Boletín Página al viento-N°21

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Guillermo Molina Chocano,

pionero de la sociología hondureña E

n julio, mes que conmemora nuestra hondureñidad y el nacimiento de personajes que ratifican el sentido y el valor de ese concepto, entre ellos Ventura Ramos y el dúo de Ramones prodigiosos: Rosa y Oquelí, Página al viento ha querido volcar su atención a un hombre que a lo largo de los años instauró un andamiaje en el estudio de las ciencias sociales en Honduras —y Centroamérica—, nuestro desarrollo como Estado y los cambios en aras de una sociedad posmoderna. Guillermo Molina Chocano, reconocido como el primer sociólogo del país, junto a otros nombres clave como Edelberto Torres Rivas abrió las puertas a la enseñanza superior de esta ciencia en toda la región, formando a la primera generación de académicos del país. Así, posteriormente, estos hombres y mujeres, arrancarían con el proyecto de la carrera de Sociología, instituida durante los años noventa en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras. En estas páginas abordamos parte de la trayectoria intelectual del doctor Molina Chocano en su labor como académico, investigador, ministro y politólogo, además de presentar una entrevista exclusiva para nuestro boletín. Reproducimos el texto de Molina Chocano incluido en su libro Estado liberal y desarrollo capitalista en Honduras —hasta ahora su trabajo más valorado—, recordando los 166 años del nacimiento de Ramón Rosa, uno de los promotores del romanticismo literario, e ideólogo de la Reforma liberal en Honduras. Por otro lado, este mes discurrió dejando un evento que llenó de luto el panorama de las letras hondureñas: el pasado 15 de julio falleció el poeta Óscar Acosta Zeledón, una de las personalidades más importantes de la cultura hondureña y latinoamericana del siglo XX. A manera de homenaje póstumo, hemos preparado una separata a quien fuera el fundador de esta casa editorial. Boletín informativo de la Editorial Universitaria Año III, No. 21 • Julio de 2014

Universidad Nacional Autónoma de Honduras Ciudad Universitaria, Edificio Juan Ramón Molina Tel. (504) 2232-4772 / 2232-2109 ext. 208 Correo: editorial.univ@unah.edu.hn editorialUNAH @editorialUNAH

Foto: Rubén Antonio Bermúdez

En este número:  Academia, observación y política, el legado de Molina Chocano / 2  Una vida dedicada al estudio de la región / Entrevista / 4  El segundo liberalismo / Guillermo Molina Chocano / 7  SEPARATA: Óscar Acosta, poeta mayor Director: Rubén Darío Paz Edición: Suny del Carmen Arrazola Néstor Ulloa Diseño gráfico: Rony Amaya Hernández Mercadeo y publicidad: Tania Arbizú Apoyo logístico: Alejandra Vallejo, Maryori Chavarría


Academia, observación y política, el legado de Molina Chocano Leticia Salomón

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uillermo es un cientista social, sociólogo y cientista político de corazón, más allá de los títulos obtenidos en la academia; muy comprometido con la promoción de una formación profesional impregnada de visión de país, de región y de mundo.

para la academia, la investigación rigurosa y el compromiso social, recibir de él conocimientos nuevos, una fuerte motivación por el debate teórico y ese constante pensar nuestro país y región desde una perspectiva universal.

Lo conocí como profesor mío en la Licenciatura Centroamericana de Sociología en Costa Rica y lo seguí conociendo como profesor del Posgrado Latinoamericano de Trabajo Social y como secretario de Planificación Económica. Su formación Internacional y regional, asociada a CEPAL, FLACSO y CSUCA, nos permitió a esa primera generación de sociólogos formados

Guillermo ha sabido combinar la rigurosidad y amplitud de su formación académica y experiencia internacional con la sencillez personal, la incondicionalidad del amigo y la paciencia del profesor. De ello somos testigo sus ex alumnos, compañeros de universidad y cientos de estudiantes de maestría que han recibido los beneficios de su don de gente y su calidad académica.

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Situación de la juventud en América Central, México, Cuba, Puerto Rico se basó en un conjunto de informes sobre la subregión, en 1990.

Integración centroamericana y dominación internacional (1974) examina el vínculo entre el proceso de integración en Centroamérica integracionista y la hegemonía del capitalismo extranjero.

Centroamérica: indicadores socioeconómicos para el desarrollo (1983) recopila una serie de trabajos sobre el uso y aplicación de los indicadores sociales y económicos en la región.


“Juventud y sociedad en Honduras” Es el ensayo de Molina Chocano en el libro Escépticos, narcisos, rebeldes: seis estudios sobre juventud (1988), en este trabajo logró sistematizar un conjunto de rasgos característico de la juventud hondureña de aquella época.

En Honduras hubo personas que hicieron sociología sin estar académicamente formados en el área: los llamados pre-sociólogos. La primera generación de sociólogos del país egresa con el programa que dirige Edelberto Torres Rivas y Guillermo Molina Chocano por Honduras. Fácilmente se puede decir que el doctor Molina Chocano fue el padre y fundador de la sociología como academia en nuestro país.”

Tres décadas de transición política en Honduras (IUDPAS/Editorial Universitaria, 2012) El estudio de Molina Chocano incluido en este libro “aborda el fenómeno de la transición política en Honduras, entendida como un conjunto de procesos de democratización gradual de la sociedad hondureña, que articula los cambios en el modelo de acumulación e inserción internacional, el rol de los actores económicos y del sistema político (internos y externos) y la creciente emergencia y movilización sociopolítica de la sociedad civil a través de sus demandas reivindicativas y de participación política en el espacio público no estatal.”

Eugenio Sosa

Guillermo Molina Chocano

(Tegucigalpa, 1945)

Especialista en gerencia social (BID-INDES). Tiene una Maestría en Ciencias Sociales y Políticas por la Universidad Católica del Perú, y estudios de doctorado por la Universidad Libre de Berlín. Cofundador de la Maestría Latinoamericana de Trabajo Social (PLATS) de la UNAH. Miembro del comité directivo de FLACSO y CLACSO por Centroamérica / Honduras. Cofundador del Posgrado Centroamericano en Economía y Planificación del Desarrollo (POSCAE). Profesor visitante de la Universidad de Costa Rica y de la Universidad Internacional de Florida. Fue secretario general de la Consejo Superior Universitario Centroamericano (CSUCA) y fungió como ministro de Planificación y Cooperación Internacional (SECPLAN / SETCO) durante el gobierno de Carlos Roberto Reina (19941998). Actualmente, es catedrático titular de la maestría en investigación científica, económica y social, y de la maestría en Demografía y desarrollo de la UNAH.

Obra publicada: Integración centroamericana y dominación internacional (Educa, 1971); Centroamérica: la crisis del viejo orden (Guaymuras, 1981); Estado liberal y desarrollo capitalista en Honduras (Editorial Universitaria, 2008); “De la guerra civil al reformismo militar (1925-1973)”, en América Latina: historia de medio siglo (Siglo XXI/UNAM, 1987); “Gobernabilidad y efectividad en el desarrollo de Honduras” en Gobernabilidad, instituciones y desarrollo en América Latina y Honduras (INDES, 2004); “Transición política, modernización económico-institucional y movilización de la sociedad civil en Honduras (1870-2010)” en Tres décadas de transición política en Honduras (IUDPAS/ Editorial Universitaria, 2012). Entre otros numerosos artículos y estudios académicos publicados en revistas y otros medios. Su trabajo ha sido traducido a tres idiomas.

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Una vida dedicada al estudio de la región ¿Dónde nació usted? Háblenos de cómo transcurrió su niñez, hasta el momento en que comenzó su carrera universitaria. GM: Yo nací en Tegucigalpa, en el barrio La Hoya el 7 de octubre 1945. Estudié en el jardín de niños “Federico Froebel” (La Paquita), luego en el Liceo Javier de Guatemala y en el Externado San José en San Salvador; culminé mis estudios de secundarias en el Instituto “San Francisco” de Comayagüela, graduándome de bachiller en ciencias y letras con la tesis El pensamiento de Valle en las relaciones interamericanas.

¿Qué lo motivó a estudiar sociología, en aquella época cuando los estudios sociológicos no estaban consolidados en Honduras? GM: Una vez graduado de secundaria, ingresé a la UNAH y posteriormente fui admitido (examen de admisión) en la Pontificia Universidad Católica de Perú en la Facultad de Letras y Humanidades, donde cursé la carrera de doctoral de filosofía y humanidades; luego ingresé a la carrera de Sociología y Ciencias Políticas de la Facultad de Ciencias Sociales de la PUC en los años sesenta, atraído por los movimientos de cambio social de la época. Una vez graduado en Perú, regresé a Honduras y me incorporé como el primer sociólogo hondureño y asumí el cargo de director del Departamento de Ciencias Sociales del CUEG, bajo la rectoría del licenciado Jorge Arturo Reina. En 1975, me trasladé a Costa Rica para

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asumir el cargo de director del Programa Centroamericano de Ciencias Sociales (CSUCA) y posteriormente el cargo de secretario general del mismo. Después de esa experiencia regional fui admitido en la Universidad Libre de Berlín Occidental, para cursar estudios de doctorado en ciencias sociales.

Docente, investigador, directivo, ministro de gobierno, ¿cuál es su verdadera pasión? ¿O todo esto se concatena en un todo? GM: Mi experiencia más fuerte ha sido la teoría sociológica contemporánea y la investigación social, pero siempre ligado a la planificación socioeconómica como práctica para afrontar y resolver los problemas de nuestro país y de Centroamérica. Por eso participé en la creación de la Maestría Latinoamericana de Trabajo Social (MLATS) y en el Posgrado Centroamericano

Con el ex presidente Carlos Roberto Reina.

en Economía y Planificación del Desarrollo (POSCAE,) que contó con la participación de Franz Hinkelammert entre 1977 y 1978, y con el apoyo del CSUCA, la Cooperación Alemana y la Fundación FORD. A su vez, colaboré con el establecimiento de una de las primeras ONG hondureñas: el Centro de Estudio y Promoción para el Desarrollo (CEPROD) en 1979.

Usted fue ministro de Planificación y Cooperación Internacional durante el gobierno de Carlos Roberto Reina. ¿Logró cumplir los objetivos de su plan de trabajo? GM: Con apoyo del BID se implantó y consolidó el Sistema de Inversión Pública de Honduras (SISPU) que estableció las prioridades de la inversión nacional para el crecimiento económico y la generación de empleo. Se


logía centroamericana y hondureña, a partir de su obra Interpretación del desarrollo social centroamericano y otras posteriores. Con él y Daniel Camacho organizamos la Escuela Centroamericana de Sociología en Costa Rica, bajo el auspicio de la UCR, donde se formaron cerca de trece académicos hondureños, entre los que figuran Mario Posas, Rafael del Cid, Julieta Castellanos, Leticia Salomón, Ramón Salgado, etc., y otros intelectuales de nuevas generaciones formados en diversas entidades académicas.

La Universidad Libre de Berlín auspició la edición en alemán de este libro.

coordinó la política social con el apoyo de la cooperación internacional (UE, Alemania, Suiza, Japón, Fondo de Contravalor Honduras-Canadá, Holanda, Banco Mundial, BID, BCIE, PNUD, UNICEF, etc.), priorizando en los temas de infancia, mujer y juventud, el desarrollo rural, sector forestal y ambiente. Fue una gran satisfacción obtener logros importantes en el desarrollo humano sostenible, en un marco macroeconómico estable y sin endeudamiento costoso, con transparencia, pese a la herencia de corrupción y alto déficit fiscal del gobierno anterior.

En el campo de la investigación usted ha sido, podemos decir, contemporáneo de Edelberto Torres Rivas, el padre de los estudios sociológicos en Centroamérica. ¿Tenemos algo parecido en Honduras? ¿Un fundador o alguien que marcó una nueva pauta en la rama de las ciencias sociales? GM: La influencia del pensamiento sociológico de Edelberto Torres Rivas, forjado en la CEPAL, ha transcendido el tiempo y ha significado una gran orientación y contribución a la socio-

1980 fue el año del cambio a un Estado democrático en el país. Contradictoriamente, los indicadores de pobreza y violencia han ido en aumento. ¿Cuál es la causa? GM: El principal factor es la exclusión social, acompañada de la corrupción e impunidad que provoca el desvío de los recursos del Estado hacia los intereses particulares y poderes fácticos que cada vez concentran más riquezas, impidiendo verdaderos programas de retribución social (no asistencialistas), inversión productiva para el crecimiento económico y la generación de empleos e ingresos dignos y equitativos. El desmantelamiento del Estado y la “privatización disfrazada” (COALIANZA) aumentan las brechas sociales, económicas, educativas, territoriales, tecnológicas, etc., y amplían la inequidad social.

¿A cuarenta años de la transición a la democracia, ¿cuáles son los grandes logros y avances que el país se debe a sí mismo? GM: En las últimas décadas de transición política se puede decir que hay un cierto avance en la democracia representativa a través de procesos electorales continuos que han incorporado nuevos actores en los cargos de elección popular, diputados y corporaciones

municipales, provenientes de diversos sectores políticos e ideológicos, incluyendo nuevos partidos y candidatos independientes. Sin embargo, no se ha fortalecido la vigencia plena del Estado de Derecho —ingrediente indispensable en una democracia constitucional y participativa— al no respetarse la independencia y el equilibrio entre los poderes del Estado; más bien se ha propiciado una concentración mayor en el Ejecutivo, es decir, en el Presidente de la República, en el contexto de un agravamiento de la violencia, la corrupción y la impunidad,—factores destructivos de las formas democráticas, peor si se habla de un “Estado degradado o fallido”—, según la tipología de Naciones Unidas. Por ello, la organización y movilización social de la ciudadanía activa es un gran logro, ya que abre las posibilidades de entendimiento entre estas fuerzas críticas y su liderazgo, capaces de enfrentar el statu quo y establecer propuestas alternativas viables en un nuevo modelo pluralista de transformación nacional. Todo ello surgido de las características propias y originales de la realidad hondureña (“ni calco ni copia sino creación heroica” J.C.M.)

¿Cómo ve el futuro de las ciencias sociales en Honduras? GM: Creo que las ciencias sociales se han ido expandiendo y consolidando gracias a nuevos profesionales docentes, investigadores, consultores y especialistas, con la sociología como una disciplina científico-teórica y técnicamente rigurosa que, asumiendo el compromiso social con el país, no cae en el ideologismo sectario, ya superado en muchos países. El principal reto de la sociología en Honduras lo constituye la investigación científica y sistemática de la realidad nacional, con metodologías y técnicas cuantitativas y cualitativas, de carácter inter, multi y transdisciplinario, para dar cuenta de una sociedad cada vez más compleja, en constante cambio.

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En el libro Tres décadas… usted analiza la transición política durante el periodo 1870-2010. ¿Cuál es su conclusión? ¿Ha habido cambios reales en la democracia del país? GM: La transición política en Honduras ha sido importante al pasar de estructuras autoritarias a gobiernos democráticos constitucionales basados en elecciones libres, que a su vez se encuentran condicionados por el tránsito de los esquemas desarrollistas del Estado a modelos neoliberales en el contexto de la globalización. El peligro que se cierne en el actual periodo presidencial (2014-2018) es la tentación de un retroceso nuevamente autoritario por la concentración del poder en el Ejecutivo, subordinando al Poder Judicial y al Congreso. No obstante, la existencia de nuevos partidos podría formar una coalición fuerte de oposición a dicha hegemonía presidencial, que controla todos los mecanismos del poder, en

La organización y movilización social de la ciudadanía activa es un gran logro, ya que abre las posibilidades de entendimiento entre estas fuerzas críticas y su liderazgo, capaces de enfrentar el statu quo y establecer propuestas alternativas viables en un nuevo modelo pluralista de transformación nacional. Todo ello surgido de las características propias y originales de la realidad hondureña (“ni calco ni copia sino creación heroica” J.C.M.).”

En la tercera reunión americana de infancia y políticas sociales. Santiago, Chile, 1996.

perjuicio de la plena vigencia del Estado de Derecho; todo bajo en un clima de inseguridad ciudadana, corrupción e impunidad. Frente a este preocupante panorama, resalta la diversificación y el fortalecimiento de la sociedad civil y sus organizaciones críticas y beligerantes.

¿Qué proyectos tiene a futuro, a corto y largo plazo? GM: Nuestro trabajo actual se da en las maestrías de Demografía y Desarrollo y la de Metodología de Investigación Económica y Social (MIES), en las facultades de Ciencias Sociales y Ciencias Económicas, respectivamente; pero también creo que es necesario impulsar “tanques de pensamientos” (think tank), que construyan escenarios y propuestas de planificación y desarrollo para vislumbrar las trayectorias estructurales y coyunturales del país, para contribuir desde la academia a su transformación con inclusión y participación ciudadana.


El segundo liberalismo

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Guillermo Molina Chocano

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a experiencia histórica mostró a las nuevas generaciones liberales la necesidad de realizar una revolución social radical que acometiera contra las estructuras conservadoras que prolongaban el poder colonial, para lo cual no bastaba un movimiento político idealista. Con esta mira se desencadena la revolución de 1871 en Guatemala, que en su desarrollo “pulveriza el caduco sistema de gobierno que ya contaba con la sanción del tiempo y con los prestigios del derecho divino”. Incluso este proceso podría haber fracasado si no se hubiese encauzado hacia la reforma social, sobrepasando su inicial carácter, primordialmente político. Si el movimiento liberal “dejaba en pie los privilegios de ciertas clases, la preponderancia autoritaria del clero, las vinculaciones de la propiedad, la ignorancia de las mayorías, la intolerancia civil y religiosa” ponía en grave peligro su estabilidad y tornaba improbable su continuidad al dejar vivos los elementos reaccionarios que una vez reagrupados contraatacarían. Resultaba, pues, imprescindible romper totalmente con el pasado, aniquilando los vicios coloniales: el poder teocrático que ha esclavizado la conciencia y pervertido el sentido de los pueblos; el privilegio que ha roto la igualdad social; la ignorancia que ha impedido la práctica de las instituciones libres e imposibilitado la existencia del espíritu público; la pésima legislación que ha entrabado el crédito y puesto trabas a la industria, a la agricultura y al comercio; el despoblamiento y el desierto que ha favorecido a los indolentes y a los guerrilleros de montaña, que nos abruma y nos mata (Rosa, 1874).

El movimiento revolucionario y uno de sus principales ideólogos, Ramón Rosa, basan su análisis de organismo social en la ciencia positiva de Comte. Se trata de un examen sociológico que extrae las “verdades” y principios de la dinámica social y política. Verdades y principios impersonales que no constituyen dogas que conformen la “fe sistemática de un partido”, sino por el contrario que expresan las “leyes de la naturaleza aplicadas a la sociedad en que vivimos”. El conocimiento de la dinámica social y política permite penetrar en los rasgos coloniales supervivientes y en el carácter de las revoluciones centroamericanas, señalando el contenido de las acciones a realizar para obtener la transformación deseada. De ahí surge un programa teóricamente fundamentado que persigue las reformas requeridas y realizadas, primero en Guatemala con Barrios a la cabeza y luego en Honduras con Soto y Rosa, que recogen el espíritu morazánico apoyado en el “capital principio de la nacionalidad de Centroamérica”, que supera en la práctica la

Busto de Ramón Rosa, ideólogo de la Reforma liberal en Honduras.

* Capítulo del libro Estado liberal y desarrollo capitalista en Honduras (Editorial Universitaria, 2008).

mentalidad localista y las discordias lugareñas. Un programa que se propone combatir el poder teocrático y los privilegios aristocráticos, promover la educación pública y obligatoria e impulsar el crédito, la industria, la agricultura y el comercio mediante una adecuada legislación, fomentar una política de poblamiento que favorezca la inmigración que trae consigo capital, fuerza de trabajo y tecnología. Marco Aurelio Soto y Ramón Rosa se incorporan desde sus inicios al movimiento liberal que el 30 de junio de 1871 derroca al régimen conservador presidido por el general Vicente Serna, continuador del dominio carretista. Actuando en las secretarías de Esta-

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do de relaciones exteriores y hacienda, respectivamente, bajo el nuevo gobierno de García Granados y Barrios, participaron decisivamente en el intenso proceso de renovación que se operaba en Guatemala. Su destacado empeño como funcionarios públicos les permite adquirir una vasta experiencia en el manejo gubernamental, que se va a expresar cuando asumen en Honduras la conducción del Estado. Soto y Rosa pasan a compartir las responsabilidades del gobierno, logrando una perfecta identificación, “un raro caso de colaboración”, en la inmensa obra social, económica y política del “peón más importante en el ajedrez de la intriga política centroamericana” (Valle, 1948). Apoyados por Barrios, pero con iniciativa propia y autonomía de acción, el presidente y el secretario general abren las puertas a cambios trascendentales y el liberalismo triunfante en México y Guatemala penetra en Honduras. Haciendo frente a una resistencia menor que en los otros países, se desarrolla el proceso de cambios que tiende a modificar la situación prevaleciente e inevitablemente afecta a la Iglesia en momentos en que la actitud dominante en Hispanoamérica hacia ella es cada vez más reticente, tomando en cuenta que la institución eclesiástica cumple el papel del núcleo de la oposición

El movimiento revolucionario y uno de sus principales ideólogos, Ramón Rosa, basan su análisis de organismo social en la ciencia positiva de Comte. Se trata de un examen sociológico que extrae las ‘verdades’ y principios de la dinámica social y política. Verdades y principios impersonales que no constituyen dogas que conformen la ‘fe sistemática de un partido’, sino por el contrario que expresan las ‘leyes de la naturaleza aplicadas a la sociedad en que vivimos.‘”

Aunque en las condiciones de Honduras, la Reforma no llegó a la adopción de un anticlericalismo militante propiamente dicho, sí marcó una independencia nueva de los sectores gobernantes frente a la iglesia, afectando su situación tradicional a través de las leyes que establecieron la supresión de diezmos y primicias, la extinción de las cofradías y de los fueros eclesiásticos, la creación del Registro civil y la secularización de los cementerios.

Este libro le hizo acreedor del premio del Primer Certamen Nacional de Ensayo, otorgado por el Banco Central de Honduras.

conservadora que adversa las novedades del siglo (Halperin, 1970: 228-29). El liberalismo cuestiona el estatuto de la iglesia y las órdenes, tal como había sido elaborado en la época colonial y pone su mira en la riqueza eclesiástica inmueble que en, algunos países, representaba patrimonios territoriales muy vastos, acumulados en tiempos coloniales y preservados sustancialmente intactos durante las guerras de independencia. Pero la expropiación de las tierras de la iglesia se torna también inevitable allí donde su riqueza es relativamente escasa desde la etapa colonial y no ofrece ya un atractivo botín (Halperin, op.cit.: 231). Con anterioridad las relaciones entre la iglesia y el Estado ya habían experimentado en Honduras momentos de tensión, cuando Santos Guardiola —no precisamente un reformador radical—aceptó la tolerancia de cultos. El presidente debió enfrentar resistencias que adquirieron las modalidades verbales de la guerra santa y no solo verbales, pues el padre Miguel del Cid instigó a una parte del clero que desató su cólera contra Guardiola hasta el punto de levantar la bandera de la revolución (Durón, 1906: 585).

La reorganización del país debía abarcar también otros sectores para poder obtener un crecimiento homogéneo que asegurara la “paz y prosperidad material”, sinónimos de progreso. La reforma atendió las finanzas y el crédito, el problema de las fuentes de trabajo, la apertura de escuelas y la instalación de varios servicios públicos existentes. Buscó la preparación de cuadros calificados y el complemento indispensable: la educación política y cultural. En siete años se fundaron la Biblioteca y el Archivo Nacional; el primer colegio de enseñanza superior para mujeres; La Paz, el primer periódico; la oficina de Estadística y Censos; se renovó e impulsó la enseñanza universitaria y se celebró la primera exposición nacional (Valle, op. cit.).

Bibliografía Durón, Rómulo E. (1906) “Gobernantes de Honduras en el siglo XIX” Revista del Archivo y de la Biblioteca Nacional. Tomo II. Halperin Donghi, Tulio (1970) Historia contemporánea de América Latina. Madrid: Alianza Editorial. Rosa, Ramón (1874) “Discurso pronunciado en el salón de recepciones del Palacio Nacional de Guatemala, 15 de septiembre de 1874” Oro de Honduras. Antología de Ramón Rosa. Tomo I. Tegucigalpa: Aristón. Valle, Rafael Heliodoro (1948) Oro de Honduras. Antología de Ramón Rosa. Tegucigalpa: Aristón.


Óscar Acosta, poeta mayor

14 de abril, 1933 15 de julio, 2014

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Foto: Rubén Villeda Bermúdez.

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Se fue el poeta, el amigo, el editor, el padre de esta casa —su casa—. Se fue el bibliófilo, el diplomático, el genio periodista, el maestro. TA A

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Foto: Evaristo López Junto a Rafael Heliodoro Valle

Con Augusto Monterroso

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arte de su historia se remonta a la década del cincuenta, exactamente en el mes de marzo de 1958, cuando el entonces joven poeta Acosta organiza el Departamento Editorial y de Publicaciones de la UNAH y se convierte en el primer director de esta Editorial Universitaria. Óscar Acosta, además de intelectual y artesano de las letras, constituye uno de los impulsores de la industria editorial moderna en Honduras. No bastándole abrir las puertas a la edición de libros para la academia, en los setenta instauraría la Editorial Nuevo Continente —con el apoyo de otros intelectuales de gran renombre, entre ellos doña Leticia de Oyuela—, con la cual se modernizó la gestión editorial en el país. Finalmente, fundaría la Editorial Iberoamericana, que actualmente constituye unas de las entidades del libro más importantes en la región. Autor de libros que quedarán en nuestra memoria literaria, Óscar Acosta se fue pero se queda en cada recodo donde hay espacio para el arte y lo magistral, en cada una de sus páginas y en cada gramo de tinta. ¡Hasta siempre, poeta mayor! Fotos: Colección familiar

Óscar Acosta y Jorge Luis Borges

Con Mario Vargas Llosa


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Óscar Acosta, testarudo editor

onocí al poeta Óscar Acosta en Roma, en 1980, cuando lo visité en una fría mañana en su oficina de la Embajada Hondureña en Italia. Fue nuestro primer encuentro. Yo como bisoño y él, como todo un poeta, curtido ya de palabras y musas. Después de la plática de sobremesa y con la timidez de un hondureño bueno, me obsequió una antología de su poesía, la editada por el Instituto de Cultura Hispánica de Madrid en 1975, misma que todavía conservo al alcance de la mano y la memoria. Quizás la labor editorial de Óscar solo se compare a la realizada por Froylán Turcios durante todo el pasado siglo.

de allí que el poeta Acosta va moldeando ese oficio, que hoy, para gracia de todos los hondureños, le agradecemos. Pero no satisfecho aún con ese cargo funda en el mero corazón de Tegucigalpa la Editorial Nuevo Continente, aparecimiento este que marca una nueva era en la labor editorial hondureña en la década de los setenta.

Quizás, y en esto hay que creer en lo que dicen las abuelas, ese otro alto espíritu, se haya reencarnado en el de Óscar Acosta, para continuar desde otras sendas y tiempos, esa labor que los emparenta y los dignifica. Esa raíz de editor que nace y se reproduce en Óscar Acosta hay que buscarla cuando era mozalbete, y quiere recuperar la imagen del Padre José Trinidad Reyes, para entregarla a la posteridad hondureña al escribir y editar en Lima, Perú, el largo poema Responso al cuerpo presente de José Trinidad Reyes, y que, como él mismo dijera en una entrevista que el abogado Gautama Fonseca distribuyó entre las numerosas amistades de la época.

En el tiempo que lleva de aletear entre nosotros de nuevo, ha fundado otra editorial —Iberoamericana—; editó “Vida” de diario El Heraldo, y para rematar, se le ocurrió la idea de imprimir los Hondulibros que aparecían en el último domingo de cada mes en el mencionado diario capitalino.

Posteriormente y a su regreso de Lima se le concedió uno de los cargos más soñados para editor en potencia: ser el primer director de la Editorial de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras en 1958. Nada más y nada menos, como quien pone el juguete favorito en las manos de un niño. Es des-

Óscar Acosta, por razones de su trabajo diplomático, fue nombrado embajador en España en 1973. Abandona el país, pero no la testarudez, porque viviendo en Madrid edita el libro antológico Alabanza de Honduras, como para no olvidarse de un oficio y su patria (…).

José González*

La Editorial Universitaria publicó El arca (relatos, 1991) y Poesía menor (1994) antes publicados en Perú en 1956 y 1957, respectivamente.

EL ARCA Óscar Acosta

COLECCIÓN 18-CONEJO DE POESÍA Y CUENTO

Además, en ese tiempo ganado al mundo, como diría José Adán, se echó sobre sus hombros la responsabilidad de resucitar la revista de la Academia Hondureña de la Lengua y, cada vez que puede, nos entrega hermosas y concienzudas ediciones. Sin hablar en voz alta de sus libros biográficos y de la codiciada Revista Política de Honduras, de la cual se han editado más de cincuenta números. ¿Dígame usted si ha conocido a alguien más testarudo en el campo editorial que Óscar Acosta? Salve pues, para este poeta con alas, este saltamontes de la palabra, en su labor de editar y editar, para bien de nosotros.

* Poeta, bibliófilo e investigador cultural. Premio Nacional de Literatura, 2008.

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La ciudad

La espera La botella inundada de licor. Los floreros con raíces difuntas. Las paredes con los mismos cuadros de reuniones antiguas y derribados árboles. Los libros llenándose de silencio. El cesto con mensajes vacíos. La tinta y los recuerdos en la mesa. Todo esto y tú no acudes todavía.

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Ciudad de hombres y mujeres bellas y feas. Colectiva visión de seres humanos y bestias aturdidas por el tiempo.

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Esta ciudad de fieras y cuchillos, rodeada por la selva y por los lagos de aire melódico, cercada por los pájaros, inundada por la maravilla de los soles, es una ciudad redonda y varia como las piedras verdes del río, como las llamas del potente roble, como los espejos de la vigilia.

Archivero mayor En los libros encuentras voces errantes de mi país, secretos de gobierno, cóleras populares reprimidas y cobardías.

Lejos de esta ciudad soy otro, distinto a todos Los viejos infolios los habitantes de este sitio. son cortezas Solo tu amor me acerca al paisaje que vi que forman por vez primera, que me dio luz y sombra, el árbol de la patria. que amo y odio confusamente por ser suelo sin paz, En las gacetas oficiales, tierra golpeada todavía. en las históricas proclamas, en los hebdomadarios, en las amarillentas hojas sueltas aparece la mano vulgar del dictador instruido, del caudillo y del locuaz parlamentario que compararon con una mula.

La presencia en las cosas Tienen algo de ti los vestidos que llevas, los botones que protegen tu pecho de las miradas ávidas del mundo o los zapatos que te conducen sobre la nieve y el sueño. Algo de ti me llega al observar un color, aspirar un aroma que deja alguien, una mujer o una niña, al pasar por el viento y continuar su travesía entre las calles que conozco. En los sucesos triviales, en los objetos humildísimos, lo he repetido tantas veces, aquí o en otra parte, me acerco a ti, a tu pequeño corazón, a las cosas que guardas, y no podría, aunque algún día lo intentara, escapar de esta atracción que gira y que me invade.

Se oye el ruido de cadenas y los lamentos de los prisioneros en la torre de papel sellado de los juicios amañados. Qué piensas del pasado, sonriente abuelo del archivo, magnánimo varón bibliotecario, tú que conversas con horrísonos libros, con las cursis revistas de la época y con exfuncionarios. Mas lo que importa ahora es el futuro de este país que habitan obedientes y tímidos vasallos.


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