynn, también estaba aquí.
Después de tanto tiempo, el club debe haber cambiado mucho...
Ha cambiado mucho, sí, pero el club sigue siendo el club. Tenemos unas regatas únicas en el mundo. En un libro editado por un club de Nueva York, el club náutico de Mallorca está catalogado como el tercero del mundo. Mejor que los ingleses y que muchos otros.
Los veteranos siempre hablan de anécdotas relacionadas con animales.
Cuando se montó el club, había un conserje al cual recordamos con mucho cariño, que se llamaba Tomás. Era un bonachón, una persona fantástica. En una ocasión hicimos una fiesta y él vivía en la parte alta del edificio, donde hay una torre de unos tres metros cuadrados. Y Tomás y varios más subieron hasta allí, por la escalera, una burra que él tenía, porque él era un fanático de los animales.
¿Tenía más animales?
Donde ahora está el restaurante, tenía un acuario y unas picas con peces. Y también un chimpancé. Era divertido.
¿Y loros?
Sí, estaban en la barandilla. Cuando nació mi hijo, veníamos aquí a comer los domingos, y nos encontrábamos con los loros. La plaza en aquella época no estaba asfaltada, era de adoquines. También me acuerdo mucho de una chica que siempre trabajó aquí, hasta que se jubiló, que se llamaba Isabel.
¿A qué se dedicaba?
Era la secretaria y lo hacía todo. Estaba sola en el despacho, imagínate. Hoy sería imposible. Ella empezó de niña, con calcetines, como telefonista, en una de aquellas centralitas antiguas de madera con cables. Se jubiló aquí. Y como recuerdo del trabajo que había hecho, el club le regaló la máquina. Era una institución aquí.
La gestión ha cambiado mucho.
En aquella época pagábamos en la caja, porque los bancos no cargaban los recibos. Me acuerdo que la gente venía en bicicleta, y hacían cola para pagar las cuotas.
La parte técnica ha cambiado, pero el alma del club…
El alma existe y persiste. Y persistirá hasta que Dios quiera. Dios o el hombre.
Hay quien ve el club como un reducto de “palmesanidad”.
Forma parte de la vida de Palma. Y nos aprietan continuamente con impuestos, y el club los paga.
“El club es mi segunda casa. Los que somos del club lo amamos. Nos pidan lo que nos pidan”
¿Hasta qué punto ha cambiado la cuestión náutica?
Los pantalanes han cambiado mucho. Al principio, cuando hicimos el traslado, había muy pocos barcos. Habíamos salido de la guerra. Era una época difícil. Y los emprendedores del club tuvieron mucha valentía. Había un mecánico, porque en aquella época los motores se tenían que arreglar manualmente. Y en el extremo de uno de los pantalanes había un surtidor de gasolina, delante de donde hoy está el gimnasio.
Otro personaje característico de la época era un marinero.
Sí, porque la otra parte del muelle no tenía conexión, y para no tener que dar la vuelta por el exterior, por delante de la iglesia, había un marinero de la casa, del club, que tenía una barca y pasaba a la gente de aquí hasta allá, que es donde hoy está la gasolinera. Todo aquello eran pantalanes estrechos, de un metro.
¿Y la piscina grande?
La piscina yo la vi construir. El agua era salada, la sacábamos del puerto. Fue una época muy bonita, coincidió cuando el club se puso las pilas, después vinieron las técnicas modernas, los innovadores, como Biel Barceló y muchos otros. Muchos.
Uno de los epicentros del club, a nivel social, es la Sala Magna.
En la sala Magna hemos tenido a personajes de gran relevancia, que han venido a dar conferencias. Y también hemos celebrado conciertos.
¿Qué personajes recuerda?
A mí quien más me impresionó fue Su Alteza Real Don Pedro de Borbón Dos Sicilias, gran maestre de la Orden Constantiniana de San Jorge, que en 2017 presidió un acto de homenaje al Almirante Barceló, como representante y descendiente de Carlos III.
También hubo una época de fiestas con esmoquin en la Sala Magna.
Sí. En Nochevieja se celebraba una cena de gala, con corbatín, esmoquin o frac. La Sala Magna no se ha reformado, es de origen. Incluso las lámparas, que son preciosas, de Gordiola, son las mismas. Se han cambiado los cortinajes y está muy bien cuidada. En el club se han celebrado actos muy importantes. Pero nunca se ha politizado. La Sala Magna está a la disposición de todos los socios y de actos sin ánimo de lucro. Desde la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén, también organizamos un concierto de música clásica, cuyos ingresos fueron para Beneficencia.
“Por aquí he visto desfilar personajes muy interesantes, como Errol Flynn o Don Juan de Borbón”
Usted también puso en marcha una tertulia en el club.
Nos reuníamos cada sábado, alrededor de una mesa. Éramos entre 13 y 15 personas, todos profesionales, médicos, abogados, personas conocidas. Hablábamos de diferentes temas y todos teníamos voz y voto. Empezamos alrededor de 1970 y nos reunimos durante 25 años. Ya solo quedo yo.
¿Qué significa el club para usted?
Yo al club lo quiero mucho, muchísimo. Es mi segunda casa. Los que somos del club lo amamos. Nos pidan lo que nos pidan. Te piden poco, porque no tenemos gastos, está muy bien administrado, y cada día lo estará más.
En estos momentos difíciles, si usted tuviera que defender su continuidad, ¿qué diría?
Yo, que continúe, por supuesto. El club no es que tenga cera del Corpus, como decimos en mallorquín, pero tiene gancho. Los que somos del club somos del club. Y no hay ni peleas ni montajes, como sí se ve en otros lugares. Aquí, que yo sepa, en sesenta años no ha pasado nunca. Todo el mundo sabe sus derechos y obligaciones.
¿Qué cree que pasará?
Yo me encomiendo a Dios y a María Santísima para que continuemos. Porque yo no sé los años que me quedan, pero a mis 90 años me gustaría poder seguir disfrutándolo como lo hago ahora. Yo pongo una silla en un sitio y nadie me la toca. Porque la gente es respetuosa. Y eso es lo que necesita un club para funcionar. Hay gente que se pelea por una silla. Es absurdo. Yo hace más de treinta años que me siento en una mesa, desde que la pusieron. Y siempre digo: “La mesa no es mía, tú que eres socio también tienes un trocito”.
“Somos más que un club”
El RCNP reivindica su labor social y deportiva en la gala de celebración de los éxitos deportivos de 2024
Por: Julio González
La Gala del Deporte correspondiente a la temporada 2024, celebrada en la carpa del Real Club Náutico de Palma el pasado 11 de enero, fue un emotivo evento que combinó el reconocimiento a los logros deportivos con momentos de homenaje y solidaridad. A lo largo de la noche, los asistentes no solo pudieron celebrar las 101 medallas obtenidas por los deportistas del club, sino también disfrutar de momentos especiales como la actuación del cantante y compositor Jaime Anglada, socio y deportista del club. Anglada recordó con nostalgia su etapa como practicante de piragüismo y vela, actividades que moldearon su vinculación con el RCNP, y emocionó al público con dos canciones inspiradas por el mar: Palma y la ya legendaria Navegando solo.
Uno de los instantes más sentidos de la gala fue el homenaje a Francisco Tejedor y Javier Ripoll, dos históricos del club que fallecieron en 2024. Tejedor, armador de la saga de veleros Viking, y Ripoll, habitual tripulante de embarcaciones como Eolo y Marmitako, dejaron una huella imborrable en la comunidad náutica del RCNP. Sus nombres fueron recordados con respeto y cariño, reconociendo sus contribuciones al fomento de la vela amateur y al espíritu deportivo del club.
La gala también dedicó un espacio a resaltar la solidaridad del Real
Club Náutico de Palma hacia el Scooter Club de Algemesí, gravemente afectado por la DANA que devastó la comunidad valenciana en 2024. Gracias a las aportaciones de los socios y amigos del RCNP, se lograron recaudar fondos y material deportivo que han sido esenciales para la reconstrucción de las instalaciones y el reinicio de actividades en este histórico club de piragüismo, fundado hace más de 60 años.
El discurso del presidente: unidad y futuro
En su intervención, el presidente del Real Club Náutico de Palma subrayó la importancia de la unidad y el compromiso colectivo para garantizar el futuro de la institución. “Este club es más que una entidad deportiva; es una parte esencial del patrimonio marítimo de Mallorca. En este momento crucial, debemos ser embajadores de la labor que aquí realizamos y demostrar que somos imprescindibles para la preservación de nuestra identidad marítima”, afirmó.
El presidente destacó también el papel del club como motor de la náutica de recreo, recordando que los jóvenes premiados en la gala no solo son el presente, sino también el futuro de esta industria y de los valores que representa. Su agradecimiento se extendió a los trabajadores del RCNP, cuya profesionalidad y dedicación han permitido al club cerrar una de las temporadas más activas y exitosas de su historia, con la organización de importantes eventos nacionales e internacionales.
Entre los diferentes premiados en la gala se encuentran el palista Alex Graneri, medallista de bronce en los campeonatos de Europa y del Mundo de Piragüismo; el medallista olímpico en Tokio Joan Cardona, campeón del circuito internacional Sail GP como integrante del
equipo español, y los jóvenes regatistas Gabriela Morell Manresa, campeona de Europa absoluta y Sub 16 de ILCA 4, y Jan Palou, que en diciembre sorprendió al colgarse el oro del 73 Trofeo Ciutat de Palma de Optimist con sólo 11 años. También fueron reconocidos los méritos de armadores y regatistas profesionales de la clase Crucero que navegan en representación del RCNP, como Joan Fullana, Nacho Postigo, Manu Weiller o Eduardo Horrach.
Una noche para recordar
La gala culminó con un sentido mensaje de agradecimiento a todos los presentes y una invitación a seguir trabajando juntos para que el Real Club Náutico de Palma continúe siendo un referente deportivo y social. La foto de familia con los deportistas premiados fue el broche final de una velada marcada por el orgullo, la emoción y el compromiso.
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Nunca antes el club había acogido ocho regatas internacionales en una sola temporada
El año 2024 será recordado como el más prolífico en la historia deportiva del Real Club Náutico de Palma (RCNP). Con su habitual póker de regatas internacionales como base —el Trofeo Princesa Sofía, la PalmaVela, la Copa del Rey MAPFRE y el Trofeo Ciutat de Palma de Vela—, el club no sólo mantuvo su ambicioso calendario, sino que lo expandió con cinco eventos adicionales de impacto global, incluyendo dos mundiales, un campeonato europeo y una regata oceánica.
Este logro se produce en un contexto de indefinición respecto a la concesión de sus instalaciones, algo que no ha mermado la determinación del RCNP para seguir creciendo. “A pesar de la incertidumbre sobre el futuro, el club ha seguido trabajando como si tuviera 20 años más de concesión. De hecho, 2024 ha sido el año con más actividad de la historia de la entidad”, explica Rafael Gil, presidente del RCNP.
En septiembre, el Sandberg Estates J/70 Worlds reunió en Palma a 95 tripulaciones de 26 países para cinco intensas jornadas de competición. La bahía fue testigo del triunfo del estadounidense Yonder, de Douglas Newhouse y Jeremy Wilmot, mientras que Luis Albert, del Patakin, se posicionó como el mejor español al finalizar undécimo. Albert destacó la calidad del evento: “Sinceramente, creo que este ha sido el mejor Mundial de la clase que ha habido. Los equipos extranjeros están impresionados con todo, desde la organización hasta los nuevos sistemas”. El campeonato representó un importante desafío logístico, que incluyó las mediciones realizadas en la base de Porto Pi gracias a la colaboración del Sector Naval de Baleares.
Club Swan Worlds: la élite de la vela El Real Club Náutico de Palma (RCNP) organizó el Swan One Design Worlds (Campeonato del Mundo de Club Swan) entre el 23 y el 28 de octubre, con la participación de 28 embarcaciones de 13 países. La embarcación española Nadir, del armador mallorquín Pedro Vaquer, se coronó campeona en la clase ClubSwan 42, tras cuatro intensas jornadas de competición en la Bahía de Palma. Este es el segundo título mundial que consigue el equipo del Club de Vela Port d’Andratx, que ya se había alzado con el trofeo en 2022 en Valencia. En la clase ClubSwan 50, el Olymp, de Mark Bezner, logró la victoria, representando al Real Club Náutico de Palma con pabellón alemán. Por su parte, en la clase ClubSwan 36, el brasileño Mamao, de Haakon Lorentzen, se impuso en su categoría.
OK Dinghy: un europeo inédito
En noviembre, el Real Club Náutico de Palma acogió el primer Campeonato de Europa de OK Dinghy celebrado en España, con una flota de 84 embarcaciones de 14 países. Este evento marcó un hito en la breve pero destacada trayectoria de esta clase en Baleares, que comenzó en 2020 con la construcción artesanal del primer OK local durante el confinamiento. Desde entonces, la flota ha crecido gracias al impulso de navegantes como Luis Portella o Javier Estarellas, constructor del primer modelo en fibra y defensor del OK Dinghy como una opción ideal para regatistas adultos que buscan seguir compitiendo en vela ligera sin la exigencia física de otras clases como el Laser o el Finn.
Palma-Melilla-Palma: un hito oceánico
La regata oceánica de la clase Mini 6.50, organizada también en noviembre, reunió a 33 barcos de ocho países en un recorrido de 1.000 millas entre Palma y Melilla. La prueba, promovida por Hugo Ramón, vocal de vela del RCNP, no solo fue descrita por la secretaria de la clase Mini, Anabelle Moureu, como “la más importante del calendario Mini”, sino que también permitió a muchos de los participantes sumar las millas necesarias para optar a la Mini Transat de 2025.
Mateo Le Calvic, ganador absoluto con el prototipo francés Optimum , destacó el valor de esta regata como preparación para su proyecto: “Era mi primera regata a bordo del Optimum tras perder mi anterior barco en la regata Les Sables-Azores. Estas 1.000 millas eran cruciales para estar en la Mini Transat del año que viene”. Por su parte, Hugo Ramón, que se prepara para tomar su cuarta salida en esta legendaria travesía desde su debut en 2005, participará con el Cristalmina Majorica , una de las embarcaciones mejor pertrechadas de la flota.
Impacto y proyección
Manu Fraga, director del RCNP, destaca el alcance de estas iniciativas: “En 2024 hemos organizado nueve eventos internacionales -ocho de vela y uno de piragüismo- que han tenido un gran impacto en la ciudad. Si consideramos el modelo de impacto económico de la UIB, es lógico pensar que el conjunto de nuestras regatas supera los 40 millones de euros”.
Fraga subraya también la singularidad del RCNP: “No creo que haya otro club en el mundo con nuestro nivel de actividad. Además, lo hacemos con recursos propios y abiertos a la ciudad”.
El año 2024 no sólo consolida al RCNP como un referente deportivo, sino que refuerza su compromiso con Palma y con la vela internacional. En palabras de Rafael Gil: “Somos una entidad de utilidad pública, y nuestra actividad beneficia a toda la ciudad”.
La última edición de la regata organizada por el Real Club Náutico de Palma alcanzó más de 3.300 referencias en medios digitales, prensa escrita, televisiones y radios. El retorno publicitario bruto se estima en 55,2 millones de euros.
Por: Prensa RCNP
La 42ª edición de la Copa del Rey MAPFRE de vela, organizada por el Real Club Náutico de Palma (RCNP), obtuvo un año más una repercusión mediática extraordinaria, consolidándose como la regata con mayor difusión del Mediterráneo. La cobertura en medios de comunicación generales, deportivos y redes sociales contribuyó de manera significativa al posicionamiento de Palma como un destino deportivo de primer nivel.
En total, se publicaron más de 3.300 artículos relacionados con el evento. De estos, 2.635 aparecieron en medios digitales, 638 en prensa escrita, y se registraron 63 menciones en televisión, además de un número considerable de referencias en emisoras de radio.
El retorno publicitario (ROI), según un análisis preliminar, se estima en 55,2 millones de euros. Esta cantidad equivale aproximadamente a la inversión que hubiese sido necesaria para alcanzar la repercusión real de la Copa del Rey MAPFRE. El día con mayor cobertura de la regata, de acuerdo los datos recabados por la oficina de prensa del evento, fue el 30 de julio, cuando se contabilizaron 232 artículos. Los medios que ofrecieron una mayor repercusión económica fueron los diarios deportivos Marca y AS, lo que indica un predominio del interés deportivo sobre el social.
El impacto en redes sociales, aunque aún sin cifras definitivas, también jugó un papel crucial en la difusión del evento. La proyección viral de la Copa del Rey será objeto de un estudio detallado que permitirá cuantificar su verdadero alcance en plataformas digitales.
La competición, que se disputó entre el 27 de julio y el 3 de agosto, contó con la participación de 120 embarcaciones de 25 países, lo que supuso una de las inscripciones más numerosas de su historia reciente.
Dividida en ocho clases, la regata se desarrolló a lo largo de cinco jornadas, una menos de lo habitual, y coronó a Teatro Soho / Altavista Social Group (Watches of Switzerland ORC 0), Elena Nova (Odilo ORC 1), Katara (Altavista ORC 2), Fala Pouco (Balearia ORC 3), Early Bird (Club Swan 50), Pez de Abril (Club Swan 42), Kimpton Hotels / Les Roches (Sandberg Estates J/70) y Citanas (Women’s Cup) como vencedores en sus respectivas categorías.
El Rey Felipe VI participó al mando del Aifos, la embarcación de la Comisión Naval de Regatas de la Armada, y alcanzó el segundo puesto en la clase Watches of Switzerland ORC 0.
Rafael Gil, presidente del RCNP, destacó la importancia del evento y su impacto en la comunidad náutica: “Viví mi primera Copa del Rey como presidente del comité organizador y quedé gratamente sorprendido por la magnitud deportiva y social de este acontecimiento. Armadores, tripulantes y aficionados nos reconocen como uno de los mejores clubes del mundo, y esto se debe en gran parte al compromiso del equipo humano que hace posible la regata”.
Asimismo, Gil elogió la dedicación del personal del club: “Durante la intensa semana de la Copa del Rey, tuve la oportunidad de trabajar codo con codo con nuestros empleados, y puedo afirmar que su esfuerzo y pasión son esenciales para el éxito de este evento. La capacidad de respuesta a situaciones imprevistas es un testimonio de su compromiso”.
Manu Fraga, director del RCNP y de la Copa del Rey MAPFRE, también valoró los resultados de esta edición: “Las cifras de repercusión alcanzadas este año confirman que la regata está firmemente consolidada a nivel deportivo. El Real Club Náutico de Palma está orgulloso de contribuir a la proyección de Palma como un destino deportivo de excelencia, y ya estamos trabajando en la próxima edición para mantener y superar el nivel alcanzado”.
La 42ª Copa del Rey MAPFRE no solo reafirmó su prestigio dentro del panorama náutico internacional, sino que también reforzó el papel del Real Club Náutico de Palma como uno de los organizadores más comprometidos y eficaces, y confirmó a la ciudad de Palma como un destino ideal para eventos deportivos de gran envergadura.
La próxima edición de la Copa del Rey MAPFRE ya tiene fechas confirmadas. Se celebrará del 29 de julio al 3 de agosto de 2024, manteniendo su compromiso de reunir a la élite de la vela mundial en las aguas de la bahía de Palma. El Real Club Náutico de Palma ya trabaja para que esta 43ª edición siga superando expectativas y consolidando su posición como una de las regatas europeas de referencia. La competición pondrá en juego, además de la Copa del Rey, el campeonato continental de las categorías ORC.
La regata PalmaVela cumplió 20 años con una edición que ofreció diez días de competición ininterrumpida al agrupar tres eventos de gran nivel: la regata offshore ‘La Larga’, una ronda puntuable del circuito 52 Super Series y la PalmaVela tradicional.
Stoertebeker en ORC 0-1, Huayra en ORC 2-5, Barakah en A2 0-3 y Diabolic en A2 4-5 fueron los vencedores de la Larga, cuyo recorrido, con salida y llegada en Palma, consistió en doblar Cabrera, Formentera e Ibiza por estribor para los barcos de la categoría ORC 1, y Formentera e Ibiza para el resto de la flota.
La embarcación Provezza se impuso en la regata de las 52 Super Series, disputada en la Bahía de Palma a lo largo de cuatro jornadas, mientras que los vencedores de la PalmaVela (2 al 5 de mayo) fueron Los vencedores de la 20ª PalmaVela son Galateia en IMA Maxi, Urbania en ORC 0, Windwhisper44 en ORC 1, M8 Zas Composite & Rigging en ORC 2, Lady en ORC 3, Tres Mares en ORC 4-5, Azuree en ORC A2, Calima en Espíritu de Tradición, Stella en 6 Metros, Iser en J80, Balearia en J70 y Yeahnah en Dragón.
El velero diseñado por Herreshoff en 1916 ha establecido su base en el Real Club Náutico de Palma tras recuperar su aparejo de cangreja
Por: Mallorca Press
El velero clásico Rowdy, amarrado en un lugar privilegiado del Real Club Náutico de Palma, comparte la línea de atraque junto a otras joyas históricas. Su presencia destaca frente a la cafetería de socios, donde el entramado de jarcias del puerto se mezcla con el telón de fondo del Castillo de Bellver, creando una estampa que parece sacada de otro tiempo. A sus 108 años, sigue siendo un pura sangre de competición y, junto al Marigan, es el barco histórico más antiguo con base en el club.
Rowdy es como un joven que ha vuelto a la vida tras someterse a una profunda reforma que se prolongó durante dos años. Se podría decir que su segundo estreno se dio en la regata organizada el pasado mes de agosto por el Club de Mar-Mallorca, tras un incidente desafortunado en la Vele d’Epoca Imperia en Italia. Durante una de las pruebas, una violenta racha de viento rompió su mástil y dejó al barco a la deriva. El motor también falló, pero
afortunadamente, la tripulación salió ilesa. Sin embargo, el barco necesitó una minuciosa reparación.
Botado en 1916 en Nueva York, el Rowdy es uno de los últimos cuatro supervivientes de los NY 40’s, también conocidos como los 40 Combatientes. Estos veleros, diseñados por el legendario Nathael Greene Herreshoff, dominaron la Bermuda Race en los años veinte. De los 14 barcos construidos para esta clase, 11 fueron obra del llamado ‘mago de Bristol’, uno de los grandes genios de la arquitectuta naval de todos los tiempos. El Rowdy, con casi 20 metros de eslora, ha recuperado su aparejo de cangreja original gracias a un nuevo mástil fabricado en Ventis Shipyard, en Holanda. Esta transformación ha supuesto un nuevo reto para la tripulación, que ahora está aprendiendo a navegar con este antiguo diseño
“En junio, llegó el mástil a Palma y, con la ayuda del Real Club Náutico de Palma, pudimos colocarlo. Desde entonces, hemos estado entrenando para competir de nuevo”, explica su armadora, Donna Dyer. “Ahora, con este nuevo aparejo, queremos disfrutar del barco y de las regatas clásicas”. Su participación en la regata Illes Balears Clàssics y la Copa del Rey de Barcos de Época de Mahíon ha marcado su regreso a la competición tras un largo parón desde 2022. El Rowdy cuenta con una rica historia. Su primer propietario fue Holland Sackett Duel, abogado, senador de los Estados Unidos y descendiente de los primeros peregrinos que llegaron a América en el Plymouth. Duel, que sirvió en la Primera Guerra Mundial, convirtió el Rowdy en un competidor destacado de su época. Años después, uno de sus posteriores propietarios, Christopher Madsen, escribió una exitosa novela basada en la vida de Duel y sus años a bordo del Rowdy
Fue Madsen quien rescató el barco de su estado de abandono a finales de los noventa, dedicando seis años a su completa restauración.
Desde entonces, el Rowdy ha recuperado su gloria en el circuito de regatas de vela clásica. Bajo la propiedad de Graham Walker, se convirtió en un contendiente temido, ganando tres veces (2008, 2010 y 2011) la Panerai Classic Yacht Challenge, una regata transatlántica de tres mil millas para barcos clásicos. Walker, tras comprar el Chinook, gemelo del Rowdy, vendió el barco al matrimonio Dyer en 2013, que lo ha mantenido en lo más alto de la competición.
Donna Dyer, su actual armadora, es una gran apasionada de las regatas clásicas. “Son competiciones en lugares espectaculares, muy divertidas y con un ambiente muy social. Hemos hecho muchas amistades en este mundo. Es diferente a otras competiciones, donde las tripulaciones apenas interactúan. Aquí, siempre hay un gran ambiente”, comenta Dyer, mostrando su amor por este tipo de acontecimientos.
Rowdy, hoy restaurado y en plena forma, sigue siendo uno de los barcos más admirados del Real Club Náutico de Palma, reflejando en sus velas la esencia misma de la navegación clásica.
Por: Julio González
El joven regatista del RCNP gana el Trofeo Ciutat de Palma de vela con sólo 11 años y un prometedor futuro por delante
Jan Palou, regatista del Real Club Náutico de Palma (RCNP), se proclamó el pasado 8 de diciembre campeón absoluto el 73º Trofeo Ciutat de Palma. Con solo 11 años, Palou compitió en la categoría Sub 13 y logró imponerse con solvencia a la totalidad de la flota formada por 327 deportistas de 15 países. Su victoria marcó un hito en la historia del club, ya que el último regatista del RCNP que se alzó con este prestigioso trofeo fue Albert Torres, quien lo consiguió en 2014. Torres, regatista preolímpico y actual director de la academia de tecnificación Goldwinds, dejó una huella importante en la vela infantil mallorquina,
y ahora, Jan Palou, con su temprano talento, continúa ese legado.
El campeonato tuvo un claro acento mallorquín, pues a Jan Palou lo acompañaron en el podio otros dos jóvenes regatistas locales: Dani Capa, del Club Náutico s’Estanyol, que finalizó segundo, y Jorge Benítez, del RCNP Port de Pollença, quien terminó tercero. La jornada del 8 de diciembre, sin embargo, tuvo que suspenderse debido al mal tiempo. Mallorca se encontraba bajo un fuerte temporal desde la tarde anterior, lo que imposibilitó la disputa de las regatas programadas. Como resultado, la clasificación general se
cerró con las ocho pruebas que se habían completado hasta el sábado anterior.
En la categoría femenina, la victoria fue también para una deportista local: Lluc Bestard, del RCNP, quien se impuso a la polaca Antonina Dziekanska y a la catalana Agnes Hadzi Janev, del CN El Balis.
Jan Palou se mostró muy satisfecho con el resultado y reconoció que no se había propuesto la victoria como objetivo principal. “Me había marcado la meta de quedar en el Top 10, pero al final navegué muy sólido, me sentí a gusto en todas las mangas y conseguí ganar”, expresó Palou, quien comenzó a navegar a los cinco años. A pesar de su corta edad, ya demuestra una gran madurez en sus actuaciones. Su hermano, Niko Palou, quien fue subcampeón de Europa de Optimist en 2023, también es una fuente de inspiración para él. Jan destacó la importancia del trabajo de sus entrenadores, a quienes agradeció por enseñarle tanto a nivel técnico como físico, además de ayudarle a superar los momentos difíciles cuando las cosas no salen como se esperan. “Mi objetivo es seguir disfrutando y aprendiendo”, comentó el joven regatista.
Por otro lado, la campeona femenina, Lluc Bestard, también se mostró agradecida por el apoyo de sus entrenadores y consideró su victoria como un premio a su constancia y dedicación. Lluc reveló que anota todo lo aprendido en los entrenamientos en una libreta, ya que cree que “la diferencia está
en los detalles”, y señaló que cuando no puede salir al mar, entrena en casa con un simulador para seguir mejorando.
La regata constó de ocho mangas para el Grupo Oro, de las doce inicialmente previstas. Las condiciones durante los tres días de regata fueron muy variables, tanto en la dirección como en la intensidad del viento. La oficial del Comité de Regatas, Ariane Mainemare, explicó que la seguridad de los regatistas, especialmente tratándose de una flota de niños y niñas, fue lo más importante en la decisión de suspender el último día. “Teníamos una alerta naranja de la AEMET por fenómenos costeros, con vientos por encima de los 20 nudos y picos de hasta 30, por lo que no se daban las condiciones para hacer regatas”, señaló.
Hugo Ramón, vocal de vela del Real Club Náutico de Palma, hizo un balance positivo de la regata, destacando que puso el broche de oro a una temporada histórica para el club, que acogió dos Mundiales, un Campeonato de Europa y regatas de gran prestigio como el Trofeo Princesa Sofía, PalmaVela, Copa del Rey MAPFRE y este 73 Trofeo Ciutat de Palma. Ramón aprovechó la ocasión para reclamar más apoyo para competiciones de vela base como el Trofeo Ciutat de Palma, la regata más antigua de Baleares. “Nuestro objetivo es que siga manteniendo cada año una participación de alrededor de 350 regatistas y continúe siendo un evento internacional con la misma calidad”, concluyó.
La competición organizada por el RCNP en el Parc de la Mar reunió a 32 deportistas con un palmarés de 30 medallas olímpicas y 380 podios internacionales.
El español Carlos Arévalo y la portuguesa Teresa Portela estrenaron el pasado 12 de octubre el palmarés del Trofeo Ciutat de Palma de Piragüismo, tras una emocionante jornada de competición en el Parc de la Mar, a los pies de la Catedral de Mallorca. La prueba, que ofreció un magnífico despliegue de técnica y velocidad, marcó “un antes y un después” en la concepción de este deporte, gracias a un innovador formato
de regata de 300 metros con salida y llegada en el mismo punto, y una maniobra de ciaboga obligada en el ecuador del recorrido. El triple medallista olímpico Marcus Cooper fue categórico a este respecto: “Estábamos tardando en organizar un evento así en el Parc de la Mar, una pista muy exigente por la dureza del agua y que permite acercar nuestra disciplina al gran público en un entorno único”.
En efecto, el Ciutat de Palma de Piragüismo, organizado por el Real Club Náutico de Palma (RCNP), debutó con un éxito rotundo, congregando a miles de ciudadanos que aprovecharon la la jornada festiva para ver de cerca las evoluciones de varios de los mejores palistas del mundo a los pies de la Catedral de Mallorca. La prueba reunió en su edición inaugural a la élite internacional de este deporte, con un impresionante palmarés acumulado de 30 medallas olímpicas y más de 380 podios en europeos y mundiales. El evento coincidió con el cuadragésimo aniversario de la inauguración del Parc de la Mar, cuyo lago artificial se reveló, según lo vaticinado por Cooper, como un escenario perfecto para albergar pruebas del más alto más nivel y, en esta concreta ocasión, para rememorar, además, aquel 12 de octubre de 1984 en que este emblemático espacio de la capital balear abrió sus puertas al público.
En las regatas clasificatorias, disputadas entre las 9:00 y las 11:40 horas, se vivieron sorpresas inesperadas con la eliminación de dos de los grandes favoritos en categoría masculina: Saúl Craviotto, referente absoluto del piragüismo español con seis medallas olímpicas, y Rodrigo Germade, doble medallista olímpico.
Las previas de la categoría Élite dieron paso a las regatas de juveniles, en las que se citaron piragüistas de base de los principales clubes náutico Baleares. Estas competiciones se prolongaron hasta las 15.30 horas. Los premiados recibieron los trofeos de manos de algunos de sus ídolos, que a continuación se prepararon para, desde las 16.30 y hasta las 18.30 horas, disputar las semifinales y la gran final del Trofeo Ciutat de Palma.
Las condiciones meterológicas se aliaron con la organización. El cielo estuvo despejado durante toda la jornada y
sólo al inicio de la competición, a primera hora de la mañana, el viento levantó algo de ola. Por la tarde, una vez cribados los semifinalistas, las condiciones fueron las propias de una pista de aguas tranquilas. El pase a la prueba definitiva se decidió en regatas de tres piragüistas, en las que sólo el tercer clasificado quedaba descartado. Marcus Cooper fue uno de ellos y tuvo que conformarse con un puesto en la final B de consolación, en la que logró imponerse Craviotto.
Se clasificaron ocho deportistas para cada final (masculina y femenina). La emoción fue absoluta en ambas categorías. La maniobra de ciaboga provocó algunas colisiones y marcó el destino de los velocistas. Teresa Portela, seguida en el podio por la alemana Jule Hake y la danesa Frederikke Mathiesen, se mostró muy satisfecha con su actuación y la relativa facilidad de su victoria:
“Fue divertido, porque no teníamos claro cómo íbamos hacer la táctica. No tuve problemas en la ciaboga y no me puedo quejar. No me esperaba ganar, pero al final ha sido algo natural”.
La incertidumbre marcó la final masculina, que se decidió por escasa distancia. El español Enrique Adán, que había cruzado la línea de meta en primera posición, fue penalizado por un fuera de línea en la salida, lo que aupó a Carlos Arévalo al primer puesto, con el mallorquín Álex
Graneri en segunda posición y el alemán Jacob Schopf como tercer clasificado. Arévalo explicó que la regata fue “muy dura y muy reñida”, y que salió beneficiado de una colisión en la ciaboga: “Entonces vi que estaba enfilado recto a la línea de llegada, pensé que el sprint final era mi momento y fui a por ello”.
COMPROMISO RCNP
Manuel Fraga, director del RCNP, se mostró eufórico con la acogida, tanto deportiva como de público, y confió en que el Ciutat de Palma se consolide como una prueba internacional de referencia. “Hemos puesto el listón muy alto, pero eso nos inspira y nos motiva. El Parc de la Mar ha demostrado hoy que es un lago magnífico para la práctica del piragüismo. Ha hecho falta arriesgar y ser imaginativos para adaptar el formato de competición a las características de la pista, pero está claró que hemos acertado”, aseguró Fraga, quien subrayó el “compromiso” del RCNP con el deporte de base y de alto nivel, así como con la ciudad: “Al final de este año habremos acogido dos mundiales y un europeo de vela, además de nuestros grandes eventos anuales y este Ciutat de Palma. El trabajo de nuestro club es incomparable e insustituible”.
“Nadie
tenga
La campaña de apoyo al club suma más de 6.000 adhesiones ciudadanas tras su presencia el Salón Náutico Internacional de Palma
Por: Prensa RCNP
El Real Club Náutico de Palma ha recogido más de 6.000 adhesiones ciudadanas a su continuidad en las instalaciones que ocupa desde 1948 y en defensa de la náutica deportiva y social. La campaña “Apoya el #CompromisoRCNP” se reactivo
el pasado mes de mayo con motivo de la presencia del RCNP en el Salón Náutico Internacional de Palma, donde en apenas cuatro días se ha agregaron más de 1.500 firmas.
“Es una entidad que suscita mucho cariño y respeto no sólo en el sector de la náutica recreativa, donde es una referencia, sino entre los ciudadanos”.
Alejandro López, vicepresidente primero del club, se ha mostró satisfecho a la vez que sorprendido por el resultado de la campaña: “No esperábamos sumar tantos apoyos en tan poco tiempo, pero nos hemos dado cuenta de que el Real Club Náutico de Palma es una entidad que suscita mucho cariño y respeto no sólo en el sector de la náutica recreativa, donde es una referencia, sino entre los ciudadanos. La mayoría de los que se acercaron al stand no eran conscientes de la situación de incertidumbre que vive el club y mostraron su estupefacción por el hecho de que una institución con nuestra historia y palmarés deportivo no tenga garantizado su futuro”.
El Real Club Náutico de Palma se encuentra a la espera de una resolución del Tribunal Superior de Justicia de las Islas Baleares (TSJIB), que ha de decidir si tiene derecho a prolongar su concesión. En tal caso, el club solicitará que se dé trámite inmediato al expediente de prórroga que presentó en 2015 y que nueve años después sigue pendiente de respuesta.
La campaña “Apoya el CompromisoRCNP” incluyó la distribución de un folleto donde se explican las razones que llevan al club a recabar el apoyo de la ciudadanía y se recogen, a modo de resumen, los logros deportivos alcanzados a lo largo de su historia, así como las cifras de licencias de sus secciones deportivas de vela y piragüismo.
El RCNP data de 1948, aunque su origen se remonta a 1891, año de creación del Club de Regatas. Actualmente cuenta con más de medio millar de deportistas federados en sus secciones de vela, piragüismo, paracanoe inclusivo y crucero. Su palmarés está compuesto por 23 títulos mundiales, 18 europeos, 113 campeonatos y copas de España y una medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Tokio.
Asimismo, es organizador de regatas anuales como el Trofeo Princesa Sofia, PalmaVela (que tiene lugar estos días), la Copa del Rey MAPFRE y el Trofeo Ciutat de Palma. En 2024 se añaden al calendario el Campeonato del Mundo de J/70, el Campeonato del Mundo de Swan, el Campeonato de Europa de Ok Dinghy y la regata de altura Palma-Melilla-Palma de clase Mini. Manu Fraga, director del RCNP sostiene que todos estos eventos tienen un impacto directo de alrededor de 30 millones de euros en la ciudad de Palma.
El alcalde de Palma, Jaime Martínez, fue una de los ciudadanos que quiso mostrar con su firma el apoyo a la continuidad del RCN Palma, una iniciativa por la que también se interesó la presidenta del Govern balear, Marga Prohens, el día de la presentación de la feria. La campaña consiguió repercusión en numerosos estamentos de la sociedad balear. Prueba de ello fue, entre otros, el apoyo recibido por parte de los alumnos de la Escuela Nauticopesquera, que acudieron juntos a estampar su rúbrica en defensa del club.
En el stand del RCN Palma en el Palma International Boat Show se organizaron, además, multitud actividades durante los días del salón, que fueron desde la grabación del programa radiofónico GN Radio o la actuación musical de Jaume Anglada hasta talleres de nudos y cabuyería.
“Ha sido una experiencia muy positiva, pues nos ha demostrado que existe una gran implicación social por la defensa del club y al mismo tiempo nos ha permitido explicar quiénes somos, qué hacemos y por qué es bueno para Palma que conservemos nuestra histórica concesión”, ha resumido Alejandro López.
Por: Mariona Forteza, Palma
El RCNP acoge un exitoso club de lectura sobre libros de tema náutico Está coordinado por el escritor Fernardo Schwartz y organizado por Paul Bernatas, Marta Salís y Manuel Nadal.
El mar puede ser mucho más que el mar. Y un barco puede ser mucho más que un barco. El universo marino ha sido escenario para la literatura en innumerables ocasiones. Pocos lugares se prestan como él a la metáfora de la vida. La lucha contra las adversidades. La aventura. El viaje iniciático. Como resultado se han escrito libros sensacionales.
Conscientes de ello, cuatro apasionados del mar y de la literatura han creado un club de lectura en el Real Club Náutico de Palma. Arrancó el pasado mes de mayo y lleva cuatro sesiones. “Aunque estamos empezando, ya hay mucho entusiasmo y participación”, afirma Marta Salís, traductora literaria y una de las responsables de la iniciativa.
La idea fue del navegante ocasional Paul Bernatas, quien se muestra muy ilusionado con el proyecto: “Es muy exitoso, se nota en la energía del grupo”. Paul enroló como organizadores, además de a Marta Salís, a Manuel Nadal, marino y socio de honor del RCNP, y al escritor Fernando Schwartz, que ejerce el cargo de coordinador. Las incorporaciones no se hicieron esperar, y el club ya ha completado todas sus plazas: una veintena de miembros.
En la primera sesión, la lectura elegida fue El motín del Caine, de Herman Wouk; en la segunda, En el corazón del mar: La tragedia del Whaleship Essex, de Nathaniel Philbrick, y en la tercera, los libros La línea de sombra y Juventud, ambos de Joseph Conrad.
A BORDO pudo asistir a esta tercera reunión, celebrada excepcionalmente en los jardines del antiguo hotel Fénix de Palma, ya que coincidió con el mundial J70 y las salas del club estaban completas -el resto de sesiones se han convocado siempre en las instalaciones del RCNP-.
Los miembros del club de lectura se dispusieron en círculo para conversar sobre uno de los grandes autores de la literatura náutica: Joseph Conrad, un escritor que cuando gusta levanta auténticas pasiones: “Tienes que leer La guardia del alba,
si quieres te lo paso”, le comenta una participante a otra, en referencia a una reciente obra acerca del escritor.
En esta ocasión, Marta Salís es la encargada de ejercer de maestro de ceremonias, puesto que ella ha hecho la selección de las lecturas -en cada sesión, uno de los cuatro organizadores es el responsable de elegir las obras y de introducir el debate-. Como gran especialista en la obra de Conrad, Salís aporta interesantes detalles sobre la vida y la obra de este escritor, que pese a ser polaco de nacimiento adquirió la nacionalidad británica y desarrolló toda su carrera literaria en inglés.
“La línea de sombra es una obra que está inspirada en su primera travesía como capitán, y el título se refiere al paso de la juventud a la edad madura”
“La línea de sombra es una obra que está inspirada en su primera travesía como capitán, y el título se refiere al paso de la juventud a la edad madura”, explica a los presentes. Y es que Conrad fue capitán de la marina mercante hasta los 37 años, a finales del siglo XIX, lo que le llevó a navegar por Oriente y el Congo. Una experiencia que después le sirvió de material para su obra: en Conrad los valores del mar son asimilados a los valores morales, el mar es el pretexto para hablar de la naturaleza humana.
“De La línea de sombra me ha llamado la atención el poder de las calmas. La impotencia que generan. Me ha sorprendido que la calma también pueda ser un enemigo en el mar”, reflexiona una de las participantes en el club. “Sí, crear una atmósfera opresiva era la especialidad de Conrad”, añade otro de los miembros.
La curiosa personalidad de Conrad, descrita con gran detalle por Marta Salís, despierta interés y risas. Por ejemplo, cuando se expone la siguiente paradoja: era un autor que se consideraba a sí mismo británico -y que aseguraba soñar “en inglés”pero cuando deliraba de fiebre por la malaria lo hacía “en polaco”. El carácter “complejo” y “pesimista” del escritor, así como su tendencia a “ir por la casa con cigarrillos quemándolo todo”, son otras de las curiosidades aportadas.
“Conrad no se puede leer en diagonal”, explica Salís sobre la riquísima prosa del autor y el dominio que adquirió del inglés escrito, un idioma que curiosamente aprendió alrededor de los veinte años. Sin embargo, sus hijos se reían de él porque lo “pronunciaba fatal”. A partir de aquí, una de las interesantes ideas que aparece en el debate es que tal vez la grandeza literaria de Conrad se deba a que “al escribir en un idioma distinto al suyo adquiría otra personalidad” y se sentía liberado.
Salís aporta también un dato poco conocido: Conrad vivió en Kent muy cerca de otros cuatro escritores famosos: H. G. Wells, Henry James, Stephen Crane y Ford Madox Ford. Los cinco fueron amigos y este ambiente literario tuvo que influir muy positivamente en la obra de Conrad, que en sus relaciones personales era famoso por quedarse largos ratos en silencio.
El debate sobre Joseph Conrad y sus obras abre el debate a otras cuestiones del ámbito náutico, que van más allá del escritor. Por ejemplo, al hablar de la enorme correspondencia de este autor, que ha sido objeto también de publicaciones literarias, una de las participantes en el club plantea la pregunta: “¿Cómo lo hacía el remitente de una carta para conservar el texto una vez enviado? ¿Se escribían copias?”.
O también, al tratar la transición de los barcos de vela a los vapores, uno de los asistentes pregunta cómo se obtenía la energía a partir del carbón, así como los cambios que produjo esta nueva tecnología en las rutas comerciales.
Charlando sobre Conrad y su universo, cae la noche en los jardines del edificio Fénix. Antes de cerrar la sesión, le toca a Manuel Nadal elegir la lectura para la próxima reunión del club. La elegida es Navegando en solitario alrededor del mundo (En el mar y la montaña), de Joshua Slocum. Sin duda, una nueva y apasionante travesía por las letras, la aventura y la vida..
El halconero Toni Mas controla la población de gaviotas con aguilillas de Harris
Evita que las aves marinas se posen en los mástiles y que causen molestias en las embarcaciones
El suyo es un oficio que requiere de paciencia y una gran experiencia
Por: Mariona Forteza
Real Club Náutico de Palma. Nueve de la mañana. Empieza un día que promete ser caluroso. Todo está muy tranquilo hasta que, de repente, las gaviotas empiezan a chillar. Escandalosamente. El observador levanta automáticamente la vista al cielo. Entonces las ve. Las aves vuelan muy alto. Y en círculos. ¿Qué sucede?
Tal vez la presencia de un hombre que camina pausadamente por los muelles tenga algo que ver. Alto y en buena forma física. Muy moreno. Con vaqueros y gafas de sol de aviador. En los pantalones, un cinturón de cuero con compartimentos. Y enfundado en la mano, un guante de cetrería. Extiende el brazo y un águila se posa en él, batiendo las alas.
Su nombre es Toni Mas. Y es halconero. Tres o cuatro veces a la semana, acude al club para ahuyentar a las gaviotas, evitando así que se posen en los mástiles de las embarcaciones y causen problemas con sus excrementos. Se trata de un servicio que el RCNP presta a sus socios y que precisa de una gran constancia.
“Cada año nacen miles de gaviotas, que intentan venir aquí. Si las asustas, no llamarán a las otras para que vengan. Se comunican entre ellas”, explica el halconero. De ahí los chillidos y los vuelos en círculo. Las gaviotas estaban alertando a sus compañeras de la presencia del águila.
“¡Ale, hop, hop!”. Ahora el águila vuela de mástil en mástil, respondiendo a la llamada de su amo. Se llama Fletxa y es un macho. Le preguntamos a Toni Mas qué tipo de águila es, y la respuesta no se hace esperar. Se trata de una aguililla de Harris, de nombre científico parabuteo unicinctus. Tiene la cabeza y el cuerpo marrón, y en las alas se aprecian unos reflejos cobrizos. Pero, ¿por qué un águila y no un halcón?
El halcón peregrino es la primera opción cuando se quiere ahuyentar a palomas, gaviotas y otras aves sin depredador. Es muy veloz (hasta 400 kilómetros por hora en picado), vuela muy alto (hasta 800 metros) y distingue sus objetivos a tres kilómetros de distancia. Sin embargo, las condiciones del RCNP supondrían para él un grave peligro.
“Aquí el halcón se haría daño, desde el aire los cables de los mástiles no se ven”. En cambio, la aguililla de Harris es más lenta, y tiene un tamaño ideal (630 gramos de peso y aproximadamente un metro de envergadura). Otras opciones serían el azor o el gavilán, prosigue Toni Mas, pero son más difíciles de adiestrar.
“Es un trozo de pan”, dice el halconero, y acto seguido besa a Fletxa en la cabeza. La suya es una relación de afecto. “Hay que tener mucha paciencia”, explica cuando le preguntamos sobre el proceso para adiestrarlas. Todos los estímulos que reciben tienen que ser positivos. De ahí la caperuza, que el halconero le coloca a Fletxa, sin que ella se resista lo más mínimo.
El objetivo de esta prenda, fabricada con piel y con dos oquedades para que el animal pueda abrir cómodamente los ojos en su interior, es precisamente ese: eliminar los estímulos que
podrían incomodar al águila. “Cuando la adiestras, le pones la caperuza se la quitas, y le das de comer”, explica Toni Mas. En cualquier interrelación con su dueño, el águila tiene que pensar: “Él me quiere”, prosigue el halconero.
A la caperuza, se suman otros objetos de gran utilidad. Fletxa también lleva un cascabel y un receptor, para localizarla más fácilmente en caso de que se pierda. El cascabel permite a Toni Mas saber rápidamente dónde está. Además, si hay cazadores cerca, impide una confusión y un disparo desafortunado. El receptor, por su parte, es para casos un poco más complicados. Ocurrió recientemente. Una de las águilas de Toni Mas cazó un pato. En la operación, se asustó y acabó refugiándose debajo de un catamarán, de manera que el halconero no podía encontrarla. Una vez localizada con el receptor, su dueño tuvo que tirarse al agua y sacarla de allí.
“A veces cazan gaviotas, pero mejor que no suceda, porque se asustan y al final las sueltan”. El trabajo de las águilas es, por lo tanto, marcar el territorio y ahuyentar gaviotas, nunca rematar su faena con un apresamiento.
De hecho, Toni Mas siempre trabaja en el RCNP con águilas de sexo masculino, ya que son menos agresivas que las hembras, además de más pequeñas. Para desarrollar su trabajo en espacios más grandes, cuenta con cuatro halcones, que son “los más difíciles de adiestrar”.
El trabajo de halconero es muy poco frecuente en Mallorca. “Habra unos veinte o treinta”, nos explica Toni Mas cuando le preguntamos cuántas personas se dedican profesionalmente a esta labor. Hoy en día son muy necesarios para controlar plagas de palomas, así como en los aeropuertos, para evitar el peligroso econtronazo entre un ave y un avión (especialmente si esta se introduce en los motores durante el vuelo).
Se trata de un trabajo muy vocacional. Toni Mas sintió la llamada de la halconería viendo a Félix Rodríguez de la Fuente: “Tenía 12 años y pensé: yo esto lo quiero hacer, así que empecé a buscar libros, siempre he sido autodidacta”. Más tarde, entró en contacto con la Associació de Falconeria de les Balears, de la que ahora es presidente.
A Félix Rodríguez de la Fuente lo conoció a los 14 años en Santa Maria, y guarda como un tesoro una foto con él. El destino quiso que acabara trabajando con su fundación, proporcionándole halcones criados y adiestrados por él (en una época, Toni Mas llegó a tener hasta 100 halcones en su haber).
El suyo es un trabajo que requiere de paciencia, tiempo y muchos conocimientos. Es la labor de toda una vida. Toni Mas se comunica visualmente con sus aves, y sabe al instante lo que piensan. Y lo que necesitan.
Real Club Náutico de Palma. Diez de la mañana. Cuando el sol ya está demasiado alto, Toni Mas le pone la caperuza a Flecha y la introduce en un compartimento de madera que tiene en su coche, fabricado ad hoc. A la sombra y lejos de cualquier peligro, el águila está tranquila. Sabiéndose protegida por su halconero.
RCNP, un
El Real Club Náutico de Palma es un buen lugar para observar aves, algunas poco frecuentes en la ciudad. Hay cormoranes, ánades reales y gaviotas comunes, a las que el palmesano de a pie está acostumbrado, pero también se pueden contemplar otras especies no tan conocidas.
Por ejemplo, las garzas, con su elegancia tan característica. En los últimos años, la garceta común (agró blanc en Mallorca) se ha ido multiplicando en el litoral palmesano y cada vez es más frecuente verla. Es de color blanco y tiene unas patas negras muy largas, además de una vistosa pluma en la cabeza. En el RCNP podemos contemplarla muy a menudo en la desembocadura de la Riera, siempre al acecho de algún pequeño pez.
La garza real (agró gris), mucho más grande que la anterior y con las alas de color gris, se desplaza volando entre los muelles del club. El observador atento podrá verla, a la puesta de sol, rumbo a uno de los pinos del Paseo Marítimo, donde habitualmente duerme. Por su parte, el martinete (orval) destaca por tener los ojos de color rojo y un plumaje gris y negro.
A finales de verano, es frecuente un tipo de ave marina que vuela con el pico inclinado hacia abajo y que se tira en picado en el mar para pescar. Es el charrán (llambritja), un pariente pequeño de las gaviotas al que algunos llaman “golondrina del mar”.
Y no podemos cerrar este pequeño listado sin mencionar a los estorninos, que no por conocidos dejan de ser espectaculares. Sus bandadas, que describen toda clase ondas y dibujos en el cielo, deleitan cada otoño a los socios del club durante la salida y la puesta de sol. Aunque, cuando pasan por encima, ¡mejor ponerse a cubierto!
Por:Mariona Forteza
La coral del RCNP se fundó a inicios de este siglo y destaca por su repertorio marinero Afronta una etapa de crecimiento en la que trabaja en nuevas citas e incorporaciones
Cantar en un coro es mucho más de lo que parece. Investigaciones médicas recientes han revelado que emitir vibraciones de manera conjunta y en un mismo tono refuerza enormemente el sentido de pertenencia al grupo, promueve la liberación de endorfinas (la popularmente conocida como hormona de la felicidad) e, incluso, acompasa los corazones de las personas que están cantando al unísono.
La coral del Real Club Náutico de Palma (RCNP) sabe mucho de eso, después de más de dos décadas de trayectoria. Atrás quedan numerosas actuaciones en las que siempre ha destacado el repertorio marinero, pero en el que tampoco han faltado los clásicos navideños, la música de cine e incluso alguna pieza inédita. Ahora, continúa su andadura, pero también con la vista puesta en el futuro.
Su fundación se remonta a los inicios de este siglo, siendo presidente Gabriel Barceló. La iniciativa surgió de un grupo de siete personas que deseaban poner en marcha un grupo coral y que, viendo que contaban con el apoyo del presidente, se pusieron a la búsqueda de más gente. Se unieron a ellos otras 15 personas, con lo que el conjunto primitivo arrancó con 23 miembros. En estos momentos, cuenta con 35 personas.
Juan Antonio Bueno, presidente de la coral, es uno de aquellos miembros fundadores. “De la coral destacaría el compañerismo y la unidad”, asegura este médico endocrino, precursor de la electroacupuntura en España. Él es uno de los cuatro bajos de la formación, a los que se suman nueve tenores, 13 contraltos y nueve sopranos. “Somos una coral muy bien repartida, normalmente hay muchas más mujeres”, explica.
“Es una coral que destaca por una muy buena disciplina de trabajo y que presta una atención especial a la música de temática marinera”, asegura Francesc Bonnín, director de la formación desde el año 2016. Bonnín es el tercer director que ha tenido el grupo en estas dos décadas. Sus predecesoras fueron las directoras Joana Roca, que estuvo muy poco tiempo, y Alicia Moreno. “Me siento muy respetado y siempre afronto los días de ensayo con muchas ganas”, asegura Bonnín. Francesc Bonnín es un músico con una importante carrera a sus espaldas, que le ha llevado a dirigir 40 óperas distintas en numerosos países del mundo: de Estados Unidos a China, pasando por Italia, Turquía y Ecuador, entre muchos otros. Fue director musical y artístico del Teatre Principal, del que ahora dirige nuevamente el coro, y en los últimos años se ha
especializado en las corales populares. Concretamente, ahora mismo se encarga de cuatro de estas formaciones, siendo la del RCNP una de ellas.
“Mi prioridad es que la institución sienta orgullo y proporcionar experiencias y buenos recuerdos”, asegura en referencia a su trabajo al frente de la coral. “Actualmente estamos en un momento de crecimiento, en proceso de incorporar a nuevas personas y trabajando en nuevas citas”, afirma sobre los planes de futuro que ahora mismo se abren para el grupo.
La coral ofrece habitualmente tres conciertos al año, coincidiendo con tres eventos de gran importancia para el RCNP: la cena de gala de verano, la cena de Navidad y el concierto solidario conjunto con la formación Ben Trempats, a beneficio del Banco de Alimentos.
Los miembros más veteranos de la coral también guardan en el recuerdo la que consideran que fue su cita más importante: cantar, junto con otras corales de Mallorca, el Réquiem de Verdi con la Orquesta Filarmónica de Berlín, en la Philarmonie de la capital alemana. “Para mí es el templo de la música, es insuperable, y poder estar allí fue muy especial”, relata Juan Antonio Bueno. Aquello ocurrió en 2011.
En su día a día, en los ensayos y los conciertos habituales, la coral se acompaña del piano de Francesc Bonnín, lo cual permite abarcar más repertorio y proporcionar matices musicales distintos a los de la voz. “El piano aporta swing, culturalmente tenemos asociado el hecho de cantar a capela a la música de misa”, explica el director de la coral.
Entre el repertorio que ha interpretado e interpreta la coral del RCNP se encuentran piezas muy diferentes tanto en estilo como en época y procedencia geográfica. Un fragmento del musical Mar i Cel (Albert Guinovart) y de la banda sonora de Cinema Paradiso (Ennio Morricone), son algunos ejemplos. Como también se encuentran en el repertorio las canciones Boig per tu (Sau), Lo que diu una cançó (Costa i Llobera / A. Martorell) y el Caminito del Indio (Atahualpa Yupanki). Una nueva incorporación será el Hymn to freedom, de Oscar Peterson, un canto por la paz mundial, a petición de una de las integrantes del coro.
Entre el repertorio marinero, se ha agregado la pieza Mare vull ser pescador, una emotiva habanera que cuenta la historia de una madre que quiere separar a su hijo del mar, después de haber perdido al marido pescador, pero que no puede luchar contra la vocación marinera de su vástago. El pirata Juan Torrellas, por su parte, cuenta la interesante historia de un pirata alicantino, procedente de una familia adinerada, que puso en jaque a las naves comerciales de la costa catalana. Eran tantas sus cualidades en el mar que, una vez capturado, se le contrató como corsario para proteger al comercio de Barcelona de otros piratas.
“No hay ningún instrumento como la voz”, remata Francesc Bonnín, el canto emerge del diafragma, junto a las vísceras y el corazón y “salimos del coro enormemente mejor de como entramos”. Una experiencia que también se traslada al público, ya que a la “emoción abstracta de la música” se suma “el poder de la palabra y la comunicación”. La coral del RCNP afronta su futuro decidida a seguir aportando este sentimiento a sus espectadores.
Antiguamente el torrente terminaba en el Born y formaba un puerto interior
Ha llovido y las aguas del club se han llenado de ramas, hojas y restos de todo tipo. El verde translúcido del agua se ha convertido de pronto en un marrón opaco, como el del lodo. Y ya es imposible ver los peces o los cabos internándose en el mar. ¿A qué se debe este fenómeno? La respuesta es obvia: la Riera. Sucede a menudo cuando el torrente de la ciudad descarga en la bahía. Pero no siempre fue así. O por lo menos no en este lugar.
El paisaje urbano de la desembocadura de la Riera es una de las postales típicas de los alrededores del club. Los patos, las palomas, los pescadores, una garza solitaria al acecho de un pececito despistado. Por allí se deslizan los alumnos de la escuela de piragüismo del RCNP en sus entrenos, con sus remos y sus luces. Y no muy lejos empiezan los primeros amarres. Sin embargo, es mucho más que eso. Este lugar nos cuenta una historia muy interesante de la ciudad, que nos transporta a tiempos lejanos. A cuando Palma era otra. El puerto era otro. Y la Riera era otra.
Es un hecho conocido por muchos. La desembocadura de la Riera, tal y como hoy la contemplamos, es fruto de la modificación del curso del torrente, llevado a cabo a principios del siglo XVII. Hasta ese momento, había transcurrido por su lecho natural, que atravesaba el centro de la ciudad: Vía Roma, la Rambla, carrer de la Unió, Born y Antoni Maura, por donde descargaba en el mar. El trazado sinuoso de estas calles, observado a vista de pájaro, nos indica que efectivamente era así.
Sin embargo, lo que tal vez algunos no sepan es que, en la antigüedad, las aguas del puerto se internaban ciudad adentro. Aunque no hay unanimidad entre los historiadores, se considera bastante probable la existencia de un mar interior que podría haber llegado hasta la plaza de las Tortugas, el Teatro Principal o, incluso, la Rambla, a la altura del carrer del Carme.
Se desvió para evitar las constantes avenidas, que llegaron a provocar 5.000 muertos
Varios descubrimientos sustentan esta idea, en especial el hallazgo de un ancla romana junto a la fuente de las Tortugas, en la actual plaza Joan Carles I, un resto arqueológico que hoy está expuesto en la Cambra de Comerç. Este y otros datos llevaron al historiador Pere d’Alcàntara Penya a dibujar un plano de la ciudad en que se ve claramente este mar interior y la Riera desembocando en él.
Pero, ¿por qué se desvió la Riera? Fundamentalmente para proteger la ciudad de las constantes avenidas del torrente, que provocaban inundaciones y cuantiosos daños materiales y humanos. Según el Cronicón Mayoricense y la Enciclopèdia de Mallorca, la Riera se ha desbordado al menos diez veces durante la historia de la ciudad: 1403, 1444, 1618, 1620, 1635, 1750, 1734, 1850, 1934 y 1962.
Se trata de un fenómeno con una explicación geológica. Por lo visto, el caudal del torrente puede adquirir una elevada velocidad a causa de la pendiente de su recorrido. Si a ello le sumamos la gran intensidad de las precipitaciones que se alcanzan en la parte alta de su curso, situada en Puigpunyent, entonces ya tenemos una combinación letal.
El peligro era tan evidente, que ya en el año 1303 el rey Jaume II ordenó desde Perpinyà mudar el curso de la Riera para que no entrara en la ciudad.
No le hicieron caso. Y en 1403 sobrevino la tragedia.
Fue durante el mes de octubre. Después de dos días de intensas lluvias, el torrente bajó con tal fuerza que derribó la muralla de la ciudad a la altura de la Puerta de Jesús y arrasó todo cuanto halló a su paso. Murieron 5.000 personas y 1.500 casas fueron destruidas. Todavía hoy puede verse un cuadro en la Seu que recuerda aquella calamidad, justo encima de la cripta donde se sepultaron los restos de las víctimas.
Habrían de pasar dos siglos más antes de que se desviara el curso del torrente. Para hacerlo, se decidió aprovechar el foso de la muralla, que cerraba la ciudad en forma de corona, exactamente por el mismo lugar donde hoy transcurren las Avenidas. Se barajaron diversas opciones. Según explica el historiador Jaume Llabrés, el proyecto original del ingeniero Giovanni Battista Calvi pretendía que la Riera siguiera su curso por el costado de levante de las murallas, yendo a desaguar cerca del Baluard del Príncep.
Sin embargo, otro ingeniero llamado Giacomo Paleazzo “Fratin” decidió que la Riera transcurriera por el lado contrario, aprovechando el valle que coincide con la calle Miquel dels Sants Oliver y el Passeig Mallorca, desembocando entre sa Feixina y el Baluard de Sant Pere. Es decir, por donde lo hace hoy. Una de las acuarelas más bellas de Antoni Gelabert reproduce precisamente este lugar, con el puente de Santa Catalina al fondo.
A pesar de ello, la Riera volvió a desbordarse y a recuperar su lecho original en diversas ocasiones. En una de las últimas, en el siglo XIX, la población evitó parcialmente la inundación de la ciudad acudiendo en masa a embarrar la puerta de Jesús con tierra y piedras.
Gracias al desvío de la Riera, hoy todavía conservamos uno de los tramos de la muralla renacentista de Palma, que fue derribada entre finales del XIX y comienzos del XX. De no ser por esta necesidad, difícilmente se habría preservado. Una paradoja del destino que hoy ha marcado la personalidad de una zona urbana de Palma, con edificios de calidad y bellas zonas ajardinadas, en lo que hoy conocemos como Passeig Mallorca. Mucho menos monumental, la desembocadura actual de la Riera es un lugar sencillo y popular, donde dar de comer a los patos, donde pescar, donde ver el mar.
Es el límite del Real Club Náutico. Sus aguas son el reino de los peces, las garzas y los cormoranes. Y también de las piraguas, que en las oscuras tardes de invierno transitan por este curioso rincón de Palma, dejando estelas y rastros de luz, como testigos fugaces de su paso por la ciudad.
El IV Ciclo Piano Mar ha afianzado al Real Club Náutico de Palma como un referente en la oferta cultural de la isla, cumpliendo su propósito de ofrecer a la ciudad de Palma un espacio accesible y único para disfrutar de la música en vivo.
La Sala Magna del club ha sido durante 2024 el escenario de una serie de conciertos que han fortalecido el compromiso del club con la cultura. La reciente remodelación de este espacio emblemático, que ha recuperado el rosetón histórico de 1948, ha dotado a las actuaciones de un marco especial y distintivo.
El ciclo ha contado con la presencia de reconocidos músicos como Isis Montero, Jaime Anglada, Marian Lush, Ricardo Manzano, Sergi Sellés y Aphinity , quienes han ofrecido magníficos conciertos. Una de las características principales de Piano Mar es su accesibilidad: los socios del Real Club Náutico de Palma han podido disfrutar de las actuaciones de forma gratuita, mientras que el resto del público ha tenido entrada a precios simbólicos, lo que ha permitido a una amplia audiencia disfrutar de la experiencia.
Alejandro López, vocal de actos sociales del RCNP, considera el ciclo Piano Mar “una más de las contribuciones del club a la ciudad, a la que ofrecemos un espacio para la cultura en un lugar privilegiado”.
López destaca tanto la “calidad” de la propuesta como la excelente acogida que ha tenido entre los socios y el público. “Este compromiso no solo enriquece la oferta cultural de la ciudad, sino que también refuerza los lazos entre el club y la comunidad”.
Por su parte, Aina Llompart, programadora del ciclo, asegura que los conciertos en el Real Club Náutico de Palma representan una oportunidad para los músicos de la escena mallorquina. “El club ofrece un marco magnífico y un público que realmente aprecia la buena música”, afirma Llompart. Recalca también la presencia de un “elemento cohesionador” que da aún más valor al ciclo: el piano histórico del RCNP, una pieza patrimonial que ha sido preservada durante más de 100 años y que mantiene su esencia gracias al uso regular en conciertos como los de Piano Mar.
El éxito del ciclo ha llevado a la organización de una nueva edición, prevista para 2025. El V Ciclo Piano Mar contará con un programa de diez conciertos, anunciado el pasado 13 de noviembre en una presentación para los medios de comunicación locales. El Real Club Náutico de Palma, que apuesta por fortalecer la presencia de la música en directo y ofrecer una propuesta cultural de calidad, seguirá de este modo consolidando su papel en la escena cultural de Mallorca.
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