Germán Arens - Agitando el insecticida Vol.1

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Subpoesía

AGITANDO EL INSECTICIDA VOL. 1

Germán Arens


Agitando el insecticida - vol.1 Germán Arens Editorial Subpoesía Buenos Aires, Febrero 2015 Edición y diagramación: León Pereyra Ilustraciones por: Tenshi Virago www.subpoesía.com.ar editorialsubpoesia@gmail.com


de

PUEBLADA



El tren se detendría a las tres de la mañana como todas las noches Buscaríamos el pullman y uno tras otro a paso impacto recorreríamos los vagones Después, en un Falcon perfumado nos dirigiríamos al cementerio y bajo una cruz con la única luz de la luna invocaríamos el espíritu de algún muerto de confianza Bajaríamos al osario sin mas compañía que una linterna, tantearíamos los picaportes de todos los panteones e intentaríamos abrir un ataúd de fecha reciente como lo hiciéramos en el cementerio de La Adela El tren se detendría a las tres de la mañana sería nuestra última aventura La tía Yolanda se presentaría ante nosotros con un ramo de rosas y sin carne 7


El pueblo estaba casi dormido, por cada cuatro manzanas una luz encendida Éramos los mismos de siempre salvo el Gordo Hidalgo en esa noche machi mapuche Horacio divisó una isla en medio del río -¡La llamaré Telequinesis! en ella construiré mi morada, dijo Durante cinco minutos lo dimos por muerto, nos tomamos un té El agua devolvió su cabeza, su cuerpo desde entonces es el de un pájaro rojo Meses después lo enjaularon en Villa Floresta

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A las doce llegó Sin Rumbo, una menos cuarto Todo, Lázaro se recordó a la una y una y diez ya estaba en casa, Nadie los esperaba Los sillones amarillos eran tres y a nuestras formas habituados estaban, a excepción de a las de Todo que era liviano Detrás de la puerta la abuela dormía sus últimas noches

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Una mañana el pueblo se hizo al día con una sorpresa de esas que en un pueblo genera la inmediatez de la noticia En los más alto de la antena de Entel estaba el Et. Era una manera de hacerle saber a la comunidad que nadie lo quería Muchos de los curiosos de siempre le pedían que se tire

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VERSOS DE GABINO de



Hociquéa perro mi rodilla por un hueso por un hueso y un ramalazo leve locura pasa mujer doradita doradita como churro de vidriera mientras el mismo de los días toma café y una poli de labios acerados se suena y no huele mira los autos. Lloverá. Como los astros las palabras se mueven en relación de dependencia, sobre todo en ámbitos de trabajo dependientes del gobierno. Palabras a la intrascendencia las mías, las de todos. ¿Lloverá?

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Hombre solo y a su lado los hombres busca razón en su disposición a escribir y al intentar dirigirse abiertamente a sus desprecios prescinde de veintisiete apellidos pertenecientes a políticos, periodistas y poetas enumerados con anterioridad al inicio de estos versos. Hombre solo y a su lado los hombres en la dirección general impositiva sostiene su birome con la “poesía completa” de Osvaldo Lamborghini y se pregunta si en la hora del medio cuando todos los caminos conducen al ombligo la impaciencia es común. Hombre solo deja de escribir ante el llamado de una cajera.

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Ayer… (no daré datos precisos en relación a Waimann, dejo situado el ayer en algún lugar de mi tiempo) vi a Waimann esperando a la muerte en su puerta de calle. Lo sé muerto desde hace cuatro meses, predestinación de su médico. Ayer… vi a Waiman esperando a la muerte y hoy Waimann está muerto. Ayer… además de a Waimann esperando a la muerte en su puerta de calle vi que Alberto satisfecho volvía del gimnasio. Y ayer, además de a Waimann en su puerta de calle esperando a la muerte, al momento en que Alberto satisfecho volvía del gimnasio

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pude ver a la mujer de Kandia y en sus manos, de la cooperativa obrera cinco bolsas. Todos ellos (mis vecinos) me han visto, aunque no tienen el deseo irrelevante de escribirme.

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Son pocas las personas recibidas en mi casa. Por mi mala disposici贸n pocas me generan algo bueno. Soy un ser social y acepto el adjetivo por esperar a quien no llega.

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¿Qué certeras certezas harán al alarde de moradores venideros al lugar en que moro? En uno de los cuartos que hacen a la casa di con las: “Bases para una Argentina Moderna” -José Martínez de Hoz, “El mundo de las matemáticas” -James R. Newman, “Mi médico” -Guía práctica de medicina e higiene, “Curso de lingüística general” -Ferdinad de Laussure y elaboré una imagen de ese alguien anterior a mi que no compartiré; dos sillones de respaldar alto (en uno de ellos escribo y me siento) y otras tantas cosas sin interés alguno. Dejo a quien sustituya mi lugar en años por venir restos de mi carne (Cuando digo carne me refiero con exactitud detallada a la yema de mi dedo índice

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que perdiera mejorando la tierra devenida en huerto.) y la palabra que mรกs quiero y nunca escribo.

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LOS OJOS DEL CORDERO de



No nos dijeron de donde provenían y eran tres. Los invitamos a la cocina, se sentaron a la mesa. Hablaban español entre otras lenguas e ignoraban los modismos camperos. Sabían de los deseos terrestres de encontrar vida en otros planetas. Tenían pleno conocimiento del cohete ruso Soyuz Frégar que despegara desde el cosmódromo de Baikonur en Kazajtan en el año 2003 con destino Marte, también de los Mars Rovers (robots norteamericanos despegados de Cabo Cañaveral en el mismo entonces); nosotros no. El abuelo les ofreció jamón crudo, confundían paleta con cuarto. El abuelo les ofreció leberbush, demostraron avidez. El abuelo les ofreció queso de chancho, solicitaron muestras con graciosa amabilidad. Eran seres muy avanzados, tenían lucecitas por todos lados.

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Estaban interesados en el H2O, dedujimos la razón del tanque amanecido vacío. Les preguntamos por el chupacabras y luego nos despedimos sin antes agasajarlos con una copa de leche recién ordeñadita de la perra Cachila. Porque los Arens además de comedidos somos bien argentinos.

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Los domingos cuando el tío juega al fútbol de local vamos al pueblo. Después visitamos a Emma, ella se está muriendo de a poco y no sale de su cama. Tiene los ojos redondos y la cabeza casi casi pelada. A última hora pasamos por el cementerio, la abuela le deja flores a Edgardo y el abuelo dice lo mismo de siempre: -Hay tantos Arens en este lugar que dan ganas de quedarse.

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AnteponiĂŠndose al cielo dos moscardones combaten. Los observo desde abajo tirado sobre la gramilla con la campera por almohada. De vez en cuando un golpe de viento los aleja y ellos vuelven a buscarse. De repente el mĂĄs azul se posa en mi mano izquierda. Cuento hasta diez y lo aplasto.

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Guardo un secreto desde hace treinta y seis años. Ante la hoja en blanco se me ocurre hacer una excepción y contarlo a quien me lea. En un lugar de estas 400 hectáreas hay una piedra quieta hace ochenta y seis años. En el año 1972 Roby Arens, mi padre, me llevó a ese lugar para decirme: -Hace veintisiete años mi padre me trajo a este lugar para decirme: Hace veintitrés años mi padre me trajo a este lugar para decirme: … Contáselo al mayor de tus hijos cuando los tengas.-

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Apoyado en el arado de rejas descanso. DejĂŠ las luces del Massey encendidas. Silbo un silbito triste y las liebres de orejas paradas se me arriman. Una lechuza avisora vidente en uno de los postes de un alambrado de cinco hacia el campo de quien se dirige la muerte. Estoy abajo del cosmos pendiendo de la tierra patas para abajo. Hasta hace un momento estuve cerrando un cuadrado perfecto de hectĂĄreas abiertas. Cuando termine de silbar voy a dar diecisiete vueltas mĂĄs hasta cerrarlo del todo, y una vez finalizada mi tarea voy a dejarme ser por unos instantes el punto central de un cuadrado perfecto.

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Este pliego se terminó de armar e imprimir en Taller Ambulante Subpoesía en el año 2015


otros títulos de la colección VOCES

01. El nudo / León Pereyra 02. Escribiendo en el polvo de los huesos / Aldana Antoni 03. Poemas del sueño / Henry Bedoya 04. Rutas / Ramiro Álvarez 05. Poemas simples / Gaby Mena 06. Poemas del insomnio / Gaby Mena 07. Creo, luego existe / Calopippilota 08. Temperley / Patricio Foglia 09. Entre el hombre y el pájaro / Martín Malaspina 10. Versos magros / Patricio Suárez 11. El oficio del presente / León Pereyra 12. All you need is all / Calopippilota 13. La construcción de la realidad / Gaby Mena 14. Perill / Martín Malaspina 16. Fondo negro, placa con letras blancas / Francisco Benincasa 17. El junco en la altura / Nicandro Pereyra 18. Los Pterodáctilos - José Sbarra 20. El cero absoluto de la creación / Maximiliano Leivas 21. La realidad incesante / León Pereyra 22. Antitetánica / Tomás Chaves 23. Suspensión / Pasto Manfredi 24. Díptico para ser leído con máscara de luchador mexicano / Marcelo Díaz


25. Las ruinas de Disneylandia / Marcelo Díaz 26. El silencio se dice con las manos / Amalia Dimilta 27. La última oleada se llevó todo menos esto / Gabriela Pignataro 28. Hoffman Fulbo Clú / Vicente Gost 29. Sushi / Juan Xiet 30. Galumphing / Martín Malaspina 31. Las cosas / León Pereyra 32. El fantasma de la electricidad / A. M. Tolosana 33. Andrea / Axel Alfaro Asad 34. A veces caminamos por el jardín / Marcelo A. da Cunha 35. Poética / Miguel Spallone 36. Las marcas inestables / Lara Sade 37. Plaza Italia / León Pereyra & Benjamín Fariña 38. Down / Axel Alfaro Asad 39. Yo quería ser una estrella de rock and roll / El Reptil Anarquista 40. Ideal para los lunes / Emanuel Frey Chinelli 41. Una violenta melancolía del mundo / Goyeneche 42. Reflujo de la vida / Tomás Chaves 43. Poemas de Raíz Negra / Raíz Negra 44. Técnico en quimeras / Oytis 44. Porno para niños / Vicente Gost 44. Salir a pegar / Grau Hertt 44. Rusia / Andi Landoni & Gabriela Pignataro 44. Agitando el insecticida / Germán Arens




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