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Manipular un GATO en la peluquería

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Novedades 22

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Tratar con felinos no es fácil, pero con una buena actitud, sin prisas y con cuidado podemos realizar las sesiones de peluquería sin ningún tipo de problema.

lidia guerrerO Martin Dogo pets care

Imágenes cedidas por la autora

El gato es un animal extremadamente sensible y cualquier variación que ocurra en su entorno habitual puede ocasionarle una gran estrés. Así que podemos hacernos una ligera idea de la angustia que puede sufrir en una peluquería canina: lo llevan en un lugar desconocido para él, con personas extrañas, con ruidos fuertes, lo bañan, etc.

Desde cachorro

Muchos gatos, al igual que los perros, necesitan sesiones de peluquería de manera regular, debido a que su pelaje lo exige; en caso de que el felino vaya a necesitar trabajos de peluquería, sin dudarlo se le tiene que llevar desde cachorro a la peluquería para su habituación.

El gran error es que cuando el gato tiene el año de vida, los propietarios se dan cuenta de que necesita cepillado y baño regular, debido a su largo y fino pelaje (en el caso de los gatos de manto largo). Cuando el animal crece y a la vez también su pelaje, si no hay ningún tipo de mantenimiento el manto se anuda. Al anudarse, cuando se quiere cepillar o desenredar le hace daño y el gato se defiende arañando o mordiendo.

Cuando por fin se decide llevar a la peluquería, más que un gato tenemos un individuo salvaje que nos quiere quitar los ojos y, delante de cualquier cosa ruidosa, su primera reacción es la de huir como alma que se lleva el diablo. Esto no puede ser así: primero, porque el animal presentará todo su manto anudado hasta la piel (ni la maquina pasa) y su piel estará con heridas, suciedad y probablemente con parásitos; segundo, manipularlo es un peligro para ambas partes, y tanto el felino como el peluquero se pueden hacer mucho daño. No queda otra solución que sedarlo, y si se puede evitar mejor que mejor, ya que tiene su riesgo.

Gato cruzado con persa, habituado a la peluquería, después de su baño. Sus pupilas dilatadas nos muestran que aunque esté acostumbrado siempre esta alerta y no muy satisfecho por lo que le estamos haciendo.

El principal peligro que tiene una sedación son las apneas. Es decir, mientras se está trabajando con el animal dormido, de repente, deja de respirar. Rápidamente se tiene que administrar el reversor de la sedación para recuperar el animal y salvarlo. Ha habido casos en los que el animal ha muerto en una simple sesión de peluquería. Por eso siempre aconsejo que si se tiene que dormir el animal, siempre sea bajo supervisión veterinaria, por los riesgos mencionados.

Cómo habituarle

Al contrario que los perros, el gato se comporta mejor con su propietario delante que sin él. Entonces, lo primero que se tiene que tantear es el arreglo pertinente, de manera tranquila, sin ruidos, ni

El mismo gato acabándolo de secar con un secador de mano, después de haberlo secado con una cabina de secado poco ruidosa. También se puede apreciar por sus ojos que no está muy contento con lo que le hacen, pero tampoco huye porque sabe que es lo que le toca por su bien.

gritos y con mucha paciencia; si es necesario, se tienen que hacer pausas cuando se ve que el gato se pone muy nervioso. Si vemos que alguna actuación le saca de sus casillas, como por ejemplo cortar las uñas, lo dejaremos para el final.

No queramos hacerlo todo de una vez: cuando se vea que durante el arreglo del pelaje está cómodo, podremos avanzar haciendo el baño y secado.

Si es el primer día, solo con los arreglos del manto será suficiente. No queramos hacerlo todo de una vez: cuando se vea que durante el arreglo del pelaje está cómodo y lo acepta, entonces en las siguientes sesiones podremos avanzar haciendo el baño y correspondiente secado.

La reacción delante de la sensación de impacto del agua contra su cuerpo puede ser muy fuerte. Aquí también lo tenemos que hacer despacio. Si es necesario, para aplicar el agua, lo haremos llenando un vaso y esparciendo el agua por todo su cuerpo. ¡Una vez que empezamos se tiene que acabar! Si la cabeza no se puede bañar por completo, no pasa nada: para ellos el agua es muy traumática y no es fácil que acepten que le tiren agua en la zona de la cabeza.

El siguiente paso es el secado, que puede ser lo más nefasto si solo disponemos de secadores. Un secador genera un ruido del que muchos gatos huyen despavoridos y no se pueden retener por nada del mundo. Lo más efectivo es colocar unos algodones en sus oídos para que no escuchen tanto ruido (si se colocan antes del baño también será mejor porque de este modo protegemos sus oídos de posible entrada de agua).

La otra gran solución para el secado es la utilización de cabinas de secado poco ruidosas. En el mercado existen muchos modelos y a la hora de elegir una es importante preguntar al proveedor sobre este aspecto. Os aseguro que gatos que no soportan los secadores, dentro de una cabina de estas ni se inmutan.

Al final de la sesión, si todo ha ido medianamente bien será bueno recompensar a nuestro cliente con una latita de carne o alguna chuchería apetitosa; todo premio será un muy buen recuerdo para él.

Tratar con gatos no es fácil, pero con una buena actitud, sin prisas y con buen ojo para su manipulación podemos tenerlos en nuestras peluquerías sin ningún tipo de problema y con mantos sanos y cuidados. Lo importante es concienciar al propietario que tenga un gato que necesite peluquerías regulares, y después pensar siempre en la mejor opción para el animal. ¡Vale la pena intentarlo!

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