2 minute read
QUERIDO COLEGA, AYÚDAME A AYUDARNOS
Estamos en un burnout colectivo que disminuye drásticamente la calidad de nuestro trabajo. ¿Qué hacer ante esta situación?
Si bien hemos superado los daños más duros de la pandemia, los negocios siguen enfrentando dragones que ya no son nuevos, aunque para algunos parecen indescifrables. Todos queremos ganar y no podemos obviar los fundamentos para hacerlo en conjunto. Hay dragones que siguen causando estragos en el proceso de creación de un evento desde sus primeras etapas.
¿QUÉ SUCEDE Y CÓMO
PODEMOS EVOLUCIONAR?
Desde la perspectiva como clientes, toda la pandemia ha sido tortuosa: cotizaciones tardías o nulas, seguimientos inexistentes, errores básicos, aparente falta de interés, ¿justificado? No lo sé. ¿Comprensible?, tal vez.
Prescindir de personal suficiente, reasignar o retomar tareas antes distribuidas, incrementar el multitasking, se ve potenciado al mil con lo que percibo como falta de organización y atención. Claro, también los proveedores padecen dicha situación.
La mayor parte de las cosas, más que antes, urge para antier. Los tiempos de planeación de un evento se han recortado, la demanda se ha vuelto más compleja, los presupuestos no necesariamente son proporcionales y, peor aún, parece que nos dedicamos, no a gestionar eventos, sino a apagar incendios. Esto conlleva, o a olvidarse de que uno debe trabajar para vivir (no a la inversa), o a explotar y sufrir en cada aspecto de la vida.
¿ESTAMOS CREANDO UN NUEVO MONSTRUO? ¿EN NUESTRO AFÁN DE SERVIR Y DAR RESULTADOS NOS ESTAMOS OLVIDANDO DE QUE ESE TIEMPO PANDÉMICO NOS MOSTRÓ A MUCHOS LO DESBALANCEADA QUE ESTABA NUESTRA VIDA?
Reflexionemos
Colega dueño del evento, ayúdame a crearte un evento espectacular y productivo.
Seguramente esta situación de crisis casi permanente no es exclusiva de los profesionales de eventos. Pero por la inmediatez que ofrece la tecnología para ciertas cosas, algunos suponen que también aplica para procesos que requieren más cuidado, como crear una reunión. A veces a un directivo se le ocurre programar cosas de la nada y lo vuelve una constante, ¡y no hay quien señale el área de oportunidad!
¿En qué momento se hace una convención en ocho días o se contrata una boda un miércoles para el fin de semana? ¡Como de película! ¿A quién le tocó ese tiempo cuando las convenciones se contrataban 12 meses antes?
Andar al filo de la navaja todo el tiempo un día nos va a dejar sin piernas, nuestros eventos sufrirán y orillarán a que los responsables colapsen sin remedio y sin haber podido siquiera capacitar a otros. Los eventos son grandiosos instrumentos para las organizaciones, hay que sacarles provecho, pero con respeto. Diseñar, buscar opciones, negociar e ir al detalle, conlleva tiempo.
QUERIDO COLEGA, ESTABLECE PRIORIDADES
¿Te ha ocurrido que un cliente te pide algo urgente, al rato te pide otra cosa más urgente, y más tarde te pide una tarea igual de apremiante y con cambios? Y, claro, no es el único. Nuevamente, esto puede venir desde el origen, pero también de tu desorganización. Si le pides cinco cosas urgentes a un proveedor (y tres porque se te olvidaron), con seguridad no podrá hacerlas todas al mismo tiempo. Entonces, ¿qué es lo más urgente o importante?
Además, queremos venderlo todo porque tuvimos un tiempo de vacas flacas muy fuerte, pero ¿abarcar absolutamente todo te será redituable o sano? A veces es indispensable decir que no, aunque te duela en el