5 minute read
Manolo Ballesteros
Manolo Ballesteros (22-61949), hermano mayor de Seve, es una de las figuras relevantes del golf español, él vivió una época dorada en la que los profesionales españoles conquistaban el mundo desde la humildad y la genialdad de sus jugadores. Ganó el Timex Open del Tour europeo en 1983; el Open de la Costa Vasca en 1968 y el Campeonato de la PGA de 1976. Fue durante 12 años el presidente de dcha asociación, el cargo que más años ha durado en la PGA. La última vez que jugó el Circuito europeo regularmente fue en 2001, donde prácticamente do por acabada su carrera profesional.
TU VIVISTE UNA DE LAS MEJORES ÉPOCAS DEL GOLF NACIONAL, CON SEVE, PIÑERO, CAÑIZARES, RIVERO, GARRIDO, ¿CÓMO FUE AQUELLA ÉPOCA?
Advertisement
Tienes toda la razón. Fue la época más gloriosa del golf nacional; el golf dio un gran salto y se desarrolló muy rápido. Luego nos hemos parado. Desde esa época para acá el golf en España se ha detenido, por desgracia. Necesitamos llegar a un equilibrio que a ver si poco a poco lo vamos consiguiendo y recuperando el esplendor de aquellos años.
¿CUÁLES FUERON TUS MEJORES MOMENTOS CON SEVE?
No fueron a partir de todos los Grandes que ganó, para mí los mejores momentos fueron los de sus inicios cuando viajábamos juntos, cogíamos habitación juntos, y él iba a más y más. Y así llegó el primer Grande, el Open Británico, y otro Grande…., el Másters, los tres primeros fueron muy rápidos. Su trayectoria fue mayor de lo que algunos creen, fueron 20 años inmaculados. Y yo disfruté muchísimo con él. Yo en aquella época también jugaba muchos torneos con él y me preocupaba también por él, era mi hermano pequeño, yo le llevo ocho años a Seve. Y no sólo a mí, a muchísima gente, Seve nos dio grandes satisfacciones. Yo disfruté lo indecible y tengo muchas anécdotas. Pero es mi hemeroteca personal y me las guardo para mí.
¿NO FUISTE TÚ EL QUE LE REGALÓ UN HIERRO 3 CON EL QUE EMPEZÓ A JUGAR EN LA PLAYA DE SOMO?
Sí, yo le regalé un palo. Pero no tiene importancia si fue un hierro 3 u otro palo, lo importante es la anécdota. Yo tenía pocos palos, pero
él no tenía ninguno y le regalé un palo. Y él empezó a jugar con él, le cambiaba la varilla con varas de arbustos, con un clavo que traspasaba la cabeza del palo, y se rompía cada dos por detrás y tenía que volver a cambiarla. Y con eso empezó a jugar, y le daba igual golpear bolas buenas, o rotas, o cosas hechas por el mismo que parecían bolas, así muy compactadas. Pero eso fue un tiempo muy corto, porque enseguida comenzó a despuntar. Vino conmigo de caddie alguna vez y eso también le ayudó a progresar, se fjaba mucho. Y eso supongo que le ayudaría, aunque Seve era un monstruo ya casi desde el principio.
TÚ FUISTE EL PRIMERO EL DEDICARTE A ESTO, ¿CÓMO ERAN AQUELLOS TIEMPOS EN LOS QUE TU JUGABAS?
Yo había jugado los abiertos de Europa cuando no había un Tour europeo, no existía un circuito como tal. Esos tiempos los recuerdo con gran entusiasmo, todos los inicios son bonitos, aunque sea a lo pobre. En aquellos tiempos no teníamos bolas de prácticas, si queríamos practicar las teníamos que llevar nosotros y luego recogerlas, claro. Los viajes eran en aviones muy normalitos, los que podían; íbamos a los campos de golf en taxis, trenes o cercanías, en lo que podías, no como ahora que te viene a buscar un coche ofcial a la puerta de tu hotel o al aeropuerto. En mis tiempos había muy poco dinero.
¿CON QUIÉN VIAJABAS HABITUALMENTE Y QUIENES ERAN TUS RIVALES?
Yo viajaba mucho solo, sobre todo los tres primeros años. Luego llegaron Piñero, Cañizares, Antonio Garrido, Valentín Barrios, Jaime Benito, Ángel Gallardo, Ramón Sota (mi tío). Y a nivel extranjero competía con Bernard Hunt, Peter Towsend, Peter Butler, Neil Coles, Peter Allis, hoy comentarista televisivo; Christy O’Connor padre e hijo. Los hermanos Henning, que eran surafricanos… Muchos que ahora no me acuerdo y nos conocíamos todos porque no había muchos torneos, aunque siempre lo pasábamos muy bien.
¿ALGÚN RECUERDO DE TUS TIEMPOS DE JUGADOR?
Por suerte tuve la ocasión de ganar muy pronto, a los 19 años casi recién cumplidos. Fue el Open de la Costa Vasca, uno de los mejores campeonatos que había en el continente. Jugaban surafricanos, australianos, británicos, españoles… Y yo gané en Biarritz. Me acuerdo que estaba con Jaime Gallardo la noche anterior a la última ronda, dando un paseo y yo le pregunté: “Jaime, ¿tú crees que yo soy capaz de ganar mañana?”. Y él me respondió: “Manolo, por supuesto, cómo no”. Yo le hice la pregunta con la inocencia de mi edad. Y al día siguiente recuerdo que estaba jugando muy bien, mucha seguridad en mí mismo. La semana anterior había jugado en Evian y había quedado cuarto y con muchísimos birdies y venía con mucha confanza. Y jugué bien todas las vueltas en los tres campos que disputamos de la Costa Vasca y esa regularidad me llevó a ganar.
Y otro recuerdo, el Open de Suiza, que tengo que decir que lo perdí yo. Porque iba de líder empatado después de tres vueltas y me ganó Peter Towsend, fue un poco antes de mi victoria en Biarritz. O también recuerdo, así ahora, que durante ese mes de julio de ese mismo año, ir al Open Británico de Carnoustie, que por cierto lo ganó Gar Player, y yo vi allí por primera vez a Jack Nicklaus y a todos los grandes y eso me impresionó mucho. La verdad es que se me agolpan los recuerdos. Fueron buenos tiempos en que conocí a los más grandes: Roberto de Vicenzo, Billy Casper, Arnold Palmer. Fue una época dorada del golf que tuve la suerte de vivir.