AlĂŠgrate
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octubre-diciembre octu oc ttu ubr bre dici diciie di em mbr bre 2018
Editorial
Intenciones del mes de la Conferencia Episcopal Española Julio Octubre
Sumario Editorial: 3 Todos llamados a ser santos Catequesis Paulina: "Seguir a Cristo viviendo..." 4 Como lo hizo san Pablo: Dios es la fuente de la verdadera alegría 6 Ins tuto San Gabriel: El apostolado de los Gabrielinos 8 Ins tuto Virgen de la Anunciación: Y por Parroquia... el mundo 10 Ins tuto Santa Familia: La importancia de la familia en la Iglesia 12 Ins tuto Jesús Sacerdote: Me sedujo, y me deje seducir 14 Páginas Marianas: El Santo Rosario, oración evangélica 18 El Evangelio vivido: Compar endo el estudio... 20 Memorioa agradecida 22 No cias 24 No cias 26 Calendario 27
Por los no creyentes y los que se han alejado de la fe, para que, por el testimonio de las buenas obras de los creyentes y los signos del amor de Dios, puedan llegar a reconocerlo como Padre de todos los hombres.
Julio Noviembre Por los cristianos perseguidos, para que sientan el consuelo y la fortaleza de Dios, así como la ayuda de nuestra oración. Y con el fin de que nunca se invoque el nombre santo de Dios para justificar la violencia y la muerte.
Julio Diciembre Por la paz entre todos los hombres y entre todos los pueblos, para que la celebración del nacimiento del Hijo de Dios impulse a los fieles cristianos a luchar por instaurar en el mundo la paz que Cristo trajo con su venida.
TODOS LLAMADOS A SER SANTOS
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l Santo Padre ha sorprendido muy gratamente a todo el Pueblo de Dios con la publicación, el pasado 19 de marzo, de la exhortación apostólica Gaudete et exultate. Es un documento de fácil lectura, sumamente gratificante, expresado en cinco capítulos y 177 números, que se puede leer en pocas horas, pero que está llamado a tener honda repercusión en nuestras vidas. Como este espacio da para muy poco, me limito hacer algunos subrayados. Lo que el papa Francisco se propone al publicar esta Exhortación, lo expresa con claridad prácticamente a su comienzo: “Mi humilde objetivo es hacer resonar una vez más la llamada a la santidad, procurando encarnarla en el contexto actual, con sus riesgos, desafíos y oportunidades”. Y el camino que marca para conseguir su propósito es llana e increíblemente concreto: “El Señor lo pide todo y lo que ofrece es la verdadera vida, la felicidad para la cual fuimos creados. Él nos quiere santos y no espera que nos conformemos con una existencia mediocre, aguada, licuada”. Merece la pena prestar atención a estos tres adjetivos que pueden poner en riesgo nuestra existencia: ¡mediocre, aguada, licuada! Al invitarnos a progresar por el sendero de la vida santa, el Papa pone ante nuestros ojos algunos ejemplos de auténticos gigantes de la santidad como son Teresa de Ávila, Juan de la cruz, Benito, Agustín, Tomás de Aquino, Ignacio de Loyola, Buenaventura, Francisco de Sales, Teresa de Lisieux… y otros más recientes, como Teresa de la Cruz (Edith Stein), Carlos de Foucauld, Pablo VI, Juan Pablo II, Teresa de Calcuta, el cura Brochero, y otros. Ellos nos pueden estimular a vivir siempre en tensión, siendo conscientes de que nunca alcanzaremos el grado sumo de la santidad, que es el mismo Dios. Pero, a la vez, para evitar que nos desanimemos si llegamos a constatar que, por más esfuerzo que pongamos, nunca llegaremos a alcanzar tan elevadas metas, el papa Francisco invita también al creyente a vivir la santidad en su día a día, en los quehaceres más ordinarios de la jornada. Es lo que él llama la santidad “de la puerta de al lado”, “de la clase media”. No tenemos excusa. Todos estamos llamados a ser santos. ANTONIO MAROÑO PENA, SSP
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Catequesis paulina
“SEGUIR A CRISTO VIVIENDO INTENSAMENTE EL EVANGELIO”
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l primer mes del último trimestre del presente año tiene una peculiaridad que no queremos pasar por alto y que en nada nos desvía de la trayectoria de estas reflexiones dedicadas a la CATEQUESIS PAULINA, ya que el centro de ellas es Cristo, y en este caso así lo es. Nos estamos refiriendo a lo que ha significado el Jubileo Teresiano, concedido, por vez primera y a perpetuidad, por el Santo Padre Francisco y que tendrá su clausura el 15 de octubre, fiesta de la Santa. Todos los santos han destacado por su amor a Cristo, si no, poco tendrían que ver con la santidad. En Teresa de Jesús este amor fue tan total, ardiente y enamorado que constituyó el eje de toda su vida y obra. Enamorada de Jesu4 Alégrate
cristo, mereció recibir gracias singulares, como el desposorio espiritual, la transverberación y el ser de verdad: Teresa de Jesús, a lo que el mismo Cristo manifestó: yo soy Jesús de Teresa. Mas para mantenernos en los criterios de estas reflexiones, buscamos en los Evangelios cuál fue el pensamiento central que mayor mella hizo en su corazón y que fue como la pauta de su vida. Teresa deseó y buscó cumplir el anhelo de Jesús: “Padre, que todos sean uno…” (Jn 17,21). Andar siempre juntos con Cristo; que Él sea el centro de nuestra vida y nada entendamos sino es en Él, con Él y para Él. ¿Verdad que este pensamiento nos acerca a san Pablo y a nuestro Fundador? Este camino de fraternidad
no podemos hacerlo solos, sino juntos. Para la santa reformadora la senda de la oración discurre por la vía de la fraternidad en el seno de la Iglesia madre. Ésta fue la respuesta providencial que ella dio a los problemas de la Iglesia y de la sociedad de su tiempo, y que son válidos para todos, pues en cierta manera (y aunque separados en la distancia, que no en la espiritualidad), vivimos: pequeñas comunidades a ejemplo del “colegio apostólico” y seguimos a Cristo viviendo intensamente el Evangelio. “Para esto os juntó Él aquí, hermanas –decía la Santa(Camino 2,5) y tal fue la promesa: “que Cristo andaría con nosotras” (Vida 32,11). ¡Qué hermosa definición de la fraternidad en la Iglesia: andar juntos con Cristo como hermanos! Para ello no recomienda Teresa de Jesús muchas cosas, simplemente tres: amarse mucho unos a otros, desprenderse de todo y verdadera humildad, que “aunque la digo a la postre es la base principal y la que abraza a todas” (Camino 4,4). Cada santo, como hemos dicho, manifiesta un rasgo del multiforme rostro de Dios. En Santa Teresa contemplamos el Dios cercano y compañero, que tiene sus delicias en conversar con los hombres: Dios se alegra con nosotros y sufre en nosotros. Y de ese sentir el amor de Dios, le nacía a la Santa una alegría contagiosa que trasmitía a su alrededor. Porque
un santo triste, es un triste santo, decía ella. Esta alegría es un camino que hay que andar toda la vida. Y no es una alegría superficial, instantánea, bullanguera; sino que tiene que expresar el gozo interior del alma, por ello es humilde y “modesta” (cf. Fundaciones 12,1). No se alcanza por el camino fácil, sino por la renuncia, el sufrimiento y la cruz; mirando a Cristo Crucificado y buscando al Resucitado (Camino 26,49). De ahí que la Santa recomienda que esta alegría no sea egoísta, sino que consiste en “alegrarse de que se alegren todos”. Al igual que a sus monasterios, hoy nos dice a todos: ¡No dejemos de andar alegres! Parafraseando a san Pablo: “Estad alegres en el Señor, os lo repito: ¡estad alegres!” (Flp 4,4). Ello implica gustar la alegría de formar parte de la gran familia de los amigos de Dios o, como escribe san Pablo, de “participar en la herencia de los santos en la luz” (Col 1, 12). La santidad exige un esfuerzo constante, pero es posible a todos, porque, más que obra del hombre, es, ante todo, don de Dios, y en nuestra vida todo es don de su amor. Por tanto, cuanto más imitamos a Jesús y permanecemos unidos a él, tanto más entramos en el misterio de la santidad divina. M
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Como lo hizo san Pablo
DIOS ES LA FUENTE DE LA VERDADERA ALEGRÍA
El mes de diciembre nos invita, con especial motivo, a la alegría, al gozo profundo del corazón
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iciembre nos trae las fiestas de Navidad. Por ello hemos pensado dedicar esta reflexión: a la alegría; no la bullanguera y vacía, sino la que nace y se goza desde lo más profundo del alma, ¡al gozo espiritual!; al que se refiere san Pablo cuando escribe: “Alegraos siempre en el Señor; de nuevo os digo: ¡alegraos! Que vuestra mesura sea notoria a todos” (Flp 4,4). La alegría es un elemento central de la experiencia cristiana; es la alegría de la comunión fraterna, la alegría de ser cristianos, la alegría de la fe. La Iglesia tiene la vocación de llevar la alegría al mundo (Benedicto XVI); una alegría auténtica y duradera, aquella que los ángeles anunciaron a los pastores de Belén en la noche del nacimiento de Jesús (cf. Lc 2,10). Dios se ha hecho tan cercano a nosotros, que ha lle6 Alégrate
gado a hacerse uno de nosotros, recorriendo las etapas de la vida entera del hombre. Así pues: Dios es la fuente de la verdadera alegría En realidad, todas las alegrías auténticas, ya sean las pequeñas del día a día o las grandes de la vida, tienen su origen en Dios, aunque no lo parezca a primera vista, porque Dios es comunión de amor eterno, es alegría infinita que no se encierra en sí misma, sino que se difunde en aquellos que Él ama y que le aman (Benedicto XVI). Dios nos ha creado a su imagen por amor y para derramar sobre nosotros su amor, para colmarnos de su presencia y de su gracia. Dios quiere hacernos partícipes de su alegría, divina y eterna, haciendo que descubramos que el valor y el sentido profundo de nuestra vida está en el ser aceptados, acogidos y amados por Él; y no con una acogida
frágil como puede ser la humana, sino con una acogida incondicional como lo es la divina: yo soy amado personalmente por Dios. Esta es la mayor y más consoladora verdad, la fuente de nuestra alegría. Y si Dios me acepta, me ama y estoy seguro de ello, entonces viviré en constante alegría. Este amor infinito de Dios para con cada uno de nosotros se manifiesta de modo pleno en Jesucristo. En Él se encuentra la alegría que buscamos. En el Evangelio vemos cómo los hechos que marcan el inicio de la vida de Jesús se caracterizan por la alegría. Cuando el arcángel Gabriel anuncia a la Virgen María que será madre del Salvador, comienza con esta palabra: «¡Alégrate!» (Lc 1,28). En el nacimiento de Jesús, el Ángel del Señor dice a los pastores: «Os anuncio una buena noticia que será de gran alegría para todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor» (Lc 2,11). Y los Magos que buscaban al niño, «al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría» (Mt 2,10). El motivo de esta alegría es, por lo tanto, la cercanía de Dios, el haberse hecho uno de nosotros. Esto es lo que san Pablo quiso decir cuando escribía a los cristianos de Filipos: «Alegraos siempre en el Señor; os lo repito, alegraos. Que vuestra mesura la conozca todo el mundo. El Señor está cerca» (Flp 4,4-5). Así pues, podemos afirmar con toda certe-
za que la primera causa de nuestra alegría es la cercanía del Señor, que me acoge y me ama. Nuestro corazón está hecho para la alegría. La aspiración a la alegría está grabada en lo más íntimo del ser humano. Más allá de las satisfacciones inmediatas y pasajeras, nuestro corazón busca la alegría profunda, plena y perdurable, que pueda dar «sentido» a la existencia. Cada día el Señor nos ofrece tantas alegrías sencillas: la alegría de vivir, la alegría ante la belleza de la naturaleza, la alegría de un trabajo bien hecho, la alegría del servicio, la alegría del amor sincero y puro. Y si miramos con atención, existen muchos más motivos para la alegría: los hermosos momentos de la vida familiar, la amistad compartida, el descubrimiento de las propias capacidades personales y la consecución de buenos resultados, el aprecio que otros nos tienen, la posibilidad de expresarse y sentirse comprendidos, la sensación de ser útiles para el prójimo. Pero cada día hay tantas dificultades con las que nos encontramos en nuestro corazón, tenemos tantas preocupaciones por el futuro, que nos podemos preguntar: si la alegría plena y duradera, a la cual aspiramos, no es quizá una ilusión y una huída de la realidad. ANTE LA DUDA: ¡TENEMOS A DIOS! J
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Instituto San Gabriel Arcángel
El apostolado de los Gabrielinos / 2
En cuanto a las modalidades prácticas, el Gabrielino tendrá siempre presentes las orientaciones del beato Alberione
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odos los miembros del Instituto San Gabriel Arcángel tratan de responder al deber del apostolado con todas las iniciativas a su alcance. Pero, sobre todo, nunca se olvidarán de que los medios más fecundos de apostolado son, en primer lugar, - la oración, sin la cual faltaría la misma “alma del apostolado”; - después, el sacrificio, componente irrenunciable de la vida apostólica; - y, por fin, el buen ejemplo, que el P. Alberione define “prédica silenciosa que parte de la vida y
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tiende a reformar la vida”. En cuanto a las modalidades prácticas, el Gabrielino tendrá siempre presentes las orientaciones del beato Alberione: «Apostolado fielmente realizado no solo en el mundo, sino con los medios del mundo, sirviéndose de las profesiones, actividades, fuerzas, lugares, circunstancias que respondan a las condiciones de los seglares; [...] incluyendo también lo que es nuevo y arduo, pero siempre en el espíritu de la Iglesia y según las propias normas». Por lo tanto, quienes tienen las
dotes necesarias para ello y tienen posibilidades no rehusarán ocupar cargos de importancia y de responsabilidad, en todos los sectores que les sean accesibles. En las parroquias, ámbito ordinario para su apostolado, los Gabrielinos están invitados, en la medida de sus posibilidades, en primer lugar, a crear centros de difusión de la buena prensa, discos, casettes, viodeocasettes, películas cinematográficas y otros medios que el progreso técnico pone a nuestro alcance; además, también están invitados a informar a los fieles de las retransmisiones radiotelevisivas que son provechosas para el progreso espiritual y social y, por el contrario, a señalar las que deben evitar; y también cuidarán, de manera particular, la celebraciòn de la “jornada” anual de los medios de comunicación social, en la que, como establece el decreto conciliar Inter Mirífica, «los fieles sean adoctrinados sobre sus obligaciones en esta materia, invitados a orar por esta causa y a entregar una limosna para este fin, que será empleada para sostener y fomentar, teniendo en cuenta las necesidades del orbe católico, de las instituciones e iniciativas promovidas por la Iglesia» (cf n. 18). También se empeñarán en promover de todos los modos que puedan: - La difusión de la Sagrada Escritura, con jornadas o encuentros sobre la Biblia y el Evangelio,
para que todos encuentren en ella el alimento espiritual que necesitan; - La lectura asidua del Santo Evangelio en las familias, lectura comentada por ellos mismos; - La participación activa en la liturgia, dando ellos mismos ejemplo con su participación cotidiana; - El conocimiento y estudio sistemático del Catecismo, fundamento insustituible; - La oración del Santo Rosario en las familias, tan recomendado por los Sumos Pontífices; - La asistencia física, moral y espiritual a las personas enfermas o necesitadas de cuidados. Dado que, como quería el P. Alberione, «la Familia Paulina aspira a vivir integralmente el Evangelio de Jesucristo, Camino, Verdad y Vida, en el espíritu de san Pablo, bajo la mirada de la Reina de los Apóstoles», y hace de este ideal la razón de ser de su apostolado, los miembros del Instituto San Gabriel Arcángel se empeñan en asumir en su totalidad el espíritu paulino tal como lo propone el Fundador, cooperando con todas las formas posibles para que Cristo viva en cada persona, según el espíritu de san Pablo.
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Instituto Virgen de la Anunciación
que el Espíritu responde a todas las esperanzas del espíritu humano, y de que incluso las supera, las Anunciatinas desarrollan todas sus posibilidades evangélicas con el deseo de que el mensaje de la salvación sea conocido y acogido por todos los hombres.
Y por la Parroquia... el mundo
“Haz, oh María, que sintamos en nuestro corazón las necesidades de toda la humanidad… que la grande África, la inmensa Asia, la prometedora Oceanía, la sufrida Europa, ambas Américas, ejerzan una poderosa fascinación sobre nuestras almas…” (Beato Alberione).
sotros. / Desde aquí (desde el tabernáculo) quiero iluminar. / Vivid en continua conversión”. Con esta seguridad, unidas a María y lanzadas hacia el futuro, corren hacia la meta (cf Fil 3,12-13), tratando de sembrar en todas partes semillas de luz, bondad, alegría, paz, esperanza y verdadero amor. “¿Hacia dónde camina, hacia qué meta camina esta humanidad que sigue renovándose sobre la superficie de la tierra? La Humanidad es como un gran río que va a desembocar en la eternidad. ¿Se salvará?” (Beato Alberione).
Lanzadas hacia delante Las Anunciatinas sienten la Iglesia, cooperan con la Iglesia y miran hacia el futuro con esperanza.
Las Anunciatinas viven la misma pasión apostólica de su Fundador, siempre en tensión hacia cuantos aún no tienen la luz de Cristo.
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l beato Alberione tenía en la mesa de su despacho la esfera terrestre y en la pared un mapamundi para así, al mirarlos, poder abrazar con el corazón a todos los pueblos de la tierra. Decía a sus hijos: “¿Es que el corazón de san Pablo olvidaba a alguno? ¿A una nación? ¿A una región? ¡No! Sentirse como san Pablo, deudores de todos los hombres”. Rezaba y pensaba continuamente sobre 10 Alégrate
cómo llegar, con los medios más rápidos que la técnica le ofrecía, a los millones de hombres que aún no conocían a Jesús. Repetía a menudo: “¡Ay de mí si no evangelizo “todo” y a “todos”! (cf 1Cor 9,16). Las Anunciatinas, presentes en más de 20 países del mundo, están animadas por la misma pasión del Fundador, que decía: “Haced a todos la caridad de la verdad”. Jesús es la Verdad. Convencidas de
Llamadas a ser señal de la presencia de Dios y de su amor en una sociedad, cada vez más indiferente a Jesús y su Evangelio, las Anunciatinas tratan de dar testimonio de Cristo con sus vidas. Siguiendo las huellas del Fundador, escrutan los signos de los tiempos y, apoyadas en la Iglesia, con la que, y en la que obran, afrontan los desafíos del mundo con confianza y coraje. Anuncian el evangelio a los hombres de hoy con los medios de hoy, esmerándose por llevar a Dios al hombre y al hombre a Dios. “No temáis, yo estoy con vo-
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Instituto Santa Familia
La importacia de la familia en la Iglesia
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al como estaba programado, del 21al 26 de agosto se ha celebrado en Dublín el Encuentro Mundial de las Familias 2018, con el lema “El Evangelio de la familia, alegría para el mundo”. Ha sido una semana muy intensa de encuentros y de celebraciones vivida, toda ella, en un clima de gran fiesta y de mucha alegría. Con toda la polémica avivada en torno a la figura del Papa por el proliferar de la lacra de los abusos sexuales por parte de algunos miembros del clero en Estados Unidos, Irlanda, Chile y otros países, a lo que vino a añadirse la
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publicación de la carta del antiguo Nuncio Viganò, este Encuentro internacional, que reunió en Dublín a muchos millares de familias procedentes de todas las partes del mundo, pasó casi desapercibido para la mayor parte de la opinión pública. Pero el Santo Padre ha sabido mantenerse con serenidad en todo momento, sin perder en ningún momento los papeles. Ante más de 70.000 personas reunidas en el estadio Croke Park Stadium, el papa Francisco destacó que “es hermoso celebrar, porque nos hace más humanos y más cristianos. También nos ayu-
da a compartir la alegría de saber que Jesús nos ama, nos acompaña en el camino de la vida y nos atrae cada día más a él”. En la homilía de la jornada conclusiva, el 26 de agosto, invitó a las familias a dar testimonio de vida cristiana y a ser fuente de ánimo para los demás. He aquí solo un breve fragmento de su preciosa homilía: “En este momento maravilloso de comunión entre nosotros y con el Señor, es bueno que nos detengamos un momento para considerar la fuente de todo lo bueno que hemos recibido. En el Evangelio de hoy, Jesús revela el origen de estas bendiciones cuando habla a sus discípulos. Muchos de ellos estaban desolados, confusos y también enfadados, debatiendo sobre aceptar o no sus “palabras duras”, tan contrarias a la sabiduría de este mundo. Como respuesta, el Señor les dice directamente: «Las palabras que os he dicho son espíritu y vida» (Jn 6,63). Estas palabras, con su promesa del don del Espíritu Santo, rebosan de vida para nosotros que las acogemos desde la fe. Ellas indican la fuente última de todo el bien que hemos experimentado y celebrado aquí en estos días: el Espíritu de Dios, que sopla constantemente vida nueva en el mundo, en los corazones, en las familias, en los hogares y en las parroquias. Cada nuevo día en la
vida de nuestras familias y cada nueva generación trae consigo la promesa de un nuevo Pentecostés, un Pentecostés doméstico, una nueva efusión del Espíritu, el Paráclito, que Jesús nos envía como nuestro Abogado, nuestro Consolador y quien verdaderamente nos da valentía. Cuánta necesidad tiene el mundo de este aliento que es don y promesa de Dios. Como uno de los frutos de esta celebración de la vida familiar, que podáis regresar a vuestros hogares y convertiros en fuente de ánimo para los demás, para compartir con ellos “las palabras de vida eterna” de Jesús. Vuestras familias son un lugar privilegiado y un importante medio para difundir esas palabras como “buena noticia” para todos, especialmente para aquellos que desean dejar el desierto y la “casa de esclavitud” (cf. Jos 24,17) para ir hacia la tierra prometida de la esperanza y de la libertad”. Al final de la celebración, el cardenal Kevin, presidente del Consejo Pontificio para los Laicos, la Familia y la Vida, anunció que el próximo Encuentro Mundial de las Familias, tendrá lugar en el 2021, en la ciudad de Roma.
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Instituto Jesús Sacerdote
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Me sedujo, y me deje seducir La vida del sacerdote secular está llamada a ser una vida contemplativa y esta comienza a brotar en su corazón por una seducción de Dios: “Me sedujiste, Señor, y me dejé seducir” (Jr 20,7).
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e trata de una seducción que mueve a la persona y la orienta completamente hacia Dios, empapando toda su existencia en la tensión de Dios y haciendo así realidad el espíritu del primer mandamiento: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas” (Dt 6,5). A partir de aquí, la vida del sacerdote se podría definir fundamentalmente como una búsqueda permanente de Dios, que orienta toda su existencia hacia el encuentro con Él. Nuestra mirada ha de ser solamente para Dios, nuestro deseo solamente para Dios, nuestra dedicación pastoral solamente para Dios; no queriendo servir sino a Dios solo, en paz con Dios, llegaremos a ser causa de paz para los demás. Esta seducción de Dios es fruto de un encuentro con Él, que nos sale al paso en el camino de la vida. Se trata de un encuentro que se vive ya aquí y ahora, pero como anticipo y preparación de su plenitud que tendrá lugar en la vida eterna. Por eso, el sacerdote vive en la esperanza de la vida futura, como centinela que vigila, en medio de la noche, la llegada del amanecer. El mismo nombre de sacerdote contemplativo hace referencia a lo que constituye el eje de su vida, que es la acción en la contemplación. Y lo primero que hay
que decir de ella es que el objeto al que se dirige la contemplación no es algo, sino Alguien: Jesucristo. Cristo es, para el Padre, la imagen perfecta del hombre; y es, para el hombre, la imagen perfecta de Dios. En Jesucristo, el contemplativo descubre a un Dios apasionado por el hombre en un hombre apasionado por Dios; y este misterio lo hace suyo como motor profundo que ilumina su búsqueda de Dios, a la vez que unifica y da sentido a toda su vida. Así, en esa contemplación del Hijo de Dios, el contemplativo aprende de él a saciar la sed radical de Dios que le consume y le mueve a buscarlo apasionadamente Jesucristo va absorbiendo al contemplativo de manera que éste sólo busque conocerlo y amarlo. El nombre de Jesús se escribe así en su corazón de forma indeleble. Y este nombre, pronunciado, rezado, susurrado, se convierte en el instrumento por el que el Espíritu Santo configura al sacerdote contemplativo y lo va purificando, liberando, simplificando y unificando hasta llevarlo a una armonía en su ser y en su vida que refleja cada vez más perfectamente al modelo divino. Una primera consecuencia de todo esto es que la vida sacerdotal contemplativa no es algo que podamos fabricar a nuestro antojo, sino algo que nos viene dado. Como seducción de Dios, es un don inmerecido ante el que no
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cabe otra actitud que la receptividad. Y esta gracia no puede traducirse en una vida mediocre, sino excepcional, que viene marcada por la propia vocación contemplativa, que es una llamada de Dios y no algo que uno decide arbitrariamente, como si fuera un hobby o un entretenimiento. Es Dios quien nos escoge para que seamos contemplativos. Y uno puede negarse a su seducción, pero al altísimo precio del fracaso de la propia vida interior. Por lo tanto, no estamos ante un tipo de vida que haya que conquistar, sino ante un modo de ser que hay que dejar que aflore desde lo más interior, allí donde Dios sembró, por el bautismo, la semilla de un amor infinito. Porque es precisamente en el bautismo donde está el fundamento de nuestro ser. La vida contemplativa, don y llamada gratuita de Dios, no es un añadido a la vida cristiana que se ofrece a unos pocos privilegiados, sino que tiene su origen y fundamento en el don común de todo cristiano, que es la gracia bautismal, que nos hizo pasar de la muerte a la vida, nos incorporó a Cristo, uniéndonos a su muerte y su resurrección, nos dio el 16 Alégrate
Espíritu Santo, y nos revistió de Cristo. El Catecismo de la Iglesia Católica nos recuerda que el fruto del primer sacramento va mucho más allá del perdón de los pecados: El bautismo constituye el pórtico de la vida en el Espíritu y la participación en la vida de la Santísima Trinidad; produce una verdadera transformación que hace del bautizado una criatura nueva, partícipe de la naturaleza divina, miembro de Cristo y templo del Espíritu. El bautismo nos da un nuevo ser con todas las capacidades necesarias para una vida cristiana en plenitud porque nos une a Dios mediante la fe, la esperanza y el amor; hace que vivamos bajo la inspiración del Espíritu; y nos permite participar de la vida del Resucitado, convirtiéndonos en imitadores de Dios al conformar nuestros pensamientos, palabras y acciones a los sentimientos de Cristo, y hacernos seguir sus ejemplos. De este modo somos capaces del culto y el testimonio cristianos mediante una vida santa y podemos dar gloria a Dios y aspirar a la vida eterna, porque en el bautismo se nos regala misericordiosamente la justicia. Y todo esto, que constituye la gracia bautismal, es un
don que el cristiano tiene para siempre. Reconocer y vivir la gracia bautismal con todas sus consecuencias nos lleva necesariamente a la santidad y a la vida contemplativa. En lo más hondo del ser humano existe un lugar, más íntimo a uno mismo que sí mismo, en el que Dios habita y en el que sólo se puede entrar si se es invitado por el mismo Dios y se acepta libremente la purificación necesaria para poder acoger la luz divina. El contemplativo se descubre habitado por Dios, que ha deseado establecer en él su morada con el amoroso anhelo con el que antaño quiso habitar en la ciudad santa: “El Señor ha elegido a Sión, ha
deseado vivir en ella: Ésta es mi mansión por siempre; aquí viviré, porque la deseo”. Consciente y fascinado por este descubrimiento, quien ha sido tocado por esta gracia concentra todas sus energías en descender a lo más profundo de su corazón. Ésta es la verdadera peregrinación del hombre, el viaje hacia el lugar más insondable de su ser, en el que habita Dios. Éste es el tesoro en el que el sacerdote pone su corazón, la perla preciosa por cuya adquisición vende, lleno de alegría, todo lo que tiene. En este don primero, común a todo cristiano y totalmente gratuito, se contiene y se mantiene la vida contemplativa.
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Páginas Marianas al cielo no sólo de ella, sino de todos los redimidos, que ya en la vida terrena suben allá con la esperanza y la oración; la glorificación de María y de los santos es misterio central de toda la revelación porque es el objetivo primero de la predicación de Cristo. Él habla de gloria en el reino para cuantos han escuchado y puesto en práctica la enseñanza del Señor. María está, igual que en el cenáculo, en el centro de la iglesia triunfante.
EL S SA ANTO R RO OSARIO, ORACIÓN O RACIÓN E EVANGÉLICA VANGÉLICA
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el evangelio se toman las oraciones y la formulación de los misterios: el Padrenuestro es la oración enseñada por Jesús; el Avemaría combina el saludo del ángel con el elogio de Isabel; el Gloria al Padre es el desarrollo de la fórmula trinitaria pronunciada por Jesús cuando envió los discípulos al mundo (Mt 28,19). El contenido de los misterios nos presenta en síntesis las etapas fundamentales de la vida de Cristo: encarnación, pasión, gloria. Son estos los tres 18 Alégrate
elementos que san Pablo desarrolla en su carta a los Filipenses (Flp 5,11). Vistos y sentidos con María y a través de María, se convierten en los misterios gozosos, dolorosos y gloriosos, y componen la fisonomía inconfundible del rosario, ayudando al fiel a la conservación y promoción de la fe. Sólo dos misterios, el cuarto y el quinto gloriosos, no están documentados en la Escritura, pero de ella sacan su inspiración: la asunción de María es la representación de la subida
Oración Cristocéntrica La interminable alabanza que el rosario tributa a María tiene su fundamento en Jesús, en quien termina toda alabanza. Las alabanzas a ella dirigidas quieren solo proclamar y defender con todo rigor la fe en Jesús como Dios y como hombre. Cada Avemaría dicha en eterna memoria suya nos recuerda que ha existido uno que, aun siendo felicísimo eternamente, no desdeñó el seno de una Virgen por amor a los pecadores. Alabando a María, en efecto, no se hace otra cosa que proclamar y anunciar continuamente la gracia por la cual ella es madre de Dios; en definitiva, anunciar y proclamar la encarnación del Hijo de Dios. El
Avemaría es incesante alabanza a Cristo, y Cristo constituye el objeto central del rosario, porque en los misterios gozosos se le ruega en su vida escondida; en los dolorosos, en su pasión y muerte, y en los gloriosos, en su exaltación participada a la madre y a la iglesia. Oración eclesial La Iglesia es el pueblo de los llamados a la salvación mediante la fe en Jesucristo. El rosario ofrece el conocimiento de Jesucristo y de su misterio de salvación y solicita de nuestra parte una adhesión humilde. En el desarrollo de esta oración la finalidad es el acto de fe que, vivido con María, es signo más evidente de eclesialidad, ya que ella “está unida, en la estirpe de Adán, con todos los hombres que necesitan de la salvación; y no sólo eso, sino que es verdadera madre de los miembros de Cristo, por haber cooperado con su amor a que naciesen en la iglesia los fieles, que son miembros de aquella Cabeza” (LG 53).
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El Evangelio Vivido
COMPARTIENDO EL ESTUDIO DEL EVANGELIO
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ay personas a las que la Palabra les habla inmediatamente. Desde hace unos años no es este mi caso. Casi siempre tengo que esperar un día, dos… hasta que esa Palabra me hable al corazón. Es el momento en el que sientes en lo profundo la presencia de Dios, el Amor de Dios, que se transmite en esa Palabra, que 20 Alégrate
te empuja a cambiar y, por tanto, merece la pena esperar. Lo digo para que a quien que le pase igual no se desanime, pues también es verdad que en el tiempo que me ocurre eso, las reflexiones son mucho más profundas para mí, mucho mejores que cuando empecé mis estudios de Evangelio. Por lo tanto, espe-
rar con la seguridad de que el Espíritu Santo siempre se comunica. He contado las anotaciones que tengo de ese Evangelio a lo largo de mi vida y son nueve. No son de todos los versículos del Evangelio señalado al principio. Como ejemplo, voy a compartir una de ellas: es la del 26 de agosto de 2012. Como veréis, en este caso es reflexión y oración. Me ha parecido bueno compartir por si alguien quiere orar con esa Palabra. “Muchos discípulos de Jesús, al oírle, dijeron: «Este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?»” (Jn 6, 60). “Muchos discípulos”, dice, no sabemos si fueron la mayoría, en todo caso un número respetable. Nosotros, yo, ¿a qué grupo pertenecemos?, ¿a los que les parecía duro el lenguaje de Jesús o a los que, en el silencio, sus palabras se llenaban de espíritu y de vida? Señor, ayúdame haciendo que mi confianza en Ti crezca cada día, que no se trata de
comprender lo que dices. Tus Apóstoles, muchas veces, no entenderían nada, lo mismo le pasaría a tu Madre. Pero eso no les importaba, ya que estaban viviendo una realidad que era convivir contigo, y ésta superaba tanto a su razón que ni siquiera muchas veces se pararían a pensar. Tú llenabas todas sus expectativas con creces, su confianza en Ti era total. Hoy sigues viviendo con nosotros de diferente manera, pero tan real como entonces. Ayúdanos a vivir en ti. Que esta vivencia nos llene como llenaba a María y a tus discípulos próximos. Llénanos de tu presencia Señor. Que lo único que me importe sea el vivir contigo, de modo que lo demás sea complementario, pues sé que lo que necesite mi razón me lo vas a dar Tú a su tiempo, sin necesidad de que yo razone. Gracias, Jesús, por tu presencia, por tu Vida, por tu Amor. Bendito y alabado seáis, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén. MARI MUÑOZ, ISVA
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Memoria agradecida
A las Anunciatinas Texto dirigido por el P. Amorth a las Anunciatinas de Italia, con ocasión de sus Bodas de Oro Sacerdotales
Me siento emocionado al dirigirme a vosotras, en quienes E también en estos años he pensado y por quienes he rezado todos los días, aunque no hayamos tenido encuentros, sino visitas ocasionales. Recuerdo bien aquel día de 1959, cuando el Primer Maestro me encomendó los tres Institutos: Virgen de la Anunciación, San Gabriel Arcángel, Jesús Sacerdote. Los dos primeros estaban en sus comienzos: apenas había la semilla inicial; en cuanto al Instituto Jesús Sacerdote, había que partir de cero. Realmente, era cosa de remangarse. Pero la ayuda del Señor ha sido verdaderamente extraordinaria, sobre todo en los primeros meses. Me encontré tan cargado de trabajo que, después de algunos años, pedí al Primer Maestro que me liberase de Jesús Sacerdote, y se lo encomendara al P. Lamera. Pero ni esto fue suficiente. Algunos años más tarde conseguí que el Primer Maestro confiase el Instituto San Gabriel Arcángel al P. Lino Brazo. Y así me quedé totalmente a disposición de las Anunciatinas. Os he dedicado 17 años. Puede parecer poco tiempo en comparación con el 50º (50 años de sacerdote). Pero han sido los años del crecimiento floreciente y de la organización requerida para el desarrollo. Recuerdo el primer paso, cuando se decidió formar los grupos, con una Delegada para cada grupo. Siguieron después, en Tor S. Lorenzo, los encuentros generales de las Delegadas. Y recuerdo cuando se decidió dividir Italia en zonas regionales; y se realizaron así, una vez al año, también los retiros regionales. Inmediatamente después, para ayudar a cada miembro a ser fiel a las varias prácticas de piedad, se distribuyeron los libritos de las “crucecitas”, que cada una me enviaba cada mes. Llegué a escribir hasta 600 cartas al mes para responder a toda la co22 Alégrate
rrespondencia. Mientras tanto, también se iban multiplicando los cursos anuales de Ejercicios Espirituales, para los que nos hemos hospedado en varias casas en diversas zonas de Italia, y que terminábamos con la velada de la alegría. No puedo olvidar la gran ayuda que me prestó la tan recordada Hna. Felicina Luci, siempre presente y mi fidelísima colaboradora. Estos han sido los años del comienzo. Después no faltaron los períodos de crisis y de crecimiento; sobre todo de crecimiento, desde el momento en que han venido a hacer parte del Instituto tantas otras “caras nuevas” respecto de las que ya conocía. Os bendigo de corazón y os suplico: adelante con confianza en el Señor, en la Santísima Virgen, y en el beato Alberione, que os ha amado con corazón de verdadero padre. Con afecto.
P. GABRIEL AMORTH, SSP
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Noticias
SEVILLA: ENCUENTRO DE LAS ANUNCIATINAS Anunciatinas de España hemos tenido nuestro encuenLderastroestar anual de Evaluación-Programación en Sevilla, para pomás cerca de algunas de nuestras hermanas que no podían venir a dicho encuentro. Muy en especial, de nuestra querida Dolorcitas que está sufriendo los estragos del tiempo y se encuentra muy deteriorada físicamente. Otras dos hermanas tampoco pudieron asistir por problemas de salud. El encuentro se ha tenido del 17 al 20 de septiembre, con la participación de nuestro Delegado, el Padre Antonio Maroño, Paulino. El tiempo transcurrió entre reflexiones, evaluación 2018 y programación 2019, eucaristías y visitas eucarísticas; en un ambiente fraternal de hermanas que caminan en una misma dirección. No hubo espacio para mucho más, pero sí para acercarnos a visitar a nuestra hermana Dolorcitas, enferma, y pasar unos ratos con ella. Entre comida y comida, pudimos charlar con algunos sacerdotes diocesanos que se encontraban residiendo en la Casa Sacerdotal y otros que estaban de paso. Por algunos de ellos, supimos de primera mano la grave situación de Nicaragua, en la que hay más de quinientas personas arrestadas; siendo la mayoría de ellos, jóvenes estudiantes de unos veinte años más o menos, que son golpeados y maltratados para que denuncien a otros. Y tuvimos el gusto de conocer a Monseñor Guillermo Rodríguez-Melgarejo, obispo emérito de la diócesis de San Martín, de Buenos Aires. Nos comunicó que uno de los problemas más acuciantes de Argentina es la falta de unidad familiar. Las familias están disgregadas, ya por la falta de trabajo o por otras causas. Todas estas situaciones de América latina, las tendremos presentes en nuestra oración, así como también pedimos que oren por nuestro país. DOLORES ANDRÉU, ISVA
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Calendario
Sínodo
Sumario aSÍNODO rio DE LOS JÓVENES l pasado día 15 de septiembre, la Santa Sede publicó la lista E de los participantes en la XV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, que ya ha comenzado el día 3 de octubre y que concluirá el próximo día 28. Entre los diez Superiores Generales que han sido invitados a participar en este gran evento eclesial está el Superior General de la Sociedad de San Pablo, P. Valdir José de Castro. Así lo ha decidido la Unión de Superiores Generales celebrada en el mes de mayo pasado. Unidos en la oración, pidamos al Señor que este Sínodo, que tiene como tema “Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”, produzca mucho fruto para el bien de la Iglesia, especialmente respecto a la juventud, y también por nuestro Superior General, para que pueda ofrecer su preciosa contribución, a la luz del carisma que hemos recibido del Beato Santiago Alberione.
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Octubre
Noviembre
08. 2016, muere la Hna. Rafaela Fornas, HSP 09. 2014, aniversario de la muerte de la Hna. Mercedes Barriuso, HSP. 14. 1960, aprobación pon ficia de la SOBICAIN. 15. 1995, Pías Discípulas del Divino Maestro en Toledo. 16. 2003, aniversario de la muerte de la Hna. Rosa Pive a, HSP. 18. 2017, aniversario de la muerte del Hno. Teodoro Ortega, SSP 19. Memoria del beato Timoteo Giaccardo. 20. 2013, aniversario de la muerte del P. Agapito Aliende, SSP. 28. Solemnidad del Divino Maestro, Titular de las PDDM y del Ins tuto Jesús Sacerdote. 29. 2000, aniversario de la muerte de la Hna. Edita, PDDM.
06. 1999, aniversario de la muerte del Hno. Aurelio García, SSP. 10. 2011, aniversario de la muerte de Óscar Prieto, ISF. 11. Día de la Iglesia Diocesana 15. 2014, aniversario de la muerte del P. Tomás Larrauri, SSP. 18. Jornada Mundial de los Pobres 25. Aniversario de la Dedicación del Templo de San Pablo, en Alba. 26. Fiesta del beato San ago Alberione, Fundador de la Familia Paulina. 29. Aniversario de la Dedicación del Santuario-Basílica menor Reina de los Apóstoles, en Roma. 30. 1996, aniversario de la muerte del Hno. Miguel Alfaro Toledo, SSP.P 30. 1949, muere la Hna. Teresita Herrero, PDDM
Diciembre 02. Primer domingo de Adviento 08. Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María. 08. 1965. Hijas de San Pablo en Madrid, calle San Bernardo. 11. 1987, el Canónigo Francesco Chiesa es declarado venerable. 13. 1978, aniversario de la muerte de la Hna. Graciela Justo, PDDM. 16. Comienza la Novena de Navidad. 18. 2008, aniversario de la muerte de la Hna. Epifania Bassi, HSP. 23. 1970, aniversario de la muerte de la Hna. Alicia Hierro Ruiz, HSP. 25. Solemnidad del Nacimiento del Señor. 30. Fiesta de la Sagrada Familia, Titular del Ins tuto Santa Familia.
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Sumario
INSTITUTOS PAULINOS DE VIDA SECULAR CONSAGRADA
Vuestra vocación es hermosa, bellísima, porque es precisamente una llamada a trabajar en las almas, sobre las almas, con las almas, por las almas, y gastar la vida como la gastó Jesús: por las almas (Alberione a las Pastorcitas, 1958, n. 156). Todo el trabajo espiritual, como asimismo el estudio, y máximamente el apostolado, han de tener presente, han de tomar el espíritu indicado en esta definición: Jesús Maestro, camino, verdad y vida (Alberione a las Pastorcitas, 1959, n. 226). Hay que hacer a todos el mayor bien posible. A todos: la ayuda de la oración, del consejo, de la palabra, de las ediciones, del ministerio y del ejemplo (Ut perfectus sit homo Dei, III, 60).
¿Comprendemos la misión paulina? Esta debe extenderse a todo y a todos. Es también la misión de Jesucristo: “Id por todo el mundo, predicad el Evangelio a toda la creación (Para una renovación espiritual, p. 274).
Protasio Gómez, 15 28027 MADRID +34 917 425 113 ins tutos@sanpablo.es