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LECTURAS

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La Gomera

traditional architecture and tropical orchard

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Extremo oriental del parador (ca. 1972). Se aprecian elementos característicos del patrimonio vernáculo: balcón canario, mampostería encalada y cubierta a cuatro aguas con cambio de pendiente. Eastern end of the Parador (ca. 1972). Characteristic elements of vernacular heritage are visible: Canarian balcony, whitewashed masonry, and hipped roof with change of slope.

El parador de La Gomera es uno de esos paradores que puede hacernos dudar, ¿se encuentra instalado en una vieja casona canaria o es una construcción nueva? Esta duda razonable se debe a la pericia del arquitecto Juan Palazuelo de la Peña (Madrid, 19272007), autor de la obra, al que no debemos confundir con su hermano, el artista de reconocido prestigio internacional, Pablo Palazuelo (Madrid, 1915 - Galapagar, 2007). / The Parador de La Gomera is one of those Paradores that can make us doubt: is it installed in an old Canarian mansion, or is it a new construction? This reasonable doubt is due to the expertise of the architect Juan Palazuelo de la Peña (Madrid, 1927-2007), who should not be confused with his brother, the internationally renowned artist Pablo Palazuelo (Madrid, 1915 - Galapagar, 2007).

LA GOMERA: TRADITIONAL ARCHITECTURE AND TROPICAL ORCHARD

MARÍA JOSÉ RODRÍGUEZ PÉREZ

Vista aérea del parador (ca. 1972). Jardín en bancales, recién plantado con palmaras y cuarteles destinados al huerto. Aerial view of the Parador (ca. 1972). Terraced garden, newly planted with palm trees and barracks for the orchard.

Este parador fue el resultado de un meticuloso estudio del patrimonio histórico canario, del uso de materiales y técnicas constructivas insulares –de carácter artesanal– y de la reutilización, ocasional, de elementos procedentes de construcciones antiguas. Así encontramos el tipo tradicional canario de la casa con patio, las galerías, los muros de mampostería y las balconadas de madera; pero también sorprende descubrir copias del patrimonio local: las celosías interiores de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción o la puerta exterior de la ermita de San Sebastián.

Si a todo esto unimos la condición de paisajista del arquitecto, tenemos como resultado una réplica de la casa señorial canaria, característica de los siglos XVI a XVIII, con su jardín-huerta dispuesto en bancales. El diseño del jardín compaginó diversos tipos de palmeras con una variedad de árboles de sombra, arbustos tropicales y de flor, plantas acuáticas, trepadoras, carnosas, rastreras y las propiamente hortícolas –árboles frutales, plantas aromáticas y hortalizas–. Los primeros paradores canarios se promovieron por iniciativa de los cabildos insulares de Gran Canaria y Tenerife, en las respectivas islas, allá por los años treinta del siglo pasado. Sin embargo, la selección del emplazamiento en La Gomera fue mu-

Patio del parador (estado actual), según el tipo arquitectónico tradicional, y vegetación exuberante. A modo de jardín botánico, algunas especies vegetales tienen una cartela explicativa de sus características.

Fachada principal del parador (ca. 1972), con el escudo de armas del conde de La Gomera (representativo de la isla desde 1999). La piedra rojiza (toba roja) procede de una cantera local y es característica del patrimonio gomero desde el siglo XV. Main façade of the Parador (ca. 1972), with the coat of arms of the Count of La Gomera (representative of the island since 1999). The reddish stone (red tuff) comes from a local quarry and has been characteristic of Gomera's heritage since the 15th century.

Courtyard of the Parador (current state), according to the traditional architectural type and lush vegetation. As a botanical garden, some plant species have a sign explaining their characteristics. This Parador was the result of a meticulous study of the historical heritage of the Canary Islands, the use of island materials, handcrafted construction techniques, and the occasional reuse of elements from old buildings. Thus we find the traditional Canarian house with a patio, galleries, masonry walls, and wooden balconies, but it is also surprising to discover copies of the local heritage: the interior lattices of the church of Nuestra Señora de la Asunción or the exterior door of the hermitage of San Sebastián. If we add to all this the architect's landscaping skills, the result is a replica of the Canarian manor house characteristic of the 16th-18th centuries, with its garden-orchard laid out in terraces. The garden design combined different types of palm trees with a variety of shade trees, tropical and flowering shrubs, aquatic, climbing, fleshy, and creeping plants, as well as fruit trees, aromatic plants, and vegetables. The first Canarian Paradores were promoted by an initiative of the island councils of Gran Canaria and Tenerife back in the thirties of the last century. However, the selection of the site on La Gomera was made much later, in 1967. The land next to the Torre Fuerte del Conde was discarded, preferring those located at the top of the cliff called “Lomo de la Horca,” a name related to the disappeared castle of Los Remedios from the 17th century, which was located at the foot of the cliff.

Salón de clientes (ca. 1972). Cubierta de madera (vista al interior) y mobiliario replicado de modelos históricos –fabricado por la Fundación de Gremios (1941-1995)–. Customer lounge (ca. 1972). Wooden roof (interior view) and furniture replicated from historical models –manufactured by the Fundación de Gremios (1941-1995)–.

Este parador fue el resultado de un meticuloso estudio del patrimonio histórico canario, del uso de materiales y técnicas constructivas insulares –de carácter artesanal– y de la reutilización, ocasional, de elementos procedentes de construcciones antiguas

cho más tardía, en 1967. Se desecharon los terrenos contiguos a la Torre fuerte del Conde, prefiriéndose los situados en lo alto del acantilado denominado “Lomo de la Horca”, nombre relacionado con el desaparecido castillo de los Remedios, del siglo XVII, que estuvo situado al pie del risco. Fue inaugurado, el 10 de octubre de 1972, como Parador “Conde de la Gomera”, en referencia al linaje Peraza, que había estado vinculado a la primera intervención real en el archipiélago. Sus treinta y siete plazas hoteleras resultaron escasas, por lo que fue sucesivamente ampliado, sin desvirtuar el carácter vernáculo de su arquitectura. La primera ampliación conllevó la reinauguración en 1986 y, la segunda, en los años noventa. Aun así, su espíritu inicial no se ha visto mermado: proporcionar alojamiento en un pequeño paraíso terrenal, con vistas privilegiadas al Atlántico y al Teide. It was inaugurated on October 10, 1972, as Parador "Conde de la Gomera" in reference to the Peraza lineage, which had been linked to the first royal intervention in the archipelago. Its thirty-seven hotel beds were scarce, so it was successively enlarged without detracting from the vernacular character of its architecture. The first expansion led to its reopening in 1986, and the second in the 1990s. Even so, its initial spirit has not been diminished: to provide accommodation in a small earthly paradise with privileged views of the Atlantic and the Teide.

This Parador was the result of a meticulous study of the historical heritage of the Canary Islands, the use of island materials, handcrafted construction techniques, and the occasional reuse of elements from old buildings

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