Revista Alégrate nº 204

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La herencia desan Pablo

Institutos paulinos de vida secular consagrada
NÚMERO 204 | JUL-SEP 2023

Editorial:

Feliz Verano 2023 3

Catequesis Paulina:

La herencia de san Pablo 4

Instituto Jesús Sacerdote:

El sacerdote: verdadero pastor 6

Instituto San Gabriel:

Bajo la mirada de la Reina... 9

Instituto Santa Familia:

Todo por la gloria de Dios 12

Instituto Virgen de la Anunciación:

Consagradas en el mundo 14

Donec Formetur:

El Espíritu Santo y sus obras 16

Compartir la Palabra:

Mi deseo, te deseo todo bien 18

Páginas marianas:

María se pone en camino 20

Testimonio:

Abundantes gracias de Dios 22

Vida Paulina:

Paulinos España 24 Pías

Intenciones del mes de la Conferencia Episcopal Española

Por las familias y matrimonios en crisis por diversos motivos, para que encuentren en el amor de Cristo la fuerza y la gracia que necesitan para seguir viviendo fieles a lo que prometieron el día de su matrimonio.

AgostoJulio Julio Septiembre

Por la Iglesia en España, y particularmente por los laicos, para que, con talante sinodal, descubran su vocación de ser luz, sal y fermento en medio del mundo.

Por la adecuada formación de todo el pueblo de Dios, y especialmente de quienes ejercen algún ministerio laical o han recibido la misión específica de anunciar a Cristo como catequistas, profesores de religión o animadores de la fe de sus hermanos.

2 Alégrate
la casa
Padre
Calendario
Discípulas 25 En
del
26
27 Sumario JulioJulio

¡Feliz verano 2023!

Losmeses de julio y agosto, en nuestra zona geográfica, son meses de calor, de trabajo propio de esta época del año… y también de descanso, de vacaciones para quienes tengan la suerte de poder tomarse un respiro.

Pero tanto si tenemos que quedarnos en casa como si podemos buscar nuevos horizontes por unos días, hemos de recordar que el verano, junto a otras muchas cosas, es tiempo también para Dios.

Ciertamente, el verano es tiempo para el reencuentro con las personas: familiares, amigos y conocidos, sobre todo si están solos o enfermos. Y para tejer nuevas relaciones.

Es tiempo para abrirnos a nuevos horizontes: ya sean ya sean de mar o de montaña, ya sean de nuestro país o de más de nuestras fronteras, ya sea mirando prioritariamente al suelo o poniendo los ojos en las estrellas. Y llevando bajo el brazo ese libro que siempre hemos querido leer.

Pero también es tiempo para reencontrarnos con nosotros mismos, con el Dios de la vida y la Santísima Virgen: sí, para buscar en el silencio al Dios que nos ama, para caminar como peregrinos acompañados de la Virgen, para dejar que el Evangelio de cada día refresque nuestros corazones resecos y llene de agua nos pozos vacíos.

¡Feliz verano 2023!

Alégrate 3 Editorial
P. Antonio Maroño, SSP

La herencia de

san Pablo

En la Familia Paulina no podemos por menos que llamar al mes de junio “Mes de San Pablo”, salvando las festividades que puedan coincidir -casi todas movibles-, durante este mes.

Es que, como nos insistió el Fundador, beato Santiago Alberione, “san Pablo es realmente el Padre y Fundador de la Familia Paulina. Esta se hizo bajo el auspicio e inspiración del Apóstol de los gentiles”, aquél que abrió la doctrina de Cristo a todas las gentes, sin discriminación de religión, raza, nacionalidad o sexo.

El cristianismo y la propia Iglesia tienen en Pablo un Maestro y Modelo en el seguimiento de Cristo. Ciertamente, él no fund ó la Iglesia (como

algunos afirman); pero sí la organizó, le dio unas estructuras de funcionamiento y, sobre todo, supo interpretar y vivir la doctrina de Jesús de manera profunda y amplia.

¿No son estos motivos más que suficientes para dedicar un mes entero (y no sólo) a profundizar en la doctrina de Pablo, que es la doctrina de Cristo, como bien se ha afirmado: “El corazón de Pablo era el Corazón de Cristo”?

Deseo fijar esta reflexión en el final de su vida, quizá

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influenciada por haber recorrido recientemente los últimos días los lugares del Apóstol en Roma. La antigua tradición cristiana testifica, unánimemente, que la muerte de Pablo fue consecuencia del martirio sufrido en la Ciudad Eterna, aunque los escritos del Nuevo Testamento no recogen el hecho en sí. Sin embargo, los Hechos de los Apóstoles terminan su relato señalando la condición de prisionero del Apóstol, que no obstante podía recibir a todos aquellos que le visitaban. Una especie de prisión domiciliaría -diríamos hoy- (cfr Hch 28,30 31).

Sólo en la segunda Carta a Timoteo encontramos estas palabras suyas: “Porque yo estoy a punto de ser derramado en libación, y el momento de mi partida es inminente” (2  Tm  4,6;  cfr  Fil  2,17). Con ello alude discretamente al acontecimiento de la muerte y de una forma cruenta.

Después de su muerte, la figura del Apóstol de los gentiles  se ha ido engrandeciendo con el paso del tiempo, y su doctrina sigue siendo fundamental, hoy, para la Iglesia y

un ejemplo para los cristianos. Su pensamiento ha influido en la teología posterior, y especialmente en los siglos XIX y XX.

Es obvio que los Padres de la Iglesia y, después, todos los teólogos se han nutrido se las Cartas de San Pablo y de su espiritualidad. Él ha permanecido en los siglos como verdadero maestro y apóstol de los gentiles.

El siglo XIX conoció una reviviscencia del paulinismo. Y también el siglo XX, especialmente con la multiplicación de Congregaciones e Institutos que siguen esas huellas. Entre los que han seguido a san Pablo más de cerca cabe destacar al Fundador de la amplia Familia Paulina, el beato Santiago Alberione. Ello nos impulsa a fijar los ojos en nuestro Fundador, que nos lo dio como Padre para tender hacia él. Y esto, tanto con su ejemplo como con su doctrina, lo que será un estímulo y garantía para consolidar la identidad cristiana y religiosa de cada uno de nosotros. También para la renovación de toda la Iglesia.

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María Teresa Ballesteros, ISF

El sacerdote, verdadero pastor

Gracias a la consagración sacerdotal, la vida del sacerdote queda configurada, plasmada y definida por aquellas actitudes y comportamientos que son propios de Jesucristo Buen Pastor

Esmuy importante que los sacerdotes entendamos nuestro modo de vida y nuestra misión a la luz de la imagen de Jesucristo Buen Pastor. El Señor nos describe como su “expresión” y su “gloria”. El sacerdote debe introducir en el mundo “el sabor de Dios”.

Nuestro modo de vida, consiste en ser prolongación visible y signo sacramental de Jesucristo. No se trata sólo de un signo meramente externo, sino de una verdadera transformación en Cristo. Nos convertimos en transparencia del Señor. El sacerdote, en sus pensamientos, en sus palabras, y en sus obras, ha de transparentar al Buen Pastor. El mundo de hoy pide testigos de la experiencia de Dios.

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Siguiendo el evangelio de san Juan, el Señor nos habla de tres cualidades esenciales del verdadero pastor: El verdadero pastor da su vida por las ovejas, las conoce y ellas le conocen a él, y está al servicio de la unidad.

La primera cualidad del verdadero pastor es estar dispuesto a dar la vida por las ovejas. El Señor nos pide todo. Nos pide entregar totalmente nuestra vida en cuerpo y alma. El celibato sacerdotal es signo de esta entrega total al Señor.

El verdadero pastor no vive para sí mismo sino para Aquel que es su Señor y para todos aquellos que le han sido confiados. El pastor muere cada día, como Cristo en la cruz, para que aquellos que el Señor ha puesto bajo su cuidado encuentren la vida verdadera. Este “morir” para que otros “tengan vida” está en el mismo centro de la misión de Jesús y, por tanto, será también el sentido del servicio del sacerdote.

Jesús entrega su vida a los hombres por amor y la entrega libremente. Esta entrega del Señor se actualiza en la Eucaristía cada día. Eucaristía y Sacerdocio son inseparables. La Eucaristía

es el centro de la vida del sacerdote. No puede haber otro centro. Toda la vida del sacerdote es eucarística. Ese momento, el más importante del día, da sentido a todas sus palabras, sus obras y sus pensamientos. La Eucaristía alimenta su oración, le consuela en el sufrimiento y le llena de gozo en la acción de gracias.

Una segunda cualidad del pastor es conocer a las ovejas . Jesús vive unitariamente su relación con el Padre y su relación con los hombres. Son dos relaciones inseparables porque la misión de Jesús es llevar a los hombres al Padre. En la relación del sacerdote con los hombres, no podemos perder de vista su relación con Cristo y, por

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medio de Cristo, con el Padre. Hemos de conocer y querer a todos aquellos que el Señor nos confíe, especialmente, a los más necesitados de amor. Hemos de saber situarnos en el contexto social y cultural en el que vivimos, conociendo en profundidad las necesidades de los hombres de nuestro tiempo.

Hemos de saber reconocer sus inquietudes, sus preguntas, sus vacíos y sus desiertos.

El Señor también nos habla del servicio a la unidad y de su estrecha relación con la misión. El gran deseo del Señor es la unidad. Unidad y misión van estrechamente unidas. No es posible la misión en una Iglesia desunida.

Los sacerdotes hemos de ser constructores de unidad, empezando por nosotros mismos. En primer lugar, viviendo la unidad en nuestras propias personas, con un corazón indiviso entregado al Señor y a la misión.

Existe en nuestro ministerio una dimensión comunitaria que necesitamos cuidar. El sacerdote está profundamente inserto en la unidad del presbiterio, que, como tal, está llamado a vivir en estrecha colaboración

con el obispo y, a través de él, con el sucesor de Pedro. Esta dimensión del ministerio exige una gran ascesis para no dejarse atar por las propias preferencias. Hemos de ser constructores de unidad en la sociedad, hoy tan dividida y fragmentada, fomentando todo lo que sea provechoso para la convivencia pacífica y para la defensa de la dignidad humana.

La unidad es condición para la misión. Ser misionero es desear que todos compartan con nosotros la alegría de conocer a Cristo, para trabajar juntos en la construcción de un mundo justo, en el que no tengamos que contemplar el escándalo de la pobreza y miseria de millones de hombres. Ser misionero es abrir las puertas de la Iglesia a todos los hombres para que se encuentren en ella como en su propia casa y descubran en ella a Aquel que, muriendo en una Cruz y Resucitando al tercer día, nos ha revelado la fuente de la sabiduría y el camino del verdadero Amor.

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Antonio Díaz Tortojada, IJS

Bajo la mirada de la Reina de los Apóstoles

El proceso de fundación de dos Institutos Paulinos de Vida Secular Consagrada, “San Gabriel Arcángel” y “Virgen de la Anunciación”, sancionado por la Próvida Mater (1947), al que ya nos hemos referido, se ha desarrollado, en nuestro Fundador, hacia mediados del siglo pasado.

1-. Tal proceso se ha desarrollado a la luz de la consolidada certeza del rol de María, Corredentora, con el Hijo crucificado por amor, en el desarrollo de la sufrida historia de la humanidad. De su primer “sí” de aceptación del plan de Dios, ratificado numerosas veces en los años compartidos con Jesús y José en Nazareth, María sigue trabajando para llevar a buen fin el proceso salvífico de redención de las almas encaminadas a Dios.

2-. En el mismo período, el ateísmo militante conseguía difundir, mediante la utilización

distorsionada de los medios, un clima de secularización, cada vez más evidente, no solo al interior de la sociedad civil. No fueron pocos los teólogos, especialmente de matriz protestante, que manifestaron frialdad hacia la mariología y la angelología. Estos mismos intérpretes relacionaban la existencia de los ángeles con el mito y una forma devocional considerada pasada, a la luz de las nuevas tendencias científicas y teológicas. Fue necesaria la intervención de Pío XII, en 1950, con la encíclica Humani Generis , para reafirmar la existencia de criaturas angélicas,

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Alégrate
Instituto San Gabriel

no como una creencia popular sobrepasada, o como solo un modo de expresarse, sino como una realidad personal efectiva, en la distinción sustancial de materia y espíritu.

3.- Los dos Institutos paulinos de vida consagrada, patrocinados por el Ángel de la Anunciación y la Virgen de la Anunciación, comenzaron a dar sus primeros pasos en aquel período, precisamente en el año 1958. O sea, cien años después de la aparición de Lourdes, del 1858. Por esta correspondencia cronológica ya se puede evidenciar la índole mariana, por lo demás claramente expresada en sus mismas denominaciones, de estas dos Instituciones paulinas. Ambas, en efecto, «son inseparables en la referencia bíblica al misterio de la Anunciación… es más, reflexionando sobre las características del carisma alberioniano, es fácil constatar que toda la Familia Paulina está impostada sobre el primer misterio de gozo» (R. Esposito).

4-. El misterio de la Anunciación, con sus desarrollos, constituye como el centro del que irradia toda la historia de la salvación. Este encuentro entre Dios creador y su criatura más valiosa, antes de ser realizado, tenía que ser anunciado. Se

eligió, por consiguiente, un intermediario de primer orden, el Arcángel Gabriel, fuerza de Dios. Fuerza que nos es violencia, sino luz de Verdad. Nuestro patrono, en efecto, es el mensajero de la Verdad, la antítesis de Lucifer, que engañó a la ingenua Eva. El arcángel Gabriel se presentó a María, venciendo su temor, para transmitir un mensaje no fácil de expresar, no sencillo de comprender, de no inmediata aceptación. Nosotros mismos creemos que este misterio se ha realizado ciertamente, pero solo por la adhesión de la razón a la fe, siendo imposible lo contrario.

5-. Gabriel es, por lo tanto, el arcángel mariano por excelencia. Para él, la Señora reservaba especial predilección, confianza, gratitud. Cuántas veces resonaron en su corazón las palabras pronunciadas por este celestial mensajero, mientras se gestaba en su seno la Potencia que trasciende la naturaleza, la potencia del Altísimo. Día a día, ella percibía la Palabra hacerse carne, en virtud de su Fiat, realizándose plenamente cuanto le había sido anunciado por el celestial mensajero.

6-. En la primera homilía

“Super missus est”, san Bernardo afirma que solo el arcángel Gabriel “entre los ángeles, fue

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encontrado digno de la excelencia de tal nombre y de tal mensaje. Y que su nombre no está en contradicción con su mensaje. ¿A quien, en efecto, más convenía anunciar a «Cristo potencia de Dios», sino a quien tiene el honor de llevar nombre semejante? ¿Qué otra cosa es, en efecto, la fortaleza, sino la potencia?” Además, el “Doctor Mellifluus”, especifica que el ángel Gabriel fue llamado «Fuerza de Dios»: «dado que se había ganado la elección para este encargo, la llegada de la Fuerza de Dios, o sea, de Cristo, porque él debía reforzar a la Santísima Virgen, por su naturaleza tímida, humilde y muy púdica, de modo que ella no se asustara demasiado del insólito milagro que debía cumplirse en ella». La relación de María con este Arcángel,

eminente en la jerarquía de los espíritus celestes, tenía que ser realmente especial, continua y confidente.

7. Para el beato Alberione, el Fiat originario de María es lo que debe resonar de manera especial en quien emprende el camino de la consagración en la Familia Paulina: «Esté pronto nuestro sí ante todo divino querer, mandamientos, consejos de Dios. ¡Siempre sí! Y cuando en el momento de la muerte y a la puerta de la eternidad, pidamos a Jesús su consentimiento para entrar, nos responderá con un amabilísimo, eterno, sí» (G. Alberione). También nosotros, Gabrielinos, estamos invitados a acoger siempre la voluntad de Dios, a través de nuestros cotidianos, pequeños síes, como minúsculas resonancias del grandioso Fiat de María. Por lo demás, cuánto puedan valer, en los misteriosos planes de Dios, nuestras fatigosas aceptaciones de la voluntad divina, no nos es dado saberlo. Pero es cierto que todo modesto sacrificio confluye en la oración común de la Congregación Paulina, de cuyo interior brota.

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Giancarlo Infante, isga Gabrielino de Italia

Todo y solo por la gloria de Dios

El beato Santiago Alberione, imitando a san Pablo, lo hacía "todo y solo por la gloria de Dios". En la carta a los Colosenses, san Pablo insta así a sus lectores: "cualquier cosa que hagáis, hacedla con toda el alma para servir al Señor" (Col 3,23).

Los

miembros del Instituto

Santa Familia, en la profesión, también se obligan a hacer todo por la gloria de Dios.

Para entender mejor el significado de la expresión "hacerlo todo por la gloria de Dios” en la vida de los esposos consagrados, la vamos a considerar bajo dos aspectos. En primer lugar, para los esposos consagrados "hacerlo todo por la gloria de Dios” significa honrar al Señor con el propio comportamiento. Y, en segundo lugar, hacer todo lo posible para que Dios sea honrado por los otros esposos y por las otras familias cristianas.

Para honrar a Dios con el propio comportamiento, los esposos cristianos encuentran en el beato Santiago Alberione inspiración y aliento. En la

plegaria titulada "Oración del total abandono", el P. Alberione se dirige así a Dios con filial confianza:

TOTAL ABANDONO EN DIOS

Ruego al señor que me prive de toda mi voluntad, gusto, preferencia: para que Dios haga cuánto y cómo quiere de mí y de todo lo que me atañe en el tiempo y la eternidad. Deseo que el Señor pueda libremente

hacer y usar de mí cómo quiera; que incluso me reduzca a la nada si quiere en la salud, la estima, el puesto, las ocupaciones,

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tanto en las cosas más ínternas como en las externas;

todo y solo para la gloria de Dios, para la exaltación eterna de su misericordia, para el perdón de mis pecados.

Pido aumento de fe en el Padre Próvido, en el Hijo Redentor, en el Espíritu Santificador.

Deseo una piedad inspirada, fundada, orientada a glorificar

la divina Misericordia - ¡Dios lo puede todo!

Yo soy Suyo, soy cristiano, religioso, sacerdote.

Pueda Él encontrarme en cada instante sumiso en sus manos.

como lo ha estado Jesucristo. Confío en salvarme por la divina Misericordia.

Por medio de la santísima Madre María, mi esperanza.

(Padre Santiago Alberione.Ejercicios Espirituales1940).

que parte de él la tentación de hacer la propia voluntad. Siendo sabedor de la propia debilidad, el Fundador pide a Dios la gracia de convertirlo en humilde instrumento para hacerlo todo según su voluntad. Y para realizar la voluntad de Dios, a ejemplo del P. Alberione, los miembros del Instituto Santa Familia deben conocer y amar la voluntad de Dios. Haciéndolo así, estarán en grado de realizar en la vida matrimonial y familiar el mismo fin de la existencia del Instituto: todo por la gloria de Dios. Según el P. Alberione, uno de los obstáculos que se dan para no realizar la voluntad de Dios es el amor propio, pues, según él, el amor propio en la vida de los consagrados es uno de los obstáculos que los esposos deben evitar cada día para poder hacer todo por la voluntad de Dios. Los esposos, sabedores de la existencia de este defecto, deben pedir también la ayuda del Espíritu Santo para que libre de toda forma de amor propio.

En esta "Oración del total abandono”, el P. Alberione, ante todo, pide al Señor

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Slawomir Sznurkowski, ssp

Consagradas en el mundo

“El fin especial del Instituto consiste en servir y cooperar con la Iglesia en dar a la humanidad a Jesús Maestro, camino, verdad y vida, con la difusión del pensamiento y la moral cristianos, y los medios aptos para elevar la vida individual y social, especialmente en formas modernas”.

Esteinstituto acoge a mujeres célibes -principalmente en su juventud-, que quieren profesar la total consagración a Dios mediante los votos de castidad, pobreza y obediencia. Estas apóstoles seglares -en palabras de Pablo VI- “dicen al mundo que se puede amar con el desinterés y la perennidad que brotan del corazón de Dios, y que pueden dedicarse a todos sin atarse a ninguno, preocupadas principalmente de los más abandonados (castidad); que se puede vivir entre los bienes temporales, y se pueden utilizar los medios de la civilización y del progreso, sin hacerse esclava de ninguno de ellos (pobreza); que se puede ser feliz sin encerrarse en una cómoda elección personal, permaneciendo disponibles

a la voluntad de Dios como aparece en la vida cotidiana y en los signos de los tiempos (obediencia)”.

Estas mujeres consagradas ejercitan su donación a Dios en las condiciones del estado secular. Ninguna señal externa las distingue de las demás compañeras de trabajo y profesión. No abandonan su campo de acción, sino que lo convierten en apostolado. Evidentemente, todo esto repercute en la práctica de los votos, en el modo de ejercer el apostolado y llevar un estilo de vida.

En cuanto al compromiso apostólico, no puede hablarse de un apostolado propio del instituto; la elección del mismo depende del carisma especial de cada miembro y de

14 Alégrate Instituto Virgen de la anunciación

las necesidades del ambiente particular donde cada una se mueve. No obstante, y según el pensamiento del Fundador, reservan una preferencia hacia los apostolados de las Congregaciones paulinas. Por tanto, un campo de acción amplísimo donde cada persona puede insertarse, de acuerdo con sus posibilidades. Teniendo siempre presente que es, sobre todo, su propio testimonio el que se impone, a ejemplo de María, la mujer nueva.

La espiritualidad de este Instituto, igual que la de las demás ramas de la Familia Paulina, se nutre de la única espiritualidad paulina: vivir integralmente el evangelio de Jesucristo camino, verdad y vida, en el espíritu del apóstol san Pablo y bajo la mirada de María, Reina de los Apóstoles. En palabras del Fundador, la síntesis más sucinta de esta espiritualidad se encuentra en la experiencia vital del apóstol San Pablo: “Vivo yo, pero no soy yo; es Cristo quien vive en mí” (Gal 2,20); síntesis que el Fundador no cesa nunca de transmitir, para hacer entender la necesidad de llevar adelante, siempre juntas, la unión con Cristo y el contacto apostólico con los hombres. Veneran a san Pablo

como padre, como maestro e inspirador. De él aprenden el universalismo, que les debe empujar a llevar el mensaje de la salvación a todos; la adaptación pastoral; el deseo de animar en Cristo todos los valores humanos.

La fisonomía de consagradas y apóstoles les viene también de María, Virgen de la Anunciación , Madre de Dios, por ser ella “ejemplo de aquel amor maternal con que es necesario que estén animados todos aquellos que en la misión apostólica de la Iglesia cooperan a la regeneración de los hombres”. Ella es la inspiradora de todo apostolado; es el modelo perfecto de la plena disponibilidad a Dios y a los hombres.

Puede ingresar en el instituto “Virgen de la Anunciación” la joven soltera que esté movida por recta intención y por un sincero deseo de santificarse, siguiendo los consejos evangélicos y dedicando de forma estable la propia existencia al apostolado.

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Alégrate
Fuente: Levadura en la masa

Quién es el ESPÍRITU SANTO y cuáles sus obras

Prosiguiendo con el desarrollo de su propuesta, el P. Alberione evoca, sobre todo, cuanto la Escritura y la Teología afirman acerca de la Persona del Espíritu Santo. Después, nos lleva a la consideración de las obras atribuidas al Espíritu Santo y termina indicando las disposiciones con las que abrirnos a su acción.

DF p. 67

1. Quién es el Espíritu Santo. Es Dios realmente, no solo un atributo o cualidad. La tercera persona de la Santísima Trinidad, que procede del Padre y el Hijo.

2. Qué obras se atribuyen al Espíritu Santo:

a) El Hijo ha propuesto sus verdades divinas: el Espìritu Santo las conserva, las hace comprender y usar.

b) El Hijo ha obtenido la gracia readquiriéndola; el Espíritu nos la aplica como santificación, comunicándola a cada uno.

3. Cómo disponerse al Espíritu Santo:

con el odio al pecado; con el deseo de gracia y santidad;

con actos de fe, esperanza, caridad.

El punto de partida es el artículo de la profesión de fe: creemos que el Espíritu Santo es Dios “realmente”. Lo adoramos como tercera Persona de la Santísima Trinidad y afirmanos su íntima comunión con el Padre y el Hijo.

Las actividades atribuidas al Espíritu Santo son las ya preanunciadas por Jesús en el discurso de despedida: releánse, de manera particular, los pasos de Juan 14,26; 15,26; 16,7-15. El Fundador los resume así:

- El Espíritu Santo tiene la fun-

16 Alégrate Donec formetur

ción de conservar y hacer comprender las verdades divinas, reveladas por el Maestro Divino. Por lo tanto, su intervención prolonga en el Paulino el eco de la Palabra de Jesús, permitiéndole evitar el peligro del olvido; hace comprensible el mensaje o enseñanza del Maestro, de modo que el creyente sea capaz de comprender el significado pleno y tomarlo consigo, acogiéndolo en su propia vida. Vemos aquí al Espíritu que da forma a Jesús-Verdad.

- El Espíriru tiene la función de llevarnos a usar las verdades divinas: por ello, mueve a la persona a “utilizar” las enseñanzas de Jesús, traduciéndolas en selecciones evangélicas, para el bien propio y el de los demás. Vemos aquí al Espíritu Santo que da forma a Jesús-Camino.

- El Espíritu Santo se da prisa en aplicar a nosotros, mediante la comunicación personal la gracia que el Hijo ha obtenido con el propio sacrificio salvífico. La aplicación de la gracia o vida divina que el Espírito dona al fiel es una acción dirigida a cada uno en particular, acción puntual y totalmente acomodada a las necesidades del monento. Vemos aquí al Espíritu Santo que da forma a Jesús-Vida.

Todo esto, con un objetivo explícito: la “santificación”. Llevar a las personas a la perfección de la caridad, a la santificación, a la plena conformación con Cristo Jesús, que es la primera intención del Espíritu Santo, que el Padre nos ha dado precisamente para tal fin.

Por su parte, el fiel está invitado a crear las disposiciones óptimas para que el Espíritu Santo pueda operar en él con plena eficacia:

- El odio al pecado: el pecado es irreconciliable con la presencia y la acción del Espíritu Santo. Precisamente el Espírtu Santo genera en el fiel una instintiva e irrreductible aversión a todo lo que es mal, culpa, pecado o, incluso, solo imperfección;

- El deseo de la gracia y santidad: hay que subrayar la gran importancia artribuida al deseo. Tal deseo tiene objetivos bien definidos: la gracia (esto es, Jesús-Vida) y la santidad (o sea, todo el Cristo formado en una persona);

- Los actos de fe, esperanza y caridad: son las expresiones de la vida teologal (sobre las que el P. Alberione volverá a continuación), que caracterizan expresamente al bautizado.

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Don Guido Gandolfo, ssp todo, Santo. y

Me deseo, te deseo: Todo bien

“Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en la persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales” (Ef. 1,3). Veo en este versículo, de la Carta de san Pablo a los Efesios, el encuadre perfecto para enmarcar el título de mi artículo titulado “me deseo, te deseo TODO BIEN”

Cuandoanimaba a una amiga mía a que se desease TODO BIEN no lo podía entender porque ella siempre pensaba en los demás en sus peticiones; le parecía muy egoísta pedir para ella misma. Desearse todo bien, sin más, tal como lo puede entender el mundo, sí puede ser una postura bastante egoísta, pero, tal como yo lo quiero presentar, está muy lejos de ello. Esa frase tiene muchas connotaciones, y son todas reunidas las que le dan el sentido con el que yo la veo.

En primer lugar, se parte de que Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, nos ha bendecido. Es decir, nos ha llenado de bienes espirituales y celestiales,

toda clase de estos bienes ya están en nosotros, es como si nos hubiera tocado el primer premio de la lotería, ¡millones de euros! Tenemos el boleto, pero necesitamos ir al banco para hacer efectivo el premio. Para mí, desearme TODO BIEN, es reconocer esta riqueza que ya está en mí, y que desconozco, pues es de toda clase, y apreciar este don, acogiéndolo, es un corresponder a un regalo que Dios me hace. No es egoísmo recibir lo que se me está dando; no es egoísmo decir “me deseo…” Lo contrario sería un desprecio.

Mi experiencia, que es la que quiero compartir, es que cuando me deseo TODO BIEN,

18 Alégrate
compartir la palabra

deseo:

ese deseo se hace realidad de muchas formas; sobre todo, en los momentos más o menos malos, ese Bien se hace presente inmediatamente como una lluvia suave sobre una tierra reseca, agotada y sin agua. Este deseo, incorporado ya a mi vida, va haciéndose realidad; me ayuda en todo lo que estoy haciendo, voy encontrando lo que necesito sin yo pensarlo.

Tengo que decir que esa clase de bienes también son materiales, físicos, la riqueza de nuestro Padre es inmensa, y no regatea en concedernos lo que vamos necesitando. Unos días me lo repito más, otros menos, cuando me acuerdo o cuando lo necesito.

Veamos ahora el por qué de toda esta riqueza y de todos estos dones que Dios nos concede tan solo con que los deseemos en el TODO BIEN. Es lógico, cuando descubrimos que TODO BIEN es el mismo Cristo Jesús. Él es el BIEN. Esta debe de ser nuestra intención cuando la recemos, porque se convierte en una oración el desearse TODO BIEN, junto a un gran agradecimiento y acción de gracias. En Él están toda clase de bienes espirituales y celestiales (también materiales, me dice mi experiencia) que

nosotros vamos acogiendo.

Si continuamos leyendo los siguientes versículos, comprenderemos totalmente el por qué se nos dan tantos bienes: son para que seamos santos e irreprochables en el amor, para llegar a ser hijos de Dios en su Hijo Jesús, que es de donde procede todo don, en forma de derroche de gracia, sabiduría y prudencia. Para recapitular en Cristo todas las cosas del cielo y de la tierra.

Este Bien nos lleva a amar a los demás, deseándoles lo mismo que nosotros recibimos, creo que la bendición más completa que podemos dar a una persona es: “te deseo TODO BIEN”, teniendo presente que ese Bien es Cristo Jesús.

Os invito a que os subáis al yate maravilloso en el que se convertirá vuestro “Me deseo TODO BIEN” para surcar vuestra vida, o en el bote salvavidas en los días y momentos difíciles. Sin olvidar nunca la compañía de Nuestra Señora, “que Madre nuestra es”, y se preocupa de todo lo que nos pasa.

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Mari Muñoz, isva

María se pone en camino

Reproducimos parte del mensaje del Papa Francisco de la XXXVII Jornada Mundial de la Juventud, inspirado en unas palabras del pasaje de la visitación: “María se levantó y partió sin demora” (Lc 1,39).

María, después de la Anunciación, hubiera podido concentrarse en sí misma, en las preocupaciones y temores debidos a su nueva condición. Pero no; ella confió plenamente en Dios. Pensaba más bien en Isabel. Se levantó y salió a la luz del sol, donde hay vida y movimiento. Aunque el impactante anuncio del ángel haya provocado un “terremoto” en sus planes, la joven no se dejó paralizar, porque en ella estaba Jesús, el poder de la resurrección. Dentro de ella ya estaba el Cordero inmolado, pero siempre vivo. Se levantó y se puso en marcha, porque estaba segura de que los planes de Dios eran el mejor proyecto posible para su vida. María se convirtió en el templo de Dios, imagen de la Iglesia en camino, la Iglesia que sale y se pone al servicio, la Iglesia portadora de la Buena Noticia.

Experimentar la presencia de Cristo resucitado en la propia vida, encontrarlo “vivo”, es la mayor alegría espiritual, una explosión de luz que no puede dejar a nadie “quieto”. Nos pone en movimiento inmediatamente y nos impulsa a llevar esta noticia a otros, a dar testimonio de la alegría de este encuentro. Es lo que animó la prisa de los primeros discípulos en los días siguientes a la resurrección: “Las mujeres, atemorizadas pero llenas de alegría, se alejaron rápidamente del sepulcro y fueron a dar la noticia a los discípulos” (Mt 28,8).

Los relatos de la resurrección utilizan a menudo dos verbos: despertar y levantarse. Con ellos, el Señor nos insta a salir a la luz, a dejarnos llevar por Él para cruzar el umbral de todas nuestras puertas cerradas. “Es una imagen significativa para la Iglesia. También nosotros, como discípulos del Señor y como comunidad cristiana, estamos llamados a levantarnos rápidamente para entrar en el dinamismo de la resurrección y dejarnos guiar por el Señor

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Alégrate Páginas marianas

en los caminos que Él quiere mostrarnos” (Homilía de la solemnidad de san Pedro y san Pablo, 29 de junio de 2022).

La Madre del Señor es modelo de los jóvenes en movimiento, no inmóviles frente al espejo contemplando su propia imagen o “atrapados” en las redes. Ella estaba totalmente orientada hacia el exterior . Es la mujer pascual, en permanente estado de éxodo, de salida de sí misma hacia el gran Otro que es Dios y hacia los demás, los hermanos y las hermanas, especialmente los más necesitados, como lo fue su prima Isabel.

María se dejó interpelar por la necesidad de su prima anciana. No se echó atrás, no permaneció indiferente. Pensaba más en los demás que en si misma. Y esto dio dinamismo y entusiasmo a su vida. Cada uno de ustedes puede preguntarse: ¿Cómo reacciono ante las necesidades que veo a mi alrededor? ¿Pienso inmediatamente en una justificación para desentenderme, o me intereso y me pongo a disposición? Por supuesto, ustedes no pueden resolver todos los problemas de su propia zona. A la Madre Teresa le dijeron una vez: “Lo que usted hace es solo una gota en el océano”. Y ella respondió: “Pero si no lo hiciera, el océano tendría una gota menos”.

Ante una necesidad concreta y urgente, hay que actuar con rapidez. Queridos jóvenes, ¿qué “prisas” los mueven? ¿Qué les hace sentir el impulso de moverse, tanto que no pueden quedarse quietos?

La prisa de la joven de Nazaret es la de quienes han recibido dones extraordinarios del Señor y no pueden dejar de compartir, de hacer desbordar la inmensa gracia que han experimentado. Es la prisa de los que saben poner las necesidades de los demás por encima de las suyas. María es un ejemplo de persona joven que no pierde el tiempo buscando la atención o la aprobación de los demás -como ocurre cuando dependemos de los “me gusta” en las redes sociales-, sino que se mueve para buscar la conexión más genuina, la que surge del encuentro, del compartir, del amor y del servicio.

¡El momento de levantarse es ahora! ¡Levantémonos sin demora! Y, como María, llevemos a Jesús dentro de nosotros para comunicarlo a todos. En este hermoso momento de sus vidas, sigan adelante, no pospongan lo que el Espíritu puede hacer en ustedes. De todo corazón bendigo sus sueños y sus pasos.

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Papa Francisco

Síntesis de una experiencia

Abundates Gracias de Dios

El Carisma Paulino es hacer una inmersión en todo lo que de profundo y riqueza tiene nuestra espiritualidad, transmitida por el Fundador, Padre Santiago Alberione, pero alimentada por la fuente inagotable de San Pablo, al que con toda razón y firmeza llamaba Alberione: Padre y Fundador de la Familia Paulina, pues en Pablo y de Pablo nació esta obra.

El Carisma me ha descubierto la magnitud de la obra de Alberione en sus escritos, en su pensamiento, en su propia alma y lo que él deseo legarnos a cuantos profesamos en esta “¡admirable Familia!”, dicho con sus propias palabras.

Durante este tiempo, los temas han tratado en primer lugar de la persona, Cartas y espiritualidad de San Pablo. Yo precisamente elegí como tema de la Tesis final la trayectoria de Pablo, vida y Viajes; y la Carta a los Tesalonicenses.

Dado que he recibido la gracia -regalo gratuito de Dios-, de participar en parte del Curso sobre el “Carisma Paulino”, que todos los años se imparte en Roma para la Familia Paulina, deseo trasmitir alguna reflexión sobre esta valiosísima experiencia, aunque nunca podría expresar lo que realmente ha sido.

Después, nos han ido exponiendo las distintas obras de Alberione (que titularé en español, aunque se ha trabajado todo con textos en italiano; algo que me ha hecho decidir conseguir a conocerlo y hablarlo, pues al fin es la lengua “madre” de nuestra Familia Paulina):

“Las abundantes riquezas de la gracia”. “Alma y cuerpo por el Evangelio”. “La mujer en el siglo XX”. “Teología Pastoral”. “La Comunicación al estilo de Pablo”. “Catecismo

22 Alégrate testimonio

Pastoral”. “Liturgia”. “La mujer asociada al celo sacerdotal”. Y otros temas que no deseo cansar enumerándolos. Ciertamente, citar estos títulos en italiano tiene un cierto sabor alberioniano.

Todo ello nos ha hecho entrar tan de lleno en nuestra espiritualidad Paulina que no puede por menos que dar los frutos de una continuidad en su estudio, meditación y deseo de llevarlo a la propia vida.

Otro aspecto importante ha sido la intensa y alegre convivencia fraterna en la que se ha desarrollado todo el Curso y el enriquecimiento personal que ello ha supuesto. Éramos participantes de distintas nacionalidades: de Italia, África, Japón, China, India, Filipinas, México, Argentina, Chile. Por ello, era tan importante dominar la lengua italiana para unificar las clases y trabajo en grupo. Esta variedad de lenguas y, lógicamente de idiosincrasia ha hecho que la fraternidad se viviera con verdadero espíritu Paulino. Ha sido maravilloso y enriquecedor en todos los aspectos. Personalmente he comprendido unas palabras de Nuestro Padre Fundador:

“esta admirable Familia” . Y de verdad que lo es. En buen sentido, debemos sentirnos

agradecidos a Dios y orgullosos (sin vanagloria), de haber sido llamados a esta Familia religiosa, de tener un tan rico legado y saber que caminamos hacia Dios acompañados y ayudados por unos hermanos y hermanas.

En este último aspecto me ha llenado de gozo conocer las ramas de la Familia que no tienen presencia en España: Pastorcitas y Apostolinas . Son de una gran cercanía, preparación y sencillez. Ello lo hemos comprobado, no sólo en las clases, en que hemos tenido profesorado de todas las Congregaciones Paulinas, sino en la visita a las distintas Casas Generalicias, donde hemos sido tratados como parte de la familia.

Solo quisiera tener la suficiente elocuencia en las palabras para ponderar la abundancia de gracias que el Señor ha derramado en nosotros; y la virtud para ser digna de pertenecer a esta “maravillosa familia”. Pero, en mi “povertà”, sólo puedo ofrecer deseos. ¡Quiera Dios hacerlos realidad para gloria suya!

Alégrate 23
Maite Ballesteros, ISF esta

España: los Paulinos en diálogo

Sontres los modelos de visitas del Gobierno General a las circunscripciones que contempla nuestra normativa jurídica: la “canónica”, en coincidencia con el cambio del gobierno circunscripcional; la “fraterna”, debida a la iniciativa del Superior General o a petición de una casa o circunscripción; y la de “evaluación”, a los pocos meses de haberse celebrado un capítulo provincial o asamblea regional. Este último tipo de visitas es el que han llevado a cabo los Consejeros Generales, padres Valdecir Conte y Alan Gamutan, del 12 al 17 de junio, a nuestra Provincia.

Han sido días alegres, de grata convivencia, de franco y abierto diálogo, entre los visitadores y los paulinos de España, según los diversos consejos, las comunidades y las actividades apostólicas, ya de manera grupal, ya de manera individualizada. Todo ello, realizado en clima fraterno y encaminado a promover la vida religiosa de los miembros y las actividades apostólicas que estamos realizando. Y como no podía ser de otra manera, teniendo siempre presente el espíritu del Fundador, el beato Santiago Alberione, y las necesidades reales de nuestra Congregación en España.

24 Alégrate
Vida Paulina

Pías Discípulas del Divino Maestro: Nuevo Gobierno General

Las religiosas Pías Discípulas del Divino Maestro, una de las diez Ramas de la Familia Paulina fundada por el beato Santiago Alberione, han celebrado, en Camaldoli (Italia), su décimo Capítulo General.

En clima de oración y de discernimiento, sintiéndose herederas del carisma recibido, en comunión con la Iglesia y abiertos los ojos a la realidad del tiempo presente, han analizado la vida de la Congregación en los últimos seis años y han aprobado el programa que tratarán de llevar a la práctica en el nuevo sexenio que comienza ahora.

Una etapa muy importante del Capítulo General ha sido la de la elección de la nueva Superiora General, Sor M. Bernardita Meraz Sotelo, para el sexenio 2023 – 2029. Sor Bernardita ha nacido en El Molino Namiquipa, provincia de Chihuahua, México, el 27 de febrero de 1958. Y para colaborar con ella en el Gobierno General de la Congregación, han sido elegidas las siguientes cinco Consejeras Generales: Sor M. Lidia Natsuko Awoki, Sor M. Clémentine Kazadi Kasongo, Sor M. Kanikai Isaac, Sor M. Louise O’Rourke, y Sor M. Paola Gasperin.

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+ Teófilo Pérez Rojo, ssp

ElP. Teófilo nació en Gordaliza del Pino (León), el 18 de septiembre de 1935, quinto de seis hermanos (tres hermanos y tres hermanas). Entró en la Sociedad de San Pablo, en Zalla (Vizcaya), el 15 de octubre de 1952. Emitió la profesión perpetua, en Roma, el 8 de septiembre de 1960 y en la misma ciudad fue ordenado sacerdote el 1 de julio de 1962.

Después de ordenado sacerdote y de haber completado en Roma sus estudios de Teología y Filosofía, regresó a España en 1965, donde comenzó ejerciendo como Prefecto de Estudios, profesor de Filosofía y director de Revistas. Elegido Consejero General en 1975, regresó a Roma, donde permaneció hasta 1986. Después de una breve estancia en Venezuela, volvió a España, concretamente a Madrid, y es nombrado Director de Ediciones Paulinas, compromiso al que se le añade posteriormente el de Superior de la Comunidad.

En 1988 fue nombrado Superior Provincial de la Provincia de España y en 1992 fue reelegido Consejero General y Vicario General. Al final de su mandato prosiguió al servicio del Gobierno General y de la Congregación, en Roma, hasta el final de sus días, entregado con generosidad a diversos quehaceres: traductor, animador, coordinador del Equipo Internacional Itinerante, Delegado de su Comunidad, miembro del Centro de Espiritualidad Paulina...

El P. Teófilo ha sido una persona verdaderamente amable, serena, tranquila. De inteligencia viva, exigente consigo mismo y fiel a sus compromisos. Siempre atento a las necesidades de los demás y siempre dispuesto a ayudar. ¡Descanse en paz!

Sumario 26 Alégrate en la casa DEL PADRE

2. Jornada Mundial de Responsabilidad del Tráfico.

5. 1990, aniversario de la muerte de la Hna. Elisa Ríos, HSP.

8. 1934, comienzo de la Sociedad de San Pablo en Bilbao.

9. 2006, aniversario de la muerte del P. Justo Fernández, SSP

20. 1995, aniversario de la muerte del Hno. Eugenio Bañuelos, SSP.

25. Fiesta del Apóstol Santiago, Patrón de España.

26. Jornada de los abuelos y personas mayores.

27. 1918, aniversario de la muerte del venerable Maggiorino Vigolungo.

31. 2011, aniversario de la muerte del P. José Fernández de Larrea, SSP.

7. 1915, inauguración del primer Tabernáculo de la Familia Paulina en Alba.

7. 2001, aniversario de la muerte del P. Miguel Fernández de Prada, SSP.

15. Solemnidad de la Asunción de la Virgen María.

15. 1924, comienzo de la adoración eucarística nocturna de la Pías Discípulas.

20. “Dies natalis” de la Sociedad de San Pablo en Alba (1914).

- 2013, aniversario de la muerte del P. Antonio Fernández, SSP.

- 2019, aniversario de la muerte del Hno. José Antonio Caño, SSP.

29. 2004, aniversario de la muerte del Hno. Manuel Regueiro, SSP.

30. 1949, aniversario de la muerte de la Hna. Teresita Herrero, PDDM.

- 1960: Aprobación definitiva de las Pías Discipulas del Divino Maestro.

1. Jornada Mundial de Oración por toda la Creación (9ª).

3. María Madre del Buen Pastor, Fiesta Titular de las Pastorcitas.

4. San Gregorio Magno, papa y doctor de la Iglesia.

- 2003, aniversario de la muerte del Hno. Julián Villaizán, SSP.

-2020, aniversario de la muerte del Hno. Matías Morán, SSP.

8. Fiesta de la Natividad de la Santísima Virgen.

12. 1913, el P. Alberione, en el Santuario de la Moretta (Alba), recibe el encargo. de dirigir la Gazzeta d’Alba: comienzo del apostolado de la comunicación social.

12. Fundación del Instituto de San Gabriel.

14. Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz.

15. 2013, aniversario de la muerte de la Hna. Clara Queboli, HSP. 2019, aniversario de la muerte de José Lozano Alonso, ISF.

17. Jornada Mundial del Turismo

- 1996, aniversario de la muerte de la Hna. Anunciatina Guidi, HSP

- 2020, aniversario de la muerte del P. Horacio Solís, SSP

24. Jornada Mundial de Oración por el emigrante y el refugiado (109ª).

28. 2013, aniversario de la muerte del P. Julio Bayón, SSP.

29. Fiesta de los Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael. Titular del Instituto San Gabriel Arcángel.

Alégrate 27
CALENDARIO
Julio Agosto Septiembre

Es necesario que nos dirijamos con más fervor a la Reina de los Apóstoles…Ella es nuestra Madre, Maestra y Reina: de ella esperamos las gracias necesarias para cada uno (Para una renovación espiritual, 3).

No debemos estar mirando lo que hace uno y lo que hace otro: el ideal es vivir de Jesús, vivir como él, que es el Maestro: solo él es el camino que conduce al cielo (Prédicas del Primer Maestro 1, 70)

Viniendo a nosotros, Jesús quiere producir sus frutos en el alma; frutos de santidad, frutos de obediencia, frutos de castidad, de espíritu bueno, de pobreza… La comunión hecha diariamente con fervor produce gran fruto (Prédicas del Primer Maestro 2, 26)

Quien va de camino, fácilmente se cubre de polvo: es preciso que al final del viaje se limpie; es necesario que, por la noche, antes de acostarnos, limpiemos nuestra alma con el arrepentimiento (Prédicas del Primer Maestro 2, 95)

INSTITUTOS PAULINOS DE VIDA SECULAR CONSAGRADA Protasio Gómez, 15 28027 MADRID
917 425 113
+34
institutos@sanpablo.es

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