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MENTES BRILLANTES Mayas y turismo

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LA HISTORIA Y LA CULTURA

También son negocio

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En Tihosuco, histórica comunidad maya de Quintana Roo, jóvenes fortalecen una cooperativa de turismo rural para llevar al poblado empleos y derrama económica

La falta de fuentes de empleo en Tihosuco, una comunidad rural del municipio de Felipe Carrillo Puerto, Quintana Roo, y la declaración de Zona de Monumentos Históricos, que protege 31 edificaciones de esa población, publicada el 8 de marzo de 2019, motivaron a un grupo de jóvenes emprendedores a retomar un proyecto ecoturístico para generar empleos y derrama económica.

David Leonardo Chan Uicab explicó que 11 jóvenes de Tihosuco integraron una de las primeras cooperativas ecoturísticas del estado: U Belilek. A ellos se sumaron siete colaboradores para reorganizar un proyecto de más de dos décadas, a fin de ofrecer al visitante contacto con la naturaleza, con la riqueza histórica de Tihosuco y con la milenaria cultura maya, generar empleos y derrama económica.

Tihosuco es una población de origen maya, conquistada en 1544 por Francisco de Montejo y elegida por los evangelizadores franciscanos como su centro de actividad en la zona. Ahí construyeron el Templo del Santo Niño Jesús y un convento cuyas ruinas son el principal símbolo del pueblo.

En 1847 los mayas emprendieron la denominada Guerra de Castas o Guerra Social contra blancos, criollos y mestizos. Uno de los iniciadores, Jacinto Pat, era cacique de Tihosuco, una de las primeras poblaciones en quedar bajo control maya. Ahí se reunían los principales jefes rebeldes.

PROYECTO DE TURISMO RURAL

El grupo de U Belilek, del que forman parte dos egresados del Tecnológico de Carrillo Puerto, unidad Tihosuco; Chan Uicab, del plantel carrilloportense, y una joven de la Universidad de Quintana Roo, rescató y enriqueció un proyecto con más de 20 años y obtuvo el tercer lugar en el Premio Estatal de Turismo Rural.

Carlos Chan, quien era director del Museo de la Guerra de Castas y promotor cultural, empezó a reunir en el 94-95 a los abuelos de la comunidad para que compartieran sus conocimientos con niños y jóvenes. Sin presupuesto para esas actividades, empezó a trabajar con recursos propios dentro del Museo. Surgieron así grupos que hacen hilados de algodón y médicos tradicionales.

“La gente que llegaba a visitar el Museo le decía que eso podía ser un producto turístico. Don Carlos fortaleció la organización y creó la cooperativa con 67 socios”, recuerda Chan Uicab. A lo largo de 17 años las actividades se ampliaron y pulieron, surgieron grupos de danza, elaboración de velas, hospedaje, etc.

ACTIVIDAD DIVERSIFICADA

Somos una cooperativa maya que ofrece una experiencia original para que el visitante viva la cultura e historia mayas y conozca nuestra gastronomía, música, arte y danza ancestrales. Tenemos actividades de

senderismo, observación de aves y reptiles y recorridos en bicicleta para observar las bellezas naturales y biodiversidad, acompañados por guías certificados, añade. Si corre con suerte, el visitante puede, incluso, atestiguar la ceremonia “Jeet´s Meek”, una especie de bautizo maya.

Las actividades involucran a los vecinos del pueblo, quienes se benefician económicamente de éstas. Hay quienes adecuaron sus casas para ofertar hospedaje por medio de la plataforma de Airbnb. Todas se sujetan a un reglamento y estandarización sobre la calidad del servicio, toallas, el papel de baño, ropa de cama.

Chan Uicab dijo que el arranque fue prometedor, pero se frenó en 2019, pues a pesar de que Tihosuco no está en la costa, los recales de sargazo limitaron la llegada de visitantes al Estado y, en consecuencia, a la comunidad. Al arrancar 2020 empezaron nuevamente a recibir reservaciones. Entonces llegó la pandemia de covid-19.

“Al principio pensábamos que sería complicado porque desconocíamos su magnitud, pero conforme pasó el tiempo nos dimos cuenta de que muchas prácticas que aplicamos cotidianamente son parte de los protocolos de seguridad sanitaria, sólo tuvimos que ajustarnos”.

Sin embargo, se vieron obligados a cancelar eventos como su “tianguis cultural”, una rodada en julio y el “Maratón de aves”, que se retomarán conforme se avance en el semáforo epidemiológico.

La situación se ha complicado. El pasado 18 de junio, luego de varios días de lluvia intensa, se derrumbó parcialmente de la fachada de la capilla del Niño Jesús. Los daños aún son evaluados por autoridades y especialistas del Centro del Instituto Nacional de Antropología e Historia.

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