COOPERADOR P A U L I N O Nº 190 - SEPTIEMBRE-DICIEMBRE 2021
6
La casa que llamamos «iglesia»
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La peregrinación a Santiago
24
ANUNCIAR LA NOVEDAD DEL EVANGELIO «CONTRACORRIENTE»
Año
de sAn josé
Dominique Le TOURNEAU
¿Quién es san José? ¿Qué dicen los evangelios de él? ¿Habla de él el Antiguo Testamento? ¿Y los evangelios apócrifos? ¿De verdad era carpintero? ¿Cuáles son sus virtudes? ¿Se mantuvo virgen? ¿Ascendió al cielo? Descubre con este libro Todo sobre san José: historia, curiosidades, tradiciones, oraciones, apariciones y milagros, folclore, cronología de su festividad, iconografía, enseñanzas de los papas…
228 págs. 19,50 €
Resina, 1 • 28021 Madrid • Tel.: 917 987 426 • Fax: 915 052 050 • ventas@sanpablo.es • www.sanpablo.es
COOPERADOR P A U L I N O Revista cuatrimestral de la Familia Paulina Presidente: Miguel Carmen Director y Redactor-jefe: Antonio Maroño Pena Consejo de Redacción: Antonio Maroño Miguel Carmen José Ignacio Pedregosa Saveria Antonietti Isabel García Pierina Becerra Concepción González Colaboradores: Pedro Moreno Mons. Raúl Berzosa Victoria Luque Felicidad Izaguirre José Antonio Varela Vidal Alejandro Fernández Barrajón Antonio Lara Polaina José Fernández Lago Diseño y maquetación: Susana Rosendo Fotografía e imágenes: Equipo San Pablo Equipo Cooperador Paulino https://www.pexels.com Asesoría informática: Tomás Pastor Imprime: Rivadeneyra Depósito legal: Bl.1872-1960 Edita: SOCIEDAD DE SAN PABLO NIF: R 2800254 A Dirección: Protasio Gómez, 15 28027 Madrid Teléfono: 917 425 113 Fax: 917 425 723 E-mail: cooperador@sanpablo.es Web: www.cooperadorpaulino.es www.sanpablo.es
Por una Iglesia sinodal
Editorial
S
egún el canon 342 del vigente Código de Derecho Canónico, el Sínodo de los Obispos o Sínodo Episcopal es una asamblea de obispos escogidos de las distintas regiones del mundo, que se reúnen en ocasiones determinadas para fomentar la unión estrecha entre el Romano Pontífice y los obispos. Hasta ahora se han celebrado quince Asambleas Generales Ordinarias, entre los años 1967 y 2018. La próxima, que será la XVI, prevista en principio para el mes de septiembre de 2022, se celebrará en septiembre de 2023, con el lema «Por una Iglesia Sinodal: comunión, participación y misión». Por su parte, el papa Francisco, para garantizar y favorecer la participación de todo el Pueblo de Dios en las diversas fases del proceso, ha aprobado, con fecha del 24 del pasado mes de abril, un nuevo itinerario sinodal, que se realizará del siguiente modo: • Apertura del Sínodo (octubre de 2021). Tendrá lugar en Roma y en las diócesis. • Fase diocesana (octubre 2021-abril 2022). Se realizará una consulta a todos los fieles a través del documento preparatorio, acompañado de un cuestionario. • Fase continental (septiembre 2022-marzo 2023). Su finalidad es la de dialogar, a nivel continental, sobre el texto del primer Instrumentum laboris. • Fase de la Iglesia Universal (octubre 2023). Es la
Fue el papa san Pablo VI quien creó la asamblea sinodal, el 15 de septiembre de 1965, como respuesta al deseo de los Padres del concilio Vaticano II de mantener vivo el espíritu de colegialidad nacido de la experiencia conciliar. etapa conclusiva. Se celebrá en Roma según los procedimientos fijados en la Constitución Apostólica Episcopalis communio y el segundo Instrumentum laboris. En palabras del Secretario General del Sínodo, el cardenal Mario Grech, «la sinodalidad nos remite a la esencia de la misma Iglesia, a su realidad constitutiva, y se encamina a la evangelización». P. Antonio Maroño Pena, SSP Cooperador Paulino I 3
SUMARIO
Nº 190 - SEPTIEMBRE-DICIEMBRE 2021 DELEGACIONES
3
Editorial
6
Anunciar la novedad del Evangelio «contracorriente»
9
La casa que llamamos «iglesia»
12
Mons. Raúl Berzosa
Antonio Lara Polaina
▶
Tras las huellas del Beato Alberione
José Antonio Varela Vidal
14
El ministerio de Catequista
17
Vida consagrada
21 24
Al servicio de la familia
26
Con espíritu de pastoreo
28
▶
Victoria Luque
Alejandro Fernández Barrajón
▶
02002 ALBACETE. Concepción, 13 08003 BARCELONA. Via Laietana, 46 A 08010 BARCELONA. Ronda S. Pedro, 19-21 48001 BILBAO. Alameda Mazarredo, 3 48001 BILBAO. Colón de Larreátegui, 17 18010 GRANADA. Cárcel Baja, 14 22002 HUESCA. Santiago, 5 28012 MADRID. Pl. Jacinto Benavente, 2 28015 MADRID. San Bernardo, 114 28013 MADRID. Bordadores, 11 28021 MADRID. Resina, 1 28027 MADRID. Alcalá, 387 28027 MADRID. Protasio Gómez, 11-15 30001 MURCIA. Apóstoles, 6 07002 PALMA DE MALLORCA. Sant Miguel, 66 31003 PAMPLONA. Pl. de las Merindades, 3 33009 OVIEDO. Magdalena, 15 15705 SANTIAGO DE C. Rúa do Vilar, 37 41004 SEVILLA. Sierpes, 57 45005 TOLEDO. Rda. Buenavista, 37, 10-1º 46003 VALENCIA. Pl. de la Reina, 2 47003 VALLADOLID. Angustias, 5 50003 ZARAGOZA. Avda. Cesar Augusto, 105
Felicidad Izaguirre
La peregrinación a Santiago José Fernández Lago
Pedro Moreno
Vida Paulina
▶
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Reseñas
«Tenemos que conocer y meditar a san Pablo en su vida, obra y Cartas, para pensar, razonar, hablar, obrar como él; e invocar su paterna asistencia».
Bto. Santiago Alberione
4 I Cooperador Paulino
Madre María Escolástica-Úrsula La Madre María Escolástica-Úrsula Rivata, primera Madre de las Pías Discípulas del Divino Maestro, nace en Guarene (Cúneo, Italia) el 12 de julio de 1897. Acompañada por su padre, el 29 de julio de 1922 en Alba, entra en la aventura que la llevará por los imperscrutables caminos del Señor. El Padre Alberione, que en 1914 había dado inicio a la Pía Sociedad San Pablo con dos chiquillos, tiene ya un buen grupo de apóstoles de la buena prensa. A partir de 1915 hay también un grupo de mujeres jóvenes que precisamente hace una semana, el 22 de julio, son constituidas oficialmente con el nombre de Hijas de San Pablo. Después de su ingreso en la naciente Familia Paulina, el P. Santiago Alberione le da el nombre de Sor Escolástica, que significa discípula, y la elige como colaboradora suya para dar vida, en 1924, a la Congregación de las Pías Discípulas del Divino Maestro. El Instituto recibió el reconocimiento jurídico el 3 de abril de 1947. El 24 de marzo de 1987, en Sanfré (Cúneo), la Madre Escolástica concluyó su camino terreno. Desde el 9 de diciembre de 2013 con la promulgación del decreto sobre sus virtudes heroicas es Venerable.
Cooperador paulino Comunicación y pastoral
Nº 172 septiembre-diciembre 2015 - 2,75€
COOPERADOR
Laudato Si´ Las catorce obras de misericordia
en el Año de la Misericordia
Un centenario mirando al futuro
COOPERADOR
Educación diferenciada
P A U L I N O
P A U L I N O
Cooperación apostólica de los Paulinos de Iberoamérica
Nº 186 - MAYO-AGOSTO 2020
Cuadernillo Liturgia y Pastoral
LA LITURGIA...
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Alegría paulina
Cuestión de sentidos
COOPERADOR 21 Amazonía
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P A U L I N O Nº 187 - SEPTIEMBRE-DICIEMBRE 2020
La revista Cooperador Paulino se envía de manera gratuita a los Cooperadores Paulinos y a quienes la solicitan. Quienes deseen aportar algún donativo, en apoyo del apostolado paulino para difundir la palabra de Dios y la promoción de los valores humanos y religiosos a través de los medios de comunicación social, puede hacerlo por cualquiera de las siguientes modalidades: Por giro postal o talón a: SOCIEDAD DE SAN PABLO Calle Protasio Gómez, 15 - 28027 MADRID Concepto: Cooperador Paulino Por transferencia bancaria a: BANCO SANTANDER CENTRAL HISPANO Calle Alcalá, 445 – 28027 MADRID Cuenta: IBAN ES71 0049 5134 3721 1691 5646 BIC BSCHESMMXXX Concepto: Cooperador Paulino - 28027 Madrid
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Los 100 años de san Juan Pablo II
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¿NACER otra vez...?
APRENDE A NARRAR COOPERADOR BIEN TU VIDA
P A U L I N O Nº 188 - ENERO-ABRIL 2021
VIVIR COMO RESUCITADOS
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Cooperador Paulino 187.indd 1
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No existe un «derecho» a la eutanasia
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Los 6 «caminos» de María
COOPERADOR P A U L I N O Nº 189 - MAYO-AGOSTO 2021
10 LECCIONES EN TIEMPOS DE PANDEMIA
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14/12/20 9:18
COOPERADOR P A U L I N O Nº 190 - SEPTIEMBRE-DICIEMBRE 2021
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¿Qué tiene que decir san José a los padres de hoy?
24 «Id y ved»
PARA LEER FRATELLI TUTTI ¡Y NO PERDERNOS EN EL INTENTO!
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La casa que llamamos «iglesia»
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La peregrinación a Santiago
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ANUNCIAR LA NOVEDAD DEL EVANGELIO «CONTRACORRIENTE»
Encuéntranos en: www.cooperadorpaulino.es Le recordamos que en cualquier momento podrá darse de baja, así como ejercer sus derechos ARCO y demás derechos reconocidos en el citado Reglamento cuando resulten de aplicación. Dichas acciones podrán ejercerse enviando la solicitud por correo electrónico a: protecciondedatos@sanpablo.es o por correo postal a: SOCIEDAD DE SAN PABLO / COOPERADOR PAULINO, C/ Protasio Gómez 15 28027 MADRID, o por fax al 91 742 57 23. Para saber más sobre nuestra política de privacidad puede acceder a http://www.sanpablo.es/política_privacidad. Cooperador Paulino I 5
Mons. Raúl Berzosa, obispo emérito de Ciudad Rodrigo
Anunciar del
la
novedad
Evangelio
«contracorriente»
Solo en el siglo XX, más de 45 millones de cristianos fueron martirizados. Y, ya en pleno siglo XXI, más de 200 millones de cristianos viven cotidianamente en riesgo de persecución. 6 I Cooperador Paulino
A
firmaba Péguy que «tener la verdad es comenzar a sufrir; y defender la verdad es comenzar a morir». Equivale a un cristianismo, y a una Iglesia, que se saben signos de contradicción e Iglesia martirial. Y, esto, no en teoría. Se ha llegado a afirmar que el siglo XX ha producido más mártires cristianos que el conjunto de los otros diecinueve que le precedieron. El papa Juan Pablo II llegó a escribir: «En nuestro siglo (el XX) han vuelto los mártires, con frecuencia desconocidos. En la medida de lo posible no deben perderse sus testimonios en la Iglesia...». Anunciar el Evangelio supone martirio En efecto, la reciente historia de España, o la de los campos de concentración nazis y soviéticos, o la de las misiones en América Latina, África y Asia... son testimonio de que la Iglesia, como se ha escrito con justicia, «no solo tiene mártires, sino que toda ella es una Iglesia martirial… El martirio pertenece a la verdadera naturaleza de la Iglesia». Solo en el siglo XX, más de 45 millones de cristianos fueron martirizados. Y, ya en pleno siglo XXI, más de 200 millones de cristianos viven cotidianamente en riesgo de persecución. Con frecuencia, se silencia que los cristianos son uno de los grupos humanos más perseguidos del mundo. La Iglesia es Iglesia perseguida y martirial. O, como acertadamente se ha llegado a expresar, «la Iglesia siempre está en estado de misión y de martirio». El martirio puede ser cruento, o cotidiano e incruento. Esta persecución tiene tres grados: discriminación, discriminación con indicios de persecución y persecución abierta. Edward Novak precisa que «los mártires son también un gran patrimonio de la humanidad. Estas personas, en el lenguaje civil, son héroes de la sociedad […]. Encarnan valores de civilidad, fidelidad, solidaridad, primado de la conciencia, primado del ser sobre el tener, del heroísmo hasta la muerte, del perdón y de la ayuda […]. Por ello, son las páginas más hermosas y verdaderas de la historia. No solo las de la Iglesia, sino también de la humanidad». Un testigo del Evangelio: Henri de Lubac Me detengo brevísimamente en el magisterio de uno de los padres del Vaticano II: Henri de Lubac. Deseo que él nos responda a la misma
La Iglesia tiene la misión de descubrir al hombre su verdadera identidad y misión y de ayudar a la unidad del género humano. pregunta que nos venimos haciendo y que da sentido a la presente reflexión: «¿Qué significa existencialmente una Iglesia de parresia y de anuncio de la Palabra hasta lo martirial?». Afirma nuestro autor que la Iglesia ofrece dos caras o dos dimensiones inseparables: la visible y la invisible. Es una paradoja. Y, por ser visible, en su relación con la sociedad, muestra siempre «un equilibrio inestable». Tan pronto el Estado se convierte en perseguidor como ciertos hombres de Iglesia tratan de usurpar derechos al Estado. Este debate se produce incluso en el interior del mismo fiel cristiano cuando se pregunta cómo ser fiel y, a la vez, ciudadano. Ha sido el Evangelio, y no los Estados u otras religiones, el que ha dividido lo temporal y lo espiritual, el Estado y la Iglesia. La tentación secular es preguntarse si no debiera existir más que una religión estatal o civil y no el cristianismo en cuanto tal, y por lo mismo, la Iglesia. Es el deseo totalitarista, ya manifestado por ejemplo en Rousseau, de «reunir las dos cabezas del águila en una», y reducir todo a una sola unidad política. Pero la solución no es la simplicidad. Porque la persona humana posee, por un lado, una doble naturaleza (animal y espiritual) y, por otro lado, el creyente, como Cristo Resucitado, ha inaugurado una existencia nueva, desde el «resucitado», y, además, desarrolla dos dimensiones: la privada y la pública. Y, lo más decisivo, para entender una existencia martirial, Jesús ha establecido el principio de libertad espiritual, sabiendo que su Reino no es de este mundo y que hay que dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. Lo anterior equivale a afirmar que el Estado, o cualquier ideología totalitaria o cerrada, no son el fin supremo ni objeto de adoración, aún a costa de ser tachados los cristianos de «ateos» o, incluso, de «enemigos del género humano». La Iglesia tiene la misión de descubrir al hombre su verdadera identidad y misión y de ayudar a la unidad del género humano. Nosotros vivimos en Cristo, pero vivimos también en este mundo. Cooperador Paulino I 7
Estamos salvados en esperanza y aún tenemos que esperar. No podemos caer en la trampa de la interioridad pura. Si todo en la Iglesia mira a la eternidad es también verdad que todo le aparta de la tentación de «saltar por encima del tiempo». Con un subrayado muy interesante: la Iglesia, y por lo mismo el cristiano, como testigos de Jesucristo «sacuden los cimientos de la vida humana». La Iglesia, como el cristiano, son militantes y martiriales y nos permiten discernir que «no es posible conciliar la justicia con la iniquidad, ni la luz con las sombras, ni a Cristo con Belial». Con una advertencia: la Iglesia no es una potencia humana o material ni sus objetivos son los de este mundo. Porque «aunque vive en la carne, no combate según la carne». Se enfrentan dos dramas o angustias: la cristiana y la mundana, la desintegradora y la redentora, la del pecado y la de la cruz. Por lo tanto, decir que la Iglesia está en el mundo es decir que la Iglesia está en medio de los combates. Antes de que llegue a ser la Jerusalén gloriosa que celebre al Señor en la paz conseguida definitivamente, debe pasar por la condición de Job cuyo nombre significa lucha y trabajo. Antes de ser coronada en las alturas tiene que chocar con los poderes de este mundo y nunca conseguirá aquí abajo el triunfo y la gloria. Ella continúa su marcha envuelta en sufrimientos y oprobios y ni la prosperidad –siempre precaria– la engríe ni la adversidad la abate. Aquí encuentra el martirio su sentido y esto significa existencialmente vivir en una Iglesia martirial. Lo que le sucede a la Iglesia nos sucede a cada uno de nosotros Concluyo con las mismas palabras de Henry de Lubac: «Lo que le sucede a la Iglesia nos sucede a cada uno de nosotros en particular. Sus peligros son nuestros peligros. Sus combates son nuestros combates. Si la Iglesia fuera en cada uno de nosotros más fiel a su misión, sería sin duda ninguna, lo mismo que su mismo Señor, mucho más amada y mucho más escuchada; pero también sin duda alguna sería, como él, más despreciada y más perseguida… Si los corazones se manifestaran más claramente, el escándalo sería mucho más evidente y este escándalo supondría un nuevo impulso para el cristianismo porque adquiere un poder mayor cuando es aborrecida por el mundo… Cuando vivimos tranquilos en medio del mundo quizá sea debido a que somos sencillamente tibios». 8 I Cooperador Paulino
LA CASA QUE LLAMAMOS «IGLESIA»
ANTONIO LARA POLAINA, delegado de Liturgia de Jaén
Al comenzar un nuevo curso pastoral deberíamos detenernos y reflexionar sobre el lugar donde nos reunimos los cristianos cada domingo, esa casa grande que llamamos «iglesia» con minúscula, porque la Iglesia con mayúscula somos los cristianos, las piedras vivas (1Pe 2,4-5), aquellos en los que habita el Espíritu de Cristo.
E
s verdad que la Iglesia podría existir y vivir sin una construcción material, porque Cristo es la razón de su existencia y el Espíritu Santo la fuente de su vida. Pero la Iglesia, que peregrina sobre la tierra, no ha vivido desencarnada de las categorías espacio-tiempo, y por eso ha ido levantando edificios, que son proyección visible de su ser invisible edificio de Dios (1Cor 3,9), habitual lugar de encuentro para sus asambleas.
Las primeras reuniones organizadas por los cristianos retuvieron, cronológicamente, como primer ambiente cultual, el Cenáculo, la llamada habitación alta (Mc 14,15; Lc 22,12), en la cual, después de la muerte de Jesús, se siguieron reuniendo María y los discípulos para orar (He 1,1314). Por eso, a semejanza de aquella habitación, los lugares de culto anteriores a la basílica (siglo IV) fueron ambientes de habitaciones privadas, más o menos adaptadas al uso, convencionalCooperador Paulino I 9
mente llamadas «domus ecclesiae» (casa de la Iglesia). Las reuniones de los fieles se hacían en casa de uno de los hermanos de fe. Más tarde aparece una sala adaptada o aula para el culto con lo elemental de un ritual, recibiendo también el nombre de «ecclesia» (iglesia), «dominicum». Posteriormente, con el edicto de Milán (313), estos mismos edificios fueron convertidos en basílicas, perdiendo su fisonomía inicial de casa privada. Pero tales edificios no toman la apariencia de templos, sino que se asemejan a los lugares públicos de reunión1. Nosotros, los cristianos, somos la casa (domus) en la cual entra y se hospeda el Señor. Por eso, antes de comulgar, decimos: «No soy digno de que entres en mi casa». Y también formamos la domus Dei, la casa de Dios. Por esta razón, una casa siempre se construye en atención a los demás y nos evoca una familia, la Iglesia, una comunidad concreta. En sí misma tiene un poder de convocatoria, contiene el espíritu y el alma de quien la habita y, conforme pasa el tiempo, de tantas generaciones como han vivido en ella. La casa que llamamos «iglesia» rezuma lo que en ella se ha vivido, pues, aunque esté vacía y en silencio, sus paredes y sus piedras guardan memoria de lo ocurrido en ella, de las celebraciones en las que hemos participado. Sus muchas piedras se funden en la única y gran piedra, Cristo (cf Ef 2,20). Deberíamos acercarnos mentalmente a cualquiera de nuestras iglesias, más grandes o más pequeñas, las que el Señor ha permitido que fueran nuestra casa a lo largo de los años… Y hemos de hacerlo siempre desde la clave del encuentro con el Misterio. Nuestros edificios cumplen años… y es una buena ocasión para redescubrir su significado. Pero, antes de nada, tendríamos que intentar responder a una pregunta: ¿Qué es una iglesia? La respuesta más sencilla: «un edificio formado por paredes, columnas, techos o bóvedas…». Pero sabemos que el lugar que comúnmente llamamos «iglesia» es solo una parte de su significado, pues detrás de ella siempre está la Comunidad. La Comunidad, no la gente. No un grupo de personas aisladas que entran en el templo, se arrodillan y se sientan en los bancos, distanciadas unas de otras, lo más alejadas posible del altar, detrás de una columna, o todas en una sola nave, dejando Cf A. Lara Polaina, «La dedicación de iglesias y altares», en AA.VV., La celebración en la Iglesia, vol. III, Ritmos y Tiempos de la Celebración, Sígueme, Salamanca 1990, 549-561.
1
10 I Cooperador Paulino
Todos guardamos en la memoria esos espacios de oración, en las principales celebraciones y también cuando los templos están vacíos, en silencio. De las dos formas, nos sugieren esa dimensión de encuentro con Dios. vacía la otra, y casi siempre los primeros bancos; quedándose en los asientos que se encuentran junto a la entrada, en un rincón… La Comunidad y el sentido comunitario surgen cuando nos hacemos presentes interiormente, cuando nos ponemos en contacto unos con otros e ingresamos juntos en ese ámbito espiritual y silencioso que cada día o cada semana inauguramos y perfeccionamos con nuestra presencia, cuando nos vamos disponiendo en torno al altar para participar en la celebración. Entonces sí que podemos comenzar a hablar del sentido comunitario, que se expresa exteriormente en el edificio que llamamos «iglesia». Pero el paso de la «iglesia» con minúscula, el edificio, a la «Iglesia» con la I mayúscula, la Comunidad, será posible cuando se produzca ese silencio desde el cual surge el verdadero santuario, que formamos los cristianos. No perdamos la oportunidad de acercarnos a cualquiera de nuestras iglesias, o en las que hemos celebrado, aunque en estos momentos sea solo con la mente, las grandes o las más pequeñas, las que el Señor ha permitido que fueran nuestra casa a lo largo de los años. Cada uno de nosotros hemos recorrido ya un largo camino, un camino de silencio, de celebración. Por unos momentos, entremos en esas casas de silencio y de oración. Hay muchas formas de mirar un edificio. Nosotros, como cristianos, como celebrantes, debemos ver en las iglesias algo más que su valor artístico. Pues, en estos lugares, lo más importante es lo que no se ve y nos referimos a una persona, al protagonista de lo que ocurre en su interior, Cristo Jesús, el Señor Resucitado presente en su Iglesia. Todos guardamos en la memoria esos espacios de oración, en las principales celebraciones y también cuando los templos están vacíos, en
Deberíamos acercarnos mentalmente a cualquiera de nuestras iglesias, más grandes o más pequeñas… Y hemos de hacerlo siempre desde la clave del encuentro con el Misterio. silencio. De las dos formas, nos sugieren esa dimensión de encuentro con Dios. Y, por mucho que cambie la fisonomía de estos lugares, al llegar a ellos, por cualquiera de sus calles, al ponernos delante de sus fachadas, las seguimos encontrando como una casa abierta, que nos acoge, tanto a los hombres de la ciudad como a los que van de paso. Y nada más entrar, una vez que hemos cruzado el umbral, dejamos atrás «el mundo» y nos sumergimos en un tiempo religioso; su silencio, nuestro silencio, es una apertura a ese ser divino que está en nuestra casa. «Siempre me ha parecido fundamental que en una gran ciudad exista la posibilidad de abrir la puerta de una iglesia y mirar esa pequeña luz encendida que indica la presencia del Señor en la Eucaristía»2. Por tanto, del mismo modo que al entrar en cualquier casa familiar, aunque no haya nadie, en silencio, descubrimos que está habitada y cuáles son las caEntrevista a Paolo Portoghesi por Paolo Mattei, en 30 GIORNI 11 (2011).
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racterísticas de la familia que vive en ella, así son nuestras iglesias. Todo un símbolo para el pueblo cristiano. Pues, antes de ser un edificio artístico e histórico, es el lugar donde se reúnen los cristianos alrededor del altar, el «corazón» y el «centro» del edificio3. El altar es símbolo del Misterio de Cristo, símbolo de su Cuerpo místico, que somos la Iglesia, y lugar de su Pascua; la razón de ser de su existencia; y en eso no ha cambiado. «Nuestros templos se idean a imagen del cuerpo humano: la cabeza es el presbiterio que tiene en el altar el corazón… y la gran nave el cuerpo y los pies… la iglesia se asemeja también a una nave (de aquí las naves del templo), en continua singladura hacia el puerto final de la Historia»4. La casa que llamamos «iglesia» fue construida con mucho esfuerzo, no para que esté vacía, sino para entrar en ella y tratar con Dios. Por eso nuestras iglesias deben ser espacios de calma, de aliento, de silencio, de encuentro con el Señor y con los hermanos para orar. No las convirtamos en museos, vaciándolas de su verdadero contenido. Terminemos haciéndonos la misma pregunta: ¿Qué es una iglesia? Es la casa de la Iglesia que peregrina en un lugar concreto. Un Pentecostés permanente, cuyo precioso ejemplo es la celebración de la Eucaristía de cada Domingo, razón primera y última de cualquiera de nuestras iglesias y de la Iglesia de Jesucristo. Cf Introducción General al Misal Romano, 2002, n. 299. 4 J. Montes Bardo, Simbología del templo cristiano, en Pasión y Gloria 12 (2000) 168. 3
Cooperador Paulino I 11
TRAS LAS HUELLAS DEL BEATO ALBERIONE VISITAR LOS LUGARES SANTOS EN ITALIA 50 AÑOS DESPUÉS DE SU PARTIDA AL CIELO EN 1971 José Antonio Varela Vidal, periodista
Desde Roma llegamos hasta Alba (Cúneo, Italia), para conocer el inicio de la obra del Beato Santiago Alberione, en el año 1914.
G
eneralmente se tiene la idea de que los lugares, por decir, «santos», son los que más emocionan, y no deja de ser cierto. Primero fuimos a conocer la casa donde nació Alberione, enclavada en un paisaje piamontés realmente hermoso, llamado san Lorenzo di Fossano. El lugar ha sido rescatado y acondicionado por los Paulinos y hoy es una casa de oración, donde se puede visitar la habitación original en la que el pequeño Santiago nació y dio sus primeros pasos, incluso en medio de la estrechez que treinta metros
12 I Cooperador Paulino
cuadrados pueden ofrecer a una familia de papá, mamá y seis hermanos… Quizá por eso, al beato Alberione le inspiraba la poquedad de Belén para iniciar las obras que emprendía, aún sin contar con todos los recursos necesarios ni la aprobación de sus contemporáneos, quienes, inquietos por la forma en que solicitaba y gestionaba el dinero, le advertían que el dinero era «el estiércol del diablo». Pero este hombre firme, verdadero dirigente y constructor, sabía responder muy bien a todo y acallar voces desalenta-
doras y críticas, recordándoles que «podrá ser verdad que el dinero es el estiércol del diablo, pero ¡qué bien abona las obras de Dios!». Los reconocimientos pontificios Este estilo emprendedor lo llevó a ofrecer, al mundo y a la Iglesia, fundaciones impensables, obras colosales e industrias exitosas que fueron y son la admiración del mundo entero. No es extraño, entonces, que el papa Pablo VI le
confiriese al padre Alberione la cruz pro Ecclesia et Pontifice por sus servicios prestados a la Iglesia. Diversos encuentros se sucedieron entre ambos hasta aquel 26 de noviembre de 1971, cuando el Papa lo visitó en su lecho de muerte y lo bendijo. Una hora después de la visita del Pontífice, dejaría este mundo el «Apóstol de la comunicación social». Algunos recuerdan el comentario del Santo Padre, acerca de la austeridad y modestia de la habitación del Fundador. Se debe recordar también que el papa Juan XXIII lo invitó como superior general al concilio Vaticano II y cuando se hizo público el primer documento conciliar, el decreto Inter mirifica, dedicado a las comunicaciones sociales, el beato Alberione aseguró a sus discípulos que con este documento él veía la confirmación de Dios sobre todo lo que ellos venían realizando, y que hoy se extiende a más de 70 países en los cinco continentes. La caridad de la verdad Pero había algo más que movía al padre Alberione a realizar sus obras, y era esto: «Hacer la Caridad de la Verdad» a la humanidad. Hoy, pasados los 100 años de tal inspiración, debemos cuidar con esmero esa verdad, por lo que es oportuno reconocer con el periodista italiano Umberto Tarsitano que: «La verdad no basta con decirla, hay que protegerla con argumentos, con pruebas, hacerla llegar intacta y de manera comprensible al público porque esto es su derecho. Hacer llegar la
verdad significa también hacerla entender». Una huella de por sí indeleble en la Familia Paulina la conocimos mejor a través de la obra del padre Eugenio Fornasari, autor de la biografía mejor documentada del Beato Timoteo Giaccardo, que fue el primer sacerdote paulino en seguir a Alberione y el formador de los primeros paulinos, los «más antiguos». Del Beato Timoteo Giaccardo se conoce menos. Murió joven, pero tuvo un protagonismo gravitante en el desarrollo de las congregaciones paulinas, además de haber ejercido el periodismo con lucidez y valentía, algo que en la época del fascismo italiano le costó amenazas y castigos. Fue muy sugerente visitar la misma Piazza Savona de Alba, donde al Beato lo detuvieron y abofetearon por sus valientes editoriales en la Gaceta d’Alba, que siguió publicando con la convicción de que la verdad hace libre al ciudadano. Una vida, una huella En este feliz recorrido, se puede visitar la catedral de Alba, donde el joven seminarista Alberione sintió la llamada divina «a hacer algo por los hombres y mujeres de su tiempo», lógica que le cuadró todas las piezas cuando años más tarde, mientras predicaba en el también visitado santuario de la Madonna della Moretta, el mismo obispo de Alba lo oyó defender la «obra de la buena prensa» y de inmediato le encargó el semanario diocesano. Hoy los paulinos siguen publicándolo con una tirada semanal de 35.000 ejemplares.
Lo que más movía al padre Alberione a realizar sus obras era esto: «Hacer la Caridad de la Verdad» a la humanidad. Y dentro del recorrido, uno se conmueve al conocer los templos dedicados, en Alba, a San Pablo y a Jesucristo Divino Maestro, en Roma. Ambos fueron diseñados y orientados por el propio Alberione, mediante los cuales quiso ensalzar la espiritualidad paulina que se centra en Cristo Maestro, Camino Verdad y Vida y en el «Apóstol de los gentiles», confiándole a este último a todos los periodistas que visiten esta iglesia ubicada en la Piazza San Paolo, de Alba. Estos dos templos forman una trilogía inseparable con la Basílica de la Reina de los Apóstoles, construída junto a la Casa General de los Paulinos, en Roma, y que fuera ofrecida por Alberione a la Madre de Dios si ninguno de sus religiosos moría durante la II Guerra mundial. Damos gracias a Dios por la inmensa obra del beato Alberione, mientras abordamos el tren en la estación de Alba, desde donde el Fundador habría despedido tantas veces a sus hijas e hijos en pos de alcanzar el mundo y «llevar la palabra de Dios a los hombres de hoy, con los medios de hoy», tal como reza su inmortal e inspiradora frase. Su fiesta se celebra el 26 de noviembre, fecha de su pascua definitiva a la casa del Padre. Cooperador Paulino I 13
EL MINISTERIO DE CATEQUISTA CARTA APOSTÓLICA ANTIQUUM MINISTERIUM Victoria Luque
El día en que se recuerda litúrgicamente la figura de san Juan de Ávila (10 de mayo), el papa Francisco ha hecho pública la carta apostólica Antiquum ministerium, por la que se instituye el ministerio de Catequista. 14 I Cooperador Paulino
El Papa con esta carta alienta el compromiso misionero de todo bautizado, e invita a las Conferencias Episcopales a hacer efectivo el ministerio de Catequista.
E
n forma motu proprio, es decir, por decisión propia, Francisco, con esta carta, da un nuevo empuje a la formación y compromiso de los laicos y les ofrece como modelo la persona de san Juan de Ávila, un magnífico teólogo y catequista, quien no solo hizo accesible a todos la palabra de Dios, sino que también la transmitió como enseñanza viva de la Iglesia. Comienza Francisco diciendo en Antiquum ministerium que el ministerio de Catequista en la Iglesia viene de antiguo, por lo que, aunque lo instituye ahora, en el tercer milenio de vida de la Iglesia, sin embargo, ya en el Nuevo Testamento aparecen los maestros como parte fundamental de las primeras comunidades cristianas. Dirá Pablo a los corintios: «Pues en la Iglesia Dios puso en primer lugar a los apóstoles; en segundo lugar, a los profetas, en el tercero, a los maestros, después, los milagros, después el carisma de curaciones, la beneficencia, el gobierno, la diversidad de lenguas» (1Cor 12,28ss). Esta diaconía, indispensable para la comunidad cristiana, ya aparece en los orígenes de la Iglesia, concretándose en el servicio desinteresado de hombres y mujeres que, como maestros, enseñaban la palabra de Dios, incluso poniendo en riesgo sus propias vidas. Sobre la figura del catequista, dirá el papa Francisco: «Hombres y mujeres animados por una gran fe y auténticos testigos de santidad que, en algunos casos, fueron además fundadores de Iglesias y llegaron incluso a dar su vida. También en nuestros días, muchos catequistas capaces y constantes están al frente de comunidades en diversas regiones y desempeñan una misión insustituible en la transmisión y profundización de la fe». Ser catequista Pero ¿qué entendemos por catequista? Según el Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, «el Catequista es al mismo tiempo testigo de la fe, maestro y mistagogo,
acompañante y pedagogo que enseña en nombre de la Iglesia. Una identidad que solo puede desarrollarse con coherencia y responsabilidad mediante la oración, el estudio y la participación directa en la vida de la comunidad». Este ministerio, fuertemente vocacional, requerirá a partir de ahora, del discernimiento del obispo y del rito de institución. Así, el papa Francisco entiende que se trata de un servicio estable que se presta a la Iglesia local según las necesidades pastorales identificadas por el Ordinario del lugar, realizado por laicos, al que están llamados «hombres y mujeres de profunda fe y madurez humana, que participen activamente en la vida de la comunidad cristiana, que puedan ser acogedores, generosos y vivan en comunión fraterna, que reciban la debida formación bíblica, teológica, pastoral y pedagógica para ser comunicadores atentos de la verdad de la fe, y que hayan adquirido ya una experiencia previa de catequesis. Se requiere que sean fieles colaboradores de los sacerdotes y los diáconos, dispuestos a ejercer el ministerio donde sea necesario, y animados por un verdadero entusiasmo apostólico». Será a partir del concilio Vaticano II cuando la Iglesia percibe de una manera diáfana la necesaria implicación de los fieles laicos en la evangelización del mundo. Y será a partir de entonces cuando se realice una labor profunda de renovación de la catequesis a través de documentos como el Catecismo de la Iglesia católica, la exhortación apostólica Catechesi tradendae, el Directorio Catequístico General, el Directorio General para la Catequesis, el reciente Directorio para la Catequesis, así como tantos Catecismos nacionales, regionales y diocesanos, expresión del valor central de la obra catequística que pone en primer plano la instrucción y la formación permanente de los creyentes. Fidelidad y responsabilidad «Fidelidad al pasado y responsabilidad por el presente», estas son las condiciones indispensables según el papa Francisco, para que la Iglesia pueda llevar a cabo su misión en el mundo; así, urge evangelizar, y sin menoscabo de la labor realizada por los obispos, presbíteros y padres de familia, el Papa señala la urgencia de salir al encuentro de las jóvenes generaciones en este mundo globalizado, y anima a los laicos a dar este paso, apoyados por sus pastores, y con la Cooperador Paulino I 15
L a p a l a b r a d e c a d a d í a
Evangelio Ciclo C
Camino, verdad y vida
2022
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Comentarios y oraciones:
Santiago Agrelo Martínez Arzobispo Emérito de Tánger
El Evangelio diario y las lecturas dominicales acompañados por un comentario y una oración. Incluye el Ordinario de la Misa. Textos litúrgicos oficiales.
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Francisco señala la urgencia de salir al encuentro de las jóvenes generaciones en este mundo globalizado, y anima a los laicos a dar este paso, apoyados en sus pastores, y con la escucha atenta al Espíritu. escucha atenta al Espíritu Santo. Dice Francisco: «El apostolado laical posee un valor secular indiscutible, que pide “tratar de obtener el reino de Dios gestionando los asuntos temporales y ordenándolos según Dios”. Su vida cotidiana está entrelazada con vínculos y relaciones familiares y sociales que permiten verificar hasta qué punto están especialmente llamados a hacer presente y operante a la Iglesia en aquellos lugares y circunstancias en que solo puede llegar a ser sal de la tierra a través de ellos». Es de esperar, además, que la institución del ministerio conduzca también a la formación de una comunidad de catequistas que crezca con la comunidad cristiana en el servicio a toda la Iglesia local, sin ninguna tentación de ceñirse a los estrechos límites de su propia realidad eclesial, y libre de cualquier forma autorreferencial. Dirá Mons. Rino Fisichella, al respecto: «Los catequistas no pueden ser improvisados, porque el compromiso de transmitir la fe, además del conocimiento de sus contenidos, requiere un encuentro personal previo con el Señor. Quien ejerce el ministerio de Catequista sabe que habla en nombre de la Iglesia y transmite la fe de la Iglesia. Esta responsabilidad no se puede delegar, sino que implica a cada uno personalmente. Este servicio, sin embargo, debe vivirse de forma secular sin caer en formas de clericalismo que empañen la verdadera identidad del ministerio, que debe expresarse no principalmente en el ámbito litúrgico, sino en el ámbito específico de la transmisión de la fe mediante el anuncio y la enseñanza sistemática». En resumidas cuentas, con esta carta el Papa alienta el compromiso misionero de todo bautizado e invita a las Conferencias Episcopales a hacer efectivo el ministerio de Catequista, estableciendo el necesario itinerario de formación y los criterios normativos para acceder a él. Todo, para bien de la Iglesia.
VIDA
CONSAGRADA
dónde se dirige la vida consagrada en ¿Hacia
TIEMPOS CONVULSOS? Alejandro Fernández Barrajón, Mercedario
Creo que estamos en un momento crucial, por no decir decisivo. Los desafíos son muchos y los obreros pocos. La Iglesia necesita un cambio de mentalidad y de acción muy notable para situarse con lucidez ante la vida que pasa.
L
a vida consagrada se dirige a donde se dirige la Iglesia porque quiere ser Iglesia y caminar en ella y con ella. Y esto supone asomarnos a algunas ventanas a las que la Iglesia se está asomando de la mano del papa Francisco: a. A la ventana de los descartados. Tienen forma de patera, trata de personas, encarcelados sin esperanza, migrantes en busca de nuevas tierras... b. A la ventana de la humanidad. Si no somos humanos acabaremos por no ser nada. Y los síntomas de una creciente deshumanización ya están despertando entre nosotros sin que nos inquieten demasiado. ¡Mucho peligro! c. A la ventana de la visita y la escucha. d. A la ventana de la ternura y la misericordia.
Peligros en los que podemos caer o estamos cayendo ya a. El conformismo. b. La falta de audacia.
c. d. e. f. g. h. i. j. k. l. m. n. ñ. o.
El inmovilismo. La acomodación. El individualismo. La indisponibilidad. La inhumanidad. El amiguismo. El buenismo. Una autoridad que no lidera. La mundanidad. El sacramentalismo. El materialismo. La resignación. La mentira y la doble vida. El clericalismo.
¿Qué ofrece de interesante la vida consagrada? a. b. c. d. e. f. g. h.
La vida en común. La vida espiritual. La visita y la escucha. La evangelización como misión. La actitud martirial. El amor a la cultura. La pasión por Dios. La apuesta por la humanidad. Cooperador Paulino I 17
La vida consagrada tiene que tomar partido y, según sea su opción, será su supervivencia. El Espíritu Santo protege a su Iglesia si le dejamos actuar. Pero si lo enjaulamos… no será posible. Algunas perspectivas para no perder el rumbo Creo que estamos en un momento crucial, por no decir decisivo. Los desafíos son muchos y los obreros pocos. La Iglesia necesita un cambio de mentalidad y de acción muy notable para situarse con lucidez ante la vida que pasa. El papa Francisco está siendo una bendición para la necesaria renovación de la Iglesia en un momento en que ya apenas tiene credibilidad: finanzas, pedofilias... y las deserciones son imparables, pero no lo tiene fácil. Han surgido muchos enemigos interesados en que sus reformas fracasen dentro de la propia curia romana que quieren volver a la Iglesia de príncipes y poderes terrenos. La vida consagrada tiene que tomar partido y según sea su opción será su supervivencia. El Espíritu Santo protege a su Iglesia si le dejamos actuar. Pero si lo enjaulamos en nuestros esquemas sabiondos y acomo18 I Cooperador Paulino
dados no será posible. Dios necesita de obreros fieles para cuidar la viña. ¿Los encontrará? ¿Tiene o no tiene futuro la vida consagrada? Depende qué tipo de vida consagrada. Todos los estilos de vida consagrada que hemos conocido hasta ahora no tendrán futuro. Esto parece claro. Hay una vida consagrada que está agonizando, aunque no queremos darnos cuenta, porque nos cuestionaría de manera importante. Es la vida consagrada que representan los instalados –hay muchos–, amantes del dinero, –no faltan– amigos del poder para obtener buenos puestos y, en general, personas que han hecho de su aparente vocación un refugio para no enfrentarse a la cruda realidad de la vida. Un convento es un refugio seguro en tiempos de crisis. Echemos un vistazo a nuestro alrededor o a nosotros mismos y, tal vez, veamos con claridad muchos de estos ejemplos. Esto es lo que han provocado muchos de los últimos abandonos de algunos de nuestros hermanos porque les han hecho descubrir la falta de mordiente y
la inhumanidad que hay hoy en la vida consagrada. Os invito a analizar algunos casos. Esta vida consagrada está llamada a desaparecer si no reaccionamos a tiempo y desenmascaramos desde la Palabra y desde el discernimiento estas actitudes insanas y tóxicas que nos rodean. ¡Claro que la vida consagrada tiene futuro! Todo el futuro que nosotros nos empeñemos en cultivar hoy. El futuro con éxito no viene solo, necesita antes ser preparado y cuidado. Y este es el verdadero reto que tenemos para afrontar en el presente. Y esto es lo que no sé si seremos capaces de afrontar. Percibo, al menos en Europa, mucho inmovilismo, mucho acomodo y falta de actitud para afrontar riesgos e iniciar experiencias nuevas de vida común en torno a la misión, allí donde están los descartados de hoy. Tendremos que salir de los castillos de invierno y adentrarnos en las estepas y descampados para recuperar el mordiente que supieron poner nuestros primeros fundadores, mártires y santos. Para eso, tenemos que vivir menos para la institución y más para los marginados. Menos para la historia y más para el Reino. Porque la preocupación esencial de Jesús no fue la Iglesia y, mucho menos, el templo o la institución jerár-
Tendremos que salir de los castillos de invierno y adentrarnos en las estepas y descampados para recuperar el mordiente que supieron poner nuestros primeros fundadores, mártires y santos. quica; su preocupación y su anuncio incesante fue el Reino y sus síntomas: lo ciegos ven, los cojos andan, a los pobres se les evangeliza y llega un Año de gracia del Señor. Es decir, se trata de empezar de nuevo. Una clave para situarnos en la búsqueda vocacional Los discípulos habían pasado toda la noche pescando y no habían cogido nada. Los promotores vocacionales y los equipos de formadores provinciales llevamos años echando las redes y no hemos pescado casi nada. Toda la noche pescando. La solución, si escuchamos, nos la da el mismo Maestro: «Echad las redes al otro lado de la barca y encontraréis» (Jn 21,6). Cooperador Paulino I 19
¿A dónde estamos echando las redes cuando salimos a pescar y no conseguimos nada? ¿A qué se debe esta sequía vocacional que padecemos? ¿No será que estamos echando las redes en el lugar inadecuado? La misma respuesta que da a los criados del banquete cuando las mesas están vacías de comensales invitados porque los convidados no han querido asistir (Lc 14,15-24): «El banquete nupcial está preparado, pero los invitados no eran dignos de él. Id a los cruces de los caminos e invitad a todos los que encontréis. Los servidores salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, buenos y malos, y la sala nupcial se llenó de convidados». ¿A dónde estamos echando las redes cuando salimos a pescar y no conseguimos nada? ¿A qué se debe esta sequía vocacional que padecemos? ¿No será que estamos echando las 20 I Cooperador Paulino
redes en el lugar inadecuado? Si Dios sigue llamando, porque siempre lo ha hecho, ¿por qué no se escucha hoy su voz? Escuchemos a Jesús que nos dice: «Echad las redes al otro lado de la barca y encontraréis». Nos invita a mirar a otro lado, a dejar nuestras formas de pescar y a optar por realidades nuevas. En el fondo, para quien quiera entender, nos invita a una profunda renovación en nuestras formas y esquemas mentales. Una renovación que supone cambiar el estilo «desnatado» de nuestras comunidades y apuestas pastorales, y también cambiar los lugares a donde vamos a pescar. Si no nos escuchan en esta sociedad del bienestar y de la abundancia, habrá que sacudirnos los pies e ir a las sociedades que aún tienen capacidad de asombro y escucha. El Tercer mundo es un lugar de siembra, la izquierda de la barca. Es claro que serán las Iglesias hijas las que evangelizarán a las viejas Iglesias en los próximos años. Es ya una realidad creciente.
AL SERVICIO DE LA FAMILIA Centros de Orientación Familiar (COF)
Felicidad Izaguirre
Los Centros diocesanos de Orientación Familiar (COF) tienen la función de prestar ayuda a las familias. Ofrecen un servicio especializado de atención integral a los problemas familiares en todas sus dimensiones.
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a experiencia de la pandemia ha puesto de relieve el papel central que tienen las familias en nuestra vida. Unos a otros nos deseamos que nos sepamos cuidar y nos cuidemos también como familia, como lo más importante que podemos hacer y lo más valioso que tenemos. Incluso con dificultades en la convivencia, ahí está el bien que son la familia y los lazos comunitarios entre las familias.
Damos a la familia la más alta valoración, y lo merece. Pero para cuidarla, es necesario darle en verdad este valor prioritario, ocupándonos de cómo están nuestras relaciones –en la pareja, vida matrimonial, familiar–; en la educación de los hijos… cómo resolver los conflictos, mejorar la comunicación, si estamos todos bien… Paralelamente, la sociedad es reflejo de cómo están las familias que la componen, al ser Cooperador Paulino I 21
estas el primer ámbito de socialización, donde aprendemos a amar, escuchar, compartir, comprender, tener paciencia, respetar, ayudar, convivir. Qué importante es la familia y cuidarnos entre nosotros, para que nuestras relaciones fluyan dentro de los cauces del amor, el respeto y la armonía que queremos. A veces se necesita ayuda, recibir una orientación para solucionar o afrontar, de la mejor manera posible, situaciones que se atraviesan en la familia –problemas de pareja, con los hijos, crisis de incomprensión, dificultad para ponerse de acuerdo, infidelidad, un acontecimiento inesperado que nos desborda–. Los Centros diocesanos de Orientación Familiar (COF) tienen la función de prestar ayuda a las familias. Ofrecen un servicio especializado de atención integral a los problemas familiares en todas sus dimensiones, gratuito, confidencial, eficaz y universal, prestado por un equipo multidisciplinar, de voluntarios profesionales de la psicología, terapia familiar, abogados, mediadores, entre otros especialistas en diferentes ámbitos (sexólogos, pedagogos, médicos, trabajadores sociales, sacerdotes), para todas las 22 I Cooperador Paulino
personas que deseen hacer alguna pregunta o precisen colaboración en temas familiares, matrimoniales o prematrimoniales. Los profesionales realizan un precioso trabajo de asesoramiento, consulta, terapia y prevención, a nivel personal, matrimonial y familiar, en situaciones de dificultad o en crisis relacional. Miguel Fajardo Valenciano, casado y diácono permanente, es del director del COF «Sagrada Familia», de la Delegación de Familia y Vida de la Diócesis de Albacete, y destaca de este servicio que es un modo necesario de acercamiento de la Iglesia a las necesidades vitales de las familias, sin más interés que el de poder dar una ayuda efectiva a cualquier persona que lo pida. Misión abierta y generosa «Los COF somos un grupo dentro de la Iglesia que ofrecemos este servicio de manera gratuita y desinteresada, como una misión abierta y generosa hacia todos aquellos que lo puedan necesitar. La familia es el pilar de todo; todos y cada uno somos la familia, y tenemos muy claro la
profesionalidad y la confidencialidad, pues lo que hablamos en el centro no sale de ahí, y por supuesto, nuestro trato es siempre en un mismo plano de igualdad, pues ¿quién soy yo para juzgar a nadie?», afirma Miguel Fajardo. «Hay gente –añade–, que nos ha conocido por medio de otras personas que ya habían venido al centro, y otros, porque el párroco les ha recomendado venir. Es muy importante que se sepa que estamos para ayudar, para dar una orientación familiar. Los problemas se tienen que resolver en el diálogo familiar, pero si en familia ven que no pueden, que no esperen a que las cosas empeoren, que acudan a nosotros, pues intentaremos ayudarlos». Para Miguel Fajardo, «lo bonito del COF es este amor desinteresado con el que hacemos este servicio desde la Iglesia. Somos voluntarios que, con la necesaria preparación y profesionalidad, damos nuestro tiempo y conocimientos para ayudar a otras personas que están en dificultad. No pedimos carné de identidad ni pertenencia a nada: tú vienes o nos llamas, te recibimos y acogemos en el centro; hablamos y vamos concertando citas, intentando que se resuelva todo lo más pronto posible». Hay jóvenes que han acudido al centro por problemas con sus padres; otros para pedir una formación sobre cómo desarrollar su noviazgo desde una base humanística cristiana. La mayoría de los casos atendidos son de matrimonios con una trayectoria de varios años de vida en común. También de matrimonios jóvenes que buscan orientación en los primeros agobios
cuando nacen los hijos. En las parejas, las mujeres son las primeras en ir al centro –también acuden hombres con alguna preocupación o consulta que quieren hacer–, pero ellas suelen tomar más la iniciativa y piden después al marido que vaya con ellas. Esta es la experiencia del COF de Albacete, que inició su andadura hace cinco años. En la actualidad cuenta con quince voluntarios. En España, los COF empezaron a crearse hace unos cuarenta años, y hoy constituyen una red de ayuda efectiva a las familias, impulsada por la Conferencia Episcopal Española (CEE), que vela especialmente por la formación permanente e integral de los especialistas del COF, en temas referentes a la antropología cristiana del matrimonio y de la familia, a los documentos del magisterio de la Iglesia, a la bioética, así como a la actualización científica en los diversos ámbitos. La Universidad Francisco de Vitoria, de Madrid, acoge un espacio anual de encuentro y formación de los voluntarios de los COF de toda España, en el que participan expertos de distintas áreas sobre temas que preocupan y afectan a las familias. En este Año de la Familia Amoris laetitia –La alegría del amor–, convocado por el papa Francisco, se está potenciando la misión de los COF en el marco de un conjunto de iniciativas para que la familia sea puesta en el centro del compromiso y la pastoral de todas las Diócesis, puesto que el Evangelio de la familia es alegría que «llena el corazón y la vida entera» (Amoris laetitia 200). Cooperador Paulino I 23
LA PEREGRINACIÓN A SANTIAGO UN CAMINO DE ESPIRITUALIDAD
José Fernández Lago, deán de la Catedral de Santiago de Compostela
En sentido amplio, peregrino es un hombre en camino. En sentido estricto, para Dante Alighieri era quien iba o volvía de Santiago, mientras que los romeros se dirigían a Roma y los palmeros a Tierra Santa.
D
ecía hace unos años el papa Juan Pablo II, en una carta dirigida a Mons. Julián Barrio Barrio, a las puertas del Año Santo, con motivo de la apertura de la Puerta Santa: «El peregrino no es simplemente un caminante: es, más que nada, un creyente, que, gracias a la ex-
24 I Cooperador Paulino
periencia de la vida, y con la mirada puesta en la intrepidez del apóstol Santiago, quiere seguir a Cristo con fidelidad». En esa línea, dice el arzobispo de Santiago, en su Carta pastoral «Sal de tu tierra», para preparar el Año Santo de 2021, que el Camino de Santiago es un camino del espíritu
de la persona humana, que se rebela contra el peligro de desaparecer bajo la esfera del materialismo. Las peregrinaciones a Compostela comenzaron en el siglo IX, a poco de descubrirse la tumba de los restos del apóstol Santiago, y los de Atanasio y Teodoro, dos de sus
discípulos. Al hacer partícipe del hallazgo Teodomiro, obispo de Iria, al rey de Asturias y León –Alfonso II el Casto–, este se dirigió a Santiago con su familia, y fueron ellos de ese modo los primeros peregrinos. En los siglos siguientes aumenta el número de peregrinos; y en los años previos a la pandemia del COVID-19 habían alcanzado el número más elevado de toda la historia. Los peregrinos suelen ponerse en camino para seguir las huellas de otros que les han precedido, contemplar las maravillas de la naturaleza, poder intercambiar experiencias con los compañeros de camino, y alcanzar la meta del sepulcro de uno de los apóstoles preferidos del Señor. Sin embargo, como dice Mons. Julián Barrio, aunque el final del Camino de Santiago se sitúe donde se encuentra el sepulcro del Apóstol, la verdadera meta es la libertad interior, la libertad de los hijos de Dios, a la que Dios Padre nos llama. En el Año Santo, como acontece con el 2021 y el 2022, puede el peregrino ganar el Jubileo, y con él la remisión de sus culpas y la limpieza total del espíritu, confesándose y comulgando entre los quince días anteriores y los quince posteriores a su visita a la Catedral compostelana, participando en ella en un acto litúrgico y orando por las intenciones del Papa. Dice el Códice Calixtino que el peregrino porta la mochila y el bordón o bastón. La primera simboliza «una pequeña despensa, siempre abierta», pues la peregrinación ha de servir para ayudar a los pobres. El bordón, útil para apoyarse en terrenos irregulares y para defenderse de las alimañas, simboliza la defensa contra las tentaciones.
Además, el peregrino porta una calabaza, para saciar su sed y ayudar a quien necesite del agua que alberga, promoviendo así al mismo tiempo la pureza del corazón de quien la porta. Otro objeto, que resulta en este caso útil para el retorno a casa, es la venera, cuyas valvas simbolizan los dos aspectos de la caridad (el amor a Dios y el amor al prójimo). Con ella tiene acceso el peregrino al agua de los regatos, y se convierte una vez vuelto al domicilio habitual en un testimonio claro de su peregrinación. El papa Calixto II fue el primero en conceder un Jubileo, de modo ocasional, a la diócesis compostelana. Lo hizo en el año 1122. Algo semejante habían hecho los papas en Roma en el cambio de siglo, en los años 1000, 1100 y 1200. Cierto que Calixto tenía especial cariño a Santiago, pues su hermano Raimundo de Borgoña, sepultado en la Catedral Compostelana, era Conde de Galicia. Antes de concluir el siglo, en el año 1181, mediante la bula Regis aeterni, el papa Alejandro III dio estabilidad al Jubileo Compostelano, convirtiendo en años de Jubileo todos aquellos en los que la fiesta de Santiago del día 25 de julio, cayera en domingo. Este año es uno de aquellos que gozan de ese privilegio. En lo que respecta al 2022, lo será por reciente concesión pontificia. La concesión de Alejandro III fue ratificada sobre todo por Sixto V y León XIII, quienes manifestaron que, aunque se suprimieran las indulgencias locales con motivo del Jubileo Romano, lo establecido de modo definitivo por Alejandro III no debía ser nunca cancelado ni derogado, sino siempre
Las peregrinaciones a Compostela comenzaron en el siglo IX, a poco de descubrirse la tumba de los restos del apóstol Santiago, y los de Atanasio y Teodoro, dos de sus discípulos. válido y perpetuamente eficaz. De este modo, los Años Santos siguen celebrándose en Santiago en períodos de 6, 5, 6 y 11 años, al coincidir la fiesta del 25 de julio en domingo. El Camino de Santiago es un paradigma del camino de la vida. Las mociones del Espíritu Santo a lo largo del camino, ayudarán a fortalecer la fe y la esperanza. En adelante, una vez abandonado el lugar donde reposa el Apóstol, que confirmará su experiencia pascual desde el sepulcro, el peregrino habrá de dar testimonio de Cristo resucitado en su vuelta a casa, ejercitándose siempre en el amor a Dios y al prójimo, dando así testimonio de lo que había visto y oído en su interioridad. Recibiendo a Cristo también en su lugar de residencia habitual, como lo habría hecho en el camino y junto al sepulcro de Santiago, tendrá en ese Cristo al que recibe la prenda de una vida sin fin. N. B. Para abundar en estas ideas, cf J. Fernández Lago, El Apóstol Santiago: amigo, discípulo y testigo de Jesús, Inst. Teológico Compostelano, Santiago 2021. Cooperador Paulino I 25
Páginas evangélicas
CON ESPÍRITU DE PASTOREO Pedro Moreno
Yo soy el Buen Pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas… (Jn 10,11) El buen pastor ha de estar dispuesto a jugarse la vida por las ovejas, a perder de lo propio o perderse él mismo para ganar a los demás y ganar lo de los demás…
H
ablamos, lo primero, de la belleza de la imagen del pastor para referirnos a Jesús, a los pastores del pueblo y, también, a la vida y tarea de todos los hombres. Hablamos de una imagen de la vida misma. Porque la vida, si se ha de vivir con dignidad y grandeza, como tiene que ser vivida, ha de vivirse en espíritu de pastoreo, es decir, haciendo cada uno el oficio del pastor.
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La imagen del pastor, imagen para la vida De eso van mis reflexiones de hoy, del deber y empeño de todos de pasar por la vida haciendo de pastores, de custodios y guardadores de los demás. Hablamos, pues, de la condición humana, del oficio para el que todos hemos sido creados, que no es otro sino el oficio de cuidar y amar a los demás. El oficio del pastor.
Personalmente es una imagen que me atrae y me llena de consuelo y, a la vez, de responsabilidad. Lo que hace un buen pastor, y ahora me refiero al pastor de ovejas, lo sé yo muy bien por experiencia, pues conocí de niño buenos pastores. Conocí pastores que se desvivían por sus ovejas…, que las llevaban siempre donde estaban los mejores pastos y buscaban las fuentes o los ríos más tranquilos…;
conocí pastores que jamás abandonaban a sus ovejas ni las dejaban solas en los caminos más difíciles y oscuros…, que las defendían siempre de cualquier peligro y las ponían a salvo cuando llegaban las tormentas… Aquellos pastores son para mí la imagen y referencia para comprender el Evangelio del Buen Pastor, para comprender a Jesús como Buen Pastor, y para comprender lo que significa para cualquiera ser y vivir como buen pastor. Para pensar en ti, lector de hoy, que has de ser buen pastor. El buen pastor conoce a sus ovejas Conocer al otro. Saber de su vida y sus problemas, de sus andanzas o sufrimientos. Es lo primero y fundamental para cuidar y pastorear a los demás. Nuestro papa actual, papa Francisco, tan dado a mirar al que sufre y vive en cualquier periferia de la existencia, ha
denunciado muchas veces el pecado de la indiferencia. Un pecado que puede matar y que consiste en pasar de largo ante el hermano, sin mirarlo ni conocerlo, sobre todo ante el hermano que está sufriendo y pasándolo peor. Si hemos de vivir con espíritu de pastoreo, de cuidado y preocupación por los demás, tenemos que aprender a mirarlos, amorosa y detenidamente, para conocerlos lo mejor posible, para saber de ellos y su mundo, de sus alegrías y esperanzas, como nos decía ya el concilio Vaticano II, en su constitución Gaudium et spes. El buen pastor da lo mejor a sus ovejas Si somos pastores y guías, cuidadores y custodios de los demás, debemos buscar y procurar para ellos lo mejor. Hoy, cuando vivimos bajo la losa de varias pandemias o de una pandemia con muchas repercusiones y consecuencias,
hay mucha gente necesitada de muchas cosas: de compañía, compasión, trabajo, perdón, de esperanza… ¡Cuánta hambre y necesidad en la tierra…! Hoy, como en los días de Jesús, también hay mucha gente que vive desorientada, como ovejas que no tienen pastor…; hay mucha gente que vive en soledad y abandono, sin tener una mano a la que agarrarse ni una mesa en la que compartir la vida y los problemas con otra persona; andan así, como ovejas que no tienen pastor… Nos toca buscar para ellos los mejores pastos. Nos toca acompañarlos en el camino de sus búsquedas y sus luchas, en el camino de sus necesidades. Entonces sí, iremos con espíritu de pastoreo. El buen pastor llega a dar la vida por las ovejas Por eso Jesús es el modelo de Buen Pastor, el modelo para todos los demás pastores, porque dio la vida por nosotros. Lo dijo él mismo: «Yo doy la vida por mis ovejas». Vivir en el espíritu de pastoreo, al que estamos llamados todos, significa vivir dando la vida por los demás. El buen pastor ha de estar dispuesto a jugarse la vida por las ovejas, a perder de lo propio o perderse él mismo para ganar a los demás y ganar lo de los demás… ¡Cuántos ejemplos conocemos! ¡Cuánta gente que pasa la vida, a veces muy calladamente, cuidando día y noche de los demás!: ¡enfermos, personas en soledad, gente desorientada y sin fe! ¡Cuántos buenos pastores por la vida! Para dar gracias y animarnos todos al oficio. Cooperador Paulino I 27
Vida Paulina
Cooperadores Paulinos de Valencia Ser Cooperador Paulino es una vocación que Dios regala a aquellos que Él elige. Así lo sentimos y vivimos los Cooperadores Paulinos de Valencia, convencidos de que es Él mismo quien nos va trazando el camino; es más, convencidos de que Él es nuestro Camino, nuestra Verdad y nuestra Vida. CENTRADOS EN EL AÑO BÍBLICO DE LA FAMILIA PAULINA Los Cooperadores Paulinos de Valencia somos un grupo muy reducido. De hecho, somos solo cuatro los que hemos respondido a esta vocación, como cuatro eran los primeros a los que llamó Jesús (cf Mt 4,18-22). Durante todo este año hemos compartido nuestra vida con otro grupo de cinco personas que también han sentido que el Señor les llama a seguir el carisma que del P. Santiago Alberione nos legó. Tanto los Cooperadores Paulinos que ya hemos emitido nuestra promesa, como el grupo de aspirantes, nos hemos reunido mensualmente, asesorados y aconsejados por nuestros Superiores que, desde Roma, nos han hecho llegar el plan de formación para este año, que ha estado centrado en celebración del Año Bíblico de la Familia Paulina. Precisamente por este motivo, hemos leído, reflexionado y meditado con especial atención la segunda carta de san Pablo a los tesalonicenses, de donde se ha tomado el lema para nuestro citado Año Bíblico: «Para que la Palabra corra» (2Tes 3,1). Además de lo anteriormente expuesto, también hemos reflexionado sobre la constitución apostólica Dei Verbum y la exhortación apos28 I Cooperador Paulino
tólica Verbum Domini, leyéndolos desde nuestro carisma: la evangelización a través de los medios de comunicación social. Y cada mes, nos hemos planteado un compromiso para llevar la palabra de Dios a los demás, a los más alejados, empleando los medios que tenemos a nuestro alcance: regalar postales con frases bíblicas, escribir nuestro testimonio de encuentro con Cristo Resucitado, el Logos, a través de nuestro blog de Cooperadores Paulinos de Valencia, etc. En cuanto a temas paulinos, hemos tenido como lecturas espirituales los siguientes textos relacionados con el carisma: Abundantes Divitiae Gratiae Suae, del P. Santiago Alberione; La mano de Dios sobre mí. Meditando con Alberione, de Eliseo Sgarbossa; Leed las Sagradas Escrituras, del P. Santiago Alberione; Tecla Merlo. Mil vidas por el Evangelio, de Gabriella Collesei; Beato Santiago Alberione. Una luz para comunicar el Evangelio, de José Antonio Pérez, y Tecla Merlo. Antena de la buena noticia. Que este Año Bíblico, nos lleve a todos, y cada uno de nosotros, a decirle a los demás, aquello que Saulo de Tarso decía al entrar en las sinagogas: «Él es el Hijo de Dios» (He 9,20), «la Palabra se hizo carne» (Jn 1,14). Yolanda Muñoz Estepa, Cooperadora Paulina
PÍAS DISCÍPULAS DEL DIVINO MAESTRO
CASULLA: el nombre del latín casula significa «casa» o tienda.
DIOS ESTÁ SIEMPRE CON NOSOTROS Desde nuestro Grupo San Pablo en Valencia, hemos encontrado fortaleza y compañía para seguir abrazados en nuestra fe, sabedores de que, en tiempos de calma, disfrutamos las satisfacciones de la vida, pero siendo también conscientes de que, en tiempos difíciles, el Señor nos transmite confianza y tranquilidad. Durante el año, hemos canalizado nuestras acciones en actividades de crecimiento y reflexión con lecturas de la Biblia; hemos leído las Cartas de san Pablo, primero en reuniones presenciales, pero después on line; también hemos escrito artículos e hicimos promoción del Grupo Cooperadores Paulinos; y, en las fiestas paulinas, se realizó la oración apropiada a cada una de ellas. Para finales de mes, tenemos proyectada una reunión presencial para dar cierre a nuestras actividades, confiados en que después de la tormenta viene la calma, así como Jesús calmó las aguas cuando estaba en la barca con sus discípulos. Henry Otero García, aspirante Cooperador Paulino
Es la vestimenta que el sacerdote se pone sobre el alba y estola para la celebración eucarística. Cambia el color según el Tiempo del Año Litúrgico y las celebraciones particulares. Es blanca en el Tiempo de Pascua y de Navidad; verde en el Tiempo Ordinario; roja en fiestas de mártires y misas especiales; morada con tonalidad más oscura o más clara en la Cuaresma y Adviento. Barcelona Via Laietana, 46/A · Tel: 93 268 04 49 Bilbao Colón de Larreategui · 17 · Tel: 94 423 13 72 Madrid Bordadores, 11 · Tel: 91 548 16 26 Cooperador Paulino I 29
Vida Paulina
XXIII
CAPÍTULO PROVINCIAL
SOCIEDAD DE SAN PABLO DE LA
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Hno. Pepe Pedregosa, P. Antonio Maroño, P. Miguel Carmen, P. Valdir José de Castro, P. Juan Antonio Carrera y P. Omar Delgado.
D
el 15 al 19 de junio, en la Casa Provincial de la Sociedad de San Pablo en España, se celebró el XXIII Capítulo Provincial, bajo el lema Transformaos por la renovación de la mente (Rom 12,2), en clima abiertamente sinodal, como a menudo reclama el papa Francisco. Contando con la presencia del Superior General, el P. Valdir José de Castro, y presididos por el Superior Provincial, el P. Miguel Carmen Hernández, los capitulares, previo análisis del estado actual de la Circunscripción en el contexto eclesial, sociocultural, de comunicación y político que estamos viviendo, han trazado el Programa de acción para el próximo cuatrienio (2021-2025). Para llevar adelante la amplia tarea programada, que afecta tanto a la parte institucional como al ámbito de las actividades apostólicas que la Sociedad de San Pablo está llevando a cabo en nuestro país, el Superior Provincial contará con la colaboración directa e inmediata del Consejo Provincial, elegido también en el Capítulo, que ha quedado integrado por el P. Juan
Antonio, el P. Omar Delgado, el Hno. José Ignacio Pedregosa y el P. Antonio Maroño. Y a ellos se unirán, como formando un único equipo, los demás Paulinos de España y todos colaboradores laicos que están prestando su valiosa e imprescindible ayuda en las comunidades y en la parte editorial. Especialmente clarificadoras fueron las tres ponencias de la parte iluminativa del Capítulo, abiertas, no solo a los capitulares, sino también a todos los Paulinos que pudieron participar. La primera de ellas, titulada: El camino de la Iglesia hacia el futuro y su incidencia en clave vocacional, fue pronunciada por el P. Alejandro Fernández Barrajón, Mercedario; la segunda, que corrió a cargo del P. Toni Catalá, Jesuita, abordó el tema: Vivir en pobreza, castidad y obediencia como posibilidad de vivir en «mayor libertad», y en la tercera, el P. Javier Cortés, Marianista, iluminó a los presentes con el tema: Recrear nuestro compromiso de evangelización. Redacción Cooperador Paulino Cooperador Paulino I 31
Vida Paulina Fotografías del Capítulo Provincial
Los capitulares acompañados por el Superior General P. Valdir José de Castro.
Jornada de trabajo del XXIII Capítulo Provincial.
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P. José Valdir José de Castro, Superior General de la Sociedad de San Pablo.
ACCIÓN DE GRACIAS EN MI
L ANIVERSARIO
DE VIDA CONSAGRADA Hoy y todo este año, es para mí un tiempo
continuo de acción de gracias: a Dios, por el don de la vida, el don de la fe y por todo cuanto me ama donándome todo lo que soy y tengo. Por haberme llamado a seguirle en esta Congregación de las Pías Discípulas del Divino Maestro, dentro de la Familia Paulina. Gracias a mis padres que, desde el cielo, seguro que se unen a mi acción de gracias; a ellos que nunca me han quitado la ilusión y las ganas de ser religiosa ya que fueron ellos los que forjaron mi vocación con su ejemplo de gran fe y amor a Dios, y gracias también, a mi familia, hermanas y sobrinos. Gracias a todos los que me han ayudado y enseñado a caminar para llegar hasta aquí, viviendo esta misión y carisma Eucarístico-Sacerdotal-Litúrgico. Gracias a cada una de vosotras y a todas las hermanas de la Delegación, ya que he vivido con todas y habéis sido para mí enseñanza y aprendizaje de tantas cosas. Hoy renuevo mi entrega y compromiso contigo, Jesús Maestro. Quiero ser tu auténtica discípula y serte fiel. Ayúdame en mis torpezas. Quiero poner todo mi ser a tu servicio. Gracias Padre por aceptarme, así como soy, por amarme como me amas y por hacerme feliz. Sor Mª Alejandra PDDM
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UN LEÓN DE CARNE Y HUESO P. José Antonio Fortea, Pavlvs. El león de Dios, San Pablo, Madrid 2021. 624 págs. 22,90 €
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jitov riseo de la de fuera s tierras on nadie. s sucios. no de nedrín. nos, en mensajero ba la mano.
José Antonio Fortea Cucurull, nacido en Barbastro (Huesca) en 1968, es sacerdote y teólogo especializado en el campo relativo al demonio, el exorcismo, la posesión y el infierno. En 1991 finalizó sus estudios de Teología para el sacerdocio en la Universidad de Navarra. En 1998 se licenció en la especialidad de Historia de la Iglesia en la Facultad de Teología de Comillas. Ese año defendió la tesis de licenciatura El exorcismo en la época actual. En 2015 se doctoró en el Ateneo Regina Apostolorum de Roma con la tesis Problemas teológicos de la práctica del exorcismo. Pertenece al presbiterio de la diócesis de Alcalá de Henares (Madrid). Ha escrito distintos títulos sobre el tema del demonio, pero su obra abarca otros campos de la Teología. Sus libros han sido publicados en diez lenguas.
Se pregunta el P. Fortea en la introducción de este libro si ha logrado captar el alma de san Pablo. Y confiesa que, para hacerlo, para plasmar el día a día de la vida del apóstol, para investigar qué hacía, cómo organizaba sus viajes, cómo celebraba la Eucaristía, cómo se sentía, cómo rezaba, etc., ha tenido que optar por un rostro, por un Pablo determinado que está en permanente evolución. No podía ser de otro modo: la novela comienza con la «contratación» de Saulo por parte de Caifás para perseguir a los cristianos. Y a partir de ahí, con minuciosidad y detalle, y también con emoción, el P. Fortea se sumerge, con una prosa brillante, en los pormenores de una vida apasionante que nos hace vibrar con el hombre y con el apóstol. Álvaro Santos
Pablo en a que sigue pasos del exfariseo se en
ISBN 978-8428559959
30’4 mm
- 80 g
155 mm
100 mm + 1’5
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Isabel Gómez-Acebo
Junkal Guevara
Estela Aldave
TAMAR
LAS MUJERES EN LA GENEALOGÍA DE JESÚS
San Pablo. Madrid 2021. 204 págs. 17,50 €
San Pablo. Madrid 2021. 66 págs. 7,90 €
San Pablo. Madrid 2021. 60 págs. 7,90 €
Las protagonistas de Invisibles, nieta y abuela, regresan en esta nueva novela de Isabel Gómez-Acebo para profundizar, por medio de sus conversaciones de mesa camilla, en la biografía de santo Domingo, un santo D olvidado pese G al incalculable valor de su legado.
Tamar, mujer extranjera en Israel, aparece en el capítulo 38 del Génesis haciendo una reclamación de derechos impropia de una mujer, una crítica firme y desafiante contra tres elementos fundamentales de la identidad del pueblo de Israel.
El evangelio de Mateo incluye en la genealogía de Jesús a cuatro mujeres del Antiguo Testamento (Tamar, Rajab, Rut y Betsabé), a través de las cuales se nos presenta un nuevo rostro de Dios.
Estela Aldave
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66 p 115g 1 2mano
ISBN 978-8428560061
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LAS MUJERES DE LA GENEALOGÍA DE JESÚS
TAMAR
TAMAR
ISBN 978-8428560078
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LAS MUJERES DE LA GENEALOGÍA DE JESÚS
OMINGO DE UZMÁN
www.sanpablo.es
ISBN 978-8428559249
Estela Aldave
En medio de una larga lista de varones, el evangelio de Mateo incluye en la genealogía de Jesús a cuatro mujeres del Antiguo Testamento cuya aparición ocasiona una ruptura. Son Tamar, Rajab, Rut y Betsabé, mujeres marginales dentro de la historia de Israel. A través de ellas se presenta un nuevo rostro de Dios que nos invita a acoger las limitaciones que nos rodean y las que habitan en nosotros mismos, y a descubrirlas como ocasión de que surjan posibilidades nuevas.
Junkal Guevara
Las protagonistas de Invisibles, nieta y abuela, regresan en esta nueva novela de Isabel Gómez-Acebo para profundizar, por medio de sus conversaciones de mesa camilla, en la biograf ía de santo Domingo, un santo olvidado pese al incalculable valor de su legado.
Junkal Guevara
La palabra tamar se traduce por «palmera», un árbol cuyo tronco puede alcanzar una altura de hasta 15 metros y es símbolo de grandeza y rmeza. Tamar (Gén 38), la nuera de Judá a quien no se le dio la oportunidad de reconstruir su vida en el seno de Israel, teje una crítica rme y desaante contra tres elementos fundamentales de la identidad del pueblo de Israel a partir de una reclamación de derechos impropia de una mujer, más aún si es extranjera, en Israel. Y al hacerlo da textura y profundidad a las historias de los patriarcas en la Biblia, siempre provocadoras.
www.sanpablo.es
La historia de Domingo de Guzmán comienza en Caleruega, una pequeña villa castellana del valle del Duero perteneciente a la diócesis de Osma, en el año 1170. Una vida breve pero tan fructífera que el movimiento religioso que funda en plena Edad Media dura ya 800 años y alcanza desde entonces todas las coordenadas geográficas e históricas. Pero, curiosamente, y pese a su brillantez, el fundador de la orden dominicana es casi un desconocido para el gran público e incluso para buena parte del religioso.
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Fco. X. Castro Miramontes
Alejandro Fernández Barrajón
Rino Fisichella
LA SENDA DE LA VIDA
EL TIZÓN Y LAS CENIZAS
YO LLEVO TU NOMBRE EN MÍ
San Pablo. Madrid 2021. 236 págs. 17,90 €
San Pablo. Madrid 2021. 288 págs. 15,60 €
San Pablo. Madrid 2021. 360 págs. 18,50 €
Peregrinar es mucho más que caminar físicamente, es hacerlo también por dentro. Es sentir que latimos al pálpito de un gran corazón universal que hace posible la vida.
Alejandro Fernández Barrajón ha reunido en este libro muchas de sus reflexiones a pie de calle sobre la vida consagrada, con la intención de ofrecer luz en tiempos de vértigo, incertidumbre y provisionalidad.
Este volumen ofrece una síntesis clara y completa de la teología de Juan Pablo II. Lo hace a partir de las encíclicas que el arzobispo Rino Fisichella, uno de los colaboradores más cercanos a Karol Wojtyła, relee desde una original e interesante perspectiva.
El tizón y las cenizas
er consagrado hoy es un atrevimiento. Cuando todos se empeñan en dividir y enfrentar, los consagrados quieren ser abrazo para todos. Lo han aprendido de Jesús. Y, como él, pese a que sean pocos y mayores, aunque estén cuestionados y haya pocas vocaciones, están heridos de amor y del lado de los más vulnerables.
Alejandro Fernández Barrajón ha reunido en este libro muchas de sus reexiones sobre la vida consagrada, con la intención de ofrecer luz en tiempos de vértigo, incertidumbre y provisionalidad. Porque la Iglesia necesita el carisma saludable de la vida consagrada, por insignicante que pueda ser numéricamente hablando. Y porque, entre las cenizas, aún quedan tizones encendidos.
Historias del
Camino de Santiago
Alejandro Fernández Barrajón
El sacerdote y escritor franciscano Francisco X. Castro Miramontes reflexiona, desde su ya larga experiencia como peregrino y hospitalero, sobre el Camino de Santiago y las lecciones espirituales, físicas, sociales y emocionales que se aprenden transitando por la senda de las estrellas, metáfora de la propia vida.
Alejandro Fernández Barrajón
S
FRANCISCO X. CASTRO MIRAMONTES Peregrinar es mucho más que caminar físicamente, es hacerlo también por dentro. Es sentir que latimos al pálpito de un gran corazón universal que hace posible la vida.
El Camino de Santiago sirve como laboratorio de ensayo para el auténtico camino: ¡La vida! Ultreia et Suseia.
¡Buen Camino!
El arzobispo Salvatore Fisichella, más conocido como Mons. Rino Fisichella (Codogno, Italia, 1951), es lingüista y teólogo. Ha ejercido como profesor de Teología fundamental en la Universidad Gregoriana, fue consultor de la Congregación para la Doctrina de la Fe, miembro del Comité Central del Gran Jubileo del Año 2000 y vicepresidente de la Comisión Histórico-Teológica. Especializado en la teología de Hans Urs von Balthasar, en 1994 el papa Juan Pablo II le otorgó el título honorí�ico de Capellán de Su Santidad. Rector durante ocho años de la Ponti�icia Universidad Lateranense, en la actualidad es miembro del Ponti�icio Consejo de la Cultura y preside el Ponti�icio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización y el Consejo Internacional de Catequesis. Es autor y editor de numerosas obras traducidas a varios idiomas, en San Pablo es codirector del Diccionario de Teología fundamental (20093).
El tizón y las
cenizas
Rino Fisichella
resentar todo el magisterio de Juan Pablo II no es tarea fácil. A lo largo de casi veintisiete años de ponti�icado, dejó nada menos que catorce encíclicas y muchos otros documentos, compuestos por exhortaciones apostólicas, cartas, bulas, catequesis y homilías... Este volumen, por primera vez, propone una síntesis clara y completa de la enseñanza de Juan Pablo II. Lo hace fundamentalmente a partir de las encíclicas que el arzobispo Rino Fisichella, en ese momento uno de los colaboradores más cercanos a Karol Wojtyła, relee desde una perspectiva original e interesante. Como bien expresa el verso: «Yo llevo tu nombre en mí» de una de sus últimas obras poéticas, el Tríptico Romano, Juan Pablo II estaba convencido de que en el corazón de todos, creyentes o no, hay una presencia familiar que despierta la curiosidad, el deseo, la nostalgia... el nombre de Dios.
Una valiosa contribución para repasar las etapas destacadas del largo ponti�icado de Karol Wojtyła, que supo captar los grandes desa�íos culturales y sociales del mundo contemporáneo.
Reflexiones a pie de calle sobre
la vida consagrada
La teología de Juan Pablo II
En una época como la nuestra, marcada por fuertes contradicciones y muchas veces confusa por el rápido establecimiento de nuevas perspectivas, el Papa seguirá siendo el signo de la continuidad con la fe de todos los tiempos. Juan Pablo II mostró claramente esta tarea. Su vida estuvo a la vista de todos, su enseñanza permanece como una provocación para mirar más allá y para fijar la mirada en lo que muchas veces es invisible a los ojos. Probablemente, sus palabras poéticas, más que cualquier otra expresión nuestra, pueden confirmar esta perspectiva: Si quieres la fuente encontrar, tienes que ir arriba, contra la corriente. Empéñate, busca, no cedas, sabes que ella tiene que estar aquí. ¿Dónde estás, fuente? ¡¿Dónde estás, fuente?! De la Conclusión
ISBN 978-8428559928
ISBN 978-8428560153 ISBN 978-8428560191 28560191
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234 pp. -Torraspapel estucado mate 115g 5g aprox 0’91 mano
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La senda de la vida (cubiertas) 6019-1.indd 1
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140 mm DEF Mambre EL TIZON Y LAS CENIZAS portada .indd 1
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BEATO SANTIAGO ALBERIONE San Juan Pablo II, al beatificar al P. Alberione, lo propuso como modelo de santidad para todo el pueblo cristiano.
Santiago Alberione
nació el 4 de abril de 1884, en San Lorenzo di Fossano (Italia). De familia profundamente cristiana y trabajadora, aprendió a vivir una fe robusta, junto a una austera capacidad de trabajo. Del Seminario de Bra pasó, a los pocos años al Seminario de Alba. Allí se encontraba la noche del 31 de diciembre de 1900 cuando, estando en oración ante la Eucaristía, recibió una luz especial que le hizo comprender los signos de los tiempos: a partir de entonces se sintió profundamente obligado a «hacer algo» para servir a la Iglesia y a las personas del nuevo siglo que iba a empezar. El 29 de junio de 1907 fue ordenado sacerdote. Pero el Señor lo había elegido para una misión nueva: anunciar el Evangelio a todos los pueblos, con el espíritu del apóstol san Pablo. Por obediencia a Dios y a la Iglesia, el 20 de agosto de 1914, fundaba la congregación religiosa Sociedad de San Pablo, a la que seguirían otras cuatro congregaciones femeninas, cuatro institutos seculares y una asociación de Cooperadores Paulinos. Todas estas instituciones, que constituyen la Familia Paulina, están estrechamente unidas entre sí por el mismo ideal de santidad y misión apostólica, que consiste en vivir y dar a Cristo, Maestro, Camino, Verdad y Vida, a los hombres de hoy, usando todos los medios, los clásicos y modernos, de la comunicación social. El 26 de noviembre de 1971, a los 87 años de edad, el P. Alberione dejaba la tierra, para ocupar su puesto en la casa del Padre, con el consuelo de haber recibido, momentos antes de expirar, la visita del papa San Pablo VI. Fue beatificado por san Juan Pablo II, el 27 de abril de 2003, que lo propuso como ejemplo de santidad a todo el pueblo cristiano. Se ruega a quien obtenga gracias y favores por intercesión del beato Santiago Alberione, lo comunique la siguiente dirección: Superior Provincial de la Sociedad de San Pablo, C/ Protasio Gómez, 15 -28027 Madrid.
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