14 minute read

El porqué y el cómo de las pérdidas de gestación de origen no infeccioso

La pérdida de gestación ha sido descrita como la causa principal de pérdidas económicas en vacuno lechero. Precisamente cuando ocurren en el primer trimestre y son de origen no infeccioso pasan desapercibidas a pesar de su gran efecto en la economía de los rebaños.

Su origen es multifactorial e incluye factores tan diversos como el individuo, el ambiente o el manejo. Revisaremos los principales factores que intervienen y su posible terapéutica a nivel clínico.

Irina Garcia-Ispierto*, Mònica LloberaBalcells

Departamento de Ciencia Animal, Universidad de Lleida, España

*Profesora

Catedrática, email: irina.garcia@udl.cat

Imágenes cedidas por las autoras

Introducci N

El objetivo de las granjas lecheras actuales sigue siendo “un ternero por vaca y año” ya que se sabe que la producción lechera individual se maximiza cuando el intervalo parto-gestación es de 1213 meses. Si tenemos en cuenta que la gestación dura una media de 282 días, y la involución uterina unos 50-60 días, el periodo en el que la vaca debe quedar gestante es relativamente pequeño. Es evidente que la fertilidad desempeña un papel muy importante, aunque frecuentemente las pérdidas de gestación están infravaloradas.

Una vez la vaca queda gestante, igualmente importante para la producción y permanencia de la vaca en la explotación es el correcto progreso de la gestación y del parto. De hecho, la pérdida de gestación ha sido descrita como la causa principal de pérdidas económicas en vacuno lechero (Ball, 1997). La mayoría de las pérdidas se producen en fase germinal: es decir, en fase de mórula, blastocisto o gástrula (figura 1). Esto ocurre antes de las 2 primeras semanas de gestación y, por ello, permanecen ocultas debido a que las vacas vuelven a ciclar antes del primer diagnóstico de gestación, pareciendo un fallo de concepción. Aunque la tasa de concepción ha sido descrita como alta en vacuno lechero (alrededor de un 90 %), las fertilidades medias de los animales adultos rondan el 30-40 %. Por otro lado, las pérdidas de primer trimestre, ya sean al diagnóstico (embrión muerto a 28-34 días pos-IA), artificial (pos-IA)) o hasta el día 90 (figura 2), pueden exceder el 20 %, aumentando considerablemente el intervalo parto concepción

(López-Gatius et al., 2009) y con ello afectar muy negativamente a la rentabilidad de las granjas. Los factores de riesgo para la pérdida de gestación incluyen virus, bacterias y parásitos, pero, gracias a las medidas higiénico-sanitarias de las granjas lecheras, este tipo de pérdidas han ido disminuyendo su importancia. Eso sí, el primer paso sigue siendo descartar posibles infecciones o infestaciones cuando hay un brote de pérdidas.

Más desapercibidas pasan las pérdidas del primer trimestre de origen no infeccioso, a pesar de su gran efecto en la economía de los rebaños. Su origen es multifactorial e incluye factores tan diversos como el factor individual de la vaca, el ambiente o el manejo. Por todo esto, esta revisión se centrará en describir los principales factores no infecciosos que causan pérdidas de gestación de primer semestre y en su posible terapéutica a nivel clínico.

Factores Que Favorecen La P Rdida De Gestaci N Y C Mo Reducirlos

Gestaciones dobles

La vaca es una especie monovular, en cada gestación solo tiene una cría. En ocasiones se produce doble ovulación (hasta el 85 % en vacas multíparas) con gestaciones gemelares (llegando al 20-25 % en vacas de más de 3 lactaciones y especialmente en altas productoras). En ganado de aptitud cárnica, donde la ganancia principal es la venta del ternero, esto puede ser deseable. Por otro lado, en vacuno lechero, donde el principal beneficio se obtiene de la madre, los partos dobles (2,2-6,9 %) son totalmente contraproducentes, ya que el riesgo de eliminar la vaca aumenta drásticamente. ¿Porqué?

■ Pérdidas de gestación o abortos (aumento de días abiertos)

■ Distocias

■ Retenciones de placenta

■ Metritis y endometritis (aumentan el uso de antibióticos)

■ Mayor tasa de sacrificio

■ Muerte neonatal mayor durante las primeras 24 horas

■ Fremartinismo

Las gestaciones dobles pueden ser unilaterales (figura 3), donde los dos embriones se desarrollan en el mismo cuerno uterino, o bilaterales donde cada embrión se desarrolla en un cuerno uterino (figura 4). Las gestaciones del lado derecho son más frecuentes que del lado izquierdo, debido a que el ovario y el cuerno uterino derecho son más grandes y activos que el izquierdo.

Los fetos de las gestaciones dobles pueden ser monocigotos (figura 5), los cuales se desarrollan a través de la fecundación de un ovocito que se acabará separando en dos embriones en el útero, o, mucho más frecuente, dicigotos (figura 6), resultado de la fecundación de dos ovocitos del mismo ciclo estralovulación doble.

El riesgo de pérdida de la gestación durante el primer trimestre es de 3 a 9 veces superior en gestaciones dobles que en gestaciones simples (López Gatius & Garcia-Ispierto, 2010). Las gestaciones dobles unilaterales tienen 8,7 veces mayor probabilidad de pérdida de gestación que las gestaciones dobles bilaterales debido al espacio insuficiente en el útero por ambos embriones. Mayoritariamente la mortalidad embrionaria en gestaciones dobles pasa alrededor de los 28 a los 40 días de gestación, raramente ocurre después de los 60 días. Por esa razón y para prevenir los efectos negativos que conllevan las gestaciones dobles, se deben reducir los embriones con los métodos siguientes:

Ruptura manual (MR)

Fue una de las primeras técnicas utilizadas para conseguir la reducción embrionaria y una de las técnicas de manejo más económica. La ruptura manual de la vesícula amniótica con un tratamiento

Nacimiento Angus

Diagnóstico gestación de progesterona (P4) consiste en presionar con el dedo pulgar la vesícula amniótica de un embrión para provocar la ruptura de esta. La tasa de éxito utilizando esta técnica fue del 71,4 % en gestaciones bilaterales y del 46,2 % en gestaciones unilaterales (Andreu-Vázquez et al., 2011).

Aspiración transvaginal ecoguiada (TUGA)

Este es un método alternativo a la ruptura manual, ambos permiten reducir el hermanamiento en vacas con 28-41 días de gestación. Esta técnica se realiza a partir de ecografía transrectal: por la vagina se introduce un tubo guía con una aguja, la cual se empuja hasta puncionar la vesícula amniótica y con una jeringa de 20 ml unida a la aguja se aspira el líquido alantoamniótico (Andreu-Vázquez et al., 2012). Esta técnica, aparte de ser menos eficaz, es poco práctica a nivel clínico.

Instalación de prostaglandina (PgF2α) en uno de los cuerpos lúteos (CL)

Cigoto

Transferencia blastocitos

Recogida de ovarios en matadero

Cigoto

Es una técnica con un procedimiento menos traumático que la MR y TUGA. A través de ecografía transrectal se visualiza el CL y se utiliza un tubo guía con una aguja y jeringa de 2 ml para administrar la PgF2α al CL (López Gatius & Hunter, 2016).

Punción folicular ecoguiada al momento de la inseminación artificial (IA)

Es una de las técnicas más recientes. Se utiliza un ecógrafo con un transductor de uso transvaginal y una guía metálica, en la punta de la guía de este transductor se pone una aguja estéril. La sonda del transductor y la guía metálica se introducen en la vagina hacia la posición del folículo (FO) subordinado, donde será puncionado. El problema de esta técnica es la lentitud debido a la necesidad de usar un ecógrafo diferente al de la visita reproductiva.

Punción folicular simplificada al momento de la inseminación artificial (PFS)

Esta técnica es una simplificación de la técnica anterior. El folículo subordinado es puncionado con una cánula transvaginal con una aguja en el extremo (figura 8), sin realizar succión a posteriori y sin ecógrafo. Por esa razón esta técnica es mucho más rápida (aproximadamente 1 minuto) y la puede realizar el mismo técnico.

Beneficios venta terneros

Bienestar y salud (reducción gemelos)

Facilidad manejo granja

Reducción huella carbono

Aspiración de ovocitos Angus

Transferencia de embriones (TE)

Fecundación in vitro

Selección blastocitos excelentes

Transporte granja

Aunque esta técnica se usa en diferentes países, en España no está instaurada como técnica para reducción de gemelos, sino como embrión terapéutico, en periodos de estrés por calor o vacas repetidoras, mayoritariamente. Si se instaurara la TE de embriones producidos in vitro de raza cárnica en vacas lecheras multíparas (Angus, o Limosín, por ejemplo), dejando a las terneras y primíparas para la descendencia genética, aparte de favorecer la gestación en las vacas más productoras de la granja, se reduciría la huella de carbono de la producción cárnica. Esta técnica ha sido descrita con embriones frescos y vitrificados, pero no son técnicas prácticas a nivel de campo. Los embriones congelados, guardados en el tanque de nitrógeno como el semen y de descongelación directa, podrían ser el futuro, aunque aún queda mucho camino por recorrer. Aunque ya hay estudios clínicos y científicos en España, aún nos encontramos en los inicios de esta técnica prometedora (figura 7).

No existe una técnica “GOLD Estándar” actualmente. Es probable que sea la combinación de la MR y la PFS la técnica más eficaz para reducir gestaciones gemelares en vacuno lechero de alta producción.

Estrés por calor

La vaca es un animal homeotermo, es decir, puede mantener la temperatura corporal dentro de ciertos límites fisiológicos. La zona termoneutral de las vacas en lactación oscila entre los 5 y 25 °C. Dentro de este intervalo de temperatura, el animal genera niveles basales de calor metabólico y tiene un gasto fisiológico mínimo para alcanzar la máxima producción de leche y el éxito reproductivo. El estrés por calor se puede definir como la suma de las fuerzas extremas que modifican la temperatura corporal por encima de su estado en reposo. Las consecuencias del estrés por calor no solo surgen durante los periodos de alta temperatura, también pueden tener efectos duraderos en la fisiología reproductiva y disminuyen la fertilidad a largo plazo. Actualmente, y debido al cambio climático, este tipo de estrés no solo puede encontrarse en zonas tropicales y subtropicales, sino que cada vez más se extiende a zonas donde hace unas décadas era anecdótico. Hoy en día, países como Dinamarca, Finlandia o los Países Bajos ya se plantean la utilización de métodos para mitigar su efecto. Una vaca bajo estrés por calor reduce el flujo sanguíneo del útero, lo que provoca un incremento de la temperatura uterina, que origina unas condiciones del tracto genital inapropiadas para la supervivencia de los ovocitos y espermatozoides. Los factores ambientales son muy importantes para la tasa de concepción durante el periodo de 3 días pre-inseminación artificial (pre-IA) y 1 día pos-IA.

El estrés por calor días pos-IA afecta a la viabilidad del embrión debido a que un embrión a día 1 es más sensible a temperaturas ambientales altas que un embrión de 3, 5 y 7 días (García-Ispierto et al 2007). Por esa razón, la mayoría de las pérdidas de gestación pasan durante el periodo embrionario temprano, entre los 8 y 17 días de gestación. Estas pérdidas, tal y como se ha comentado anteriormente, suelen parecer fallos de concepción.

El estrés por calor, al modificar la ingestión y el ambiente uterino, también es capaz de aumentar las pérdidas hasta un 40 % en vacas de alta producción, de modo que se convierte en una de las causas que provocan mayor riesgo de pérdida antes del día 90 de gestación (De Rensis et al., 2017). El riesgo de aborto durante la estación cálida es de 3,7 a 5,4 veces más en comparación con el periodo de frío.

¿Por qué disminuye la ingestión?

Es una estrategia destinada a mantener la temperatura corporal. El aumento de la tasa de respiración e ingesta de agua debido al incremento de la temperatura ambiental tiene como consecuencia la reducción del consumo de materia seca. A medida que la temperatura ambiental aumenta de 18 a 30 °C en vacas Holstein lactantes se reduce un 5 % el consumo de concentrado y se disminuye un 22 % el consumo de heno (McDowell 1972). Vacas alojadas sin sombra reducen su ingesta de materia seca un 13 % en comparación con vacas alojadas en ambientes con sombra (Beede et al., 1981). Esta disminución del consumo de alimento tiene como consecuencia una disminución correspondiente con la ingesta de energía. Aunque la digestibilidad de la energía dietética y la fibra mejoran ligeramente en un ambiente más cálido, la eficiencia de la utilización de la energía para la producción de leche se reduce entre un 30 y 50 % (McDowell et al., 1969).

¿Cómo evitar el estrés por calor?

■ Ventilación y aspersión

El método más eficiente y estudiado es la instalación de sistemas de ventilación y aspersión (aparte, claro está, de un buen diseño de naves y un sombreado correcto). Estos métodos se activan con un índice de temperatura-humedad (THI) mayor a 72 unidades de forma automática. Aunque están descritos como eficaces, está claro que la inversión inicial es elevada. Pero si se quiere seguir avanzando, no solo en la reducción de pérdidas, sino en el bienestar animal, este es posiblemente el método con mayor repercusión.

■ Tratamiento hormonal pos-IA

La suplementación con P4 intravaginal puede ser un ayuda para el mantenimiento de la gestación debido a que muchas pérdidas en estación cálida se deben a la deficiencia luteal (Wiltbank et al., 2016). Así mismo, la aplicación de GnRH pos-IA también resulta eficaz.

Patologías posparto Mastitis

La conexión entre mastitis y pérdida de gestación es debida a la inflamación y producción de citocinas proinflamatorias. Estas no solo tienen efecto citotóxico en el CL, sino que aumentan la producción de PgF2α (Townson and Pate, 1994). Por ello, una correcta detección y tratamiento de la mastitis puede favorecer el bienestar animal y la sostenibilidad de las granjas (menores pérdidas de gestación, menores tratamientos hormonales y antibióticos, mayor rentabilidad)

Retención de placenta-Metritis-Endometritis

Estos tres factores, altamente asociados, han sido descritos como factores de riesgo para la pérdida fetal temprana (1,8 veces mayor riesgo que grupos control). Probablemente, estas patologías uterinas (figura 9), aunque sean tratadas correctamente, dejan lesiones imperceptibles en el endometrio que favorecen la pérdida de gestación (Szelényi et al., 2002).

Genética

En la raza Holstein detectaron dos defectos recesivos importantes que afectan a la supervivencia embrionaria/fetal. La deficiencia de uridina monofosfato sintasa (DUMPS), y la malformación vertebral compleja. Estos dos defectos se han ido eliminando progresivamente con el análisis de los toros para la IA. Una pregunta que debemos hacernos es: ¿es hereditaria la pérdida embrionaria madre-hija? Poco hay descrito sobre la heredabilidad de las pérdidas de gestación en vacuno. Aunque sabemos que la heredabilidad de los factores reproductivos es muy baja, hace falta un mayor estudio sobre las pérdidas de gestación. Este análisis puede ser muy dificultoso debido a que la alta producción (y este factor sí que es heredable) conlleva un mayor riesgo de gestaciones dobles, y por lo tanto de pérdidas (Fricke & Wiltbank, 1999).

Toro de IA

Se ha relacionado el uso de un toro específico con el aumento de pérdidas de gestación (López-Gatius et al., 2002; Markusfeld-Nir, 1997). La razón de ello es desconocida, pero no se pueden descartar defectos genéticos, anatómicos e infecciosos.

Producción lechera o número de lactación Ambos factores están estrechamente ligados y son difíciles de diferenciar. Está demostrado que una alta producción lechera reduce el mantenimiento de gestación. Se desconoce si la relación es directa o indirecta, pero es probable que sea el alto metabolismo hepático el responsable del proceso. Las vacas altamente productoras aumentan la circulación hepática y, por lo tanto, las hormonas se eliminan más rápidamente. Esto crea un ambiente uterino con un nivel de progesterona inadecuado para el crecimiento embrionario/fetal.

Pérdida de condición corporal (BCS) Hay estudios que muestran que una disminución de BCS causa un mayor riesgo de pérdida de gestación que las vacas que mantuvieron su condición corporal (López-Gatius et al., 2002). La puntuación de la condición corporal es una herramienta de gestión que ha demostrado ser útil en la evaluación del estado nutricional de las vacas lecheras. Es bien sabido que las vacas entran en un estado de balance energético negativo durante la lactación temprana. Como la lactación avanza y el pico productivo disminuye, la vaca recupera el balance energético, pero las consecuencias del balance energético negativo (BEN) ya se han producido. No se conoce muy bien si el efecto es directo, o consecuencia del aumento del BEN sobre el aumento de enfermedades metabólicas o mala involución posparto. Dado que el estado nutricional depende de la estrategia de manejo, agrupar las vacas durante el puerperio para ajustarse a sus necesidades nutricionales podría reducir los efectos del exceso y pérdida rápida de la condición corporal.

Retos del futuro

En granjas intensivas, donde los animales están sometidos a un elevado estrés metabólico, las pérdidas de gestación están destinadas a aumentar. A esto cabe sumarle el cambio climático que se prevé imparable las próximas décadas, lo cual agrava la situación. A los veterinarios, ganaderos y técnicos de explotaciones lecheras solo les queda intentar mitigar sus efectos. La pregunta que nos debemos hacer es cómo hacerlo manteniendo los paradigmas de bienestar animal, disminución de antibióticos y aumento de bienestar animal. La solución es clara: PREVENCIÓN. Solo cabe implementar nuevas técnicas y seguir con investigaciones aplicadas porque aumentar el conocimiento servirá, en un futuro, para reducir al mínimo (que no eliminar) sus efectos. Reconocer el problema, que con mucha frecuencia pasa desapercibido, es el primer paso para enfrentarse a este reto del futuro.

Agradecimientos

Ayudas a las actividades de demostración de transferencia tecnológica (operació 01.02.01 del Programa de desenvolupament rural de Catalunya 2014-2022) financiado con fondos FEDER y de la Generalitat de Catalunya (N22018).

Referencias

Andreu-Vázquez C, Garcia-Ispierto I, LópezBéjar M, De Sousa N.M, Beckers J.F, LópezGatius F. (2011). Clinical implications of induced twin reduction in dairy cattle. Theriogenology; 76(3): 512–521.

Andreu-Vázquez C, Garcia-Ispierto I, Ganau S, Fricke P.M, López-Gatius F. (2012). Effects of twinning on the subsequent reproductive performance and productive lifespan of highproducing dairy cows. Theriogenology; 78(9): 2061–2070.

Andreu Vázquez C, Garcia-Ispierto I, López Gatius F. (2012). Manual rupture versus transvaginal ultrasound-guided aspiration of allantoamniotic fluid in multiple pregnancies: A clinical approach to embryo reduction in dairy cattle. Journal of Reproduction and Development; 58(4): 420–424.

Ball P.J.H. (1997). Late embryo and early fetal mortality in the cow. Animal Breeding Abstracts; 65: 167-75.

Beede D.K, Mallonée P.G, Collier R.J, Wilcox C.J. (1981). Milk yield, feed intake and physiological responses of dairy cows to varying dietary potassium during heat stress. 73rd Annu. Mtg., Am. Soc. Anita. Sci., North Carolina State Univ., Raleigh (Abstr.).

De Rensis F, López-Gatius F, García-Ispierto

I, Morini G, Scaramuzzi R.J. (2017) Causes of declining feriltity in dairy cows during the warm season. Theriogenology; 91:145-153.

Fricke P.M, Wiltbank M.C. Effect of milk production on the incidence of double ovulation in dairy cows. Theriogenology; 52: 1133-1143.

Garcia-Ispierto I, López-Gatius F, Bech-Sabat G, Santolaria P, Yániz J.L, Nogareda C, De Rensis F, López-Béjar M. (2007). Climate factors affecting conception rateo f high producing dairy cows in northeastern Spain. Theriogenology; 67: 1379-1385.

López-Gatius F, Santolaria P, Yániz J, Rutllant J, López-Béjar M. (2002). Factors affecting pregnancy los from gestation Day 38 to 90 in lactating dairy cows form a single herd. Theriogenology; 57: 1251-1261.

López-Gatius F, Szenci O, Bech-Sàbat G, García-Ispierto I, Serrano B, Santolaria P, Yániz J. (2009) Factors of non-infectious nature affecting late embryonic and early foetal loss in high producing dairy herds in north-eastern Spain. Literature review. Magyar Allatorvosok Lapja; 39:515-531.

López Gatius F, Garcia Ispierto I. (2010). Ultrasound and endocrine findings that help to assess the risk of late embryo/early foetal loss by non-infectious cause in dairy cattle. Reproduction in Domestic Animals; 45(3): 15–24.

López-Gatius, F, Hunter R.H. (2016). Twin reduction by PgF2α intraluteal instillation in dairy cows. Reproduction in Domestic Animals; 51, 940-944.

López-Gatius, F, Andreu-Vázquez C, MurNovales R, Cabrera V, Hunter R. H. (2017). The dilemma of twin pregnancies in dairy cattle. A review of practical prospects. Livestock Science; 197: 12–16.

Markusfeld-Nir O. Epidemiology of bovine abortions in Israeli dairy herds. (1997). Preventive Veterinary Medicine; 31: 245-255.

McDowell R.E. (1972). Improvement of livestock production in warm climates. W. H. Freeman and Co., San Francisco, CA.

McDowell R. E, Moody E. G, Van Soest P. J, Lehman R. P, and Ford G. L. (1969). Effect of heat stress on energy and water utilization of lactating cows. Journal Dairy Science; 52: 188. Norton H.J, Tranter P.W, Campbell F.S.R, Shepherd K.R. (1989). A farming systems study of abortion in dairy cattle on the Atherton Tableland. Australian Veterinary Journal; 66 (6): 167 – 170. Szelényi Z, Kovács L, Szenci O, López-Gatius F. (2002). The uterus as an influencing factor for late embryo/early fetal loss – A clinical update. Animals; 12(15): 1873.

Townson D.H, Pate J.L. (1994). Regulation of prostaglandin synthesis by interleukin-1 beta in cultured bovine luteal cells. Biology Reproduction; 51: 480-485.

Wiltbank M.C. Baez G.M, Garica.Guerra A, Toledo M.Z, Monterio P.L.J, Melo L.F, Ochoa J.C, Santos J.E.P, Sartori R. (2016). Pivotal periods for pregnancy loss during the first trimester of gestation in lactating dairy cows. Theriogenology; 86: 239-253.

This article is from: