Revista Alégrate nº 206

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Institutos paulinos de vida secular consagrada NÚMERO 206| ENE-MAR 2024

Editorial:

Siempre abiertos al Señor 3

Conocer a san Pablo: Elementos biográficos 4

Instituto San Gabriel Arcángel:

Profesión Consejos Evangélicos 6

Instituto Virgen de la Anunciación:

Instituto Santa Familia:

Intenciones del mes de la Conferencia

Episcopal Española

EneroJulio

Por todos los que creemos en Cristo, para que desde el respeto y el reconocimiento mutuo avancemos con pasos concretos hacia la unidad querida por Él

Julio Febrero MarzoJulio

Por los religiosos y religiosas de vida contemplativa, para que el Señor los enriquezca con nuevas vocaciones que puedan sostener la misión de la Iglesia siguiendo el ideal de la oración constante y la vivencia de los consejos evangélicos.

Por las vocaciones al sacerdocio ministerial, para que los jóvenes puedan escuchar la llamada de Dios y encuentren testigos y guías para este camino.

2 Alégrate
El sí de Cristo y el sí de María
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Santos... para dar nuevos santos 10
Jesús Sacerdote: Sacerdote, signo de contradicción 12 Donec Formetur: Vida teologal: La fe 15 Compartir la Palabra: Evangelio y no creyentes 18 Testimonio: Vocación hacia la comunicación 20 Páginas marianas: María Madre, Maestra y Reina 22 Rezo del Santo Rosario 24 Vida paulina 26 Calendario 27
Instituto
Sumario
90 años de servicio al Evangelio

Alolargo del año en curso, 2024, concretamente el día 8 de julio, se cumplirán 90 años de la presencia de la Sociedad de San Pablo en España, como primera rama de la Familia Paulina que empezaba a germinar en estas tierras. Prácticamente, con su llegada, empiezan a aparecer los primeros Cooperadores Paulinos. El 19 de marzo de 1935 llegan las primeras Pías Discípulas del Divino Maestro y el 25 de agosto de 1946 se instalaban en Barcelona las primeras Hijas de San Pablo. Entre 1981 y 2006 van apareciendo, sucesivamente, los Institutos Paulinos de Vida Secular Consagrada “Jesús Sacerdote”, “Virgen de la Anunciación”, “Santa Familia” y “San Gabriel Arcángel”. Las congregaciones Hermanas de Jesús Buen Pastor y Reina de los Apóstoles no han llegado todavía a España.

En el momento de redactar estas líneas, todavía no se ha elaborado el programa de eventos, de diverso calado, que se irán celebrando a lo largo de todo un año en memoria de tan grato acontecimiento. No tardará en aparecer y será debidamente publicitado y dado a conocer.

Entretanto, comenzamos dando gracias a Dios por todo lo que los hermanos de esta Provincia, de ayer y de hoy, hemos podido ir realizando para gloria de Dios y la salvación de los hombres a través de nuestro carisma de evangelizar con los medios de comunicación social. Y pedimos perdón a Dios por aquello que no hemos alcanzado debido a nuestras limitaciones. Pero eso sí, de cara al futuro, en el espíritu del “Pacto de Alianza”, prometemos y nos comprometemos a buscar en todo y con todas las fuerzas, en la vida y en el apostolado, solo y siempre, la gloria de Dios y la paz de los hombres.

Alégrate 3 Editorial
Antonio Maroño, SSP
P.

Conocer a san pablo

Elementos biográficos

“Porque, aunque tengáis innumerables maestros en Cristo, sin embargo, no tenéis muchos padres; pues en Cristo Jesús yo os engendré por medio del evangelio” (1Cor 4,15).

Haciéndome eco de las palabras de Jesús: “lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis”; deseo no guardarme para mí sola las riquezas que he recibido en el Curso del Carisma en Roma, durante los meses que allí estuve. Por ello, comienza una serie continuada de artículos en los que ir profundizando en el conocimiento de Pablo, al que nuestro Fundador nos presentó como Padre y Maestro en el camino de santificación dentro de la Familia Paulina.

Ciertamente, hay detalles que ya conocemos, como muy leídos en la Sagrada Escritura, pero no estará de más refrescar esos

conocimientos y asimilar otros nuevos. Teniendo en cuenta lo que dice San Jerónimo (uno de los cuatro Grandes Padres de la Iglesia): “quien desconoce la Escritura, desconoce a Cristo”. Y San Pablo es parte viva de la Sagrada Escritura.

LAS FUENTES

Para conocer a san Pablo disponemos de dos tipos de fuentes. En primer lugar, las cartas, en las que él mismo da noticias fragmentarias de sí mismo, de su origen, de su conversión, de sus fatigas apostólicas, de sus colaboradores

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Alégrate

y adversarios, de los itinerarios de su misión.

Siete de ellas: la primera a los Tesalonicenses, la primera y la segunda a los Corintios, la dirigida a los Gálatas, la de Romanos, a Filipenses y a Filemón, son consideradas unánimemente por los críticos, como escritas personalmente por Pablo, podíamos decir que recogen el timbre de su voz. De las otras: segunda a los Tesalonicenses, la dirigida a los Efesios, a Colosenses, las dos a Timoteo y la de Tito, muchos dudan de si hay que atribuirlas directamente a Pablo o a alguno de sus colaboradores y discípulos.

Junto a las cartas están los Hechos de los Apóstoles, en donde Pablo sucede a Pedro en la función de protagonista a partir del capítulo 13 hasta el fin de dicho libro.

Es difícil poner en duda las noticias ofrecidas por los Hechos sobre los sucesos vividos por Pablo, pero hay algunos críticos como Günther Bornkamm desconfían del método concordista de combinar materialmente los datos de las dos fuentes. Así afirma Bornkamm: «No es posible tomar sin reserva los Hechos como hilo conductor en el que insertar en cada ocasión

las cartas como complementos o ilustraciones adecuadas; y tampoco es lícito llenar las lagunas que ofrecen las Cartas sirviéndose indiscriminadamente de las abundantes noticias que pueden deducirse de los Hechos».

Aunque las Cartas no fueron escritas con una intención autobiográfica, aparecen en ellas muchos datos que aportan conocimientos de primera mano. Los pasajes autobiográficos más importantes (que aconsejamos releer) son: Gál 1,13-2,14; Flp 3,5-6; 2Cor 11,21-27; 12,1-10; 1Cor 15,8-11.

La otra fuente –para conocer a San Pablo-, son los Hechos de los Apóstoles, especialmente el capítulo 9 y del 13 hasta el final del libro, donde Pablo se convierte en el protagonista.

NOTA

Como nota adicional diremos que la función de la “crítica”, bien sea literaria, histórica o textual es un procedimiento de análisis de la Biblia que ayuda a comprender mejor los textos dentro del contexto en que se han escrito.

Alégrate 5 Maite Ballesteros, ISF

Instituto Santa familia

La profesión de los consejos evangélicos /1

En esta sección, dedicada al Instituto San Gabriel Arcángel, pero abierta a los otros tres Institutos Paulinos de Vida Secular Consagrada, proseguimos con la publicación de interesantes artículos aparecidos en el boletín

“Io sono con voi”, de los Gabrielinos de Italia. En los próximos cuatro números, a partir de este, centraremos nuestra atención en el interesante tema de la profesión de los Consejos Evangélicos

1. Como pertenecientes al Instituto San Gabriel Arcángel (ISGA), estamos comprometidos a vivir la profesión de los Consejos Evangélicos en todo momento de nuestra jornada conscientes del valor del compromiso asumido mediante la consagración. Cada ocupación realizada se convierte en obra de apostolado, en el espíritu común de la familia Paulina, para dar al Divino Maestro la posibilidad de desplegar, a través de nuestras modestas personas y capacidades, el fin trascendente de redención individual y social. El compromiso de conformarnos a Jesús Maestro: «no es una bella expresión, no es un consejo: es la sustancia de nuestra Congrega-

ción; es ser o no ser paulinos. ¡No se pueden hacer digresiones!» (Meditaciones a la comunidad, Pr DM, pp. 72-73).

2. La mencionada conformación a la mentalidad y a la vida del Divino Maestro, la efectuamos mediante una observancia consciente de los Consejos Evangélicos, asumidos en el Instituto, que deje transparentar, aun con la reserva con que vivimos tal servicio., la señal y el fruto del don vocacional recibido. Esto significa concretar en la vida de cada día el sentido de bienaventuranza y reconocimiento por la gratuidad divina, progresando con fe alegre y segura en el cumplimiento de nuestra misión de

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santificación en la Iglesia y en el mundo. Según el P. Alberione: «el verdadero, primero y principal trabajo del religioso es el de progresar, o sea, de perfeccionarse .... El progresar es deber de estado al

que están ordenadas las gracias de estado; al que están ordenadas las constituciones, el gobierno, la piedad». (Anima e corpo per il Vangelo, p. 58).

3. La continuidad del progreso en el conocimiento y en la capacidad de juicio, cosa que es de desear en toda persona, se convierte en un verdadero y propio deber para nosotros, comprometidos en el proceso de conformación con Jesús Verdad, Camino y Vida. En tal sentido, aun actuando en el mundo y ocupados también en la gestión doméstica de nuestra vida, somos, sin embargo, muy conscientes de que nuestra conversión a Cristo es tanto más efectiva, cuanto más se es fiel a la observancia del Estatuto y a la coherencia de nuestra vida, cualificada por la profesión de los Consejos Evangélicos de castidad, pobreza y obediencia. Es, por lo tanto, una muy oportuna la práctica de renovar periódicamente la fórmula de consagración religiosa a nuestro Instituto Secular Paulino, al cual, solemnemente, nos hemos ofrecido “con todo el corazón para conseguir la perfecta caridad en el servicio de Dios y de la Iglesia”. (Seguirá).

Alégrate 7 Giancarlos Infante, isga gabrielino de Italia

Instituto Virgen de la anunciación

El sí de Cristo y el sí de María

Esta solemnidad (de la Anunciación del Señor) recuerda el anuncio del arcángel Gabriel a la Santísima Virgen: “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo… Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús” (Lc 1, 28-31).

Elconsentimiento de María, que precedió a la encarnación de la Palabra de Dios, tiene una enorme importancia en la Historia de la salvación; efectivamente, todo nos viene de la encarnación de la Palabra. Por eso la liturgia hace memoria solemne de este misterio de nuestra salvación, que fue posible gracias a la perfecta disponibilidad de María: “Hágase en mí según tu palabra” (Lc 1, 38).

El padre Alberione, gran devoto de María, vivió y sintió

siempre la importancia de esta solemnidad, introducida en la espiritualidad paulina en relación con el magisterio de María que da a Cristo al hombre y orienta al hombre hacia Cristo.

En una oración, fechada el 22 de abril de 1958, exalta la fe de María, da gracias por el misterio de la encarnación, y pide para sí mismo y para todos sus hijos la virtud de la fe. Merece la pena reproducirla, pues ilustra bien el significado de la solemnidad.

8 Alégrate

«María, que te feliciten todas las generaciones. Tú creíste el anuncio del arcángel Gabriel y en ti se realizaron las maravillas que él te había anunciado. Te alabo con todo mi ser. Creíste en la encarnación del Hijo de Dios en tu seno virginal, y llegaste a ser la madre de Dios. Gracias a tu “sí” la Palabra se hizo carne y vivió entre los hombres. Amaneció entonces el día más dichoso de la historia humana. Por ti recibieron los hombres al Maestro divino, al sumo y eterno Sacerdote, a la víctima de propiciación, al Rey del universo.

Bendito sea el Señor que quiso dárnoslo todo por medio de ti. La fe es don de Dios y raíz de todo bien.

Concédenos, María, una fe viva, firme y dinámica: la fe que salva y santifica; fe en la Iglesia, en el Evangelio y en la vida eterna. Que aprendamos a meditar las palabras de tu Hijo bendito como tú las meditabas y conservabas fielmente en tu corazón. Que se anuncie el Evangelio a todos los hombres y con todos los medios. Que todos lo acojan con docilidad. Que todos lleguen a ser hijos de Dios. Amén.”

Hacia finales de 1958, el padre Alberione dio comienzo al Instituto “Virgen de la Anunciación”, que fue aprobado por la Iglesia el 8 de abril de 1960.

En su diario íntimo el padre Alberione escribió esta nota, sin fecha, pero que se remonta a los primeros meses de 1958: “A María, Madre, Maestra y Reina. Yo indigno hijo tuyo, acepto de corazón la voluntad de tu Jesús: completar la Familia Paulina. Daré comienzo a tres Institutos: Jesús Sacerdote, Virgen de la Anunciación y San Gabriel Arcángel. Serán almas que “arden de amor y que transforman toda su vida en apostolado” (Pío XII, Provida Mater Ecclesia)” (Don Alberione íntimo, 37).

Con fecha del 21 de marzo de 1959, el padre Alberione había escrito una tarjetita de felicitación a cada una de las Anunciatinas para indicarles el modo de celebrar su fiesta, sugiriéndoles, entre otras cosas, «la renovación del deseo y el propósito de la consagración a Dios.»

Alégrate 9 del libro Liturgia de la Familia
Paulina (pp. 28-29)

Ser santos para dar a la Iglesia nuevos santos

Dando comienzo al nuevo año, la familia consagrada se debe preguntar sobre cómo está realizando la llamada a la santidad, porque la finalidad de la pertenencia al Instituto no solo está en “salvar nuestra alma”, sino en ser santos y dar a la Iglesia nuevos santos

El beato Alberione sostenía que “salvar nuestra alma es el fin absolutamente necesario, el único”. Por ello, al comenzar el año nuevo, los miembros del Instituto deberían hacer un examen de conciencia para responder: ¿qué hago cada día por mi salvación personal y la de aquellos que Dios ha confiado a mi responsabilidad? Un día deberán dar cuenta de ello ante Dios.

El ideal de vida de cada miembro del Instituto no solo

está en el deseo de salvar la propia alma, sino que, con la ayuda de Dios, llegar a ser santos. Pues bien, cuando los esposos consagrados traten cada día de alcanzar este ideal de la vida cristiana, estarán en grado de dar a la Iglesia y al mundo nuevos santos. Esta es su misión para la renovación espiritual de la Iglesia y del mundo […].

Todos los santos proceden de una familia. El beato Alberione explica que “la santidad no

Instituto santa familia
10 Alégrate

consiste en hacer milagros, en cosas extraordinarias y excepcionales: consiste solo, y no en otra parte, en la conformidad al querer divino. Vivir la voluntad de Dios”. (Fedeltà allo Sipirito divino, Roma, Edizioni Paoline, 1965, p. 49). Por esto, su vida conyugal y familiar tiene que ser un camino que les conduce por el cotidiano cumplimiento de la voluntad de Dios a la santidad.

Por voluntad de Dios, los cónyuges consagrados unen en una sola y misma persona la dignidad de cristiano, esposo y de consagrado. Por lo tanto, al hablar de la vocación de los cónyuges consagrados a la santidad, es necesario tener presente en sus vidas estas tres formas de vida cristiana, porque toda la vida conyugal y familiar ha de ser un camino que los lleve a la santidad (...).

Tratando de alcanzar juntos la santidad, los esposos consagrados deben suscitar en sí mismos un gran deseo de dar a la Iglesia nuevos santos, muchos santos, nuevas familias santas y, sobre todo, santos esposos y santos padres, santos hijos. De esta manera, habrá familias en la Iglesia que, viviendo a ejemplo de la Sagrada Familia de Nazaret, recrearán en su vida familiar su santidad y su modo de

vida. Cuando la Iglesia tenga esposos santos, padres santos e hijos santos, experimentará su renovación (cf CL 16). Por ello, empéñense en dar, ante todo, a la Iglesia nuevos santos en sus familias, como en las demás familias cristianas (...).

La familia consagrada da a la Iglesia nuevos santos cuando ayuda a otras familias a alcanzar la santidad. Al hacerlo, está guiada por la profunda convicción de que la santidad de la familia cristiana es el medio más eficaz para realizar la renovación espiritual de la Iglesia. Al mismo tiempo, rezando con otras familias, implora a Dios la gracia de la santidad para ellos y para las demás familias cristianas. También lo deberá pedir a María, Madre de la Sagrada Familia y Santa. A San José, para pedir nuevos santos en la Iglesia, para que cada vez pueda resplandecer más por su santidad y sea renovada siempre por la acción del Espíritu Santo. En consecuencia, hoy tenemos urgente necesidad de santos, por los que debemos rogar a Dios con insistencia (CL 16).

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El sacerdote, signo de contradicción

Cristo fue, desde que nació, “signo de contradicción”; así se lo dijo Simeón cuando sus padres lo presentaron en el templo

Tres veces fue Jesús a hablar a su pueblo, Nazaret: la primera le aplaudieron, porque hablaba “como los ángeles”, era su paisano y no había más que hablar. La segunda, le silbaron porque enmendó la página al profeta Isaías. La tercera, fue la vencida: porque igualó delante de Dios a extranjeros, judíos y paganos y le empujaron por las calles del pueblo hasta las afueras, al despeñadero…

Definitivamente, este Jesús de Nazaret fue “signo de contradicción”. Predicó otra noticia distinta sin el eco del Antiguo Testamento. Iba a banquetes, era un comilón y

bebedor. Se dejaba tocar por los pecadores, era un proscrito y un apestado. Se hacía acompañar por mujeres que le servían en sus necesidades, era un incumplidor de la ley de Moisés.

Era un peregrino itinerante que no tenía donde reclinar la cabeza. Era considerado raro y estrafalario: signo de contradicción. “Vino a los suyos, y los suyos no le recibieron” ¿Para quién Jesús es signo de contradicción y piedra de escándalo? Para los soberbios, para los que se resisten a creer, se convierte en “roca de escándalo”. Y es el mismo Señor quien advierte: “Bienaventurado el que no se escandalice de mí”.

También la Iglesia fue, es y será signo de contradicción. La predicación de la Iglesia, su misma presencia en medio del mundo, resulta incómoda cuando, haciéndose eco de la

12 Alégrate Instituto Jesús Sacerdote

enseñanza de Cristo, pronuncia lo que no desea ser oído; cuando recuerda que el hombre no es Dios, que la ley dictada por los hombres no siempre coincide con la ley de Dios.

Es Dios quien hace al profeta plaza fuerte, columna de hierro y muralla de bronce. La fuerza de la Iglesia no proviene del poder de las armas, o del dinero, o del prestigio mundano. La fuerza de la Iglesia proviene de su fidelidad al Señor. La resistencia de la Iglesia radica en la fuerza paradójica del amor.

Los auténticos seguidores de Cristo, los profetas de Dios experimentarán también esta señal de contradicción. Esta es una constante que acompaña a los auténticos profetas, desde el Antiguo Testamento hasta los tiempos presentes. Los falsos profetas, los que dicen lo que la gente quiere oír y, sobre todo, los que halagan el oído de los poderosos, prosperan. Pero los profetas verdaderos resultan incómodos y provocan una reacción en contra cuando en su predicación tocan temas candentes, poniendo el dedo en la llaga de alguna injusticia o situación de infidelidad.

El sacerdote es presencia de Cristo como pastor y cabeza

entre los hombres; y sacramento viviente de Cristo en el mundo. El sacerdote es un hombre de Dios, elegido por Dios para la gloria de Dios y para el ministerio. En cierto sentido, el sacerdote llega a ser mediador de la gracia, porque “in persona Christi” predica la fe, santifica a sus hermanos con los sacramentos y los guía por los caminos del Evangelio. El sacerdote es un puente de dos sentidos, entre Dios y el hombre. Por un lado, lleva el amor de Dios a los hombres, los acerca a Dios mismo, y por otra, es el camino a través del cual pasan las almas en su viaje hacia la eternidad. Como Cristo es puente, también ellos, en algún modo, siendo sus ministros, son instrumentos eficaces para que las almas pasen y conozcan la vida eterna.

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El sacerdote es un hombre consagrado para ofrecer dones y sacrificios por los pecados. Por esto, la actividad principal del sacerdote debe ser ofrecer el sacrifico y ofrecerse en sacrificio. Es evidente que esto va más allá del simple presidir un oficio o una ceremonia.

El sacerdote debe no sólo celebrar la Eucaristía, sino debe “ser Eucaristía”. Como nos recuerda la carta “Ecclesia de Eucharistia”, la expresión “in persona Christi”, quiere decir algo más que “en nombre” o “en las veces” de Cristo, es la identificación específica, sacramental, con el “sumo y eterno sacerdote”, que es el autor y el sujeto principal del propio sacrificio.

Por lo tanto, el sacerdote debe unir su vida al cordero de Dios que carga con los pecados del mundo y se sacrifica por la salvación de las almas. El sacerdote es un hombre que vive contracorriente, ya que vive y desafía a los otros a vivir la paradoja de las bienaventuranzas, y a imitar la vida de Cristo.

Recuerdo estas palabras que leí hace mucho tiempo: Si predica más de diez minutos..., es que no acaba nunca. Si predica menos de

diez minutos..., es que no se ha preparado. Si trata de temas sociales, es que es de izquierdas. Si trata de temas morales, es que es de derechas. Si está mucho en el despacho, es que no está en contacto con la realidad. Si visita a las familias, es que no tiene nada que hacer. Si hace obras en la iglesia, es que tira el dinero por la ventana. Si no las hace, es que es un dejado […].

La identificación con Cristo hace que el sacerdote sea además signo de contradicción. Como Cristo, su misión implica morir en la Cruz en reparación por los propios pecados y por los pecados de las almas que se le han encomendado. El sacerdote está en el mundo sin ser del mundo. Y el mundo, con sus criterios, hará de él, necesariamente, un juicio negativo.

Nos iluminan y consuelan mucho las palabras de Cristo en la Última Cena: “Si el mundo os odia, sabed que me odió a mí antes que a vosotros. Si fueseis del mundo, el mundo amaría lo suyo, pero como no sois del mundo, porque yo al elegiros os he sacado del mundo, por eso el mundo os odia”.

14 Alégrate
Don Antonio Díaz Tortojada, ijs

Como para otros temas, también aquí el Fundador resume un amplísimo tema en sus puntos esenciales: 1) qué es lo que hay que conocer de estas virtudes (verdad); 2) cómo llevar tal conocimiento a la práctica (camino); qué resonancias tienen en la persona, comenzando por la oración (vida).

• La fe: “no un razonamiento, sino una gracia”

El modo correcto de vivir la fe es entenderla como respuesta a un

Expresión calificada de docilidad a la acción del Espíritu Santo en nosotros es la habilitación a la vida teologal en nosotros. Tal dimensión se manifiesta en el fiel cristiano a través del ejercicio de las virtudes teologales: fe, esperanza y caridad

don (“una gracia”): aun reflejándose en la actividad de la mente, la fe no se entiende exclusivamente como adhesión a algunas formulaciones doctrinales, sino como entrega de todo el propio ser al Dios-que-se-revela y que nos llama a dialogar de hecho con Él.

En la impostación mentalespiritual del Fundador, la fe:

• Está en estrecha relación con los sacramentos, de manera especial con referencia al bau -

Alégrate 15 donec formetur
Vida teologal la fe

tismo, dado que es “la puerta a los sacramentos”;

• Forma, con la virtud de la humildad, un binomio indisoluble: el P. Alberione invita siempre a unir fe y humildad, particularmente en relación al pacto o secreto del éxito.

• Sobre todo, en la óptica de la vida como preparación a la eternidad, la fe se ve como un elemento insustituible en la preparación de la mente: esta, con la gracia, hace parte de los medios sobrenaturales dados al hombre para “creer y obrar de manera digna del fin sobrenatural” (DF p. 21).

• Supone para el hombre el grave deber de la instrucción, del estudio de Dios y de la religión, para unirse cada vez mejor a Jesucristo con la inteligencia, inteligencia de la fe, y prepararse en la tierra para la visión eterna de Dios. Se trata, como se ha dicho, de adherirse a Jesús-Verdad hasta llegar a asumir su mentalidad.

Sobre el tema de la fe, el P. Alberione ha vuelto con frecuencia, tanto en la predicación como en sus escritos. En el primero de sus dos pequeños volúmenes Breves meditaciones para cada día del año (BM, pp. 195ss.), comenta así el texto de 1Jn 1,5-7:

“[La fe] es la luz que ilu-

mina el camino del hombre hacia el cielo. Por ella, el cristiano se distingue del filósofo, como la razón distingue al hombre del animal. El conocimiento que viene de la revelación es más perfecto, alto y seguro que el conocimiento que proviene del intelecto o de los sentidos. La fe nos hace partícipes de la sabiduría de Dios; y nos une a Dios, por ella (la sabiduría) la luz con que Dios se conoce a sí mismo llega a ser luz nuestra; la sabiduría de Dios sabiduría nuestra: Su

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Alégrate

mente, mente nuestra; Su vida, vida nuestra…”.

Pero, si es cierto que la fe es don de Dios, también es cierto que es libre nuestra adhesión a la revelación.

“Por ello, se requiere nuestro esfuerzo. Con la oración y el ejercicio, la fe se hará más firme, más operosa, más simple, más iluminada. El orgullo intelectual es la causa por la que muchos no creen o tienen una fe lánguida, ineficaz,

titubeante ante la tentación y los enemigos. Pero la fe puede ser perfeccionada hasta llegar a hacernos vivir de ella: «El justo vive por la fe» (Heb 10,38)”.

Tal “esfuerzo” nuestro se hace concreto en un riguroso esfuerzo de estudio:

“1. El estudio de la religión es, según Santo Tomás, el más perfecto, sublime, útil, gozoso, El más perfecto, porque nos acerca más a Dios, y ya da una cierta participación en la eterna bienaventuranza. Por ello, se dice en la Escritura: «Dichoso el hombre que está en la sabiduría» (Ecli 14,22).

El más sublime, porque hace al hombre más semejante a Dios que lo hace todo en la sabiduría. La sabiduría es un tesoro infinito para el hombre y quien participa de él se hace amigo de Dios.

El más útil, porque nos asegura la salvación eterna. El deseo de la sabiduría nos lleva al Cielo.

El más placentero, porque el conversar sobre cosas espirituales no causa amargura, ni aburre nutrirse de ellas, sino causa alegría y gozo.

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compartir la palabra

El EvangElio y los no crEyEntEs

Hace unos días, en una entrevista del programa “Viajando con Chester”, me sorprendieron las declaraciones del personaje Ken Follett, un escritor que ha vendido millones de ejemplares de sus libros, de uno de ellos hasta 158 millones, sí, se me quedó grabada dicha cantidad.

Hijo de padres creyentes pertenecientes a una religión no católica, pero con uso y gran estimación de la Biblia, preguntó a sus padres sobre la veracidad de sus escritos, él no los podía creer y sus padres no supieron responderle. No quería defraudarles y fue el motivo por el que se puso a estudiar Filosofía. Sufrió un duro golpe a la muerte de su hijo. Lo vivió y lo vive como una amputación. No cree en la otra vida: la considera “cuentos de hadas”; se declara abiertamente ateo. Esa entrevista me dio pie al artículo actual, pienso en las palabras de Jesús, y le pido para que revele a Ken y a todos lo que necesitamos.

En aquel tiempo, exclamó Jesús: “Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y las has revelado a la gente sencilla” (Mt 11, 25-27).

De pequeña, un primo mío me hizo daño cuando me dijo: “las parábolas de Jesús ya las conocía la gente, eran como cuentos populares, que él los tomó para su predicación”; también me molestó mucho el comentario de una amiga sobre

su duda de si podría ser cierto lo que dicen los Evangelios después de tanto tiempo. No supe responder a ninguno de los dos.

Hoy día no hay duda sobre la veracidad de los escritos bíblicos. Muchos de ellos reconocidos por la Historia profana como puede ser la misma existencia de Jesús de Nazaret. Para conocer algunos libros necesitaríamos una formación expresa de los mismos; pero hay asuntos que son generales y que se comprenden fácilmente, expresan con palabras lo que no se puede explicar con la razón y que, sin embargo, son a veces de una gran belleza como en el caso de la creación en seis días. Algo imposible, pero el mensaje queda clarísimo como Dios creador.

Sobre la composición de los Evangelios ya comenté algo en artículos anteriores.

Lo más difícil es creer en la existencia de otra vida después de morir. Comprendo muy bien a Ken, hasta a los creyentes nos cuesta creer. Santa Teresa de Lisieux vivió los 18 meses últimos de su vida compartiendo con los ateos el terror de la nada después de la muerte, en una crisis

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tremenda de fe. Yo también cuando pienso en la muerte tengo miedo de esa nada.

Ahora que aún puedo pensar, con más o menos claridad, quiero escribir sobre todo para afianzar mi fe, y para ayudar a alguien que tenga estas dudas. Hay que partir de la existencia de una parte de la persona, ya en la vida presente, llamémosla espiritual, que se nos escapa porque no podemos demostrarla con la razón y que tenemos todos, ateos o no. El sentimiento del amor pertenece a ella, y a ver quién lo demuestra. El abanico de sentimientos y demás es inmenso.

Me hago la pregunta: ¿Creo en Dios, en qué Dios creo, por qué? Sí, creo en Dios, porque muchísimas veces lo he intuido: cómo que está conmigo, sin sentirlo. Nunca lo podré entender y es, en este desconocimiento, cuando vislumbro algo suyo de su presencia. Es un regalo poder tener fe. A Dios no se puede explicar. No es una evidencia. Es algo distinto. Está en lo más profundo de cada uno y Jesús nos ha enseñado cómo es ese Dios. Lo único claro es que es nuestro Padre, siempre esperando a que el hijo pródigo regrese a Él porque lo ama. Algo que, a veces, no se puede explicar tampoco, pero en ello sí creo. Para mí, los demás dioses no existen tampoco.

Y, por último, cuando me vengan las dudas de la nada después de morir, tengo que pensar en Jesús. Él también murió, encomendó su

espíritu al Padre. Es posible que en tanto sufrimiento y como hombre, al verse abandonado por Dios, tuviese dudas de la nada, nos enseña a morir. Pero como Él resucitó, yo también resucitaré. Sus discípulos cambiaron totalmente cuando fueron llenos de su Espíritu. Sólo el Espíritu Santo puede descubrirnos este hecho, imposible para la razón, pero no para Dios. Ahí radica nuestra esperanza, en algo que no vemos. Si fuese evidente ya no sería esperanza.

Para mí es recordar a María. Saber que vive, que la voy a ver, me da seguridad. Recordar a tantos que han tenido fe y experimentado la vida de Dios. San Pablo Apóstol, Santa Teresa de Jesús, los siete hermanos Macabeos, que todos los años escuchamos en la misa, y todos los mártires de la Historia. Cada uno puede pensar en aquellos, que les dé fuerza. No es ningún cuento de hadas. Nadie da su vida por un cuento de hadas. Dios no puede engañarnos, ni Cristo tampoco, aunque no los entendamos.

Pido a Dios su bendición, su luz para todos los que no lo encuentran, ese encuentro que todos anhelamos en el fondo de nuestro ser, porque, al fin y al cabo, somos su creación. Que María nos facilite el camino que estamos recorriendo, en esta vida humana, y nos ayudemos siempre unos a otros.

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Mari Muñoz, isva

Una vocación

hacia la comunicación social

Mi acercamiento al carisma paulino comenzó al finalizar mi edad escolar, cuando buscaba en la Librería Paulinas, del Centro de Lima, algún material para mis tareas escolares de Religión, así como de catequista en la parroquia.

Pasados los años, ingresé en la Facultad de Teología, en 1985, donde empecé mis estudios como laico, aunque con la esperanza de llegar a ser sacerdote. Visitaba de modo más frecuente la librería, en busca de textos e imágenes para mis estudios y charlas. Y más tarde, ya como profesor de Religión, seguí frecuentando al mismo Centro religioso para procurarme las diapositivas y vídeos que las Hermanas Paulinas ofrecían. Aquellas religiosas de la librería que frecuentaba, se daban su tiempo para hablarme del carisma y de la figura del

fundador, obsequiándome con algún libro.

La lectura de tales libros y la asiduidad con que acudía a ese centro de apostolado, me dieron una identificación plena con las enseñanzas y visión profética del beato Alberione, lo que me moldeó hacia el perfil del comunicador católico, que él mismo proponía. A esto debo añadir el providencial encuentro y discipulado que tuve con el sacerdote paulino, Jesús Álvarez, de la Sociedad de San Pablo, llegado a Lima desde Madrid en año 1989. Con ilusión y entusiasmo, nos hizo ver la vida con visión e ilusión alberionana.

Llegado el año 1996, mientras terminaba mis estudios de un año en Bogotá, como becario del Departamento de Comunicación del CELAM, fui llamado por el obispo encargado, a ejercer como Secretario Ejecutivo de la Comisión de Comunicación Social y jefe de prensa del Episcopado Peruano. Ese periodo fue fundamental para plasmar lo que había estudiado en el CELAM, así como para nutrir con el carisma alberioniano los

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planes de comunicación de la Iglesia en el Perú.

Pasados los años, cargados de apostolado de la comunicación, en el año 2000 viajé a Roma para completar mis estudios y pude ponerme de rodillas, por primera, vez ante la tumba del aún venerable Santiago Alberione, entonces en la subcripta de la Basílica de la Reina de los Apóstoles, y ofrecerle mi vida entera para la comunicación del evangelio.

Desde hace algo más de dos años resido en Madrid, adonde llegué por encargo de mi arzobispo, para hacer un curso de

Misionología en la Universidad de San Dámaso. Tambien pude acercarme a la Sociedad de San Pablo en España y colaborar de cerca en su tarea vocacional y apostólica, concretamente en el Centro Bíblico y la revista Cooperador Paulino.

Finalmente, el pasado 28 de enero fui ordenado Diácono, perteneciente a la Arquidiócesis de Ayacucho, Perú, aunque ejerzo el ministerio diaconal correspondiente en la diócesis madrileña de Getafe. Este paso, decisivo en mi trayectoria vocacional, me ha permitido solicitar el ingreso en el Instituto Paulino Jesús Sacerdote, petición que ha sido aceptado y ahora estoy realizando la etapa del Noviciado.

En octubre pude acudir a Roma, en calidad de reportero, al final de la primera sesión del Sínodo de la Sinodalidad y, hospedado en la Casa Generalicia de la Sociedad de San Pablo, en Roma, pude postrarme de nuevo ante los restos mortales del ya beato Santiago Alberione, ahora trasladados a la planta alta del Santuario de la Reina de los Apóstoles.

Alégrate 21 José Antonio Varela Vidal, diácono ijs

Páginas marianas

María Santísima: Madre, Maestra y Reina

Contemplemos a María santísima en la historia de la humanidad:

Contemplemos a María Santísima en el consejo de la Trinidad divina: El Padre la ve como a hija predilecta de la que toma vida Jesús; el Verbo, como a madre suya; el Espíritu Santo, como a aquella que es su esposa, con quien ha de realizar una unidad de vida.

Ella es la Mujer, o sea la mujer por excelencia. Éste es el nombre que el Padre celestial le dio en el Génesis: “Yo pongo enemistad entre ti y la mujer…” (Gén 3,15); el nombre que Jesús le dio en Caná: “¿A ti y a mí qué, mujer?” (Jn 2,4) y se lo repitió desde la cruz: “Mujer, ahí tienes a tu hijo ” (Jn 19,26); es el nombre con el que la designa Juan en el Apocalipsis: “Una gran señal apareció en el cielo, una mujer

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vestida del sol” (Ap 12,1). Y es el nombre con el que la designó san Pablo escribiendo a los Gálatas: “nacido de una mujer” (Gál 4,4). ¡La Mujer!

Contemplemos a María en nuestra vida:

Ella es quien “nos da a Jesús”. Lo recibió en la encarnación y nos lo dio en Belén y en el Calvario; nos lo da, tomándolo donde está presente, donde se encuentra, allí donde es “divino Maestro” que ilumina, gobierna y santifica, es decir, en la eucaristía.

La Mujer es madre. La madre comunica la vida, la nutre, la defiende; viene siempre con las manos repletas de gracias y dones. Gracias ya preparadas por ella para todos y para cada uno.

La Mujer es maestra. La maestra habla a la inteligencia, a la voluntad, al corazón de sus discípulos, iluminándoles en cada paso, de continuo, interiormente, enseñándoles en modo especial a conocer, imitar y vivir al Maestro divino.

La Mujer es reina . La reina socorre con su poderosa mediación a sus súbditos, obteniéndoles la ayuda oportuna en el momento oportuno. Les sostiene, les protege, les defiende.

María es madre de Dios : dignidad y privilegio que es

fuente de todas las dignidades y de todos los privilegios.

María es madre de Jesucristo, por tanto, verdadera madre nuestra, pues -como señala san Pablo- somos miembros de Jesucristo (cf. 1Cor 12,27).

María es madre de la Iglesia y, por tanto, reina de los apóstoles, pues el apostolado es la plenitud de la gracia revertida en la Iglesia.

María: nombre de dignidad, de poder, de confianza; nombre de virgen, de madre, de reina.

María es la luz de la fe: en ella resplandece Jesús como la luz en una lámpara, como la llama en el candelabro.

María es vigor de fidelidad: fidelidad en el servicio de Dios: puro, constante, humilde, escondido, edificante.

María es alimento de fervor: Jesús se hizo corporal, consanguíneo de María, vivió de ella y por ella, y ella en él. También nosotros, en la comunión, nos hacemos con corporales de Jesús y, por tanto, de María.

Alégrate 23 de los escritos del beato
Giaccardo, ssp Santísima Trinidad hija vida madre a quien vida.
Timoteo

rezo del santo rosario

Segundo estudio científico muestra beneficios para la salud por rezar el rosario

Dos médicos de New York, Patricia Gerbarg y Richard Brown, hicieron un par de estudios que fueron recogidos en un best seller del New York Times escrito por el periodista James Néstor: Breath: The New Science of a Lost Art

Concluyeron que la respiración más eficiente era cuando los pacientes inhalaban durante 5,5 segundos y exhalaban durante los mismos 5,5, realizando entre 5 y 6 respiraciones por minuto.

Si bien es cierto que, al interior de la Iglesia, es ampliamente conocido que el rezo del rosario es una práctica con muchos beneficios espirituales, ahora también es reconocido por la ciencia como una fuente de salud física ya que ayuda a respirar correctamente, teniendo consecuencias muy positivas para el flujo sanguíneo y el sistema nervioso.

Investigadores de la Universidad de Pavía, en Italia, llegaron a esta conclusión en su estudio de 2001 publicado en el British Medical Journal, en el cual hicieron la prueba con 23 participantes sanos a quienes les colocaron sensores para medir la frecuencia cardiaca, el flujo sanguíneo y la retroalimentación del sistema nervioso mientras recitaban el rosario, en la lengua oficial de la Iglesia, el latín, recitando unos la primera mitad y los otros la respuesta.

Los sensores registraron una ralentización en las respiraciones de los participantes, lo que

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provocó que el flujo sanguíneo al cerebro y la variabilidad de la frecuencia cardíaca comenzara a aumentar. Esto ayudó al corazón y al sistema nervioso a funcionar con su máxima eficiencia. Los resultados además de sorprendentes fueron muy evidentes, ya que cuando los participantes volvieron a hablar y respirar normalmente esta tendencia comenzó a revertirse.

Una década después, en 2013, dos médicos de New York, Patricia Gerbarg y Richard Brown, hicieron un par de estudios que fueron recogidos en un best seller del New York Times escrito por el periodista James Néstor: Breath: The New Science of a Lost Art. Concluyeron que la respiración más eficiente era cuando los pacientes inhalaban durante 5,5 segundos y exhalaban durante los mismos 5,5, realizando entre 5 y 6 respiraciones por minuto.

Estos estudios ayudaron a pacientes sobrevivientes del 11 de septiembre quienes habían experimentado una tos crónica a causa de permanecer en los escombros. Tenían una mejora significativa con este método. Descubrieron incluso que, al practicar esta respiración por diez minutos al día, tiene efectos sorprendentes.

El mismo Néstor concluyó, a partir de diversos análisis de investigaciones pulmonares, que este “aliento perfecto” resultaba ser raíz de salud, felicidad y longevidad. Así mismo, encontró que esta técnica se hallaba ya en prácticas espirituales de todo el mundo y especialmente en el rosario.

Aunque en la actualidad este patrón de respiración se enseña en diversas maneras, por medio de aplicaciones o posturas, el rosario, además de ser una excelente práctica espiritual, contiene este beneficio para la salud incluso sin darnos cuenta, o tener que estar pensando en ello.

Para este año nuevo, un excelente propósito sería el rezo del rosario, incluso diario si es posible ya que, aunque nos limitamos a describir el beneficio físico de esta práctica, sobre todo nutre el alma y como la ciencia ahora también lo corrobora, da la salud física, permitiéndonos conseguir paz y equilibro mental en medio de un mundo que vive aceleradamente.

Alégrate 25

Consagrados al Señor para siempre

Los

Clérigos Paulinos Carlos Aguirre Reyes y Jhon Fred Ruaza

Caranzo, concluida la etapa de profesión temporal, se han consagrado para siempre al Señor con la profesión perpetua de Consejos Evangélicos de pobreza, castidad, obediencia.

El P. Miguel Carmen Hernández, Superior Provincial de la Sociedad de San Pablo en España, presidió la solemne celebración eucarística, que tuvo lugar en la Iglesia parroquial de Nuestra Señora del Buen Suceso, de Madrid, en la que ha participado -arropando a los nuevos profesos perpetuos- un numeroso grupo de fieles integrado por miembros de la Familia Paulina, colaboradores, amigos y feligreses de la citada parroquia.

El actual templo parroquial de Nuestra Señora del Buen Suceso, se levanta sobre el mismo solar que ocupó la iglesia anterior, erigida en 1968, en la que el beato Santiago Alberione celebró la Eucaristía el 24 de mayo de 1946, en el curso de una de sus visitas realizada a la Familia Paulina en España.

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Vida paulina

CALENDARIO

enero

1. Sol. de Santa María, Madre de Dios. - Jornada Mundial de Oración por la Paz.

4. 2021, aniversario de la muerte del Hno. Gabriel Aparicio, SSP.

6. Sol. de la Epifanía del Señor.

7. 1997, aniversario de la muerte de Sor. M. Oliva García, HSP.

- 2017, aniversario de la muerte del Hno. Manuel Martínez, SSP.

9. 2021, aniversario de la muerte del P. Francisco Anta, SSP.

11.2019, aniversario de la muerte de Dolores Báez, ISVA.

16. 2002, aniversario de la muerte de Guadalupe Lozano, ISVA.

18. Comienza el Octavario de Oración por la Unidad de los Cristianos.

20. 2001, aniversario de la muerte del H. Cirilo Peñas, SSP.

- 2017, aniversario de la muerte del Hno. Pablo Uriarte, SSP.

21. Domingo de la Palabra de Dios (5ª).

- 1991, M. Tecla Merlo, HSP, es declarada venerable.

- Campaña: Colecta contra el hambre en el mundo.

24. 1948, aniversario de la muerte del beato Timoteo Giaccardo, SSP.

25. Fiesta de la conversión del Apóstol San Pablo.

30. 1989, aniversario de la muerte del P. Desiderio Costa, SSP.

febrero marzo

2. Fiesta de la Presentación del Señor.

- Jornada Mundial de la Vida Consagrada (28ª).

5. 1964, aniversario de la muerte de la venerable Tecla Merlo, primera Superiora General de las HSP.

- 1998, aniversario de la muerte del H. José María López, SSP.

- 2015, aniversario de la muerte del H. Lucinio López, SSP.

9. 2011, aniversario de la muerte del H. Fco. J. Martínez de Antoñana, SSP.

10. 1924, en Alba, “dies natalis” de las Pías Discípulas.

11. Jornada Mundial del Enfermo (32ª).

12. Campaña contra el Hambre en el Mundo.

13. 2011, aniversario de la muerte del P. Miguel Rojo, SSP.

14. Miércoles de Ceniza. Abstinencia y ayuno.

18.2019, aniversario de la muerte del Hno. Vicente Hernández, SSP.

28. 2008, aniversario de la muerte de Sor Mª Fidelis Puebla, HSP.

3. Día y Colecta de Hispanoamérica.

-1990, Andrés R. Borello es declarado Venerable.

- 2014. Aaniversario de la muerte del Hno. Arturo Guinea, SSP.

8. 1916, en Mango (Italia), nace el venerable Andrés R. Borello.

10. 2017, aniversario de la muerte del P. Jesús Álvarez, SSP

11. 1988, aprobación pontificia de la “Asociación de los Cooperadores Paulinos”.

15. 1953, aprobación Pontificia de las Hijas de San Pablo.

- 2019, aniversario de la muerte de la Hna. Mercedes Barriuso, HSP.

19. Solemnidad de S. José, esposo de la Virgen María. – Día y Colecta del Seminario.

- 1935, llegan a España (Bilbao) las primeras Pías Discípulas del Divino Maestro.

20. 2008, aniversario de la muerte del P. Antonio Díaz, SSP.

21. 2013, aniversario de la muerte del P. Antonio Pinedo, SSP.

23. 2002, aniversario de la muerte de Sor Honorina Mussi, HSP.

25. 1924, las Pías Discípulas del Divino Maestro comienzan la Adoración Eucarística diurna.

31. Solemnidad de la Resurrección del Señor.

Alégrate 27

La oración ante todo, sobre todo, vida de todo. Puede venir la tentación: tengo mucho, demasiado trabajo: pero el primer trabajo para ti, la principal aportación a la Congregación es la oración (Carissimi in san Paolo, 98).

“Por mí mismo nada puedo, con Dios lo puedo todo”. Humildad, por un lado; confianza en el Señor por otro, y se progresará, se progresará constantemente (APD56, 55).

La caridad hacia Dios es, en primer lugar, el deseo de poseer a Dios y de vivir unidos a Él y, en segundo lugar, es esta verdadera unión de todo nuestro ser con Jesucristo (APD56, 128)

+34

Tenemos que caminar. ¿Hacia qué? Nuestro destino es el cielo y tenemos que prepararnos para el cielo. Nuestra vida es preparación para el cielo (APD56, 45).

INSTITUTOS PAULINOS DE VIDA SECULAR CONSAGRADA
Gómez, 15 28027 MADRID
Protasio
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