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CONTROL y prevención
from Especies 174
by Grupo Asís
Evgeny Tomeev/shutterstock.com
Los productos antiparasitarios son una herramienta clave para combatir numerosos problemas que pueden aquejar tanto a las mascotas como a sus propietarios.
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La llegada del buen tiempo es también el momento del calendario en el que comienzan a manifestarse en los animales de compañía los problemas derivados de los parásitos externos. El aumento de las temperaturas y los mayores niveles de humedad que generalmente se dan en primavera favorecen las condiciones de reproducción de estos parásitos, y los propietarios han de estar bien atentos para mantener a sus mascotas libres de esta indeseable presencia.
Un buen plan
La mejor forma de mantener a raya a los parásitos externos es una buena prevención, junto con un buen plan periódico de antiparasitación. Los veterinarios serán los encargados de establecer los cauces del calendario de desparasitación de cada animal, pero los propietarios también desempeñan un importante papel en este control, administrando a sus mascotas el producto indicado para cada caso. El mercado de los antiparasitarios es amplio y muy variado, y los comercios especializados en animales de compañía han de saber satisfacer las necesidades de sus clientes. Es importante recordar que algunos de estos productos solamente se pueden adquirir con receta veterinaria, con lo que no todos los comercios están autorizados para comercializarlos.
Vías de administración
Hay diversas formas de administración de productos antiparasitarios, y conviene explicarles a los propietarios (sobre todo a los que tienen mascota desde hace poco tiempo y no cuentan con demasiada experiencia) cómo funciona cada una de ellas. Entre las más comunes se encuentran las siguientes:
Baños antiparasitarios
Son productos que se aplican en forma de baño o que, tras ser diluidos en agua, se echan sobre la piel de los animales. En estos casos, los propietarios que los empleen deben tener precaución de que el producto no entre en contacto con los ojos, fosas nasales u oídos de la mascota, ya que pueden tener efectos irritantes. Durante mucho tiempo estos productos fueron bastante populares, aunque en estos momentos han quedado algo relegados por otros métodos que resultan más cómodos para los propietarios, aunque bien es verdad que también suelen ser más caros.
Sprays
Se trata de aerosoles que se aplican sobre la piel de los animales. Los laboratorios elaboran distintas gamas de productos según edades y tamaños, y algunas marcas fabrican antiparasitarios que pueden utilizarse incluso en cachorros de muy poca edad. Su efectividad en general no es excesivamente prolongada, y puede llegar a un mes aproximadamente. Por ello, habitualmente son recomendables para combatir una infestación que se haya producido ya, pero como producto preventivo a medio o largo plazo son algo más limitados.
Collares
El procedimiento es sencillo: son accesorios fabricados en un material sintético, que se impregnan con la correspondiente sustancia antiparasitaria. Se colocan alrededor del cuello de las mascotas para que estén en contacto directo con la piel, y el producto antiparasitario se va liberando poco a poco. La efectividad de este tipo de administración varía entre tres y seis meses, dependiendo de las marcas o a qué parásito van destinados. Al igual que sucede con los sprays, existen algunos especialmente manufacturados para cachorros desde seis meses. la completa expansión del antiparasitario por todo el cuerpo de la mascota.
Para la correcta administración del contenido de una pipeta, se traza una línea desde la nuca hasta la mitad de la espalda de la mascota y se aplica en distintos puntos, separando el pelo para conseguir el contacto directo con la piel. La actividad de estos productos dura en torno a un mes. Como sucede con otros métodos de administración, existen gamas distintas según tamaños y edades de los animales, y hay antiparasitarios que se pueden aplicar a partir de las seis semanas de vida.
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El mercado de los antiparasitarios es amplio y los comercios han de saber satisfacer las necesidades de sus clientes.
Pipetas
Posiblemente las pipetas sean en estos momentos el método de administración de antiparasitarios más popular. En este caso, son productos que se distribuyen por la piel del animal, de manera que el propietario ha de tener la precaución de no aplicarlo ni tres días antes ni tres días después de un baño. Del mismo modo, también debe vigilarse que el pelo del animal no esté excesivamente sucio, ya que si fuera así la suciedad puede impedir Otras
Existen otras vías de administración de antiparasitarios, como son las pastillas o los inyectables, pero estos suelen ser para combatir parásitos internos, y necesitan de prescripción veterinaria, así como seguimiento por parte de un especialista en salud animal.
Especies perniciosas
Combatir a los parásitos de los animales de compañía no es una cuestión que afecte únicamente a la salud de la mascota: debe tenerse en cuenta que, además de resultar molestos, muchos de esos parásitos son portadores de enfermedades que también pueden afectar a las personas. Por eso, y ya que las mascotas conviven con toda la familia en casa, los propietarios han de mantenerlas adecuadamente desparasitadas para no sufrir problemas de infestaciones. ¿Cuáles son los principales parásitos, y los problemas que pueden acarrear su presencia? Estos son los más comunes:
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Prevención, siempre prevención
Aunque se mantenga una mascota que no sale demasiado al exterior, como es el caso de algunos gatos, los mismos propietarios pueden transmitirles parásitos, ya que a través de las ropas o los zapatos acceden al interior de las viviendas.
Por eso, y sobre todo en las épocas de calor y buen tiempo, siempre debe intensificarse la prevención de los parásitos, lo que no quiere decir que haya que descuidar los periodos invernales de frío: los parásitos pueden persistir perfectamente en la piel de los animales, ya que al habitar en el interior de casas con calefacciones se siguen manteniendo las condiciones idóneas para su vida. Por ello, la mejor arma para luchar contra los parásitos y las enfermedades que provocan es la desparasitación periódica.
Además del uso de antiparasitarios, a los propietarios pueden dársele algunos consejos para evitar a estos huéspedes indeseados:
l Limpiar frecuentemente la cama y enseres del animal.
l Evitar el contacto con animales desconocidos o con probabilidad de que no hayan sido desparasitados.
l Pasearla por lugares poco expuestos a parásitos.
l Eliminar rápidamente los desechos de la mascota (heces, vómitos…).
l Extremar el control cuando exista una exposición masiva con otros animales (residencias, hoteles, salidas al monte, etc.). Pulgas
Las pulgas son portadoras de otros parásitos internos y también de toda una serie de bacterias, virus y protozoos. Además, la picadura de la pulga produce irritación y sarpullido en la piel de los animales; además, existen muchos que son alérgicos a su picadura y que pueden desarrollar cuadros relativamente graves de dermatitis.
Las personas no están libres de sufrir problemas de pulgas, así que además de picores y molestias, pueden generar infecciones víricas o bacterianas a los humanos. Garrapatas
Estos parásitos pican a los animales, se anclan a la piel de sus víctimas hospedadoras y se alimentan de su sangre. La picadura de la garrapata produce picor, irritación, inflamación, infecciones o abscesos en la piel. Pero además, si la presencia de garrapatas es elevada, puede provocar fuertes infecciones, anemia, debilidad y parálisis.
A través de su saliva o de sus deposiciones pueden introducir en la sangre del animal otros parásitos, que a su vez pueden ser causa de importantes enfermedades.
De igual forma que sucede con las pulgas, las personas también padecen las picaduras de las garrapatas, y pueden transmitir enfermedades.
Piojos, ácaros y mosquitos
Ácaros y piojos son parásitos también frecuentes en las mascotas, y muy molestos. En el caso de los ácaros pueden producir enfermedades en la piel. Y en épocas de calor no debemos olvidarnos de los mosquitos que, sin ser considerados parásitos, pueden transmitir enfermedades parasitarias a los animales de compañía a través de su picadura.
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