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¡SIÉNTESE, SEÑORA!
> Por Ana Melgarejo
Texto escrito con ChatGTP NADIE TE LO VA A DECIR, excepto yo, que soy de esas mamás intensas y metiches. Es probable que más mamás lo sepan, pero la bocona seré yo. No me gusta ser así, pero hay cosas que no puedo dejar ir. Si tu hijo tomó unas copichuelas en una fiesta, es su problema. Si tu hijo se desmayó por entrarle a las aguas locas, voy a sentir la responsabilidad de decírtelo. Si tu hija está de novia con el hijo de un presunto narcotraficante, te lo voy a informar. No me perdonaría ser espectadora de una futura tragedia. Voy a estar sin dormir pensando cómo te vas a enojar conmigo.
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Cuando alguien nos obliga a abrir los ojos preferimos volverlos a cerrar y dirigir nuestro esfuerzo al mensajero. El mensaje queda olvidado por la rabia de vernos descubiertas como madres de seres humanos que cometen errores. Si bien la intención no era hacerte sentir mal, sino que estuvieras al tanto del peligro que corre tu pequeñuelo o el riesgo en el que puso a alguien más, no lo vas a percibir así. Me verás como tu enemiga. A tus ojos, tu hijo no es vulnerable a catástrofe alguna. Con una acción pasivo-agresiva harás que me entere que con tu hijo no me puedo meter. Lo más probable es que te haga caso y no lo vuelva a hacer. Pensaré que exageré y que no era para tanto, que tú sabes lo que haces. Si soy lista, reconoceré que mis hijos también se han equivocado muchísimas veces. Y, si se vuelven a equivocar, aunque seas testigo, no me lo vas a decir. Si acaso pensarás, que eso me pasa por creerme perfecta. Concuerdo contigo, eso me pasa por no mantener la boca cerrada. Soy Ana Melgarejo, una mamá a la que le gustaría que otra le quite la venda de los ojos, cuando sea necesario.