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ALEPH 405 Taller Verano en letras. 2015. Libro formato digital Patrocinado por Club logos, co. Producido por Marc Valenz y Editorial Quantum Valdivia, Chile, 2015. Información y contacto: editorialquantum@gmail.com
Todos los textos son de propiedad intelectual de los autores aquí comprendidos, protegidos por Ley nº 17.336. “Aleph 405”, Verano en letras 2015, es de distribución gratuita para los medios digitales y virtuales. Prohibida su comercialización Propiedad intelectual de fotografías en este e-Book, no corresponden a Editorial Quantum, solamente a sus autores.
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Aleph Antología
Taller “Verano en letras”
Editorial Quantum Derechos Reservados
2015
405
Patrocinio
Auspicio
Índice
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Editorial
07
Prólogo
09
Izzy Bernales
12
Benjamín Bertin Cutiño
24
Macarena Cortés MÜller
36
Francisco Pérez Ávila
46
Mariana Mella Cutiño
58
Nicolás Figueroa Jaramillo
70
Juan Miguel Pacheco
82
Yanko Super Vergara
90
Tamara Medina Medina
98
Genezaret Arcos
110
Aleph 405
Índice
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EDITORIAL Por segundo año consecutivo se realizó el taller “Verano en letras”, correspondiente al año 2015. En esta oportunidad el taller se compone de diez (10) integrantes de distintas edades: estudiantes de enseñanza media y universitaria. Durante el taller entraron al mundo de la poesía y la narrativa. Varios de los integrantes nunca habían escrito poesía, pero en el transcurso pudieron encontrar otra habilidad en la creación lírica. Lo mismo sucedió en aquellos que solo hacían poesía, tuvieron que lidiar construyendo textos que no acostumbraban, como: cuentos, fábulas, etc. Algunas de las creaciones durante el taller se publican en este e-Book. El nombre “Aleph 405” del taller impartido por el escritor Marc Valenz, fue por el número de la sala en que el taller trabajó en la Universidad San Sebastian de Valdivia, y la letra alef la cual para el escritor es muy significativa. Todos los textos son de propiedad intelectual por los autores aquí comprendidos, y la publicación de este libro digital es de distribución gratuita para los medios electrónicos.
Editorial Quantum Derechos Reservados
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Prólogo Uno no deja de disfrutar cada historia expuesta en los textos: ficción, fábulas, poesía, relatos, etc. El libro muestra diversos componentes relacionados a la visión de sus propios autores, que desde su poca o mucha experiencia, construyen con el lenguaje propio los textos, ya sean descripciones o metáforas. No olvidemos que tras un texto (en un solo verso inclusive) encontramos simbología que comunica un punto específico del inmenso universo rescatado por el autor, por lo tanto, es necesario buscar diversas interpretaciones. La temática es un abanico de ideas: desde relatos familiares hasta individuos que fácilmente encontramos en nuestra sociedad, situaciones increíbles, momentos de tensión. Encontramos el amor eros en varios textos, desde una perspectiva adolescente y adulta, con sus respectivos conflictos y alucinaciones de la pasión desbordante, propios de la joven edad. Podemos observar temas sociales plasmados en narrativa y poesía, permitiendo los descargos que representan los mismos problemas de ayer y de hoy, como una protesta necesaria y representativa de los actuales trastornos sociales. El conflicto del yo, aparece en varios escritos y en varios escritores de este libro. Es común que se deslice los asuntos psicológicos (además de los intelectuales), por lo cual el escribir se presta como vehículo de escape a la presión interna: desahoga dejar correr el lápiz sobre el papel, como si el lápiz tuviera vida propia.
Marc Valenz www.marcvalenz.com
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Aleph Antología
Taller “Verano en letras”
Editorial Quantum Derechos Reservados
2015
Izzy
Isabel Bernales “… ¿Cuánto es suficiente para olvidar la virtud? ¿Con cuánto estarás dispuesto a mancillar la vida? …”
“… Me llamo Isabel, pero me gusta que me llamen Izzy. Nací en Santiago, pero no lo conozco. Tengo 19 años y estudio Tecnología médica en la UACh. Pasé por muchos lugares antes de llegar a Valdivia y no moverme más. No soy buena para definirme ni para sacarme fotos, pero me gusta dibujar y escribir. Escritora y dibujante aficionada: y en constante mejoría…”
Izzy Bernales
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Lápidas y cruces Era curioso e infame aquél, su trabajo. Pero no tenía dinero para pagar por él y había llegado a la conclusión de que lo necesitaba. La luna puede ser tenebrosa compañera cuando haces lo que no debes, espiando y juzgando desde la alta seguridad despreocupada del cielo nocturno. Esa misma tarde habían dado sepultura a una muchacha muerta de tuberculosis hacía apenas uno o dos días, joven y perfecta para sus propósitos. Joel no tenía tiempo que perder. El cuidador se alejaba de la tumba más reciente con enloquecedora parsimonia, paso a paso que el joven muchacho observaba inquieto desde su escondite. Una vez la luz del farol se hizo difusa, Joel pudo proceder a acercarse y sacar sus instrumentos, entre ellos la pala con la que comenzó el turbio acto de excavar, siendo tan cuidadoso como el perturbador silencio del cementerio lo exigía. La tierra recién emplazada era blanda y fácil de retirar; además olía a una humedad desagradable y vieja. Qué alivio sintió al haber ya retirado el cuerpo, pudiendo enterrar en su lugar nuevamente el ataúd ahora vacío. Joel no se dignó a mirar la lápida de la difunta simplemente porque no era capaz; por lo que sólo envolvió el cadáver fresco en la sábana que traía con él, antes de rellenar la tumba de tierra y ocultar del todo el ataúd. Se dispuso a huir del lugar de forma desesperada, tan rápido como podía hacerlo con su carga entre sábanas oscuras y aquella que era la culpa; debía ser sigiloso. -“Estudia medicina, decía mi padre…”- Pensaba entretanto corría, cuidadoso de no tropezar con nada para no hacer ruido alguno. – “ Claro, él no es quien debe estudiar anatomía sin dinero” – Las cruces sobre cada tumba parecían juzgarlo más y más, parecían volverse más altas y querer encerrarlo, parecían… No volvería al cementerio nunca, nunca más.
Hora de Hora de cuentos
- Si decía futuro en aquella época, mucha gente pensaba aún en autos voladores, luces brillantes e inteligencia artificial avanzada… - Decía mi abuela al círculo de niños y jóvenes reunidos a su alrededor para escuchar sus historias. – No eran tantos aquellos que veían venir algo tan drástico. – Yo la escucho por costumbre, para distraerme. Tengo ya 20 años y aún no sé cómo he soportado tanto, cómo lo han hecho mis padres, o cómo lo ha hecho ella. Vivimos en un trozo de tierra aislado, rodeado de agua imbebible y constituido por terrenos áridos sin vida, en el que anhelamos la lluvia como la llegada de algún noble salvador. Mi nombre es Amanda, pero… Eso ya qué importa. -Antes la comida era… Tenía… un sabor…. – Por más que la escuche, mi abuela aún no sabe cómo explicar ciertas cosas… Cómo era el sabor de una verdadera fruta y no del compuesto saborizante. Yo miro al exterior, y en la lejanía diviso las industrias que nos sustentan de tabletas alimenticias y agua desalinizada. Sus chimeneas incesantes bajo el sol ardiente que parecía derretir la imagen. Era la tierra pidiéndome que no mirase su vergonzoso estado, quizá. Es el año 2067, y yo tengo sed de vida.
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Prejuicio Al gusano que moraba uno de los bellos, verdes jardines de los barrios en los que el dinero no es preocupación, no le agradaban los insectos que se paseaban por la superficie. Para él parecía grosero volar sobre las demás criaturas, e indecente la forma en que caminaban dejándose ver sin pudor a la luz del sol. Un día de aquellos brillantes y alegres, donde los pájaros cantan y montones de bichos revolotean por doquier, el pequeño gusano vio a estos últimos y les confrontó. -Debo decir que considero su presencia indeseable – Comenzó a decir, altanera ante todos para no parecer menos. – No quiero que mis hijos crezcan bajo su sombra y el zumbido de sus alas. Agradecería que se fueran de este jardín. -Pero, señor gusano, nosotros vivimos volando.- Respondió una mosca cercana, que se dio el tiempo de prestar atención a la queja. – Y si no volamos por aquí las plantas estarán tristes. - Lo lamento mucho, pero es costumbre de gente decente cubrirse con tierra.-La visión de un gusano es muy estrecha, y el mundo muy amplio.- Intervino una abeja en el conflicto, mostrando su cuerpo cubierto en brillante polen – Yo vuelo esparciendo esto, y nuevas flores crecen… No es mi intención molestarte ni hacerte daño. – Otros insectos voladores observaban el conflicto, asintiendo en silencio. – Yo sólo vivo y soy diferente de ti. Eso es bueno para todos La comitiva de insectos se vio contenta con lo dicho, y pronto se dispersaron dejando al gusano sólo para reflexionar su ignorancia.
Pérdida Pérdida Jamás había sentido tristeza semejante aquél hombre con el peso de tantos años encorvando su espalda. Un descuido podía ser voraz en ocasiones, destruyendo vidas enteras en segundos… Pero aquél no era un descuido, sino sólo avaricia inconsciente que explotó como un montón de pólvora. -No…- Pudo articular, con una voz que más que palabras parecía emitir quejidos. La pequeña cabaña ardía en destellos rojizos, pero peor era el bosque detrás que se consumía mientras aquellos animales que lograban hacerlo huían desesperados. -En unas horas, todos perdimos nuestra casa… - Le murmuró al fuego, a las memorias, a los vivos y a los muertos… Pues tal era su tristeza y nada más quedaba por hacer.
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Cicatriz Hoy, apenas volví de la escuela, mi madre me ha ordenado limpiar el jardín. Nuestro jardín es pequeño y precioso pero limpiar las ramas y hojas que se desechan en su cuidado me ha probado ser una labor demorosa. Yo sólo quiero subir al techo y mirar al cielo, que aún soy pequeño para trabajar tanto. Los árboles murmuran con el viento invitaciones juguetonas a subir por sus ramas. -¡Yuudai!, ¡De prisa, necesito ayuda aquí dentro también! – Grita ella desde la casa. Yo la escucho y sin chistar comienzo a trabajar con toda la rapidez que me es posible, bajo este cálido sol de agosto… Pero vaya, el cielo es tan bonito… ¿Qué será eso que veo resaltando entre el celeste? ¿Será nuestro? ¡Es precioso! ¡Enorme también! Espero algún día subir a uno de esos… Salir de mi isla y ver qué más puedo encontrar… -¡Mamá, un avión!- Vocifero alegre entonces. Mi madre sale al patio tras unos instantes y puedo ver que la expresión de su rostro es muy extraña. - ¿Qué tienes…? – -Yuudai, entra a la casa, hijo. – Me interrumpe, con la vista tan fija en el avión como yo la tenía hace un momento. - Pero el… - Alcancé a decir, apenas eso. Fue entonces que todo se volvió blanco, todo blanco. Un resplandor horroroso. La diáfana ola calurosa y una sombra. La sombra de aquella mujer. Querida madre que me abraza, mis sueños del futuro se derriten contigo en este instante de blanco infernal. No oigo el susurro de los árboles. ¿Estoy vivo? ¿Estoy gritando?
Neumát Neumático Soy un asesino. Lo soy, soy un asesino y me siento peor que nunca. Me siento horrible, de verdad que sí, pero este tipo no para su marcha ni lo hará pronto. Me gustaría que lloviese para que así con el frío golpe del agua se limpiara algo de esta roja suciedad que llevo conmigo y tanto me atormenta… pero el camino sigue igual, árido y oscuro. ¿Qué haré si por algún descuido del hombre que va arriba termino matando a otro inocente zorrito? No fue mi intención, no lo fue y jamás lo será pero el viaje aún no termina…. Y mi horrible cómplice continúa su viaje sin mostrar pizca alguna de arrepentimiento. Puedo notarlo en cómo la marcha no hace más que acelerar mientras yo giro, giro, giro y giro incesante, haciendo todo el trabajo sucio.
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Mala educación Era ella de mediana envergadura, brillante el verde de sus escamas como láminas esmeraldas y sobre ellas colores que parecían danzar a medida que se arrastraba. Ese día la hermosa sierpe decidió ir a dar un paseo y aprovechar de visitar a los humanos que recientemente se habían trasladado a una pequeña granja cercana a sus dominios. Les había visto, parecían ser buena gente y quizá querrían charlar compartiendo un té. Al llegar a su destino y menear su esbelta figura por el terreno hacia la casa la serpiente no notó el cómo los animales del recinto se alteraban y agitaban al verla pasar. En breve los habitantes humanos salieron a ver a qué se debía tal alboroto. - ¡Hola! – Saludó con un alegre siseo. Grande fue la sorpresa del reptil al ver a niños y padre huir mientras la mujer tomaba en sus manos una escoba, y con ella intentaba asustarle sin acercarse mucho. – No sé de qué tienen miedo, si no soy venenosa -Sintiéndose ofendida, la serpiente decidió marchar en dirección opuesta, pero siempre orgullosa en su andar, sin prisa. – Estos humanos… - suspiraba molesta – Son unos salvajes sin modales.
Viento y Viento y fuego
Juego con tu mirada y tú danzas con la mía. No nos importa, no pasará nada. Sin hablar comunicamos los límites de cada uno. Prometo no pasarme, prometo no romperlos, Prometo no sentir, prometo no decirte. Sólo deja que juguemos hasta que tus latidos se detengan y te me vayas con el viento. Si después me desmorono cual estatua de ceniza no tendrás que saberlo.
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Croquera
La suavidad oculta un gastado interior. Miles de hojas, miles de historias de esquinas romas por tanto viajar. La forma perfecta y el tama単o ideal para traerla conmigo y que quepa en mi ser.
Croquer
Goma
Goma No escuches la voz. No te interesa. No es importante. Me muero un poco mรกs con cada recuerdo eliminado. Soy el verdugo. Soy el progreso, aquello que mรกs usas en tu expresiรณn inmadura e imperfecta. No la escuches, no te importa. Antes de irnos la obra estarรก completa.
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Benjamín
Bertin Cutiño “…Dos manos entrelazadas, amándose de pulgar a pulgar, narices colapsadas y miradas perturbadas; fueron las emociones corporales de dos seres naturales, palmas invasoras que logran una colonización perfecta…”
Originario de Valdivia nació el 18 de noviembre de 1990, Chile. Su acercamiento a las letras nace durante sus estudios de pregrado en la Universidad San Sebastian, mientras cursa Pedagogía Media en Historia y Geografía. Las primeras creaciones, cuentos que poseen cierta crítica social, abarcando la idiosincrasia histórica de Latinoamérica y los problemas estructurales de la sociedad actual. En busca de un estilo propio, se acerca, ya como docente al Taller Verano en Letras, en el cual entrelaza un descubrimiento que hasta el momento no había incursionado, la Lírica. La poesía crítica es una nueva área para el autor, ha descubierto en ella una nueva forma de verbalizar las ideas, con palabras directas, con la emoción de cada verso y la dulzura propia de un poema. Define su poesía critica como: “soñolientas emociones directas de las desilusiones de un continente, maravillosos son los hechos reflejados en palabras que desencadenan la lujuria producida por el amor entre la historia y la lírica”. En la actualidad el autor cursa un Magister en Educación, mención en Política y Gestión Educativa, en la Universidad Austral de Chile. Mientras que las letras, su lírica, se mantienen en un suspenso lento y sencillo, es un trabajo constante, preciso al desnudar las ideas omitidas en la personalidad individual de cada ser social.
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Cuerpo El disgusto anacrónico de la sexualidad se ha propagado por toda la cabeza, nublando nociones cerebrales, esa mística sensación provocada por la constante confusión del amor. Dulzura de paladar envenenado, lengüetazos profundos hasta la tráquea, fueron las palabras meditadas por un varón cualquiera, a las afueras de la desembocadura de un riachuelo con síntomas de río. Neuronas locas por un vestido gris, unas botas rotas y una sonrisa perfecta, aquella conversación violenta erosionada por la lujuria, ahí decidió enamorar a Julia, millones de estrellas luciérnagas obsoletas de romanticismo, pero con una involucración perfecta al erotismo. Dos manos entrelazadas, amándose de pulgar a pulgar, narices colapsadas y miradas perturbadas; fueron las emociones corporales de dos seres naturales, palmas invasoras que logran una colonización perfecta de caderas, un rose único, singular al lento manoseo de una guitarra, gemidos como si fueran los solos de Santana. Rodillas temblorosas y asustadas al conocer el suelo, miradas confusas buscando huir de una vergüenza social opositora al desnudo del placer corporal. Revuelco de sabanas, sin sabanas, luz de luna con la luna, besos eternos sin ser eternos, suspiros inmensos, realmente ahora el amor se ha vuelto eterno. La honestidad de la noche, libera las frustraciones sociales del cuerpo, un desnudo exquisito, perfecto del amor humano, una nueva tomada de manos y son ahora las risas dueñas de los sueños eclipsados.
Cuerpo
Mujeres Mujeres adineradas
Cerca de las 07:00 am, tras haber iniciado el mes de septiembre o algo así, la rutina ha vencido al calendario, busqué mis calcetines desesperadamente, pues ya sabes que el reloj amenaza sin tregua. El café corrió escaleras abajo, dos minutos de cafeína y en la bicicleta los pedales fueron infinitos, las calles sin respeto al aire, sin respeto al suelo, sin respeto al mundo, son bastante claras en su señalización, sabes cuándo debes hablar, comer, mirar, caminar, cruzar, ahí te domesticaron. Sin parpadeos me alcanzan las 08:30 am. El cielo esta calmo, aunque admito que las nubes auspiciaron algo. Tras una breve jornada de trabajo, el cerebro le pide desesperadamente al estómago cafeína, domesticación del vicio propio de las 10:30 am, cafeína que tortura con aroma placentero el matinal apresurado de Nueva York, carreras por las escaleras gringas, las más gringas de los gringos, en pleno casino dos mujeres hermosamente adineradas me invitan un café. Desde el expreso la conversación es amena, las nubes no se equivocan, dos aviones nos hacen enmudecer, el suelo se menea como balsa desde la Habana, los vidrios llueven a toda velocidad, una lluvia de cristales rasguñando el suelo. El reloj es cronológicamente perfecto, sus segundos concuerdan perfecto con los pasos de miles de personas domesticadas por las calles, domesticación que es sobrepasada por honestidad del salvajismo humano. En la desesperación solo entendí que el mundo nuevamente se ha vuelto a remecer.
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Latinoamericano
Al parir la tierra, entrego el saber de la chinampa, la dulzura de la remolacha y el brillo del oro. Las danzas de Mapuches, el grito de un sacrificio. La naturalidad de la riqueza en nuestras manos. Los mares caribeños invadidos por naves de avaricia. Destrucción del suelo, la cultura, la vida. Violación brutal a Quetzalcóatl por manos de Cristo. El oro y Plata no son sus especias. El capitán no es un Cacique. Seres divinos aplastados por la putrefacción del perfume Europeo. Instituciones españolas, portuguesas, inglesas y la Santa Sede. Cosas de Napoleón, olas que llegan a las arenas latinas. Dudas de liberación, esas ansias de la revolución. Mestizos criados como europeos, con ganas de ser europeos. España en llamas, América rota de tanta lucha. los yanquis en Cuba, como los burgueses mestizos criados como europeos en los gobiernos de América. La dulzura de la remolacha en Cuba esta vez es amarga. La lucha continua. América en formación de Estados. Latinoamericanos en el globo, las riquezas de suelos continúa. La comercialización de los mestizos criados como europeos del suelo propio del Mapuche y el campesino. La lucha continúa. América en manos del frió que invade al mundo. Latinoamericanos bajo la lupa de Pinochet, Somoza y Videla. El quiebre de un Estado construido por manos de burgueses mestizos que se creen europeos. La lucha esta vez es desigual. Las ideas son abatidas con las balas. Los Estados Unidos ahora son el mundo. Latinoamericanos rompen en lágrimas, miles de vidas se han esfumado de forma distinta a la fogata, sin cenizas. La lucha continúa, la justicia no acentúa, los gobiernos siguen siendo burgueses mestizos con ganas de ser europeos. Latinoamericanos la lucha continúa.
Mismo Mismo
El atardecer humedece los lentos latidos de mis pupilas. Al acariciar un corazón hermoso. Esa vacilante sonrisa que despierta el descubrir el aroma permanente que poseen los dientes. Tras besar un papelillo erizado por los dedos de Eddie Vedder. Esa cosmovisión de sensación similar a la voz del mar. Similar tal vez al grito liberador de un árbol. Armónico y diferente del abrazo a un amigo. El respeto constante a los seres vivos distintos al humano. Las ganas inmensas de abrazar a Galeano. El atardecer de una cerveza en las manos de la costanera valdiviana. Esa discusión constante entre Platón y Aristóteles. La sabiduría de Nietzsche y las dudas de Foucault. Aquella controversia del café y sus diferencias entre el verano y el invierno. Las ganas inmensas de simplemente amar la vida. El orgullo constante de querer cambiar el mundo. Las cadenas de decepciones en un camino finito. Finito el cantar de un río viajero. Finito el latir de un corazón vivo. Vivo el beso del Sol. El sexo perfecto del amor y la vibración. El seguimiento hostigante de la Luna incansable. La hermosura permanente de la Luna hostigante. La perfección del auto-bus mágico. Las razones evidentes de mi apego. El universo. Vida individual de un ser colectivo. Sincronías perfectas al lado de un amigo. El universo. La necesidad insípida de respirar. La necesidad exquisita de pensar. Pensar el que dialogar. Dialogar a las orillas del mar. Simplemente a las orillas del mar.
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Confusión entre Silvio y Parra
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La agrupación de las constelaciones al sur de Chile. Comiendo rutas hacia el este. Con una mochila inmensa. Acompañado de las manos de lana de Rosita. Confusión por Parra y su Manifiesto. Por la compresión burguesa de Neruda. El parto propio de la tierra en manos de Silvio. Una confusión exquisita. Con olor a campo limpio. Una purificación de la resaca de año nuevo. Entregando abrazos a millones de abrazos. !Que ganas de abrazarse así todo el año ¡ ¿mi poesía destrozada por Parra? Ojala por lo menos que me lleve la muerte. Una confusión entre Silvio y Parra. Parra y Silvio para viajar. Confusión. Resultado de una construcción epistemológica de la boca de Latinoamérica. Una sin orillas. Trigales y trigales. Cantando a Parra. Sublime la ruptura estructural de la lírica. Maravillosa su propia construcción estructural de la lírica.
Silvio y Parra
lvio Y P Silvio en sentido poético. ¿Qué es poesía? Acaso, la voz del cantador o sus palabras. Una sencilla pero compleja descripción. Así como el agua seca. Un camino asfaltado. Una visión desde arriba. Un aterrizaje forzoso, de bruces al suelo, a un lago, al pasto. Qué se yo, lo que es poesía. Existe una contradicción. Inmensamente compleja sobre la luna. Una luna abuela para el Seba. Una luna guía para el Benja. Una observadora luna para Silvio. La misma luna simplista de Parra. Esto a la luna no le importa nada. Es lo mismo que mi confusión entre Silvio y Parra.
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Oído
Acordes de guitarras pasajeras. Violentas, amables, torcidas. Escucha. Como migraña crónica de trabajador cansado. Necesidad de obscuridad al estilo Nirvana. Escucha. Volar como Janis en el 69. Evidenciar como un Lirio cortado. Subir con tabaco, pocas dosis grupales. Amar a Marley, como se amó a la madre. Criticar a varios acordes necios. Escucha. Murmurar como murmura Santana. Enmudeced tan alto como Mercedes Sosa. Emocionar al punto de Páez. Suicidarse en horas a los minutos chilenos en los segundos de Violeta Parra. Escucha, Pelear como Víctor Jara. Sumergirse en la lucha Residente en plena calle 13 de Puerto Rico. Aprender de Heredia, Chinoy, Escobar. Encontrar a Silvio con un Unicornio a escondidas de los ricos. Escucha, Reflejar la Habana en Latinoamérica con el olor de los Aldeanos. Explicar la vida con las palabras sabias de miles de amores. Entender un contexto. Escucha. Rompe el contexto. Escucha. Los gritos desesperados de varios autores. El canto de Chile, Perú y Puerto Rico. Las letras de Cuba, Venezuela y la Argentina. Escucha. La unidad hecha melodía. La lucha constante en un párrafo incesante. El incesto asqueroso de un Yanqui. Escucha.
¿quieres venir?
¿quieres Mujer de falda roja ¿Qué haces aquí? Piernas largas, sueños rotos. Pelo negro, dedos desafinados. Corazón con taquicardia lenta. Ven y hazme el amor. Carcajadas sobre tu marido. Muerde mi labio. Desnúdate, justo ahí. Vuelve tu lengua sucia. Esquizofrenia de cuerpos locos. Pasea tus manos por mi rosto, dibuja tus uñas en mi espalda. Rasguña con pasión mis dientes. Tropezones de talones en la pared. Rodillas con temblores. Mujer con encajes llenos de experiencia. Sumerge tus pupilas hacia el fondo. Que sabrosa cintura. La adolescencia profanada de forma violenta. Respira en mi boca. ¿Ves lo bueno de venir? Tacones negros temblorosos. Enredo de pelo al tabaco. Muerde, amarra y tortura. Mujer de falda roja ¿aun estas aquí?
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Dientes
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Desesperaci贸n cr贸nica al frio. Tiemblas como Valdivia en los sesenta. Despliega lo percudido del tabaco. Vomito molesto por el caf茅. Muro de palabras mudas. Hermosa armon铆a de la risa. Choque inocente del beso. Brillo desnudo al despertar.
Dientes
Giros Giros
Nostalgia de un domingo sin dormir. Amarrado al alba perfecta de la piel. Con los ojos callados en seĂąal de delirio. Caminar con Neruda. Abrazar a Galeano. Enloquecer el piano de PĂĄez. Vomitar al lunes. Defender la vida eclipsada. Amanecer con tu oĂdo hablando lentos suspiros eternos.
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Macarena Alejandra
Cortés MÜller “… Solo los recuerdos y el preciso Momento en el que vivo es lo que tengo…”
“… Nací el 15 de junio de 1998, siempre he vivido en Valdivia y mis estudios básicos fue en el colegio nuestra Sra. del Carmen donde en 5to año básico conocí mi vocación con la literatura cuando escribí mi primer cuento para un trabajo de lenguaje y comunicación. Desde ese día jamás deje de escribir, luego comencé a participar en los concursos de poemas en la escuela donde gane el 2do lugar por un poema dedicado a lo que se refiere a la importancia de la vida, también me divertía escribiendo historias sobre temas adolescentes con unas amigas. Pero, cuando me cambié de escuela a la enseñanza media, al colegio Baquedano, un amigo cercano me motivo a inscribirme al taller club logos donde pude perfeccionarme más y darme cuenta que mi estilo de escribir era incentivado sobre la importancia de la vida e historias juveniles. Incluso, quiero ser algún Psicóloga infantil y adolescente, para seguir escribiendo, como apreciar la vida en estas instancias y superar los obstáculos que se presentan. Considero mi narrativa y poesía como motivadora y de auto-ayuda esa es mi mayor intención al escribir tanto como catarsis para mí y para los lectores…” “ Creo que la niñez y la adolescencia son el momento más preciado de toda persona y hay que aprovecharla y buscar situaciones experimentales. “
Blanca paloma
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Blanca paloma tú, que quieres volar Quieres volar más allá de lo que mis ojos puedan ver Blanca paloma, tu viaje inicia y termina más allá del mar Más allá de lo que puedo ver. Blanca paloma, tú que decidiste abrir tus alas Tú que decidiste volar y jamás detenerte Blanca paloma, vuelva y vuela y jamás vuelvas.
Blanca Paloma
La vida La vida
A la vida bella Debo tenerle paciencia porque es complicada vivirla. Solo los recuerdos y el preciso momento en el que vivo, es lo que tengo. Una vez escuché a un veterano Decirme que sacaba de elegir una buena carrera Y tener buen dinero. Total el arte, la poesía, la música y el amor es por lo que vivimos pero nadie se ha dado cuenta de eso como digo yo. A la vida bella Debió tenerle paciencia porque es complicada vivirla.
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Crecimiento
Es una manera de cambiar lo que uno era Es pasar a otra etapa, a otra forma de ver la vida Otra forma de vivir la vida. Una vez que pasan los a単os Cambiamos la perspectiva de vida Hay que empezar a echarle canas a la mente.
Crecimiento
Vivir
Vivir Es mejor vivir el momento AsĂ, al mirar el futuro como en una ventana Te veas ser quien eres, no otra persona MirarĂĄs al pasado, recuerdos alegres y tristes Pero dime... ÂżNo son esos recuerdos los que te identifican hoy?
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La libertad
Ella por fin se sentía libre Ella se sentía libre de todo problema Ella ya había seguido adelante Ella se sentía totalmente libre. A pesar de los obstáculos sabía que lo que venía era mucho mejor que cualquier cosa que se hubiera imaginado. Ella sentía que nada de nadie Podría volver hacerle daño Porque era fuerte como un león Fuerte como un león. Quería gritar, bailar, cantar Porque un día las cosas cambian y todo lo malo se desvanecerá y todo lo bueno esta aquí.
La libertad
Mi corazón Mi corazón
Mi corazón es muy especial A veces sufre como un bebé sin comida y a veces ríe como un bebé con su juguete favorito Si, aparte de ser especial, es como un bebé, Porque es inocente y muy pequeño. A veces puede ser muy fuerte como mi abuelo A veces sensible como mi madre A veces comprensivo como mi padre A veces arriesgado como mi padrino. Pero, la mayoría de las veces es paciente como mi abuela mi querida abuela tan paciente es algo que mi corazón aprendió y vaya, que le ha servido. Pero, de tantas cosas mi gran corazón cada día trata de portarse bien aunque la mayoría de las veces llora siempre trata de reír y dar una sonrisa a este mundo especial.
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Un día de abril Según yo, abril es una de los meses más tranquilos y también fríos en Valdivia. El cielo a veces está nublado y a veces, es celeste con nubes y un frió viento. Al caminar los días de abril puedo apreciar en la plaza a veteranos dándoles de comer a las palomas, algunas son blancas y otras son grises con negro. En la costanera donde está el gran rio calle-calle puedo ver a hermosas parejas siendo espectadores de la belleza de mi ciudad, también algunas personas solas y pensativas, familias y amigos. Así es abril y, bueno la noche es mucho mejor, es tan oscura a veces, acogedora a pesar de que sea fría y a veces, temerosa me encuentro en las noches de abril, así son mis días de abril y así es un día de abril normal aquí en Valdivia.
Un día
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Francisco
Pérez Ávila “… El tomó tres versos Y los hizo un barco Quizá no sea poesía Pero si, es un buen barco…”
“… Nací en 1995, de buenos padres creyentes en Dios, durante mi educación jamás creí que llegaría a escribir más de cinco palabras para escribir una historia, siempre me dijeron que cuando niño aspiraba a ser poeta, y que contaba buenas historias, luego comencé a escribir pequeñas historias que quedaron perdidas en cuadernos y blogs de los que no recuerdo la contraseña, eran como pequeñas chispas que luego encendieron el fuego de lo que es mi escritura hoy en día, aun soy un escritor novato, me queda mucho por aprender. Generalmente como escritor no suelo hablar mucho de mí. Puedo decir que amo el género de fantasía, es difícil para mí escribir algo cotidiano sin estirar un poco el concepto, cuando tengo para crear a mi disposición una plataforma tan libre y extensa como es la escritura, con tantas posibilidades, y caminos, ¿Por qué escribiría algo cotidiano? Puedo decir de mí mismo que soy un gran soñador …”
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La cuarta vigilia -Tic tac, aún queda mucho tiempo, tic tac, veo correr la luna, tic tac, el tiempo es relativo, tic tac-¿Podrías callarte ya?- se levanta bruscamente un hombre que estaba acostado en un petate -Perdón- contesta él, mientras se levanta a tomar una tetera que descansaba sobre una fogata -si hicieras tu turno callado… ah… eso sería descanso eterno- dice otro hombre recostado que no se molesta en mirar al hablar -este grano de café que traemos es muy bueno- dice el hombre después de revisar la tetera tomando un saco lleno de café -sí, te ayudara a mantenerte despierto-¡qué importa cállense ya!El fuego sigue ardiendo con moderación, el hombre encargado de vigilar toma un tazón de madera y comienza a preparar su café, con agua caliente, luego da unos pasos fuera de la luz del fuego observando las estrellas, le da un sorbo a su café y suspira satisfecho –tic tac- sonríe susurrando al viento.
La cuart
Cor Ex Cor Ex
Después de un silencio sonrió de forma maliciosa -4 de bellotasdijo con una mirada afilada -¡Maldición!- exclamo mientras le entregaba la carta -¿no pensaste que sería ridículo llamarte a ti mismo como “El Mago Cascanueces”?-por supuesto que no, ¿crees que“Boulini” no es ridículo?-¡ha! Puedes llamarme ridículo si quieres pero ya tengo el principio de las bellotas-llevamos viviendo aquí en cuba toda nuestra vida y jamás habrías notado ese truco, ni frente a tus narices-¡silencio!-bueno, ¡felicidades!- dice sarcásticamente –y ahora que lo tienes ¿qué harás?-explorarlo y ambicionar más luego, ahora supongo que tienes el 1 y 3 de bellotas también ¿no?-ahhh- suspira frustrado –aquí tienes…- le entrega las cartas. -y dame el 4, 3 y 2 de diamantes que me robaste el turno anterior-ya estas viejo para llorar por eso- dice mientras le entrega las cartas correspondientes -no estoy llorando… tú te quedaste sin cartas- dice con una sonrisa satisfactoria -bueno ya estoy muerto, pero aun así no puedes superarme, obtuve 6 principios de 8 y tú solo tienes 2 y ni siquiera los has desarrollado- cascanueces toma su sombrero –ni si quiera puedes superar mi cadáver- dice poniéndose el sombrero y tomando su maletín -¿no es algo triste de un mago?- dijo abandonando la habitación.
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Un buen compañero Salir de noche a comprar algo que comer es algo muy difícil de lograr sobre todo si es una noche de lluvia; las calles llenas de pozas, pan por ningún lado y un fiel compañero que conocí durante la odisea, movía su cola alegremente mientras me acompañaba. La lluvia era ligeramente intensa, y mi ropa no era exactamente impermeable. Pasábamos cerca de una poza de agua a un lado de la vereda, cuando veo que mi compañero canino se hizo a un lado con miedo, ¿Qué le habrá pasado? Me pregunté, ¿algo le habrá asustado?, esperen, algo anda mal, algo había escapado de mi percepción, pronto quedé empapado gracias a un auto que pasó chapoteando por el agua, el perro lo sabía y fue más astuto que yo, supongo que llevan experiencia andando en la calle.
Un buen
ovejas m Las ovejas mansas como la gravedad Llevar a pastar ovejas es una gran labor, suelen ser muy tercas, y por sobre todo es una gran tarea cuando andan lobos cerca… pero aquí no abundan muchos lobos, y las ovejas son obedientes, así que, me dedico a mirar el campo, el cielo y las montañas. Se ven cosas muy interesantes por aquí, una vez vi un hombre durmiendo bajo un manzano, una fruta mal intencionada cayó sobre su cabeza y lo despertó de golpe, luego escuché que se hizo famoso por eso… ¡maldición yo debería hacerme famoso por pastar a las ovejas, eso sí que es una labor, probablemente la gente se esté volviendo más tonta con el paso del tiempo.
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Ahí yacen los trozos -Ese iba caminando desde la secadora, ¡directo al forado!, ¡cayo inevitablemente! Iba reluciendo su porcelana con destellos rápidos mientras caía-¿y murió?-claro que murió, ningún plato sobrevive a tal caída, aun así no nos lamentamos-¿por qué?-era muy quebrado-.
Ahí yace
Como ho Como hormigas, quizá
-¿Qué haces?-trabajo como puedes ver-¿aún no evolucionan?-esto toma algo de tiempo-je je, se mueven como hormigas-quizá más rápido-¿no te dan ganas de quemarlos con una lupa?Él se sonríe –recuerdo cuando solía hacer eso… mi madre siempre me regañaba… hace mucho tiempo-.
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Un barco
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El tomó tres versos Y los hizo un barco Quizá no sea poesía Pero, si es un buen barco
Un barco
Alma todopo Alma todopoderosa
Yo luchare por siempre En esta batalla interminable Aquellos que pelean Con un corazón de piedra Intentan dañarme Pueden desollar mi cuerpo Pero jamás dañaran mi espíritu Por siempre me mantendré de pie
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Acondicionado
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Soy aire y fuego Tierra y agua Soy todo el poder Soy toda la creaci贸n Pero adem谩s Soy esclavo de otros
Acondiciona
Que habrá
Que habrá ¿Has visto algo ya? Algo como lo que te preguntas Sin oscilar ni escuchar Algo puede ser nada Pero nada sigue existiendo ¿Qué es lo que vemos? A saber, pero Mientras siga avanzando No necesito ver nada
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Mariana Antonella
Mella Cutiño Estudiante Liceo Rector Armando Robles Rivera, Valdivia-Chile
“… Las aves se burlan de mí, De mi vida y mis caídas, Pero aun así envidian, Mi lengua fluida …”
Estrellas
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Eres una farsa, Por hacer creer que tu luz es Ăşnica, Pero sabes que ese brillo no te pertenece.
estrellas
Niñez niñ Niñez
Risas dulces, Días nublados, Mi niñez la estoy tocando, La estoy saboreando, La estoy sintiendo, Tan dulce como la recuerdo…
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Corría
Corría, Mi sangre se iba calentando, Mi parpado izquierdo comenzó a temblar, Lo sentía detrás de mí.
…mi sangre
Las aves
Las aves s Las aves se burlan de mí, De mi vida y mis caídas, Pero aun así envidian, Mi lengua fluida.
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E viento
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Viento sobre mi rostro, Frio tocando mis poros, Briza de oto単o.
El viento sob
Me enco Me encontraba… Me encontraba en el salón, con mi elegante vestido, sentía la mirada celosa de las demás jóvenes que se encontraban, tal vez por lo descarada que era, percibo unos ojos intensos posados sobre mi cuerpo, me acerco lentamente al tipo de la mirada marrón, roso mi mano con la suya, me agarra firmemente y me lleva a la pista, nuestros cuerpos hacen una sincronización perfecta, siento el deseo de mi acompañante, eso me hace pensar en la lujuriosa noche que hoy tendré.
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El verdadero infierno La última campanada, apreté mis parpados… era la hora, sentí que mi propio sueño me tragaba, me aferré, no me quiero ir, ahora no, no escucho ni veo nada, todos mis sentidos se han muerto, no… esperen un segundo, escucho sollozos, el frio cala mis huesos, esto era el “infierno”, que mi alma se quedara encerrado en mi cuerpo… pero aun muerto.
El verda
Gato sin El gato sin memoria
Esto ya era el colmo, maldigo el día en que esa bola de pelos se presentó por mi ventana, mirándome con una cara de gato agonizando… a punto de morir, me ablandó el corazón, tampoco era tan canalla, lo acogí dándole una buena cama y buena comida. En los primeros días se comporto como el felino más humilde que había pisado esta tierra, pero para que contar lo que sucedió a la semana y media, se adueñó completamente de mi morada, con solo decirte que ni a mi pieza podía entrar porque si me atrevía a cruzar el umbral de la puerta el comenzaba a maullar. Un día ya casada de esta rutina enfermiza, mi querido felino comenzó con sus arrebatos de gato loco, yo enfurecida lo miro desde la cocina y sin pensarlo voy y, le lanzo en cucharón de palo que tenia entre las manos, tan bien le doy en la punta de la nariz, mi gato se desplomó en el suelo, asustada lo llevo de inmediato a la veterinaria. Luego de unas semanas el minino se fue recuperando, pero según el veterinario perdió la memoria, le dieron el alta y volvimos a nuestro hogar para que esta vez comencemos de cero.
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El día estaba triste El día estaba triste, el cielo estaba a punto de sollozar, Lo demostraba con su tono plomizo, su ceño caído y una que otra lagrima que no alcanzaba a contener, ¿Por qué razón será que el cielo tendrá esta gran tristeza?, será por todo lo que tiene que observar, o por la solitaria persona que le cuenta sus fracasos con una copa de whisky en mano, o será por el hombre ciego que no puede observar sus grandes cambios que él hace para asombrarlo, o por los fieles amantes que ya no pueden tocarse, o porque simplemente ya la humanidad esta tan ocupada, que ya no se sienta a observarlo.
El día es
Sentí ca Sentí caer mis lágrimas Sentí caer mis tibias lagrimas mezclándose con la frialdad de mis pómulos, él se alejaba, ¿y yo?, no podía hacer absolutamente nada, comencé a correr por el puerto y grité su nombre desgarradamente tres veces, el solo siguió su camino, en un camino en cual no me encontraba yo…
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Nicolás Andrés
Figueroa Jaramillo “… Aprender es abrir caminos. ¡Un maestro no te guía por un camino! Sino que abre tus posibilidades… …”
“… Nací en Valdivia el 17 de Septiembre de 1997, ciudad en la que actualmente vivo. Tengo 17 años y soy estudiante, actualmente curso IV° medio en el Colegio Baquedano. Me gusta la Literatura desde pequeño, cuando estaba solo en un rincón leyendo algún libro, ahí me di cuenta que me gustaba. También me atrae mucho la música, cuando pequeño comencé a tocar guitarra, luego seguí explorando otros instrumentos, como la armónica, y fue porque comenzó a llamarme la atención la música negra. De esa forma llegué a conocer el Hip-hop, en ese momento fue cuando comencé a escribir mis primeras letras de rap. Más adelante eso me llevaría a conocer a mis amigos con los que actualmente hago música. Paralelamente seguí escribiendo y comencé a incursionar en otros géneros literarios, no solo escribo letras de rap, lo cual me ayudó mucho a descubrir mis gustos por la literatura. Es por eso que planeo seguir haciéndolo, y es por eso que dentro de mi lista de planes está estudiar pedagogía en lenguaje y comunicación…”
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El escape Una noche en Valdivia, a las once y media. Brayan decidió salir del encierro de su casa. Tomó sus llaves, su billetera, pero dejó el celular sobre la mesa, para que parezca que se le había olvidado. ¡Vieja! Voy a salir – Avisó el joven, justo antes de cerrar la puerta, para no escuchar los gritos de su madre. ¡Ya vas a salir de nuevo Brayan! – Escuchó el joven. La madre solo escuchó un portazo. Brayan fue en su bicicleta, vieja y rechinadora, a abastecerse de ese manjar ponzoñoso que lo hacía olvidarse de lo ilógico que es el mundo. Se dirigió por la calle Pedro Montt, un poco antes de llegar a la Avenida Francia, y dobló en un inesperado callejón; que a simple vista parecía que solo se atrevían a entrar en él los que conocen los secretos que conlleva seguir su camino; y que lo introdujo a la población en donde vivía la vieja que vendía pitos. ¡Puta que me cae mal la vieja! – Pensó Brayan. Y no lo culpo, la vieja vendía pitos delante de los cabros chicos, a mi igual me caía mal. Pero retomando, Brayan fue a la casa de la vieja, compró sus pitos, y se fue. Nada complicado, estaba acostumbrado, a veces hasta le regalaban las sabanas para armar toda su magia. Creo que lo consideraban cliente habitual. Él tenía esas buenas costumbres que aseguraban un negocio seguro, por eso la venta era rápida. Él sólo iba por la estrecha entrada hasta llegar a la puerta del tugurio en donde vivía la vieja, y tocaba la lata del portón para avisar que quería comprar. ¡Qué hueáquerí! – Le respondió la vieja al abrir la puerta. ¡Mamá tengo hambre!- Se escuchó del otro lado una voz chillona. Ya, espérate - Respondió la vieja con tono severo metiendo la cabeza dentro de la casa. Ya po, ¿qué querí? – volvió a preguntar sacando la cabeza por la puerta. Pititos – dijo Brayan, pasándole dos lucas a la vieja, y rápidamente la vieja los recibió, haciendo un fugaz intercambio. ¿Tení papel? – Le preguntó pasándole dos paquetes pequeños, hechos con hoja de cuaderno, de esos que usan los estudiantes, dentro estaba la marihuana prensada que solía consumir Brayan. Se echó los paquetes al bolsillo. Sí; si tengo – Respondió Brayan, subiéndose a su bici rápidamente. Ni se despidió. Cualquiera que lo hubiese visto salir a toda velocidad del callejón pensaría que Brayan venía arrancando de alguna hueá que lo estaba persiguiendo para pegarle. Brayan siguió su camino. ‘’Me quiero fumar esto en un lugar piola’’, pensaba, planeando ir a algún lugar desolado. Sí; desolado como
la plazuela que quedaba a una cuadra más allá de la salida de la población. Los pacos nunca pasaban por ahí. Brayan tenía sus técnicas para evitar a la policía cuando quería fumar tranquilamente. ‘’Aquí está rico pa’ fumar’’, concluyó Brayan. Se bajó de su bicicleta y utilizó de asiento una piedra que había debajo de un árbol que, de noche, en una plazuela oscura por la falta de iluminación como esa, le proporcionaba a Brayan toda la oscuridad que necesitaba para pasar desapercibido. Sacó los paquetes con marihuana, Brayan no veía nada. ‘’Voy a alumbrar con el celular’’, pensó - ¡Puta la hueá! ¡Pa’ que lo dejé en la casa! – Dijo Brayan casi instintivamente. A veces, no sabía por qué hacía esas cosas. No peleaba con su madre, de hecho se llevaban muy bien, pero esa noche no quería que nadie supiera en donde estaba, Brayan se sentía mal. Olió el papel con la marihuana, estaba bien fuerte el olor. ‘’A esta hueá le echan lechuga parece’’. Armó el pito como pudo, aplicó toda su sabiduría de volao y resultó que la iluminación nunca fue necesaria. Estaba tan acostumbrado a armar pitos que el de ese día le quedó perfecto, apretadito, como a él le gustaban. Y comenzó a fumar. La primera quemada estaba picante. Eso era un buen indicio, iba a estar buena esa volada. Brayan se acomodó en el pasto, mirando lo poco que podía ver del cielo nocturno, obviando el hecho de que estaba bajo un árbol y que no era mucho lo que pudo haber visto esa noche, sentía que lo más cercano a un cielo nocturno que tenía en una ciudad era el alumbrado eléctrico. Era triste, porque no podía imaginar constelaciones con esas luces artificiales. La magia tenía que ser vista desde lejos. Ni siquiera volao hubiese visto algo con esas luces. ‘’Me siento tan pequeño’’, reflexionaba Brayan, se paró del suelo, miró a su alrededor y vio lo grande que era el mundo. Se mandó otra fumada y volvió a echarse en el pasto. Esa noche lo acompañada el frio. ‘’ ¿Cuál es el sentido de la vida?’’, seguía pensando, y así siguió todo la noche, y la siguiente, y la siguiente, y la siguiente a la siguiente. Aprovechando la sensibilidad que le otorgaba la marihuana, su cerebro se aclaraba cuando la realidad se nublaba. Pasó así la noche entera, hasta que le dio hambre y regresó a su casa a consumir algo para el bajón. Quizás al otro día se sienta mejor cuando despierte.
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El zorro necio En un bosque, un búho aconsejaba a los animales: ‘’Tienen que viajar al oeste; ahí hay un árbol con mucho fruta para que se alimenten’’. Entre los animales había un zorro. Él, de apariencia astuta, ya sabía cuál árbol era el que mencionaba el búho: un castaño. Y dijo el zorro: ‘’No le crean a este tonto búho. Yo conozco ese árbol del cual habla él, solo da un fruto con espinas; los ignorantes son los que le hacen caso’’. Muchos animales se fueron al escuchar al zorro. Y el búho se quedó solo. Un mono que tenía hambre siguió al búho hasta el castaño. Cuando el viejo búho se percató de esto, le trajo una castaña pelada. Y el mono le preguntó al búho: ‘’ ¿Por qué el zorro dijo esas cosas?’’. A lo que el búho respondió: ‘’Es porque él cree saberlo todo, no sigue los consejos de los demás y sólo ve lo que él quiere ver. Tú viste el fruto; el zorro vio las espinas’’.
zorro nec
triste Triste
No esperen que cambie, ya crecí. El mundo es tan difícil; aquí nadie sonríe todos viven por vivir. No quiero volver a respirar, mirar el mundo me hace mal, tu ausencia duele… Perdóname por no querer recordar.
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Confundido
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Ella me dijo, oye: ¿Por qué no nos besamos esta vez? Yo, le dije que sería mejor cuando nos amemos. Porque no quiero dañar todo lo que dejé detrás de mí. Y no quiero recordar nada de esto cuando desaparezcas. Cuando desaparezcas… Ella me dijo: ¿Por qué no vamos a bailar por esta vez? Yo, le dije que quería mirar las estrellas por un momento. Porque soy un chico que no necesita tanto para ser feliz. Y la felicidad efímera es algo que aborrezco.
confundido
Corazón y espíritu
Corazón y esp No son solamente latidos: son impulsos. Es el turbo de mi espíritu el que me hace sentir vivo. Si mi corazón fuese una máquina más rápida, más ácida, más cálida, quizá podría sentirme mejor…
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Visión sobre el amor
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Muchas personas no saben amar. Primero: no se hagan expectativas. Comprendan que el amor es como el dinero: efímero; tal cual llega a tus manos se va… El amor no sólo se siente, el amor también se comunica. Amar es conversar: ¡Es gritar cuando es necesario! Es callar para escuchar… Amar es una enseñanza práctica sobre la vida; es aprender a vivir: viviendo. Y el amor es el instinto tras tus impulsos: Es el amor a uno mismo, es el amor al otro, es el amor a nosotros; el cómo lo sentimos nos hace distintos.
Visión sobre
Canto cruel
Canto cruel Se enmascara, Se te tapa la mirada, Se desarma el rompecabezas y cambia de lugares tu cabeza. Quema: Lo picante de la cena. El veneno por tus venas. Y por un tubo: ยกel grito de una lechuza!
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Cuaderno
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A veces es mi sicólogo. El otro día lo traté mal… ¡y no me sentí mal! Y a pesar de que escribo mal, a él no le importa: él me comprende, sabe que mi casa nerudiana está al frente de un basural.
cuaderno
Amanecer acompañado
Amanecer ac Despierta el día. El sol ilumina el silencio, y bultos se mueven entre las sábanas grises. Piensan en que hacer… Frotan sus ojos con las manos.
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Juan Miguel
Pacheco “… A buena hora ciñó espada, a buena hora ceñí la pluma… a buena hora. …”
Juan Miguel Pacheco, es un joven escritor del género lírico, que ha participado en diversos talleres: Absenta, Taller Verano en letras 2014 en la Biblioteca Municipal de Valdivia, y Taller Verano en Letras 2015, en la Universidad San Sebastian. Parte de su trabajo a sido publicada en el libro del Taller 2014, teniendo buena recepción de los medios digitales e impresos, como en el Diario Austral de Valdivia.
Como dulces sones
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I. Como dulces trinos sus voces selectas, de tarde en tarde la brisa de los sones, paz impoluta, diåfana, sincera, noble‌
sus voces cele
tránsito esenc Tosa la sapiencia…
II. Toda la sapiencia que me falta. Voy a tus calles de tránsito esencial. Invitas sin saberlo a los dolores que no duelen. De indagar las ideas no se cansa el ojo. ¡Alba nutrida bajo el frontón de tus tapas!
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Arrullo helicoidal…
III. Arrullo helicoidal : nato, neto. Querubines alados, amores y dádivas. En la cúspide sus sinfonías descansan, nosotros en la antítesis, oímos melodías, no las suyas, no las suyas.
sus sinfonías
enaltecer la La cena
IV. Puede ir al corazón de todo, como ellos a los suyos van. Los alimentos dispuestos a enaltecer la tarde, todas las tardes pueden ser de ensueño, como sueños de niños, como sueños sencillos: como soñar el amor. Toda ternura he visto y veré más aún, veo jugar al cariño… con las felices lágrimas que redimen.
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Amigos En el bar de siempre se reúnen dos amigos, traen a la escena sus recuerdos de años y décadas, comparten entre copas sus íntimas alegrías, y reviven como las semillas de esta tierra, sus más bellas e intensas aventuras. El flaco de bigote es un gran profesor, a sus alumnos va vestido de esperanza el ilustre personaje, y a las madres va el sacrificio de sus niños, lo aprendieron de tan sabio señor. El más gordito sana personas, su mejor medicina es la feliz risa, y su estampa, la entrega, es un famoso doctor. La pasividad de la noche intensifica sus memorias, el acorde de tiernas guitarras arranca cielo de las almas, se acerca la aurora a contemplar sus historias, muchas hazañas, ¡tantas veladas!
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Yanko Arnoldo
Super Vergara “… Llego el fin del ciclo No hay nada mas que hacer El cosmos nos hizo mortales…”
Nacido un 9 de marzo 1998 en Valdivia, creció como todo niño normal hasta los 12 años donde el afán de descubrimiento pudo más que el sentido común y nació ahí su pasión por las letras, en la actualidad se dedica a escribir novelas graficas para la asociación de comics aguacero, además de ilustrar.
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Viaje
Horizonte cargado de colores Hasta donde mis pasos limiten mi travesĂa Cargados de esperanza mis pulmones A hacer frente a la vida De experiencia llenarĂŠ mi mochila Y de personas y situaciones CrearĂŠ mi propia alegorĂa.
murió Murió
Llego el fin del ciclo No hay nada mas que hacer El cosmos nos hizo mortales ¿qué mas podía suceder? Pero no entumezcas tus ojos Ni grites, que de nada servirá A lo mejor quien sabe Es un comienzo, no un final
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Guerra feliz
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Balas atraídas al suelo oscuro Gota de lluvia incesante Sangre derramada, color puro Metralla incrustada, recalcitrante La rosa de un rojo intenso El suelo siente el cuerpo Y la mente se apaga en sonido lóbrego ¡los héroes están aquí! Lo devoran todo… cual borrego.
Guerra feliz
adiós Adiós
Cambios por venir De una sonrisa nostálgica Espérame y te esperaré En una lagrima trágica “Te veré al otro lado” dije Más no sopesé las palabras no importa la distancia y aun tengo la luna a mi favor.
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Alegría
Ese día el sol amaneció temprano Creando un unísono de ecos cercanos La mente en paz reposaba cual loto Sobre aguas tímidas flotando en el todo Pero el vano sentimiento crece cual manzano En praderas interminables del corazón humano El espíritu en tranquilidad que se siente amado No necesita mente ni cuerpo Ni siquiera un mundo sano
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Tamara Isabel
Medina Medina “… besaré, tus pies dormidos para que, llegado el día y la hora señalada, eleves mi esencia a la tierra prometida…”
Un 14 de diciembre del año 1986, nací en Valdivia, ciudad que desde siempre ha albergado mi existencia. Mis estudios los realicé en colegios públicos, gracias a los cuales heredé la admiración por la pedagogía. Actualmente me encuentro finalizando estudios de pregrado como Educadora Diferencial.
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Sin espejo Las doce del reloj marcaban, la ventana de un fuerte golpe se cerró y la que había comenzado con un leve chubasco se desató, dando paso a aquella inclemente tempestad. En el espejo del fondo de la habitación se reflejaba cada relámpago que estremecía al doloroso cielo invernal, pero él no le temía a nada, salvo aquella noche. Durante la tarde ansió febrilmente un deseo y pensó en pedirlo a cambio de su alma, no era creyente, qué valía el alma, por lo que en la añosa fuente de porcelana, que contenía el recuerdo de la muerte de su abuela en forma de trizadura, reunió el agua suficiente y compró unas velas, para que llegada la hora señalada, se enfrentara a aquel imponente espejo y conjurara el nombre de aquel que a cambio de tan mísero precio concedería su anhelado deseo. Nunca tuvo miedo de nada, salvo aquella noche, era San juan. Fuente con agua y velas en mano, se acercó lentamente hacia el espejo al replicar el llamado de media noche en el reloj de madera, caminó tembloroso reflejándose de cuerpo entero. En aquel momento, visualizó a través del espejo, a un enigmático ser negro que se posó frente a su ventana y él, que nunca le tuvo miedo a nada, se vio turbado por el pavor que le desfiguró el rostro y le arrancó un abismal alarido tan fuerte como la misma queja del viento que estremecía la antigua casa de madera y en una reacción absoluta de rescate de su alma lanzó la fuente al espejo, destrozándolo. Todo aquel estruendo hizo que aquel negro animal maullara, era Morian, su negro gato. Se dio cuenta de que su alma le importaba más de lo que él creía.
Sombra v Sombra violeta La suave briza de aquella resplandeciente tarde de verano jugueteaba con mis frescas hojas, mientras que mi sereno tronco y mis añosas raíces ofrecían amparo a los viandantes de aquel incandescente sol. Entre aquellos viajeros se detuvo ella, ella, que con sus aromáticos cabellos, su melódica voz y sus románticas manos, acarició las cuerdas de su apasionada guitarra entonando su adolorida canción, la cual pronto penetró en mis raíces, subió por mi longevo tronco esparciéndose por cada una de mis nervaduras, hasta llegar a mis más distantes hojas. Violeta la llamó la tierra y ella se sumergió en su profundidad, la vi marcharse. Yo continué implacable, ofreciendo descanso a quien lo necesitara.
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Blanca paloma Luego de dos horas, sentado en la banca frente a la glorieta, decidió pararse, miró a ambos lados, con gesto inseguro, casi temeroso, como si sus ojos esperan encontrase con alguien, o quizá algo. Timorato comenzó su marcha, al llegar al semáforo no esperó la luz verde como acostumbraba y cruzó apresurando su paso, mientras un vehículo delataba su falta tocándole la bocina, pero a él pareció no importarle. Al llegar a la vereda hizo un gesto de relajo con sus hombros, su rostro adoptó sus habituales facciones y continuó su camino, como si nada. Desde la punta de la glorieta una amenazante paloma lo observó alejarse.
al anillo Segunda vida al anillo
Rodó por el impecable piso de madera de la vieja casona hasta llegar a una de las esquinas, en donde había un pequeño agujero en el cual entró perfectamente aquel tesoro ya sin destino, despojado de su alegría, de su utilidad, luego que su angustiado dueño decidiera desterrarlo para siempre de su temblorosa mano. En ese agujero vivía hace unas semanas una pequeña rata, de sentimientos tan tristes como el dueño de casa. Había arrancado de diversos lugares tras ser golpeada con múltiples objetos y haber sido denominada de manera monstruosa entre terribles gritos de espanto al verla. Soñaba con ser como aquellas reinas, aquellas a quienes todos admiraban, a quienes todos querían, no como ella, tantas veces designada como un horrible animal, pero en la negrura de ese restringido espacio sabía que era bella. Repentinamente, aquel refulgente objeto brillante iluminó la espesura de la oscuridad, ella lo tomó suavemente, lo examinó con curiosidad y decidió colocarlo sobre su diminuta cabeza, por fin ya no sería denostada, ahora poseía lo mismo que todas aquellas a quienes tanto admiraba, ahora también era reina.
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Zancudo ¿Cómo es que todas las noches me deja afuera? yo que la deseo tanto, desde aquel día en el cual, por un descuido, saboreara su largo y aromático cuello, ¡oh! dulce cuello. ¡No comprendo por qué interpone aquel velo reflectante entre nosotros! si yo solo anhelo que la tibieza de su amable sangre fluya por mi extasiado cuerpo y aquel vehemente beso me seduzca en la ilusión de la vida eterna.
Café ma Café matutino
Intenso, como la intensidad de la húmeda tierra. Envolvente, como el musgo que envuelve la desnudes de la piedra. Cálido, como el cálido atardecer de una fértil primavera. Dulce, como la dulce hierba que emerge en la pradera. Así te presentas ante mí, en la hora de la incipiente luminosidad y me seduces, besando, suavemente, mis febriles labios (sumidos aún en la ilusión nocturna) acariciando, con tu salvaje aroma, mis deseosos sentidos excitándolos sumergiéndolos en tu intensa, envolvente, cálida y dulce quimera.
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Como te veo a través de mis ojos un día como hoy
(106)
Este día te veo gris amarga y apesadumbrada te veo cansada amante vida añorada. Te veo con mis manos dolientes quejosas, por no ser ardientes creadoras recreadoras ¡de tu imagen! cristalizando tu devenir en el recuerdo de un sueño moldeado por mi surda y mi diestra desdibujada en la inmensidad de mi cabeza en mi corazón amoratado de dolientes pasiones creaciones ¡reacciones! que esconde bajo el manto de aparente serenidad. Recrearte, en la finitud de un papel trascendente dando imagen, a esas desproporcionadas formas que susurran en mi cabeza que arremeten contra las paredes de mi cráneo que se agitan en cada palpitar de mi corazón deseosas de embestir contra una tímida hoja que sin queja alguna, espera silente, la huida de mi versión de ti.
te veo c
Hablando con mi muerte
hablando Del profundo silencio cristalino emerge la rosa dorada. Espesa y tierna amada besarĂŠ, tus pies dormidos para que, llegado el dĂa y la hora seĂąalada, eleves mi esencia a la tierra prometida y en aquel, viaje infinito me concedas el deleite, del olvido.
(107)
(108)
Sol
Antojadizo te impones, Sabor a miel, en la clara ma単ana, envuelta en placer. Tu intensa luz cubre, mi morena piel deste単ida por tu ausencia anhelado ser.
(110)
Genezaret Arcos “… Ella se derretía al contacto de sus manos, aún cuando el frío entumecía sus cuerpos. …”
Genezaret, nació el 14 de septiembre de 1997, en la lluviosa ciudad de Valdivia, al sur de Chile. Escribe desde los seis años, entre cuyos trabajos varían entre literatura narrativa, lírica y composiciones musicales. A los trece emprende como escritora de fanfictions en páginas de Internet, pasatiempo que ha considerado como su escuela en el oficio de escritora, sin embargo, sus primeras obras serias serían a los catorce años. Ha participado en el concurso “Cuentos en Movimiento”, organizado por empresas Denham (2011), ganando el tercer lugar nacional con su relato corto Carta al Cielo. El día de hoy cursa cuarto año de enseñanza, alternando estudios, y su afición por los libros, series de televisión, arte visual y música.
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La bestia <<No mataba ni una mosca>> decían. Ella limpió su mejilla salpicada de sangre, al mismo tiempo que le corría la gota por el pelo y le sudaban las manos. Sabía que no sería fácil empuñar el hacha para cercenar su cuello. La hoja platinada del arma improvisada refulgió a la luz de la luna menguante, un arma cuyo filo destilaba escarlata. La bestia había muerto. La cabeza rodó por el suelo en cuanto el hacha rompió piel, músculos, huesos y ligamentos. Una labor limpia, casi, si no hubiera sido por la inexperiencia del verdugo. Nada mal, para ser la primera vez, pero había esperado algo mejor luego de haberlo estudiado tanto. De nada habían servido los años descabezando merluzas. O quizás era ese sentimiento de soledad que oprimía su pecho… De veras lamentaba que todo hubiese terminado de tal manera. El animal había sido su compañero los últimos veinticinco años. Había dedicado dos décadas y un lustro cediendo su cariño, cuidados y comida. Creía haber domesticado su corazón de bestia salvaje y por momentos creyó haber advertido un atisbo de alma humana en sus ojos de frívolo mirar. Pero todo acababa en cuanto mordía la mano que le daba de comer. Contempló el despojo. El animal no estaba mal alimentado. Era entrado en carnes y la grosura era visible por su abultado torso. Sano, sin ningún defecto. En algo aprovecharía tanto tiempo perdido. Llevó a cuestas el cuerpo al baño, abrió la llave de la tina, dejando que el agua empapase los restos. Corrió a la bodega, regresando con una sierra eléctrica la cual no demoró en conectar a la corriente. Fue cortando miembros, con mayor limpieza respecto a la vez primera. La sangre fluyó hacia el alcantarillado, tiñendo la porcelana de rojo carmesí. Fue echando los trozos a una bolsa de basura. Obtuvo doce pedazos en total. Con dificultad, cargó el saco hacia la cocina, donde dejó sobre la encimera la carne recién rebanada. Encendió la estufa. Había oído de platillos exóticos. La bestia debía de ser pariente de la especie de los reptiles. ¿Un dragón de Komodo tal vez? O el eslabón perdido de los dinosaurios. Por su elocuencia, podría ser un camaleón, o una serpiente, debido a su lengua venenosa. Conocía la extraña costumbre de los pigmeos de comer aquél tipo de carne. No haría nada del otro mundo. Además… estaba en la obligación de preparar algo. No quería que su crimen quedase en las sombras, como pretenden ciertos cobardes, inútilmente. Pronto se haría latente la ausencia del animal. Deseaba ser el ejemplo. Un estandarte. Marcar su huella en la arena del tiempo, o al menos, estar en boca de todos.
Fue sacando los pedazos de carne de la bolsa y lavó nuevamente cada trozo con esmero. Desmembró, cortó, deshuesó, separando músculos de huesos, órganos y vísceras. Limpió los intestinos, dejando el corazón aparte en un bol de loza blanca. Ya tendría algo especial para este. No puso sal. Ya el fuego apresto, pasó el guiso en una bandeja de acero. A tal cantidad de carne, transcurrió la noche cociéndola. Ya había desaparecido la última estrella de la mañana en cuanto hubo dado por término a la faena. Adornó la mesa, como podría haberlo hecho en Navidad. La casa estaba pasosa a un aroma semejante al cerdo, el cual fue en aumento al servir los platos. Ya vendrían los invitados. Se soltó el pelo, delineó el borde de sus párpados y añadió algo de colorete a sus mejillas mustias. Era una ocasión especial y recibiría la fama con sus mejores galas. Perfumó su cuello, y al acabar de enjoyarse con brazaletes y alhajas bañadas en plata, abrió la puerta y salió a la calle con su cartera en mano. Los hombres de verde parduzco la vieron venir. Una dama curcuncha, escuálida y desteñida, sin embargo, finamente arreglada. Cualquiera diría que se trataba de alguna orgullosa esposa de algún aburguesado santiaguino. Pero, ¿qué hacía en Valdivia una mujer de tamaño porte? Para la decepción de los uniformados, hambrientos de sorpresas en una ciudad tan aburrida reconocieron en aquella señora a la vecina que vivía a dos cuadras del cuartel. La puerta automática se abrió en dos, permitiendo la entrada a la mujer. La esperaban llorando y con algún ojo morado, pero se la veía distinta. Llevaba dibujada una sonrisa ansiosa en su rostro marchito. Raro en ella, acostumbraban a recibirla con sus aires de melancolía, hoy lucía más animosa de lo habitual. ─Les traigo algo ─dijo, con voz de ensueño, como de niña pequeña hallada en plena falta─ y será mejor que llamen a la prensa, porque esto se hablará en todo el país. Les rogó a que la siguieran. El teniente despegó su rollizo trasero del asiento y ordenó que lo acompañasen tres subordinados. Ellos obedecieron, curiosos ante las palabras de la mujer, cargadas de misterio. Ella los guió a su casa, abriéndoles la puerta con sincera pleitesía, la acostumbrada que tenía con autoridades semejantes. Un hedor les revolvió las entrañas al entrar por sus fosas nasales. Algo andaba mal. En cuanto vieron la mesa puesta, con la cabeza de la bestia coronando en el centro junto al pan, entendieron todo. Los tres cabos, primerizos, vomitaron en la alfombra, mientras que el teniente, con la boca abierta, era el único sereno, además de la mujer. La miró a los ojos y preguntó si esa era obra suya, lo cual era una mera formalidad, porque estaba claro que sí. Ella asintió, vehemente. Había matado al marido.
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Acorde Fue amor a primera vista. Él se enamoró de ella, en cuanto la vio al atravesar el umbral de la puerta. Ambos eran vírgenes en ese entonces y él sabía que la relación sería difícil por la inexperiencia. Cuando la llevó a su casa los dos no aguantaron y él se lanzó hacia ella desesperado. La despojó de sus prendas, con la premura de quien deshoja una flor. Fue doloroso, ella dejó unos hoscos alaridos ante la torpeza de su tacto. Un gemido metálico, sus cuerdas vocales vibraron quebradizas, emulando el sonido del cristal que se triza. Él acabó cansado, con los dedos rígidos de tanto retozar con su garganta. Transcurrió el tiempo, y las caricias fueron mejorando. Los suspiros de ella iban adquiriendo melodía. Las notas de su voz subían el pentagrama, cuando los dedos de él bajaban por su largo cuello hasta su busto. Él apretaba su cuerpo, sentándola en sus rodillas al mismo tiempo que rozaba su mano derecha su cintura, repasando con las yemas la ruta de una danza mutua. Con ansias ambos esperaban las clases del amor. Ella se derretía al contacto de sus manos, aún cuando el frío entumecía sus cuerpos. Durante el clímax de su música, ella pretendía llegar a la agudeza de sus alaridos. Sabía que a su amado aquello le gustaba y no deseaba privarle de ese placer, aunque este atribuyera la armonía del canto a su propia voluntad. No existían palabras, ninguno decía nada. El procedimiento era hecho en silencio, sin otro sonido que el que provenía de ella. Sin embargo, acabó rota por dentro el día que él la dejó por otra, la tarde en que él la empuñó del cuello, como si la estrangulara. Apoyada en su rodilla, él procedió a violarla, frente a la mirada de su rival, embelesada ante la voz de su amante, quien por primera vez cantaba, secundada por la voz del alma rota que manipulaba. Ella cayó en cuenta de su realidad y se resignó a aceptarla: no era más que un instrumento de espectáculo, poca diferencia había entre ella y las meretrices de la noche, después de todo, ¿qué oportunidad podría tener una guitarra contra una mujer de carne y hueso?.
picardía Picardía Iba pasando por el mercado cuando me encuentro con un viejo amigo, remolcando un carrito, vendiendo cachitos de manjar. Intercambiando avatares me cuenta que hace dos lunas se le atravesaron un par de delincuentes. Dijeron lo de siempre: “¡Suelte lo que lleve!”, repitiendo aquel trillado estribillo, típico de delincuentes primerizos que no saben que el procedimiento se lleva en absoluto silencio. Mas mi amigo no se resignaría a lo inexorable. ─ ¡Hágame lo que quieran, pero no se roben mi carrito! ¡Por lo más sagrado! ¡Viólenme si es necesario, pero mi carrito no se lo llevan! Aún conserva el carrito.
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Vidrio carnoso
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テ]ima errante Alma de cristal Niテアo vacilante Que no come pan Agua quemada Olor a cafテゥ Azテコcar morada Blanco papel
Vidrio c
Guerra
guerra De ma単ana y adoquines Caen hojas de nieve Leche gris y murmullo duro Cristal negro empa単ado Hielo rojo se enreda En mis manos de piedra
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pentagrama
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Pradera de vidrios rotos Descienden cual lluvia susurrante Descarnado grito anguloso La flor del naranjo Azahar penitente a las almas quebradas Muertas por matar
pentagr
penitent penitente
Veo tu ventana empa単ada Color laguna turbulenta Sangre del alma En tus estanques colorados
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El rosario de nenúfares Rinde honores a la humedad del sol Poniente Camanchaca gélida
Soledad
Irrumpe la jornada estival Volcándose la cascada de tinieblas Negruzcas Me contemplas trémulo Mas solo veo tu espalda Salpicada De lunares cafés
soledad
abeja Abeja
Te compadezco
Obrera mañanera Constructora de castillos Hechos de celofán Mueren a la mañana Son efímeros Vas vestida de oro Comes ámbar líquido El cual robamos Con descaro
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405
Aleph
“…uno deja de disfrutar cada historia expuesta en los textos: ficción, fábulas, poesía, relatos, etc. El libro muestra diversos componentes relacionados a la visión de sus propios autores, que desde su poca o mucha experiencia, construyen con el lenguaje propio los textos, ya sean descripciones o metáforas…” -Marc Valenz-
ALEPH 405 “Taller Verano en letras. 2015 “ Libro formato digital Patrocinado por Club logos, co. Producido por Marc Valenz y Editorial Quantum Valdivia, Chile, mayo 2015. Información y contacto: editorialquantum@gmail.com