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Luz solar y piel
Unidad de Dermatología
Dr. José Antonio Tejerina García
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consejos y cuidados
El sol emite radiaciones con una gran variedad de longitud de onda que oscila entre 0,00005 y 17000 nanómetros. Esas radiaciones son rayos cósmicos, rayos gamma, rayos X, rayos ultravioleta, luz visible, rayos infrarrojos, microondas y ondas de radio. De todas estas radiaciones solo algunas llegan hasta la Tierra (las de longitud de onda mayor de 270 nanómetros), ya que las de longitud más corta son detenidas por la atmósfera terrestre (capa de ozono).
Los rayos ultravioleta (400-200 nm.) se han dividido en tres tipos:
· UVA, con longitud de onda de 400 a 320 nm. · UVB, con longitud de onda de 320 a 290 nm. · UVC, con longitud de onda menor de 290 nm.
La radiación ultravioleta C no llega a la superficie terrestre porque se absorbe por completo por la atmósfera terrestre. Tiene un efecto germicida.
Los rayos UVB son los que producen el eritema solar y provocan el bronceado debido a la síntesis de la melanina. También son capaces de provocar fotocarcinogénesis. Penetran en la piel humana hasta la epidermis. Tienen su papel en la síntesis de la vitamina D. Los cristales normales de una venta detienen los rayos UVB pero dejan pasar a los rayos UVA.
Los rayos UVA se relacionan también con el bronceado de la piel, pues penetran en la piel humana pudiendo alcanzar la dermis profunda, y son los responsables de algunas reacciones fototóxicas, fotoalérgicas y de dermatosis.
La luz visible tiene una longitud de onda de 400 a 800 nm. Es la que permite la visión humana mediante la impresión de las células de la retina. Tiene diferentes colores (los colores del arco iris: del rojo al violeta) dependiendo de la longitud de la onda. También está relacionada con el proceso de bronceado.
Con una longitud de onda superior a los 800 nm. están los rayos infrarrojos, las microondas y las ondas de radio.
Las personas pueden reaccionar de una forma distinta dependiendo del tipo de piel que tengan en cuanto se refiere a su pigmentación. La piel humana tiene una respuesta normal frente a las radiaciones solares. Esta respuesta que puede considerarse normal sería, en primer lugar, el eritema, es decir, el enrojecimiento de la piel o “quemadura solar” que es debida a la exposición prolongada de las radiaciones actínicas (UVB, UVA y luz visible). En segundo lugar, habría un aumento de la pigmentación tanto inmediata como tardía (“el bronceado”). Y en tercer lugar, se produce un aumento del espesor de la epidermis, que aparece unos pocos días después de la exposición. También se producen reacciones crónicas por la exposición prolongada de la piel a las radiaciones solares.
Estas reacciones son el envejecimiento cutáneo prematuro y la aparición de lesiones cutáneas premalignas o malignas como son las queratosis actínicas, que pueden evolucionar hacia un carcicoma espinocelular, la enfermedad de Bowen, carcinoma basocelular, melanoma maligno, etc.
TIPOS DE PIEL:
Tipo I: son los individuos que tienen la piel muy clara, pelo rubio claro y que no se pigmentan nunca con la exposición solar y se queman siempre. Tipo II: es el que siempre se quema pero a veces se broncea algo. Tipo III: es al que a veces se quema y se broncea. Tipo IV: es el que nunca se quema y siempre se broncea. Tipo V: es el individuo de raza negra.
De cara al verano convendría tener en cuenta los siguientes consejos:
1) Protegerse del sol siempre pero, sobre todo, de los rayos solares más intensos (entre las 12 de la mañana y las 5 de la tarde).
2) Es conveniente usar fotoprotectores con un FPS de 30 o superior. (La ropa es un buen fotoprotector).
3) La aplicación de fotoprotectores debe hacerse cada 2 horas y después del baño o en situaciones de sudoración.