REVISTA COOPERADOR PAULINO 192

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COOPERADOR P A U L I N O Nº 192 - MAYO-AGOSTO 2022

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El deseo de conocer a Jesús

Escuchar antes de hablar

EL SACERDOTE ES PASTOR

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El Espíritu alienta nuestra vida

Les hablaba en parábolas Lectio divina sobre las parábolas de los Evangelios Sinópticos Antonio Rodríguez Carmona 264 páginas - 16,00 €

Un acercamiento a las parábolas de Jesús en los Evangelios sinópticos, de una forma asequible y profunda a la vez, a través de la lectio divina, para poder sacar todo el jugo a esta forma de comunicación que empleó Jesús para dar a conocer el mensaje del Reino de Dios.

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Este libro recoge las catequesis del Papa sobre el Espíritu Santo y otros textos destinados para ocasiones particulares. Se inicia así un hermoso camino de acompañamiento a todo creyente hacia una mejor comprensión del Espíritu que todo lo hace nuevo.

Los que se dejan guiar por el Espíritu de Dios son hijos de Dios... porque recibisteis el espíritu de hijos adoptivos que nos hace clamar: ¡Abba! ¡Padre!

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COOPERADOR P A U L I N O Revista cuatrimestral de la Familia Paulina Presidente: Miguel Carmen Director y Redactor-jefe: Antonio Maroño Pena Consejo de Redacción: Antonio Maroño Miguel Carmen José Ignacio Pedregosa Saveria Antonietti Isabel García Pierina Becerra Concepción González Colaboradores: Pedro Moreno Mons. Cecilio Raúl Berzosa Victoria Luque Felicidad Izaguirre José Antonio Varela Vidal Alejandro Fernández Barrajón Lino Emilio Díez Diseño y maquetación: Susana Rosendo Fotografía e imágenes: Equipo San Pablo Equipo Cooperador Paulino https://www.pexels.com Asesoría informática: Tomás Pastor Imprime: Rivadeneyra Depósito legal: Bl.1872-1960 Edita: SOCIEDAD DE SAN PABLO NIF: R 2800254 A Dirección: Protasio Gómez, 15 28027 Madrid Teléfono: 917 425 113 Fax: 917 425 723 E-mail: cooperador@sanpablo.es Web: www.cooperadorpaulino.es www.sanpablo.es

«Sin comunicación no hay comunión»

Editorial

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espués del mensaje de 2021, centrado en el ir y ver, el papa Francisco pone este año la atención del mundo de la comunicación en el tema de la escucha. «Escuchar», para tener nuestra propia visión de las cosas y de la vida de la gente, es una base necesaria desde la que podemos impulsarnos para promover el diálogo en la familia, en el centro de trabajo y en el propio espacio de la Iglesia donde nos toca dar fruto. La comunidad de fieles no puede obviar esto, dado que, según lo dicho por el Papa en el mensaje, la clave para entenderse está en «escuchar más voces, escucharse mutuamente, entre hermanos y hermanas». Así se «permite ejercitar el arte del discernimiento, que aparece siempre como la capacidad de orientarse en medio de una sinfonía de voces». En otra parte de su mensaje, Francisco nos recuerda que en la Iglesia «hay mucha necesidad de escuchar», dado que este es «el don más precioso y generativo que podemos ofrecernos los unos a los otros». Finalmente, y mientras crece el interés por el Sínodo sobre la sinodalidad en la Iglesia, el Papa invita a orar para que este «sea una gran ocasión de escucha». E identifica a la Iglesia como una realidad «sinfónica», donde, al igual que en un coro, «la unidad no requiere uniformidad, monotonía, sino pluralidad y variedad de voces, polifonía». Hagamos de la «escucha» una obra de misericordia moderna que recoja compasión

El próximo 29 de mayo se celebrará la LVI Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, para la que el Papa nos ha regalado un precioso mensaje que tiene por tema «escuchar con los ojos del corazón». y consuelo, consejo y compromiso, a la vez que impulse los medios para instaurar un mundo más justo y solidario. Sin comunicación, no hay comunión entre los hermanos. P. Antonio Maroño Pena, SSP Cooperador Paulino I 3


SUMARIO

Nº 192 - MAYO-AGOSTO 2022 DELEGACIONES

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Editorial

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El sacerdote es pastor

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Mirando al futuro

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Mons. Cecilio Raúl Berzosa

02002 ALBACETE. Concepción, 13 08003 BARCELONA. Via Laietana, 46 A 08010 BARCELONA. Ronda S. Pedro, 19-21 48001 BILBAO. Alameda Mazarredo, 3 48001 BILBAO. Colón de Larreátegui, 17 18010 GRANADA. Cárcel Baja, 14 22002 HUESCA. Santiago, 5 28012 MADRID. Pl. Jacinto Benavente, 2 28015 MADRID. San Bernardo, 114 28013 MADRID. Bordadores, 11 28021 MADRID. Resina, 1 28027 MADRID. Alcalá, 387 28027 MADRID. Protasio Gómez, 11-15 30001 MURCIA. Apóstoles, 6 07002 PALMA DE MALLORCA. Sant Miguel, 66 31003 PAMPLONA. Pl. de las Merindades, 3 33009 OVIEDO. Magdalena, 15 15705 SANTIAGO DE C. Rúa do Vilar, 37 41004 SEVILLA. Sierpes, 57 45005 TOLEDO. Rda. Buenavista, 37, 10-1º 46003 VALENCIA. Pl. de la Reina, 2 47003 VALLADOLID. Angustias, 5 50003 ZARAGOZA. Avda. Cesar Augusto, 105

Lino Emilio Díez Valladares

El papa Francisco escribe a los esposos José Antonio Varela Vidal

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«Escuchar antes de hablar»

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Vida consagrada 7

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Le dije a Dios: «Dame tiempo para…»

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Tres prejuicios para la conversión

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JAVV

Alejandro Fernández Barrajón

Victoria Luque

El deseo de conocer a Jesús Feli Izaguirre

Pedro Moreno

Vida Paulina

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Reseñas

«María es la bondad de Madre, que derrama sobre nosotros, miembros del Cuerpo místico de Jesucristo, el afecto que siente por la Cabeza, su Hijo divino». (El apostolado de la edición, 205).

Bto. Santiago Alberione

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María, Reina de los Apóstoles «La primera devoción que encontramos en la Iglesia es la devoción a la Reina de los Apóstoles, como se manifiesta en el Cenáculo. Esta devoción se debilitó y oscureció pronto en el transcurso de los siglos. A nosotros nos toca la grata misión de reunir a los fieles en torno a María Reina de los Apóstoles, hacer que se despierte esta devoción, llevar a cabo en la Iglesia esta gratísima misión... Volvamos a las fuentes» (Alberione, Haec meditare). Así la vio el beato Alberione y así quiso que fuese representada en un precioso mosaico de la Basílica Menor de la Reina de los Apóstoles, en Roma, que él mismo mandó construir en agradecimiento a la Madre de Dios por los favores recibidos. Ella es la Reina de los Apóstoles porque, más que ningún otro apóstol, supo dar a Cristo a la humanidad de la manera más concreta: «haciéndolo presente físicamente» (Beato Santiago Alberione, Fundador de la Familia Paulina).


Cooperador paulino Comunicación y pastoral

Nº 172 septiembre-diciembre 2015 - 2,75€

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Laudato Si´ Las catorce obras de misericordia

en el Año de la Misericordia

Un centenario mirando al futuro

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Educación diferenciada

P A U L I N O

P A U L I N O

Cooperación apostólica de los Paulinos de Iberoamérica

Nº 186 - MAYO-AGOSTO 2020

Cuadernillo Liturgia y Pastoral

LA LITURGIA...

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Alegría paulina

Cuestión de sentidos

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P A U L I N O Nº 187 - SEPTIEMBRE-DICIEMBRE 2020

La revista Cooperador Paulino se envía de manera gratuita a los Cooperadores Paulinos y a quienes la solicitan. Quienes deseen aportar algún donativo, en apoyo del apostolado paulino para difundir la palabra de Dios y la promoción de los valores humanos y religiosos a través de los medios de comunicación social, pueden hacerlo por cualquiera de las siguientes modalidades:

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Los 100 años de san Juan Pablo II

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¿NACER otra vez...?

APRENDE A NARRAR COOPERADOR BIEN TU VIDA

P A U L I N O Nº 188 - ENERO-ABRIL 2021

VIVIR COMO RESUCITADOS

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No existe un «derecho» a la eutanasia

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Los 6 «caminos» de María

COOPERADOR P A U L I N O Nº 189 - MAYO-AGOSTO 2021

10 LECCIONES EN TIEMPOS DE PANDEMIA

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COOPERADOR P A U L I N O Nº 192 - MAYO-AGOSTO 2022

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¿Qué tiene que decir san José a los padres de hoy? 24

El deseo de conocer a Jesús

Escuchar antes de hablar

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24 «Id y ved»

PARA LEER FRATELLI TUTTI ¡Y NO PERDERNOS EN EL INTENTO!

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EL SACERDOTE ES PASTOR

Encuéntranos en: www.cooperadorpaulino.es Le recordamos que en cualquier momento podrá darse de baja, así como ejercer sus derechos ARCO y demás derechos reconocidos en el citado Reglamento cuando resulten de aplicación. Dichas acciones podrán ejercerse enviando la solicitud por correo electrónico a: protecciondedatos@sanpablo.es o por correo postal a: SOCIEDAD DE SAN PABLO / COOPERADOR PAULINO, C/ Protasio Gómez 15 28027 MADRID, o por fax al 91 742 57 23. Para saber más sobre nuestra política de privacidad puede acceder a http://www.sanpablo.es/política_privacidad. Cooperador Paulino I 5


EL SACERDOTE ES PASTOR, UNGIDO, CON SONRISA DE PADRE, Y EN UNA IGLESIA EN SALIDA1

El sacerdote

es pastor

Mons. Cecilio Raúl Berzosa, obispo emérito de Ciudad Rodrigo

Los ministros son «pastores» y no «príncipes» del pueblo. Deben hablar con todos y no reducirse solo a algunos. Un ministro debe saber abajarse e inclinarse por el pueblo, y practicar la kénosis como Jesucristo.

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esde el comienzo, una pregunta: ¿Por qué el papa Francisco habla y escribe con tantas imágenes y metáforas que entran por los ojos y llegan al corazón? Porque la fe no es solo para los cultos e ilustrados, ni solo para alimentar la cabeza, sino también, y sobre todo, para iluminar el corazón. Incluso de los más sencillos. Las imágenes uti-

1 Cf para este tema: D. Fares, El olor del pastor. El ministerio pastoral en la visión del Papa Francisco, Sal Terrae, Santander 2017.

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lizadas por el Papa son como los «silbidos de un buen pastor», que pueden ser reconocidos por sus propias ovejas. Son imágenes que marcan caminos y abren pistas y, al mismo tiempo, nos ayudan a olfatear dónde pueden estar los lobos, y así descubrir al Maligno, aunque este se revista de «ángel de luz».


I. El buen pastor huele a oveja Comenzamos con un episodio iluminador. El padre Bergoglio, cuando era rector del «escolasticado» de los jesuitas, estaba ayudando a parir a una oveja. Esta, rechazó a un corderito de los tres que había parido. Bergoglio le pidió a un estudiante que llevara al cordero a su propia habitación para darle el biberón y cuidarlo. Este joven jesuita apestaba a oveja, y el cordero le seguía por toda la casa, incluida la iglesia y las aulas. «Si tú la guardas, la oveja te sigue», comentó el padre Bergoglio. Esta anécdota nos enseña que, para el papa Francisco, los ministros tienen que ser expertos en «humanidad práctica», tocando a las personas en medio del pueblo; especialmente en búsqueda de los más alejados y de quienes abandonaron la Iglesia. ¿Cuáles son las notas que definen a un buen pastor con olor a oveja?... Subrayamos algunas: • Los ministros son «pastores» y no «príncipes» del pueblo. Deben hablar con todos y no reducirse solo a algunos. Un ministro debe saber abajarse e inclinarse por el pueblo, y practicar la kénosis como Jesucristo. • Los pastores buenos velan por el Pueblo, cuidando de que nunca le falte sal y luz en el corazón; y siempre han de «tener una mirada de conjunto», para proteger al Pueblo contra las acechanzas de los lobos y del Maligno. El ejemplo es san José, quien, con su mirada vigilante y atenta, evitaba todos los peligros al Niño Jesús y a su Madre. El Pueblo santo y fiel reconoce a quien vela de verdad por él. • Los pastores deben ser kerigmáticos, es decir, orantes y testigos del Resucitado, para hacer actual al Resucitado. Deben centrar al Pueblo en lo esencial: Jesucristo Vivo que vive en medio del Pueblo. • Todo ello comporta también vivir la cruz, porque si se edifica sin cruz o se confiesa a un Cristo sin cruz, no somos verdaderos discípulos de Jesucristo. La cruz conlleva tres renuncias: a las falsas seguridades, a las falsas perfecciones y a las falsas ideologías dogmáticas.

En compañía de María

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El papa Francisco es un apasionado de la persona de María, la Madre de Jesús. Ha dejado para nuestro disfrute multitud de textos, escritos o hablados, desde su elección como Papa. Para que nos acompañen e interpelen sus reflexiones, ofrecemos un texto breve para cada día del mes.

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II. El buen pastor tiene sonrisa de padre y une ¿Qué pastoral tiene que hacer un buen pastor?... En estos tiempos, como ya afirmaban san Juan XXIII y san Pablo VI, debemos utilizar más 28043 MADRID - Carril del Conde, 62 Tel.: 917 218 984 - E-mail: pedidos@paulinas.es Cooperador Paulino I 7 www.paulinas.es - libreriavirtual.paulinas.es/


la medicina de la misericordia que empuñar las armas de la severidad. Los pastores deben ejercer su ministerio con dulzura y apertura en el trato con las ovejas. Se trata de saber recibir, acoger y escuchar, acompañar y guiar; uniendo firmeza y bondad, autoridad y paciencia. La evangelización se hace con dulzura y belleza, y no a bastonazos. Son pastores que están siempre en camino con su Pueblo. Unas veces van delante; normalmente, en medio, y, en ocasiones, detrás recogiendo a las ovejas rezagadas. Son pastores que se accidentan y sufren heridas, pero nunca se enferman por estar encerrados en su auto referencialidad. Son pastores que saben vivir en lo grande y en lo pequeño: no se achican ante lo grande, y se dejan contener en lo pequeño, como sucede con lo divino. No se asustan de las cosas grandes y tienen muy en cuenta las pequeñas, como san José y la Virgen María, que saben cuidar de todos y de algunos. Son pastores muy cercanos a todos porque saben hacer pastorales, y planes de pastoral muy asequibles a todos, con dos notas: cercanía y capacidad de encuentro, como es el Misterio de la Encarnación mismo. Son pastores al servicio de la comunión, en un único cuerpo. Nada justifica la división: es mejor ceder, o renunciar, o estar dispuesto incluso a cargar sobre uno mismo el peso de una injusticia, antes que rasgar la túnica y escandalizar al Pueblo Santo de Dios. La unidad es obra del Espíritu Santo, y se realiza con buenos pastores, no con «controladores o pilo8 I Cooperador Paulino

tos». La unidad total la realiza el Espíritu, y no es uniformidad sino armonía de diferentes. Las divisiones tienen una triple cara: uniformistas, alternativistas y ventajistas o aprovechados. Los uniformistas son dogmáticos y rígidos. Los alternativistas, ideologizados y radicalizados. Los aprovechados no viven para la Iglesia, sino de la Iglesia. La alegría del pastor es la unidad, la armonía, la concordia en su Pueblo. Y nunca obran por rivalidad ni por ostentación, como leemos en la carta a los Filipenses. La unidad es poliédrica y el conjunto no anula la particularidad. El poliedro tiene muchas caras distintas, y refleja la confluencia de parcialidades que, a su vez, conservan su originalidad. Nada se disuelve, nada se destruye, nada se domina. Todo se integra. III. El buen pastor tiene olor a Jesucristo y a la Trinidad En resumen, las tres claves que pide el papa Francisco son: olor a oveja, en una Iglesia en salida y cercanos, practicando la cultura del encuentro. Se añade una cuarta nota: con olor cristológico, como afirmaba san Agustín. Olor al Hijo quiere decir olor a encarnación y pasión, a pañales y sangre, a sudor y polvo del camino, a discípulos y multitudes, a piel lavada y a piel muerta, a perfume de mujer y a lirios del campo. El olor a Jesucristo, al Hijo de Dios encarnado, nos remite a la Trinidad. Este olor a Jesucristo, que remite a la Trinidad, implica, además, una antropología, una forma de ser persona: la belleza (pulchrum) que se manifiesta en lo aparentemente feo,

porque nunca el olor a oveja es desagradable para el pastor. El buen pastor hace realidad los cuatro principios del papa Francisco: a. El todo supera a las partes, porque el olor a oveja es olor a unción de todo el Pueblo santo e infalible de Dios (sensus fidei). b. El olor a oveja se da en la cercanía al pastor que, a su vez, se acerca especialmente a los más pobres y alejados, a los excluidos y desheredados, y que nos habla de otros dos principios: por un lado, la unidad es superior al conflicto, porque el conflicto enfrenta, y, por otro lado, la realidad es superior a la idea, porque nos hace bajar a la realidad del mundo de llagas y heridas, dejándonos afectar por el prójimo. c. El olor se produce cuando caminamos y sudamos, ya que se necesitan «espacios y procesos», dando prioridad al tiempo más que a los espacios seguros. En resumen, el buen pastor vive la alegría del Evangelio y de la evangelización. La vida misma del pastor es su doctrina y su buen olor con el que perfuma a su Pueblo. Porque el buen pastor está ungido con el mismo perfume de Jesucristo. Y los fieles lo notan, y por eso le dicen una y otra vez: «Bendígame, padre». El pueblo sabe cuándo su pastor está verdaderamente ungido y sabe ungir. Que seamos especialmente buenos pastores, los ministros y los laicos, en este tiempo de Pascua, donde el fortalecimiento y la renovación de nuestra fe llegan al culmen en Pentecostés.


Liturgia después del coronavirus

MIRANDO AL FUTURO Lino Emilio Díez Valladares, SSS Instituto Superior de Pastoral (UPSA) Párroco de Nuestra Señora del Santísimo Sacramento (Madrid)

El futuro de la Iglesia pasa por que se convierta en un signo en medio de la gente: una Iglesia que comparta la vida de hombres, mujeres y niños. l virus hace lo que quiere y –dicen los expertos– hay que aprender a vivir con él, pero el impulso de los cristianos que eligen vivir según el Evangelio, personal y comunitariamente, requiere la energía de quienes eligen comerciar con los talentos y no ponerlos a salvo en un agujero. Pero hay mucho más, y como creyentes nos lo recordamos: está el Espíritu que se anticipa y nos sorprende, que sigue su curso, que «no pierde el hilo de la historia», y que, a diferencia del virus, actúa para el bien de todos, de cada persona y de la humanidad entera. Nos enfrentamos a la necesidad de desarrollar, en un tiempo radicalmente nuevo,

E

una nueva forma de presencia de la Iglesia. Se trata de todo un «acto de tradición», es decir, de expresar en formas nuevas lo que hemos recibido. No se trata de «reinventar la Iglesia antigua», sino de testimoniar el Evangelio, que hemos recibido del Espíritu, con expresiones nuevas y de dar una nueva figura al cristianismo. Hay una forma de la Iglesia que está anticuada, que está cayendo en la ruina a causa de las divisiones, del clericalismo, de la falta de lucidez y determinación para generar conversiones reales y auténticas, de los abusos (autoritarismo, pedocriminalidad, abusos espirituales y financieros...). La pandemia tiene su papel, pero no se le

debe culpar de la totalidad del deterioro actual. Asumir el final de esta figura de Iglesia y renunciar a su restauración es el peaje necesario para pensar en la Iglesia del futuro. Palabra, sacramentos, liturgia... Podemos contemplar el momento del reinicio en el que estamos entrando desde al menos dos perspectivas diferentes: una que espera que todo vuelva a ser como antes, y otra que pretende atesorar lo que ha surgido durante el confinamiento y las restricciones sanitarias, para que el mañana no sea necesariamente idéntico al Cooperador Paulino I 9


pasado, sino que se enriquezca con él. Hay que tomar el segundo camino. El primer paso necesario sería animar a las comunidades cristianas a leer lo sucedido durante la fase de cuarentena, en particular en lo que se refiere a la relación de los fieles con la Palabra, los sacramentos y, en general, con la liturgia. Al escuchar lo que surge de las experiencias destacan varios elementos, y trataremos de recoger los más recurrentes.

Este rápido análisis del tiempo de la cuarentena es una invitación a profundizar, si no queremos que la llamada vuelta a la normalidad sea un retorno a lo mismo vivido como costumbre.

Una lectura

tarnos hasta qué punto es entendida y vivida por los laicos y el clero la estrecha relación entre la Iglesia (no entendida de forma abstracta, sino como una comunidad cristiana concreta reunida) y la Eucaristía. Este rápido análisis del tiempo de la cuarentena es una invitación a profundizar, si no queremos que la llamada vuelta a la normalidad sea un retorno a lo mismo vivido como costumbre. Se podría proponer a las comunidades una serie de preguntas para tratar en profundidad, como por ejemplo: ¿Qué necesidades surgieron durante la cuarentena? ¿Qué es lo que buscábamos? ¿Qué hemos echado de menos? ¿Qué es lo esencial? ¿Qué significa celebrar el Misterio? Recojamos también de forma sencilla algunas de las riquezas y sugerencias que han surgido hasta ahora.

Un primer elemento es la diversidad de enfoques, significados, expectativas, formas de recibir la Palabra, los sacramentos y la liturgia. No podemos dar por sentado que el hecho de haber compartido celebraciones, fiestas y asambleas litúrgicas hasta hace unos meses sea una garantía de que estas realidades hayan sido entendidas de la misma manera por todos los miembros de una comunidad. En general, en la comunidad cristiana se dialoga muy poco sobre estos aspectos, y la práctica religiosa se vive sin llegar a ser un punto de reflexión compartida. Ahora la suspensión forzosa vivida puede abrir importantes espacios de confrontación en la forma de vivir la experiencia y la práctica religiosas. Un segundo elemento, consecuente con el primero, es que cada persona respondió a la falta de celebraciones comunitarias buscando de diferentes maneras lo que le faltaba. Un ejemplo sencillo: algunos se sintieron apoyados al seguir las celebraciones difundidas por los medios de comunicación, otros las sintieron distantes e incluso inapropiadas. No es que necesitáramos la cuarentena para saber que hay diferentes sensibilidades religiosas y espirituales dentro de nuestras comunidades, pero este tiempo ciertamente lo ha puesto en evidencia y las formas de búsqueda personal se han multiplicado. Un tercer elemento que surgió inmediatamente es un importante analfabetismo y una ausencia sustancial de formas litúrgicas domésticas: en términos simples, de la capacidad de rezar en familia. Básicamente, cabe preguntarnos cuánto y cómo nuestras comunidades consiguen educar e introducir a sus miembros en la oración (personal/familiar y comunitaria) en la escucha de la Palabra (personal/familiar y comunitaria) y en la vida sacramental (no solo a través de la catequesis sobre los sacramentos, sino a través de la práctica). En particular, debemos pregun10 I Cooperador Paulino

Algunas lecciones La escucha y la meditación de la Palabra siempre han sido posibles, tanto en los recorridos personales y familiares como en las intervenciones en los medios de comunicación. Las ayudas/subsidios proporcionadas por las oficinas diocesanas también fueron útiles para vivir las celebraciones y fiestas en casa, especialmente la Semana Santa. Una sugerencia es que se refuerce la dimensión de la oración (digamos también litúrgica) en el hogar para el tiempo que viene, incluso cuando ya podemos reunirnos de nuevo para celebrar y rezar juntos. Tenemos que reeducarnos y reeducar a los demás en la oración en casa, y en la oración que adopta diferentes formas, no solo por las diferentes sensibilidades personales, sino porque la vida espiritual no puede limitarse únicamente a la vida sacramental. Lo que faltaba claramente eran los sacramentos, en particular la Eucaristía. Nuestra experiencia cristiana no está exenta de las consecuencias


de lo que vivimos. También la fe vive a través del contacto y el encuentro, a través de los sentidos, que nos hacen escuchar, ver, oler, sentir, saborear. El momento cumbre de nuestra fe es el momento de contacto por excelencia... el acontecimiento celebrativo en el que comemos y bebemos, saboreamos y asimilamos el Cuerpo del Señor, después de haber escuchado su Palabra, para hacernos uno con él y entre nosotros: recibimos su Cuerpo (eucarístico) para convertirnos en su Cuerpo (eclesial). Ni siquiera la reanudación de la celebración eucarística elimina las dificultades, debido a las diversas restricciones y limitaciones, incluidas las gestuales. La Eucaristía, en efecto, requiere por su naturaleza la convocatoria de la asamblea, la presencia de los cuerpos y que comamos. Si por un lado, por tanto, entendemos –debemos hacerlo– la particularidad del tiempo actual, sin embargo, esta no debe hacernos caer en formas sucedáneas de la celebración del sacramento, ni debe alimentar lo que ya estaba en riesgo antes, es decir, la preocupación por cumplir un precepto –un deber individual– frente a la celebración como comunidad, como pueblo convocado. Podríamos aprender de tantas comunidades cristianas de todo el mundo que no tienen la riqueza de la celebración eucarística dominical e incluso diaria, pero que viven y alimentan su fe de otras maneras. En la fase de reanudación que vivimos ahora, podría fomentarse en todo caso la práctica de otros sacramentos que no requieran una dimensión asamblearia, aún potencialmente peligrosa desde el punto de vista sanitario, como la reconciliación. Otro experimento podría ser la propuesta de la dimensión comunitaria de la oración en pequeños círculos concéntricos: en la familia, en pequeños grupos en el barrio, en los grupos parroquiales o apostólicos... Estas formas concéntricas no deben desaparecer ni siquiera cuando se pueda convocar en plenario (de toda una comunidad): no se trata de ponerlas en competencia, sino de enriquecer nuestra experiencia, para fomentar formas diferentes que puedan llegar también a quienes están lejos de las iglesias. Esta atención puede fomentar la experiencia de una parroquia conocida como «hogar entre la gente». Podemos evocar aquí la experiencia de los monjes trapenses mártires en Argelia: despojada, vaciada de toda pretensión de poder, la comunidad tuvo la irradiación espiritual más importante cuando supo solidarizarse con las personas afectadas por la crisis: la comunidad no tuvo otro papel que el de ser

Tenemos que reeducarnos y reeducar a los demás en la oración en casa, y en la oración que adopta diferentes formas, no solo por las diferentes sensibilidades personales, sino porque la vida espiritual no puede limitarse únicamente a la vida sacramental. un signo, un signo de comunión y reconciliación en medio de la gente, hasta sus últimas consecuencias. Por último, reanudar las convocatorias de manera gradual en una variedad de lugares y contextos, desde los restringidos hasta los más amplios, acompañaría la salida gradual de la dimensión virtual en la que hemos vivido y en la que corremos el riesgo de ver confinada la dimensión de la celebración. Juntos, presencialmente, incluso entre unos pocos, podemos volver a decir palabras y hacer gestos sin exponernos imprudentemente a riesgos: el sacramento es, de hecho, un signo de la gracia, comprensible gracias a las palabras pronunciadas y a los gestos realizados. Los gestos de una celebración familiar, diferentes de los posibles en una celebración en el templo, son importantes porque hacen que los cuerpos actúen mientras se pronuncian las palabras. Volvamos a partir de esta interacción entre gestos y palabras en el hogar, en la vida cotidiana, en las relaciones sociales, hasta que podamos volver a la asamblea con gestos y palabras que se hagan y digan juntos en celebraciones comunitarias reales y no solo virtuales, sin restar de ninguna manera la intensidad espiritual que incluso las palabras escuchadas y los gestos seguidos a través de la web pueden dar por la fuerza del propio Espíritu y la realidad que allí se celebra. Estas reflexiones germinales y sintéticas no pretenden más que animar la reflexión, suscitar el diálogo en el seno de nuestra Iglesia y en las comunidades parroquiales para favorecer la comprensión de la capacidad mistagógica de la liturgia y alentar una nueva forma de vivir los misterios de la fe y de celebrarlos. Cooperador Paulino I 11


José Antonio Varela Vidal, periodista

EL PAPA FRANCISCO ESCRIBE A LOS ESPOSOS Y ANIMA A LOS NOVIOS A CREER EN EL MATRIMONIO AÑO DE LA FAMILIA Firmada el pasado 26 de diciembre, y con ocasión del Año «Familia Amoris laetitia», el papa Francisco ha dirigido una carta a los matrimonios llena de cariño, ternura y afecto. Les expresa su acogida y cercanía especialmente en estos tiempos de dura pandemia. stamos ante un documento «urgente», firmado por el papa Francisco el 26 de diciembre último, en la fiesta de la Sagrada Familia, donde el Pontífice involucra a todos como protagonistas en la protección y promoción de la familia. Esto es, desde los

E

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hijos, los novios, los esposos y padres, a los abuelos e incluso los pastores con su comunidad eclesial. En un claro paralelismo con Abrahán, hace ver que cada uno de los esposos también «sale de su tierra» cuando responde al amor conyugal «y

decide entregarse al otro sin reservas». Ya desde el noviazgo salimos de la propia tierra, porque esta etapa «supone transitar juntos el camino que conduce al matrimonio». A esto es lo que llama: «ser dos en Cristo, dos en uno». E invita a asumir el matrimo-


nio como «una única vida, un “nosotros” en la comunión del amor con Jesús, vivo y presente en cada momento de su existencia». Un legado para los hijos Muchas veces, el desvelo de los padres es la herencia material que van a dejar a su familia, olvidando el legado que deberían darles en vida. Este legado, vista la carta pontificia, es dejar una huella en los hijos mediante el buen ejemplo, dado que estos viven «sedientos de amor, de reconocimiento, de estima y de confianza». Junto a una herencia (que se acaba), los padres deben dejarles a los suyos un legado sólido y estable, que sea espiritual y solidario, con virtudes y valores para que, como dice Francisco, «sus hijos [tengan] el gozo de descubrirse hijos de Dios […] [con] pequeños gestos que son más elocuentes que las palabras». Por eso solicita con claridad en el documento, que los padres «a partir de una autoridad ganada día tras día», les brinden a sus hijos «una seguridad que les ayude a experimentar la confianza en vosotros, en la belleza de sus vidas, en la certeza de no estar nunca solos». Dejar huella, lo vemos, es mejor que cualquier herencia material. Con y en la Iglesia El Papa compromete a los esposos a participar en la pastoral familiar y desde allí, «tender puentes entre las generaciones, para la transmisión de los valores que conforman la humanidad […] para expresar

en los desafíos actuales, los valores que nos constituyen como pueblo en nuestras sociedades y en la Iglesia». Por eso compara la Iglesia con la vocación al matrimonio, ya que este «es una llamada a conducir un barco incierto –pero muy seguro por la realidad del sacramento– en un mar a veces agitado». Cita aquel pasaje del Evangelio, cuando los discípulos ven que Jesús se acerca en medio de la tormenta y lo reciben en la barca. E invita a los esposos a hacer lo mismo: «Cuando la tormenta arrecia, dejad subir a Jesús en vuestra barca, porque cuando subió “donde estaban ellos, […] cesó el viento” (Mc 6,51)». Nuevas oportunidades Hacia el final de la carta, el Santo Padre aprovecha para reflexionar sobre las «dificultades y oportunidades» que han tenido las familias en este tiempo de pandemia, como estar juntos, dialogar más o caer en que ciertas rutinas no aportan novedad ni entusiasmo a la vida familiar. Sin embargo, sugiere que «el cansancio no os gane, que la fuerza del amor os anime para mirar más al otro –al cónyuge, a los hijos– que a la propia fatiga» e invita a releer en familia el himno paulino de la caridad (cf 1Cor 13,1-13). «No os avergoncéis de arrodillaros juntos ante Jesús en la Eucaristía para encontrar momentos de paz y una mirada mutua hecha de ternura y bondad. O de tomar la mano del otro, cuando esté un poco enojado, para arrancarle una sonrisa cómplice», recomienda Francisco.

El Papa pide a los padres que brinden a sus hijos «una seguridad que les ayude a experimentar la confianza en vosotros, en la belleza de sus vidas, en la certeza de no estar nunca solos».

Novios y abuelos El documento finaliza con una llamada a los novios «a no desanimarse», a tener la «valentía creativa» que tuvo san José, con una confianza plena en la Providencia divina y en el apoyo de sus propias familias y en sus amistades, en la comunidad eclesial o la parroquia, espacios que están abiertos «para vivir la vida conyugal y familiar». Concluye reconociendo a los abuelos como la «memoria viviente de la humanidad», a quienes consuela porque, durante el tiempo de aislamiento, no pudieron ver y gozar de sus nietos, habiendo padecido algunos de profundos cuadros de soledad. Para Francisco, la familia no debe prescindir de los abuelos, dado que «esta memoria puede ayudar a construir un mundo más humano, más acogedor», tal como dijo en la I Jornada de los Abuelos y los Mayores de julio de 2021. Y que no se ahogue, cada día, el infaltable: ¡Te amo! y con abrazo incluido. Cooperador Paulino I 13


Un nuevo lío del papa Francisco:

«Escuchar antes de

hablar»

JAVV

La Oficina de Prensa del Vaticano publicó, el pasado 24 de enero, el mensaje del papa Francisco para la LVI Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, que se celebrará el próximo 29 de mayo de 2022.

C

ontinuando con el mensaje de la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales (JMCS) del año 2021, que hizo referencia a la necesidad de «ir y ver», el papa Francisco ha centrado su propuesta de este año en el verbo «escuchar», dado que, para todos, este término es «decisivo en la gramática de la comunicación y condición para un diálogo auténtico».

14 I Cooperador Paulino

El Santo Padre, en su mensaje de la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales del 2022, que se celebrará el 29 de mayo (Ascención del Señor), nos confirma así que «la escucha corresponde al estilo humilde de Dios». Esto se explica porque, de ese modo, Dios puede «revelarse como Aquel que, hablando, crea al hombre a su imagen, y, escuchando, lo reconoce como su interlocutor».


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SIMPLEMENTE JOSÉ Romance sobre la vida del padre adoptivo de Jesús El Santo Padre, en su mensaje de la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales del 2022, que se celebrará el 29 de mayo (Ascención del Señor), nos confirma que «la escucha corresponde al estilo humilde de Dios». El amor de Dios al hombre está siempre presente, «por eso le dirige la Palabra, por eso “inclina el oído” para escucharlo», precisa el Papa. Y a la vez nos recuerda que el hombre «tiende a huir de la relación, a volver la espalda y “cerrar los oídos” para no escuchar», por lo que demuestra rasgos agresivos hacia el otro.

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Aunque todos tenemos oídos, afirma Francisco, hay una «sordera interior» cuya sede es el corazón. Para el Santo Padre, «se deben acoger las palabras espiritualmente en el corazón» .Y cita a san Agustín con estas palabras: «No tengáis el corazón en los oídos, sino los oídos en el corazón». La escucha crea la buena comunicación Trayéndolo a una realidad actual, el Papa nos explica que, con las nuevas realidades comunicativas, se ha agudizado esa inclinación a escuchar a escondidas o espiar en las redes sociales. Lo contrario a esto sería «la escucha de quien tenemos delante, cara a cara, a quien nos acercamos con apertura leal, confiada y honesta». Advierte que la falta de escucha es evidente también en la vida pública, donde solo hay un afán de escucharse a uno mismo o de contentar a la audiencia. Aunque hay ocasiones en que se pretende ridiculizar el comentario del otro, esto debe superarse y más bien prestar «atención a las razones del otro y tratar de hacer que se comprenda la complejidad de la realidad». A fin de superar esa nefasta tendencia de esperar que hablen los demás para imponernos, el Santo Padre advierte, apoyado en el filósofo estadounidense Abraham Kaplan, que un diálogo así, se convierte en un «duálogo» o un monólogo a dos voces. Contrario a esto, vemos que, en la verdadera comunicación, «tanto el tú como el yo están “en salida”, tienden el uno hacia el otro, (dado que) no se comunica si antes no se ha escuchado». «Salir del monólogo» es lo que recomienda el documento, porque solo así, «se puede llegar a esa concordancia de voces que es garantía de una verdadera comunicación». En este mensaje, dedica unas líneas al «buen periodismo», el cual no puede identificarse como tal, sin la capacidad de escuchar. Por eso afirma que «para ofrecer una información sólida, equilibrada y completa, es necesario haber escuchado durante largo tiempo». Por ello, el Papa advierte de que la desconfianza hacia la «información oficial» de la pandemia ha causado una «infodemia», dentro de la cual es cada vez más difícil hacer creíble y transparente el mundo de la información. Unido a esto, invita «a vencer los prejuicios sobre los migrantes y ablandar la dureza de nuestros corazones» y da una sólida receta, que ya la aplican los buenos periodistas: «Escuchar 16 I Cooperador Paulino

«Salir del monólogo» es lo que recomienda el documento, porque solo así, «se puede llegar a esa concordancia de voces que es garantía de una verdadera comunicación». sus historias, dar un nombre y una historia a cada uno de ellos» y evitar de este modo, verlos solo como números o «invasores peligrosos». Escucharse en la misma Iglesia La institución no se libra de esto, dado que, según el Papa, «es triste cuando, también en la Iglesia, se forman bandos ideológicos, (y) la escucha desaparece y su lugar lo ocupan contraposiciones estériles». La clave del mensaje está en «escuchar más voces, escucharse mutuamente, entre hermanos y hermanas», dado que así se «permite ejercitar el arte del discernimiento, que aparece siempre como la capacidad de orientarse en medio de una sinfonía de voces». Hacia el final de su mensaje, Francisco señala que en la Iglesia «hay mucha necesidad de escuchar y de escucharnos», dado que este es «el don más precioso y generativo que podemos ofrecernos los unos a los otros». Les recuerda a los cristianos, «que el servicio de la escucha nos ha sido confiado por Aquel que es el oyente por excelencia, en cuya obra estamos llamados a participar». Parafraseando al teólogo protestante alemán, Dietrich Bonhoeffer, hace ver que «debemos escuchar con los oídos de Dios para poder hablar con la palabra de Dios», dado que «quien no sabe escuchar al hermano, pronto será incapaz de escuchar a Dios». «El apostolado del oído», como el Sumo Pontífice ha llamado a la capacidad de «escuchar antes de hablar», significa dar gratuitamente un poco del propio tiempo a las personas para escucharlas. «Es el primer gesto de caridad», anota. En pleno proceso sinodal, el Papa compromete a todos a orar «para que sea una gran ocasión de escucha». E identifica a la Iglesia como una realidad «sinfónica», donde, al igual que en un coro, «la unidad no requiere uniformidad, monotonía, sino pluralidad y variedad de voces, polifonía».


VIDA

CONSAGRADA

vida consagrada es MEDIACIÓN La

Alejandro Fernández Barrajón, Mercedario

¿Somos todos los consagrados de hoy mediaciones de la llamada de Dios para nuestros hermanos y para los jóvenes? Y si no lo somos nosotros, nadie lo será.

L

os consagrados de hoy estamos descuidando esta capacidad impresionante que tenemos de ser signos, mediaciones, referencia, arrinconados por esta mentalidad social y laicista que nos mira con indiferencia y no nos entiende ni siquiera cuando servimos a esta sociedad; incapacitada para entender la gratuidad. Pero la gratuidad existe, es profundamente evangélica, y la vida consagrada se apoya en ella para ser instrumento de Dios en medio de la humanidad. Si dejamos de ser gratuitos, dejamos de ser consagrados. Tenemos la pretensión, en nuestras programaciones y capítulos, de querer llegar a todos y no acabamos de llegar a nadie en concreto. No necesitamos programaciones ambiciosas sino actitudes cercanas, afectivas y gratuitas para regalar a los más cercanos todos los días. ¿De qué nos sirve una programación vocacional de especialistas si luego no somos capaces de perder un poco el tiempo con aquellos tres o cuatro jóvenes que viven más cerca de nosotros y con los que nos cruzamos en la puerta de casa o a la hora de coger el autobús? La vida religiosa es una experiencia de impactos. El primer impacto, y el más valioso, es el encuentro con Jesucristo. Pero Jesucristo nunca utiliza el impacto para encontrarse con nosotros

sino más bien mediaciones humildes y sencillas, inesperadas frecuentemente, para hacerse el encontradizo y poder seducirnos con su amor apasionado. No suele estar en el fuego, en el terremoto o en el huracán, sino en la brisa suave, en lo cotidiano, en lo elemental. Toma forma de mirada, de anécdota, de mano estrechada, de escucha, de gratuidad. Yo cada día creo menos –no sé si me salvaré– en las experiencias místicas arrobadoras, en las visiones divinas, en las apariciones extraordinarias en las que Dios se hace presente. Cada día creo más en lo natural y cotidiano, en la vida con sandalias, y en la experiencia personal que se contagia. En el camino de fe que van recorriendo muchos hombres y mujeres de bien, sin dejarse enjaular por estructuras ni templos, por leyes ni ortodoxias, que normalmente conducen a la excomunión. Aquellos seminaristas a los que acompañé durante doce años como formador, y que necesitaban agua bendita para todo, se han quedado la mayoría en el camino porque no consiguieron superar la cáscara de la espiritualidad y se perdieron lo mejor de la vida, el grano, lo humano, lo natural. Y aquellos jóvenes normales, inquietos y rebeldes, con dificultades a veces para sacar sus estudios, son hoy estupendos religiosos con los que da Cooperador Paulino I 17


Jesucristo nunca utiliza el impacto para encontrarse con nosotros sino más bien mediaciones humildes y sencillas, inesperadas frecuentemente, para poder seducirnos con su amor apasionado. gusto convivir y trabajar. Prefiero jóvenes normales y humanos que excesivamente espirituales. Otros impactos que acompañan la llamada a la consagración, a modo de mediaciones improvisadas a veces, son los acontecimientos y personas que van caminando con nosotros por las calles de la vida: un religioso, una religiosa, algún sacerdote diocesano excepcional y, sobre todo, la fraternidad de la vida cuando realmente existe. Los jóvenes son extremadamente sensibles para percibir cuándo hay y cuándo no hay un ambiente natural y hogareño en una comunidad religiosa. Después vendrá la misión específica y el estilo de trabajo de los consagrados, y todo lo demás. Pero, antes de nada, y como invitación espontánea y natural, necesitamos vivir esta sensación de hogar y de libertad que ellos tanto valoran. Eso 18 I Cooperador Paulino

significa superar viejas costumbres constitucionales y tradicionales que pertenecen a otra época ya superada. Porque hay en nuestras comunidades excesivos controles económicos y de horarios para sentirnos relajados y serenos. Vamos a ser cada día más democráticos, más participativos, más corresponsables, más abiertos y cercanos a nuestro entorno, por nosotros y por los jóvenes que nos rodean. Y vamos a dejar de escandalizarnos por todo y a cada momento, de pelos largos y coletas, de piercing y ombligos al aire, de pendientes y vaqueros rotos por el trasero. Porque estamos en el tiempo que estamos y nuestra misión es vivir muy cerca de nuestro pueblo. No vamos a conseguir nada santiguándonos a cada paso de las cosas que se ven por la calle. Disfrutemos de la espontaneidad que nos ofrece la vida y demos gracias a Dios por la libertad con que se mueven nuestros jóvenes delante de nuestras narices. Sobre todo, vamos a ver si no desentonamos mucho en la calle, a no ser por nuestra coherencia, nuestra espontaneidad y nuestra alegría. En la Sagrada Escritura todos los llamados se han sentido impactados a través de curiosas


mediaciones: una zarza, una brisa, un acontecimiento doloroso, una mirada, una invitación, una situación de opresión… Y hoy, Dios actúa de la misma manera porque sabe que es eficaz. El reto que tenemos por delante los consagrados es conseguir ser impacto sin dar excesivamente la nota. Impactar desde lo natural, desde lo cercano, desde nuestra apuesta por la ecología y la paz, por la defensa de nuestro barrio y nuestros compromisos militantes con los proyectos de desarrollo. Allí donde hay un consagrado normal, que se codea con la gente de la calle sin aspavientos, se produce un impacto y la gente se interpela, se pregunta y se alegra de que los frailes y las monjas no seamos de otra galaxia, sino del común de los mortales. Es decir, que sacamos la basura a la calle todos los días y saludamos al cartero a voces cuando nos lo encontramos por la calle. Impacto o metal que retine… La vida consagrada, por muchas circunstancias que ahora no vienen a cuento, ha perdido capa-

Cuando nos planteamos las carencias vocacionales en nuestras congregaciones parece que siempre llegamos a la misma conclusión: hay que rezar más. Y no digo yo que eso no sea bueno y necesario. Pero no basta. cidad de impacto y de referencia en la sociedad actual. Si realmente creemos en el Evangelio y estamos convencidos de que la propuesta social que nos hace es constructiva y maravillosa, no podemos resignarnos a ser unos «don nadie» ni a pasar desapercibidos en virtud de una falsa humildad que nos encanta. Eso significa que ha de oírsenos y que ha de vérsenos en todos los lugares de la calle y, sobre todo, en aquellas situaciones límite donde nuestro pueblo sufre y se siente abandonado a su mala suerte: enfermedad y muerte, pobreza y soledad, depresiones y fracasos, rupturas familiares y vejez. Nuestra presencia cercana y afectiva es la mejor medicina para curar tanta hambre de ser personas como llevamos dentro. No vamos a ganar a Cooperador Paulino I 19


Hay que seguir sembrando e iluminando en estos tiempos desconcertantes para que dejen un poco de serlo. nadie con nuestras teorías y reflexiones de ultratumba, vamos a ganar a todos con nuestro afecto cercano y compartido. Cuando nos planteamos las carencias vocacionales en nuestras congregaciones parece que siempre llegamos a la misma conclusión: hay que rezar más. Y no digo yo que eso no sea bueno y necesario. Pero no basta. Tal vez lo que tenemos que hacer es hablar más con la gente, pasar más tiempo en la calle, perder el tiempo con unos y con otros, dejarnos invitar y participar en las fiestas, irnos de vez en cuando de tapas por los bares del barrio y escuchar alguna música moderna, de esa que engancha a los jóvenes, por si sale el tema musical que no hagamos el ridículo hablando de Manolo Escobar. El latido de la calle es el nuestro. Y eso no significa contemporizar y dejarnos absorber por la realidad sino no apearnos del mundo en el que nos ha tocado vivir, porque de lo contrario acabaremos en la luna. Todos los que estamos en la vida consagrada hemos sido impactados de alguna manera. Todos los que vendrán en los próximos años serán también impactados. Nuestra propia historia nos dice que hemos sido llamados no desde lo alto, 20 I Cooperador Paulino

sino desde las esquinas, en la plaza o en la calle, en la peluquería, en el cine, en el salón parroquial o en la misa del domingo. Y desde ahí tenemos que ser nosotros ahora impacto para otros. Es verdad que es desconcertante el tiempo que nos ha tocado vivir, como lo fue para Samuel, para Elías o para el Bautista. Pero no es menos desconcertante para el joven que no encuentra empleo, para el inmigrante que anda sin papeles, para los padres que no duermen pensando en las «movidas» de sus hijos, para los profesores que no saben cómo afrontar un nuevo curso con el ambiente que se respira en las aulas, para los empresarios que temen perder sus ganancias. Este tiempo es desconcertante para todos y no por eso vamos a tirar la toalla de la esperanza. Hay que seguir sembrando e iluminando en estos tiempos desconcertantes para que dejen un poco de serlo. Y me temo que en la vida consagrada de hoy hay poca esperanza y mucha resignación; justo lo que más daño puede hacernos en momentos desconcertantes; justo lo contrario de lo que se necesita en tiempos recios y de incertidumbre. Ahora cobra más fuerza que nunca el símbolo de la luz, de la levadura y de la semilla que Jesús usa una y otra vez en el Evangelio para que no nos dejemos atrapar por los números, por el brillo y por la fuerza de lo inmediato. Ahora es el tiempo de estudiar y entender el milagro de la levadura.


ENTREVISTA Águeda Rey, enferma de ELA

LE DIJE A DIOS: «DAME TIEMPO PARA RECONCILIARME CONTIGO Y CON TODOS». Victoria Luque

Alejandro Rodríguez y Águeda Rey llevan casados 26 años, tienen 3 hijos: Miguel, Gabriel y Alejandra, y podría decirse que la enfermedad ha sido el instrumento que Dios ha permitido para que en ellos se vea, de una forma patente, el amor de Dios.

H

ace once años, Águeda notó que perdía fuerza en su mano derecha, después de consultar a distintos médicos y someterse a múltiples pruebas, le diagnosticaron ELA. Aquello supuso para ella un impacto emocional tremendo, porque sabía que la esclerosis lateral amiotrófica es una enfermedad neurodegenerativa, progresiva, que conduce hoy por hoy, a la muerte: «Recuerdo –dice Águeda– que la neuróloga me dijo: “Arregla todos tus asuntos, porque te vas a morir”. Esto se me quedó grabado. Al salir de la consulta me derrumbé, fue como tomar conciencia de que me estaba muriendo. Me abracé a Alejandro, y llorando le dije: “¿Te das cuenta? Me estoy muriendo”. Él me decía: “No lo sabemos… quién sabe lo que va a pasar”».

Prosigue Águeda: «Cuando supe que me iba a morir, pensé: Me voy al infierno. Yo no estaba preparada para irme en paz al cielo. Recuerdo que en esos días tuve un desmayo y una visión, vi que me caía en una tumba y que en esa tumba había personas que tiraban de mí; me dio mucho miedo. Duró unos segundos, cuando me repuse del desmayo le pedí una cosa a Dios, le dije: “Dame tiempo para reconciliarme contigo y con todos”. Entonces fue cuando el Señor paró la enfermedad durante cinco años en el brazo derecho. Es decir, yo sabía que tenía ELA, mi mano no funcionaba, pero la ELA estaba solo en la mano, no avanzó hacia ninguna otra parte del cuerpo. Y esto no es que sea raro, es que sencillamente no ocurre nunca». Ahora, once años después, Águeda usa respirador y sale a la calle Cooperador Paulino I 21


en silla de ruedas, depende completamente de su marido, que lo ha dejado todo por estar a su lado, a su servicio, 24 horas al día. Si hay algo, totalmente envidiable de este matrimonio, es el amor que ambos se profesan; esto, que hoy es una realidad patente, no siempre fue así. Durante la conversación que mantenemos los tres, en su casa, sale a colación que antes de la enfermedad de Águeda, su relación matrimonial hacía aguas… incluso pensaron en separar sus caminos: «Antes de saber que tenía ELA, llegué a un momento muy fuerte de desesperación, de tristeza, en el que le pedí ayuda a Dios, y le dije que arreglara mi matrimonio. Tuve una experiencia fortuita en una iglesia, en la que entré sin querer, y allí yo creo que Dios me habló, no es que le oyera, pero me hizo tomar conciencia de que Él había muerto por mí. Era algo que ya sabía, pero en ese momento bajó de la cabeza al corazón. Esa frase tan sencilla (“He muerto por ti”) me cambió la vida realmente. A partir de ahí, me fui acercando poco a poco a Dios. Y en un momento dado surge la enfermedad, cuando yo estaba ya en ese proceso de acercamiento». Por su parte, Alejandro cuenta cómo fue su conversión, gracias a las oraciones de Águeda. Él llevaba 40 años alejado de la Iglesia, cuando en una Semana Santa, acompañando a Águeda a unos oficios, se vio en la tesitura de tener que leer la V Estación del Vía Crucis: «Yo creo que Dios a cada uno nos da una misión, y yo 22 I Cooperador Paulino

«Antes de saber que tenía ELA, llegué a un momento muy fuerte de desesperación, de tristeza, en el que le pedí ayuda a Dios, le dije que arreglara mi matrimonio». la recibí muy gráficamente leyendo, sin haberlo buscado, la V Estación del Vía Crucis, después de una confesión –tras 40 años sin haber confesado–. Cuando leí que Simón de Cirene ayuda a llevar la cruz a Cristo, sentí que Dios me estaba pidiendo que fuera su Simón. La cruz la había abrazado Águeda, ella había dicho “Sí, hágase”, pero necesitaba un Simón, alguien que le ayudase a llevarla. Curiosamente, mi nombre de pila es Alejandro Simón. Desde entonces digo que yo no soy el cuidador de Águeda, sino su Simón. Yo cuando la lavo, o la peino, o le doy de comer, la estoy amando. Pero fíjate que un regalo adicional, aparte de recibir esta misión, es realmente sentir esta misión. Y cuando yo tengo que coger a Águeda 30 veces al día y pesa 54 kilos, y me duelen los brazos y tengo moratones, y con la cama a veces me sangran las rodillas, siento verdaderamente que estoy, igual que Simón, ayudándola a llevar la cruz. –Y continúa–: Claro, llegó un momento en que dije: “Jesús, a ver si no voy a poder llevar con ella esta cruz”, y entonces me vino este pensamiento: Es que


PÍAS DISCÍPULAS DEL DIVINO MAESTRO

«No somos nosotros, no es nuestra voluntad, no es que nos queramos, no es la ELA, es que está el amor de Dios en nuestra familia. Y eso es lo que se nota». la cruz hay que abrazarla. Es decir, Señor, me has dado la gracia de darme cuenta de que la cruz pesa, hace daño, duele, pero abrazándola es como puedo llevarla». Sobre la experiencia de Águeda y Alejandro se acaba de publicar un libro (Alejandro y Águeda: fe, esperanza y amor en la cruz de la ELA, de Borja Martínez-Echevarría), también han ofrecido su testimonio en distintos medios, entre ellos TV13. A ellos les comento que en ese vídeo percibí los dos signos de los que habla Jesús, para que el mundo crea: el amor y la unidad. «Lo que se percibe en ese vídeo –comenta Alejandro– sin nosotros proponérnoslo porque realmente lo vivimos así, es el amor de Dios. Nuestra familia es así, porque aquí está el amor de Dios. Porque tenemos a Dios en medio, eso es lo que hace grande a esta familia. No somos nosotros, no es nuestra voluntad, no es que nos queramos, no es la ELA, es que está el amor de Dios. Y eso es lo que se nota. Yo cuando me casé estaba “a por uvas”, no sabía realmente la profundidad del sacramento que había recibido. A raíz de participar en Proyecto Amor Conyugal, que está basado en las catequesis de san Juan Pablo II, hemos descubierto que el esposo y la esposa somos ministros del sacramento del matrimonio e imagen de la Santísima Trinidad. El matrimonio cristiano tiene la misión de mostrar al mundo cómo ama Dios. Lo normal sería dar al mundo esta imagen de comunión en el amor, no lo contrario».

Con este Sacramento alimentas y santificas a tus fieles, para que una misma fe ilumine y un mismo amor congregue a todos los hombres que habitan un mismo mundo (prefacio II de la Ssma. Eucaristía)

Todo lo que necesitéis para las celebraciones de este Tiempo Litúrgico lo podréis encontrar en el Centro de Apostolado Litúrgico.

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LA CATEQUESIS DE INICIACIÓN CRISTIANA TIENE QUE PROVOCAR UN DESPERTAR RELIGIOSO

Feli Izaguirre

EL DESEO DE CONOCER A

JESÚS

José Antonio Pérez Romero, sacerdote, delegado de Catequesis y Catecumenado de la Diócesis de Albacete, explica cuáles son los nuevos retos de la catequesis de Iniciación Cristiana en las parroquias.

P

ara afrontar la situación general de abandono de la transmisión de la fe en las familias, afirma que la catequesis ha de provocar necesariamente un despertar religioso: el deseo básico de conocer a Jesús, no solamente en los niños, sino también en sus padres. D. José Antonio Pérez, ¿qué está pasando?, ¿qué situación se está viendo en la catequesis?

24 I Cooperador Paulino

Lo que estamos notando es un abandono de la transmisión de la fe en la familia, y que los padres están delegando esta tarea a las parroquias, cuando son ellos los primeros responsables de la transmisión de la fe a sus hijos. ¿Podrían hacerlo, con cosas sencillas que los niños aprenden desde pequeños en casa? Así es. Para evangelizar a los

niños en la familia, no hace falta tener grandes conocimientos, es rezar un poco por la noche; hablar alguna vez de Dios, hacer una lectura de la Biblia… es «meter» a Dios en la casa, de una manera física incluso, con alguna imagen; bendecir la mesa; participar juntos de la Eucaristía del domingo... Y si alguno de la familia está enfermo, rezar por él, para que salga bien la operación que se le va a hacer, por ejemplo; o si un amigo


del niño está pasando por un mal momento, pues vamos a encomendarlo a la protección de la Virgen; o vamos a pedirle al abuelo, que se ha ido al cielo, que nos mire desde allí y nos cuide. Con estas cosas tan sencillas, que son experiencias fundamentales de la vida, se transmite la fe en la familia, pero el problema es que los padres no se sienten responsables de hacerlo, ni lo ven necesario. Entonces, ¿ese es el problema, que los padres que están bautizados no sienten que es una tarea que a ellos les corresponda? Lógicamente, los padres entienden que les corresponden las tareas de la educación, pero no la de la educación cristiana, que muchos ven como si fuera una actividad extraescolar: dejan al niño en la iglesia y la iglesia que se ocupe. Lo llevan y lo recogen. Sí, ese es el problema de la transmisión de la fe, que los padres no lo sienten como algo que es constitutivo de la familia, cuando tendría que ser al revés: la familia es la que transmite la fe, y la parroquia es la que ayuda a consolidarla. ¿Cuál es la consecuencia de este abandono? ¿Cómo llegan los niños que empiezan la catequesis? En la catequesis, nos encontramos, cada vez más, con que los niños vienen prácticamente a cero de experiencia religiosa. Otra tendencia que se está dando ahora mucho, es que los padres, después de bautizar a los hijos, ya no los llevan a la catequesis de primera comunión, y se está notando

mucho en los grupos de la catequesis el bajón en el número de niños: una parte, se debe al descenso de la natalidad, pero otra es por la despreocupación de las familias. En su Diócesis se ha presentado un Directorio para la Catequesis y la Iniciación Cristiana. ¿Este documento aborda los nuevos retos que se presentan? Sí. El Directorio Diocesano para la Catequesis y la Iniciación Cristiana, promulgado por el obispo de Albacete, D. Ángel Fernández Collado, pretende introducir en nuestra comunidad diocesana una nueva mentalidad que hoy resulta imprescindible para una Nueva Evangelización, y a la vez, nace a la luz de dos documentos recientes que atañen directamente a la catequesis: el nuevo Directorio para la Catequesis (Pontificio Consejo para la promoción de la Nueva Evangelización, Roma 2020) y la carta apostólica en forma de motu proprio Antiquum Ministerium del papa Francisco, sobre el ministerio del catequista de 2021. En el contexto social, cultural y eclesial, la Nueva Evangelización requiere una renovación de la pastoral de la Iniciación Cristiana, con el deseo de dar una respuesta común en toda nuestra Diócesis a esta necesidad de evangelización, estableciendo un itinerario y criterios comunes. ¿Qué es lo más importante de esta renovación de la pastoral de la Iniciación Cristiana?

lia. Sobre todo, al principio, cuando la familia va a inscribir al niño, hay que ofrecer a los padres un acercamiento, que se tendrá que hacer de manera continuada. Por ejemplo, hay experiencias de que al mismo tiempo que se da la catequesis a los niños, se tiene un encuentro con los padres, de una manera más informal, aparte, tomando un café, para conocerlos, hablar con ellos, comentarles el proceso de la educación en la fe, y esto es evangelizar también. En el Directorio, se detalla que hay que mantener un contacto continuo con los padres, desde el bautismo de su hijo hasta que empiece la catequesis, a través de una celebración anual, y por medio del teléfono, el correo… Se trata entonces, de impulsar la acción misionera del catequista. Sí, es fundamental. Tenemos que generar un despertar religioso: el deseo de conocer a Jesús, haciendo ver, especialmente por medio de nuestro testimonio de vida –de lo que hacemos y nuestra entrega–, que Jesús es el Señor, nuestro Salvador. Que la fe que profesamos te acompaña, te realiza, te ayuda en todo lo que haces. En definitiva, que la fe es útil, da sentido pleno a nuestra vida. En esta sociedad, la fe no se valora porque no se considera útil, y se desconoce el amor misericordioso y providente de Dios; se desconoce que Jesús es la Luz que rompe la tiniebla. De ahí la necesidad de la evangelización.

Hay que hacer un acompañamiento al niño y a la famiCooperador Paulino I 25


Páginas evangélicas

TRES PREJUICIOS PARA LA CONVERSIÓN Pedro Moreno

«Jesús decía: “Se ha cumplido el tiempo. Convertíos y creed en el Evangelio”» (Mc 1,15). Esta mañana… Esta mañana, en clima de oración y reflexión, leyendo un comentario sobre las lecturas del domingo, me ha sorprendido la siguiente afirmación, digna de compartir y meditar: «Nunca llegamos a ser cristianos del todo; tenemos que convertirnos continuamente…». ¿Qué os ha parecido la sentencia? ¿Es verdad que tenemos que convertirnos continuamente? ¿O es algo exagerado y solo para tiempos recios o de crisis? Vamos con alguna reflexión sobre el asunto. Creo, sinceramente, que da que pensar y que es asunto común, de decir, de todos y de todos los días de la vida. 26 I Cooperador Paulino

«Convertíos», palabra clave en la vida Aceptamos, y seguro que, de buen grado, que la vida –la vida de cada uno...– es camino. Aceptamos que la vida es proyecto y vocación, llamada siempre. Hasta aquí todos de acuerdo. Caminar, añadimos ahora, significa eso, cambiar, convertirse. Si no cambiamos no caminamos. Sin cambio y conversión, entonces, no hay vida; sin cambio se da la muerte. Ya lo decía el viejo filósofo: «Todo cambia; nada permanece…». De ahí que la conversión, la invitación al cambio, sea una de las palabras claves de la vida; una palabra y una

realidad fundamental en nuestra existencia humana. ¿Recordáis lo que le dijo Jesús a Nicodemo? «Mira, Nicodemo, tienes que nacer de nuevo»; es decir, tienes que cambiar. La conversión es, por tanto, tarea humana y cristiana, empeño de todo aquel que quiera vivir y no morir, que quiera luchar por una meta y no pararse rendido en el camino. La conversión nos urge todos los días y en todos los campos de la vida; nos urge en la Iglesia y fuera de la Iglesia, en lo profesional y en lo familiar. La conversión nos urge en Cuaresma y en Pascua, en el Tiempo Ordinario y en los días de Fiesta. Siempre. «Convertíos», palabra y compromiso clave en nuestra


NOVEDAD vida. Para mejorarnos y mejorar nuestros espacios existenciales. Para estar siempre creciendo y avanzando en el camino del bien y la santidad. Tres errores sobre la conversión cristiana Vamos ahora con tres errores o prejuicios sobre la conversión cristiana. Prejuicios que son bastante comunes, por cierto. Hablamos, como digo, aquí y ahora, de la conversión cristiana. Aclaremos, también, que un error o prejuicio suele hacer inútil e infecundo cualquier proyecto de verdad o de bien. Así ocurre con los tres prejuicios que ahora señalamos. Primer error sobre la conversión: creer que es mi obra y solo mi obra Terrible error. Entre lo que soy, pobre y pequeño, y lo que debería y me gustaría ser existe, a veces, tal distancia que, sencillamente me muero del susto. No puedo hacer nada. Me rindo, y me rindo pronto, porque este empeño de conversión y cambio me supera. No está a mi alcance. No, no. Las cosas no son así. El cambio o conversión, en el sentido más profundo y también en sus consecuencias, lo hace Dios en nosotros, y lo hace a través de su Espíritu. Dice el profeta: «Arrancaré de vosotros el corazón de piedra y os daré un corazón de carne…». Esta obra, la del cambio de mi vida, es obra de Dios. Por eso, la pedimos constantemente: «Oh Dios, crea en mi un corazón puro…» (Sal 50). Si eso es así, entonces

el triunfo es seguro y la lucha merece la pena. Segundo error sobre la conversión: creer que no es posible por tanto fracaso acumulado Otro gravísimo error o prejuicio. La historia y las circunstancias que nos rodean son, con frecuencia, tan negras e infecundas, están llenas de muerte y fracasos, que nos llevan a pensar que no hay ningún espacio para la esperanza y el cambio, para la conversión profunda. «Yo ya no puedo…», he oído muchas veces; «mi tiempo ya ha pasado…», escucho en otras ocasiones; «soy como soy y no voy a cambiar ya…», me dicen en otras ocasiones. Entonces es urgente, y es salvador, leer y releer el capítulo 37 del profeta Ezequiel. El profeta contempla una vega llena de muerte y desesperación –huesos secos por todas partes…–. Más tarde, contempla cómo, uno a uno, van reviviendo aquellos huesos por la fuerza y la gracia del Espíritu de Dios. Donde había muerte y solo muerte ahora cunde la vida y manda la vida. Sí, amigos lectores, siempre –en toda circunstancia– es posible el cambio.

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13 estrategias para activar la voluntad y el entusiasmo en todas las facetas de tu vida

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Tercer error sobre la conversión: creer que es cuestión de un día, de un momento de especial fervor y entusiasmo No, no. Hablamos de un proceso, de una tarea de por vida. Decía Newman: «Aquí, sobre la tierra, vivir es cambiar, y la perfección es el resultado de muchas transformaciones».

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Cooperador Paulino I 27


Vida Paulina HIJAS DE SAN PABLO EN VALENCIA:

75 ANIVERSARIO DE FUNDACIÓN

El 24 de enero de 1947 lle-

garon a Valencia las primeras Hijas de San Pablo, religiosas fundadas por el beato Santiago Alberione para entregarse a la difusión de la palabra de Dios con los medios de comunicación social. Llegaron 28 I Cooperador Paulino

sin medios ni recursos, pero animadas por un gran entusiasmo para emprender allí el apostolado paulino. No les faltaron dificultades de todo tipo, pero les empujaba la fuerza de su vocación: «Llevar la palabra de Dios al pueblo de hoy con los medios de hoy».

Empezaron visitando a las familias con los libros por toda la región valenciana. La gente se extrañaba al ver a estas hermanas con una misión completamente inédita. No faltaban comentarios de todo tipo. Pero la ilusión de las hermanas contagiaba a las jóve-


Hijas de San Pablo

nes y empezaron a llegar las primeras vocaciones. Mientras tanto, se buscaba un local adecuado para abrir una librería en la ciudad de Valencia. Finalmente, el 19 de marzo de 1951, se realizó el sueño, y en 1952 también se empezó con la agencia San Pablo Films. Esta última iniciativa surgió con el fin de ofrecer, en alquiler, a los centros parroquiales y a los colegios, buenas películas en formato 16mm. Más tarde, se realizaron semanas, o Jornadas del Evangelio en algunas parroquias de los pueblos. Así se fue avanzando hasta llegar a la actual librería en Plaza de la Reina, en el centro de la ciudad y al amparo del Santuario de la Virgen de los Desamparados y de la Catedral. A sus 75 años de presencia, hoy, la librería PAU-

LINAS es un centro de luz y de acogida, que pretende dar respuestas a todos los que están en búsqueda. Se convocan grupos para estudiar juntos la palabra de Dios, los documentos de la Iglesia y para momentos de oración y celebración. Se acoge la ayuda a personas que sienten la urgencia de promover los valores humanos y cristianos y de vivir en comunión como los primeros seguidores de Jesús. Nos ayuda un grupo de colaboradores; el grupo San Pablo y otro grupo que se reúnen para profundizar la palabra de Dios. La misión de las Hijas de San Pablo está bajo la inspiración y protección del gran Apóstol de las Gentes. Cambian los medios, pero el mensaje es siempre actual.

Cooperador Paulino I 29


Vida Paulina FRANCISCO FERRER ORTEGA: PRIMERA PROFESIÓN DE LOS CONSEJOS EVANGÉLICOS

Francisco Ferrer Ortega, nacido en Gerlingen

(Alemania), aunque reside actualmente en Los Villares (Jaén), entró a formar parte del Instituto Secular Paulino «San Gabriel Arcángel» a finales de 2018. Tal como está previsto en el Estatuto de la mencionada institución, recorrió las primeras etapas formativas previas al noviciado, a cuya conclusión, el pasado 23 de enero, ha emitido su primera profesión de los consejos evangélicos. El Instituto Secular San Gabriel Arcángel fue fundado por el beato Santiago Alberione, como agregado a la Sociedad de San Pablo, en el año 1958 y fue aprobado por la Santa Sede el 8 de abril de 1960. Acoge a laicos solteros que, animados por un auténtico celo misionero, desean entrar en una forma estable de vida que los guíe en la observancia de los consejos evangélicos, sin que se les exija abandonar a

30 I Cooperador Paulino

su familia, sino que deben aprovechar los mismos ambientes familiares y laborales para realizar, a partir de ellos, una penetración apostólica del mensaje cristiano. La presencia de estos consagrados seglares en el mundo es como la levadura evangélica escondida en la masa, que es la humanidad, para fermentarla, usando todos los medios a su alcance, preferentemente, y en cuanto sea posible, los medios de la comunicación social. Para realizar sus compromisos e ideales religiosos, se dedican al Señor todo el tiempo, sin horarios prestablecidos, como en una comunidad religiosa, por lo que entra en juego, para cada uno de ellos, la responsabilidad personal. Esta nueva y original forma de vida la hizo posible el papa Pío XII, con la promulgación de la Constitución Provida Mater Ecclesia, firmada el 2 de febrero de 1947.


TERESA ÁLVAREZ SERRANO: PROFESIÓN PERPETUA

T

eresa Álvarez Serrano reside en Madrid desde hace varias décadas, aunque sus raíces familiares están en el pueblo avulense de Puerto de Castilla. Cuando terminó la formación básica en su tierra natal, cursó estudios de Enfermería en Madrid y en esta ciudad desarrolló su profesión de enfermera con generosa y total entrega. Desde los primeros años de su juventud sintió el deseo de ser religiosa, aunque la vida en comunidad –propia de los religiosos– no le entusiasmaba. Fueron pasando los años hasta que, hace poco más de diez, cayó en sus manos un escrito sobre el Instituto Paulino de Vida Secular Consagrada «Virgen de la Anunciación», para mujeres solteras, que da a sus miembros la posibilidad de consagrarse plenamente al Señor, permaneciendo en el ambiente familiar y ejerciendo una profesión para asegurarse sus medios de vida. Se informa, medita, reza mucho y,

finalmente, a principios de 2013, solicita el ingreso en el mencionado Instituto y el pasado 12 de febrero, después de recorrer las etapas previas de formación, se consagró definitivamente al Señor con la profesión, para toda la vida, de los votos de pobreza, castidad y obediencia. Este instituto secular, agregado a la Sociedad de San Pablo e integrado en la Familia Paulina, está estrechamente relacionado con el misterio de Nuestra Señora de la Anunciación, del que recibe su nombre. Fue fundado por el beato Santiago Alberione en 1958 y aprobado por la autoridad eclesiástica en 1960. Según sus posibilidades y aptitudes, el compromiso apostólico de estas consagradas seglares se colorea de acuerdo con la profesión que ejercen en la sociedad y con el fin específico de alguna de las Congregaciones Paulinas, siempre con especial sensibilidad hacia los medios de comunicación social. Cooperador Paulino I 31


Vida Paulina SOR HERMINIA BRUNETTI

Herminia Brunetti fue una religiosa de la Con-

gregación de las Hijas de San Pablo, que vivió experiencias que sobrepasan lo normal. Recibió revelaciones más allá de lo corriente, en una red de relaciones sobrenaturales desconocidas para la mayoría. Sor Herminia desarrolló un apostolado particular en el mismo corazón de su vocación paulina, pero muy en contacto con las necesidades y el dolor humano de muchas personas, que recurrían diariamente a ella para sanar sus heridas físicas, psicológicas o espirituales. La vida de sor Herminia puede ofrecer una línea nueva en su relación con Dios y con el prójimo. Sobre todo, en el conocimiento de la misericordia de Dios, que se manifiesta como Padre que ama a cada persona con un amor único.

32 I Cooperador Paulino

De esta religiosa escribe así Beatrice Immediata, en su libro Herminia Brunetti. Apóstol y mística con dones extraordinarios: «Sorprende observar que, habiendo pasado tantos años desde su muerte (ocurrida en 1996), la fe de muchas personas por la intercesión de esta hermana esté todavía viva. De hecho, se refieren siempre nuevas gracias obtenidas por su intercesión: curaciones inesperadas, dificultades superadas… Sor Herminia, hoy, sigue su apostolado por medio de ese misterio que es la comunión de los santos. Ese vínculo místico que une la Iglesia militante (que somos nosotros) a la Iglesia purgante y a la Iglesia triunfante: único cuerpo místico de Cristo».


† P. FRANCISCO ARES CERQUEIRO El padre Francisco Jesús Ares Cerqueiro nació en la pintoresca localidad gallega de Rial –Valle del Dubra (Coruña)–, el 18 de julio de 1934. Cumplidos los 13 años ingresó en la comunidad de Zalla (Vizcaya), donde también hizo el noviciado y emitió su primera profesión religiosa. Para cursar los estudios de Teología, se trasladó a Roma, a cuya conclusión fue ordenado sacerdote, el 2 de julio de 1961, y regresó a España días después. Pero muy pronto tuvo que rehacer las maletas, porque, apenas transcurrido un año, emprendió el camino misionero a Santiago de Chile y, siete años más tarde, a Buenos Aires, en ambos destinos entregado a la formación de los aspirantes paulinos y al trabajo en el campo editorial. En el año 1977 terminó la experiencia americana del P. Paco, como todos le llamábamos, pero en su mente y en su corazón siguió perviviendo para siempre. De nuevo en España, pasó, sucesivamente, distintos tramos de su vida en diversas comu-

nidades paulinas, siempre dentro de la ciudad o provincia de Madrid, y siguió prodigándose sin reservas en los diversos quehaceres apostólicos que los superiores le fueron encomendando: unos en el campo formativo (Maestro de aspirantes, Maestro de novicios, Maestro de juniores), otros en el campo institucional (Superior Local, Consejero Provincial, Vicario Provincial) y otros que en campo editorial (Redactor, Redactor jefe, Director de marketing, Director de publicidad). El padre Paco deja en todas las personas que le conocimos y tuvimos la suerte de convivir con él, el grato recuerdo de un Paulino verdaderamente responsable y comprometido. Fue un hombre realmente amable y cariñoso, amante de la conversación, a veces un poco enigmático en sus respuestas, pero siempre claro y transparente en lo que quería comunicar. Falleció en Madrid, el 23 de diciembre de 2021, a la edad de 87 años y 60 de sacerdocio. Descanse en paz.

Cooperador Paulino I 33


NO PODEMOS PERMANECER EN SILENCIO Paula Merelo Romojaro, Adultos vulnerados en la Iglesia, San Pablo, Madrid 2022. 128 págs. 16,00 €

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El cardenal Ravasi propone a los lectores un viaje fascinante hacia la Creación, casa común de la humanidad, tal como se describe en las Sagradas Escrituras.

El paulino brasileño Darlei Zanon nos descubre en esta reconstrucción novelada de la vida de san José la historia de fe y obediencia de un santo universal, referente de los Novelar valores familiares fundamentales.

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«He querido perpetuar estos simples recuerdos no por vanidad, sino para que un día, quién sabe, junto a María, sea recordado como un instrumento en manos del Creador, llamado a ser el padre de su hijo en el mundo. Ser recordado como alguien que escuchó la voz del Altísimo y se puso a su disposición, como un pincel en la mano del pintor, una pluma en la mano del poeta. Alguien que no tiene más mérito personal que la obediencia y la confianza en la Palabra. Para ser recordado como soy, simplemente José...».

Un libro destinado a todos, creyentes y no creyentes, porque la Creación es nuestro interlocutor común. Para los creyentes es una guía para la vida personal, eclesial y comunitaria y, al mismo tiempo, muestra la Biblia a los no creyentes como un código para interpretar la vida cultural y vivir en nuestra casa común, la tierra. Una obra que quiere ser una sólida invitación a la esperanza en tiempos de tribulación.

Biblia y ecología

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la vida de san José, el carpintero GIANFRANCO RAVASI (Merate, de Nazaret queesfue llamado a ser esposo de María y 1942) uno de los exegetas padre adoptivo de Jesús,más es contar una historia de fe internacionales destacados. Estudió en Roma enlalaluz Pontificia y obediencia marcada por y el amor divinos. Universidad Gregoriana y en el narrativa ligera En esta obra, elaborada mediante una Pontificio Instituto Bíblico. Desde e informal, José rompe su silencio y describe en 2007 es presidente del Consejo primera persona su vida y su misión, sus miedos, Pontificio para la Cultura y de dudas, expectativas, sueños, decisiones... las Comisiones Pontificias para Para reconstruir la vida desconocida del padre el Patrimonio Cultural de la de Jesús,Iglesia el autor recurrido aSagrada. textos bíblicos, a y dehaArqueología Entre susyúltimas publicaciones libros apócrifos a una extensa literatura josefina, en la editorial destacanhumano y presentándonos a un San JoséPablo sumamente Los rostros de la Biblia (2008); sensible, sin por ello dejar de profundizar en elementos Los rostros de María en la Biblia teológicos y espirituales vinculados al santo patrón (2009); El mes de María (2009) de la Iglesia universal, y Sion (2019). referente de los valores familiares fundamentales.

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Un acercamiento a las parábolas de Jesús en los Evangelios sinópticos, de una forma asequible y profunda a la vez, a través de la lectio divina, para poder sacar todo el jugo a esta forma de comunicación que empleó Jesús para dar a conocer el mensaje del Reino de Dios.

Este libro recoge las catequesis del Papa sobre el Espíritu Santo y otros textos destinados para ocasiones particulares. Se inicia así un hermoso camino de acompañamiento a todo creyente hacia una mejor comprensión del Espíritu que todo lo hace nuevo.

Pon en práctica los consejos y ejercicios que te propone Salvo Noè en este libro para alimentar el entusiasmo, asumir una actitud mental positiva y sacar el máximo partido a todos SALVO NOÈ los ámbitos de tu vida. ACTIVA EL

El entusiasmo es una fuerza, vive dentro de cada uno de nosotros y nos ayuda a afrontar mejor los obstáculos que surgen en nuestro camino, haciendo que seamos más positivos y más decididos en el logro de nuestras metas. En otras palabras, más felices. La buena noticia es que puede cultivarse conscientemente para convertirse en una práctica diaria. En este libro, fruto de años de investigación y trabajo de campo, el psicólogo y psicoterapeuta Salvo Noè propone 13 estrategias para alimentar el entusiasmo y sacar el máximo partido a todos los ámbitos de nuestra vida. Poniendo en práctica sus consejos y los ejercicios propuestos, aprenderemos a asumir una actitud mental positiva.

«Podemos vivir nuestro día a día de forma monótona, sin pasión, siguiendo costumbres taxativas y aburridas. O bien podemos comprometernos a vivir cada día como si fuera el primero, poniendo en ello toda nuestra curiosidad y pasión para conseguir la vida que queremos».

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Portugal. Se licenció en Filosof ía por la Pontificia Universidad Católica de Campinas y en Teología por la Facultad Jesuita de Belo Horizonte (Brasil) y recibió el título de Maestría en Comunicación, Gabriel Mª Otalora repasa las Cultura claves teológicas yde la crucifixión Jesús y sus distintas Tecnologías de lade Información interpretaciones ofrecer a los lectores pisISCTE-IULpara (Portugal). tas espirituales con las que iluminar nuestras vidas y recobrar la esperanza siguiendo las huellas dejadas por Jesús. Porque, «la cruz no es el fundamento ni el final del camino cristiano, solo es la parte insoslayable en el recorrido de la vida a causa de nuestra limitación humana. Pero tiene su reverso de luz».

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«¿Puede un criminal crucificado ser la mayor revelación de Dios? ¿Puede manifestarse Dios en la muerte, el dolor y la indigencia? ¿Puede revelarse ahí en toda su profundidad y plenitud comoDarlei Misericordia, como Amores Zanon, paulino brasileño, eterno a todos? ¿Y, aldemismo tiempo, Consejero General la Sociedad desenmascarar el mal en su de San Pablo, habiendo sidotoda director crudeza? Lade cruz va Editora, contraasí todo editorial Paulus como sentido y razón, contra la dignidad consejero regional y secretario humana, contra de toda de la Sociedad San lógica». Pablo en

Romance sobre la vida del padre adoptivo de Jesús

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Reflexiones espirituales que ponen la mirada en la Cruz, pero no se quedan en el sufrimiento, sino que tienen como horizonte el amor, la resurrección y la G Mª O vida.

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dones y sus ducirse a un ni únicamente rque es el a existencia En realidad transcribir dos los s, además el famoso e esta manera: mo a ti a perspectiva, er que la tierra sus enigmas, tra actitud perimentarse tido al que r un eslogan so es lo que so lo que mucho más e todavía

Gianfranco Ravasi

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a que orosa una encuesta personas.

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ada en el desafío que Hans bre la necesidad de construir abusos, busca dar visibilidad r conciencia sobre una lacra do el corazón de la Iglesia. definitivamente con la cultura ue perpetúa la posibilidad os se repitan, y proteger mbién a estas víctimas.

Hay temas de los que no nos gustaría hablar, porque duelen –y mucho–, provocan rechazo, reflejan una imagen de la Iglesia espantosa… Temas como la pederastia (Lobos con piel de pastor fue el primer libro que habló en España de esta atrocidad), los abusos sexuales a niños y a adultos, los abusos de autoridad que alienan, anulan y destrozan a las víctimas. Sin embargo, es necesario afrontar estos temas, reconocer su existencia, estudiarlos, conocer sus dimensiones, para poder erradicar de una vez por todas esas lacras. Y sobre todo es necesario escuchar, acoger, acompañar a las víctimas, pedirles perdón, ofrecerles la consolación del amor verdadero de Dios. Para que no olvidemos todo esto es para lo que Paula Merelo nos habla de los Adultos vulnerados en la Iglesia. Álvaro Santos

PAULA MERELO ROMOJARO

rito en los últimos tiempos sexuales a menores en la apenas se habla de los ales a adultos, a los que su mayoría de edad, el Pero todos los adultos ser vulnerables cuando elación de asimetría, como pañamiento espiritual, esa, superior/a-hermano/a

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Salvo Noè

trabaja como psicólogo, psicoterapeuta y mediador familiar. Experto en los procesos formativos, enseña Psicología social y de la comunicación en entidades públicas y privadas. Está especializado en trastornos depresivos y de ansiedad. Es autor de obras de gran éxito, traducidas a varios idiomas, algunas de ellas han tenido el privilegio de contar con un prólogo del papa Francisco. En SAN PABLO España ha publicado: Prohibido quejarse (2018), Antes de juzgar ¡piensa! (2019) y El poder de la conanza (2021). Su lema es:

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PÍAS DISCÍPULAS DEL DIVINO MAESTRO Quiénes

somos

Por vocación específica somos Discípulas de Jesús Maestro; mujeres consagradas, que viven en comunidades. El fundador es el Padre Santiago Alberione (1924). Somos una de las congregaciones de la Familia Paulina que participan del proyecto unitario: vivir y comunicar a Jesucristo Camino, Verdad y Vida, bajo la protección de María Reina de los Apóstoles, con el espíritu del apóstol San Pablo.

Qué

hacemos

Como María, Madre de Dios, y las mujeres del evangelio, transformadas por el encuentro con el Resucitado, Belleza que salva el mundo, somos enviadas, apóstoles con los apóstoles, a anunciarlo, a celebrarlo y a servirlo. • Asumimos el ministerio de la oración incesante que se extiende en la adoración perpetua. En la acción de gracias, testimoniamos la primacía de Dios en el mundo. Invocamos gracia para que la buena noticia de Jesucristo alcance a todas las gentes. • Insertadas en la acción pastoral de la Iglesia, constituimos “centros eucarísticos, litúrgicos, sacerdotales”, lugares de servicio eclesial y de anuncio del misterio de Cristo, abiertos al diálogo ecuménico e interreligioso. • En el ámbito de una cultura de la comunicación, promovemos la formación litúrgica y artística para que la comunidad cristiana viva, ore y celebre en la dignidad y en la belleza, y llegue a la plena comunión con Dios, con los otros y con la creación. Nos dedicamos también a la creación artística: música, pintura, escultura, arquitectura; todo al servicio de la Liturgia.

Por

qué lo hacemos

En respuesta al amor de Dios en Jesucristo que nos impulsa a hacer lo mismo en relación con nuestros hermanos. Para que Jesús Maestro sea conocido, amado y seguido por todos. Para la gloria de Dios y la paz en la tierra.


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