Revista Alégrate nº 202

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Institutos
consagrada
paulinos de vida secular
NÚMERO 202 | ENE-MAR 2023

Personificación del Espíritu 13

Donec Formetur:

Dinamismo de la mística paulina16

Páginas marianas:

Virgen de la Anunciación 19

Compartir la Palabra:

Evangelio del Año Nuevo 20

Familia Paulina:

Importancia de la vista 22

Testimonio:

Maite Ballesteros, ISF 24

Calendario propio de la FP 26 Calendario 27

Intenciones del mes de la Conferencia Episcopal Española

Por la Iglesia, para que de palabra y de obra siga realizando su misión evangelizadora y contribuya a la paz del mundo y al reconocimiento de la dignidad de todos los hombres y mujeres.

Por los pobres, los marginados, los migrantes, los desplazados por las guerras y conflictos, los que pasan hambre o cualquier otro tipo de necesidad, para que no seamos indiferentes ante su sufrimiento y puedan encontrar siempre en la Iglesia una mirada compasiva y una mano tendida.

MarzoJulio

Para que el testimonio de los sacerdotes ayude a que broten nuevas vocaciones al sacerdocio y los jóvenes respondan a la llamada de Dios.

2 Alégrate Editorial: "Año nuevo, vida nueva" 3 Catequesis Paulina: ¡Dios me ama! 4 Instituto Virgen de la Anunciación: La humildad 6
Santa Familia:
del amor de Dios 8
San Gabriel:
vivir
Instituto
Apóstoles
Instituto
Hacer
en nosotros a Jesús 10
Instituto Jesús Sacerdote:
EneroJulio
Sumario
Julio Febrero

Año nuevo, vida nueva El

pasado 31 de diciembre hemos cerrado un importante capítulo de nuestras vidas: el correspondiente al año 2022. Quienes más, quienes menos, los que por razón de la edad ya estamos en grado de emitir un juicio, habremos hecho alguna reflexión y habremos llegado a alguna conclusión. Si el balance general ha sido positivo, habremos encontrado sobrados motivos para dar gracias a Dios por haber estado a nuestro lado, sosteniéndonos en el camino. Y si, por el contrario, hemos tenido que constar más bien el predominio de aspectos negativos y oscuros en nuestras vidas, habremos entonado el correspondiente “mea culpa” con el necesario propósito de enmienda.

Y como, terminado un año, otro empieza de inmediato -sin posible pausa intermedia-, desde el pasado 1 de enero estamos ya recorriendo el Año Nuevo 2023. ¿Cómo queremos vivirlo? ¿Qué calificación global quisiéramos darle en el necesario examen de conciencia del próximo 31 de diciembre, si el Señor nos permite alcanzarlo? Sin duda que todos aspiramos a conseguir nuevas metas, a alcanzar objetivos más altos que los logrados en el año terminado.

Ánimo, pues, y adelante. Pero eso sí, haciendo nuestro el refrán popular que reza: “año nuevo, vida nueva”. Como es bien sabido, esta sabia sentencia expresa la idea de que, si el año pasado no estuvo a la altura de nuestras expectativas, o que no fue tan bueno como hubiéramos querido, es necesario que cambien las cosas si verdaderamente queremos conseguir mejores frutos. Lo podremos conseguir más fácilmente si hacemos nuestras las siguientes palabras de la venerable Madre Tecla: “Todos los minutos, las horas, los días, los meses de este año quiero que sean de Dios, solo de Dios”.

3 Editorial
Alégrate
P. Antonio Maroño, SSP

!Dios me ama!

Ya hemos estrenado un Nuevo Año. Ante nosotros la nueva hoja -blanca y nueva-, para escribir un periodo más de nuestra vida. Podemos escribirlo desde la confianza, el amor, la ilusión; o por el contrario dejar que se nos vaya llenando con los borrones de la desconfianza, el desencanto y el yo imperante sobre el tú solidario y generoso

En la primera hoja del nuevo año ya hemos encontrado escritas las primeras palabras:

¡DIOS ME AMA!

Es una oportunidad para gritar, en medio de nuestro mundo, la feliz noticia; incluso convertirla en el mejor saludo del Nuevo

Año: ¡Dios me ama! ¡Dios te ama! Siendo así, podemos decir: ¡Feliz

Año Nuevo!

Decidlo a todos, y despertad las esperanzas que duermen en

lo hondo de los corazones. Hay que correr y anunciarlo: ¡¡Somos amados por Dios!!. Esta es la noticia que nos ha traido la Navidad. Y, ¡menuda noticia! Esa es la Buena Nueva: ¡os anuncio que sois amados por Dios; que Dios se ha hecho hermano nuestro, que ha traido la paz entre el cielo y la tierra! (cf Lc. 2,24).

En Jesús se ha encarnado la ternura, el amor y la amistad de Dios. Este anuncio está dirigido a nosotros, en este momento concreto de la historia, en este año 2023. Y ello, a pesar

4 Alégrate
Catequesis Paulina

de las crisis, de los problemas, de las imcertidumbres. El amor de Dios viene a nuestro encuentro y nos envuelve en un abrazo. Esta es la realidad más profunda de nuestro ser: vivimos inmersos en la amistad de Dios.

Al revelar su amor, Dios revela también, al mismo tiempo, su humildad. Él es: el que busca al hombre; Él es: el que cede y perdona, el que siempre está dispuesto a empezar.

Ceder...perdonar...comenzar... Palabras que tanto nos cuesta llevar a la práctica. Se nos perdona una deuda millonaria: la de nuestros pecados; y ¿somos incapaces de transigir ante la deuda minúscula del hermano, del amigo, del familiar, del vecino?

El amor de Dios es pura gratuidad: al amarnos no busca su propio interés, sino nuestro bien y nuestra dicha. Ni siquiera busca su gloria o, mejor dicho: si busca su gloria, pero esa gloria no es otra cosa que la de amar al hombre gratuitamente. “La gloria de Dios –escribe San Ireneoconsiste en que el hombre viva”.

Celebrar cada año la Navidad es concienciarse de que Dios vino, viene y vendrá; de que está en medio de nosotros; pero, con

frecuencia, nuestros ojos no lo ven, no lo reconocen.

Dios nos ha amado primero, ahora el amor ya no es sólo un “mandamiento”, sino la respuesta al don del Amor, con el cual Dios viene a nuestro encuentro.

Esta irrupción de Dios en lo humano es para cada uno fuente inagotable de esperanza que reaviva la fe. Porque la fe, no es creer verdades, sino creerme y saberme amado por Dios. Lo que tanto deseamos: ser amados, ya ha comenzado a cumplirse, y se llama Jesús, Dios con nosotros: “el amor de Dios se ha derramado en nuestros corazones” (Rm. 5,5).

Pero ese amor será auténtico cuando nos ocupemos y preocupemos por el otro. Un amor así, ya no se busca a sí mismo, sino que ansía el bien del Amado: la vida se convierte en renuncia, se está dispuesto al sacrificio, más aún, se busca el sacrificar lo propio por el hermano que no tiene ni lo necesario: ¡ser amado!

Tenemos un desafío: ofrecer voces nuevas y acciones nuevas, de anunciar y proclamar, a tiempo y a destiempo, que nos dirá san Pablo.

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Maite Ballesteros, isF

La humildad

En este mundo tenemos demasiadas batallas de unos contra otros: guerras, dictaduras, hasta en las propias “democracias”, en la economía, en el poder mundial, en todos los ámbitos queriendo cada grupo de personas imponer sus reglas.

Pero la batalla más importante con la que lidiamos en toda nuestra vida está en nuestro propio interior: ¿Quién soy yo?

¿A dónde me encamino? ¿Qué uso hago de mi propia libertad? A quien sigo yo: ¿a mis intereses? ¿a los de los demás? ¿a los de Dios?

La vida se nos hace cuesta arriba y la mayoría de las veces o no depende de nosotros o no hemos sabido gestionarlo. Pero, no por eso, nuestra vida pierde sentido. Todo lo que nos acontece es una llamada a enderezar nuestro camino y

aprender desde la humildad, que somos personas limitadas y que, por nosotros mismos, con toda nuestra valentía y buenos propósitos, caemos en contradicciones que muchas veces nos hacen perder la estabilidad personal que creíamos poseer.

El mundo está preparado para los éxitos, para subir nuestro ego a costa de lo que sea, pero no está preparado para los fracasos y esos abundan en la vida de cada uno, porque nuestros ideales están, casi siempre, por encima incluso de nosotros mismos. De aquí

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que haya tanto suicidio, sobre todo, tristemente, en los niños y jóvenes (enseñamos muchas cosas en las escuelas, menos aprender a vivir).

El problema es que pensamos que, por nosotros mismos, con nuestra voluntad, podemos conseguir cualquier desafío y en la primera de cambio nos damos cuenta de que no es verdad, de que dependemos los unos de los otros, aunque a veces, los seres humanos, no somos capaces de llegar al corazón de las personas y éstas se sienten solas irremediablemente. De aquí que nos planteemos: ¿en quién nos apoyamos en nuestra vida? ¿Quién tiene la fuerza y la paciencia para coger con cariño nuestros despojos y hacerlos renacer de nuevo?

¿Cuál es el camino?

La fe y la humildad. La fe en un Dios que nos ama y se ha hecho criatura en nuestro mundo, para enseñarnos desde él, desde nuestra propia experiencia, cómo podemos caminar: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida” (Jn 14,6). Y la humildad de ponernos en las manos de Dios, con todo lo que somos y llevamos consigo: con nuestras debilidades, derrotas, sueños, ideales…

“… También entre las almas piadosas hay mucha soberbia. El amor propio se nutre de cualquier cosa, es como la cizaña, que nace por donde quiera y basta que haya un poco de tierra, aunque no sea muy buena, ella tiene vida y crece. ¿Y en cambio, cómo nacen los lirios? ¿Cómo nacen los grandes santos en la Iglesia? ¿Los humildes? A la humildad la sigue siempre la fe y la siguen las virtudes, los dones de Dios, los dones del Espíritu Santo y por tanto la perfección.

«Ecce ancilla Domini, fiat mihi secundum verbun tuum» [he aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra] ¡Si así dijo María, cómo hay quien incluso desdeña a sus hermanas, a sus compañeras! Pero hay misterios de miseria en nosotros que se consideran como misterios superficialmente, pero que, en el fondo, tienen una causa común: la soberbia. Ella vuelve difícil la vida, mientras la humildad vuelve a la vida gozosa, alegre, rica de méritos […] (MCS, p. 430).

Pedir la gracia de la humildad, que quiere decir verdad”.

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Dolores Andréu, isva

Apóstoles del amor de Dios

Los miembros del Instituto Santa Familia, en cuanto personas consagradas, están llamados a ser apóstoles del amor de Dios para con otras familias

Muchaspersonas de hoy, por una parte, rechazan todo lo que se refiere a la vida cristiana, porque quieren vivir como les place, sin ninguna forma de restricción moral. Y, por otra parte, en sus corazones, sienten una profunda nostalgia de Dios. ¿Por qué? Porque Dios es la fuente de su existir. Están inquietos sus corazones cuando no encuentran descanso en sus vidas con Dios. Y para encontrar su descanso, estas personas de hoy sienten la necesidad de encontrar en la

propia vida verdaderos testigos, personas enamoradas de Dios y preocupadas por la salvación de los hombres de hoy.

El beato Santiago Alberione ha intuido que los laicos pueden tender a la santidad viviendo en el mundo. A diferencia de los religiosos, no se distinguen de los demás en su estilo de vida y de trabajo. Son como los demás. Y por esto, en cuanto personas consagradas, los miembros del Instituto Santa Familia están llamados a ser apóstoles del amor de Dios para con otras familias.

Este compromiso es muy importante en nuestro tiempo, porque la familia de hoy, a causa de la pérdida de fe, se está alejando de Dios y vive como

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si Dios no existiese. Una de las señales de este estilo de vida es la pérdida de la oración en familia y, por consiguiente, es la pérdida de la santidad de los esposos y de las familias. ¿Y cómo podrían ser los miembros del Instituto, en nuestro tiempo, apóstoles de otras familias? Pienso que la respuesta no es muy complicada. Antes de nada, mostrando a las demás familias que también ellas son objeto del amor de Dios.

El P. Gabriel Amorth, uno de los Paulinos más conocidos del mundo y el exorcista más famoso, solía decir que Dios nos ama inmensamente . Y nosotros, en cuanto cristianos, comenzando el nuevo día, debemos recordar siempre esta verdad fundamental. Diciendo esto, quisiera afirmar que el hombre de hoy, a pesar de todo, sigue siendo sensible a esta verdad y ninguna otra verdad de nuestra fe lo puede convencer más. Solo el amor está en grado de “hablar al corazón humano” con la fuerza de la persuasión. La convicción de ser amado gratuitamente por Dios hace milagros en los corazones de los hombres y está en grado de “convertir” los corazones más duros. La historia de la Iglesia está llena de convertidos, de santos que los hombres querían

borrar de la historia. Él es amor. Y no deja de amar hasta el último instante a los que lo odian.

Estando convencidos de esto, los miembros del Instituto, en primer lugar, deben dejarse transformar por el amor de Dios. ¿Qué testigos podrían ser para demás, si ellos, en primer lugar, no han experimentado la dulzura de estar con Dios?

El P. Alberione nos indica, en primer lugar, que el lugar privilegiado para la familia es siempre el tabernáculo, fuente de la que hemos nacido. Jesús, realmente presente en el sagrario, es la fuente de luz y de gracia. Es la fuerza para ser apóstoles.

Además de la visita, el P. Alberione se refiere también a la Misa cotidiana, cuando nos nutrimos de Jesús, recibiéndolo en el corazón. Y finalmente, el Fundador, también nos recomienda la lectura espiritual y la meditación de la Palabra de Dios. Según él, “si alguien lee al menos algún versículo cada día, adquirirá el espíritu de juzgar de manera más sobrenatural las cosas humanas”.

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S�awomir Szurkowski, ssp

Nuestra espiritualidad /1

Hacer vivir en nosotros

a Jesús Maestro, Camino, Verdad y Vida

Nuestro beato Fundador afirma que: «El llamado a la vida religiosa es quien mejor desarrolla su personalidad humana, haciéndolo de modo excelente, tanto en el aspecto humano, como en el sobrenatural; este último mantiene al primero en el recto camino» (RSP, p. 556).

1. Sin embargo, para no reducir la vida consagrada a oraciones y prácticas exteriores, es necesario un compromiso interior bien definido, programado con diligencia, y revisado mes a mes. Para este fin, son válidos los propósitos y los planes de trabajo espiritual elaborados durante los Ejercicios anuales, bajo la guía del Delegado Provincial, verificados y renovados con diligencia en

los varios encuentros periódicos programados por nuestro Instituto. A estos encuentros formativos los miembros están siempre obligados a participar, con regularidad y afecto, no por razón del sencillo deber, sino para su propio provecho y el de los hermanos, con la finalidad de conseguir cada vez mayor adhesión a la específica espiritualidad paulina, objeto de la formación desarrollada por el

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Delegado, encaminada al culto al Divino Maestro, Reina de los Apóstoles, San Pablo.

2. La espiritualidad del Instituto, como la de la Familia Paulina, consiste, en efecto, en orientar completamente la vida hacia « Jesús Maestro, Camino, Verdad, Vida como está presentado en los escritos y en la vida de san Pablo» (UPS 114, 187). Tal espíritu se condensa en la frase del Apóstol: « Vivo yo, pero no soy yo quien vive, es Cristo quien vive en mí ». Para nosotros, Gabrielinos, esta expresión significa hacer vivir a Cristo en una vida eclesial y social totalmente centrada en Él, para participar, finalmente, de aquel «tesoro de gloria que da en herencia a los santos» (Ef 1,18).

3. Tal compromiso se expresa en vistas de la gradual y radical transformación de nuestra mente y de nuestra existencia en la de Jesús. El cual está, efectivamente, en grado de sustituir su vida divina por nuestra vida pecadora y humana, su amor a Dios y al prójimo por nuestro amor egoísta, su mente iluminada por la gracia por la nuestra oscurecida por el pecado.

4. Nos proponemos, por lo tanto, encarnar a Cristo y su doctrina en la integralidad de mente, voluntad y corazón, llevando una vida modesta, retirada, dedicada a la oración, al estudio personal y al trabajo, aun participando en las iniciativas eclesiales promovidas en las comunidades en las que estamos inseridos, respondiendo con toda la inteligencia del corazón de la « universal vocación a la santidad en la Iglesia» (LG cap. V). Compartimos, en efecto, por vocación, la realidad y problemática cotidiana de todas las personas, pero con una disposición interior diversa, esencialmente centrada en Cristo y en la Iglesia. La persona consagrada, en efecto, está «toda ella volcada en Dios», habiéndose donado al propio Instituto, también por la redención del

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mundo. De aquí, la necesidad de mantenerse incontaminados del espíritu de mundanidad, aunque viviendo y operando en una sociedad afligida por dificultades de todo tipo, para remediar su alejamiento de Dios y de sus leyes de santificación. En efecto, como afirma el Fundador: « nuestra vida se desarrolla de manera muy notable en la sociedad; y es en la sociedad donde se debe ejercer el apostolado y santificar las relaciones» (Alma y cuerpo para el Evangelio, p. 138).

5. La regla de vida (oración, trabajo, vida de sociedad abierta a todos) es un precioso instrumento para el crecimiento en la vida espiritual. Cada cual puede progresar si hace cuidadosa y sincera referencia a la regla y a su programa de trabajo elaborado en el curso de los Ejercicios Espirituales. En la medida en que logre vivir cada vez en más consonancia con el “espíritu paulino”, como fruto de un método de trabajo y de una buena disciplina, se expresa, de hecho, el grado de madurez humana y cristiana alcanzada. El compromiso de mejorarse a sí mismos, actuando día a día los propósitos hechos durante los días del Retiro anual, es un acto de fe penetrante,

toda ella iluminada por la esperanza cristiana. « Ninguna corrección resulta agradable, en el momento, sino que duele, pero luego produce fruto apetecible de justicia a los ejercitados en ella » (Heb 12,11). La revisión de los contenidos libremente asumidos, para sustituir la mente de Cristo por la nuestra se desarrolla en el conocimiento de la preciosidad de la vocación paulina y gabrielina recibida, mediante la asunción de los votos religiosos. En efecto, los Consejos Evangélicos son los quicios fundamentales sobre los que se expresa nuestro absoluto ordenamiento a Cristo, para hacerlo crecer, día a día, en nosotros y en el prójimo que nos rodea. (Seguirá).

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Giancarlo Infante, isga (Italia), De "Io sono con voi", sept/oct 2019, pp. 18-21

El sacerdote, personificación del Espíritu

Jesús ha dado testimonio de hombre de oración. Nos ha enseñado a orar y nos ha mandado que orásemos para no desfallecer en su seguimiento. Todo discípulo de Cristo debe esforzarse a orar. Con mucha más razón, el sacerdote debe ser un hombre orante.

En su consagración sacerdotal recibe el mismo Espíritu de Cristo, que lo configuró más profundamente a Él, reviviendo en su vida la dimensión orante del Maestro, como se puede ver de forma palpable en los apóstoles Pedro y Pablo, hombres orantes por excelencia.

El sacerdote debe ser hombre de profunda oración para que el Espíritu de Dios vaya configurando en él a Cristo el verdadero pastor, el verdadero esposo que se entrega olvidándose de sí para santificar a la Iglesia por los Sacramentos y la Palabra.

El don del Espíritu, que el sacerdote recibió en su consagración, ha de ser revitalizado

en su oración personal. Para fomentar y “volver a encender” el don del Espíritu que constituye la identidad y la función del sacerdote, éste debe disponerse a recibir en la oración personal aquello mismo que habrá de transmitir a los demás en la oración pública. Sólo cuando él mismo ha bebido en las profundidades del Espíritu a través de su oración personal podrá esperar que su presencia se manifieste y engendre al Espíritu en su oración litúrgica.

Es propio del sacerdote el ministerio de la oración delante de Dios por su pueblo, a imitación de Jesús, que reza por los apóstoles y del apóstol Pablo que reza por sus comunidades. En efecto, él

Alégrate 13 Instituto Jesús sacerdote

también en su oración, debe llevar consigo a toda la Iglesia rezando en manera especial por el pueblo que le ha sido confiado. Imitando a Jesús en la elección de sus Apóstoles también él someterá al Padre todas sus iniciativas pastorales y le presentará, mediante Cristo en el Espíritu sus expectativas y sus esperanzas. Y el Dios de la esperanza lo colmará de gozo y paz, para que abunde en la esperanza por la fuerza del Espíritu Santo.

Es importante orar de forma particular cuando se vivan momentos importantes en favor de su comunidad, sobre todo, cuando la urgencia de las cuestiones golpea a la puerta del corazón y la preocupación del pastor invoca la pausa de la piedad y la escucha del Espíritu en la serenidad interior. Esta debe tener muy en cuenta el misterio de la presencia de Cristo en el que también se encuentra implicado profundamente él mismo. Cuando tiende su mirada por encima del altar contempla una comunidad que es sacramento de la presencia de Cristo. Él mismo es una sola cosa con esta comunidad en el cuerpo de Cristo, en el pueblo de Dios, en la posesión del Espíritu. Él mismo es todavía

más sacramento de la presencia de Cristo para esta comunidad, pues en virtud de la ordenación tiene una responsabilidad especial: dar testimonio de Cristo, el Buen Pastor que ha dado su vida por su rebaño. El sacerdote es un “alter Christus”, y además es un “alter Spiritus”, es la “personificación sacramental” del Espíritu Santo.

Hay una gran semejanza entre la misión y la función del Espíritu Santo en cuanto a edificar la nueva creación de la familia humana y la función del sacerdote en medio de ella. Lo mismo que el Espíritu transmite a los hombres los dones de Dios, también el sacerdote engendra la Palabra cuando comunica a los hombres los divinos misterios de la salvación. Lo hace así revelando la primacía del amor en su disponibilidad para con todos los hombres, en todas sus necesidades y preocupaciones. De modo semejante personifica también al Espíritu cuando consuela, anima, orienta y conforta; cuando convence al mundo del pecado; cuando enseña e inculca a los demás la visión cristiana de la existencia humana.

La oración del sacerdote debe ser, a la vez, una ayuda

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y un reto lanzado a la vida espiritual de la comunidad. Su manera de orar debe demostrar que realmente está orando, no simplemente ejecutando unas rúbricas y recitando las palabras prescritas. Debe llevar a la asamblea el sentimiento y la convicción de una autenticidad externa y tangiblemente perceptible. Pero, más que nada, su estilo de presidir debe ser un estímulo que inspire a los fieles, en virtud del carisma de presidente espiritual, una auténtica oración.

Únicamente un hombre que sea la personificación sacramental del Espíritu, tanto en su dinamismo interior como en su función pública, puede llevar a cabo la tarea de transformar la comunidad cristiana en hijos del Padre y en Cuerpo de Cristo. El sacerdote debe manifestar y engendrar este Espíritu, pues sólo el Espíritu realiza el auténtico culto cristiano y la oración de la familia humana.

El sacerdote debe ser un maestro de oración, transparencia y revelación del rostro de Dios para sus fieles. Hacen falta sacerdotes santos, hombres de oración y caridad. El sacerdote debe ser hombre

de oración y de contemplación, de profunda vida interior, bien anclado y familiarizado con las cosas y la “sabiduría” de Dios, dispuesto hasta la entrega total y martirial por amor a Dios y a su pueblo, consciente de que en el camino cristiano transita siempre la Cruz, unido en comunión con Jesucristo y con la Trinidad Santísima.

Esta vida de oración debe estar estrechamente vinculada con el amor al prójimo. Ya que sin amor al prójimo no se puede progresar en la vida espiritual. La oración es fuente de amor al prójimo y el ejercicio de amor al prójimo es fuente de progreso en la vida de oración. Oración y amor se interrelacionan.

Alégrate 15
Antonio Díaz Tortojada, ijs

De Pablo, Alberione recibe luz. Ya en el texto de Abundantes Divitiae gratiae suae (AD) nos decía que se sintió atraído por la personalidad del Apóstol tal como aparece en la Carta a los Romanos, y concluía que todo apóstol y todo apostolado podían recibir de él . Y también aquí, en el Donec Formetur, retorna a la grandeza y profundidad doctrinal de Pablo y toma del Apóstol todo lo que considera que debe ser la síntesis vital para él y para nosotros (cf pp. 63.64).

En este texto, el P. Alberione comienza afirmando que san Pablo “fue el más completo y fiel intérprete del Divino Maestro”.

Como conclusión de la segunda parte, la etapa del Hijo, el Fundador, siempre a la búsqueda de la esencialidad, a base de visiones globales y sintéticas, fija su atención en el apóstol Pablo.

Aunque si el Apóstol nunca define a Jesús como ‘Divino Maestro’, ¡es cierto que la Familia Paulina está llamada a conocer y a vivir a Jesucristo exactamente como lo ha comprendido y vivido el apóstol Pablo!

De aquí, la necesidad absoluta, para todos los miembros de la Familia Paulina, de alcanzar un bueno, y hasta óptimo conocimiento de san Pablo, a través de su vida y, sobre todo, de sus Cartas.

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Los nueve dinamismos de la mística paulina

El Fundador continúa afirmando que la mirada de san Pablo “penetró la profundidad de la caída original; en ella vio al hombre convertido en carne; el pecado que impone su ley a sus miembros y hace que produzcan frutos de muerte; la voluntad débil casi siempre para liberarse de la esclavitud y totalmente impotente para llegar a la justicia, es elevada a la altura divina”. Aquí tenemos una preciosa síntesis de todo lo que afirma san Pablo en la Carta a los Romanos.

Pero para el padre Alberione, Pablo es, sobre todo, el que, con la profundidad de su enseñanza y de su experiencia mística, nos acompaña en nuestro itinerario y nos guía hasta alcanzar su mismo grado de vida mística. Todo ello se realiza por medio de la fe, “fe descrita por san Pablo en la Carta a los Romanos como dotada de poder sobrenatural La fe, operando por medio de la caridad, nos une a Jesucristo en quien se ha encarnado la santidad, la vida divina. Y aún hace más: crea en nosotros el nuevo ser, animado por el espíritu de Jesucristo.

Por lo tanto, según el padre Alberione, si nos unimos, si nos abandonamos en Jesucristo

en esta vida, “podremos hacer y hacemos lo que Él ha hecho: nosotros morimos en Él a la carne y al pecado, para renacer a la vida espiritual”.

Y he aquí el vértice al que el Espíritu ha llevado a san Pablo y al que nos quiere llevar a cada uno de nosotros: hasta el punto de que el Cristo solo vive, piensa, opera, ama, quiere, reza, sufre, muere y resucita en nosotros. Son los nueve dinamismos de la mística paulina. Prestar atención al adjetivo solo: si en nosotros vive el Cristo “solo”, ¿cuál es nuestra suerte? El padre Alberione no tiene dudas: como afirma en otro contexto, es necesario “que desaparezcamos. Sí. Y que viva todo y solo y siempre Él, porque este es el misterio de Cristo: ¡ser la cabeza, nosotros los miembros”!

Todo el itinerario de conformación con el Maestro Camino Verdad y Vida está pensado y propuesto por el Fundador exactamente como un gradual recorrido que lleva a la mística paulina, siguiendo las huellas de san Pablo. Es el corazón de la espiritualidad paulina.

Alégrate 17
Don Guido Gandolfo, ssp segunda el búsqueda de su Pablo.

Páginas marianas

Nuestra Señora de la Anunciación

El25demarzo,esteañocasialfinaldelacuaresma,celebraremoslasolemnidad deNuestraSeñoradelaAnunciación,fiestatitulardelInstitutoPaulinodeVida SecularconsagradaNuestraSeñoradelaAnunciación

ElPrimer Maestro, nuestro Fundador, se refiere a la fiesta de Nuestra Señora de la Anunciación definiéndola como “la jornada más bella de la humanidad, que también debe ser hermosa para nosotros. La jornada más útil para la humanidad, cuando el Hijo de Dios se hizo hombre, asumiendo la naturaleza humana”.

En la realización del designio divino sobre la salvación de la humanidad se da la libre colaboración de la persona

humana. María, creyendo en la palabra del Señor, coopera en el cumplimiento de la maternidad anunciada.

Los Padres de la Iglesia subrayan a menudo el aspecto de la concepción virginal de Jesús. Sobre todo, san Agustín, comentando el evangelio de la Anunciación, afirma: «El ángel anuncia, la Virgen escucha, cree y concibe». Y añade: «Cree la Virgen en el Cristo que se le anuncia, y la fe le trae a su seno;

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desciende la fe a su corazón virginal antes que a sus entrañas la fecundidad maternal».

El acto de fe de María nos recuerda la fe de Abraham, que “al comienzo de la antigua alianza creyó en Dios, y se convirtió así en padre de una descendencia numerosa”. Así también María, al comienzo de la nueva alianza, con su fe, ejerce un influjo decisivo en la realización del misterio de la Encarnación, inicio y síntesis de toda la misión redentora de Jesús.

La estrecha relación entre fe y salvación, que Jesús puso de relieve durante su vida pública, nos ayuda a comprender también el papel fundamental que la fe de María ha desempeñado, y sigue desempeñando, en la salvación del género humano.

Nuestra más fraterna y cordial felicitación a nuestras hermanas las Anunciatinas.

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Redacción

Compartir la palabra

El evangelio en el nuevo año

La Palabra de Dios es verdaderamente alimento, pero no siempre es fácil que sea así. Para que sea alimento debe tocar, como si dijésemos, las fibras más sensibles de nuestro ser y conducirnos a la realidad donde descubrimos a Dios como Padre que nos ama.

Estesentimiento, en fe y real, nos da la vida. De ahí que digamos que la Palabra es pan de vida. Es preciso llegar a sentirse amado, renovado, restaurado por Dios para que esa Palabra se haya convertido en Pan de vida. Si no es así, será simplemente una lectura bella, pero lejos de ser ese Pan de vida que anhelamos. Lo principal de todo es tener presente que se trata de un encuentro basado en una lectura, pero encuentro con Jesús Resucitado, el Cristo de la fe, tan real como el Cristo histórico. Es el que podríamos tener con una persona a la que amamos. La Palabra es el medio, así como las ondas lo son para el teléfono.

Al principio, cuando descubrimos el Evangelio como algo nuevo y gozoso en nuestras vidas, la Palabra se nos muestra

con mucha facilidad como el Pan de vida, tan cercana, tan evidente, que, sin esfuerzo, al ir leyendo, surgen aldabonazos o algo parecido en nuestras almas. ¡Cuántas veces una Palabra, en su contexto, nos ha cambiado, nos ha dicho tanto…!: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”; “Y Jesús habló”; “La verdad os hará libres” … La lista sería interminable.

Ocurre que cuando hemos leído muchas veces el mismo texto evangélico, ya no nos impresiona como la primera vez; y nos quedamos simplemente con la parte moral de la enseñanza. Esto es muy bueno, pero a veces nos puede cansar debido a la repetición de los textos. Lo que me han enseñado otros hermanos en la fe es lo que deseo compartir ahora para os resulte fácil, agradable y os conduzca a encontraros con

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Alégrate

ella rompiendo esa sensación de pensar: “esto ya lo conozco, no me dice nada nuevo”.

¡Hay tantos detalles a tener en cuenta para que se produzca un verdadero encuentro! He aquí sólo algunos:

-En primer lugar, es el amor a Jesús y deseo de encontrarnos con Él. Ese encuentro siempre será distinto. Pedirle a María nos acompañe en esta búsqueda.

-Elegir un sitio tranquilo, alejados de ruidos.

-Pedir al Espíritu Santo su asistencia, a Él que inspiró a los autores sagrados. Pedirle que nos revele lo que les quiso decir.

-Elegir un texto corto, una frase o una palabra; el mismo Espíritu hará que nos fijemos en ella.

Creo que esto es muy sencillo. Todo se reduce a leer, a salir al encuentro del Señor con el texto leído y esperar a que la Palabra se revele por sí misma y haga que nos sentamos amados, renovados, restaurados por Dios. Es entonces cuando se ha convertido en pan de vida. Hay que saber esperar. Es el tiempo que Dios necesita para que profundicemos en la fe. Como a la cananea

del Evangelio, Jesús suele mostrarse muy receloso en conceder sus dones. Pidamos, entonces, de nuevo, ayuda al Espíritu Santo, don en sus dones espléndido. Os aseguro que siempre, si perseveráis, encontraréis ese pan de vida, esas maravillas de la Palabra de Dios, normalmente ocultas y siempre diferentes.

En este Año Nuevo, acerquémonos al Evangelio por medio de su Palabra, como los pequeñuelos que se acercaban a Jesús atraídos por Él mismo, por su acogida. Estar con Él pidiéndole nos enseñe el sentido del texto con el que nos hemos ido a encontrar. No cansarnos. No irnos de su lado sin que nos lo haya descubierto. No nos vayamos sólo con la parte moral de su enseñanza. Esto no es suficiente. Hay que irse con el sentimiento de sentirse amados de Dios, que es lo que transforma la vida. Pedírselo, ésta es la clave. Los proyectos y propósitos no sirven para nada si no nos hemos encontrado antes con Jesucristo vivo hoy. Ahí está la novedad de lo que quiero transmitir.

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Mari Muñoz, isva
¡Feliz
Año Nuevo!

importancia de la visita Eucarística

El beato Alberione presenta la visita, a la que se refiere por extenso en varios de sus escritos, como el momento de oración diaria que más orienta e influye en toda la vida y en todo el apostolado del paulino, de la paulina

santísima Eucaristía -escribe en UPS- es el primer sacramento. No sólo simboliza y produce la gracia, por ejemplo, el agua en el bautismo, sino que contiene al autor de la gracia, Jesucristo, en cuerpo, sangre, alma y divinidad.

Él renueva en la misa el sacrificio de la cruz, de la que, como de su fuente, procede la gracia.

Él se convierte en pan, alimento verdadero del alma, con sus frutos: gracia, gozo, vigor, transformación de nuestra vida en la vida de Cristo: “vivit in me Christus”, “Es Cristo quien vive en mí” (Gál 2,20).

Además, no es sacramento de un momento, como la absolución, sino que permanece en el santo tabernáculo: “vobiscum sum”, “Yo estoy con vosotros”; habita como

primer ciudadano en las aldeas y en las ciudades.

A tanto amor de Jesús habrá que corresponder con la asistencia a misa, con la comunión y con la visita a Jesús-Hostia en nuestras iglesias.

La vida paulina nació del sagrario; así deberá vivirse; así terminarse con el santo viático. Todo del sagrario, nada sin el sagrario.

Qué es la visita

En el Evangelio de san Juan (1,35) se lee: “Juan (el Bautista) estaba todavía allí con sus discípulos; vio a Jesús, que pasaba, y dijo: “Éste es el cordero de Dios”. Los discípulos lo oyeron y se fueron con Jesús. Jesús se volvió y, al verlos, les dijo: “¿Qué buscáis?”. Ellos le dijeron: “Rabí (que significa maestro), ¿dónde vives?”. Él les dijo: “Venid y veréis”. Fueron, vieron dónde vivía y permanecieron con él aquel día”. Los dos se hicieron discípulos y apóstoles de Jesús. Uno de ellos era Juan evangelista, y el otro (Andrés) lo primero que hizo fue acercar a su hermano Pedro a Jesús.

Tenemos aquí la primera visita a Jesús, que comenzaba su vida pública, visita de un día. Y los transformó. Fue el primer modelo de visita. Vemos los

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paulina
Alégrate familia
La

preciosos frutos que la visita a Jesús produce en un alma.

De igual manera el aspirante, el paulino, el apóstol, el discípulo y el sacerdote encontrarán en buenas visitas luz, consuelo, gracia, gozo, perseverancia y santidad [...]

Se va a Jesús como mediador entre Dios y el hombre; y como sacerdote del Padre; como víctima de expiación; como el mesías venido; como verbo de Dios; como buen pastor; como camino, verdad y vida; como sacerdote del mundo [...].

Pero, ¿ qué es la visita ? Es un encuentro del alma y de todo nuestro ser con Jesús.

- Es la criatura que se encuentra con el Creador.

- Es el discípulo junto al Maestro divino.

- Es el pobre que recurre al rico.

- Es el sediento que bebe en la fuente.

- Es el débil que se encuentra al Omnipotente.

- Es el tentado que busca Refugio seguro.

- Es el cielo que busca la Luz.

- Es el amigo que se dirige al Amigo verdadero.

- Es la oveja descarriada buscada por el Pastor divino.

- Es el corazón desorientado que encuentra el Camino.

- Es el ignorante que encuentra la Sabiduría.

- Es la esposa que encuentra al Esposo de su alma.

- Es la nada que encuentra el Todo.

- Es el afligido que encuentra al Consolador […].

Importancia de la visita

Está ordenada por las Constituciones y el Derecho canónico.

Contiene tres prácticas obligatorias: lectura espiritual, examen de conciencia y santo rosario. Es la correspondencia debida a quien es nuestro huésped, familiar, hermano y salvación. Es el Maestro de fe, moral y oración: deber de ir a su escuela. La visita es la práctica que más orienta e influye en toda la vida y en todo el apostolado. Acumula en sí los frutos de las demás prácticas y los hace madurar. Es el gran medio para vivir enteramente de Jesucristo.

Es el gran medio para superar la pubertad y formar la personalidad en Cristo. Es el secreto para nuestra transformación en Cristo: “vivit vero in me Christus”, “Cristo vive en mí” (Gál 2,20). Es sentir las relaciones de Jesús con el Padre y con la humanidad. Es garantía de perseverancia.

Alégrate 23
Beato Alberione (cf. UPS, 103-106)

Maite Ballesteros: Voluntaria en Calcuta

Maite Ballesteros, del Instituto Santa Familia, voluntaria en Calcuta, explica el porqué del atractivo que esta ciudad despierta en su corazón es vivida por el 95% de los voluntarios.

Muchas personas me han preguntado por qué me atrae tanto Calcuta. Y es difícil de contestar, pero responderé con palabras de la Santa que aquí lo es todo: “Es la alegría del amor dado, entregado en humilde servicio; y a la vez recibido, porque cuando vives el voluntariado te das cuenta de que recibes más de lo que das”.

¿Cómo se vive el día a día en el voluntariado? De principio eres acogida con calidez y humanidad; las Hermanas de la Santa Madre hacen que te sientas enseguida como si hubieras convivido siempre en este ambiente. La comunidad de los Voluntarios, dirigidos por Sor Mercy-Mary, es muy cercana. Toda la jornada gira en torno a la vida de oración que, sin ser obligatoria su asistencia,

Empezábamos nuestro día a las 05:00 con el rezo de la Liturgia, oración personal y Santa Misa y terminábamos con la Adoración al Santísimo en exposición Mayor. La oración es la fuerza que sostiene la acción . En una ciudad tan caótica y ruidosa como Calcuta, la capilla se convierte en una parte esencial de la jornada de voluntariado. La tumba de Madre Teresa es un lugar muy especial para rezar y encontrar momentos de soledad.

El voluntariado es una experiencia que empuja a la humildad. Kalighat es sobre todo un lugar muy especial; tranquilo, un lugar dónde se enjugan las lágrimas de los moribundos y donde trasmites el calor de tus

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Testimonio

manos a esas personas a punto de morir; tú eres toda su familia, con tu ternura les haces sentir que son seres humanos amados. Porque la única persona a quien servimos en un momento dado, es Jesús.

Me sentía humilde en presencia de la señora que me dio las gracias por ayudarle

a comer, humilde delante de esa otra que se acurrucó en un rincón de la cama, sollozando, y que me dejó sentarme con ella ..., humilde delante de la mujer que sufría de quemaduras en todo el rostro y que le daban un tormento atroz haciendo su vida diaria una agonía insoportable, pero que levantó las manos en señal de gratitud al sentir la ternura de mi abrazo y besar sus manos heridas. Estamos en 2022 y esta gente muere aún sin nadie ni nada, olvidada por el mundo, rechazada, no deseada, no amada.

Destaca en mi mente una señora de ojos tristes, que fue en su día profesora; cuando le di la comida me miraba, y sentí que estábamos unidas de alguna manera. «Juntas» en nuestra humanidad. Lo que importa es la experiencia compartida, y que te des cuenta de que, al tocar las grietas de otros, es dónde nos encontramos con Jesús. Cada voluntario es una gota en el océano de la humanidad, y es cierto que el mar sería menos sin estas gotas; nos olvidamos de que podemos hacer cosas pequeñas con gran amor, y de aliviar el dolor profundo de tantos seres que nadie ha mirado nunca como a humanos.

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Maite Ballesteros, isF

Calendario proprio de la Familia Paulina

Sumario

CALENDARIO LITÚRGICO DE LA FAMILIA PAULINA

AÑO 2023

25 marzo Anunciación del Señor

Titular del Instituto Virgen de la Anunciación

30 abril Jesús Buen Pastor

Titular de las Hnas. Pastorcitas

27 mayo Reina de los Apóstoles

Titular de las Hnas. Apostolinas

29 mayo San Pablo VI, papa

30 junio San Pablo Apóstol

Patrono de la Familia Paulina; Titular de la Sociedad de San Pablo y de las Hijas de San Pablo

3 septiembre Madre del Buen Pastor

4 septiembre San Gregorio Magno, papa y doctor de la Iglesia

29 septiembre Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael

Titular de los Gabrielinos

19 octubre Beato Timoteo Giaccardo, sacerdote

29 octubre Solemnidad del Divino Maestro

Titular de las Hnas. PDDM y del Instituto Jesús Sacerdote

31 octubre Dedicación de la Iglesia de Jesús Divino Maestro. Roma

25 noviembre Dedicación de la Iglesia de san Pablo. Alba

26 noviembre Beato Santiago Alberione, sacerdote

Fundador de la Familia Paulina

29 noviembre Dedicación del Santuario Reina de los Apóstoles. Roma

31 diciembre Sagrada Familia de Jesús, María y José

Titular del Instituto Santa Familia

26 Alégrate

01. Solemnidad de Santa María, Madre de Dios. - Jornada Mundial de Oración por la Paz.

04. 2021, aniversario de la muerte del Hno. Gabriel Aparicio, SSP.

06. Solemnidad de la Epifanía del Señor.

07. 1997, aniversario de la muerte de Sor. M. Oliva García, HSP.

- 1917, aniversario de la muerte del Hno. Manuel Martínez, SSP.

08. Bautismo del Señor.

09. 2021, aniversario de la muerte del P. Francisco Anta, SSP.

11.1919, aniversario de la muerte de Dolores Báez, ISVA.

15. Jornada de la Infancia Misionera.

16. 2002, aniversario de la muerte de Guadalupe Lozano, ISVA.

18. Comienza el Octavario de Oración por la Unidad de los Cristianos.

20. 2001, aniversario de la muerte del H. Cirilo Peñas, SSP.

- 1917, aniversario de la muerte del Hno. Pablo Uriarte, SSP.

22. Domingo de la Palabra de Dios (4ª).

- 1991, M. Tecla Merlo, HSP, es declarada venerable.

24. 1948, aniversario de la muerte del beato Timoteo Giaccardo, SSP.

25. Fiesta de la conversión del Apóstol San Pablo.

30. 1989, aniversario de la muerte del P. Desiderio Costa, SSP.

02. Fiesta de la Presentación del Señor.

- Jornada Mundial de la Vida Consagrada (27ª).

05. 1964, aniversario de la muerte de la venerable Tecla Merlo, primera Superiora General de las HSP.

- 1998, aniversario de la muerte del H. José María López, SSP.

- 2015, aniversario de la muerte del H. Lucinio López, SSP.

09. 2011, aniversario de la muerte del H. Fco. J. Martínez de Antoñana, SSP.

10. 1924, en Alba, “dies natalis” de las Pías Discípulas.

11. Jornada Mundial del Enfermo (29ª).

12. Campaña contra el Hambre en el Mundo.

13. 2011, aniversario de la muerte del P. Miguel Rojo, SSP.

18.1919, aniversario de la muerte del Hno. Vicente Hernández, SSP.

22. Miércoles de Ceniza. Abstinencia y ayuno.

28. 2008, aniversario de la muerte de Sor Mª Fidelis Puebla, HSP.

03. 1990, el Hno. Andrés R. Borello es declarado Venerable.

- 2014, aniversario de la muerte del Hno. Arturo Guinea, SSP.

05. Día y colecta de Hispanoamérica

08. 1916, en Mango (Italia), nace el venerable Andrés R. Borello.

10. 1917, aniversario de la muerte del P. Jesús Álvarez, SSP

11. 1988, aprobación pontificia de la “Asociación de los Cooperadores Paulinos”.

15. 1933, aprobación Pontificia de las Hijas de San Pablo.

- 1919, aniversario de la muerte de la Hna. Mercedes Barriuso, HSP.

19. Solemnidad de S. José, esposo de la Virgen María. – Día y Colecta del Seminario.

- 1935, llegan a España (Bilbao) las primeras Pías Discípulas del Divino Maestro.

20. 2008, aniversario de la muerte del P. Antonio Díaz, SSP.

21. 2013, aniversario de la muerte del P. Antonio Pinedo, SSP.

23. 2008, aniversario de la muerte de Sor Honorina Mussi, HSP.

25. Solemnidad de la Anunciación del Señor. Titular del Instituto “Virgen de la Anunciación”. Jornada Pro Vida.

- 1924, las Pías Discípulas del Divino Maestro comienzan la Adoración Eucarística diurna.

Alégrate 27 Enero Febrero Marzo CALENDARIO

+34 917 425 113

institutos@sanpablo.es

El apóstol de la edición debe distinguirse por una característica propia: el culto a la sagrada Escritura (El Apostolado de la Edición, 121).

Dar el Evangelio a los hombres sea nuestro anhelo diario y nuestra oración (Por una Renovación Espiritual, 82).

Para que sus escritos sean camino que lleva al cielo, el apóstol debe modelarse sobre la Biblia, o sea tratar su mismo argumento, del mismo modo y con el mismo fin (El Apostolado de la Edición, 160).

El fin primero y exclusivo del apóstol debe ser la gloria de Dios y el bien de las almas. Los demás trabajos e iniciativas están orientados a este fin supremo (El Apostolado de la Edición, 393).

INSTITUTOS PAULINOS DE VIDA SECULAR CONSAGRADA Protasio Gómez, 15 28027 MADRID

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